Módulo Saber Cuidar

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Módulo Saber Cuidar Coordinador Nacional Redprodepaz Jorge Alberto Tovar Beltrán Equipo de Construcción Social del Conocimiento Astrid López Keyla Castro Santiago Sánchez Redacción y Compilación Keyla Castro Equipo de discusión Alicia Ferreira Bernardo Toro Belcy Liliana Cárdenas Catalina Valencia Carlos Tapia Claudia Martínez Esmeralda Fernández Graybern Livingston Karoll García Astrid López Keyla Castro Marcela Carvajal Santiago Sánchez

Fundación Avina Fundación Avina PDP Consornoc E3 Ecología - Economía -Ética Instituto Von Humboldt E3 Ecología - Economía - Ética Cooperación Alemanda en Colombia GIZ PDP Ryouth PDP Boyapaz Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz Equipo de la Coordinación Nacional de la Redprodepaz

Diseño y Diagramación Makyerlin Gualteros H. Redprodepaz © Redprodepaz, noviembre 2017. Todos los derechos reservados. Esta publicación ha sido posible gracias a la Fundación Avina y la Cooperación Alemana, implementada por la GIZ en Colombia. Está permitida la reproducción parcial o total de este documento, su tratamiento infomático, su transmisión por cualquier forma o medio, sea electrónico, mecánico, por fotocopia u otros; con la necesaria indicación de la fuente y autor.

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Pág. 7

1. Introducción Pág. 8

2. Objetivo Pág. 8

3. ¿Para qué cuidar? »»

Contenido

Desarrollo de los momentos.

pág. 11

Pág. 13

4. Saber cuidar de si mismo Pág. 17

5. Saber cuidar de los cercanos

»» Las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar).

pág.18

Pág. 22

6. Saber cuidar de los otros Pág. 25

7. Saber cuidar de lo público

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Saber Cuidar “Somos semillas de vida, de un mundo que puede tener un mejor futuro”.

Leonardo Boff, Foro La Ética del Cuidado, como aporte a la construcción de paz en Colombia. Bogotá: 2017

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Introducción

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l medio ambiente es nuestra Casa Común y todos somos partícipes de su cuidado; nuestro desarrollo humano y social no puede ir desconectado de lo esencial y vital que es nuestro entorno natural. Esta conexión existente no debe dejar de reconocer que la vida consciente y la práctica cotidiana de las personas, familias y organizaciones sociales trascienden en una continua interacción con el entorno. El Aprender viviendo y vivir aprendiendo de La Escuela de Desarrollo y Paz, propende porque cada ser humano pueda desarrollar su integridad bajo el sueño de la Vida Querida, en la que el cuidado empieza desde el mismo individuo y es reflejado en su espacio; desde su familia, amigos, sociedad, región y nación. Este módulo tiene como finalidad la apropiación del Saber Cuidar desde distintos escenarios de participación en los que la persona comprenda la necesidad de un despertar ecológico, que sea evidenciado desde las buenas prácticas y un desarrollo del ser integral y sobrecogido en la Casa Común. Las buenas prácticas del Saber Cuidar evocan desde el quehacer matutino hasta el quehacer que trasciende hacia la colectivización de actividades y costumbres que permiten que confluya la armonía entre los seres vivos del planeta. Para el desarrollo de esta cartilla se tomó como referente la Carta Encíclica ‘Laudato Si’ Sobre el Cuidado de la Casa Común, expresada por el Papa Francisco en el año 2015, con la que hace un llamado a la humanidad para que tengamos una ecología humana con mayor eficiencia y un desarrollo humano integralmente sostenible. En el mismo sentido también referenciamos El Cuidado Esencial de Leonardo Boff, teórico de la ética del cuidado del ser humano y el cuidado de la tierra. “¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? Lo que está en juego es nuestra propia dignidad. Somos nosotros los primeros interesados en dejar un planeta habitable para la humanidad que nos sucederá”.1 1

Papa Francisco. Carta Encíclica Laudato Si’, Sobre El Cuidado De La Casa Común. Vaticano: 2015. pp. 123.

