1
2
3
Módulo Gestión del Conocimiento: Herramienta de Sistematización. Coordinador Nacional Redprodepaz Jorge Alberto Tovar Beltrán Equipo de Construcción Social del Conocimiento Astrid López Keyla Castro Santiago Sánchez Redacción y Compilación Astrid López Cardenas Santiago Sánchez Equipo de discusión Alicia Ferreira Bernardo Toro Carmen Lucía Román Claudia Aguirre Mónica San Martín Astrid López Jorge Mario Medellín Santiago Sánchez
Fundación Avina Fundación Avina PDP Canal del Dique y Zona Costera Universidad Autónoma de Manizales Interteam Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz
Diseño y Diagramación Makyerlin Gualteros H. Redprodepaz
© Redprodepaz, noviembre 2017. Todos los derechos reservados. Esta publicación ha sido posible gracias a la Fundación Avina y la Cooperación Alemana, implementada por la GIZ en Colombia. Está permitida la reproducción parcial o total de este documento, su tratamiento infomático, su transmisión por cualquier forma o medio, sea electrónico, mecánico, por fotocopia u otros; con la necesaria indicación de la fuente y autor.
4
Pág. 7
1. Introducción Pág. 8
2. Objetivo Pág. 10
3. Sistematizando nuestras experiencias »»
Contenido
»» »»
¿Por qué sistematizar?. pág. 10 ¿Para qué sistematizar?. pág. 10 ¿Quién y para quién debemos sistematizar? pág 11
Pág. 12
4. Momentos de la sistematización »» Paso 1: contexto »» »» »» »» »» »»
Paso 2: problemática Paso 3: ¿cómo lo hicimos? Paso 4: aprendizajes Paso 5: logros Paso 6: réplica Paso 7: victorias tempranas
pág. pág. pág. pág. pág. pág. pág.
14 15 16 16 18 19 19
Pág. 20
5. Capitalizar el conocimiento Pág. 21
6. Ficha para sistematización de buenas prácticas y aprendizajes
5
Gestiรณn del Conocimiento: Herramienta de Sistematizaciรณn El conocimiento -como la agricultura y la industria-, es una fuente de riqueza.
6
Introducción
E
n la producción de conocimiento, saber cosas es equivalente a tener una finca, o una fábrica – un activo productivo-. Del mismo modo en que un campesino siembra, cuida, y cosecha sus productos, o un empresario compra materias primas, las transforma y las vende, quienes han aprendido en la práctica y se han especializado en procesos complejos, también cuentan con un potencial de riqueza, que cada día es más valorado, pero en muchas ocasiones no son conscientes de lo mucho que saben, de las innovaciones que han generado y de lo mucho que eso vale. Pero ¿Cómo hacemos para que el conocimiento nos genera riqueza? eso es lo que llamamos capitalizar el saber1. La manera más evidente de capitalizar nuestro saber es volverlo dinero, es decir capital económico, y esto lo podemos hacer cobrando por enseñar para lo cual hay que formarse en pedagogía, o documentando y formalizando el saber, en metodologías transferibles, o bien poniendo a disposición nuestra experiencia como consultores. Sin embargo, hay otras formas de capitalizar el saber, que no son riqueza económica, propiamente dicha, aunque nos pueden conducir a ello. Por ejemplo, podemos utilizar nuestros aprendizajes como 1
Esta es una adaptación didáctica y sintética del capítulo “Las formas de Capital”, del libro Poder, Derecho y clases sociales. BOURDIEU, Pierre. (1983)
7
ruta para la incidencia. A esto es lo que llamamos capital social. Esto sucede cuando podemos establecer diálogo franco y ecuánime con los tomadores de decisión, por ejemplo, con las instituciones públicas encargadas del desarrollo territorial, o con las empresas que intervienen nuestro entorno, o con otras organizaciones y pobladores. Utilizar el conocimiento de esta manera nos da acceso a redes sociales, a espacios de diálogo y negociación, y nos representa acceso a derechos. Además de estas formas, también podemos utilizar nuestros conocimientos como fuente de ventaja relativa frente a los demás en los campos específicos en los que nos desarrollamos. Esto es, convertirnos en una autoridad en el tema. Cuando acudimos a nuestros mayores en busca de consejo, o cuando consultamos a los expertos en un tema específico, incluso cuando vamos a un libro en busca de orientación, es porque confiamos en un saber específico. De esta manera, esas habilidades que hemos desarrollado, son las que nos posicionan como autoridades en el tema. Es lo que la sabiduría popular dice: el ingeniero no cobra por apretar un tornillo, sino por saber cuál tornillo apretar.
