16 de diciembre de 2018 • Volumen XIII • No. 670 NUESTRO HORARIO
Domingo Servicio de Adoración 8:00 am / 10:30 2do Culto Lunes Servicio de Adoración 8:00 pm Martes y Miércoles Reuniones Especiales
Miércoles Ministerio con Pastor Mickey Martínez & Marta Daniels 9:00 am a 12:00 md. Jueves Estudios Bíblicos con el Pastor/Rector Mizraím Esquilín García 8:00 pm Viernes Reuniones Familiares 8:00 pm
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a reflexión anterior nos permitió examinar los testimonios de algunos personajes bíblicos que supieron mantener un testimonio de integridad y de altura en medio de un ambiente tóxico. El análisis de las condiciones morales y espirituales del templo de Jerusalén eran sin duda tóxicas, tétricas, inmorales y perversas.
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l testimonio histórico que obtenemos en la Biblia nos deja saber que esta conducta estructurada, desarrollada y avalada por los sacerdotes de ese templo se había desarrollado así por varios siglos. Sabemos que el profeta Jeremías describe la práctica de convertir el templo en cuevas de ladrones en una de sus profecías: “9 Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, 10 vendréis y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones? 11 Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová.” (Jer 7:9-11).
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as profecías de Jeremías cubren aproximadamente un periodo de 30 años antes del exilio babilónico. Este exilio se inició en el 606 A.C. (Jer 25:1); en esta fase deportaron a Daniel y a sus compañeros a Babilonia y se llevaron del templo parte de los utensilios sagrados (2 Cró 36:7; Dan 1:2). Una segunda fase de deportaciones ocurrió en el 598 A.C. (2 Rey 24:12; Jer 52:28). En esta fase se llevaron 3,023 personas prominentes de Judá, incluyendo al rey (2 Cró 36:10) con sus familiares, sus oficiales (2 Rey 24:12), algunos de sus militares y personas claves de la sociedad de Judá (2 Rey 24:14- 16). Esta fue la primera deportación general a Babilonia que ese imperio impuso a los judíos.
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a tercera deportación ocurrió luego de la revuelta de Sedequías en el 588 A.C (2 Rey 25:8; Jer 52:29). En esa ocasión incluyeron la deportación de 832 personas principales de Judá y se llevaron a Babilonia el resto de los utensilios sagrados (2 Cró 36:18). Es importante señalar que es desde esta deportación, cuando el templo fue destruido (2 Rey 25:9), que comienzan los 70 años profetizados por Jeremías y que se cumplen con la restauración realizada por Esdras en el 517 A.C. (Esd 6:15).
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a cuarta fase de las deportaciones, la final, ocurrió en el 582 A.C. (2 Cró 36:20; Jer 43:5-7; 52:30). En esta deportación se llevaron cautivos 4,600 jefes de familia con sus esposas, sus hijos, las hijas del rey y sus dependientes. Son estos datos, ocurridos entre el 7mo y 6to siglo antes de Cristo los que nos permiten concluir que la práctica reprendida por Jesús en Jn 2:1-22 (Mat. 21:12–13; Mcs 11:15–17; Lcs 19:4–6) había sido permitida al menos desde el séptimo siglo antes del nacimiento de nuestro Señor y Salvador.
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a reflexión anterior nos permitió revisar el testimonio de Zacarías (padre de Juan el Bautista; Lcs 1:5-6), la de Simeón (Lcs 2:25-35) y la de Ana (Lcs 2:36-38). Todos estos personajes bíblicos fueron capaces de mantener un testimonio de integridad y de altura en medio del ambiente tóxico que reinaba en el templo de Jerusalén.
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s el testimonio de Ana, profetisa e hija de Fanuel, la que nos provee el testimonio bíblico para esta reflexión. Veamos una vez más lo que dice el pasaje del Evangelio de Lucas que la describe: “36 Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, 37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38 Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.”
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a hemos analizado los datos acerca de esta mujer y su relación con la tribu de Aser, una
de las tribus que desapareció luego del cautiverio Asirio. Vimos en la reflexión anterior que uno de los muchos beneficios que se obtienen al humillarse delante de la presencia del Señor (2 Cró 30:9-11) es la capacidad de ser librados de peligros que uno no conoce ni puede anticipar.
