Introducción Al pensar en las galeras empleadas por los romanos y su evolución hasta los buques y submarinos de hoy; en los vigías de la antigüedad merodeando el horizonte y su evolución hasta los radares de largo alcance que se emplean en los buques en la actualidad; en la evolución de las comunicaciones de las señales de semáforo hasta los equipos de transmisión satelital y de interacción automática o del sextante al posicionamiento por satélite, es innegable que el desarrollo científico y tecnológico ha tenido grandes implicaciones en los sistemas de detección y de armas empleados en la guerra naval. Al contextualizar los conceptos que los grandes pensadores y estrategas marítimos nos han aportado, también se hace evidente esa relación. El mundo de Mahan donde la capacidad de los navíos a vapor hasta ahora comenzaba a conocerse, fue diferente al mundo de Corbett después de la Primera Guerra Mundial o al mundo de los pensadores modernos que tuvieron la oportunidad de conocer con más detalle las capacidades del submarino y del avión en el desarrollo de la guerra en el mar o el poder de disuasión de las armas nucleares en el mundo moderno (National Academies of Sciences, Engineering and Medicine, 2017). Incluso esas ideas quedan relegadas en el mundo contemporáneo donde la era digital, la nanotecnología, la inteligencia artificial y el desarrollo satelital han permitido nuevas ideas, nuevos usos, nuevos conceptos, que expandieron el conocimiento y las capacidades operacionales del quehacer naval hasta desarrollar las formas como hoy se concibe la guerra en y desde el mar. Al final, los impactos de la tecnología han sido 317