Teoría y Crítica Gustavo Diéguez &Lucas Gilardi
Reciclajes Materiales y Conceptuales
Cuando hace unos cuantos años frecuentaban la parte alta del estudio del pintor Enrique Torroja, en la calle Montevideo casi Córdoba, su hijo Pio y algunos amigos que estaban acabando arquitectura – entre ellos Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi que ahora integran el equipo a77 – alli se discutía dentro de un grupo que a la postre iba a llamarse M777 – el número que, mas allá del cabalístico, figuraba en la chapa de la casa de Montevideo – temáticas ligadas a la disolución de la arquitectura en dimensiones fractales como las de la música, el cine o la literatura, cosas que iban a fraguar en una especie de tertulia filosófica que terminó en los cuatro números de Pasajes (hoy casi una revista de culto) conducida por Alberto Delorenzini y en la que escribieron, participando de aquellas tertulias, Lucas Fragasso, Ana Amado, Federico Monjeau o Eduardo Gruner (en este número se incluye un ensayo de su autoría donde presenta el caso de la invención cultural del desierto o de cómo la cultura reinventa naturaleza),en la edición del libro recopilatorio de obras y escritos de Ernesto Katzsenstein y en numerosas discusiones que luego devinieron en las tareas de estos equipos. Bajo esa base los trabajos aquí presentados de a77 implican una reflexión sobre la combinatoria, los reciclajes, la operación con residuos o la crítica a las formas naturales de la arquitectura y el urbanismo. Quizá parafraseando no casualmente a Archigram, a77 usa la expresión plug in (clipear) para esta serie de trabajos: verbos activos – cuestionados por Koolhaas- que
eran materia corriente en los ´60, mas experimentales e ideológicos. Las 18 cajas que nombran uno de sus escritos aquí incluidos, son madereros embalajes de autos que venían de Brasil y con ellos se pensó un objeto-sistema, suerte de mueble de usos múltples de vida renacida en la organización potencial de espacios y actividades que ese protocolo (un conjunto de cosas + mas un reglamento de combinación y usos) permitía o inducía y metafóricamente, el objetoembalaje devenido arquitectura o arte, vuelve al Brasil pero ahora reinvestido como cosa reflexiva y se muestra/arma/ expone en un templo duro de la modernidad como el Museo de Niemeyer en Brasilia. O el segundo objeto/ regla presentado, el digestorium que plantea el armado frugal de un inodoro portátil, metáfora de la sustentabilidad y del tratamiento de residuos pero también de metabolismos no tanto individuales sino sociales. Recordando que el inventor del aparato – Luis XV – usaba el inodoro como trono (e impartía justicia y gobernaba sentado en el mismo y muy frecuentemente, usándolo : aquí esa ominosa figura política- cagar-se en la gente – era literal) a77 utiliza un conjunto de digestoriums entonces como nueva figura de cenáculo, rueda o círculo de personas sentados en sus artefactos que alegorizan
metabolismos tanto corporales como sociales. Las cosas de a77, hechas a mano por el dueto proyectista, son asi, reflexiones sobre ese proyectar-otro inaugurado en lo pos-orgánico implícito en las combinatorias de Price, llevando adelante algunas disgresiones de aquellas tardes porteñas en los altos de Montevideo al 700.
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Historia de 18 cajas
Nómades, efímeras, transitorias Dieciocho cajas de madera, junto con otras miles, salen de Brasil conteniendo piezas y repuestos de la industria automotriz. Llegan a la Argentina, a la planta industrial de la misma empresa en la ciudad de Rosario. Las cajas, una vez cumplida su misión, son trasladadas en camiones como material de descarte a las afueras de la ciudad de Buenos Aires. Son vendidas como madera usada a un valor muy bajo. El material es hallado en un remoto galpón y es nuevamente trasladado hacia la ciudad de Buenos Aires. Dieciocho cajas de madera, de entre otras miles, son elegidas para continuar su destino relacionado con la movilidad. En el transcurso de 10 meses esas cajas se reagruparán y seguirán siendo transportadas. Primero, expuestas bajo un determinado agrupamiento en una feria de diseño, cumpliendo un rol representativo dentro de un contenedor -una situación ideal-, ya que su medidas fueron pensadas desde sus inicios para ocupar optimizadamente el espacio de estas cajas metálicas mayores. Allí estuvieron representando una institución nómade de perfil socio cultural, un dispositivo aplicable en medios afectados por condiciones de escasez, lejanía, emergencia o de reciente establecimiento. Luego, y de inmediato, el material salió transportado hacia una muestra colectiva de arte contemporáneo organizada en el antiguo Palacio del Correo. Asumiendo su condición de carga, salió del interior del contenedor, reformulando nuevamente su orden para configurar otra versión de una institución temporaria pensada a los efectos de representar y reflexionar en el sitio diversos modos de la comunicación, como una encomienda postal flexible. Dieciocho cajas de madera, a diferencia de otras miles, vuelven finalmente a Brasil extendiendo su destino de movilidad. Pero en paralelo con lo conocido como movilidad o ascenso social en las personas, deberá decirse que esta situación constituye un momento de la movilidad objetual, no solo por el hecho de los miles de kilómetros recorridos, sino también por el cambio de estado, por su ascenso de clase. Cajas que fueron producidas para con-
