675 El Heraldo AMECCDA 20 de enero de 2019. Un Año Nuevo, un año para Aprender Parte III

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BOLETIN OFICIAL DE AMEC • CASA DE ALABANZA 20 de enero de 2019 • Volumen XIV • No. 675

NUESTRO HORARIO

Domingo Servicio de Adoración 8:00 am / 10:30 2do Culto Lunes Servicio de Adoración 8:00 pm Martes y Miércoles Reuniones Especiales

Miércoles Ministerio con Pastor Mickey Martínez & Marta Daniels 9:00 am a 12:00 md. Jueves Estudios Bíblicos con el Pastor/Rector Mizraím Esquilín García 8:00 pm Viernes Reuniones Familiares 8:00 pm

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“1 Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación. 2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.” (Sal 90:1-2 RV1960) “11 Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. 12 La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. 13 Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, 14 sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne.” (Rom 13:11-14, Reina Valera 1960)

reflexión anterior sirvió como base para repasar las cosas que conocemos Lenaacerca de lo que el Señor hará en nosotros, con nosotros y a través de nosotros este año: sabemos que discernir el “kairós” de Dios afecta nuestra “praxis” como Cristianos. Esa reflexión también nos sirvió para analizar qué es lo que necesitamos aprender para poder experimentar esa visitación divina y discernir ese “kairós”, los tiempos, las oportunidades y los momentos oportunos que el Señor nos va a obsequiar. Estamos convencidos de que se trata de la intervención divina para que podamos rescribir nuestra historia como individuos, como familias y como país.

os formulamos algunas preguntas ya al final de esa reflexión. Sabemos que N hay que despojarse del peso que nos asedia para poder conseguir estas bendiciones. Entonces, ¿qué estamos dispuestos a sacrificar para poder alcanzar

estas bendiciones? ¿Qué se nos exige para entrar a esta escuela en la que aprenderemos a discernir ese “kairós”?

na de las conclusiones que emana del pasaje de la carta a los Romanos que U aparece en el epígrafe es que tenemos que aprender, desarrollar y enseñar discernimiento (a los nuestros) para ser capaces de reconocer el tiempo (“kairós”) en el que vivimos. Reiteramos, no podemos perder las oportunidades cruciales, determinantes y oportunas que nos regalará el Señor.


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epetimos: ¿qué estamos dispuestos a sacrificar? ¿Qué se nos exige para entrar a esta escuela en la que aprenderemos a discernir ese “kairós”? El pasaje bíblico de la Carta a los Romanos que hemos citado requiere que decidamos, con determinación, que llegó la hora de levantarnos del sueño y que seamos capaces de modelarlo a los demás (vestirnos) y que nos propongamos realizar la labor que se nos ha encomendado renunciando a todo aquello que nos impide caminar como creyentes en Cristo. Esto es, aquellos que sabemos que somos del día y no de la noche. Un resumen de todo esto sería el siguiente; ¡Despierta, vístete y sal a hacer lo que Dios te ha pedido! ¿Qué es lo que Dios nos ha pedido? El pasaje de turno nos indica que lo primero que tenemos que Hacer es desechar las obras de las tinieblas. Pablo menciona algunas de estas obras en ese pasaje: “no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia.”

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hora bien, la Biblia identifica muchas otras conductas que están clasificadas así. Leamos lo que dice Colosenses 3:1-17: “1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. 5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9 No mintáis

los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, 10 y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. 12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14 Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. 15 Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. 16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”

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l lector debe haberse percatado que el énfasis inicial del Apóstol es que la conducta que él está señalando tiene que ser una reacción condicionada por haber resucitado (despertado del sueño). Esta conducta no se impone sino que se desarrolla. Esta conducta, este estilo de vida, está comprometido con un solo eje focal, un solo objetivo direccional: Cristo. Uno resucita con Cristo y pone la mirada sólo en Él. Estos dos (2) elementos no pueden dejar espacio alguno para la conducta terrenal o las obras de las tinieblas: hay que hacerlas morir.

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compañemos esa lectura con los señalamientos Paulinos a la Iglesia en Galacia:

“16 Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. 17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. 18 Pero si


sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. 19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.” (Gal 5:16-25).

