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Revista Catรณlica
Invocación al Espíritu Santo: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. V./ Envía tu Espíritu y todo será creado. R./ Y repuebla la faz de la tierra.
Oremos:
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones, para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
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Invocación al Espíritu Santo Editorial Nueva Exhortación Apostólica Cristo vive, dirigida a los jóvenes
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¿Cómo alcanzar mis metas con éxito?
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10 consejos de un papá para llevar a los pequeños a la Santa Misa / Testimonio de un Padre de Familia
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Testimonio
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Descarga la aplicación del Rosario El Sacrificio de la Santa Misa (Parte 1)
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11- 12 La Virgen del Carmen 13 Patrocinadores 14, 15 y 16 La Promesa del Padre
7897-3140
Editorial Cada vez que en Lumen El Salvador publicamos una edición de esta revista, lo hacemos pensando, especialmente en usted, apreciado lector. Que, cada tres meses, nos lee y apoya adquiriendo dicho material impreso. Cada artículo busca, ante todo, su crecimiento espiritual dentro de la fe que, por gracia de Dios, profesamos. En la presente edición encontrará temas de actual importancia para el caminar de cristiano que, la misericordia divina permite, podamos conocer y elegir. Presentamos una síntesis sobre la Exhortación Apostólica post-sinodal Christus vivit, donde el Santo Padre nos invita a meditar en la juventud, sus retos y acciones a seguir dentro del camino de la fe, iniciando con los personajes jóvenes escogidos por Dios desde el Antiguo Testamento, las gracias alcanzadas por aquellos que aparecen en escenas o parábolas de los Evangelios, hasta la configuración con Cristo, que rejuvenece todo lo que toca, de una manera especial, nuestro corazón. Conscientes en la necesidad de evangelizar y catequizar con el testimonio de vida, en primer lugar, ofrecemos consejos paternales sobre como guiar a nuestros hijos durante las celebraciones litúrgicas, especialmente la Eucaristía, para que ésta sea fecunda desde la misma infancia en la vida de nuestros pequeños. El rezo del Rosario se vuelve en la principal devoción mariana de todo cristiano, razón por la cual, colocamos frente a usted una guía sobre como rezar, apoyándose en todos los medios posibles, incluyendo los tecnológicos para crecer en dicha devoción. La Eucaristía es el Sacramento de nuestra fe, rezamos en el momento posterior a la consagración. Por ello nos proponemos, ayudarle a conocer los ritos que comprenden la riqueza celebrativa de dicho Sacramento. El conocer es un primer paso para descubrir el sentido de tan grande realidad, que nos envuelve en un manto de amor y misericordia. Finalmente le animamos a vivir de una manera más intensa la devoción mariana, fundamentada en la espiritualidad carmelita, conociendo la importancia del uso del Escapulario. Confiando en el amor de Dios para con cada uno de nosotros, le rogamos sus oraciones para que esta obra de evangelización llamada Lumen El Salvador pueda encontrar corazones receptivos y fecundos a quienes transmitir lo que Dios mismo ha colocado en nuestras vidas: su misericordia. Dios le bendiga hoy y siempre.
Pbro. Luis Alvarado Asesor espiritual Lumen, El Salvador
ORACIÓN POR LA MISIÓN DE LUMEN EL SALVADOR Padre de infinita bondad, venimos a tu presencia para ofrecer los esfuerzos y trabajos de Lumen El Salvador, en favor de la evangelización para tu reino, a través de los medios de comunicación. Tómalos en tus sagradas manos, bendícelos y hazlos florecer, para que tu palabra llegue a cada rincón de nuestro querido El Salvador. Ilumina con tu santo Espíritu a todos los que trabajamos en la construcción de tu reino y concédenos Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza, de manera que podamos amarte y servirte con fidelidad. Que nuestro Señor Jesucristo nos conceda la fuerza necesaria para seguir trabajando en favor de su reino.
Amén.
El Papa nos llama
Cristo vive.
Él es nuestra esperanza y la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se hace joven, se hace nuevo, se llena de vida. Por lo tanto, las primeras palabras que quiero dirigir a cada joven cristiano son: ¡Él vive y te quiere vivo! Así comienza la Exhortación Apostólica Postsinodal "Christus vivit" del Papa Francisco, firmada el lunes 25 de marzo en la Santa Casa de Loreto y dirigida "a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios". En el documento, compuesto por nueve capítulos divididos en 299 párrafos, el Santo Padre explica que se dejó "inspirar por la riqueza de las reflexiones y diálogos del Sínodo" de los jóvenes, celebrado en el Vaticano en octubre de 2018.
