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CERCA DE LA COSTA

CERCA DE LA COSTA

Microsoft, Google y otras tecnológicas han mostrado su interés por el uso de inteligencia artificial generativa en más servicios, a la vez que se señala su peligro.

eorge Orwell dijo que la historia es contada por los vendedores, así que, a la hora de pensar en una guerra de las inteligencias artificiales (IA), no se sabe si será un humano o un sistema robotizado el que contará el relato sobre el dominio de este sector en el mundo. Sin embargo, más allá de saber si una IA u otra será la que hable en el futuro, en el presente, los reflectores se enfocan en saber qué compañías están disputando la atención de los usuarios y de los inversionistas.

Uno de los combatientes en esta carrera, y el más mediático hasta ahora, es ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial generativa desarrollado por la empresa OpenAI y que ha logrado, desde hace varios meses, tener la atención de gobiernos, empresas e inversionistas. Pero no es el único.

Google también está buscando generar su propia propuesta llamada Bard, pero la recepción y el éxito de esta tecnología no han sido tan grandes e, incluso, ha provocado algunos deslices financieros en la empresa. En febrero, tras presentar su

Gchatbot un día después de que ChatGPT fuera integrado a Bing, y de que diera una respuesta incorrecta, las acciones de la tecnológica bajaron 7.7%.

Esto significó, en términos de capitalización de mercado, una pérdida de 104,439 millones de dólares en un solo día. Y aunque en el reporte de resultados del primer trimestre del año la empresa no indicó que la causa de una menor utilidad neta fuera la desconfianza de los inversionistas, su rival Microsoft logró tener un trimestre más exitoso, con un crecimiento en ingresos del 7%.

Eric Boyd, vicepresidente corporativo de la plataforma de IA de Microsoft, señala que el auge de esta tecnología no sólo está ayudando a las tecnológicas, sino que también representará para múltiples sectores empresariales una oportunidad de atraer inversiones y abrir nuevos negocios. “Poco más de 10 millones de creadores están usando estas herramientas para crear y la expansión que estamos teniendo ayudará a que más personas y usuarios conozcan estas herramientas”, mencionó Boyd en un evento dentro del campus de Redmond de Microsoft, donde la empresa habló sobre la apuesta que tienen en torno al desarrollo de IA.

¿CÓMO COMENZÓ LA CARRERA DE LA IA?

ChatGPT es uno de los ejemplos más conocidos de inteligencia artificial generativa. Fue desarrollado por OpenAI utilizando la arquitectura GPT-3.5, o sea, que utiliza el aprendizaje supervisado y el aprendizaje por refuerzo para entrenar al modelo de IA con una gran cantidad de datos textuales provenientes de diversas fuentes en línea. Aunque su base empezó a estudiarse en los años 90, de acuerdo con Microsoft, lo que la potenció fue esta arquitectura.

Como modelo de lenguaje, ChatGPT es capaz de generar respuestas coherentes y contextualmente relevantes. Además, OpenAI tiene a DALL-E, una IA generativa que permite crear imágenes a través de descripciones detalladas por escrito.

Una encuesta de McKinsey realizada a finales de 2022 muestra que la adopción de inteligencia artificial se ha duplicado en los últimos cinco años y la inversión está aumentando a un ritmo acelerado. Bajo esta premisa, Microsoft fue una de las empresas que apresuró sus esfuerzos para invertir en el creador de ChatGPT. En enero, la compañía decidió inyectar a la start-up 10,000 millones de dólares, además de poner la infraestructura de Azure a disposición del chatbot. Esto ha devenido en nuevas integraciones del chat en herramientas de colaboración de la tecnológica con sede en Seattle.

Bard, de Google, trabaja de manera similar a ChatGPT, aunque fue presentada seis meses después al público general, pues OpenAI abrió su herramienta en noviembre de 2022, y Google presentó la beta de esta herramienta en el I/O, en mayo de este año, con la limitante de operar sólo en tres idiomas: inglés, coreano y japonés.

“El uso de estas herramientas sin duda cambiará la forma en cómo se harán negocios y se generarán también nuevos retos, a escala social, legal e, incluso, de propiedad industrial”, afirma Mike Margáin, socio en Propiedad Intelectual del despacho Pérez Correa González.

‘BUSCANDO’ PERSONALIDADES PARA ENFRENTARLAS

Uno de los principales motivos por los que Microsoft y Google están viviendo una reconfiguración de los negocios, de acuerdo con Jon Friedman, vicepresidente corporativo de Diseño e Investigación de Microsoft, está en el foco de personalidad y, sobre todo, en la utilidad que tienen estos desarrollos. “Estamos hablando de que una empresa pueda hacerles la vida más sencilla a sus colaboradores y a sus clientes. Hoy, podemos ver cómo se pueden tener resúmenes de una serie de correos electrónicos sobre un tema, el análisis de riesgos de un proyecto o la presentación de documentos armada con diseños entretenidos las 24 horas del día”, explica.