En todo caso, para poder capitalizar el saber, es importante identificar los activos del conocimiento. En este contexto podemos decir que un “activo” es todo aquello que nos genera ingresos, mientras que un “pasivo” es conocimiento que tenemos que adquirir. ¿Cómo sabemos si disponemos de activos de conocimiento? Fácilmente: preguntándonos si el conocimiento es útil. Los activos pueden ser de diferentes tipos, tales como metodologías, herramientas, instrumentos, modelos, innovaciones, procesos, sistemas de información, observatorios u otros productos que se encuentran a disposición para ser compartidos. 8
Tengamos en cuenta los siguientes pasos: • Validación: significa que esté puesto al servicio de los procesos territoriales. No basta con que una persona tenga el conocimiento; se debe aportar a otras organizaciones sociales. • Aplicación: que se ponga en funcionamiento, contribuyendo a la transformación de realidades. Esto no sólo implica rastrear ‘posibles impactos’ en los contextos que pretenden ser trasformados tras la realización de los proyectos, sino también los cambios sucedidos en el desarrollo mismo del proceso. • Identificación: que sea reconocido como conocimiento útil por los otros, que ayuda al desarrollo de los objetivos y planteamientos estratégicos de la organización. Para ello es preciso que esté ubicado (saber dónde está y cómo puede accederse a él), descrito (lo cual implica comprender qué es lo que hace dicho conocimiento frente al actuar de los pobladores), clasificado (cuál es el alcance que el conocimiento tiene en términos de su aporte a las organizaciones), sistematizado (que significa que la experiencia ha sido reflexionada) y, finalmente, valorado (es decir, asumido conscientemente como parte fundamental para el desarrollo de los objetivos del proceso de paz, con un reconocimiento de su valor). Con este proceso, el conocimiento se hace evidente, y, por tanto, puede gestionarse y reconocerse como un activo de conocimiento. Así las cosas, para que el conocimiento valorado por la organización se convierta en un activo de conocimiento para la paz, necesita ser identificado, ubicado, validado, sistematizado y estar disponible para otras personas y organizaciones. De esta forma, el activo puede ser gestionado, conservado, mejorado, incrementado, compartido. Por lo tanto, si hemos identificado que tenemos activos del conocimiento, y queremos que sean fuente de riqueza para nosotros, nuestras organizaciones y nuestro territorio, debemos formalizar el saber, y lo primero para ello es la documentación y la sistematización. VARGAS, Marco Fidel; SÁNCHEZ, Santiago. Mapas para la Paz. En: Sabemos Cómo, disponible en: http://redprodepaz.org.co/sabemos-como/mapas-para-la-paz/, Redprodepaz, 2016. 3 MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL y la Corporación para la Educación y las Tics – CETIC. Estrategia de gestión del conocimiento. 2012. 2
9
Objetivo Los aprendientes tienen herramientas para documentar y sistematizar sus procesos sociales de construcción de desarrollo y paz.
