664 El Heraldo - 4 Noviembre de 2018 Parte II Vida Abundante: Acercándonos a la revelación de Dios

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4 de noviembre de 2018 • Volumen XIII • No. 664

NUESTRO HORARIO

Domingo Servicio de Adoración 8:00 am / 10:30 2do Culto Lunes Servicio de Adoración 8:00 pm Martes y Miércoles Reuniones Especiales

Miércoles Ministerio con Pastor Mickey Martínez & Marta Daniels 9:00 am a 12:00 md. Jueves Estudios Bíblicos con el Pastor/Rector Mizraím Esquilín García 8:00 pm Viernes Reuniones Familiares 8:00 pm

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ontinuamos con esta serie de reflexiones acerca del significado y el alcance de una vida abundante. El enfoque inicial de estas ha sido desarrollado utilizando el Evangelio de Juan como base bíblica para enunciar los postulados teológicos que sustentan la vida abundante. Es en este Evangelio que tenemos declaraciones de Cristo que definen el centro de esta clase de vida: Cristo vino para darnos vida abundante “10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” (Jn 10:10)

Cristo vino para darnos vida eterna “27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”

Cristo es la resurrección y la vida Visítenos a: www.ameccda.net https://www.facebook.com/ elheraldoameccda

“25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. 26 Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?” (Jn 11:25-26)

Cristo ofrece el medio para preservar la vida para la eternidad “25 El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.” (Jn 12:25)


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risto ofrece mandamientos que son vida eterna

“47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. 48 El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero. 49 Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que he de hablar. 50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.” (Jn 12:47-50)

Cristo es la vida

“6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Jn 14:6) “1 Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; 2 como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. 3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Jn 17:1-3)

Cristo ofrece vida con tan solo creer en Él “31 Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” (Jn 20:31) ¿Por qué Cristo puede garantizar esa vida abundante y eterna? Porque Él es la vida (Jn 14:6). Cristo puede hacerlo porque Cristo vino para poner su vida por nosotros, en la cruz del Calvario:

“11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. 12 Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa. 13 Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.” (Jn 10:11-17)

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s por esto que es importante reconocer las descripciones de Cristo que Juan realiza en el Evangelio que lleva su nombre. A continuación un resumen de catorce (14) descripciones de Jesucristo que encontramos en el primer capítulo de ese Evangelio: Jesucristo es el verbo (la palabra) eterno (Jn 1:1–2). Él era, es y sigue siendo desde el principio. No fue creado, ni formado: Él es (Jn 8:58). Jesucristo es Dios (Rom 9:5). Destacamos que Juan no dice “en el principio del mundo”. Este principio del que habla Juan es conocido en filosofía como el principio eficiente (ἀρχή arghé) Col 1:18). Esto es, el principio o el origen de todas la cosas. Juan nos dice que el Logos (la Palabra) ya estaba (era) en ese principio eficiente. Su presencia Eterna es expresada así por Juan.


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Jesucristo es la palabra encarnada (vs. 14). “14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Jesucristo es la luz (vs.4–9). “4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.” Este es un tema recurrente en este Evangelio. Jesucristo nos da potestad de ser hechos hijos de Dios (vs. 10-13). “10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Jesucristo es el Hijo de Dios (vs.15-28,34, 49). “34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.” “49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.”

Jesucristo nos revela a Dios (vs.18). “18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” La esencia de Dios es invisible (Col 1:15; 1Tim 1:17; Heb 11:27) y el Hijo de Dios nos permite conocerle (Jn 17:26). “26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.” Jesucristo es el Cordero de Dios (vs.29-30, 35-36) “29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo. 31 Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.” “35 El siguiente día otra vez estaba Juan, y dos de sus discípulos. 36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.” Jesucristo perdona pecados (vs.29) “29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”


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Jesucristo bautiza con el Espíritu Santo (vs.31-33) “31 Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua. 32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. 33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.” Jesucristo es el Mesías (vs. 40-42) “40 Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús. 41 Este halló primero a su hermano Simón, y le dijo: Hemos hallado al Mesías (que traducido es, el Cristo). 42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro ).” Jesucristo tiene pleno conocimiento de lo que hay en el interior del ser humano (1:42, 47–48). “42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas (que quiere decir, Pedro ).” “47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.”

Jesucristo es el Rey de Israel (vs. 45-49) “45 Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. 46 Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve. 47 Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. 48 Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.” Jesucristo es el Hijo del Hombre (vs.50-51) “50 Respondió Jesús y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás. 51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.”

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ste es un título mesiánico y apocalíptico. El Profeta Daniel lo recoge así (Dan 7:13; 8:17). Los Evangelios llaman a Jesús de esta manera. Veamos las referencias encontradas en el Evangelio de Mateo: Mt 8:20; 9:6; 10:23; 11:19; 12:8,32,40; 13:37,41; 16:13, 27-28; 17:9,12,22; 18:11; 19:28; 20:18,28; 24:27,30, 37, 39, 44; 25:13, 31; 26:2, 24, 45, 64. Jesucristo abre el camino al cielo porque Él es el camino para ir al Padre (vs. 51; Jn 14:6) “51 Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre.”


“6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

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s por esto que podemos concluir que no hay vida abundante fuera de Jesucristo. El Nuevo Testamento reafirma estas verdades y lo hace sin reservas. Veamos algunas referencias bíblicas que afirman esto: Cristo es el autor de la vida (Hch 3:14-15) “14 Mas vosotros negasteis al Santo y al Justo, y pedisteis que se os diese un homicida, 15 y matasteis al Autor de la vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos testigos.”

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s a través del arrepentimiento que alcanzamos esa vida (Hch 11:18) “18 Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!”

“22 Más ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

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l Padre nos dio vida en Jesucristo al rescatarnos del pecado y lo hizo por gracia (Efe 2:1, 5; Col 2:13) “1 Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,” “5 aun estando nosotros muertos en pecados, nos dió vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),” “13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados,” Cuando permanecemos en el pecado estamos ajenos de esa vida que da Dios (Efe 4:17-18)

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“17 Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, 18 teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;”

“17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. 18 Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. 19 Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos. 20 Pero la ley se introdujo para que el pecado abundase; más cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia; 21 para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro.”

Nuestra vida está escondida (preservada) con Cristo en Dios (Col 3:3) “3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” Todas las cosas que pertenecen a la vida nos han sido dadas por su poder (2 Ped 1:3-4) “3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, 4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;”

e reina en (con) vida, nuestra vida es justificada y la gracia reina por la justicia reina para vida eterna por Jesucristo (Rom 5:17-21)

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s en Jesucristo que podemos andar en vida nueva (Rom 6:4) “4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.”El regalo de Dios en Cristo Jesús es vida (Rom 6:22-23)

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l principio fundamental, la base y la fuente de la vida abundante es Cristo Jesús. Todos aquellos que anhelamos vivir una vida abundante y eterna tenemos que creer que Él es nuestro Señor y nuestro Salvador. Haciendo esto tendremos la oportunidad de vivir aquí la vida abundante que Él nos ha prometido y la vida eterna cuando seamos llamados a su presencia o Él regrese por nosotros.


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