Capítulo I: ¿Qué dice la Palabra de Dios sobre los jóvenes? Capítulo II: Jesucristo siempre joven Capítulo III: Sois el ahora de Dios Capítulo IV: El gran anuncio para todos los jóvenes Capítulo V: Los caminos de la juventud Capítulo VI: Jóvenes con raíces Capítulo VII: La pastoral juvenil Capítulo VIII: Vocación Capítulo IX: El discernimiento A continuación, presentamos una breve síntesis de la exhortación: El Papa explica que “Jesús, el eternamente joven, quiere darnos un corazón siempre joven”. Para él, la edad no establecía privilegios, y que alguien fuera más joven no significaba que valiera menos. El Sucesor de Pedro aborda el tema de los años de juventud de Jesús y recuerda la historia evangélica que
describe al Nazareno “en su adolescencia, cuando regresó con sus padres a Nazaret, después de que lo perdieron y lo encontraron en el Templo”. El Papa señala que el adolescente Jesús, “gracias a la confianza de sus padres... se mueve libremente y aprende a caminar con todos los demás”. Estos aspectos de la vida de Jesús, no deben ser ignorados en la pastoral juvenil, se necesita crear “proyectos que los fortalezcan, los acompañen y los proyecten hacia el encuentro con los demás, el servicio generoso y la misión”. "Jesús no les ilumina a ustedes jóvenes, desde lejos o desde fuera, sino desde su propia juventud, que comparte con ustedes y en él se reconocen muchos rasgos típicos de los corazones jóvenes", argumenta el Pontífice: "cerca de Él podemos beber de la verdadera fuente, que mantiene vivos nuestros sueños, nuestros planes, nuestros grandes ideales, y que nos lanza al anuncio de una vida digna de ser vivida”. No podemos limitarnos a decir, -continúa explicando Francisco-, que los jóvenes son el futuro del mundo: "son el presente, lo enriquecen con su aportación”. Por eso es necesario escucharlos. Quien está llamado a ser padre, pastor y guía juvenil debe tener la capacidad de identificar caminos donde otros sólo ven muros, es saber reconocer posibilidades donde otros sólo ven peligros. Esta es la mirada de Dios Padre, capaz de valorar y alimentar las semillas del bien sembradas en los corazones de los jóvenes. Por lo tanto, el corazón de cada joven debe ser considerado tierra sagrada”, asevera el Papa. Refiriéndose a “los deseos, las heridas y los descubrimientos”, Francisco habla de la sexualidad: “En un mundo que sólo hace hincapié en la sexualidad, es difícil mantener una buena relación con el propio cuerpo y vivir en paz las relaciones afectivas. También por esta razón la moralidad sexual es a menudo la causa de incomprensión y alejamiento de la Iglesia percibida como un espacio para el juicio y la condena, a pesar de que hay jóvenes que quieren discutir estos temas". Por otra parte, el Papa habla de los abusos contra los niños e hizo suyo el compromiso del Sínodo de adoptar medidas rigurosas de prevención y expresó su gratitud “a quienes tienen el valor de denunciar el mal que han sufrido”.
El Papa anuncia a todos los jóvenes tres grandes verdades.
La primera: “Dios que es amor” y por tanto “Dios te ama, no lo dudes nunca”. La segunda verdad es que “Cristo te salva”. “Nunca olvides que Él perdona setenta veces siete. Vuelve a llevarnos sobre sus hombros una y otra vez”. La tercera verdad es que “Él vive“: Si Él vive, esto es una garantía de que el bien puede entrar en nuestras vidas. Entonces podemos dejar de quejarnos y mirar hacia adelante, porque con Él siempre podemos mirar hacia adelante”.
