La carta. 99 motivos

Pedro J. Huerta Nuño _ Secretario General de EC

NOVENTA Y NUEVE MOTIVOS

Estos noventa y nueve motivos son ya historia, de la que podremos, y deberemos, aprender

Nos gusta celebrar hitos en nuestro camino, incluso lo necesitamos, porque nos ayudan a darnos cuenta de que avanzamos, que no nos hemos quedado estancados en una cuneta, viendo pasar la vida, meros espectadores del destino pero sin capacidad para intervenir, influenciar o acompañar. Celebrar los acontecimientos que despiertan nuestra conciencia de cambio supone aceptar que al borde del camino hay sillas, en las que podemos descansar, pero que también son una tentación para quedarnos a vivir en ellas, sorteando los inconvenientes de la incertidumbre que genera no saber lo que nos espera tras cada recodo, cambio de rasante o montaña.

Este número de nuestra revista nos propone un recorrido agradecido por los 99 anteriores, pero no es una silla ni una poltrona desde la que ver con satisfacción todo lo bueno que hemos hecho, todo lo que hemos compartido y alcanzado en estos años. Es, más bien, una mirada atrás para cerrar un ciclo y adentrarnos en lo que se nos regala, a nosotros y a la revista, a partir del próximo número. Hoy descansamos, en el ciento uno renovaremos la mirada clara y compartida que todos esperáis y a la que os seguís sumando.

Noventa y nueve motivos nos impulsan a ello, noventa y nueve ventanas abiertas en esta casa que es de todos y en la que siempre hay habitaciones dispuestas amablemente para el diálogo y para la denuncia, un patio común en el que se cuentan historias que inspiran y que son memoria de la riqueza de nuestra unidad institucional, y de la preciosa piel que forman tantas personas que se suman al mismo sueño de la educación que aporta sentido y trascendencia. Noventa y nueve campos florecidos, expresión diversa y plural de los miles de caminos por los que la misión, que es única, fluye, se desarrolla y expande. Caminos que son carismas de encuentro e intensidad, en los que se pronuncian valientemente los valores que compartimos, desde los que enseñamos, y aprendemos, a construir un mundo mejor.

Uno de los objetivos en el nacimiento de nuestra Revista EC, que se ha convertido en constante a lo largo de los noventa y nueve números precedentes, era hacer visible la riqueza de nuestra diversidad y, en ella, el amor por la educación, así, sin apellidos ni adjetivos, al estilo de Jesús de Nazaret. A estas páginas se han asomado preocupaciones, historias, proyectos, propuestas, imágenes… Desde todas ellas cada número ha dado a luz silencios, inspiradores de nuevas historias que serán pronto contadas; ha generado cambios, con apariencia de locura y una carga de profundidad que los convierte en estratégicos; ha alimentado esperanzas, entreveradas en la indignación y la pasión por una educación realmente transformadora; ha promovido Evangelio, buena noticia que no deja indiferente, que no transige con las modas, que se habita de palabras creadoras y de tiempos redentores.

Estos noventa y nueve motivos son ya historia, de la que podremos, y deberemos, aprender, pero cuyo valor no es otro que impulsarnos a vivir el presente que nos espera en lo que hacemos, construimos, esperamos, rezamos y compartimos. Ahí es donde ya se están cocinando los próximos números de nuestra querida revista.