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También tenemos unas lecciones aprendidas que lamentablemente han dejado rezagos no solo en el ambiente, sino en los humanos. Ya no es extraño que constantemente se escuchen de alteraciones climáticas y meteorológicas que varían desde intensas oleadas de calor que generan incendios, hasta fuertes lluvias convertidas en huracanes. Estas ‘reacciones’ de la tierra son un llamado que clama por atención a los daños generados por tanto tiempo, es también un llamado a una permanente e inalienable consciencia de nuestro enlace humano con el natural. Es por esto que la Escuela de Desarrollo y Paz presenta este módulo para que sea afianzado en cada partícipe y difundido y vivenciado en cada territorio, con unos objetivos y características que consolidan la construcción social de territorios de paz y desarrollo consciente

Objetivo Los aprendientes cuentan con un marco de interpretación para valorar el cuidado del medio ambiente, el cuidado de los demás y el cuidado de uno mismo como principio de una sociedad democrática y sostenible.

¿Para qué cuidar? La Vida Querida es un ideal que puede requerir transformar unas vivencias que no están siendo de conformidad para el individuo, o también puede ocurrir que esté conforme con su estado y desee mantenerlo. De cualquiera de las dos formas este anhelo pondrá por delante el respeto por la vida y los derechos. Pero esta pretensión requiere de auto-compromisos de carácter individual y social. ¿Es el cuidado una opción? Nos encontramos en un nuevo orden que nos insta a comprender que si no cuidamos perecemos, pues el cuidado no es una alternativa, debemos asumir este deber y ser responsables con nuestro bienestar, el bienestar de los cercanos, el bienestar de los otros y el del planeta que permea en cada una de las categorías. La tierra clama por cuidados, pero quienes sufrimos los síntomas de su enfermedad somos la humanidad. En el cuidado identificamos los principios, los valores y las actitudes que permiten hacer de la vida un buen vivir, una Vida Querida; y para lograr esto se implementan acciones que serán un reto a aceptar. Un reto que involucra creatividad, libertad, inteligencia, responsabilidad y respeto por el área común. 8


El desarrollo de la humanidad ha transformado el ambiente para acomodarlo a sus necesidades, y de esta transformación no solo han resultado en cambios positivos para el ser humano, sino también consecuencias devastadoras para él y para el ambiente. A lo largo de la historia de las civilizaciones el ser humano ha variado sus necesidades a medida que ha estado evolucionando, necesidades que en gran mayoría no reflejan sus necesidades básicas, sino necesidades creadas por la sociedad y el consumismo, estas necesidades que como se muestran en el gráfico (Jerarquía de necesidades según Maslow, 1943), después de determinados escalones no son suficiencias que físicamente se requieran, sino que se remiten a desarrollo del ser, la estima y medio en el que se desenvuelve, necesidades que permiten que el ser humano alcance su desarrollo anhelado.

Además, existe un dilema con la jerarquía de las necesidades, pues seguido a que se suple una escasez como las básicas, el individuo querrá seguir superando sus carencias, por ejemplo; una persona tiene hambre y trabaja por conseguir algo de comida, lo mismo hace por aliviar el resto de requerimientos básicos como el dormir y el vestir, esto a su vez le va suponiendo que podrá conseguir sus demás anhelos y ello ocurre con la intensión de tener un orden en su vida y es con un empleo que le provea de recursos para satisfacer las primeras necesidades, en sucesivo ocurre con las necesidades sociales, de autoestima y de autorrealización, podría decirse entonces; que suceden en orden de una continua superación.

