REVISTA DIGITAL LUMEN EL SALVADOR. - CUARESMA 2021

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Edición Especial Revista Católica


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CONTENIDO: Pág. 2

Caridad, afabilidad y empatía.

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Editorial.

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Novena a San José.

Pág. 6

¿Cómo vivir la Cuaresma?

Pág. 7y8

Semana Santa.

Pág. 9

Las Virtudes Teologales, II Parte.

Pág. 10

Campaña Lumen Somos Todos.

Caridad, afabilidad y empatía:

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Al tratar de ayudar a los demás, la caridad y la mansedumbre nos guiarán hacia las razones del corazón, que suelen abrir las puertas del alma con mayor facilidad que una argumentación fría o distante. El amor de Dios nos impulsará a conservar un estilo afable, que muestre lo atractivo que es la vida cristiana: «La verdadera virtud no es triste y antipática, sino amablemente alegre». Sabremos descubrir lo positivo de cada persona, pues amar la verdad implica reconocer las huellas de Dios en los corazones, por más desfiguradas que parezcan estar.


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Edi to ri al Que la paz de nuestro Señor Jesucristo habite en su corazón, apreciado lector. Es una dicha para nosotros en LUMEN El Salvador, poder presentarle la actual edición de nuestra revista. Esperando que, a la lectura de ésta, su fe se vea motivada para caminar y crecer en el sendero cristiano. Estamos situados litúrgicamente a las puertas de celebrar el Misterio Pascual del Señor: su muerte y resurrección. Al hacer alusión a la pascua del Señor necesariamente tenemos que mirar la pascua hebrea, prefiguración de la pascua cristiana. Le llamamos prefiguración porque es una figura anticipada en la historia bíblica para conocer y vivir en plenitud el Misterio del Señor. En el Antiguo Testamento encontramos que el pueblo de Israel se encontraba esclavo en Egipto. Dios suscitó su liberación, a través, de la intervención del profeta Moisés; haciendo vivir a los Hebreos su pascua, que consistió en pasar de la esclavitud a la libertad. La Pascua cristiana será también la vivencia de un paso, tanto de Cristo como también de la Iglesia; Cristo pasará de la muerta a la resurrección, siendo así, vencedor de todo aquello ante lo cual el ser humano es incapaz de enfrentar. Su resurrección obrará en el corazón de los cristianos una gracia sin igual: de la esclavitud del pecado pasaremos a la libertad de la gracia, volviéndonos así testigos creíbles de la resurrección del Señor. Este es un buen día para aceptar la salvación de Cristo Jesús en su vida; ésta le hará creatura nueva, con un corazón nuevo, con una vida nueva. Los artículos que a continuación presentamos, no dudamos, le serán de mucha ayuda en la fe para conocer la gracia que la Iglesia nos ofrece en la conmemoración del Misterio Pascual del Señor. Elevamos al cielo una súplica para que la mayor de las bendiciones le asista siempre.

PBRO. LUIS ALVARADO ASESOR ESPIRITUAL LUMEN EL SALVADOR


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Nove na

Sa n J o s é

-Por la señal de la cruz

-Oración para comenzar cada día: Oh gloriosísimo Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien el Padre Eterno confió el cuidado de gobernar, regir y defender en la tierra la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros, que pertenecemos, como fieles católicos, a la santa familia de tu Hijo que es la Iglesia, y alcánzanos los bienes necesarios de esta vida, y sobre todo los auxilios espirituales para la vida eterna. Alcánzanos especialmente estas tres gracias, la de no cometer jamás ningún pecado mortal, principalmente contra la castidad; la de un sincero amor y devoción a Jesús y María, y la de una buena muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos. Concédenos además la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena. -Pídase con fervor y confianza la gracia que se desea obtener. -Oración final para todos los días: Oh custodio y padre de Vírgenes San José a cuya fiel custodia fueron encomendadas la misma inocencia de Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María; por estas dos queridísimas prendas Jesús y María, te ruego y suplico me alcances, que preservado yo de toda impureza, sirva siempre castísimamente con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María. Amén. Jesús José y María, os doy mi corazón y el alma mía Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María, con Vos descanse en paz el alma mía. Padrenuestro, Avemaría y Gloria -Antífona Tenía el mismo Jesús, al empezar su vida pública, cerca de treinta años, hijo, según se pensaba de José. V. San José, ruega por nosotros. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.


Oración primer día: Oh benignísimo Jesús así como consolaste a tu padre amado en las perplejidades e incertidumbres que tuvo, dudando si abandonar a tu Santísima Madre su esposa, así te suplicamos humildemente por intercesión de San José nos concedas mucha prudencia y acierto en todos los casos dudosos y angustias de nuestra vida, para que siempre acertemos con tu santísima voluntad.

