VIVIENDA COLECTIVA | Ensayo
TÁCTICAS DE INFILTRACIÓN
por fernando diez
DIEZ AÑOS DE EXPERIMENTACIÓN EN BUENOS AIRES
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Las tácticas aparecen como opuestas a las estrategias. Mientras estas
la forma de vida de la gente común a través de la arquitectura, había
el deterioro del espacio público, en tanto las grandes torres se
nueva vida en barrios adormecidos. Actuando no solo como
últimas persiguen fines distantes, respondiendo a visiones ideales,
alcanzado proporciones totalmente exageradas. Grandes presupuestos,
rodearon de muros que contribuían a vaciar las calles de interés,
proyectistas, sino también como promotores y constructores,
complejas y totalizadoras, las tácticas proceden por objetivos parciales
centralización de todas las decisiones y poder ilimitado para los
haciéndolas cada vez menos propicias para caminar. Un espacio
aportando la visión de una posibilidad que solo su afinada sensibilidad
y de corto alcance. Se manifiestan en forma de múltiples pequeñas
proyectistas permitieron la demolición de sectores completos de la
público al que se comenzó a mirar con suspicacia, como un territorio
podía poner en evidencia, convenciendo a pequeños inversores
acciones, en contraposición a la estrategia, cuya planificación
ciudad existente, quizá barrios enteros, borrando la historia y los lazos
cada vez más inseguro para las clases acomodadas. Los conjuntos con
y encontrando la manera de dar a conocer nuevos conceptos
es unitaria, centralizada, cerrada.
comunitarios, eliminando las trazas arqueológicas, botánicas y las
remates figurativos constituirían enclaves no menos aislados del
y posibilidades en la vivienda.
Las tácticas no necesitan subordinar los medios a los fines ni el
huellas de acontecimientos sociales para crear en su lugar una
espacio público de la ciudad de lo que habían sido los conjuntos
Para estos jóvenes arquitectos, las tácticas de infiltración fueron,
presente a un futuro lejano. En esta forma de acción fragmentaria
superficie neutra –la tábula rasa– que sería el punto de partida de la
habitacionales. Torres de alta densidad, cuya masa crítica requiere
al mismo tiempo, la manera de encontrar trabajo, creando ellos mismos
y plural, los jóvenes arquitectos han encontrado una manera de realizar
“nueva” ciudad, el sueño tecnológico e higiénico de la ciudad moderna.
de capital intensivo y planificación financiera de largo plazo. Estos
las condiciones con las que realizar su trabajo en sintonía con sus
vivienda experimental en los resquicios del sistema. En algunos casos
Estrategias de largo plazo y gran escala, para cuya ambición todo
emprendimientos estaban caracterizados como pisos de superficies
intereses y sensibilidad arquitectónica. Como consecuencia, estas
infiltrando la arquitectura, construyendo dentro, sobre o alrededor
recurso era siempre insuficiente. Luego de los primeros años de
grandes y medias para los segmentos de mayor ingreso, como la Torre
diversas y múltiples acciones de pequeña escala comenzaron a generar
de edificios existentes, recuperando materiales usados o utilizando
ocupación de estos grandes fragmentos de ciudad construidos ex novo,
Le Parc (57.000 m2, año 1996) o las Torres del Libertador realizadas por
una nueva mirada sobre la geografía urbana, haciendo visibles las
materiales no convencionales. En otros casos infiltrando el mercado,
aquel sueño se convertiría en pesadilla: el gheto del aislamiento social,
Mario Roberto Álvarez y Asociados (36.727 m2, año 1995) o las Torres
ventajosas condiciones ambientales de calles barriales cuya escala
rompiendo los moldes de la convencionalidad inmobiliaria,
las islas de ciudades dormitorio sin vida urbana ni calles con verdadera
Alto Palermo proyectadas por Urgell-Fazio-Penedo-Urgell y Manteola,
peatonal resultaba especialmente atractiva. Ayudando a que más gente
construyendo tipos de edificios innovadores, atentos a la emergencia
vida de barrio, en algunos casos, sin siquiera calles. Sin vida social
Sánchez Gómez, Santos, Solsona y Sallaberry, asociados con E. Cajide,
pudiera reconocer estas cualidades urbanas, y estimulando así
2,
de nuevos estilos de vida. Infiltrando la ciudad, construyendo
y un sentido de pertenencia, en poco tiempo los “conjuntos
E. Minond y M. Mc Cormack (62.300 m año 1994), que serían
un proceso de inversión y recuperación del espacio urbano. Pues
en pequeños terrenos o con formas inconvenientes, encontrando
habitacionales” se convirtieron en el lugar de donde escapar.