Francisco invita a los jóvenes a no observar la vida desde el balcón, a no pasar la vida frente a una pantalla: “¡Deja que te escuchen! ¡Aleja los miedos que te paralizan! ¡vive!; -escribe el Santo Padre- alentándolos a “vivir el presente” disfrutando con gratitud de cada pequeño don de la vida sin “ser insaciables” y “obsesionados con los placeres sin límite”. Igualmente, Francisco reconoce que es fundamental “tu relación con los ancianos”, ya que ayuda a los jóvenes a descubrir la riqueza viva del pasado, en su memoria. Hablando de sueños y visiones, Francisco observa: “Si jóvenes y viejos se abren al Espíritu Santo, juntos producen una maravillosa combinación. Los ancianos sueñan y los jóvenes tienen visiones”. Por lo tanto, es necesario “arriesgar juntos, caminar juntos jóvenes y viejos". “Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que Jesús quiere de cada joven es sobre todo su amistad”. La vocación es una llamada al servicio misionero de los demás, “porque nuestra vida en la tierra alcanza su plenitud cuando se convierte en ofrenda”, resalta la exhortación. En este aspecto, el Sucesor de Pedro recuerda que “sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en títeres a merced de las tendencias del momento”. Se requieren tres sensibilidades de quienes ayudan a los jóvenes en su discernimiento. La primera es la atención a la persona: se trata de escuchar al otro que se nos da a sí mismo con sus propias palabras. La segunda consiste en discernir, es decir, se trata de captar el punto correcto en el que se discierne la gracia de la tentación. La tercera consiste en escuchar los impulsos que el otro experimenta. La exhortación concluye con un profundo deseo del Papa Francisco: “Queridos jóvenes, me alegrará verles correr más rápido que los que son lentos y temerosos. Corran y sean atraídos por ese rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne de nuestro hermano que sufre... La Iglesia necesita de su impulso, de sus intuiciones, de su fe... Y cuando lleguen a donde todavía nosotros no hemos llegado, tengan la paciencia de esperarnos”. Link para leer exhortación completa: https://bit.ly/2WHxWmD
Todo lo puedo en CRISTO que me fortalece
Muchas veces, nos proponemos metas que consideramos difíciles e incluso, en ocasiones, imposibles. Frente a esta situación muchas veces nos sentimos frustrados y nos paralizamos ante la posibilidad de no lograr lo que queremos. Para alcanzar nuestras metas personales y laborales, solo necesitamos de los ingredientes adecuados para poder enfrentar de la mejor forma posible, las adversidades. Ninguna de nuestras metas deben considerarse inalcanzables, con trabajo, esfuerzo y pasión podemos lograr lo que queramos. Es por ello, que aquí te daremos algunas recomendaciones que te ayudaran a alcanzar tus objetivos de forma productiva y fructífera. A continuación, te presentaremos, cómo alcanzar mis metas con éxito.
como lo planeamos, pero esto también forma parte del proceso. Esto nos permitirá ratificar o rectificar lo que deseamos y darle el verdadero valor que tiene.
Pasos a seguir:
Una vez que ya tengas claro lo que quieres y cuál es el camino para alcanzarlo, debes ponerte en acción. “Nuestras acciones son las que definirán nuestro progreso”. Si te quedas esperando que las cosas sucedan, puede que nunca pasen. Para lograr nuestras metas debemos hacer algo, nadie hará algo para alcanzar tus metas, solo depende de ti.
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Seguridad.
Para poder lograr nuestros objetivos y metas, en primer lugar, debemos tener seguridad en nosotros mismos. La confianza es la clave del progreso. Tú eres capaz de lograr todo aquello que te propongas y estas capacitado para conseguirlo. No dejes que nada te haga dudar de tus aptitudes, cree y confía en tus habilidades. 2
Esfuerzo.
Para alcanzar nuestras metas tenemos que trabajar duro, nada se consigue sin esfuerzo. Debes tener claro que necesitaras ser paciente y perseverante. Para lograr lo que deseas deberás hacer algunos sacrificios de otras cosas que también te agradan. Pero debes hacer un balance de cuáles son tus prioridades y actuar en función de ellas. Piensa bien que es lo que quieres y si vale la pena sacrificar otras cosas. 3
Perseverancia.
En este camino, muchas veces viviremos situaciones frustrantes y poco gratificantes. No decaigas, estas situaciones nos enseñaran a actuar de mejor manera y a elegir nuevos caminos para lograr lo que queremos. No siempre sale todo
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Asumir los errores.