P. 5 Oración quinto día: Oh benignísimo Jesús, así como tu amado padre te condujo de Belén a Egipto para librarte del tirano Herodes, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que nos libres de los que quieren dañar nuestras almas o nuestros cuerpos, nos des fortaleza y salvación en nuestras persecuciones, y en medio del destierro de esta vida nos protejas hasta que volemos a la patria.

Oración segundo día: Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado en la pobreza y desamparo de Belén, con tu nacimiento, y con los cánticos de los Angeles y visitas de los pastores, así también te suplicamos humildemente por intercesión de San José, que nos concedas llevar con paciencia nuestra pobreza y desamparo en esta vida, y que alegres nuestro espíritu con tu presencia y tu gracia, y la esperanza de la gloria.

Oración sexto día: Oh benignísimo Jesús así como tu padre amado te sustentó en Nazaret, y en cambio tú le premiaste en tu santísima compañía tantos años, con tu doctrina y tu dulce conversación, así te rogamos humildemente, por intercesión de San José nos concedas el sustento espiritual de tu gracia, y de tu santa comunión, y que vivamos santa y modestamente, como tú en Nazaret.

Oración tercer día: Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu amado padre en el doloroso misterio de la Circuncisión, recibiendo de él el dulce nombre de Jesús, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, nos concedas pronunciar siempre con amor y respeto tu santísimo nombre, llevarlo en el corazón, honrarlo en la vida, y profesar con obras y palabras que tú fuiste nuestro Salvador y Jesús.

Oración sexto día: Oh benignísimo Jesús, así como por seguir la voluntad de tu padre celestial permitiste que tu amado padre en la tierra padeciese el vehementísimo dolor de perderte por tres días, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que antes queramos perder todas las cosas y disgustar a cualquier amigo, que dejar de hacer tu voluntad; que jamás te perdamos a ti por el pecado mortal, o que si por desgracia te perdiésemos te hallemos mediante una buena confesión.

Oración cuarto día: Oh benignísimo Jesús, así como consolaste a tu padre amado de la pena que le causó la profecía de Simeón, mostrándole el innumerable coro de los Santos, así te suplicamos humildemente, por intercesión de San José que nos concedas la gracia de ser de aquellos para quienes tu sirves, no de ruina, sino de resurrección, y que correspondamos fielmente a tu gracia para que vayamos a tu gloria.

Oración octavo día: Oh benignísimo Jesús, que en la hora de su muerte consolaste a tu glorioso padre, asistiendo juntamente con tu Madre su esposa a su última agonía, te suplicamos humildemente, por intercesión de San José, que nos concedas una muerte semejante a la suya asistido de tu bondad, de tu Santísima Madre y del mismo glorioso Patriarca protector de los moribundos, pronunciando al morir vuestros santísimos nombres, Jesús, María y José.

Oración novena día: Oh benignísimo Jesús, así como has elegido por medio de tu Vicario en la tierra a tu amado padre para protector de tu Santa Iglesia Católica, así te suplicamos humildemente por intercesión de San José, nos concedas el que seamos verdaderos y sinceros católicos, que profesemos sin error la fe católica, que vivamos sin miedo una vida digna de la fe que profesamos, y que jamás puedan los enemigos ni aterrarnos con persecuciones, ni con engaños seducirnos y apartamos de la única y verdadera religión que es la Católica.


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¿Cómo vivir

1. Arrepintiéndome de mis pecados y confesándome. Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo. 2. Luchando por cambiar. Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Hazte propósitos para cumplir día con día y revisa en la noche si lo lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Conoce cuál es tu defecto dominante y haz un plan para luchar contra éste. Tu plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir. 3. Haciendo sacrificios. La palabra sacrificio viene del latín sacrum-facere, que significa «hacer sagrado». Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.

la CUARESMA

4. Haciendo oración. Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma. Una de las palabras que nombramos el Miércoles de Ceniza era «El AYUNO». Tal vez te suene solo a privarte de cosas de comer. Es cierto pero no consiste solo en eso. Mira las cosas en las que se puede hacer ayuno. El ayuno que Dios quiere es: • Que prefieras pasar tú necesidad antes que la padezcan otros. • Que ofrezcas tu tiempo al que lo pida y necesite. • Que prefieras servir a ser servido. • Que te comprometas en la lucha contra toda marginación. • Que veas en el pobre y en el que sufre, como creyente que eres, un signo de Jesucristo. • Que esperes cada día una nueva humanidad. • Que respetes todo ser vivo. • Que te abstengas de toda violencia • Y así podríamos seguir nombrando tantas y tantas cosas de los que podemos hacer ayuno.

CUARESMA

2021


Semana santa

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2021

LUNES SANTO (29 DE MARZO) ¿Qué hizo hoy Jesús? Jesús ha dormido en el pueblo de Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María. A media mañana sube a Jerusalén. En el camino, como es la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó por no tener frutos. Al llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo negocios y los echa, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo haciendo un rato de oración, y vuelve a pie a Betania. ¿Tratas con respeto a Dios y a sus cosas? Jesús dedicaba todos los días a hacer un rato de oración, dedícate a la oración aunque sea unos pocos minutos.

