El Heraldo AMECCDA 15 de abril de 2018

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15 de abril de 2018 • Volumen XIII • No. 635

25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; 26 Y después de deshecha esta mi piel, En mi carne he de ver a Dios; 27 Al cual veré por mí mismo, Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí.

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na lectura casual en el año 2002 conmovió mi corazón. Un libro escrito por Jeffrey A. Krames se encargaba de poner en perspectiva una de las tragedias más dolorosas que nuestra generación ha tenido que sufrir; los ataques terroristas de septiembre 11 de 2001. En ese libro el autor cita a Donald Rumsfeld, entonces Secretario del Departamento de Defensa de los Estados Unidos bajo la administración del Presidente George Walker Bush (#43). Rumsfeld hablaba en una actividad pública en la mañana de ese fatídico día de septiembre, cuando dijo lo siguiente: “At some time in the next several months there will be an event in the world that will remind people how important it is that our nation have a strong, healthy defense department.” 1 (“En algún momento en los muchos meses que tenemos por delante habrá un evento en el mundo que le recordará al pueblo cuán importante es que nuestra nación tenga un departamento de defensa fuerte y saludable.”) Traducción libre

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rames añadió que las personas que escucharon a Rumsfeld mientras él hablaba lo hicieron como quién escucha a alguien exponiendo unas preocupaciones teóricas. Uno que otro admitió luego que pensaron que las expresiones de Rumsfeld podrían ser una predicción estudiada. Menos de una (1) hora más tarde, el Secretario Rumsfeld estaba ayudando a sacar heridos y muertos de entre los escombros en el edificio del Pentágono. Las expresiones de Krames nos ayudan a procesar que el dolor y la tragedia son experiencias reales, que nos pueden asaltar y que ocurren con mucha más frecuencia de lo que creemos y/o queremos que sucedan. Además, estas expresiones nos ayudan a ampliar las perspectivas que tenemos de las tragedias de Job. La verdad es que hay cosas que no podemos evitar que sucedan, aun cuando las veamos asomarse en el horizonte. Un ejemplo de esto sonlos huracanes. Cuando estos bólidos de la naturaleza se dibujan en el horizonte, no podemos

1 Jeffrey A Krames. “The Rumsfeld Way: Leadership Wisdom of a Battle-hardened Maverick” (NY: McGraw Hill, 2002), p123


hacer otra cosa que prepararnos para sus azotes porque no existe fuerza alguna en nuestro poder que pueda evitarlos.

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n cambio, hay otra clase de experiencias que generan dolores intensos; las que no esperábamos. Se trata de esas experiencias que nos asaltan a traición, sin previo aviso. Los dolores que provocan estas experiencias se intensifican por varias razones. Una de ellas, cuando no podemos identificar la causa que los provocan. Otra, cuando nos enredamos en discusiones y análisis acerca del pecado que ha podido causarlas. En la mayoría de las ocasiones no podemos identificar las causas ni el pecado y la ausencia de estos nos deja en el aire y sin base para operar en medio de esa crisis. No olvidemos que no es lo mismo hablar acerca de las tragedias que les suceden a otras personas, que experimentar las tragedias en carne propia.

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l Dr. Charles R. Swindoll habla acerca de esto en uno de sus libros acerca de Job. Swindoll expone allí unos principios que pueden ser de gran ayuda para manejar estas experiencias:

• El peor enemigo es aquél el que no vemos, pero que es real. • Hay pruebas que enfrentamos que no merecemos y que son permitidas

esa noche que le estábamos dando la bienvenida al año en el que tendríamos que enfrentar dos (2) huracanes categoría cinco (5) llamados Irma y María; dos (2) de los más poderosos y devastadores en la historia de nuestro país. Era la tragedia no anunciada y que hasta el último momento esperábamos no tener que enfrentar.

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ay un análisis que quiero compartir acerca de mis notas de ese sermón siete meses después de haber experimentado los azotes de estos bólidos de la naturaleza. Sin duda alguna, nadie puede negar las tragedias que vivimos y las consecuencias que aún experimentamos por los acontecimientos del 2017. La quiebra gubernamental redefinió nuestras vidas como familia. Una de sus consecuencias más dolorosas fue el inicio de un éxodo sin precedentes que comenzó a fragmentar la familia Puertorriqueña. Los embates del mes de septiembre del 2017, esos dos (2) “monstruos” que nos azotaron en ese mes, hicieron que nuestra Isla retrocediera no menos de 30 años en su desarrollo y que aumentara el éxodo de los boricuas.