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l énfasis en este pasaje es el mismo pero con otro vocabulario. El llamado a “andar” en el Espíritu, (“peripateo”, G4043) significa desarrollar un estilo de vida nuevo, en el Espíritu de Dios. Ese estilo de vida no es congruente con la meta (“teleo”, G5055) de poner en ejecución, completar, descargar, llenarse, tener como finalidad los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa y carnal. Pablo destaca aquí que estas dos (2) rutas de vida, ambos estilos de vida, no son congruentes. Una es adversaria, enemigo contraria a la otra. Es por esto que aquellos que intentan vivir en esos “dos carriles” irremediablemente terminan destruidos. Se trata de una lucha que le drena las fuerzas al más fuerte y capaz. No hay opciones: tenemos que decidir abandonar, desechar las obras de las tinieblas. No podemos ser victoriosos en Cristo manteniendo dos (2) lealtades a dos (2) señores.

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na de las dificultades más grandes que hemos tenido todos aquellos que hemos aceptado a Cristo como nuestro Salvador y Señor, es la de buscar alternativas, respuestas efectivas para obedecer esta orden bíblica. Es un proceso muy complicado porque todo esto que se nos pide desechar, rendir y exilar, tiene su asiento, su génesis en nosotros mismos. Es Cristo Jesús el que nos permite comprender todo esto que acabamos de explicar. Veamos lo que Él dijo acerca de esto: “14 Y llamando a sí a toda la multitud, les dijo: Oídme todos, y entended: 15 Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. 16 Si alguno tiene oídos para oír, oiga. 17 Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. 18 Él les dijo: ¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo

lo de fuera que entra en el hombre, no le puede contaminar, 19 porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina? Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. 20 Pero decía, que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” (Mcs 7:14-23) ¡Qué expresiones poderosas y tan reveladoras! Todo esto que tenemos que desechar nace, surge, tiene su génesis dentro de nosotros mismos. Lo que esto significa es que si anhelamos vivir como seres humanos que hemos resucitado en Cristo Jesús, necesitamos una transformación de ese pequeño “I am” (yo soy) que tenemos por dentro. Aquellos que queremos andar en el Espíritu tenemos que decidir que hay que hacerle un funeral a esa naturaleza que tenemos por dentro.

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abemos que este conflicto le ha quitado la paz a más de un creyente en Cristo Jesús. No son pocos los que se han quedado paralizados y agotados en la búsqueda querer agradar a Dios y luchar con esa naturaleza humana. El Apóstol Pablo habla acerca de esta lucha cuando le escribe a la Iglesia en Roma. Pablo utiliza el mismo pasaje bíblico en el que describe este conflicto para darnos la medicina celestial. Veamos: “18 Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. 19 Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. 21 Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. 22 Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; 23 pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.” (Rom 7:18-25).

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in duda alguna, este Apóstol nos dice en qué consiste el problema. Se trata de una lucha entre el mal que está en nosotros y la voluntad de


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Dios. Un poco más adelante Pablo nos enseñará cómo se resuelve este dilema tan intenso. Leamos lo que nos dice en el próximo capítulo de esa misma Carta a los Romanos:

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“1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; 4 para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. 6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; 8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9 Más vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 12 Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; 13 porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. 15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” (Rom 8:1-16, ReinaValera, 1960)

“Así pues, ahora Dios no condena a los que están unidos a Jesucristo 2 porque por medio de él, la ley del Espíritu que da vida te liberó [a] de la ley que trae pecado y muerte. 3 Lo que la ley no podía hacer porque no pudo contra la naturaleza humana, Dios lo hizo al enviar a su Hijo, quien vivió con la misma vida con la que todo ser humano peca. Lo envió como una ofrenda para pagar por el pecado y así Dios se valió de esa vida humana para condenar el pecado. 4 Todo esto lo hizo Dios para que pudiéramos vivir aprobados tal como exige la ley. Ya no vivimos de acuerdo a la naturaleza humana, sino que vivimos de acuerdo al Espíritu. 5 Los que siguen la mentalidad humana, sólo piensan en satisfacerla, pero los que viven según el Espíritu sólo piensan en satisfacer al Espíritu. 6 El que se deja controlar por su mentalidad humana tendrá muerte, pero el que deja que el Espíritu controle su mente tendrá vida y paz. 7 Cuando alguien se deja controlar por su mentalidad humana, está en contra de Dios y se niega a obedecer la ley de Dios. De hecho, no es capaz de obedecerla; 8 los que tienen la mentalidad humana no pueden agradar a Dios. 9 En ustedes no predomina la mentalidad humana sino la del Espíritu, porque el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no pertenece a Cristo. 10 El cuerpo de ustedes está muerto por culpa del pecado, pero si Cristo está en ustedes, Dios los aprobó y el Espíritu les da vida. 11 Dios resucitó a Jesús de la muerte. Y si el Espíritu de Dios vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo le dará vida a su cuerpo mortal por medio del Espíritu que vive en ustedes. 12 Por eso hermanos, tenemos una obligación pero no es la de vivir según la mentalidad humana. 13 Si viven de acuerdo con la mentalidad humana, morirán para siempre, pero si usan el poder del Espíritu para dejar de hacer maldades, vivirán para siempre. 14 Los hijos de Dios se dejan guiar por el Espíritu de Dios. 15 El Espíritu que ustedes han recibido ahora no los convierte en esclavos llenos de temor. Al contrario, el Espíritu que han recibido los hace