Sistematizando nuestras experiencias La sistematización es un ejercicio de producción de conocimiento práctico que permite registrar de forma ordenada una experiencia que deseamos compartir con los demás, combinando la acción con la reflexión y haciendo énfasis en la identificación de los aprendizajes alcanzados en dicha experiencia, a fin de adoptar decisiones de proyección. El proceso de sistematización es una interpretación crítica de la experiencia vivida que, a partir del ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso experimentado y permite la construcción de nuevos conocimientos.4 -
¿Por qué sistematizar? Porque se debe identificar aprendizajes de la experiencia, recuperando la memoria del proceso social y de la acción, aprendiendo de los errores y entendiendo los avances para así poderlos compartir: dialogar con otras organizaciones y crear procesos colaborativos de desarrollo y paz en el territorio que permitan tomar decisiones de proyección5. La mera práctica puede generar aprendizajes a quien la realiza, pero es necesario recuperar sistemáticamente dichos aprendizajes para poderlos compartir. ¿Para qué sistematizar? Se sistematiza para tener una mejor comprensión de la experiencia y, de esta forma, orientar estratégicamente la acción de la organización. Esto implica: • Una producción intencional de conocimiento: una posición consciente, dirigida a saber qué, para quién, cómo y desde dónde se produce conocimiento. 4 5
10
VVAA. Red de aprendizaje para el Desarrollo y la Paz. Redprodepaz, 2014. Pg. 50 Op cit. VARGAS Y SÁNCHEZ. Pg 12
• Una producción colectiva de conocimiento: los propios actores de la experiencia toman las decisiones principales de la investigación e indican por qué y cómo hacerlo. • Reconocer la complejidad de las prácticas de acción social: indaga cuál es el objeto del proceso de sistematización dentro de un contexto, una construcción de sentido y una incidencia en la transformación social. • Reconstruir la práctica en su identidad: se trata de producir un relato descriptivo que parta de la experiencia de los diferentes actores que participaron en ella, mediante el diálogo de saberes y la negociación cultural. • Una interpretación crítica de los sentidos de la experiencia: descubre y hace explícita la lógica del proceso vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han relacionado entre sí y por qué lo han hecho de ese modo. • Potenciar la propia práctica de intervención social: mejoramiento de la práctica. • Reflexionar y contribuir a la conceptualización de las prácticas sociales en general: con base en la experiencia, se elaboran interpretaciones que permiten comprender su contenido social. El balance de varias sistematizaciones sobre un mismo campo de prácticas puede generar reflexiones teóricas de mayor amplitud.6 ¿Quién y para quién debemos sistematizar? Para hacer una sistematización que dé cuenta de los diferentes momentos del proceso y que facilite una mejor comprensión de la experiencia se recomienda que quien sistematiza haya participado de ella. Estas personas cuentan con fuentes de información directa que permiten reconstruir la historia en menos tiempo, y conocen con mayor profundidad el proceso porque lo han vivido. La sistematización es un relato colectivo, es la historia de la organización. Cuanto más participativo sea el ejercicio, mejor el resultado. 6
Ídem. Pg 13.
