20 de mayo de 2018 • Volumen XIII • No. 640
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l libro de Job nos ha convocado una vez más en estas peregrinaciones en la búsqueda de respuestas para los muchos dilemas que se levantan a causa del dolor. Este libro, cuyo nombre significa “aquél a quien Dios trata como su enemigo,”1 trabaja con estos dilemas como ningún otro libro de la Biblia o de otras fuentes de la literatura. La identidad del autor de ese libro sigue siendo un enigma. Algunas fuentes creen que el mismo personaje principal lo escribió. Otras fuentes se inclinan a que su autor pudo ser Eliú, uno de los amigos de Job que aparece en el libro. La tradición judía por lo general concluye que Moisés es el autor de este libro. La tradición llega a esta conclusión a base de las similitudes que existen entre el libro de Job y el libro de Génesis y la familiaridad de Moisés con el desierto. Otras fuentes rabínicas entienden que Salomón pudo ser el autor por su interés en la literatura poética y de sabiduría. La lista de probables autores se extiende a Ezequías, Isaías y varios autores posexílicos.2
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l personaje principal de este libro no es judío. De hecho, la lectura de éste hace que sus lectores concluyan que la trama del libro se desarrolla antes de la creación del pueblo de Israel. Algunos datos que comprueban esta aseveración son los siguientes: - No hay mención de los israelitas, de sus tribus ni de sus costumbres. - No hay mención acerca de la Ley ni del sacerdocio. De hecho, Job funge como sacerdote de su familia. - No se mencionan naciones y sí tribus. - Las riquezas se miden a base de posesiones (vacas, bueyes, asnos, camellos) y no de dinero. La única moneda que se menciona en el libro (Job 42:11) aparece en la historia de Jacob cuando este decide comprarle a Hamor, padre de Siquem, para establecerse en Canaán (Gn 33:17-19). 1 Kushner, Harold S.. The Book of Job: When Bad Things Happened to a Good Person (Jewish Encounters Series) (p. 18). Knopf Doubleday Publishing Group. Kindle Edition. 2 Zuck, Roy. Job- Everyman’s Bible Commentary (Everyman’s Bible Commentaries) (Kindle Locations 131-132). Moody Publishers. Kindle Edition. 3 Ibid. (Kindle Location 3062).
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l lector de los capítulos citados en el epígrafe de esta reflexión (se habrá percatado) que es Eliú el que aparece en esta historia, luego de haber guardado silencio durante todas las intervenciones de Elifaz, Bildad, Zofar y Job. El capítulo 32 identifica a este joven interlocutor como hijo de Baraquel buzita. Esta descripción coloca a Eliú como el consejero con la línea genealógica más extensa de todos los amigos que visitan a Job. Los Buzitas son descendientes de Buz y éste es identificado en la Biblia como hermano de Uz e hijo de Nacor, uno de los hermanos de Abraham (Gn 22:20-22). Nacor es además el padre de Betuel el papá de Rebeca, la que luego sería esposa de Isaac y madre de Esaú y de Jacob (Gn 22:23-24).
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n dato muy importante acerca de las intervenciones de Elifaz, Bildad y Zofar es que cuando estas terminan, nos quedamos con la impresión de que Job consiguió hacerlos guardar silencio. Esa es una de las razones que provocan que Eliú intervenga. Roy Zuck concluye que estos 3 amigos de Job pudieron ser reducidos al silencio, pero esto no obligaba a Dios a ser inducido del silencio. “Although Job could reduce them to silence, he could not induce God out of silence! 3
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s aquí que aparece Eliú; el cuarto amigo de Job. Sus intervenciones poseen un estilo muy diferente al de sus predecesores. Hay que reconocer que existen grandes diferencias de estilo y lenguaje entre los planteamientos de Eliú y los que hicieron Elifaz, Bildad y Zofar. Por ejemplo, Eliú es el único que llama a Job por su nombre. Tal vez esto responde a las intenciones de Eliú de hacerle saber a Job que quería tratarlo como un ser humano y no como el objeto de las abyecciones que formularon los otros tres.