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tener y trasladar en su interior material de la industria, ahora son privilegiadas y transportadas en el interior de otras cajas para volver a su lugar de origen. Cajas dentro de cajas. Como una especie de señal sobre la migración, de quien se propone volver mejorado a su país, estas cajas se presentan bajo la forma de una organización que puede ser visitada como una morada transitoria en una institución notable del país para anunciar el retraso de su caducidad Plug in festival! Equipamiento para una institución nómade plug in festival! es un conjunto de tres módulos funcionales compactos para la puesta en marcha de instituciones de perfil sociocultural en ámbitos diversos dentro de contenedores portuarios. La producción de este sistema para uso comunitario incluye actividades para el desarrollo cultural, social y recreativo. plug in festival! es una institución nómade, un dispositivo aplicable en medios afectados por condiciones de escasez, lejanía, emergencia, o de reciente establecimiento, que tiene por objetivo satisfacer a la demanda social de integración, organización, cobijo y entretenimiento. Cada uno o la totalidad de los módulos pueden ser transportados en contenedores sin necesidad de instalación posterior para su puesta en funciones. Los módulos se unen entre sí por medio de anclajes compuestos por correas que forman parte del sistema general de sujeciones del dispositivo. Este se vale de los anillos metálicos ubi-
Teoría y Crítica cados en la estructura interna del contenedor. Los anillos permiten sostener las puertas de los módulos cuando estos se abren. La construcción del módulo se realiza enteramente con cajas y placas de terciado fenólico reaprovechado de los sistemas de embalajes de partes automotrices. El proyecto y construcción es de a77/ Gustavo Diéguez & Lucas Gilardi con la colaboración de María Mori y se re-
alizó en BA Primer Festival de Diseño de Buenos Aires, Centro Metropolitano de Diseño, 2006. Institución efímera Un objeto devenido en institución temporaria dedicada a reflexionar sobre las formas de la comunicación: una encomienda colectiva. La parte por el todo institucional. Una caja de madera que transporta una serie de diversos
proyectos y modos de empleo relacionados a la comunicación y a la correspondencia adopta, por su relación con la función, los atributos de un edificio autónomo. Una institución se pone en funciones dentro de otra tan trascendente como la centenaria empresa postal. En el interior de un embalaje se aloja la posibilidad de contener, exponer, ocultar, actualizar o desplegar diferentes proyectos durante el tiempo de la muestra Estudio Abierto mediante una agenda abierta, y la de poder organizar en ocasiones eventos de diversa índole relativos a los hábitos de sus integrantes. Programación de la institución: diálogos privados y públicos, performances, debates, lecturas, encuentros, asambleas, recreaciones, declamaciones, arengas, discursos, mesas redondas, confesiones, infidencias, representaciones y conferencias entre arquitectos, filósofos, artistas, sociólogos, escritores, curadores, actores, estudiantes, ong´s y políticos. El concepto es de a77/ Gustavo Diéguez&Lucas Gilardi+ Máximo Jacoby y Diego Melero; el proyecto y construcción es de a77/ Gustavo Diéguez & Lucas Gilardi y se realizó en Estudio Abierto 06, Muestra colectiva, Palacio de Correos, Buenos Aires, 2006
dad real y simultáneamente ideal. Por eso sus edificios contrastan, y se supone que contrastarán por siempre, con los niveles de domesticidad precaria del hábitat brasiliano: el de los países socialmente asimétricos. La misma simetría axial de Brasilia guarda en el interior de su parentesco planimétrico la división entre pobres y ricos, entre el ala norte y el ala sur. La crítica urbanística ha construido un cliché de la existencia de una corteza de pauperidad manifestada a través de una constelación de ciudades satélites que se reproducen y crecen sin control. Este consabido sitio troyano a Brasilia podría generar una nueva declaración: La Carta de Esparta. La Carta de Esparta daría cuenta de la multiplicidad y superposición de las acciones vitales en un mismo espacio, tal vez mínimo, modesto y familiar, pero construido con los recursos que existen al alcance de la mano y con las propias manos. Una cantidad de materiales de desecho podría apoyarse en dicha declaración para llegar conformar una agrupación que diera cuenta del descanso, la recreación, la alimentación, la lectura, el ocio, la intimidad, el diálogo y la relación con la naturaleza y el aire libre. Como un pequeño caballo de maderas podría ingresar a uno de sus templos oraculares y proponer entonces una hipotética conversación acerca de nuestra relación cotidiana con los diversos modos de habitar las ciudades. El proyecto y construcción es de a77/ Gustavo Diéguez & Lucas Gilardi y se realizó en Moradias Transitórias, Muestra colectiva, Museu Nacional do Conjunto da República, Brasilia, Brasil, 2007/2008.
