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Cuidados del potro recién nacido
Por MVZ César A. Galaz
La mayoría de los partos de yeguas suelen ocurrir sin ningún tipo de contratiempo, pero debemos estar preparados por si se da la temida urgencia. Las primeras 24 horas de la vida de un potrillo estarán llenas de emoción y eventos, cuando el potro nace se requieren ciertos cuidados y condiciones que debemos tomar en cuenta para su bienestar.
Durante el parto se tiene que evitar tirar del potro a menos que sea una emergencia, como es el caso de bolsa roja, ya que puede conducir a la falta de oxígeno y posiblemente a la muerte del potro. Un tirón inadecuado puede dañar el tracto reproductivo de la yegua, dañar al potro o la separación prematura de la placenta.
Una vez que el potro rompe las membranas fetales, se debe tener cuidado con la respiración una vez que haya atravesado el saco amniótico, comenzará a respirar por primera vez dentro de los 30 segundos posteriores al nacimiento, su respiración suele ser autosuficiente de 1 a 5 minutos y su frecuencia cardiaca debería de ser aproximadamente 80 a 120 latidos por minuto.
Después de unos 10 minutos, la yegua se levantará y el cordón umbilical generalmente se romperá por sí solo a una pulgada del abdomen aproximadamente.
El cordón debe romperse naturalmente en el punto adecuado. Por ningún motivo debemos cortar, si llega a existir alguna hemorragia debemos presionar el muñón por unos minutos. El ombligo se debe sellar tres veces al día durante 3-4 días con una solución antiséptica para evitar alguna infección. Muchos potros nacen con laxitud de los tendones, pero con auto-ejercicio, la mayoría de los potros volverán a la normalidad en un par de días.
Se debe observar la aceptación o el rechazo de la yegua hacia el potro. Durante las primeras horas el rechazo es más común en las yeguas primerizas, pero puede ocurrir en las yeguas con más de un parto. El potro debe mantenerse a salvo de dicha yegua y en uno o dos días la yegua aceptará al potro. El potro debe estar de pie y amamantarse dentro de las dos horas posteriores al nacimiento debe ingerir entre un litro y medio y dos litros de calostro en las primeras 6-8 horas tras el parto. El calostro, la primera leche de la yegua, está cargado de anticuerpos que necesita el potro.
Esta inmunidad pasiva ayuda a proteger al potro de enfermedades. Si el potro no puede mamar, será necesario administrar calostro mediante
intubación nasogástrica.
Será importante analizar la sangre del potro en busca de anticuerpos (IgG) para asegurar que la cantidad ingerida haya sido suficiente. De lo contrario, se recomienda una transfusión de plasma. Otro punto importante es prestar atención al meconio (la primera evacuación oscura y pegajosa) arrojado por el potro durante las primeras seis horas. Si el potro se esfuerza por defecar o levanta la cola, puede ser necesario un enema o la aplicación de supositorios de glicerina para ayudar a los movimientos
peristálticos.
El potro orinará por primera vez alrededor de las 12 horas después del nacimiento. Se debe tener cuidado al administrar un enema y si se necesita otro, primero se tiene que consultar a un veterinario. La yegua debe de eliminar la placenta dentro de las tres primeras horas. Si no es así llame a su veterinario, él valorará cuál es el mejor tratamiento para ayudar a la yegua a que no sufra alguna lesión. Se debe realizar un examen posterior al parto tanto para este como para su madre en las 24 horas posteriores al parto. La mayoría de los potros se destetan entre los 4 y 7 meses de edad; algunos dejan a sus potros con la yegua un poco más.
Antes de esto, debe trabajar con ellos, enseñándoles a guiar, a cepillarse y a levantar los pies. Otra recomendación es levantar el labio para mirar sus encías. Todo ello hará que las visitas al veterinario y al herrador sean mucho más agradables para todos.
Después de los cuatro meses de edad, los requerimientos nutricionales del potro superan lo que puede proporcionar la leche de la yegua. Muchos potros comen forraje y cereales a esta edad.
Por lo tanto, parte del proceso es asegurarse de que el potro reciba una nutrición adecuada, proporcione 14-16 por ciento de proteína, proporción 2:1 de calcio - fósforo y oligoelementos proporcionados en la mayoría de los alimentos, todos necesarios para el crecimiento musculoesquelético.
Los potros deben estar sanos antes del destete. El control de los parásitos debe comenzar a los dos meses de edad y debe desparasitarse cada ocho semanas para proporcionar un buen control de los ácaros.
Los gusanos redondos migran a través de la pared intestinal, el hígado y los pulmones, lo que los predispone a enfermedades como la neumonía.
La vacunación no debe realizarse antes de los seis meses para los potros cuyas madres fueron vacunadas de 6 a 8 semanas antes del parto. Es posible que se necesite una vacunación más temprana si se desconoce el estado de vacunación de la yegua o si ya fue separado de ella. Las vacunas contra la influenza no se administran antes de los nueve meses, ya que los anticuerpos calostrales interferirán con la vacunación. Generalmente, la inmunización requiere la vacunación de refuerzo al menos una vez más y, a veces, dos veces.
El destete puede ser brusco o gradual. La forma abrupta funciona bien con grupos de potros que se pueden pastorear juntos, donde puedan consolarse entre sí. Las yeguas tendrán que mantenerse fuera de la vista y del alcance del oído de los potros. Una vez que los potros se calmen, lo siguiente será ir trabajando con ellos a diario, aprendiendo a guiar y levantar las patas. Las sesiones cortas de 15 minutos son las mejores, ya que los potros tienen un
período de atención corto.
El destete gradual implica colocar la yegua y el potro en establos o potreros adyacentes. El potro no debe poder mamar a través de la cerca, la cual se espera que sea resistente, sin clavos, bordes afilados, óxido, etc. Un compañero con el potro ayudará en el proceso. La comida y el agua deben colocarse en el lado del potrero más cercano a la yegua.