3 Ibid. (Kindle Location 3062). 4 Ibid. (Kindle Location 3076).
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l mismo tiempo, sus interpretaciones teológicas acerca del dolor son distintas a las de los interlocutores que hablaron antes que él. Un buen ejemplo de esto último es que los primeros amigos de Job trataron de convencerle de que se arrepintiera de los pecados que le habían llevado a sufrir las calamidades que estaba experimentando. Job, decían ellos, estaba sufriendo porque había cometido algunos pecados que no había sido capaz de confesar.
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n cambio, Eliú decidió presentar otra tesis. El diagnóstico de Eliú no sería enfocado en las posibles acciones pecaminosas de Job en su pasado. Eliú decidió enfocar su diagnóstico en las actitudes pecaminosas que Job exhibía en el espacio de tiempo en el que él sostenía conversaciones con sus amigos. La primera parte de esa tesis formula que Job debía arrepentirse del orgullo que había desarrollado por estar sufriendo. En otras palabras, Job no estaba sufriendo por haber pecado, Job estaba pecando (de orgullo) porque estaba sufriendo. Su sufrimiento le había llevado a desarrollar unas dimensiones de orgullo ante Dios que le llevaron a cuestionar a Dios, a cuestionar sus decisiones y sus procesos. Job estaba demandando que Dios le revindicara, que dijera que se había equivocado con él. Job había llegado a formular que él y Dios debían verse en una corte (Job 9:15; 23:7), aunque sabía que no ganaría su caso (Job 9:27-28). Esto es algo que luego Dios le cuestiona a Job (Job 40:2,8).
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a segunda parte de la tesis de Eliú está diseminada en todos sus discursos: - Job debe arrepentirse de su orgullo (Job 35:11-12). - Job debe exaltar a Dios por Sus obras (Job 36:24). - Job debe considerar esas obras (Job 37:14). - Job debe aprender a temer a Dios (Job 37:24).4
• Él tenía argumentos que eran mejores y eran distintos. • Él tenía mucho que decir. • Él era imparcial y no venía a adular a Job.
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l orden que Eliú sigue en sus discursos para presentar su tesis es el siguiente: • Presentarse y ofrecer razones por las que debe ser escuchado (Cap.32) • Refutar las quejas que Job ha planteado acerca de que Dios no le escucha (Cap.33) Dios es un Dios de misericordia (“hânan,” H2603) y siempre nos escucha y responde (33:14-17). • Refutar las quejas que Job ha formulado de que Dios es injusto (Cap.34) • Refutar las aseveraciones que Job ha hecho acerca de que no vale la pena servir a Dios (Cap.35) • Discutir la justicia y la soberanía de Dios (Cap. 36 al 37)
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l programa de trabajo de Eliú es extenso, pero produce muy buenos resultados. Tal y como decíamos en la reflexión anterior sobre este tema, Job no responde y su silencio se convirtió en la respuesta que Eliú necesitaba; Job se había quedado sin argumentos. Resulta muy interesante el orden que Eliú decidió seguir para lograr esto. Como hemos visto en el bloque anterior, este joven interlocutor inició sus presentaciones subrayando porqué es que él creía que debía hablar. Además, aprovechó la ocasión para mencionar las impresiones que le habían causado las expresiones de los otros tres (3) interlocutores (Job 32:6-12) y declaró que él no venía a discutir con Job como lo habían hecho ellos (Job 32:14). Dijo además que no necesitaba ser anciano para hablar con sabiduría (vs 9), que no iba a seguir esperando (vs 16-17), y que estaba convencido en su espíritu de que había sido llamado a hablarle a Job (vs 17-20).
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s Roy Zuck el que presenta uno de los mejores resúmenes de los argumentos de Eliú en ese capítulo 32 del libro de Job: • El Espíritu de Dios estaba en él. • Había esperado que los tres (3) consejeros anteriores concluyeran sus intervenciones.
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e desprende de la lectura de los capítulos citados que Eliú hace todo esto con coraje. Él tenía coraje con los tres (3) consejeros que habían hablado con Job por haber concluido que Job era culpable de lo que le estaba aconteciendo. Ellos habían permitido que Job hiciera a Dios lucir culpable. Además, él tenía coraje con Job por haber insistido tanto en tratar de justificarse y querer hacer ver que Dios se había equivocado (Job 32:1-2).