Reconocer los errores y aprender de ellos, nos permite superarnos y mejorar. Cuando sucedan este tipo de situaciones, tómate un tiempo para pensar cuál fue el error y cómo puedes evitar que vuelva a suceder. Considéralo como una enseñanza y no como un fracaso. Evita depositar en los demás la causa de tus errores ya que de esta manera no podrás superarte a ti mismo. 5
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Actuar.
Limitaciones.
Tener en cuenta nuestras limitaciones, es fundamental en este proceso. Debes tener en claro cuáles son los aspectos en los cuales te destacas y tienes facilidad. Trata de trabajar en ellos para poder avanzar. No trates de llegar por el camino más fácil, recuerda que si realmente quieres alcanzar tus metas, el camino no será fácil, pero valdrá la pena. 7
Arriesgar.
No malgastes tu tiempo lamentándote de cosas que ya pasaron o de lo que pudo haber sido. Piensa en el hoy y en lo que puedes hacer para alcanzar lo que deseas. Muchas veces, deberás arriesgarte y tomar caminos difíciles, pero no te desalientes, que lo podrás superar. Se positivo y piensa que todo va a salir bien. El pensamiento positivo es una de las claves del éxito.
Catolico SOY
Un papá católico, Will Wright, ha escrito un artículo donde ofrece sus diez mejores estrategias para llevar a los niños pequeños a la celebración dominical del sacramento de la Eucaristía. Desde luego, no son estrategias infalibles, pero hacen posible la participación de los más pequeños en la Santa Misa. “Los niños son una hermosa bendición para los padres, pero también son una hermosa bendición para la Iglesia. Si la Iglesia no está llorando, se está muriendo. Hay quienes dicen que los niños, o los bebés, no pertenecen a la Misa (…) Pero este es un enfoque equivocado”, escribió Wright en una columna publicada en The Catholic Link.
Diez de las mejores prácticas: 1. Que lleguen bien alimentados. El ayuno eucarístico no es para los niños pequeños. No los obliga ni mucho menos. “Por lo tanto, es mejor darles de comer antes de llegar a la misa. Asegúrate de que puedan sobrevivir sin estómagos ruidosos”. 2. Vestirlos con ropa especial y algún complemento, también especial. “Es una buena idea vestir a los niños con ropa especial que suelen llevar solo para ir a la iglesia” y o para asistir a otra celebración especial. También puede ser útil entregarles “una bolsa especial que sirva solo para la Misa. Puede poner un juguete o un libro pequeño que sea solo para la Misa del domingo, hecho de material suave y silencioso”. 3. Mantenerlos frescos. “Si sus hijos todavía usan pañales, póngales un pañal
nuevo justo antes de que salga de su hogar o tan pronto como llegue a la iglesia. Si sus hijos están entrenados para ir al baño, pídales que usen el baño, o al menos que lo intenten, cuando lleguen a la Iglesia”. 4. Establecer expectativas. Hay que recordarle al pequeño que está a punto de acercarse a Jesús y que es algo muy importante. Hay que mantener una expectativa que convenza al menor de que, en realidad, lo es. Ser pacientes y firmes en este punto. Y, sobre todo, recordárselo antes de ir al templo. 5. Dar el ejemplo. Para que se tome “en serio” el hecho que se trata de un acontecimiento importante, el padre o la madre (ambos) tienen que dar el ejemplo de que, en efecto, lo es. No es cualquier otra actividad. “Su hijo debe saber que la situación es diferente solo por verlo a usted y su lenguaje corporal”. 6. Sentarse en el frente. Una tendencia muy comprensible indica que lo mejor sería sentarse atrás, casi a la salida del templo. Pero la gran mayoría de las fuentes al respecto sugieren sentarse delante. Los niños pueden ver lo que está sucediendo y es mucho más probable que se mantengan ocupados si pueden ver. Incluso puede susurrar en voz baja a su hijo, mientras los sostiene, diciéndoles lo que está sucediendo durante la Misa”. 7. Turnarse en sostener al niño durante la Misa. El marido, la esposa, el hijo mayor, todos pueden ser de ayuda para tomar por cargar al bebé “Al sostener a su hijo, usted tiene un poco más de control sobre su atención. Puedes
señalarles cosas o tratar de llamar su atención en otro lugar. 8. Un poco de ruido está bien, solo se aborda el ruido continuo. Si el pequeño está haciendo un poco de ruido, entonces no hay de qué preocuparse. Los otros fieles perdonarán. Solo si está haciendo un ruido continuo, debe abordarse. Se puede ir al atrio de la iglesia o incluso a la calle, “pero intente volver y tan pronto como sea posible”. 9. Responder preguntas sobre la Misa. Los papás son los principales catequistas. La Misa es una oportunidad inmejorable de que los niños aprendan y asimilen la fe. “Cuanto más sepa su hijo sobre la Misa, más podrán participar en ella”. Incluso, si las preguntas se hacen dentro de la celebración, se pueden contestar en voz baja o advirtiendo que se las contestaremos más adelante. 10. Ser pacientes y perseverar. Estas estrategias están destinadas a ser una ayuda a los padres de niños pequeños, incluso si no funcionan de inmediato, hay que ser pacientes y perseverantes. Reza y sigue intentando. La paciencia y la perseverancia ganarán algún día”.