ste pasaje debe ser leído en varias versiones bíblicas para que podamos ser capaces de extraerle toda la riqueza que posee. Veamos la versión Palabra de Dios para Todos:


hijos. Por el Espíritu podemos gritar: «¡Querido padre!» [b] 16 El Espíritu mismo le habla a nuestro espíritu y le asegura que somos hijos de Dios.”

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l pasaje nos dice que este conflicto fue solucionado por Cristo en la Cruz. Dios pagó el costo, realizó la inversión, pagó el precio que había que pagar para que nosotros pudiéramos alcanzar la victoria en esa batalla. Lo hizo al enviar a su Hijo a la Cruz del Calvario. Dios lo tuvo que hacer así porque nosotros no somos capaces de obedecer la voluntad de Dios ni de agradarle. El sacrifico en la Cruz, además de perdonar nuestros pecados y restaurar nuestra comunión con el Padre, provee la Persona con las herramientas para que seamos más que vencedores en esa lucha; el Espíritu de Dios. Él es el nuevo Jefe de nuestras vidas.

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e ahí en adelante lo que nos toca a nosotros hacer es decidir que no queremos operar ni dejarnos controlar por nuestra mentalidad humana. No queremos permitir que esa mentalidad predomine y tome el control de nuestras vidas. ¿Cómo lo hacemos?: entregando el control total y absoluto de nuestra vida al Espíritu de Dios. El mismo Espíritu que consiguió que Cristo resucitara de entre los muertos, opera en nuestro interior desde que creímos y aceptamos que Jesucristo es nuestro Salvador y nuestro Señor. Una vez tomamos esa decisión y nos dejamos guiar por el Espíritu de Dios, perdemos el temor a fallarle a Dios, conseguimos desechar las obras de las tinieblas y comenzamos a disfrutar la vida abundante que Dios tiene preparada para aquellos que le aman. ¿Qué significa esto? El significado de estas declaraciones paulinas es que cada vez que un creyente encuentra que algo de su naturaleza humana se quiere imponer o lo quiere gobernar, ese creyente debe venir ante Dios para que su Santo Espíritu, el que tiene el permiso para dirigir nuestras vidas, imponga su gobierno y su autoridad.

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demás de esta solución, hay propuestas preventivas y de cuidado que están revestidas de una importancia singular. ¿Cómo se consigue lo que el Apóstol Pablo nos ha dicho en ese capítulo 8 de la Carta a los Romanos? ¿Cómo se consiguen las herramientas preventivas y de cuidado que hemos señalado que están a nuestra disposición? Las respuestas a esas preguntas serán el objeto de nuestra próxima reflexión.

Evelyn Quiñonez..............................................Hogar Madelyn Fuentes .............................................Hogar Celia Morales (Chelo).......................................Hogar José M. Paniagua............................................. Hogar Paula Rosario Fuentes..................................... Hogar Favor de informar si desean que sus nombres continúen en la lista de enfermos del Boletín El Heraldo, pues serán actualizados semanalmente / (787) 256-3331

Nuestras condolencias a nuestro hermano Carlos Zayas por el fallecimiento de su hermano.


AVISO

El Pastor Ángel L. Vigo estará audicionando voces e instrumentistas, en el templo, el día 6 de febrero de 2019 a las 7:30 pm. Interesados favor de comunicarse a la oficina administrativa (787)256-3331

A todos los Ministerios de AMECCDA Casa de Alabanza. Para promocionar sus actividades deberán enviar sus diseños y/o artes gráficos a la oficina administrativa vía email: ameccda@gmail.com heraldoamec@gmail.com !Dios les bendiga!


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