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Desinfección de superficies hospitalarias: ¿Cómo seleccionamos el desinfectante ideal?
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Eladio Gómez, Director Científico de Vesismin Health
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ara ayudarnos a seleccionar el desinfectante hospitalario más adecuado para las superficies ambientales y para el equipamiento médico no invasivo, Rutala& Weber, dos autores norteamericanos ampliamente conocidos en el ámbito del Control de Infecciones, publicaron en 2014un trabajo que marca las pautas para realizar esta elección y del cual vamos a sintetizar los conceptos más básicos. De hecho, la selección de los desinfectantes es sólo uno de los dos componentes esenciales para una desinfección eficaz: el otro es la “práctica”. Entendemos por “práctica” la aplicación rigurosa del producto, de tal manera que entre en contacto con todas las superficies a tratar, así como la preparación adecuada del personal hospitalario responsable y el cumplimiento de las instrucciones de los fabricantes.
CRITERIOS DE SELECCIÓN DE DESINFECTANTES 1. Reivindicaciones de eficacia Es fundamental tener en mente cuáles son los principales microorganismos causantes de infecciones y brotes hospitalarios en nuestro entorno. Obviamente, es muy interesante que la eficacia de nuestro desinfectante esté ensayada directamente para tales microorganismos concretos, o para los más próximos posibles, pero ello no siempre será viable, ya que las posibilidades son excesivas. De hecho, en Europa y para los ensayos de eficacia según EN 14885 se usan microorganismos subrogados que actúan como “representantes” de los demás, y que, para la desinfección de superficies, son habitualmente: • Staphylococcusaureus: bacterias Gram Positivas aerobias • Enterococcushirae: bacterias Gram Positivas anaerobias
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facultativas • Pseudomonasaeruginosa: bacterias Gram Negativas aerobias • Escherichiacoli: bacterias Gram Negativas anaerobias facultativas • Candidaalbicans: levaduras • Aspergillus spp.: mohos Se considera en general que un producto eficaz contra estos microorganismos lo será para todos los demás de su clase. Hay patógenos hospitalarios de especial resistencia a los desinfectantes que, de ser un problema en una instalación concreta, necesitarán medidas especiales: • Bacterias esporulantes (ej. Clostridiumdifficile), que requerirán el uso de desinfectantes esporicidas. • Virus sin cubierta (ej. Norovirus o Adenovirus), que requerirán desinfectantes de espectro virucida especialmente amplio. 2. Tiempos de acción y tiempos de contacto húmedo Cada desinfectante requiere un plazo de tiempo de contacto con el microorganismo para conseguir su total desinfección (kill time o tiempo de acción). Ese tiempo de acción debe ser inferior al tiempo de contacto del desinfectante con la superficie, correspondiente al tiempo de secado del producto. Así pues, un tiempo de acción de p.ej. 10 minutos, es inútil en la mayoría de situaciones, ya que el desinfectante se seca sobre la superficie en menos de dos minutos. Es obvia la importancia que tiene que ese tiempo de acción de los desinfectantes, específico para cada tipo de microorganismo, esté claramente expresado en su etiquetado y Fichas Técnicas, y que los usuarios lo respeten escrupulosamente. El tiempo de “contacto húmedo” del desinfectante debe ser siempre mayor que el tiempo de acción, y depende a su vez de otras variables como: - la amplitud de la superficie tratada - la formulación del producto (en las soluciones acuosas la inclusión de surfactantes alarga el tiempo de secado, mientras que la de alcoholes lo acorta) - la cantidad de producto cargado en la toallita o paño (que afecta proporcionalmente al tiempo de secado y a la cantidad total de ingredientes activos aplicados sobre la superficie).
la clasificación más baja (consultar la Ficha de Seguridad). - EPIs (Equipos de Protección Individual): Lo ideal es que no sea preciso ninguno o el mínimo (aunque siempre es recomendable el uso de guantes para evitar sobreexposiciones). (consultar la etiqueta del desinfectante). - Compatibilidad: Escoger los productos que demuestren la máxima compatibilidad química con el mayor número de materiales presentes en el entorno hospitalario. 4. Facilidad de uso Cuanto más simple y agradable sea el uso de un desinfectante, más probable es que se aplique correcta y rigurosamente sobre todas las superficies de contacto. Algunos factores a tener en cuenta son el olor del producto, su estabilidad, solubilidad, simplicidad de uso, que posea buenas propiedades limpiadoras y que esté disponible en formatos diferentes (toallitas, sprays, espumas, etc.). Toallitas: éstas deben estar suficientemente cargadas de líquido como para mantener húmeda la superficie tratada durante, como mínimo, 1-2 minutos. El tamaño de la toallita ideal debe ser proporcional al de la superficie a tratar: si es demasiado pequeña, no aporta suficiente desinfectante y, si es demasiado grande, desperdiciamos producto (y es fácil caer en la tentación de reutilizarla en otra superficie, con el riesgo de contaminación cruzada). El material en que se fabrican las toallitas también es relevante: en general son preferibles los tejidos sin tejer basados en poliéster, polipropileno o nylon, a las fibras naturales (como las de algodón o celulosa). Limpieza y desinfección en uno: La limpieza previa a la desinfección es imprescindible ya que la presencia de materia orgánica inhibe químicamente la plena eficacia del desinfectante. Por tanto, es muy deseable que la formulación desinfectante incorpore tensoactivos (surfactantes) que permitan aunar limpieza y desinfección en un solo producto. Instrucciones de uso: Por último, quizás el factor más relevante en la facilidad de uso de un producto desinfectante sea su documentación: etiqueta, Ficha Técnica y Ficha de Seguridad deben recoger toda la información de interés de forma simple.
