B@LEÓPOLIS EL SUPLEMENTO DE LA INNOVACIÓN EN LAS ISLAS
EL MUNDO NÚMERO 365 / MARTES 8 DE NOVIEMBRE DE 2016
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Cómo tener una cita con un científico o extraer el ADN PÁGINA 3
Microplásticos, tenemos un problema > Medio ambiente / La preocupación por el
impacto potencial de los microplásticos en el medio marino y cómo éstos pueden afectar a la salud humana y a los ecosistemas ha adquirido máxima relevancia. / Científicos del Instituto Español de Oceanografía realizan diferentes investigaciones sobre este tipo de contaminación. Elena Soto Bolsas de la compra, botellas, envoltorios, envases, tapones, fibras de las prendas sintéticas o esferas de los productos de higiene personal y de limpieza acaban circulando por las aguas de todo el Planeta. Cada año, toneladas de plástico –se calcula que entre seis y doce millones–, aunque nadie sabe con certeza su número llegan a mares y océanos, afectando prácticamente a todos los ecosistemas, incluso los más remotos y profundos. Fragmentos de este material ubicuo se mezclan con la arena de las playas, flotan en mar abierto, reposan en los sedimentos marinos y acaban pasando a la cadena trófica ¿Quién podría imaginarse que a casi 11.000 metros de profundidad, en la fosa de las Marianas, se encontrarían organismos con altos niveles de bifenilos policlorados (PCB) utilizados para la fabricación de plástico o que se descubriera que algunos tipos de zooplancton ingieren minúsculas partículas de este material? Existen grandes acumulaciones de basura atrapadas en los giros oceánicos, que se han formado gradualmente por la acción de las corrientes, y éstas, mal llamadas islas, son en realidad zonas donde las concentraciones forman una especie de sopa. Los plásticos sufren un proceso de fragmentación, se van desintegrando en partículas cada vez más pequeñas que, en gran parte, acaban en el fondo y, también, están pasando a la cadena trófica. «Microplástico es todo polímero derivado del petróleo que mide menos de cinco milímetros y son de distintas tipolo-
gías, según procedan de envases, de prendas de vestir o productos cosméticos, las fuentes son innumerables», explica Salud Deudero, investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares (COB) del Instituto Español de Oceanografía (IEO). «Desde hace algunos años, en nuestro laboratorio empezamos a estudiar la interacción de los plásticos con los organismos vivos a raíz de muestreos de oportunidad; como realizamos estudios biológicos acoplados a especies de interés comercial, cada vez que analizábamos sus contenidos estomacales, mirábamos también si había microplásticos. En el caso concreto de la boga, un pez muy común en Baleares, encontramos que casi el 70% presentaba fibras de polímeros de plástico menores de cinco mm en sus estómagos y, además, el promedio por individuo era de casi cuatro trozos de plásticos; un porcentaje muy elevado» . «Los peces procedían de distintas zonas costeras de Mallorca e Ibiza, en principio, lugares limpios, por lo que se trata de una contaminación difusa, que ya está presente en el ambiente», añade. «Tradicionalmente, cuando se examinaban los contenidos estomacales se miraban los macroplásticos, que se ven a simple vista», aclara Deudero, «no se tenían en cuenta los microplásticos, para empezar porque no se consideraban como una tipología de contaminación. Pero el problema no es nuevo, porque al revisar muestras de estómagos antiguos ya los encontramos». , SIGUE EN PÁGINA 2
Detalle de los microplásticos que aparecen en la muestra. COB-IEO
Microplásticos de una de las muestras del neuston vistos en el microscopio. COB-IEO
Fragmentos plástico de diferentes tipos y tamaños mezclados con la arena de la playa. COB-IEO
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-VIENE DE PORTADA «Una de nuestras líneas de investigación, en consonancia con las prioridades de la Unión Europea, es la ecotoxicología acoplada a los plásticos», comenta. «Un animal puede morir por la ingesta de plásticos, ya sean grandes o pequeños, porque les provocan asfixia, interferencias en la flotabilidad o una sensación de plenitud que los lleva a la inanición. Pero, además, los plásticos actúan como imanes concentrando la contaminación circundante; si hay metales pesados y contaminantes orgánicos, éstos se adhieren a las moléculas del plástico y, cuando un animal los ingiere, come el plástico y toda la carga extra. De la sardina pasan al atún, del atún al humano, e indirectamente se va acumulando toda la toxicidad en la red trófica». «La UE está financiando todo este tipo de investigaciones porque uno de sus objetivos prioritarios es descubrir qué efectos pueden tener en la salud humana. Además está toda la parte ecológica, ya que se trata de nuevas moléculas que hace cien años no existían ¿Qué mecanismos tiene la naturaleza para protegerse?» Para mejorar las propiedades de los distintos tipos de plásticos se utiliza una amplia gama de aditivos, que los hacen más resistentes al fuego, a la decoloración o que huelan mejor. «En el caso de los ftalatos, su estructura molecular es muy parecida a la de las hormonas sexuales, por lo que puede haber modificación de la carga hormonal u otros cambios. Estas situaciones nos alertan de que algo está pasando en el medio marino y se están investigando», indica Deudero. El Mediterráneo es una cuenca cerrada y lo que se vierte no sale de ella. Los macroplásticos se fragmentarán y, según la densidad del polímero, se quedarán flotando o irán sedimentando. En el caso de los microplásticos, cuando ponemos una lavadora con ropa sintética, una prenda de poliéster puede soltar más de 1.000 fibras en cada lavado y, cuando nos cepillamos los dientes o usamos determinados productos
EL MUNDO / AÑO XXII / MARTES 8 DE NOVIEMBRE DE 2016
BASURA PLÁSTICA, UN PROBLEMA A ESCALA GLOBAL
De izquierda a derecha, los investigadores Francisco Alemany, Rosa Balbín y Salud Deudero del IEO.