11
Es importante que el equipo que se integre con este fin cuente con disponibilidad de tiempo, tenga habilidades para la escritura e interés de investigación.7 Definir a quién dirigimos nuestra sistematización es un aspecto clave que debemos decidir antes de iniciar su elaboración, preguntarnos ¿quiénes serán nuestro público?, ¿quiénes deben conocer nuestra experiencia?; de la respuesta a estas preguntas depende el lenguaje, nivel de complejidad y formato que utilicemos. Para la Construcción Social del conocimiento hay tres públicos claves: • Las comunidades: con quienes las actividades y experiencias tienen lugar. • Los tomadores de decisiones: aquellas instancias de la Sociedad Civil y del Estado donde o desde donde los cambios deseados pueden determinarse directamente. • La opinión pública (OP): es la tendencia de una sociedad o de un grupo ampliado de individuos generada como respuesta a hechos comunicados que le reportan interés. Esta OP puede entenderse tanto como el sujeto como la reacción que en este se suscita.8
Momentos de la sistematización Todo proceso de sistematización es una reconstrucción de la historia. En este sentido, la reconstrucción nunca es precisa, pero tampoco es una reconstrucción fantástica. Se trata de hacer un balance crítico acerca de lo que hemos hecho, cómo lo hemos hecho, y qué ha salido bien y qué ha salido mal. Vamos a contarle una historia a un amigo, a nuestros hijos, a nuestra abuelita. Por eso utilizaremos un lenguaje claro, y seremos lo más concretos que podamos En primer lugar vamos a recordar el momento en que surgió la experiencia. Miramos hacia atrás, evocando a las personas que participaron del momento inicial, las condiciones que había en ese momento, y las demandas que teníamos en aquel entonces. Busquemos a esas personas, en la medida de lo posible, y preguntémosles acerca de ese momento inicial y cómo lo recuerdan. Ese será el momento A. 7 8
12
Op cit. VARGAS Y SÁNCHEZ. Pg 15 Op cit. VARGAS Y SÁNCHEZ. Pg. 22
En ese diálogo, preguntémonos a dónde queríamos llegar, cuál era la situación ideal que pretendíamos conseguir, el punto de llegada. No se trata de hablar del punto en el que estamos a día de hoy, si no de la meta de llegada que nos planteamos cuando inició la experiencia. A ese punto de llegada lo llamaremos momento B.
A
B
Momento inicial
Momento al que se quiere llegar
Ahora vamos a contar cómo esperábamos pasar de ese momento inicial A, al punto de llegada B. Esto es lo que se llama la Teoría del cambio social: la serie de causas y consecuencias, suponiendo que si se alteran las causas de los problemas, se modifican o se solucionan los problemas que de ellas se derivan. Por ejemplo, si tengo una gotera en el techo de mi casa (punto inicial A), y quiero vivir sin esa gotera (punto de llegada B), puedo decidir reparar el tejado, o bien, cambiarme de casa. El resultado es óptimo en los dos casos, pero el cambio deseado es sustancialmente diferente. En la sistematización que estamos elaborando vamos a hacer un balance crítico y participativo acerca de cómo nos ha ido en este proceso de cambio social. Es decir, entre varios miembros de las organizaciones que han participado de la experiencia, líderes sociales, equipos técnicos de las corporaciones, los aliados, incluso los financiadores, vamos a hacer la reconstrucción del proceso. Es un ejercicio de memoria histórica, para compartir con otros nuestros aprendizajes. Todos queremos ver qué pasó, cómo se hizo, quiénes lo hicieron. Vamos a adjuntar a la sistematización fotos, dibujos, mapas. Todo lo que nos sirva para ilustrar la experiencia. Hasta este momento el deber ser de las cosas. Un punto ideal a donde queríamos llegar, y una serie de supuestos acerca de cómo queríamos lograrlo. 13
Cambio deseado
A Momento inicial
B Momento al que se quiere llegar
A partir de este momento vamos a ver en realidad qué tal nos fue en el proceso, vamos a retomar nuestros pasos, y a recordar los momentos más significativos, tanto los positivos como los negativos. Paso 1: Contexto Volvamos al momento inicial A. Lo primero que vamos a hacer es un contexto que ubique a nuestros amigos y lectores. Ubicaremos cuándo surgió la idea, en que año, si recordamos en qué mes, qué estaba pasando en nuestro territorio en ese momento. A continuación ubicaremos el dónde surgió la experiencia, es decir la ubicación geográfica, tratando de ser lo más preciso posible, si se trata de una o varias veredas o corregimientos, o si se trata de varios municipios, si esos municipios son de un solo departamento o de varios departamentos.
