663 El Heraldo - 28 de Octubre de 2018 Vida Abundante: Acercándonos a la revelación de Dios

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28 de octubre de 2018 • Volumen XIII • No. 663

NUESTRO HORARIO

Domingo Servicio de Adoración 8:00 am / 10:30 2do Culto Lunes Servicio de Adoración 8:00 pm Martes y Miércoles Reuniones Especiales

Miércoles Ministerio con Pastor Mickey Martínez & Marta Daniels 9:00 am a 12:00 md. Jueves Estudios Bíblicos con el Pastor/Rector Mizraím Esquilín García 8:00 pm Viernes Reuniones Familiares 8:00 pm

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ace 11 años desarrollamos una serie de reflexiones acerca del alcance y el significado de una vida abundante. Los retos que nos ha formulado el Señor en los meses más recientes nos obligan a revisitar este tema. Lo haremos re-enfocados en las responsabilidades que el Señor ha puesto sobre nuestros hombros, y en las exigencias bíblicas que sabemos que tenemos que satisfacer mientras cumplimos con lo que el Señor nos ha pedido. Este renfoque procura que podamos descubrir cuáles son las bases doctrinales sobre las que desarrollamos nuestra vida como Cristianos. Estas bases nos permiten mantenernos fieles a Aquél que nos comisionó, al mismo tiempo que nos impulsan a vivir la vida abundante que Dios nos ha prometido.

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e trata entonces de reconocer que hay principios de fe en los que no podemos admitir transacción. Vivir dentro de estos principios nos permiten acercarnos con otra óptica a la revelación de Dios en su Santa Palabra y reconocer que estos destilan calves para poder ser una generación relevante. Un segmento de una de esas reflexiones compartidas en el 2007 sirve como introducción a esta nueva serie sobre vida abundante; un segmento de la primera semana de noviembre de 2007 acerca del primer capítulo del Evangelio de Juan: “El primer capítulo del Evangelio de Juan es sin duda alguna una de las explicaciones más poderosas de la revelación de Dios. En este capítulo


encontramos una descripción sistemática y gradual de la mayoría de las vertientes teológicas que se encierran en la revelación más importante de Dios. a Biblia dice que la revelación más excelsa de Dios es la que él hace en la encarnación de su Hijo Jesucristo. El Apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, nos dice que Dios se revela en la naturaleza (Rom 1:20); la revelación natural de su poder y deidad. Sin embargo, también nos dice que Dios se revela de manera “especial” a través de su Hijo (Gal 4:1-6). Esa revelación, la que el Padre hace a través del Hijo, es la más importante de todas las revelaciones de Dios (Heb 1:1-4). Me parece que el Evangelio de Juan resume las más poderosas de todas las declaraciones que la Biblia hace acerca del Hijo.

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l Dr. Warren Wiersbe ha resumido la propuesta teológica sistemática de ese capítulo señalando que en ese primer capítulo juanino hay al menos 7 aspectos de la revelación que Dios el Padre hace en el Hijo. En primer lugar, ese capítulo nos dice que el Hijo es la Palabra de Dios (Jn 1:1-3, 14). Esa declaración es sin duda muy poderosa, dado el hecho de que la Biblia señala que todo lo que existe fue creado por la Palabra (Col 1:15-20). El Dr. Roberto A. Rivera nos ha enseñado que esa Palabra Creadora llegó al mundo como un “infante:” una palabra que en latín se usa para describir a alguien que no posee palabras, o que es inarticulado1. Esa Palabra llegó al mundo para ser “amortajado” al momento de nacer; envuelto en pañales. Estas señales eran las que identificaban al recién nacido como Cristo, Salvador y Señor (Lc 2:11- 12). Esa Palabra encarnada fue revelada para darnos el mensaje más poderoso de la historia; que Dios nos ama de tal manera que había decidido darnos a su Hijo Unigénito para que todo aquél que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna (Jn 3:16).