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El problema es que este enfoque de desarrollo va en contravía del cuidado del medio ambiente, pues el consumismo exagerado y la obsolescencia de muchos de los productos conlleva a que los recursos con los que se elaboran y que provienen de los recursos naturales, se vayan agotando día a día y en lugar de aportar en su conservación causan graves daños debido a que en su mayoría son residuos cuya degradación tarda demasiado tiempo, con lapsos que duran entre tres meses y 4000 años. Todos estos residuos sin descomponerse van generando que la capacidad que tiene la tierra para regenerarse no le permita hacerlo de la manera correcta y óptima, por el contrario lo que sucede es que entra en cierta decadencia y no puede amortiguar el cambio climático y otros efectos del daño ambiental que también acarrea en muchos efectos negativos para el mismo ser humano causante de dicho deterioro. Es por esto que debemos asumir nuestro papel de responsables en el cuidado de nuestra Casa Común y ser conscientes con los desmanes en los que a diario incurrimos sin intenciones, pero que tienen reacciones. 10


Nuestro compromiso con el medio ambiente es un compromiso de responsabilidad con nuestro futuro y el de futuras generaciones. Además, debemos recordar que el país está pasando por un momento crucial que es la construcción de una paz, y en ese mismo sentido es también crucial que pensemos en una paz sostenible e integral en la que hagamos las paces con nosotros mismos y nuestro ambiente. La paz se logra desde las regiones, desde nuestros saberes sociales y formas particulares con las que se puede incentivar la convivencia pacífica, debemos entonces concretar nuestros aportes a la Casa Común. Necesitamos un diálogo de saberes, un diálogo de experiencias; esto es una “invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos”.3 Desarrollo de los momentos La humanidad debería tener la vida como prioridad. El principal propósito es proteger a la gente y acompañarla en su proceso de construcción de vida digna y querida por ellos, y que pueda visualizarse en la comunidad. Esta vida digna se fundamenta en que el ser humano es un fin en sí mismo, lo que conlleva a que el cuidado de su ser sea una vida querida que pueda ser llevada a cabo en otros espacios de la cotidianidad como su familia, sociedad y organizaciones sociales y estatales.

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Papa Francisco. Carta Encíclica Laudato Si’, Sobre El Cuidado De La Casa Común. Vaticano: 2015. pp. 5

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Supongamos que somos una semilla que la madre tierra ha acogido para sí misma y nos ha dado lo necesario para que podamos tener un desarrollo positivo, esta misma semilla siempre estará arraigada a su protectora y cuidadora, aunque sus raíces se extiendan mucho. Esta conexión no se pierde, debido a que es innata su dependencia de la tierra, a medida que la planta va adquiriendo fuerza, sus raíces también engrosan y se profundizan para que su cuerpo pueda alcanzar su desarrollo, la planta se convierte en un árbol que produce frutos y beneficios para el entorno. Pero este crecimiento positivo también depende del espacio en el que esta semilla ha germinado, debido a que si es un ambiente contaminado y con plagas a su alrededor la planta puede tener un mal desarrollo y morir. Este proceso que se ha estado construyendo desde el momento de la germinación de la semilla, hasta el punto en que está semilla está plenamente compenetrada con la tierra, comprende que un daño contra ella es un daño contra su humanidad. Se apropia de “la perspectiva de la tierra como un todo vivo y orgánico”3, un todo que le provee bienestar y tranquilidad, el ser humano depende totalmente del planeta y su dependencia se convierte en una acción bidireccional en la que aporta directamente al cuidado de su Casa Común. Es el momento de un despertar, un despertar por la vida, por un cuidado que nos hace más humanos y nos recuerda nuestro enlace eterno con la tierra. No es tarde para empezar a tener hábitos que permitan que nuestra Vida Querida tronque el bienestar del ambiente, es hora de continuar siendo aprendices de la educación sostenible hasta que se convierta en un estilo de vida, todo acto en solidaridad con la tierra y con quienes convivimos refleja lo mejor del ser humano. “No hay que pensar que esos esfuerzos no van a cambiar el mundo. Esas acciones derraman un bien en la sociedad que siempre produce frutos más allá de lo que se pueda constatar, porque provocan en el seno de esta tierra un bien que siempre tiende a difundirse, a veces invisiblemente. Además, el desarrollo de estos comportamientos nos devuelve el sentimiento de la propia dignidad, nos lleva a una mayor profundidad vital, nos permite experimentar que vale la pena pasar por este mundo.”4 3 4