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a familia de Ana fue librada de ser deportada por los Asirios en el siglo 8 A.C. por haber estado humillándose ante Dios en Jerusalén. Vimos también que ella no había permitido que el ambiente de podredumbre espiritual y moral del templo sirviera como un obstáculo para que ella no sirviera al Señor. El pasaje de Lucas dice que Ana servía allí, ayunando y orando por más de 60 años de su vida.
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n una nota al calce, hay que señalar que hay muchas mujeres sirviendo así, de noche y de día, debajo de los restos del muro occidental que se encuentra en Jerusalén. Estas mujeres oran en una habitación preparada dentro de las excavaciones que se han realizado debajo de ese muro. Lo hacen de cara a lo que consideran es la pared más cercana a lo que ha debido contener el Lugar Santísimo. Esto es, el lugar en el que debió haber estado el Arca del Pacto cuando ésta se encontraba en el templo de Jerusalén.
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l último dato que analizamos acerca de Ana es el de la longevidad de su servicio. Vimos allí que no existen limitaciones de edad para servir al Señor. Ana había servido entre 63-65 años al Señor en ese templo, a pesar de tener que hacerlo en medio de un ambiente contaminado por cambistas, vendedores, y por sacerdotes materialistas y corruptos. Ahora bien, hay un detalle adicional que nos regala el texto lucano. Es que Ana se presentó en el templo en la hora precisa: “Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios” (Lcs 2:38). ¿Qué significa esa frase: “en la misma hora”?
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l concepto griego que Lucas es el vocablo “hōra” (G5610) que es de donde obtenemos el mismo concepto que usamos para leer nuestro relojes. Este concepto puede ser traducido como hora, día, instante, temporada o tiempo. Una de sus contrapartes hebreas es el concepto “eth” (H6256) que significa tiempo, instante, tarde o término (en
el sentido de duración, H5703). Lucas dice que Ana llegó en la misma hora, en el mismo instante, en el mismo momento en el que José y María presentaban a Jesús en el templo para cumplir con el rito de la Ley de Moisés (Lev 12:2-6).
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sa hora, ese instante era para Ana la hora de dar gracias y de anunciarle a otros que había visto al Mesías prometido. Ella había esperado sirviendo y ayunando por más de 60 años hasta que llegó su hora. Esta aseveración es la que sirve como guía de esta reflexión. Hay algunas preguntas que esta aseveración nos obliga a considerar. ¿En qué hora hemos decidido vivir? ¿Cuál es la hora que estamos esperando? ¿Qué hora nos ha prefijado y/o recetado el ambiente que nos rodea o en el que hemos escogido vivir? ¿Qué hora es en nuestro corazón y en nuestro espíritu? Hay muchas otras preguntas que se pueden formular acerca de la temporada, el instante, el tiempo, el momento, el día o la hora en la que vivimos. Invitamos a los lectores a formular las suyas con libertad.
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as respuestas a estas preguntas pueden ser extraídas de los recursos interdisciplinarios que poseemos por la gracia de Dios. Sin embargo, estamos convencidos de que las repuestas que necesitamos considerar tienen que surgir de la poderosa Palabra de Dios. El concepto hebreo que hemos señalado (“eth”: H6256) se utiliza 257 veces en el Antiguo Testamento. Una de las ocasiones en el que este concepto es utilizado la encontramos en Josué 11. En ese pasaje se nos describe la reunión de reyes y de ejércitos que se pusieron de acuerdo para derrotar el avance de Israel en sus jornadas de conquista de la tierra prometida. El pasaje dice que el Señor le habló a Josué y le dijo que no tuviera temor: “6 Mas Jehová dijo a Josué: No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré a todos ellos muertos delante de Israel; desjarretarás sus caballos, y sus carros quemarás a fuego.” (Jos 11:6). Este pasaje describe que la batalla no es nuestra; la batalla es del Señor. Es Dios el que ha determinado la hora de la victoria. Hay que batallar sin temor y con la confianza de la victoria ha sido señalada en los cielos.