A Contexto
Cambio deseado
B
Ubicación temporal: cuándo surgió la experiencia Ubicación geográfica: dónde surgió la experiencia
En este contexto nos podemos preguntar acerca de las condiciones sociales, políticas, culturales, económicas y ambientales de nuestro territorio en el momento en que surgió la experiencia. Esto nos ayudará a pensar de manera ordenada acerca de los diferentes elementos que constituyen el entorno en el que se desarrolló, ya que muchos de los elementos de éxito o fracaso dependen precisamente de la situación favorable o no en la que se ocurrió la experiencia. 14
Situación de contexto Social Político Cultural Económico Ambiental
Paso 2: Problemática Dicho esto, concentrémonos en la problemática que dio origen a nuestra experiencia, cuál era el problema que queríamos solucionar, por qué era tan relevante en ese momento, y las implicaciones que ello tenía en nuestro territorio. En este apartado nos servirá hacer referencia a las opiniones y comentarios de la gente al respecto, cómo se hablaba, cómo se referían al asunto. Es importante que la problemática señale qué es eso a lo que queremos dar solución sin caer en el error de anticiparnos planteando posibles soluciones o satisfactores. Por ejemplo, una problemática puede ser que un municipio se encuentra aislado e incomunicado, en este caso plantear que la problemática es la falta de un puente o la necesidad de construir una vía refiere el satisfactor o el faltante, y no el problema que pretendemos resolver.
A Contexto
B Ubicación temporal: cuándo surgió la experiencia
Ubicación geográfica: dónde surgió la experiencia
Problemática
15
Paso 3: ¿Cómo lo hicimos? Ahora vamos a contar cómo lo hicimos, retomando la teoría del cambio que nos propusimos. En un momento inicial A, enfrentándonos a una problemática específica, decidimos emprender una serie de acciones que diera solución a las causas de estos problemas. Pues bien, contémosles a los demás cómo nos enfrentamos a esos problemas. Esto significa recuperar los momentos más relevantes de la experiencia, que llamaremos hitos. Así como tenemos momentos específicos de nuestra vida que recordamos vívidamente, como la primera comunión, el primer beso, un gran negocio, o momentos difíciles como la pérdida de un ser querido, o momentos de poca solvencia económica, las organizaciones sociales y las comunidades también tienen buenos y malos momentos que trataremos de ubicar en el tiempo. Por ello es importante ubicar a las personas adecuadas, a aquellos que estuvieron desde el principio, aquellos que lideraron momentos importantes. Paso 4: Aprendizajes En este momento diferenciamos los tipos de aprendizaje que tuvimos a lo largo de la implementación de nuestro proyecto, o acciones para el cambio. Cuando empezamos a desarrollar las acciones para pasar del momento inicial A al momento deseado B, tuvimos una serie de acciones positivas, que nos llevaron por buen camino en el logro de nuestros propósitos. A estas acciones les llamaremos Buenas Prácticas. Son acciones que recomendaríamos a nuestros amigos que hicieran, consejos para evitar contratiempos y dificultades, o trucos para ahorrar tiempo o dinero. - Buena práctica Es una experiencia que solucionó un problema o atendió a una demanda social a través de métodos o mecanismos novedosos, con la participación y el empoderamiento de diversos actores, que tiene resultados demostrables, superiores a los de otras organizaciones similares, que han perdurado en el tiempo y pueden ser replicadas por otras organizaciones. Redprodepaz (2013). Red de aprendizaje para el Desarrollo y la Paz
16
Lección Aprendida Son aquellas experiencias, procesos, proyectos, o conjunto de ellos que resultan propositivos para mejorar y crear conocimientos alrededor de una propuesta planteada en un territorio. [...] puede ser positiva o negativa, y contribuye a convertir el conocimiento tácito en explícito, y facilita su reproducción. Redprodepaz (2013). Red de aprendizaje para el Desarrollo y la Paz
-
Sin embargo, casi nunca las cosas salen como se planean, sobre todo cuando se trata de trabajar con gente. Por lo tanto, podemos encontrar situaciones en las que estemos mejor de lo que esperábamos, o sabemos que vamos por buen camino pero no hemos llegado a la meta, o por el contrario estamos peor que cuando empezamos. A estas situaciones las llamaremos momentos A’, y diremos que son Lecciones Aprendidas, en el sentido en que son objeto de reflexión del grupo, y se vuelven un pacto tácito acerca de lo que no hay que hacer, o acerca de cómo hacer las cosas. Cuando se desarrolla una mejor manera de hacer cierto tipo de cosas, basándonos es estos aprendizajes, decimos que hemos protocolizado un proceso.