En segundo lugar, ese capítulo dice que el Hijo es la Luz (Jn 1:4-13). El salmista le pedía a Dios que alzara sobre el pueblo la luz de su rostro (Sal 4:6; 90:17). Podía pedir esto porque él sabía que el Señor es la luz y la salvación (Sal 27:1) y que solo en esa luz sería posible ver la luz (Sal 36:9). Por otro lado, el profeta señalaba que la salvación para el pueblo en tinieblas solo estaba en la revelación de la luz de Dios (Isa 9:2). El Apóstol Pablo señala que la revelación de Dios en Cristo puede ser resumida como la inserción de la luz de Dios en las tinieblas del ser humano (2 Cor 4:5-6); y que esa luz se ve en el rostro de Jesucristo. Dios que es luz (1 Jn 1:5), se revela en Cristo como la luz del mundo. O sea, que Cristo es Dios. En tercer lugar, el primer capítulo de Juan dice que el Hijo es el Cristo (Jn 1:19–28, 35–42). Ser el Cristo es ser el Mesías, el Ungido de Dios enviado para salvar al pecador (Rom 3:22-23; 6:23). No hay otro nombre en el que podamos ser salvos (Hch 4:10-12). La Biblia también dice que el que persevera en la doctrina de Cristo tiene al Padre y al Hijo (2 Jn 1:9). En cuarto lugar, el primer capítulo del Evangelio de Juan dice que el Cristo es el Hijo de Dios (Jn 1:15–18, 30–34, 49). Es el Hijo de Dios el que envía a escribir a las Iglesias del libro de Apocalipsis (Apoc 2:18). El Hijo de Dios es el que da entendimiento (1 Jn 5:20), y el que tiene al Hijo tiene vida eterna (1 Jn 5:11-13). O sea, que no hay vida abundante sino se recibe y se sigue al Hijo.

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or otro lado, el Dr. Roberto A, Rivera nos ha enseñado que el llamado de Jesús fue un llamado a ser Hijo. Veamos:

1 Roberto nos dejó una cantera inagotable de discusiones y análisis de este tema en uno de sus libros: “Miren quien se mudó al barrio” (Carolina, PR: Ediciones Uelomuki, 2007).


es el “17 Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mt 3:17) “17 Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.” (2 Ped 1:17).

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e hecho, en el Evangelio de Juan encontramos a siete personas que declaran que Jesús es el Hijo de Dios: • Juan el Bautista (Jn 1:34). • Natanael (Jn 1:49). • Pedro (Jn 6:69). • el ciego de nacimiento (Jn 9:35–38). • Marta (Jn 11:27). • Tomás (Jn 20:28) y • el mismo escritor del Evangelio (Jn 20:30–31).

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e insiste tanto en esto en ese Evangelio que en este se declara que el pecador que no crea que Jesús es el Hijo de Dios no puede ser salvo (Jn 8:24). En quinto lugar, el primer capítulo del evangelio de Juan uno nos dice que el Hijo es el Cordero de Dios (Jn 1:29, 35-36). Esta es una expresión que describe dos calificaciones extraordinarias. La primera de ellas es que ser el Cordero de Dios le califica para ser el Salvador. Cristo es el Cordero de la provisión por la que Isaac preguntaba (Gn 22:7). Cristo es además el Cordero Pascual de la salida de Egipto (Ex 12). Cristo es también el cumplimiento de la profecía de Isaías (Isa 53:7). La sangre de los corderos sacrificados en el templo podían cubrir los pecados de forma temporal (Heb 10:1-4). En cambio, el Cordero de Dios derrama su sangre una sola vez y ese sacrificio es más que suficiente para el perdón de pecados de toda la humanidad.