sucedidas por emprendimientos como las Torres Las Plazas (70.000 m2,
a medida que estos emprendimientos demostraban su éxito, más
localizaciones marginales con potencialidades urbanas y, a veces,
Encerrados en sí mismos, aislados de la ciudad pública, los habitantes
año 1998) del Estudio Aisenson.
jóvenes arquitectos se embarcaban en el camino experimental de las
cuando estas acciones se potencian recíprocamente y se multiplican,
de los conjuntos habitacionales fueron privados de un sentido
La precondición para ambas maneras de actuar fue la tábula rasa,
tácticas de infiltración, generando una corriente que se hizo visible
dando nueva vida urbana a barrios abandonados. Las tácticas de
de pertenencia al resto de la comunidad al mismo tiempo que
donde un resultado final y completo, cerrado en sí mismo, era visto
en la revitalización de nuevas áreas.
infiltración, operando en los resquicios de la sociedad y la ciudad,
se convertían en víctimas de las bandas del crimen. Confinados a estos
como inmejorable solución. Este modo de pensar se corresponde con
no deben interpretarse como una forma menor o marginal de actuar.
ghetos distantes, también eran forzados a viajar más horas diarias
una “estrategia”, una acción cuya gran escala es el medio para definir
Las tácticas de infiltración exigen tomar riesgos. Como todo avance
Sugieren que es posible, e incluso mejor, trabajar en pequeña escala.
hasta sus lugares de trabajo o para acceder a los servicios públicos
las propias condiciones de lo urbanístico desde la arquitectura. Ya no
sobre fronteras desconocidas, la exploración demanda una dosis de
Que no estamos condenados a seguir las profecías de los brujos del
de la ciudad real.
se eligiría un barrio o una calle, se vive ahora en un “conjunto”,
valentía tanto como cierta prudencia. Valentía y creatividad, trabajando
mercado o los dictados de la burocracia del estado. Por el contrario,
Irónicamente, si la concentración de inversión y el poder de decisión
un “complejo” o en un “edificio” que tiene nombre propio.
en terrenos antes evitados por sus formas inconvenientes o escasas
estas tácticas de infiltración han demostrado ser el paso hacia una
caracterizaron el crecimiento urbano para la vivienda social promovida
Una “táctica”, en cambio, supone un modo más modesto y provisional
superficies, descubriendo nuevas localizaciones en barrios postergados
visión más amplia y más adaptativa, capaz de arrojar luz sobre las
por el estado durante los años 70 y 80, similares condiciones
de actuar, fijándose solo objetivos mediatos y de pequeña escala.
o poco conocidos, proponiendo nuevos tipos de vivienda que rompen
formas de superar el rutinario fracaso de tantos proyectos de vivienda,
de crecimiento urbano caracterizarían la expansión de la clase media
En lugar de sacrificar los medios a los fines, acepta un futuro abierto,
con la partición convencional del espacio doméstico y los espacios
de urbanizaciones sin carácter y de enclaves aislados del espacio
y alta durante los años 90. Aunque muy diferentes en carácter, estas
en tanto es receptiva a la naturaleza cambiante de las circunstancias
comunitarios. Usando materiales baratos o poco probados,
público y la ciudad que los rodea.
urbanizaciones también revelaban la preferencia por eludir la ciudad
o simplemente toma ventaja de ellas. [1]
o recuperando otros que han caído en desuso pero presentan
preexistente, minimizando las posibilidades de vinculación con su
Una serie de acciones llevadas adelante por jóvenes arquitectos
interesantes texturas y terminaciones. Permitiendo que la gente
Planeamiento en gran escala, un comando centralizado y la disolución
espacio urbano: típicamente dos torres de gran altura con sus propios
en los últimos años ha mostrado este espíritu que he descripto como
participe más en la resolución del proyecto, definiendo ellos mismos
de la distinción operativa entre proyecto arquitectónico y proyecto
equipamientos sociales, amenidades recreativas y acceso vehicular,
“tácticas de infiltración”: diferentes maneras de actuar dentro
aspectos de las terminaciones o la distribución. Reciclando edificios
urbano eran consideradas ideas potentes y visionarias, conceptos
que permitirían a sus moradores evitar todo contacto con las calles
de la ciudad existente, intentando sacar ventaja de oportunidades
o estructuras existentes, sacando provecho de su energía contenida,
inherentes y necesarios a la producción de vivienda social en los años
y los parques públicos. A cambio, la prometida vista, idealmente,
desaprovechadas, completando el tejido urbano, encontrando
las cicatrices y huellas del uso con que la historia enriquece la textura
70. Momento en que la noción de reformar la sociedad, y por lo tanto
desde lo más alto posible. Una tendencia que solo ayudó a incrementar
ubicaciones convenientes en localizaciones devaluadas e inyectando
superficial de los materiales. Aceptando también el valor del lugar,
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