Peroninguna variable es tan importante como la rigurosa desinfección de TODAS las superficies de contacto habitual con las manos. La razón es que las superficies y objetos que entran en contacto habitual con las manos actúan como vector principal de contaminación cruzada, pero son rara vez bien desinfectados en los procedimientos de higiene terminal. 3. Seguridad La seguridad del desinfectante, también esencial como criterio de selección, dependerá de: - Toxicidad: debe escogerse el producto con la menor toxicidad posible para los usuarios (consultar la Ficha de Seguridad). - Inflamabilidad: escoger siempre la que presenta
5. Otros factores • La formación y soporte técnico ofrecidos por el fabricante/ proveedor: el proveedor óptimo no debe limitarse al suministro del desinfectante, sino que debe ofrecer in situ el entrenamiento preciso para su uso, formación continua (protocolos, recomendaciones de uso, consultoría) y un soporte técnico eficaz.
Journal of Hospital Infection 79 (2011) 18-22
• Los costes totales: El coste real no es sólo el del producto desinfectante, sino que intervienen otros factores: - Tiempo eficaz de uso: cuanto más rápido mate, menor será el tiempo de trabajo, sobre todo si limpia y desinfecta en un solo paso. - Coste por uso: ¿qué cantidades de producto se necesitan para el trabajo (por ej. número de toallitas)? - ¿Podemos cuantificar los ahorros imputables a la reducción de infecciones nosocomiales tras la implementación del producto? • La estandarización de los desinfectantes: cuantos menos productos diferentes se empleen, menor será la confusión entre el personal, mayor el cumplimiento de las medidas de higiene, y más simples y eficaces las acciones formativas. Sin embargo, no suele ser posible una unificación total, ya que la presencia de pacientes y/o áreas con requisitos especiales (por ej. contaminados con C. difficileo virus sin envoltura) suele hacer que se recurra al menos a dos formulaciones distintas: - Una formulación no-oxidante, generalmente basada en amonios cuaternarios más otros biocidas - Una formulación oxidante/clorada, con capacidad esporicida y virucida total.
Bibliografía de referencia 1.
“The role of surface disinfection in infection prevention” GMS Hygiene and
Infection Control 2013, Vol. 8(1) www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3746601/pdf/HIC-08-10.pdf 2. “TheDisinfectionConcentrationExponent” Yale J Biol Med. 1940 Jul; 12(6): 697–704 www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2602448/pdf/yjbm00526-0104.pdf 3.
“Selection of the ideal disinfectant”
Infect. Control Hosp. Epidemiol. 2014 Jul;35(7):855-65
CONCLUSIONES Aunque el desinfectante ideal no existe, Rutala& Weber señalan la importancia de realizar una seleccióncuidadosa y un uso apropiado del mismo. Para guiar al consumidor en tal selección, recogen en una tabla las cinco consideraciones clave analizadas hasta ahora, junto con las preguntas pertinentes a cada una de ellas: hay que evaluar los productos otorgando una puntuación de 1 (el peor) a 10 (el mejor) en cada apartado. La suma de las cinco puntuaciones obtenidas por cada producto nos dará un criterio objetivo para la selección de aquellos desinfectantes de uso habitual en el entorno inmediato del paciente. Notas del traductor: 1 Esta información debería estar claramente indicada, y según Normas Europeas (EN) de eficacia estandarizadas, en la Ficha Técnica del producto. 2 Esta información debería estar claramente indicada, y según estándares europeos, en la Ficha de Seguridad del producto. * “Las moléculas biocidas necesitan migrar hacia sus dianas celulares para inactivarlas; en el caso de desinfectantes aplicados en disolución (de forma opuesta a los agentes gaseosos), esto sólo ocurrirá mientras el producto permanezca húmedo. El secado tras la aplicación de un desinfectante con una bayeta tendrá lugar en mucho menos que los 60 min. de exposición de un test en suspensión, e incluso 1 min. puede considerarse una aproximación generosa de lo que ocurriría en realidad.” “Evaluation of the sporicidal activity of different chemical disinfectants used in hospitals against Clostridium difficile”
Traducido a partir de:Selection of the ideal disinfectant. Rutala WA, Weber DJ.Infect Control HospEpidemiol. 2014 Jul;35(7):855-65