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El Bestiario Santiago J. Santamaría Gurtubay
BIDEN, ‘EL TARTAMUDO’ DEL ESTABLISHMENT DEMÓCRATA, ES ACEPTADO POR LOS CAMALEÓNICOS REPUBLICANOS. Y TRUMP ADVIERTE DESDE MIAMI, ‘VOLVEREMOS’ No se entiende la figura del candidato demócrata sin las tragedias que han marcado su vida. Tampoco, sin el especial ecosistema político en el que se forjó. Carece del carisma de Barack Obama, pero celebran su autenticidad. Cumplió el pasado 20 de noviembre 78 años, de perfil moderado en un Partido Demócrata inmerso en un giro a la izquierda, está demostrando que sabe dialogar y empatizar. “Eres un niño guapo y listo como el demonio y vas a superarlo. No dejes que esto te defina. Sé que hay matones en el colegio que se burlan de ti, eso cambiará. Voy a pedir tu teléfono, no espero que contestes tú porque sé lo que te cuesta hablar por teléfono, pero te prometo que lo vas a superar. Te diré las cosas que me ayudaron a mí”. En el vídeo, grabado con un móvil en medio del bullicio, aparece Joe Biden hablándole a un niño algo abrumado. Es febrero de 2020 y, en uno de esos miles de actos de campaña que los aspirantes a la Casa Blanca celebran en el Estado de New Hampshire, el vicepresidente de la era Obama se encuentra con el padre de Brayden Harrington, que le habla de los problemas de tartamudez de su hijo. Biden se agacha, pega su frente a la del chico, le promete que saldrá adelante. Aquel invierno en New Hampshire no parecía un escenario para la gloria de Joe Biden. El político, de 77 años, competía con una veintena más de aspirantes para convertirse en el candidato demócrata a la presidencia y, aunque entonces aún lideraba los sondeos, transmitía una enorme sensación de fragilidad ante el empuje de otros nombres más nuevos, más rompedores, o más alineados a la izquierda. Era la sensación de fragilidad de una voz quebrada por los años, de un participante débil en los debates, sin electricidad en los mítines y con una carrera política tan larga, de casi 50 años, que, más que hemeroteca, tenía un campo de minas. Meses después, en agosto, Brayden, de 13 años, es uno de los ponentes en la convención que corona a Biden como candidato demócrata. En un sufrido acto de superación, aun tartamudeando, le habla a medio mundo: “Soy solo un niño normal y, en poco tiempo, Joe Biden me hizo sentir más seguro respecto a algo que me ha molestado toda mi vida. Se preocupó”. Ir a mercados, abrazar a niños y escuchar a las personas mayores parece una parte más del oficio de un candidato en campaña, pero la autenticidad es difícil de enseñar, imposible de estudiar, y el capital político del veterano demócrata estalla en ocasiones como esta. Para hablar a un niño tartamudo, para transmitirle que importa como lo hizo Biden, ayuda haber sido tartamudo. 12
26/01/2020
I estosdías