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La carta. Cien emociones
from Revista EC 100
Victoria Moya Segura _ Directora de la Revista EC
CIEN EMOCIONES
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Si algo me hace estar orgullosa de formar parte de Escuelas Católicas es que es una organización llena de vida que nunca se para, no se conforma con lo que ya hace y siempre busca mejorar y estar al tanto de todo lo que sucede a su alrededor, con fidelidad a su proyecto y a aquellos a los que se debe, los centros y las instituciones educativas.
La Revista EC es una buena carta de presentación para una organización como Escuelas Católicas porque quiere ser reflejo de esos valores. Cuando nació en septiembre de 2005, lo hizo recibiendo toda la tradición y sabiduría de los 458 números de la Revista FERE-CECA y de los 91 de la Revista EyG. Madre y padre sapientes y amorosos de una publicación que se renovaba desde la raíz y buscaba situar a sus instituciones en el lugar que les correspondía.
Cambió el nombre, la maquetación y el diseño, cambió el contenido y la estructura. Y después vinieron más cambios, porque la revista fue creciendo porque nada es para siempre y porque siempre hay que seguir evolucionando si no queremos acabar en la nada. Así en 2016 experimentó un rediseño, incluida nueva cabecera, que todavía hoy está vigente y que llena de significado y modernidad sus páginas. Ahora la revista se publica íntegra en Issuu y se difunde en redes sociales. Y ello permitió, por ejemplo, que el número 91, que no se pudo imprimir por la pandemia, saliera aunque no fuera en papel. La primera vez en la historia de la revista que no se podía imprimir, y aún así, fue fiel a su cita con sus lectores.
En estos 16 años la Revista EC se ha hecho eco de lo que sucedía en el mundo, desde Donald Trump hasta el volcán de La Palma, porque nada de lo que sucede en el mundo es ajeno a una revista educativa. Tampoco se han evitado asuntos no exentos de polémica como la identidad de género, la educación afectivo-sexual o la eutanasia. Por supuesto, se han tratado los temas de actualidad del mundo educativo, casi innumerables, pero valgan como ejemplos los movimientos en favor de la concertada, la violencia contra los docentes, la financiación de la concertada, la jornada partida, y claro, las leyes educativas. Y no nos hemos podido olvidar de los hitos de nuestra propia institución, como los aniversarios más relevantes de FERE-CECA y EyG, o los nombramientos de los secretarios y los presidentes de la institución.
Vivo con emoción este número 100 tan redondo como significativo. En un mundo veloz y fugaz, de tuits de escasos caracteres y reels de Instagram que desaparecen pronto por arte de magia, la manufactura de una revista en papel, que tiene unos tiempos más lentos, prolongados y reposados y que llama a sentarse a leerla con un ritmo más pausado, es como una especie de oasis en el desierto.
Y vivo con agradecimiento a tantas personas que hacen posible que cada número de esta revista llegue hasta vosotros. Empiezo por los secretarios generales que han confiando en el consejo de redacción de la revista, con Manuel de Castro en sus orígenes, José María Alvira durante 8 años y más recientemente Pedro Huerta. Continuo con el propio Consejo de Redacción de la Revista EC, con Zoraida Arribas y Eva Díaz a la cabeza, que en cada número busca los contenidos más interesantes y la manera más apropiada de contarlos. No me puedo olvidar de todo el Departamento de Comunicación, que colabora en las distintas fases de edición con las revisiones, las imágenes, el apartado web, las redes sociales. Hablando de imagen, no me puedo olvidar de que una imagen vale más que mil palabras y que Juanjo Díaz Pereira primero y Pepe Montalvá ahora, logran que la revista nos entre por los ojos. Y, por supuesto, no puedo olvidarme de todos los colaboradores que redactan las noticias, los artículos y los reportajes poniendo a nuestra disposición desinteresadamente todo su conocimiento sobre tantos y tantos temas de interés. A todos gracias por estos 100 números, porque todos y cada uno de ellos han estado plagados de emoción.