deportes y actividad física
GACETA DIGITAL Nº31
Ansiedad en niños
Al comenzar este artículo sobre la ansiedad, lo primero que se debe realizar es interiorizarnos del tema conversando con cercanos que de profesión son psicólogos los cuales nos pueden guiar en esta búsqueda, ya que ellos son la primera línea de para tratar este tipo de patologías cunado se vuelven criticas y reiterativas, es así, que para poder explicar el tema de la ansiedad en niños debemos remitirnos al campo del comportamiento humano y si es en niños al campo del compartimiento de los niños, así es en niños que al igual que los adultos sufren de estos síntomas, mas en estos tiempos de pandemia, en donde debemos permanecer en casa y con mucha limitaciones sociales; pero bien, la ansiedad se podría denominar una respuesta emocional que presenta un sujeto ante situaciones que percibe o interpreta ante un peligro, (Anderson 1987) miedo inquietud que puede hacer que sude, se sienta inquieto o incluso pueda elevar su frecuencia cardiaca, es decir una respuesta anticipatoria que provoca un estado de alerta, como por ejemplo ante
alguna fobia, miedo a los insectos, a la escuela, al pararse ante una cámara y hablar etc. Con un fuerte componente fisiológico y un componente cognitivo, pongamos un ejemplo claro; un niño que debe dar un examen para el ingreso a un colegio, puede presentar, tensión muscular, que también se presenta mas nervioso de lo normal, que tiene afectado el sueño, el apetito y en la parte cognitiva se preocupa en demasiada por por el futuro de si va a poder entrar o no a ese colegio, esta parte es compleja debido a que los niños de no son muy llanos a verbalizar estas situaciones, donde se enfrenta otra característica, el de las somatizaciones, presentando dificultades como la digestión, vómitos, dolores de cabeza, dolor de estomago, alteraciones del apetito. Entonces la ansiedad viene siendo un trastorno, y con el tema que nos atañe un trastorno en los niños, pero ¿Cuáles son las características básicas de los trastornos de ansiedad? Primero los niños (también los adolescentes y los adultos) portadores
de algún tipo de trastorno de ansiedad tienden a tener un tipo de pensamiento particular que se caracteriza por ser exagerado, irracional, negativo, difícil de controlar su característica en particular es la exageración es uno de los problemas cognitivos. El miedo, la preocupación y la vergüenza son propios del ser humano, ahora bien lo que define la enfermedad es la intensidad o la frecuencia desmedida con la que aparecen. En realidad lo que se exagera es la interpretación de los estímulos que recibimos del medio. De esta manera, un ruido en la noche se transforma en ”un asesino que viene
a buscarnos”; una mala calificación en la seguridad de que ”perdí el año”; el alejamiento de mis padres porque se van a trabajar en la seguridad de que “no los veré nunca más”; el agua de la playa en la convicción de que ”me ahogo”; una discusión entre mis padres, “el divorcio”. El Manual Diagnóstico y Estadístico de la Enfermedades Mentales en su última versión (DSM IV TR) define un grupo de entidades, si bien tienen en común los elementos descritos anteriormente, se diferenciarán entre sí de tal modo que su abordaje para los profesionales del área deberá ser diferente.
Aquí nos referiremos exclusivamente a las que consideramos de mayor importancia en la edad infantil. • Trastornos de ansiedad que pueden manifestarse en la niñez • Trastorno por ansiedad específico. • Trastorno por ansiedad de separación. • Trastorno por ansiedad social. • Trastorno por ansiedad generalizada. • Trastorno obsesivo compulsivo. • Trastorno por estrés postraumático. • Trastorno por pánico.
Según la guía infantil de la educación se pueden presentar algunos de los síntomas mas comunes: 1. Taquicardia y nerviosismo; en pleno ataque de ansiedad el síntoma principal, es la alteración del ritmo del corazón, se siente que se descontrola, esto en si asusta mucho al niño, que no sabe le pasa y hace empeorar la situación. 2. dificultad para respirar; al acelerar mas el ritmo cardiaco al niño le cuesta mas mantener su frecuencia respiratoria normal y esta también comienza a ser mas agitada, puede llegar a hiperventilar y sufrir un mareo. 3. sudoracion excesiva; el nerviosismo desencadena un ataque de ansiedad y hace que las glándulas sudoríparas secreten mas sudor 4. mareos; al tener dificultad de mantener un ritmo mas sereno de respiración el cerebro comienza a tener un déficit de oxigeno, lo que puede lleva r aun mareo o intenso dolor de cabeza. 5. dolor de estomago; en el estomago encontramos un buen numero de terminaciones nerviosas lo que se va a reflejar enseguida en un dolor en este órgano 6. tensión muscular; los músculos se tensan a la espera de algún acontecimiento extraño y son incapaces de relajarse.