Y una parte angular para hacer más inteligentes sus inteligencias está en los datos, un factor que en el tema de buscadores se ha vuelto una batalla campal. Un reporte de la firma de análisis Statista señala que Bing, el buscador de Microsoft, ha empezado a cobrar cada vez más relevancia y al cierre del primer trimestre del año estaba captando más del 8% del mercado. A inicios de 2020 el porcentaje era del 5.5%.

Aunque Google sigue manteniendo el 85% del mercado de buscadores, una de las razones por las que los usuarios están integrando Bing es la posibilidad de interactuar con ChatGPT en sus búsquedas, explica Elisabeth Clemmons, analista de Investigación de IDC. “Es importante comprender que, si bien ChatGPT es un buen ejemplo de tecnología de IA generativa, el segmento de mercado es mucho más amplio. Los LLM (modelos de lenguaje) comenzaron en Google Brain en 2017, donde inicialmente se usaron para traducir palabras, preservando el contexto”, apunta la especialista.

El auge y el uso que los usuarios finales le están dando a este tipo de herramientas se centra en actividades que ya empiezan a exponer empleos, como el de un agente de viajes, pues tanto Bard como ChatGPT son capaces de hacer un itinerario de viaje sin la necesidad de consultar a un humano en el proceso.

La Lucha De Las Clases Trabajadoras

En cuanto empezó el auge mediático de este par de herramientas, un temor se hizo recurrente: ¿cómo será el futuro del trabajo? Si bien los desarrolladores de la tecnología ven el lado optimista de la masificación de la IA generativa, otros la ven con recelo y desconfianza. Incluso Sam Altman, CEO de OpenAI, ha hablado sobre la responsabilidad que tienen las empresas de tecnología en torno a la regulación y a la limitación de estas herramientas.

El ejecutivo incluso propuso la creación de una agencia que emita licencias para la creación de la IA a gran escala, normas de seguridad y pruebas que las inteligencias tienen que pasar antes de ser lanzadas al público.

Goldman Sachs publicó un reporte en marzo en el que apuntaba que la IA podría reemplazar el equivalente a 300 millones de empleos de tiempo completo. Sin embargo, los expertos dicen que todavía no hay que preocuparse por ser desplazado y que es probable que este cambio traiga nuevos roles. “Toda la investigación que he visto ha llegado a la conclusión de que la IA ayuda a mejorar la productividad en mayor medida a que es un asesino del trabajo. Debemos reconocer que se debe establecer una marca en torno al uso ético de la

Millones De Empleos Calcula

misma, pero en la aplicación si desafías al ser humano, la creatividad se impondrá ante cualquier herramienta”, afirma Sabine Bendiek, Chief People & Operating Officer de SAP.

Integraciones como las que Microsoft empieza a hacer en su suite de productividad se ven atractivas para el trabajo diario, como es la posibilidad de utilizar Copilot 365 para tener un asistente en tu trabajo 24/7, pero también plantean un tema de cuidado en el uso de información confidencial dentro de las mismas organizaciones, por lo que a pesar de ser atractivos para el día a día, Bendiek admite que el enfoque debe ser aún más humano en las decisiones complicadas.

Batallas Ante El Regulador

Cuando ChatGPT empezó a crecer en número de usuarios, algunos países decidieron limitar su uso hasta prohibir la herramienta. Otros, como el caso de Japón, optaron por conocer el funcionamiento de esta innovación y ver la posibilidad de integrarlo en procesos gubernamentales, mientras que organismos como la Unión Europea ya han presentado borradores sobre leyes que apliquen a estas herramientas.

Margáin, del despacho Pérez Correa González, señala que aunque algunos países empiezan a tener inquietud por regular este tipo de tecnología, los retos son muy grandes y nuevos. “El desconocimiento de la ley no exime a los usuarios de su cumplimiento y, aunque ahora muchos están entusiasmados sobre el uso de estas nuevas herramientas, en un futuro se podrán ver discusiones más sofisticadas sobre qué tanto derecho tienen las inteligencias sobre una obra que se monetice o no, o sobre si un dato usado en su base de datos afecte a un segmento de la población”, señala.

Ante la efervescencia por conocer a los principales participantes de esta guerra de las inteligencias artificiales, la consultora IDC señala en uno de sus reportes que las empresas deben pensar en cuatro aspectos: generación de código más rápido apoyado en la innovación, gestión empresarial con integración del recurso humano, aplicación en marketing y experiencia del usuario, así como un diseño de producto enfocado más que nunca en datos. Esto significa que si una compañía está buscando entrar en el sector de la IA generativa, una primera etapa es saber si puede aplicarla en alguno de esos aspectos, para en el corto tiempo integrar y tener resultados más tangibles.

“Las organizaciones deben considerar cuestiones como la privacidad y el consentimiento en torno a los datos, así como la reproducción de sesgos y toxicidad y la vulnerabilidad de que se pueden manipular datos por terceros. El descuido de la ética de la IA no es sólo un dilema moral, es un riesgo comercial importante que significa menos confianza, menos control y menos capacidad para hacer avanzar los modelos de manera óptima”, apunta otra investigación de IDC sobre el significado de la IA generativa en los negocios.

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