Testimonio
Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica que el hogar es la primera escuela de vida cristiana y "escuela del más rico humanismo". Ostentando semejante responsabilidad y siendo la familia el fundamento de la sociedad, es obvio que las fuerzas del mal, empeñen todo su esfuerzo en debilitarla y consecuentemente destruirla, de manera sutil o burdamente. Por tanto, los padres de familia tenemos la responsabilidad de invertir el tiempo y los recursos que resulten necesarios en la conservación y promoción de nuestra familia como la unidad social básica y la mejor escuela de fe, esperanza y caridad para nuestros hijos. La pregunta casi obliga es, como logramos transmitir la fe, la esperanza y la caridad a nuestros
hijos en el siglo XXI. De manera personal considero que no se trata de imponer con violencia y repugnancia nuestras creencias, sino de anunciar con amor, alegría e inteligencia nuestra fe y una forma de vida gozosa y próspera, recordemos que los niños son como esponjas y absorben todo lo que ven y escuchan a su alrededor. Pero, además, lo imitan, y ahí reside en buena parte su capacidad para aprender tantas cosas en tan poco tiempo. Nuestros hijos aprenden muchos más por imitación, que por la simple instrucción oral. De ahí la importancia de no presentarles una religión repugnante, restrictiva y aburrida, por el contrario, ellos deben constatar las bondades liberadoras de nuestra fe y la alegría del evangelio que desborda nuestra existencia. Sin que esto suponga una pasividad abrumadora que nos lleve a pensar que nuestro único deber es
Por: Lic. Carlos Luis Carranza Director Lumen El Salvador
actuar bien para que ellos nos imiten. Para transmitir la fe debemos actuar coherentemente y a la vez instruir con paciencia, profundidad y determinación a los hijos que nos haya confiado el Señor, como dice la Sagrada Escritura: “Queden en tu corazón estas palabras que yo te dicto hoy. Se la repetirás a tus hijos, les hablarás de ellas tanto si estás en casa como si vas de viaje…” (Dt 6,4-9). No pretendo en esta modesta reflexión entrar en análisis de carácter sociológico o pedagógico. Quiero darles a estas líneas un tono positivo y práctico. Estoy convencido de que, entre nosotros, la familia es el espacio en el que se está jugando, en buena parte, la fe o la increencia de las nuevas generaciones.
Dale EFE 5
Descarga la
aplicación del Rosario Dentro de las propuestas que la Revista Lumen ha preparado para ti, hoy te ofrecemos una aplicación que puedes descargar en tu celular para acompañarte en el Rezo del Santo Rosario. En esta aplicación encontrarás la guía del Rosario en texto y en audio, así como también oraciones adicionales como el Rezo a Coronilla de la Divina Misericordia, entre otras devociones católicas.
La aplicación EL SANTO ROSARIO, puedes descargarlo de manera gratuita en Google Play o App Store desde tu celular o cualquier dispositivo: Con esta aplicación queremos ayudarte en tu crecimiento espiritual. Puedes rezar el Rosario de camino al trabajo, en la tranquilidad del hogar, o donde lo desee.
Catequesis
(Parte 1)
Estaremos compartiendo, en 3 ediciones, textos tomados del libro EL SACRIFICIO DE LA MISA del Pbro. José Antonio Abad, sacerdote, doctor en Teología y profesor de Liturgia en la Facultad del Norte de España, quien nos explica el significado de cada rito de la Santa Misa. ¡Colecciona las ediciones!.