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Boff, Leonardo. El cuidado esencial: Ética de lo humano, compasión por la Tierra. Madrid: Editorial Trotta, 2002. pp. 25 Papa Francisco. Carta Encíclica Laudato Si’, Sobre El Cuidado De La Casa Común. Vaticano: 2015. pp. 161


Saber Cuidar de Sí Mismo La primera dimensión del Saber Cuidar es el cuidar de sí mismo, el cuidado más íntimo de todas las dimensiones. Este es un cuidado que forma parte de la naturaleza y la complexión del ser humano, y esta naturaleza o modo de ser revela de forma explícita la esencia del ser. Representa un reconocimiento de cualidades y defectos,que deben encaminarse en procura de un bienestar integro que no se vea afectado por externalidades y que tampoco altere libertadesde su entorno. Este cuidado es todo lo opuesto a un desinterés y a una indiferencia con sigo mismo. El cuidado representa entonces una atención, ocupación, respeto y responsabilidad, es finalmente; un compromiso a procurar bienestar propio. Es un autocuidado que supone mínimo dos nociones básicas: aprender a cuidar el cuerpo y aprender a cuidar el espíritu. [...] El cuidado del cuerpo no solo es un problema de salud es también un problema político y de convivencia. Si cada persona aprende a valorar y respetar su propio cuerpo como un bien insustituible y a respetar el cuerpo de los otros, quizás se crean mejores condiciones para evitar el daño a los cuerpos: el asesinato, el secuestro, la tortura, el hambre, el suicidio, etc. La vida es sagrada porque el cuerpo es sagrado.”5 Y es que el ser humano sin cuidado, deja de ser humano, al igual que si a aquella semilla se le riega y abona para que crezca, un individuo debe hacer lo mismo, alimentarse, descansar, satisfacer sus necesidades fisiológicas; que existen desde el nacimiento y deben ser suplidas para evitar que se debilite, pierda sentido, se marchite y muera.

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Bernardo, Toro. El cuidado como paradigma ético de la nueva civilización, Elementos para una nueva cosmovisión. Bogotá: 2017. pp. 4.

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Si esta semilla comprende que del cuidado que ella misma se dé propiciara a frutos para sí mismo y para su entorno, esta semilla no puede generar daños contra su espacio pues “un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos”6. Es momento de que comprendamos que así sean pequeñas las acciones en contra de nuestra Casa Común son daños que toman mucho tiempo en resarcirse, pero si empezamos a cambiar nuestros hábitos dañinos y a generar acciones beneficiosas para nuestro ambiente los cambios se podrán ver reflejados no solo en nuestro espacio, sino en nosotros mismos, pues somos quienes dependemos desde nuestro geminación hasta nuestra muerte de esta nuestra tierra. La calidad de vida no puede visualizarse en adquisición de bienes tangibles, sino en una calidad de vida en la que la salud sea el principal reto a alcanzar, y esta salud se concibe con un aire limpio, agua pura, un suelo que nos afirme la seguridad alimentaria, entre otros. Existen muchos hábitos sostenibles que nos ayudan a mantener nuestra saludable conexión con el medio ambiente y con nosotros, entre estos se pueden destacar los siguientes: • Fomentar la agricultura urbana, es decir; si tenemos espacios en los que se pueda sembrar algunos alimentos realizarlo en nuestras propias áreas como patios, jardines o terrazas. Ejecutar esta acción ayudará a que los alimentos que produzcamos estén libres de pesticidas y demás toxinas sintéticas, esta acción ayudará a nuestra salud y nuestra Casa Común librándola de estos elementos tóxicos. • Consumir alimentos orgánicos y propios de la región, ayudará a impulsar la economía agrícola y también nos beneficiaremos saludablemente. • Uso racional del agua. • Existen hábitos simples como cerrar la llave del agua mientras nos cepillamos o usa un vaso. De esta manera evitará gastar alrededor de 20 litros en tan solo tres minutos.

