LA FORMACION DEL PROGRAMA SEMANAL Y COTIDIANO El programa cotidiano y semanal se confeccionará con arreglo a las siguientes tareas:
La elección de los temas de la semana La división de las mismas clases La composición de la totalidad del programa semanal y cotidiano
La elección de los temas de la semana La elaboración intensa es siempre preferible a la sinopsis superficial, porque esta no permite ver, ni mucho menos resolver los problemas individuales Un criterio importante con relación al valor formatico de un tema es su problemática y su fuerza de activación, su propiedad de acrecentar la capacidad de estado, provocar actitudes críticas, incitar a hacer esfuerzos mentales que revisten una importancia preeminente para el desarrollo de los alumnos. El valor formativo de un tema depende de su ejemplaridad, o sea, de la posibilidad de que el saber, vivencial y poder que transmita sean de significación general, aplicables a otros asuntos, o de que conduzca a ideas básicas. El maestro tiene que atenerse al horario fijado para las distintas lecciones. Se dividirán en lo posible, de tal suerte que no se separe lo que intrínsecamente forma un todo que resulten secciones lógicas y psicológicamente sostenibles y estructuradas en sí. Además, es necesario tener en cuenta al hacer la división, los problemas que se plantean respecto a los temas semanales o sea observar en todo lo posible el principio de aislar las dificultades. Al dividir los temas semanales en horas es preciso considerar también el aspecto metodológico, además del logo y psicológico, porque la elaboración adecuada de un tema suele requerir más tiempo del que se necesitaría para una mera exposición.
La composición de las unidades semanales y diarias Si la enseñanza ha de dar fruto, los distintos temas horarios deben discutirse conforme a un orden significativo. No deben estar yuxtapuestos sin coherencia, como sucede en la enseñanza mecánicamente dividida en materias, sino que han de entretejerse para formar auténticas unidades diarias y semanales.
Resulta automáticamente un determinado orden de elaboración didáctica en vista de la sucesión de los distintos ámbitos formativos. Cabe tener en cuenta que para un gran número de temas la lógica del adulto es inadecuada para el pensamiento infantil y le dificulta considerablemente la comprensión. Más de ninguna manera resulta, para todos los temas que han de estudiarse en una semana, una sucesión logia como principio de orienta miento significativo, en virtud de los puntos de vista expuestos. El decurso de una semana, un día y ciertas horas sigue, el adulto como en el niño, determinados ritmos. Esto se caracterizan por un paulatino aumento de las energías físicas, psíquicas y materiales, hasta llegar a un punto de culminación, un lento descenso y un reposo. Representando por una curva, esta ascendería desde el lunes para alcanzar el miércoles o jueves su punto más elevado y volver hasta el sábado al valor inicial. En resumen, basándonos en una estructuración adecuada del horario, los distintos temas para cada clase deben ajustarse al ritmo infantil de trabajo, según se manifiesta en los distintos días y horas.