7. preocupacion excesiva; los niños con ansiedad suelen ser muy perfeccionistas y exigentes consigo mismos, y se preocupan en exceso por las situaciones mas triviales. 8. problemas de autoestima; la ansiedad hace que los niños piensen que les pasa algo extraño y comienzan a perder confianza en si mismos 9. dificultad para concentrarse; en estado de ansiedad no permite que los niños se puedan concentrar o poner atención por mucho tiempo 10. pensamientos negativos; la ansiedad suele llevar al negativismo, también en los niños es una situación de defensa. 11. ataques de hambre; el nerviosismo, el estrés, y la angustia llevan al desequilibrio, y muchas veces aparecen ataques de hambre que el niño necesita de forma convulsiva. 12. tics nerviosos; por ejemplo morderse las uñas o tirarse el pelo, son expresiones de un estado de nerviosismo desencadenado por la ansiedad. 13. mas sensibles; comúnmente el niño tiende a llorar o se enfada por cualquier cosa. 14.; movimientos repetitivos; son similares a los tics, cuando el niños siente angustia pueden aparecer movimientos repetitivos
Relación del ejercicio y la ansiedad El ejercicio puede provocar cambios en la capacidad mental del niño, desde un aumento de secreción de endorfinas, serotonina, oxitocina y melatonina, hormonas de la felicidad, pero mas allá de la salud mental el ejercicio ayuda a la salud a nivel integral, tantos fisiológicos,
no habían seguido el programa, los que lo siguieron parcialmente y los que lo cumplieron en un alto grado. Los resultados mostraron que estos dos últimos grupos habían disminuido de forma significativa sus niveles de depresión, ansiedad y burnout. Por ello, es importante para este
como cognitivo y mental; es por esto que se ha estudiado la relación entre ansiedad y ejercicio físico; En esta línea, Lindegard y otros, estudiaron a 69 pacientes (65 % mujeres) con estrés y a los que se recomendó llevar a cabo un programa de entrenamiento físico de 18 semanas dirigido por un entrenador. Al final del período indicado, dividieron a los participantes en tres grupos: los que
tipo de pacientes con ansiedad cumplir con las recomendaciones de práctica de actividad física semanal. Otro buen ejemplo se encuentra a la vista de los resultados de la actualización de un estudio realizado en 2009 para comprobar si la práctica del ejercicio físico era efectiva en el tratamiento de la depresión y estrés. En esta investigación, Rimer et al. llevaron a cabo pruebas controladas aleatorias,
donde se comparaba la práctica de ejercicio físico con el tratamiento estándar, con la ausencia de tratamiento e incluso con tratamiento placebo. Todos los participantes eran adultos de más de 18 años, excluyendo a aquellas con depresión posparto. En aquellos casos en los que se habían utilizado distintas herramientas para evaluar la depresión incluyeron sólo el resultado principal en el meta análisis. Los resultados mostraron que el ejercicio mejora los síntomas de depresión cuando se compara con el no tratamiento o intervención. McMahon y otros también comprobaron la correlación negativa entre los niveles de actividad física y de ansiedad. En este
deportiva, al incidir en el sistema nervioso autónomo (SNA), le prepara mejor ante los estímulos del medio que puedan causar ansiedad. Mussgay y otros elaboraron un estudio en el que comprobaron que el ejercicio de resistencia realizado de manera regular hacía disminuir tanto la presión sanguínea como la frecuencia cardíaca en situaciones de estrés. Los efectos beneficiosos del ejercicio físico para el tratamiento de la ansiedad y la depresión en los adolescentes han sido comparados a través de diferentes estudios con diversas terapias alternativas como el tratamiento farmacológico, el psicológico, el placebo y otros. Al analizar un total de 39 investigaciones llevadas
caso, su estudio, con una muestra de más de 11 000 adolescentes europeos de ambos sexos y de diez países diferentes, determinó que a mayores niveles de actividad física correspondía menos ansiedad, añadiendo que, en su opinión, uno de los objetivos de los poderes públicos debería ser aumentar y fomentar la práctica del deporte y actividad física entre los jóvenes menos activos. Los beneficios de ejercicio físico no son sólo psicológicos, sino que la práctica
a cabo con este objetivo, los resultados muestran un efecto ligeramente favorable del ejercicio frente al resto de terapias tomadas en conjunto, mientras que los efectos son muy similares al de las terapias farmacológicas y las psicológicas, si bien el número de estudios que las comparan directamente son aún pocos. Pero la práctica de la actividad física para tratar la ansiedad (y el estrés o la depresión) no solo es beneficiosa para
adolescentes y adultos en general, sino que, como señalan diversos estudios, la
adictas al alcohol o a las drogas ilegales que en los que abusaban del tabaco. Los