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Papa Francisco. Carta Encíclica Laudato Si’, Sobre El Cuidado De La Casa Común. Vaticano: 2015. pp. 3.


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Aprovechamiento de aguas procedentes de la lluvia. Lavar bien nuestras manos previene hasta un 80% las enfermedades infectocontagiosas. Reducir consumos. Uso razonable de la energía eléctrica, apagar las luces cuando no se requieran, reemplazar las bombillas por unas de bajo consumo. • Hacer uso del transporte público o transportarse en bicicleta que no solo aportará positivamente a nuestro entorno, sino a nuestra calidad de vida y salud. • Reciclaje y separación de residuos. También es importante nuestro cuidado mental: • Invertir el tiempo libre en actividades deportivas, recreación en parques, playas o montañas, que además nos ayudará a preservar estos espacios. • Relajarse con alguna práctica cultural: visitar el teatro, cine, oír buena música. • Comunicar y expresar los sentimientos: amor, alegría, miedo, tristeza. • Valorarnos como humanos para que mantengamos una autoestima saludable.

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Ejercicio Se realizará un ejercicio en el que se identifiquen las interrelaciones, esta actividad se trabaja sobre la tierra, debido a que es importante que el sujeto reconozca nuevamente sus raíces. Se abordan las preguntas ¿Cómo cuido hoy? Este aparte es con base a prácticas que se estén llevando a cabo, y ¿Cómo será el cuidado? Este interrogante es a modo de compromisos. El primer momento es a modo de inspiración es de un carácter subjetivo y de modo intencional. Cómo se cuida en todos sus aspectos. (Interior e individual) *El ejercicio es individual.

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Saber Cuidar de los Cercanos Este segundo momento, presupone que el individuo posterior a empoderarse de su cuidado y asimilarse como un ser partícipe del medio ambiente, tiene un acervo afectivo por su vínculo privado, es decir; familia, amigos, mascotas, seres vivos que rodean su núcleo central. No significa que este individuo se haga cargo del cuidado de estos seres, sino que su nivel de cuidado trasciende en esta dimensión y sus acciones tienen reacciones hacia ellos. El individuo en este nivel se despoja de egos y admite su compromiso por el otro, comprende que su armonía o estabilidad es lineal con su círculo cercano. Se reconcilia con sus rencores propios y anidados en otros seres. Sus raíces se fortalecen aún más y a la par se fortalece aún más como ser humano potenciado en su carácter de convivir, de igual manera; permite que en sí mismo se alojen intensiones y propósitos de sus cercanos, que le ayudarán a consolidarse como un ser conectado no solo individualmente con el ambiente, sino que comprende que su actuar no solo lo afecta a él sino a las otras raíces anexas a las suyas. Este crecimiento en la conexión con la tierra le genera al ser humano una consciencia por el futuro de su continuidad propia y la de sus futuras generaciones, es donde asume mayores actos de responsabilidad ambiental y se asume como un fruto y abono de la tierra, presume que pertenecemos a la Tierra; “somos hijos e hijas de la Tierra; somos la Tierra.”7 Esta sintonía lo arraiga a sus costumbres y tradiciones ancestrales que le recuerdan que es la tierra en sí misma la que está en él, al igual que éste está en la tierra, es una convergencia de seres y vitalidades, se forma una misma realidad que, aunque es compleja se complementan y le permiten desarrollarse sin afectarse el uno al otro, y a sus entrelazadas raíces.

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Leonardo, Boff. El cuidado esencial: Ética de lo humano, compasión por la Tierra. Madrid: Editorial Trotta, 2002. pp. 25.

