Los bienes de la ermita de la Virgen del Prado de Domingo Pérez
Los bienes de la ermita de la Virgen del Prado de Domingo Pérez y su desamortización Josué López Muñoz
La administración de la ermita de la Virgen del Prado de Domingo Pérez (Toledo) es un capitulo muy digno de estudio. En este tipo de inmuebles religiosos se pretendía que con los donativos y con la administración de sus bienes propios la ermita fuera económicamente autosuficiente. Para ello, se contaba con los mayordomos o administradores, que en momentos de bonanza salían beneficiados de esta administración pero que en algún caso nos dejan constancia de que habían tenido que contribuir con sus propios caudales al sostenimiento de la ermita y la realización de la fiesta. Su labor era controlada por los visitadores eclesiásticos.1 Todos los medios eran buenos para conseguir recursos económicos para el sostenimiento de la ermita o para afrontar alguna mejora concreta. Así tenemos constancia de la organización de corridas de toros y de la venta Virgen del Prado en su ermita, extramuros posterior de la carne del de la villa de Domingo Pérez toro que se había matado; rifas de corderos, de tortas de bizcocho, de toronjas, de roscas o de alcorzas; representaciones de autos sacramentales y comedias; en alguna ocasión los vecinos ceden la renta de la pámpana de la vid de todo el término; por supuesto las limosnas en trigo o en dinero; algunas de estas limosnas procedían de una donación de un devoto potentado como don Marcelino Canales de los Ríos, oidor de la Coruña (hoy diríamos magistrado), que entrega 300 reales y cede dos arrobas aceite anuales. Y su hermano don Agustín Canales de los Ríos que hace un legado de 150 reales. Don Marcelino fue quien sufragó la edificación de la ermita de la Virgen de la Soledad en 1770. En 1771 este dinero estaba en manos de un 1
Este artículo está basado en el “Libro de Fabrica de la Ermita de Nuestra Señora del Prado”, que abarca de 1636 a 1844.
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hermano de ellos Francisco Andrés Canales de los Ríos que se resiste a entregarlo alegando que estos legados estaban comprometidos para reparar la ermita y el citado Andrés firma al margen su compromiso de entregarlos al inicio de las obras. Este compromiso se hace efectivo en 1773 con el inicio de las obras. Pero el principal ingreso procedía de la administración de los bienes propios, y en este punto debemos decir que nuestra ermita no era especialmente rica. Por un documento de 1712 sabemos que se habían plantado unas olivas en un terreno de la Virgen en 1680, el documento dice así: “Y un cercado de Nuestra Señora del Prado, que se venera en su ermita, al camino que va de dicha villa a la del Otero, que trae cincuenta y una olivas nuevas, que dicen haberse plantado desde el año de 1680 a esta parte…”. Por otras anotaciones de 1720 podemos conocer todos los bienes de la ermita. Este inventario se hace por la exigencia del visitador de poner orden, claridad y rigor en las cuentas. La ermita contaba con: - Veinte olivas ralas Anotaciones contables en el libro de fábrica de la ermita del Prado (dispersas), repartidas por diferentes parajes del término municipal. - Sesenta olivas en el cercado, junto a la ermita. - Seis olivas que dejó en 1700, en "un liño que llaman Carrasco", el licenciado Diego González de Rioja. - También se contabilizan las dos arrobas de aceite y dos libras de cera de la capellanía del Comisario Rioja. Como curiosidad, hemos encontrado la petición reiterada que hacen los arrendatarios del cercado de las olivas para que la fábrica de la ermita levante vallados o ponga cambroneras para evitar la entrada del ganado en el olivar. Josué López Muñoz
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Ante la falta de medios el visitador solicita al concejo de la villa que se responsabilice de los reparos necesarios en la ermita y no duda en recordarles el compromiso adquirido en 1646. Esta petición se reitera en el tiempo hasta 1732, pasada esta fecha, ante lo infructuoso de su petición, el visitador no vuelve a mencionarlo. En 1802 las primeras medidas desamortizadoras tienen sus efectos en Domingo Pérez. En mayo de 1802 los bienes de la ermita son vendidos en pública subasta. El lote con más valor, los sesenta olivos del cercado de la Virgen, son adjudicados a don Manuel Antonio Pérez, antiguo presbítero de la villa, en 8.852 reales; y los veintidós olivos restantes, a Francisco Sánchez-Cabezudo por 2.037 reales. Este dinero fue a parar a la Real Caja de Amortización, que se comprometía a entregar unos réditos anuales. Sin embargo, por unas u otras razones, nunca llegaron a las arcas de la ermita. © Domingo Pérez, 2013 eulaliense.blogspot.com
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