realización de actividad física de manera continuada es positiva para grupos de personas con dolencias o enfermedades más concretas. Así, Boadas et al. demostraron que la práctica de la natación es beneficiosa para reducir los niveles de ansiedad precompetitiva en personas con hemofilia. De Lima también investigó la relación entre los niveles de actividad física y deportiva y la ansiedad en pacientes con epilepsia, afirmando que el nivel de actividad física predijo en un 26 % los niveles de ansiedad en este grupo poblacional. Por ello, concluyeron que un bajo nivel de actividad física puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de la ansiedad y puede jugar un papel importante en la calidad de vida de personas epilépticas. El ejercicio físico también puede tener un papel positivo en la disminución de la ansiedad en pacientes que abusen de determinadas sustancias. Wang et al. realizaron un meta análisis de estudios acerca de los efectos del ejercicio físico en los desórdenes de abuso de sustancias, y afirmaron que el ejercicio físico reduce la ansiedad y la depresión, aparte de aumentar de forma efectiva la tasa de abstinencia. Estos efectos se apreciaron más en personas
resultados hallados fueron similares en estudios con distintos tipos y niveles de intensidad del ejercicio, así como con diferentes períodos de seguimiento de los pacientes. En opinión de los autores, tanto el ejercicio de resistencia moderada como el intenso, así como la mezcla de ejercicio físico y mental, son buenas opciones para el tratamiento de la ansiedad en personas con esos desórdenes. ¿cuánto ejercicio físico hay que realizar? En realidad como estamos hablando de la salud mental, no hay una receta o una rutuna de ejercicio físico a desarrollar, como si fuera una rutina para incrementar el volumen muscular, lo que se requiere de todas maneras en este campo, es realizar actividad física y ejercicio de forma regular y sistemática, por pequeña y corta quizás que pueda ser esta, siempre va ser beneficiosa, el salir a caminar con objetivos, realizar nuevos juegos que impliquen las manualidades, siempre buscando que las actividades sean vigorosas o de largo aliento, además de incluirlas dentro de las rutinas diarias como un plan estratégico del día, sin duda, estas actividades deber ser agradables y placenteras, no sobrepasando los 40 minutos de actividad.
Revisión Bibliográfica:
Anderson JC, Williams S, McGee R, Silva PA. DSM-III disorders in preadolescent children. Prevalence in a large sample from the general population. Arch Gen Psychiatry 1987; 44(1): 69-76. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales: DSM-IV-TR. Barcelona: Masson, 2002. Birmaher B, Villar L. Trastornos de ansiedad en los niños y los adolescentes. In: Meneghello J, Grau Martínez A, eds. Psiquiatría y Psicología de la Infancia y Adolescencia. Buenos Aires: Médica Panamericana, 2000: 323-33. Lindegard A, Jonsdottir IH, Börjesson M, Lindwall M, Gerber M. Changes in mental health in compliers and non-compliers with physical activity recommendations in patients with stress-related exhaustion. BMC Psychiatry. Nov;4:15-272. Rimer J, Dwan K, Greig CA, Mc Murdo M, Morley W, Mead GE. Exercise for depression. J Sports Sci. 2012 May;30(11):1189-95. Mc Mahon EM, Corcoram P, O´Regan G, Keeley H, Cannon M, Carli V, et al. Physical activity in European adolescents and associations with anxiety, depression and well-being. Eur Child Adolesc Psychiatry. 2017 Jan; 26(1):111-22. Lafranchi MC, Maïano C, Morin AJ, Therme P. Social Physique anxiety and disturbing eating attitudes and behaviors in adolescents: moderatinf effects on sport, sport-related characteristics and gender. Int J Behav Med. 2015 Feb;22(1):149-60. Mussgay L, Schmidt F, Morad E, Ruddel H. Does aerobic exercise modulate baroreflex sensitivity in patients with anxiety and somatization disorders? Homeostasis in Health and Disease. 2003;42:277-87. Cooney GM, Dwan K, Greig CA, Lawlor DA, Rimer J, Waugh FR, et al. Exercise for depression. Cochrane Database Syst Rev. 2013 Sep;12(9). Boadas A, Osorio M, Gibraltar A, Rosas MM, Berges A, Herrera Eea. Favourable impact of regular swimming in young people with haemofilia: experience derived from “Desafío Caribe” project. Haemophilia. 2015 Jan;21(1):12-8. De Lima C, de Lira CA, Arida RM, Andersen ML, Matos G, Yacubian EM. Association between leisure time, physical activity, and mood disorder levels in individuals with epilepsy. Epilepsy Behav. 2013 May;28(1):47-51. Wang D, Wang Y, Li R, Zhou C. Impact of physical exercise on substance use disorders: a meta analysis. Plos One. 2014 Oct;9(10).
Equipo Editorial: Javier Albornoz Guerrero M.Sc. Entrenamiento competencia y alto Rendimiento deportivo Mauricio Díaz Alvarado Profesor de Educación Física, Magister en Ciencias aplicadas a la actividad física, ejercicio y deporte
Equipo de Unidad de deportesy Actividad Física Verenna Dalmazzo Rocamora M.Sc. Educación Física, Ejercicio y Salud Daniel Hernández Sáez Profesor de Educación Física José Valdebenito Santana Nutricionista Francisco González Villarroel Kinesiólogo Misael Hernández Sáez Profesor de Educación Física Priscila Lemus Barría Profesora de Educación Física Rafael Zapata Lamana Profesor de Educación Física Igor Cigarroa Cuevas Kinesiologo
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