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Para este instante el ser humano confluye con la tierra y con los suyos, y sus acciones tienen reacción en replicas que trascienden hacia otros círculos privados que se reconocen en ese ser humano, que en su intimidad concibió que su semilla fruto de la tierra había germinado en conocimientos y experiencias que lo dejaban estar en el exterior desarrollando consciencia en su entorno, y a su vez se reconecta con esa extensa raíz que solicita cuidados y memoria y reconocimiento. La incidencia en los cercanos, tiene que ver con las acciones que desde nuestra familia, amigos, y vecinos desarrollamos para mantener ambientes saludables para nosotros mismos y nuestros cercanos, las buenas prácticas en conjunto ayudan a que los resultados tengan más divulgación, aceptación y ejecución, y lo mismo sucede si el hecho fuese en sentido contrario. Volvamos a nuestra idea de que somos unas semillas, en este punto ya somos varias semillas germinadas que están creciendo en un mismo entorno, todas estas requieren de los mismos cuidados para su sostenimiento, pero si por algún motivo una de estas plantas llega a enfermarse puede ocurrir que las plantas cercanas estén en situación de contagio. De ahí la importancia de un cuidado común con los cercanos. La familia es el principal eje en donde el ser humano adquiere hábitos saludables y lucrativos. Una Vida Querida promueve siempre la unión familiar llena de principios y valores, pues de la formación de aquellas nuevas generaciones resultarán los hechos trascendentes en el tiempo y la Casa Común. A continuación, se muestran algunas prácticas sostenibles que desde nuestros núcleos cercanos podemos ejecutar y reflejar en un ambiente propicio para las futuras generaciones. Las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar) La educación ambiental propicia que el ser humano pueda llevar a cabo acciones de buenas prácticas que tendrán un impacto en la Casa Común, lo que se pretende al efectuar estos pasos es estrechar la producción de residuos y de esta manera contribuir al cuidado y preservación del medio ambiente. Entre estas acciones está la Reducción del consumo innecesario, reducción del consumo de los bienes primarios. Podemos hacernos estas preguntas al comprar u obtener un nuevo objeto “¿Es realmente necesario lo que estoy a punto de comprar?, ¿Este producto fue elaborado de manera que no contamine o de manera sustentable?, ¿Durará mucho tiempo?, ¿Contaminará al ser desechado?, ¿Fueron usados los materiales para hacerlos reusables o reciclables?”8 18


Reutilizar es el segundo paso, con este se pretende dar un nuevo uso a algún objeto con el que haya finalizado su actividad o utilidad con el que fue obtenido, “debemos buscar artículos durables y repararlos cuando sea necesario. Así, los bienes de uso durarán mucho tiempo y podrán pasar de generación en generación. Si algo no es usable para su propósito original, trata de ser creativo y piensa de qué otra forma emplearlo. Si ya no lo necesitas, piensa si alguien más puede utilizarlo.” 9 El tercer paso es Reciclar, que tiene como acción el realizar separación de los residuos de una manera consciente para que estos residuos puedan ser reciclados y puestos nuevamente en funcionamiento con nuevos procesos. Se debe limpiar y clasificar estos residuos para que tengan un nuevo fin, y ayudar de esta manera a que su permanencia y utilidad pueda ser prolongada sin que vaya a parar nuevamente a la tierra y genere contaminación. Hay también otras acciones que se pueden emplear para mantener nuestro compromiso con la Casa Común como las siguientes: • • • • • • • • • • • •

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Evitar el uso de material plástico y de papel. Reducir el consumo de agua. Cocinar sólo lo que razonablemente se podrá comer. Tratar con cuidado a los demás seres vivos. Utilizar transporte público o compartir un mismo vehículo entre varias personas. Plantar árboles. Apagar las luces innecesarias. Separación de residuos. Jornadas de limpieza ambiental. Reducir consumos. Enseñar con el ejemplo a los más pequeños. Mantener conversaciones con nuestros cercanos.

Greenpace, Las Tres R: Reduce, Reusa, Recicla, ecotips. Ibid.

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Ejercicio En el segundo momento se evidencia la interacción con los cercanos y el resultado es de desempeño, su carácter es objetivo y conductual. (Individual y exterior) *El ejercicio es en grupos de 3 personas.