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or otro lado, ese concepto también describe la exaltación final del Salvador del mundo. En

el libro de Apocalipsis se nos dicen lo siguiente acerca del Cordero: • es el Cordero el que aparece victorioso en medio de los ancianos en el cielo (Apoc 5:6-14). • es el Cordero el que abre los sellos de los juicios finales de la historia de la humanidad (Apocalipsis 6:1). • es ante la presencia del Cordero que se presentan las multitudes de los salvados de todas las naciones (Apoc 7:9-17). • El libro más importante que se abre en los cielos es el libro del Cordero (Apoc 13:8). • Los 144 mil siguen al Cordero (Apoc 14:1) • la canción más importante que se canta en el cielo es la del Cordero (Apoc 15:3) • son las Bodas del Cordero las que se celebran en la eternidad (Apoc 19:7).

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odas estas declaraciones sirven para subrayar que el concepto “Cordero de Dios” cubre mucho más que sacrificios. Ese concepto también sirve para declarar señorío y majestad. En sexto lugar, el primer capítulo del Evangelio de Juan dice que el Hijo es el Rey de Israel (Jn 1:43-49). De hecho, en este Evangelio podemos encontrar un instante en el que el pueblo quería exaltar a Jesús como rey de Israel (Jn 6:15). Claro está, las razones para hacerlo eran incorrectas. No le querían como rey por ser el Hijo de Dios. Ellos querían a Jesús como rey porque les había dado de comer. La profecía del Antiguo Testamento destaca que el Rey de Israel, que sería eterno, vendría al pueblo sentado en un pollino hijo de asna (Zac 9:9). El rey de Israel vendría de la casa de David (Isa 9:7; Jer 33:15-26; Eze 34:23-24; 37:24-25). Ya al final, cuando la historia de la humanidad se cierre, se escuchará la voz de Jesús declarando que él es el Rey por ser del linaje de David (Apoc 22:16). Jesús es el Rey de reyes y Señor de señores (Apoc 17:14); él es el soberano de los reyes de la tierra (Apoc 1:6).

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or último, en séptimo lugar, Juan dice que Cristo es el Hijo del Hombre (Jn 1:50-51). Este es un título apocalíptico; esto es, un


título reservado para aquél que posee la autoridad que gobernará los procesos para el cierre de la historia de la humanidad. El profeta Daniel lo usa de esta forma por vez primera (Dan 7:13-14). En los Evangelios se destaca este mismo título para hacer énfasis en la autoridad que tiene Jesucristo para regir los destinos de toda la creación (Apoc 1:13; 14:14). Estas características de la revelación que Dios hace en Cristo Jesús son esenciales para la fe y la conducta de todos aquellos que deseamos ser insertados en la vida abundante que Dios nos ofrece. Es este Hijo, el mismo que da a conocer la revelación del amor del Padre, el que dijo que él había venido al mundo para que en él pudiéramos tener vida y vida en abundancia.”

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os párrafos anteriores sirven para despertar el apetito de cualquier creyente que ama las Sagradas Escrituras. Y es que hay mucho más en ese primer capítulo del Evangelio de Juan. Reiteramos que sus enseñanzas nos permiten reconocer las estructuras teológicas, las declaraciones de fe y las doctrinas que dan forma y que sostienen la vida abundante que el Señor nos ofrece. Repetimos que hay mucho más en ese primer capítulo del Evangelio de Juan. En ese capítulo nos dicen que Cristo Jesús es el Hijo de Dios porque además de Palabra encarnada, fue Cristo el que creó todo lo que existe (Jn 1:1-14). Es Jesucristo, el que ofrece salvación a todo aquél que cree en él (Jn 1:9-13). Ese Evangelio dice además que es Jesucristo el que revela a Dios (Jn 1:15-18); él que da a conocer al Padre. Moisés dio a conocer la Ley que definía e identificaba el pecado. Cristo manifiesta la Gracia y es el camino, la verdad y la vida que redime (Jn 145:7). El primer capítulo del Evangelio de Juan dice además que es Cristo el que bautiza con el Espíritu Santo (Jn 1:33). Esa declaración juanina está enmarcada en uno de los testimonios de la Trinidad más elocuentes que podemos encontrar en el Nuevo Testamento.