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in embargo, tan poco podemos negar que esta tragedia y sus consecuencias han dado inicio a una serie de trasformaciones provocadas por las intervenciones divinas y el proceso para desarrollar una nueva perspectiva de lo que somos como Puertorriqueños. El viento de los huracanes y la tragedia económica ha producido unas consecuencias. El soplo de Dios ha provocado otras.

• Hay un diseño (un plan) que no lo entendemos cuando lo exploramos, pero es el mejor.

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• Hay consecuencias que experimentamos en medio de estas tragedias que no podemos anticipar, pero que son necesarias. 2

A. Viento (Símil del Espíritu Santo; H7307 -rûach) 1. Gn 1:1-2 (Pone orden en el caos) 1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

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l sábado 31 de diciembre de 2016 nuestra Iglesia estaba reunida para celebrar la despedida de ese año y darle la bienvenida al 2017. El tema del sermón de esa noche fue el siguiente: “Se oye el sonido del viento: el soplo y el viento de Dios.” De muchas maneras ya intuíamos que el nuevo año nos impactaría con la quiebra económica gubernamental. Como diría el Gabo, esa sería la crónica de una muerte anunciada. Muy poco imaginábamos

continuación el bosquejo de las notas acerca del viento y el soplo de Dios en ese sermón:

2. Gn 3:8 Dios caminaba en el huerto sobre él 2 Charles R. Swindoll. “Job: a man of heroic endurance: profiles in character from Charles R. Swindoll.” (Nashville: World Publishing Group, 2004), pp.11-13.


7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 3. Anuncia destrucción en el sueño que tiene faraón (Gn 41:5-6, 27) 5 Se durmió de nuevo, y soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas y hermosas crecían de una sola caña, 6 y que después de ellas salían otras siete espigas menudas y abatidas del viento solano; ….27 También las siete vacas flacas y feas que subían tras ellas, son siete años; y las siete espigas menudas y marchitas del viento solano, siete años serán de hambre. 4. Trae codornices (Núm 11:31) 31 Y vino un viento de Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, alrededor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra. 5. Le trajo dolor a Job (Job 1:18-19) 18 Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; 19 y un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para darte la noticia. 6. Lo que dice el Libro de Los Hechos (Hch 2:2) 1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

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no de los énfasis de esa noche era que la presencia de ese viento puede traer muerte y hambre, pero también provoca que Dios envíe su Espíritu para poner orden en el caos, para caminar entre nosotros y para traernos de su provisión. Ese viento es la excusa de Dios para derramar la visitación de pentecostés sobre nosotros. Esa presencia llena, esa presencia tiene su propio sonido, esa presencia capacita. El análisis de ese segmento del sermón concluía con la cita del Profeta Ezequiel (Ezeq 37:9), cita que aparece en el muro que sirve como entrada al Museo del Holocausto en Jerusalén: “Espíritu, ven de los cuatro vientos y sopla sobre estos muertos y vivirán.”

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l análisis de ese texto dice que Dios instruyó a su siervo el profeta a hablar o cantar con inspiración, certificando, retando, ordenando y/o publicando que el Espíritu de Dios vendría sobre lo que estaba destruido y muerto para traer vida sobre ellos. El resultado que expone el pasaje es el siguiente: y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo. La cita del libro de Ezequiel se usa con dos (2) propósitos. El primero no es el de honrar a los muertos. Se trata de una advertencia a la humanidad de que los genocidios no deben repetirse. El segundo, que Dios levantó a Israel como nación de las mismas garras de la muerte.