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tra ocasión en el que este concepto es utilizado lo encontramos en Ester 4. En ese pasaje es Mardoqueo el que le dice a Ester lo siguiente: “13 Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. 14 Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y
la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino? 15 Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: 16 Vé y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. 17 Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.” (Ester 4:13-17)
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ste pasaje nos enseña que los problemas que manejamos, los conflictos en los que nos encontramos son tan solo una excusa del Señor para llevarnos a poner en acción nuestro ministerio. Dios no nos necesita para realizar su plan. Es un privilegio poder estar en medio del conflicto para poder poner en acción el plan divino. Es para esa hora que hemos sido posicionados por el Señor. Ese pasaje también nos enseña que ese plan hay que desarrollarlo en ayuno y oración.
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l salmista utiliza este concepto en el Salmo 105 para describirnos el testimonio de la hora de Dios en la vida de José: “16 Trajo hambre sobre la tierra, Y quebrantó todo sustento de pan. 17 Envió un varón delante de ellos; A José, que fue vendido por siervo. 18 Afligieron sus pies con grillos; En cárcel fue puesta su persona. 19 Hasta la hora que se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. 20 Envió el rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. 21 Lo puso por señor de su casa, Y por gobernador de todas sus posesiones, 22 Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, Y a sus ancianos enseñara sabiduría” (Sal 105:16-22)
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ste pasaje nos enseña que hay una hora para el cumplimento de la promesa divina y hay que comprender que tenemos que encontrarnos en el lugar correcto y en el momento correcto para verlo. En muchas ocasiones estos lugares son dolorosos, opresores, indignos e ilógicos. Hay que aguardar en ellos con plena confianza. La hora del cumplimento de la palabra de Dios no tardará.
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tra de las ocasiones en las que “eth” es utilizado es en Génesis 18, cuando el Señor le dice a Abraham y a Sara que volverá a visitarlos según el “tiempo” de la vida para cumplirles la promesa acerca del hijo que habrían de tener. El pasaje señala que Sara se rió cuando escuchó este mensaje porque ya había perdido la menstruación o la regla de las mujeres. El Señor subraya su promesa y le señala que para Él no existe cosa difícil y que al “tiempo
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señalado” volvería a ellos (Gn 18:10-14). Este ay usos similares en Mat 9:20-22: “Y la mujer pasaje describe el tiempo, la hora de que se acabe fue salva desde aquella hora,” Mat.15:22-28: “Y la esterilidad y que dé inicio el cumplimiento de la su hija fue sanada desde aquella hora”, Mat 17:14promesa divina. 18: “Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y éste quedó sano desde aquella hora.”. ste concepto también es utilizado en Génesis 22 También en Lcs 7:21: “En esa misma hora sanó a cuando el ángel de Jehová llama a Abraham por muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus “segunda vez” desde el cielo. El texto en hebreo malos,” y en Jn 4:49-54: “Entonces él les preguntó destaca que es el segundo “eth”; el segundo tiempo, a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le el segundo instante o la segunda oportunidad para dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. 53 El padre escuchar la voz de Dios (Gn 22:15-18). Este pasaje entonces entendió que aquella era la hora en que describe el tiempo adicional, otro instante, otro Jesús le había dicho:” momento para escuchar la voz de Dios que nos llama y no nos deja que sacrifiquemos nuestra promesa. ay otros usos de este concepto que son igualmente retadores y emocionantes. Uno de ay otros usos extraordinarios que podemos señalar ellos es la “hora” de la venida del Señor. Sabemos aquí. Por ejemplo, el “tiempo” de dar fruto (Sal que hay que aguardar con devoción y grandes 1:3), la seguridad de que siempre hallaremos refugio expectación la llegada de ese momento. También para el “tiempo” de angustia (Sal 9:9) y la seguridad sabemos que nadie conoce esa “hora” (Mat 24:36, de que nuestros “tiempos” están escondidos en la 42,44; 25:13; Mcs 13:32). Otro uso tiene que ver mano del Señor (Sal 31:15). Otros ejemplos giran con la necesidad insustituible de orar y velar en alrededor de que nosotros no podemos adelantar el oración (Mat 26:40; Mcs 14:37). Sobre este aspecto, cumplimiento de nuestro ministerio. La “hora” del otra vez es Lucas el que lo usa en Hechos 3:1; “la cumplimiento de estos está en las manos de Dios (1 hora novena, la de la oración.” También lo usa en Sam 9:15-17). Hechos 10:30; “Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora l concepto griego que utiliza Lucas (“hōra”, G5610) novena, mientras oraba en mi casa”. no es menos dinámico. Por ejemplo, este es utilizado para decirnos que la “hora” de la sanidad tros usos del concepto “hōra” tienen que ver y la liberación no ha pasado de moda. En Mateo 8 con la seguridad y la confianza de que los leemos lo siguiente: muertos van a resucitar en su “hora” (Jn 5:25-28) y de ser enseñados por el Espíritu Santo para responder “8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno adecuadamente en la “hora”, en los momentos de de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, grande opresión, de persecución y de prueba (Lcs y mi criado sanará. 9 Porque también yo soy hombre 12:11-12). bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Vé, y va; y al otro: Ven, y viene; y a n uso muy particular de este concepto griego mi siervo: Haz esto, y lo hace. 10 Al oírlo Jesús, se es que se le da para explicarnos que es seguro maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os que nuestros dolores y quebrantos aquí son tan solo digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 11 Y os dolores de parto que se acabarán cuando “demos” digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, a luz y veamos el cumplimiento de las promesas y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino divinas (Jn 16:21-22). Esto es, en la “hora” para dar de los cielos; 12 más los hijos del reino serán echados a luz. a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. 13 Entonces Jesús dijo al centurión: Vé, y hora bien, es Pablo el que lo usa para llamar como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en nuestra atención a salir del sueño reconociendo aquella misma hora”. (Mat 8:8-13) que nuestra salvación está más cerca de lo que pensamos:
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“11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” (Rom 13:11-14)
de nuestro espíritu por la hora que Dios ha decidido para nosotros. Otro llamado es a permitir que el Señor nos permita reinterpretar las experiencias que tenemos en la vida como oportunidades transformacionales para entrar en los “tiempos y las sazones” que solo Dios conoce (Hcs 1:7). Después de todo, nuestros tiempos, es decir, nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro están en la mano de Dios (Sal 31:15). Esto es, en el hueco de su mano herida en la Cruz de Calvario.¿Cuál es la hora que estamos esperando?
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epetimos las preguntas que formulamos casi al inicio de esta reflexión: En qué hora hemos decidido vivir? Estos pasajes bíblicos nos enseñan que una cosa es la hora, la temporada, el instante que creemos estar viviendo, y lo que señala algo que hemos decidido llamar “el cronómetro celestial.” Algunos de los que leen estas líneas quizá han decidido estacionarse en que esta es la hora de las pruebas, del sufrimiento. Hay varios llamados que nos hacen estos pasajes bíblicos. Uno de ellos es que permitamos que el Espíritu de Dios cambie la hora de nuestro corazón y
a hora de la venida del Señor, la de la oración, la de la adoración (Jn 4:21-24). ¿Qué hora nos ha prefijado y/o recetado el ambiente que nos rodea o en el que hemos escogido vivir? La hora de la angustia y de la opresión de las tinieblas (Lcs 22:53). ¿Qué hora es en nuestro corazón y en nuestro espíritu? La hora de adorar en espíritu y en verdad; la hora del parto. La invitación final es a entregar nuestros “cronómetros” al Eterno y dar paso a que sea su Santo Espíritu el que ajuste nuestro corazón, nuestro espíritu, nuestra mente y nuestro cuerpo al “cronómetro” de Dios.
Sor Villanueva Rodríguez.............. Hosp. Aux. Mutuo Rosalina Juarbe Jiménez....................................Hogar Madelyn De la Cruz..................... Hosp. Aux. Mutuo Frandiego Romero Parilla................................. Hogar Pastora Rebeca Parrilla......................................Hogar Evelyn Quiñonez..............................................Hogar Ilia Serra.......................................................... Hogar Noemí Velázquez........................................... Hogar Keila Hernández ..............................................Hogar José Álvarez “Kuquín”..................................... Hogar
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Viernes 21 de Diciembre