Gineconews vol 2

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Abril 2015 nº 2

Estudios Clínicos

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Editorial

Anticoncepción en la adolescencia, un reto no superado Durante los últimos meses del año pasado y los primeros de este, el tema de la planificación familiar hizo noticia por las declaraciones del Presidente de la República y la permuta del proyecto “ENIPLA” (Estrategia Nacional Intersectorial de Planificación Familiar) a “Plan Familia Ecuador”, particularmente debido al cambio de conceptos y un problema que no ha podido ser superado no solo en Ecuador, sino prácticamente en toda Latinoamérica: el embarazo en adolescentes. La publicación de varios artículos con motivo de la entrega del Informe final “Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes” realizado en agosto del 2014 por Plan y UNICEF contribuyo al tema.

Después del África subsahariana, América Latina y el Caribe es la región con mayor fecundidad adolescente en el mundo. Recientes proyecciones plantean que “la tasa de fecundidad adolescente en América Latina será la más alta del orbe y que se mantendrá estable durante el período 2020 – 2100”. “En la región, una tercera parte de los embarazos corresponden a menores de 18 años, siendo casi un 20% de estas menores de 15 años” (1). Es conocido que el riesgo de muerte por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto en niñas embarazadas antes de los 15 años de edad se duplica. En Europa Occidental la tasa de maternidad adolescente es de un 2%. En Ecuador, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición sobre Salud Sexual y Reproductiva, presentada en octubre del 2014 por el INEC y el Ministerio de Salud, la tasa de fecundidad en las adolescentes de 15 a 19 años aumentó 11% en el periodo 2007-2012 en relación con 1999-2004; es decir, de cada 1.000 mujeres en edad fértil (considerada de 15 a 49 años) 111 adolescentes se convierten en madres. En el periodo 1999-2004 eran 100 y en 1995-1999, 91. El censo del 2010 da cuenta de 121.288 adolescentes entre 15 y 19 años (el 17,2%) que dieron a luz al menos una vez. Hoy, el 19,48% del total de nacimientos corresponde a adolescentes de esas edades y supera el 20% si se incluye a las menores de 15, un grupo en el que los casos tienden a aumentar (creció 71% entre 2007 y 2013) (2). Ecuador está entre los tres primeros países de América Latina con las tasas más altas de embarazo adolescente (3).

Tendencias Novedades

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Una de las principales razones por las que el embarazo y la maternidad adolescentes sean considerados como un problema social es que, en la mayoría de los casos, la situación de embarazomaternidad puede impedir o al menos dificultar la trayectoria escolar de las adolescentes y en general afectar su proyecto de vida, situación que puede terminar en problemas de desarrollo profesional e inserción laboral, lo cual va asociado a la reproducción de la pobreza, al no ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos y otros factores como la falta de expectativas, frustración y desmotivación (3) (4). Las soluciones propuestas, muchas de ellas cuestionadas por preceptos culturales, religiosos o políticos, prácticamente no han dado resultado; lo cierto es que una educación sexual adecuada que permita a los adolescentes postergar su vida sexual, de ser posible, o decidir tener relaciones sexuales, porque es su derecho decidir, pero también conocer que es una obligación la protección contra un embarazo no deseado, es una prioridad. En este contexto el uso de anticonceptivos tiene un espacio que debe ser analizado correctamente por el médico -especialmente en adolescentesantes de sugerir una alternativa. De todos los métodos anticonceptivos, la anticoncepción hormonal es la más efectiva por la función anovulatoria y el aumento de la viscosidad del moco cervical que ocasiona la progesterona, por ello existen dos tipos de anticonceptivos hormonales, los de progesterona sola y los combinados con estrógenos. Estos últimos son importantes por el papel que juegan en el crecimiento del endometrio, manteniéndole funcional y por lo tanto facilitando el retorno a la fertilidad, por su papel protector de la osteoporosis y el rol que juegan en la “feminidad” principalmente en la libido y la competitividad de la mujer. Por ello dar un anticonceptivo de progesterona sola en una adolescente es una decisión que debe ser analizada profundamente. De otro lado es conocido que los anticonceptivos hormonales por vía oral son los más consumidos a nivel mundial, sin descuidar los inyectables, entre todos la diferencia fundamental esta en el tipo de progestágeno que se decide utilizar, desde derivados de la testosterona como el levonorgestrel con sus posibles efectos androgénicos hasta el derivado de la espironolactona, drospirenona, que presenta la ventaja de su efecto antiandrogénico y antimineralocorticoide , evitando la retención de líquidos, que lo hace útil además para prevenir los síntomas premenstruales. De esa amplia gama existente es donde el médico debe elegir la mejor alternativa para lograr alta eficacia anticonceptiva, reversibilidad, accesibilidad, costo adecuado, tolerabilidad-inocuidad, aceptabilidad y comodidad como características a conseguir. 1. Salinas S, et al; Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes; Plan y UNICEF; Panamá, Agosto 2014 2.http://www.eluniverso.com/noticias/2014/11/02/nota/4174331/hay-anticonceptivos-falta-educacion. Ultimo ingreso: 29 de marzo 2015. 3.http://www.lahora.com.ec/index.php/noticias/fotoReportaje/1101744432#.VRSg4ft8NMs. Ultimo ingreso: 29 de marzo 2015. 4. Flores C, Soto V; Fecundidad adolescente y desigualdad en Colombia y la región de América Latina y el Caribe. Santiago de Chile, noviembre 2006.

Marketing Finanzas

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