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os Israelitas lo han logrado después de las tragedias provocadas durante la Segunda Guerra Mundial. Se han levantado de las tragedias esperadas y las no esperadas. Nosotros también lo haremos. B. Soplo (H5397, neshâmâh) 1. Trae vida (Gn 2:7) 7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Job 33:4 4 El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida. 2. Organiza la Creación (Se usa para identificar al Espíritu Santo- H7307 rûachEx 15:8) 1 Entonces cantó Moisés y los hijos de Israel este


cántico a Jehová, y dijeron: Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. 2 Jehová es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré. 3 Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre. 4 Echó en el mar los carros de Faraón y su ejército; Y sus capitanes escogidos fueron hundidos en el Mar Rojo. 5 Los abismos los cubrieron; Descendieron a las profundidades como piedra. 6 Tu diestra, oh Jehová, ha sido magnificada en poder; Tu diestra, oh Jehová, ha quebrantado al enemigo. 7 Y con la grandeza de tu poder has derribado a los que se levantaron contra ti. Enviaste tu ira; los consumió como a hojarasca. 8 Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar. 3. Forma el hielo (La inteligencia de Dios - Job 37:10 7 Así hace retirarse a todo hombre, Para que los hombres todos reconozcan su obra. 8 Las bestias entran en su escondrijo, Y se están en sus moradas. 9 Del sur viene el torbellino, Y el frío de los vientos del norte. 10 Por el soplo de Dios se da el hielo, Y las anchas aguas se congelan. 11 Regando también llega a disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla. 12 Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la faz del mundo, En la tierra, lo que él les mande. 4. Trae inteligencia y capacidad para comprender (Job 32:8) 5 Pero viendo Eliú que no habia respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en ira. 6 Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy joven, y vosotros ancianos; Por tanto, he tenido miedo, y he temido declararos mi opinión. 7 Yo decía: Los días hablarán, Y la muchedumbre de años declarará sabiduría. 8 Ciertamente espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace que entienda. 9 No son los sabios los de mucha edad, Ni los ancianos entienden el derecho. 10 Por tanto, yo dije: Escuchadme; Declararé yo también mi sabiduría. 5. Enciende lo que toca (Isa 30:33) 33 Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende. 6. El que lo tiene adora (Sal 150:6) 6 Todo lo que respire alabe a Jehová. Aleluya Los meses que han transcurrido desde que los

huracanes nos visitaron sirven como testigos de que los efectos de los vientos de los huracanes no es lo único que ha estado operando en el Terruño Borincano. El viento y el soplo de Dios están en operación en medio nuestro provocando todo lo que la Biblia dice que harán. Es cierto que las tragedias esperadas y no esperadas que nos han sobrevenido han marcado la historia de Puerto Rico. Más no es menos cierto que la operación de Dios ha comenzado a revelar varias cosas.

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na de ellas es que ha logrado descorrer el velo de los ojos de aquellos que vivimos aquí para que comencemos a aceptar cuál es nuestra verdadera identidad como pueblo. En adición a esto, nos ha hecho más consciente de nuestra vulnerabilidad, geográfica como isla del Caribe y socio-económica como resultado de los desarrollos que hemos permitido en nuestro litoral isleño. Además, el viento y el soplo de Dios es lo único que nos mantiene esperanzados, con los ojos puestos en Jesús, autor y consumador de nuestra fe (Heb 12:1-4).

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sta era la misma esperanza que alimentaba a Job y le permitía expresar su confianza en un Redentor vivo. No se trataba de una quimera esbozada para mantener un bienestar artificial. Job sabía que aunque su carne podía ser desecha, comida por los gusanos, en su interior había una dimensión de la esperanza que no le dejaría en vergüenza. Es por esto que Job declaró que vería la operación de Dios aquí en la tierra, en su carne, en esta vida. Esta es la misma esperanza que alimentaba al salmista: “13 Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes” (Sal 27:13). Es por eso que podía exclamar lo siguiente: “14 Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová” (Sal 27:14). Concluimos la primera de esta batería de reflexiones con los siguientes consejos para manejar los dolores esperados e inesperados que trae la vida: • Hay que aprender que no hay nada como la esperanza en la verdad de Dios para clarificar nuestra perspectiva y conseguir que sigamos “hacia adelante.” • Hay que aceptar que no hay nada como la falta de seguridad para minar nuestros esfuerzos y paralizarnos en el camino con temor. • Hay que concluir que la adoración y la oración son las mejores herramientas para conseguir lo primero y vencer lo segundo.


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