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Saber cuidar de los Otros El tercer nivel del Saber Cuidar se identifica en los otros, esfera en la que el sujeto pasa a ser un activo social, con multiplicación de sus actos y participando de distintos estadios de aplicación y proyección de prácticas plausibles en todos sus receptores o iguales enseñantes de las buenas experiencias y hábitos. Aquí el ser humano ha dado frutos con su actuar y se ha convertido en pilar de apoyo para otros interesados en aprender esta teoría del cuidado, quieren hacer praxis de lo aprendido y hallan reflejos en distintos territorios que permiten que las raíces de este individuo inicial se expandan aún más permitiéndose entregar saberes y continuar haciendo fotosíntesis con la tierra para actualizar los mecanismos para enfrentar los nuevos retos que dispone la lucha contra la contaminación, cambio climático, sobrepoblación, explotación de recursos, y la peor de todas que es el desinterés y supuesto de falacia ante las realidades, es decir; pretender que lo que se expone son solo mitos y alteraciones de la realidad. En este momento el panorama de la semilla inicial resulta ser un árbol en su plenitud, un árbol que ha empezado a dar sus frutos y que sirve de refugio para otras especies como pájaros, otros animales y microorganismos, es un ser rígido que es consciente de sus raíces y de su poder como cooperante y participe de la toma de decisiones de su horizonte público. Saber Cuidar de los otros es exigirle al gobierno local que tome medidas para frenar y mitigar el daño a la Casa Común, sabe que el nivel institucional posee responsabilidades para el cuidado colectivo, a su vez conoce las medidas ya establecidas por las instituciones públicas, las acoge y aplica en su dimensión personal, social, local, regional y nacional.

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En otras palabras, el individuo de este estadio posee fortalezas en su característica de ciudadano, es participativo en las organizaciones sociales, políticas y culturales, de igual forma sabe que como ciudadano tiene unos deberes de cumplimiento en los que debe incidir y apoyar para que sus conciudadanos repliquen sus actitudes y buenas prácticas, para generar de tal manera colectivos imaginarios que apropien el buen cuidado. El individuo de esta esfera ha alcanzado un alto índice de humanidad y no se preocupa solo por su cuidado, sino que también cuida a los suyos y a los otros. Sabe que con su buen actuar no solo cuidará de sí mismo sino de todos los que comparten su oxígeno y dependen en la misma medida que él de los recursos de la Casa Común, se empodera del convivir y el compartir su espacio con otros seres humanos. En este escenario “recurrimos nuevamente a la sabiduría ancestral de los pueblos, y acudimos a las escuelas de uno y otros. Todos nos convertimos en alumnos y aprendices.”10 Tras el aprender la humanidad empieza a concebir las buenas prácticas ambientales y humanas como una manera cultural, se convierten en hechos cotidianos y de costumbre. “Cuidar a nuestros colegas y conocidos, requiere aprender a cuidar las organizaciones e instituciones. El mayor indicador de pobreza es no estar organizado, y el primer paso para superar la pobreza es organizarse. Las organizaciones nos ayudan a la autorregulación y al mismo tiempo nos permiten proteger nuestros derechos. El cuidado de la familia, de las organizaciones de barrio, de amigos, profesionales, religiosas, etc. son factores de seguridad para nosotros y para los que se relacionan con nosotros más allá de nuestros lazos familiares.”11

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Leonardo, Boff. El cuidado esencial: Ética de lo humano, compasión por la Tierra. Madrid: Editorial Trotta, 2002. pp. 26. Bernardo, Toro. El cuidado como paradigma ético de la nueva civilización, Elementos para una nueva cosmovisión. Bogotá: 2017. pp. 6.

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Ejercicio Para el tercer momento se efectĂşa la integraciĂłn entre el individuo y los otros que incluyen organizaciones locales y juntas, el carĂĄcter es intersubjetivo y cultural (Interior y colectivo). *El ejercicio es en grupos de 6 personas.