Plug out unit brasil / moradias transitórias La Carta de Atenas suscripta en el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de 1933 había decretado la estructuración de la ciudad moderna a partir de la consagración del zoning como modalidad instrumental. Acciones como habitar, trabajar, recrearse y circular circunscribieron las partes componentes del nuevo trazado urbano. Desde entonces se acuñó por años el deseo de una ciudad que condensara la idealización urbana de los tiempos modernos. El anhelo se logró cristalizar finalmente con la construcción de Brasilia. Una ciu-
Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi -ambos nacidos en 1968- son arquitectos por la Universidad de Buenos Aires. Trabajan con sus propias manos en la producción de objetos y piezas experimentales de arquitectura con materiales descartados por la industria mediante su concepto Plug and live system. Son profesores de Urbanismo y Proyecto Arquitectónico en las Universidades de Palermo y Buenos Aires, respectivamente.
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Nunca fuimos eternos
Mutaciones en la imaginación sobre el ambiente humano Prohibido salivar en el suelo. Ordenanza municipal del 11/4/1902. El letrero de chapa enlozada atornillado en la pared del bar aun regenteado por inmigrantes españoles repite una norma de convivencia que supo ser un lugar común del espacio público de otras épocas: El mero transcurso del tiempo terminó por instalar en las generaciones actuales un estado de naturalización que condujo a que sea sólo una recomendación inocente y hasta un hecho ignorado. A esta reglamentación, concebida hoy como índice arquetípico de la cortesía pública conocida regularmente con el nombre de urbanidad, la omnipresencia de la tuberculosis la convalidó tiempo atrás como un asunto de vida o muerte. Sin pretender abusar de la ironía, debiéramos admitir que vivir o morir es el límite de la convivencia humana. Será por eso que ningún plan urbano ha desatado mayor transformación en sus efectos concretos que los que produjo en la historia de la ciudad de Buenos Aires la epidemia de fiebre amarilla de 1871, consolidando la asimetría territorial de ricos y pobres con la migración de las clases acomodadas al norte de la metrópolis en formación. En aquel momento la estructura urbana comenzó a obedecer a un esquema de división social delimitado por márgenes de salubridad. El esquema norte-sur se asentó así como la matriz histórica expresada en el desarrollo urbano, el establecimiento diferencial de las elites sociales y en consecuencia, en la jerarquización y desigualdad de los valores del suelo. La vida de la ciudad encuentra en esta catástrofe fundacional las bases de apoyo para el ejercicio de una tendencia epocal determinante como la enunciada por las doctrinas higienistas que la clase médico-política de Ramos Mejía, Coni, Wilde, Ingenieros, Holmberg y Argerich entre tantos, supo situar en los primeros planos del escenario del desarrollo argentino impulsado por la generación del 80. El paradigma científico encuentra un espacio protagónico como ámbito de las soluciones al núcleo de los problemas que define el modelo nacional civilizatorio. Sin dudas existió un proyecto de acción, dentro
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de toda la maquinaria de pensamiento que se puso en juego en el accionar político y que repercutió en cierto modo en la injerencia estatal, que tiene que ver con la delicada posición que asiste a los ciudadanos en tiempos del terror invisible de estas epidemias de tratamiento incierto. La peste que habita las calles estrechas y sin luz, puede salir de ahí e introducirse, llevada por el viento, al dormitorio más limpio y más cuidado. Cada pobre que vive mal es una amenaza contra la vida de sus semejantes. (Wilde, 1878) Estos niveles de solidaridad humana forzosa encerrados en la cita de Wilde, que vinieron a activarse desde la imposibilidad del control de las circunstancias y por fuera de una voluntad inicial, hoy se nos hacen impensados como argumentos. Las actuales políticas urbanas y sociales han vislumbrado, ya fuera de todo aparente peligro endémico, las posibilidades con que los asiste la ingeniería mediática para la construcción de retóricas acerca del equilibrio y la mejora del ambiente. La reciente salida de la Argentina de la empresa concesionaria de aguas -Aguas Argentinas- constituye un episodio central para pensar en las actuales cuestiones vinculadas a una nueva valoración de los temas ambientales olvidados de las agendas políticas. El punto de conflicto, en camino al olvido, fue el incumplimiento en la construcción de la planta de tratamiento principal del desagüe maestro que recibe los efluentes de la Ciudad de Buenos Aires y los partidos más poblados de su conurbano. Habrá que mencionar entonces una nueva