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sto último de entrada nos plantea una idea equivocada acerca del concepto de Dios que Job había desarrollado. Todos sabemos que Dios no se equivoca. Dios no hace las cosas porque son correctas. Las cosas que Dios hace son correctas porque Él las hace. ¿Esta idea de un Dios que se puede equivocar habrá estado en el corazón de Job desde el principio de su historia? ¿Habrá tenido él un concepto correcto de Dios y el dolor lo deformó? El capítulo 2 de este libro nos provee la respuesta a estas preguntas: “10 Y él le dijo: Como suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.” (Job 2:10) El concepto inicial que Job tenía acerca de Dios era que de Dios podía venir lo bueno y lo malo y que había que aceptarlo. Es obvio que este concepto se deformó según avanzaban sus procesos para manejar el dolor. Es importante explicar que el concepto de la soberanía de Dios que Job poseía estaba basado en la idea de un dios que es predecible en sus actos. Esto es, que él podía saber lo que Dios iba a hacer a base de la conducta que él había decidido abrazar.
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or favor, lea esto una vez más: el dolor puede transformar nuestro concepto de Dios positiva o negativamente. Los análisis de los capítulos 33 al 37 del libro de Job serán los
ejes centrales de nuestras próximas reflexiones. Sin embargo, necesito adelantar algunas conclusiones motivado por la necesidad de ofrecer aquí algunas herramientas de cuidado pastoral. Cuando el libro de Job termina, nos encontramos con un hombre que se ha humillado ante la majestad y la soberanía de Dios. Lo hace porque llegó a la conclusión de que él no era capaz de entender las maneras, las formas y las razones que Dios ha utilizado para sostener el orden natural de la creación. Siendo esto así, ¿cómo podría él ser capaz de entender los principios Divinos que gobiernan las dimensiones espirituales y las manifestaciones del dolor?5
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ob concluye que el sufrimiento es una de las manifestaciones del misterio de la Providencia. Veremos, al final del camino, que las intervenciones de Dios (Cap 38 al 41) son tan solo una solución interina al problema del dolor. El libro de Job nos va a llevar a la conclusión de que el sufrimiento puede ser una prueba, un ensayo para que aprendamos a confiar en Dios en unos niveles más altos de los que hemos aprendido a hacerlo. Se trata de aprender a confiar en Dios no por lo que Él hace sino por lo que Él es.
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l concepto solución interina es usado aquí de forma apropiada, porque tal y como dice James E. Smith, el libro de Job, deliberadamente, no ofrece una conclusión final. Sin embargo, nadie puede
negar que el libro provee a sus lectores herramientas suficientes para lidiar con los dolores y los desastres que los provocan.6
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mith incluye en sus aseveraciones que el sufrimiento cumple el propósito divino y ejercita el ministerio de la gracia en los hombres y las mujeres llamados por el Señor. Detrás del sufrimiento de los hijos de Dios, dice Smith, está el Padre Amante exhibiendo un propósito más alto, y más allá del velo formado por nuestras lágrimas está la recompensa gloriosa de lo que vendrá después.
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omo ha dicho J. Sidlow Baxter, los hijos de Dios no hemos sido llamados a ver el sufrimiento y el dolor como un ejercicio judicial y sí como uno remedial. No hemos sido llamados a ver el sufrimiento y el dolor como algo punitivo y sí como una herramienta correctiva. No hemos sido llamados a verlos como algo retributivo y sí como algo disciplinario. No hemos sido llamados a verlo como una penalidad y sí como una dimensión del ministerio que nos ha sido entregado.7
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eiterando las expresiones finales de la reflexión anterior, Eliú comenzó a hablar y Job decidió guardar silencio y escuchar a su interlocutor sin interrumpirle. Algo en Job había comenzado a cambiar. La terapia provista por Dios a través de Eliú estaba comenzando a producir sus efectos.
5 Ibid. (Kindle Location 4003). 6 James E. Smith. THE WISDOM LITERATURE AND PSALMS, en “Old Testament Survey Series”. (Joplin, Missouri, 1995). 7 J. Sidlow Baxter, “Explore the Book.” (Grand Rapids: Zondervan, 1966), 3:25.