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os creyentes en Cristo reconocemos la unicidad de Dios (Dt 6:4; Stg 2:19); Dios es uno solo. Al mismo tiempo reconocemos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Es muy cierto que no encontramos que este concepto se mencione en la Biblia, como tampoco encontramos textos que prueben la existencia de Dios. En ambos casos la Biblia nos deja saber que ella no tiene que comprobar lo que es evidente. La doctrina de la Trinidad es crucial para el Cristianismo. Este concepto trata con tales como quién es Dios, cómo es Él, cómo obra y cómo debemos acercarnos a Él. Sin embargo, no es menos cierto que la Trinidad es manifestada de muchas maneras en todo el Nuevo Testamento. Veamos algunos ejemplos:

• Mat 3:16-17 • Jn 14:26 • Hch 2:33 • 1 Cor 6:11-14 • Efe 4:4-6

• Mat 28:19

• Jn 1:33-34

• Jn 14:16-17

• Jn 15:26

• Jn 16:13-15

• Jn 20:21-22

• Hch 20:28-32

• Rom 14:17-18

• Rom 15:30

• 1 Cor 12:4-7

• 2 Cor 13:14

• Efe 3:14-19

• 2Tes 2:13-14

• 1 Ped 1:1-2

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l mismo tiempo, hay doctrinas básicas de la fe Cristiana que se pueden estructurar con la participación de la Trinidad. Por ejemplo, el Apóstol Pablo nos presenta el siguiente bosquejo teológico en la carta a los Romanos: 2 • El juicio de Dios sobre todos (Rom 1:18- 3:20) • La justificación por la fe en Cristo (Rom 3: 21– 8: 1) • La vida en el Espíritu (Rom 8: 2– 30)


Parte de la carta a los Gálatas puede ser bosquejada de la misma manera: • Justificación por la fe en Cristo (Gal 3: 1– 29). • La adopción como hijos a través de la redención causada por Dios enviando a Cristo y a su Santo Espíritu (Gal 4: 1– 7). • La esclavitud de la Ley y la libertad que nos da Cristo: conocemos a Dios (4:8), Cristo nos liberta (5:1) y aguardamos por fe la esperanza con la ayuda del Espíritu Santo (5:5) (Gal 4: 8– 5: 15). • Vida en el Espíritu: andamos en el Espíritu (5:16), somos de Cristo (5:24), vivimos en el Espíritu (5:25) y sabemos que Dios no puede ser burlado (Gal 5:16– 6: 10).

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eorge Hendry3 ha señalado que las inter dinámicas entre las tres personas de la Trinidad son manifestadas repetidamente en el Evangelio de Juan. Veamos: • El Hijo es enviado por el Padre (Jn 14: 24) y salió del Padre (Jn 16:28). • El Espíritu es dado por el Padre (Jn 14:16) y procede del Padre (15: 26). • El Hijo está estrechamente involucrado en la venida del Espíritu Santo; ora por su venida. (Jn 14:16); el Padre envía el Espíritu en el nombre del Hijo (Jn 14:26). • El Hijo envía el Espíritu desde el Padre (Jn 15:26); el Hijo tiene que irse al Padre (Jn 7:33; 16:7). algunas para que venga el Santo Espíritu Jn 16:7).

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l mismo tiempo hay preguntas doctrinales cuyas respuestas involucran la Trinidad. Veamos de ellas: 1. ¿Quién levantó a Jesús de entre los muertos a. El Padre (Gal 1:1; 1 Tes 1:10); b. El Hijo (Jn 2:19; 10:17-18); c. El Espíritu Santo (Rom 8:11). 2. ¿Quién nos dio el Nuevo Pacto? a. El Padre (Jer 31:33-34); b. El Hijo (Heb 8:1-13; 10:29; 12:24; 13:20); c. El Espíritu Santo (Heb 10:15-17).