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¿Misa o Eucaristía?
La realidad que hasta hace pocos años llamábamos habitualmente Misa, y ahora suele designarse Eucaritía, tiene tras de sí un largo cortejo terminológico: Cena del Señor, fracción del pan, ofrenda, memorial, sacramento, sacrificio, etc. Esta variedad obedece a la riqueza del misterio eucarístico, imposible de expresar en una sola palabra, aunque sea muy técnica o rica. Es claro que lo más importante no es el término, sino la realidad que con él se expresa.
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Las partes de la Misa: Visión de conjunto:
La Misa comprende estos cuatro bloques: a) Los ritos introductorios; b) La liturgia de la Palabra; c) La liturgia estrictamente eucarística; d) Los ritos conclusivos.
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Significado de los Ritos Introductorios:
Los ritos introductorios, que comienzan cuando el sacerdote hace acto de presencia en el lugar donde se encuentra congregada la comunidad crsitiana y concluye con el amén de la oración colecta, son una especie de preámbulo e iniciación de toda la celebración; y tiene como finalidad específica ayudar a los fieles a crear las disposiciones más adecuadas para participar de modo consciente y activo en la escucha de la Palabra de Dios.
El canto de entrada: La celebración de la Santa Misa comienza con la entrada del ministro (sacerdote u obispo), hacia el altar. Esta procesión simboliza el camino que la Iglesia peregrina recorre hacia la Jerusalén celestial. Durante la procesión se canta un canto solemne y festivo. El canto de entrada debe ser un canto que: a) acompañe la procesión hacia el altar; b) que facilite la participación de todo el pueblo; c) que manifieste la alegría de un pueblo reunido para alabar a su Señor y d) que tenga relación con el tiempo litúrgico. San Agustín decía: “Cantar es propio del que ama” y “quien bien canta, dos veces ora”.
Saludo al altar: El altar es símbolo de Cristo. Por este motivo, el ministro hace tres actos de veneración: La inclinación es un gesto muy expresivo de respeto. El beso, es a la vez, signo de veneración y amor. La incensación es símbolo del honor, purificación y santificación. Saludo del ministro a la comunidad cristiana: Después de venerar el altar, el ministro se dirige a la sede. Allí hace la señal de la Cruz, con todos los presentes. El saludo manifiesta el misterio de la presencia del Señor entre los que se han reunido en su nombre y el misterio de la Iglesia.
El acto penitencial: El acto penitencial responde al sentimiento de silencio, durante la cual toman conciencia de su situación pecadora y crean el ambiente propicio al arrepentimiento. Durante la Misa hay muchos momentos en los que se retoman el aspecto de arrepentimiento y purificación: el lavabo, el Padre Nuestro, la preparación a la comunión, etc. Como señaló un obispo en el Sínodo sobre la Reconciliación, es un gran medio para recuperar el sentido del pecado, la necesidad de ser salvado y la recepción del sacramento de la reconciliación.
El Kyrie (Señor, ten piedad): Kyrie es una palabra griega que significa señor, rey. Es, por tanto, un reconocimiento de la divinidad, de la realeza y del señorío de Jesucristo. Eleison es también una palabra griega que equivale a ten piedad. Con el Kyrie se aclama a Cristo como Señor y se implora su misericordia. La expresión “Señor, piedad” aparece con frecuencia en el Evangelio, en los labios de personas que acuden a Jesús para implorar su ayuda en la enfermedad o en la necesidad.
El Gloria: El Gloria tiene esta estructura: Una estrofa dirigida al Padre, otra al Hijo y una conclusión trinitaria. La primera estrofa: El Padre es contemplado como Dios, Señor, Rey, Todopoderoso, con una gloria inmensa, inconmensurable, infinita. En la segunda estrofa: Se le da a Jesús 3 títulos: Señor Dios (indica la realeza de Cristo y su igualdad con el Padre), Cordero de Dios (confiesa a Cristo como el Cordero inmolado en el sacrificio redentor) e Hijo del Padre (el título de la filiación divina natural de Cristo). La tercera estrofa: Se ve a Jesucristo unido con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre.