MARTES SANTO (30 DE MARZO) Jesús vuelve a Jerusalén. Al ver el templo, profetiza que será destruído. Los discípulos están tristes porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos, como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por encima de todo. No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.

MiÉRCOLES SANTO (31 DE MARZO) Jesús se queda en Betania. Simón, el leproso que había sido curado por Jesús, invita al Señor a comer en su casa, por lo agradecido que le estaba. Mientras están comiendo, entra en la casa una mujer del pueblo llamada María; rompe un frasco de perfume carísimo y lo echa a los pies del Señor. Los besa y los seca con sus cabellos. A Jesús le gustó ese detalle de cariño. Es entonces cuando Judas busca a los jefes del pueblo judío y les dice: "¿Qué me dais si os lo entrego?". Ellos se alegraron y prometieron darle dinero. ¿Eres agradecido como Simón por las veces que a ti también te ha curado de tus pecados? Cada vez, después de confesarte, dale gracias por haberte perdonado.


P. 8 JUEVES SANTO (1 DE ABRiL) A la tarde llegaron al Cenáculo. Allí Jesús lavó los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y les ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos hagan lo mismo. Judas salió del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despidió de su Madre y se fue al huerto de los Olivos. Allí sudó sangre. Los discípulos se durmieron. Llegó Judas con todos los de la sinagoga y le da un beso. Entonces, le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada. Hazle tú hoy compañía al Señor, que está solo. Haz el propósito de no abandonarle nunca, y de visitarle con frecuencia en el sagrario. ViERNES SANTO (2 DE ABRiL) Al amanecer del viernes, le juzgan. Tiene sueño, frío, le han dado golpes. Deciden condenarle y lo llevan a Pilatos. Judas, desesperado, no supo volver con la Virgen y pedir perdón, y se ahorcó. Los judíos prefirieron a Barrabás. Pilatos se lava las manos y manda crucificar a Jesús. Antes, ordenó que le azotaran. La Virgen está delante mientras le abren la piel a pedazos con el látigo. Después, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él. Jesús recorre Jerusalén con la Cruz. Al subir al Calvado se encuentra con su Madre. Simón le ayuda a llevar la Cruz. Alrededor de las doce del mediodía, le crucificaron. Nos dio a su Madre como Madre nuestra y hacia las tres se murió y entregó el espíritu al Padre. Para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza. Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo le desclavan, y dejan el Cuerpo en manos de su Madre. Son cerca de las siete cuando le entierran en el sepulcro. ¡Dame, Señor dolor de amor! SÁBADO SANTO (3 DE ABRiL) Todo el día de hoy, su Cuerpo reposa en el sepulcro, frío y sin vida. Ahora nos damos cuenta de lo que pesan nuestros pecados. Jesús ha muerto para redimirnos. Estamos tristes. La Virgen María también está triste, pero sabe que resucitará. Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela. Puedes pasar el día unido a la Virgen, y con Ella acompañar a Jesús en el sepulcro. DOMiNGO DE RESURRECCiÓN (4 DE ABRiL) En cuanto se hace de día, 3 mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios. Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten.


Las Virtudes Teologales: Parte 2

La Virtud de la Fe

El catecismo de la Iglesia católica dice, 166: “La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros”. Es decir, todos en la medida de alimentar nuestra fe y compartirla nos enriquecemos. Dice la carta a los romanos 10, 17: Así pues, la fe nace al oír el mensaje, y el mensaje viene de la palabra de Cristo. La fe es un don de Dios, es decir, se debe pedir a Dios. La fe se debe separar de la superstición, que es en lo que algunos pueden caer por falta de conocimiento en la religión. La carta a los Hebreos 11, 1, dice: “Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos”. La fe se debe trabajar y en la medida que hay esfuerzo hay esperanza de alcanzar lo que se busca. Dentro del ámbito cristiano esperar algo ya no se reduce a cuestiones meramente egoístas, sino a beneficios para todos. La madre Teresa de Calcuta dice: “del silencio nace la oración, de la oración nace la fe, de la fe nace el amor, del amor nace la entrega y de la entrega la paz”. Todo lleva un proceso, y para progresar en la fe hay que progresar en el silencio y en la oración y esto conllevará a más dones y virtudes que enriquecerán a la persona y por ende a los que le rodean. La palabra fe viene del latín FIDES, y significa lealtad. De la misma palabra FIDES se desprende fiel y otras más. La lealtad se la debemos a Dios, en la medida que seamos fieles, es decir leales, podemos esperar como dice en la carta a los hebreos, aquellas cosas que ya hemos pedido. Los santos son santos por ser leales, por tener fe en que las promesas de Jesucristo se cumplirán en su momento, quizá no en el que pedimos nosotros pues Dios nos concede las cosas no cuando queremos, sino cuando ya estamos preparados.

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