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Saber Cuidar de lo Público La última dimensión del cuidado es aquella que trasciende en lo lejano, en aquellos otros que están a kilómetros de mí, y la manera en cómo podemos cuidarlos es con los capitales públicos, que comprende los recursos, utilidades y derechos de todos los que procuramos una Vida Digna. Una de las mejores formas de ejercer en lo público es comprendernos como participes de la política, y saber que “la política es medio para cuidar de todos. El papel de la política y de los políticos es crear convergencia de intereses para el logro de metas y propósitos colectivos. Es a través de la convergencia de intereses como las sociedades pueden cambiar; y si esta convergencia está orientada por el norte ético de la dignidad humana, la política se convierte en cuidado.”12 Para este nivel el árbol se comprende como un sujeto de incidencia participativa y asume su papel participativo y representativo, con el que ejerce cuidado respetando las normas sociales y políticas y exigiendo sus derechos políticos, en este instante el sujeto posee la mayor madurez y se forma políticamente para tomar decisiones en distintos estamentos de la participación, como son; Ciudadanía – Estado – Mercado, protege los proyectos públicos, se apropia de la Constitución Política, se compromete y aprende a cuidar el “proyecto de nación que es fundamentado también como una forma de institucionalizar el cuidado mismo”13 Este término es asumir un cuidado por la democracia, en el que ejercer formas de participación ciudadana responsable y consciente al elegir a nuestros representantes, en razón de que es uno de los hechos más importantes de realización política, pues en ellos encomendamos el cuidado de los derechos de todos los habitantes de la nación.

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Bernardo, Toro. El cuidado como paradigma ético de la nueva civilización, Elementos para una nueva cosmovisión. Bogotá: 2017. pp. 7. Bernardo, Toro. El cuidado como paradigma ético de la nueva civilización, Elementos para una nueva cosmovisión. Bogotá: 2017. pp. 7.

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Una ciudadanía activa exige derechos como un sistema educativo que estructure en la sociedad la formación política, y procura porque derechos como la educación sean otorgados en todos los planos de la nación. Así mismo esta ciudadanía reconoce sus derechos y deberes con los bienes públicos, es decir; sabe que tiene. derecho al acceso democrático del agua, recurso que en nuestro país goza de tener una rica afluencia, pero aun así existen muchos lugares en los que el acceso a este vital liquido de manera potable resulta ser inalcanzable, todo por una mala administración y gestión pública que asegure su acceso. Se debe propiciar porque exista equidad al momento de dar regencia a este recurso, en otras palabras; que los esfuerzos para abastecer a zonas urbanas principales sean replicados en zonas rurales y de difícil entrada. Pero también debemos recordar el deber que tenemos para preservar el agua, pues es un recurso limitado que por malos cuidado hemos generado que esté disminuyendo y que sus fuentes estén contaminadas. A lo largo del módulo se han brindado apartes que invitan a tener mejores hábitos de cuidado del agua, desde el nivel individual hasta el nivel colectivo, en este momento la invitación es a que la ciudadanía inste en establecer esas alianzas locales de una manera más regional y nacional con actores de los tres estamentos (Ciudadanía – Estado – Mercado), para promover intensiones compartidas de mayor impacto. Una sociedad civil organizada y articulada los sectores en mención contribuye directamente en el compromiso, responsabilidad y equidad del Cuidado de nuestros bienes públicos.

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Ejercicio El último momento es un componente de efectividad, en este aparte el individuo está interconectado con todo lo público, y se desarrolla en pro del cuidado de la Casa Común. Es de carácter interobjetivo y relacionado con los sistemas sociales (Colectivo y exterior). *El ejercicio es con todos los participantes.

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Ejercicio final Se tiene un compendio de todos los momentos del Saber Cuidar y en estas los participantes precisan cada cuidado y se compacta con todas las dimensiones en las que es participe en un ‘hoy’ y un ‘futuro’, se visualiza un panorama general en el que la Casa Común es la base esencial y vital de las demás categorías.

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El desafío urgente de proteger nuestra casa común, incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. Papa Francisco. Carta Encíclica Laudato Si’ , Sobre El Cuidado De La Casa Común. Vaticano: 2015. pp. 12

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