3. ¿Quién santifica al creyente? a. El Padre (1 Tes 5:23); b. El Hijo (Heb 13:12); c. El Espíritu Santo (1 Pet 1:2). 4. ¿Quién es el Creador? a. El Padre (Gen 1:1; Is 44:24; Hch 17:24; Efe 3:9); b. El Hijo (Jn 1:3; Col 1:16; Heb 1:8, 10); c. El Espíritu Santo (Job 33:4) 5. ¿Quién habita/mora en el creyente? a. El Padre ((1 Cor 3:16a; 2 Cor 6:16; 1 Jn 3:24); b. El Hijo (Jn 6:56; Rom 8:10; Gal 4:6; Efe 3:17); c. El Espíritu Santo (Jn 14:16-17; Rom 8:9, 11; 1 Cor 3:16b)

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ay que admitir que los conceptos teológicos para acercarse a la doctrina de laTrinidad suelen ser muy complicados. Esto limita la posibilidad de desarrollar reflexiones sencillas acerca de este tema. Por ejemplo, la teología sistemática acerca de la Trinidad nos enseña que las tres (3) personas de la Trinidad operan en un completo acuerdo y en completa unidad, y que ellas se “interpenetran” unas a las otras. Esta y otras clases de relaciones son descritas utilizando conceptos teológicos tales como “circumincession ”(Latín) or “perichoresis” (Griego). ¡Muy complicado!

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o podemos obviar que la naturaleza completamente humana de Jesús encarnado y la naturaleza completamente divina que también poseía es un fundamento de nuestra fe. La doctrina de la Trinidad que Juan y muchos otros escritores bíblicos nos ofrecen acerca de la Trinidad es también un fundamento inamovible de nuestra fe como Cristianos. Un creyente que quiere ser relevante no puede apartarse de estas 2 doctrinas. Un creyente que quiere acercarse a la revelación que Dios nos da en la Palabra tiene que reconocer que ambas son fundamentales a nuestra fe. Un creyente que quiere vivir una vida abundante tiene que abrazarse a estos postulados de fe.

2 Millard J. Erickson, citando a Arthur Wainwright, nos presenta uno de los mejores análisis que existen acerca de este tema: Erickson, Millard J.. Christian Theology (pp. 359-360). Baker Publishing Group. Kindle Edition. El libro de Wainwwright es un clásico de la literatura teológica: Arthur W. Wainwright, The Trinity in the New Testament (London: SPCK, 1962), pp. 257ff. 3 George S. Hendry, The Holy Spirit in Christian Theology (Philadelphia: Westminster, 1956), p. 31.


Felicitaciones

A la Pastora Wilmarie Leduc, Pastora Jenny Rivera, Pastor Ángel L. Vigo, Hna. Teresa Boria, Hna. Evelyn Quiñonez y la Hna Yanira Rivera que cumplieron año en este mes de octubre de 2018. ¡Que sea poderosa la bendición de Dios sobre sus vidas en todos los años por venir! A nuestra hija Samille Pérez Esquilín por su cumpleaños el 27 de octubre de 2018. ¡Qué Dios te bendiga y te cuide! Todos en casa te felicitamos. Josué 1:9

Madelyn De la Cruz..................... Hosp. Aux. Mutuo Yan Bradiel........................................................Hogar Frandiego Romero Parilla................................. Hogar Pastora Rebeca Parrilla......................................Hogar Evelyn Quiñonez..............................................Hogar Ilia Serra.......................................................... Hogar Keila Hernández ............................................. Hogar José Mercado................................................... Hogar Nayda Secola.................................................. Hogar Glory García.................................................... Hogar Noemí García.................................................. Hogar Noemí-Sobrino de Lizandra .............................Hogar

A nuestro Hno. Daniel Fuentes en la partida de su Sra. Madre. ¡Que Dios le continúe fortaleciendo y llenándole de paz! A nuestra Hna. Ivonne Oriols ante la partida de su Sra. Madre, que Dios traiga consuelo y paz a su corazón. A nuestra Hna. Yadira Correa por el fallecimiento por el fallecimiento de su abuelita. ¡ Que Dios le fortalezca y le llene de su paz¡ A nuestra Hna. Julita por el fallecimiento de su hermana. ¡Que la presencia de Dios sea su fortaleza!


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