17
Paso 5: Logros Una de las cosas que más suscita interés entre la gente, son los logros que hemos tenido. Cuánto tiempo hemos invertido para alcanzar nuestras metas, cuántos recursos, económicos, humanos, de saberes especializados o de formación, o naturales. Por lo tanto, es importante que seamos claros a la hora de reconocer nuestros avances. Una forma de mostrar los alcances de un proceso de intervención son los indicadores, que son medidas cuantificables que se toman al inicio del proceso (línea base) y al finalizar el proceso, para demostrar o contrastar la eficacia del mismo. Sin embargo, a la hora de sistematizar debemos tener en claro que no se trata de un ejercicio de rendición de cuentas, por lo que lo importante acá es ser claro, y que entre todos identifiquemos los mejores resultados. La experiencia ¿Cómo ha transformado mi vida, o la vida de las personas que participaron? ¿Cómo ha transformado a las organizaciones? ¿Cómo cambió las relaciones entre los actores? ¿Cómo ha cambiado el territorio?
18
Paso 6: Réplica Finalmente, es importante que los otros sepan si es posible hacer lo mismo que hicimos nosotros, o si es posible adaptar esta experiencia en otros contextos, entornos y condiciones, es decir si pueden replicar la experiencia. Para ello, vamos a pensar qué requisitos deben darse para que una experiencia similar pueda tener éxito. Conviene pensar, por ejemplo, qué hace falta para que un amigo o un familiar pueda hacer algo similar, sin necesidad de pasar por nuestros mismos errores, en su propio lugar, en su finca, en su vereda, o en su municipio. Paso 7: Victorias tempranas Así mismo, puede servir de pauta identificar los pequeños éxitos que nos indican que vamos por buen camino, y sobre todo, nos motivan a seguir adelante. Estas son las victorias tempranas, los pasos iniciales que son tan importantes, pues sabemos que al comienzo de todo proyecto son los momentos más difíciles, donde no se ven resultados, no hay ganancias, sólo ponemos esfuerzo, recursos y trabajo, esperando ver un rendimiento o unos resultados a futuro.
19
Capitalizar el conocimiento Cuando el conocimiento es valorado, se convierte en un tesoro para una comunidad u organización, y se aprecia que esté disponible para su uso y aplicación por parte de otros. Lo importante de recuperar el saber de una experiencia es que esto sea útil. A nivel personal, por ejemplo, ya que es en la práctica que hemos aprendido, y sabemos qué funciona y que es mejor evitar, es decir, reconocemos que somos expertos en un tema. Puede ser útil también para la gente que nos rodea, nuestro entorno más cercano como la familia y los amigos, ya que mostrándoles los éxitos de nuestra experiencia y lo que hemos aprendido, puede que ellos también se animen a incorporar estas prácticas, incluso a perfeccionarlas. Es útil también para nuestras organizaciones, ya que esta es la historia viva de los logros y los pasos para llegar hasta acá, y esa historia colectiva es la que genera lazos de unión, y solidaridad. En esto consiste la Gestión del conocimiento, en pensar sistemática y ordenadamente, hacer un balance crítico de los procesos sociales, retomar los aprendizajes y protocolizar procesos, y en poder utilizar esos aprendizajes para posicionar nuestras experiencias y procesos sociales. Esperamos que esta guía haya sido una herramienta pertinente para ello.
20
Ficha para la sistematizaciรณn de Buenas Prรกcticas y Aprendizajes
21
22
23
24