oposición geográfica para poder comprender la pulsión orgánica de Buenos Aires. La relación este-oeste dirimida por su frente costero divide los límites de la ciudad en la descripción de tono poético que impone la diferencia entre la pampa y el río, su pampa líquida. Como un cuerpo que modela impulsivamente sus conductas a fuerza de imágenes, Buenos Aires aspiró con el tiempo a una inteligencia literaria que
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se define por esta dualidad que ha servido estrictamente al contraste geográfico de las narrativas, pero que no ha funcionado para articular un sistema igualmente lúcido para la convivencia de los asentamientos urbanos. La más feroz paradoja de esa relación, por fue-
ra de aquella que la consigna como ciudad portuaria, es la que convierte al río en vertedero de desechos y fuente de consumo simultáneo. La metáfora de la pampa líquida es tan eficaz que, asumiendo real aspecto, ha convertido a nuestro río en el mayor depositario de abono que ningún terreno cultivable se haya preciado, suponiendo a través de esta figura, que el agua de consumo también es un bien a cultivar abonándolo. En simultáneo a este escenario, el sesenta por ciento de la población metropolitana no tiene acceso a la red cloacal. ¿Como comprender entonces el final de los tiempos de la peste? ¿Debería ser pensada la salida a estos problemas estructurales y la transformación de la ciudad, entendida como un organismo sin reacción ni instintos de supervivencia, actuando dentro de soluciones que nos confirman el atraso del higienismo? La actual imaginación ambiental -la de la sofisticación de la tecnología natural que ofrecen las soluciones verdes- pareciera definir un modelo, ya lejos de las doctrinas de la higiene social impulsada como un deber colectivo desde el estado, relacionado al rol del individuo como consumidor, en su esfuerzo solitario por recortar un imaginario de supervivencia suburbana para su vida en la metropolis. Un ejercicio sobre el modelo. Si pudiera ser literal la puesta en marcha de un montaje social que reproduzca y transforme en política extendida a la conducta individual que plantean las prácticas relacionadas a la vida sustentable, podremos dar la bienvenida a la era digestiva. Cada uno tendría su propio kit de lombrices californianas digestoras de los propios excrementos como los que utilizan las comunidades ecológicas instaladas en las áreas rurales. Con ellos hará su propio compost. El abono producido podrá ser convertido en un bien comercializable. Las lombrices se reproducirán de manera notable, produciendo un desequilibrio latente en cada hogar dada tal superpoblación de anélidos. Basta con imaginar la cantidad de lombrices necesarias para poder descomponer la totalidad de deposiciones de la población urbana para darnos cuenta que habremos pasado entonces de los tiempos de la peste social a los de la plaga del sujeto. No debiéramos llegar hasta ese punto sin antes habernos preguntado y discutido acerca del rol del Estado en esta nueva realidad.
Instalación Salon Digestorium El módulo a presentar tiene una imagen doble. Una primera apariencia responde a la tradición de la maqueta didáctica en escala real definida por la presentación de un módulo constructivo demostrativo de la solución al tratamiento doméstico de efluentes cloacales mediante la acción de lombrices rojas o californianas. La misma deja ver en corte el funcionamiento del sistema. La segunda apariencia responde al despliegue del objeto para su transformación en elemento performático de contenido social, un salón en el que se realizarán diversas acciones e intercambios a través de una agenda de invitados que representan a diversas disciplinas representativas de la relación entre la sociedad civil y su ambiente. La construcción del módulo estará realizada con materiales desechados por la industria, tal como es habitual en nuestro sistema plug and live system. En esta ocasión los desechos provienen de cajas contenedoras de materiales destinados al blindaje de unidades automotrices, en una elocuente muestra de la vinculación entre el consumo y las razones que le dan origen, expresadas en el terror urbano. Los desechos que generamos también hablan de nuestros propios conflictos. Encuentros en el Salón Digestorium Mutaciones en la imaginación sobre el ambiente humano Durante Octubre de 2008 se realizaron dos encuentros en el Salón: ¿Cuál es el color político de los partidos verdes? Ensayo colectivo para el registro y la presentación de lecturas sobre la actualidad de las interpretaciones políticas de los temas relacionados con el ambiente y el aprovechamiento de sus recursos. Pío Torroja / Diego Melero ¿Cuánto tiempo puede sostenerse una red por su propio peso? Intercambio de experiencias referidas a las modalidades de acción en torno a la sostenibilidad social y a la continuidad temporal de grupos, comunidades y redes en ambientes disímiles. Eugenia Crovara / Leonardo Dattoli / Leonardo Solaas / María Suarez
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