La Colecta: Esta oración tiene cuatro partes: a) invitación a la oración: Con la breve fórmula “oremos” se invita a los fieles a tomar conciencia de que la oración debe ser más intensa; b) silencio: pretende que los fieles al estar en presencia de Dios formulen interiormente sus propias peticiones; c) la oración del sacerdote: recoge los sentimientos de la comunidad cristiana. La oración del sacerdote puede distinguirse por 3 partes: la invocación, la súplica y la conclusión y d) la conclusión: esta tiene particular importancia, puesto que en ella: 1) se apela a la dimensión trinitaria de la economía salvífica, 2) se realiza una explícita confesión de fe en la divinidad de Jesucristo, 3) se subraya el concepto de unidad y eternidad de las tres divinas personas. La expresión “por los siglos de los siglos” expresa: por siempre, el concepto de eternidad. La palabra “amén” significa así sea, es decir el pueblo ratifica y hace suya la petición formulada por el sacerdote.
Espera la continuación en la siguiente edición de la revista Lumen…
La Promesa del Padre
Antes de su muerte Jesús dijo a sus discípulos unas palabras misteriosas:
“En verdad les digo, me conviene que yo me vaya, porque si no me voy, no vendría a ustedes el paráclito, pero si me voy, se los enviaré”. Juan 16, 7
Al resucitar Jesús, se apareció a sus discípulos y les dijo:
“Yo voy a enviar sobre ustedes la promesa de mi Padre. Permanezcan en Jerusalén hasta que sean revestidos con la fuerza que viene de lo alto”. Lucas 24, 49
Cuando Jesús hablaba de la venida del Espíritu Santo, la llamaba “la Promesa del Padre”. Se trataba por tanto de un compromiso de Dios con los hombres a través de Jesús. Jesús había venido a traer una Nueva Vida, pero ésta no se podía vivir sin un Espíritu Nuevo y un Corazón Nuevo. “Yo les daré un solo corazón y les daré un Espíritu Nuevo, quitaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica y así sean mi pueblo y yo sea su Dios”. Ezequiel 11, 19-20 El corazón del hombre sólo puede ser cambiado por Dios. Se necesita pues, la renovación interior del hombre por el Espíritu de Dios que lo transforme. La obra de salvación no consiste nada más en ser perdonados de nuestros pecados, sino en la transformación de nuestro corazón en un corazón como el de Jesús. El Espíritu Santo es quien nos capacita para vivir la vida de fe, de amor y servicio de acuerdo a la voluntad divina. ¿Cuál es la diferencia entre alguien que vive según la carne y otro según el Espíritu? El primero es esclavo de las obras de la carne. Gálatas 5, 19-23
El que vive animado por el Espíritu de Cristo, no vive bajo la ley, porque ha crucificado todas las apetencias de la carne. Tiene los mismos sentimientos, criterios y valores de Cristo, porque tiene el mismo Espíritu de Cristo: El Espíritu Santo.
El cumplimiento de la Promesa
No muchos días después de su resurrección, Jesús, lleno de Espíritu Santo, cumplió su promesa: “Llegado el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego, que, dividiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”. Hechos 2, 1-4 Jesús siempre cumple lo que promete. Pasarán el cielo y la tierra, pero Él jamás dejará de cumplir una de sus palabras. A esa abundante y generosa la donación del Espíritu Santo Jesús le había llamado “Bautismo en el Espíritu”. Bautismo significa inmersión, bautizar = sumergir. Estar totalmente inundado, lleno. Para los apóstoles cambiaron totalmente las cosas a raíz de su bautismo en el Espíritu Santo:
a
En verdad conocieron la persona y la misión de Jesús.
b
Transformó su corazón.
c
Jesús Centro de su vida.
d
Comenzaron a testificar con palabras poderosas.
e
Otro fruto: El nacimiento de la Iglesia, de la comunidad de los creyentes en Jesús.
f
Glorificaban a Dios.
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
EL ESCAPULARIO CARMELITA
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
"La devoción del escapulario del Carmen ha hecho descender sobre el mundo una copiosa lluvia de gracias espirituales y temporales” (Pío XII, 6-VIII-1950).
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
¿Qué es el Escapulario Carmelita? El escapulario es un sacramental Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial. El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos, sino que nos disponen al amor a Dios y a la verdadera contrición del pecado si los recibimos con devoción.
Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios. Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los más importantes sacramentales marianos. Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios."
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