Una red de plancton corta la superficie del agua para estudiar los microplásticos en el neuston.
cosméticos, muchos llevan incorporadas microesferas de distintos tipos de plástico que acaban en el mar porque su tamaño es tan reducido que los filtros de las depuradoras no las atrapan. «Realizamos un estudio en el que miramos la carga de plástico que había en sedimentos, a ocho metros de profundidad, en Cabrera y Andratx», informa Deudero, «y encontramos una carga elevada; en el ca-
so de Cabrera eran pequeños fragmentos en la arena con la posidonia, lo que de nuevo es otra evidencia de contaminación generalizada, y en Andratx había más microfibras, algo frecuente en las zonas urbanas». Relacionado también con los microplásticos y enmarcado en un proyecto europeo de estrategias marinas, investigadores del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO, han comenzado una experiencia piloto
ELENA SOTO
COB-IEO
para realizar el seguimiento de este tipo de contaminación. «La distribución de los microplásticos es todavía una gran incógnita. El tema es muy novedoso y no se sabe muy bien qué hay o no», comenta Rosa Balbín, investigadora de este Centro. «Lo más probable es que el plástico flote en superficie o que se hunda en el fondo, pero se sabe muy poco de lo que puede haber en la columna de agua. Existe algún mapa de distribución de
microplásticos en el océano mundial, como el elaborado en la expedición Malaspina, en el que se ve que hay mayores cantidades en los giros centrales de los grandes océanos, pero son las primeras pinceladas de un cuadro que todavía no conocemos». «Se están desarrollando los protocolos y nosotros, aprovechando las campañas de muestreo a lo largo de todo el litoral español, desde costa a mar abierto, realizamos pescas con una red de plancton que corta la superficie del agua para estudiar los microplásticos en el neuston –capa superficial que en principio es donde se acumulan»”, explica Francisco Alemany, investigador del IEO. «Se está realizando este primer estudio de las muestras de neuston, que se ha hecho en 25 estaciones, cubriendo tanto las zonas de costa como de mar abierto desde el radial de Mallorca y Cataluña hasta el Mar de Alborán, en total cinco radiales, y aunque no lo hemos mapeado todavía los resultados preliminares indican que la cantidad de micropartículas es importante. Nuestra intención es compararlos con las concentraciones en los centros de los giros oceánicos, pero todavía queda mucho trabajo por hacer y de momento solo es un primer análisis de viabilidad de la metodología». «Otro de los estudios pendientes es el de la columna de agua», continúa, “que realizaremos con redes de estratificación vertical, para intentar descubrir por qué hay estaciones con más o menos cantidades y lo relacionaremos con la hidrografía de zonas de convergencia». Los investigadores comentan que la aparición de plásticos es común cuando recogen las muestras de larvas, pero para este estudio solo han tenido en cuenta los microplásticos y han descartado las microfibras, a no ser que fueran de nilón. Miden las muestras escogidas, intentan definir el tipo de material y su origen. «Se trata de un problema global, que no se circunscribe a una región o país, por eso la gestión tiene que ser integrada. Todos tenemos que poner de nuestra parte para solucionarlo», concluyen.
>PROYECTOS CON FUTURO
Tercera Jornada de Innovación y Transferencia en la UIB Por E. S. La innovación sostenible consiste en abordar un reto social o medioambiental a través de soluciones inteligentes que aportan valor a la sociedad y al planeta. Para conseguir estos objetivos, es necesaria una colaboración entre las administraciones públicas que impulsen las iniciativas, las empresas que lleven las tecnologías al mercado, las universidades y los centros de investigación que desarrollen estas soluciones innovadoras y, finalmente, la
sociedad civil, que aporte valores clave durante el proceso de innovación. Y este es el objetivo de la III Jornada de Innovación y Transferencia de la UIB, que tendrá lugar el próximo 10 de noviembre de 9.15 a las 13.00 horas en la Escuela de Hostelería (UIB) y que busca establecer vínculos cercanos entre la Universidad y la sociedad. El invitado de este año es el Dr. Daniel Christian Wahl, que contará
que la innovación sostenible ya no es suficiente, sino que es necesario que sea, también, regenerativa. Se hablará de SmartCampus, SmartCities, SmartDestinations y SmartIslands, y se redefinirá el concepto ‘SMART’. Además, se hará referencia al nuevo catálogo de tecnologías y servicios especializados que ofrece la UIB a las empresas e instituciones de su entorno, encaminados a la resolución de problemáticas y necesidades de R+D+I. La jornada está organizada por el Vicerrectorado de Innovación y Transferencia, la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI) de la FUEIB y la Cátedra Santander-UIB de Innovación y Transferencia del Conocimiento (CSUIT).