Casa Museo Bienvenido a
Rubí Zúñiga
En el corazón de la capital chiapaneca hay un hogar que sobresale por su peculiar estilo. Si has caminado por la 1a Norte entre 5a. y 6a. Poniente habrás notado que a mitad de la calle existe una casa con una pecera, bancas en la banqueta y el sonido de pájaros cantando, esa es la Casa Museo, la casa de Don Heriberto Gómez. Para muchos este hogar puede ser un poco excéntrico pero para aquellos que disfrutan de la tranquilidad puede ser un oasis en medio del bullicio de la ciudad. La fachada de la Casa Museo no es nada comparado con la majestuosidad de su interior, entre las paredes de ese hogar puedes ver la sala dorada de reyes, la cascada junto a la cantina, o bien el rincón zoque. Cada paso que das en la Casa Museo sirve para que tu capacidad de asombro vuelva a renacer porque el fonógrafo alemán, la virgen de madera con más de 800 años y las pipas no pueden pasar desapercibidos. Por si eso no fuera poco, Don Heriberto ha construido un patio único, un paraíso dentro de esa casa que te va transformando poco a poco. Las paredes del patio están rodeadas de vegetación y agua, ya que gracias a un mecanismo que se mandó a instalar, con tan sólo aplastar un botón en ese patio puede llover, además como buen melómano Don Heriberto puede escuchar música en cualquier momento, eso sí acostado en cualquiera de las dos hamacas que enmarcan perfectamente el lugar. Don Heriberto ha construido esta casa a base de reliquias familiares, regalos de amigos, pero eso sí todos en buen estado, porque para Don Heriberto este es un tesoro inigualable. Si usted quiere salir de la cotidianidad, visitar la Casa Museo es una excelente opción para recordar que la magia sí existe.
ESTILO CAPITAL
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