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Cinco hábitos que mejoran la salud del corazón

Para mantener una buena calidad de vida sí o sí la salud del corazón debe ser sobresaliente. Los profesionales de la salud llevan mucho tiempo entregando recomendaciones para que el órgano vital se mantenga fuerte y funcione de una manera correcta.

Si una persona descuida la salud del corazón y mantiene durante un tiempo prolongado hábitos poco saludables, lo más seguro es que sus niveles de presión arterial, colesterol y triglicéridos en la sangre sobrepasen los valores permitidos, lo cual puede generar afecciones relacionadas con este órgano o incluso, un infarto.

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“El corazón es un órgano que tiene el tamaño aproximado de un puño y que bombea sangre por todo el cuerpo. Se compone de varias capas de tejido. El corazón se encuentra en el centro del sistema circulatorio. Ese sistema es una red de vasos sanguíneos, como las arterias, las venas y los capilares, que transporta sangre desde todas las partes del cuerpo y hacia ellas. La sangre transporta el oxígeno y los nutrientes que los órganos necesitan para funcionar correctamente. La sangre también transporta dióxido de carbono a los pulmones para que podamos exhalarlo. En el corazón, hay válvulas que mantienen el flujo de sangre en la dirección correcta”, explica el National Heart, Lung, and Blood Institute.

“El sistema eléctrico del corazón controla la frecuencia y el ritmo de los latidos. Un corazón sano irriga a todo el cuerpo la cantidad correcta de sangre con la frecuencia necesaria para que funcione bien. Si una enfermedad o una lesión debilitan el corazón, los órganos del cuerpo no recibirán sangre suficiente para funcionar con normalidad. Un problema en el sistema eléctrico o en el sistema nervioso o el endocrino, que controla la frecuencia cardíaca y la presión arterial también puede dificultar el bombeo de sangre del corazón (en inglés)”, agrega. Además de la presión arterial alta o hipertensión, las afecciones más comunes relacionadas con el órgano vital son la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca, la arritmia, la cardiopatía congénita, la enfermedad arterial periférica, entre otras más.

Para evitar todas estas enfermedades, mejorar la salud del corazón y librarse de los ataques cardíacos, es aconsejable realizar algunos hábitos positivos en especial. De acuerdo con la plataforma digital Su Médico, estos son: Mantener un consumo de verduras y frutas integrando nueces y legumbres para disminuir de forma considerable el colesterol en la sangre.

Hacer actividades como correr, caminar, montar en bicicleta o bailar para ayudar al sistema cardiovascular.

Llevar a cabo actividades como yoga o meditación para mantener el estrés controlado y reducir la presión arterial alta.

Controlar la salud de los dientes y encías debido a que algunas de estas enfermedades pueden afectar el corazón.

Dejar de un lado hábitos que pueden dañar el corazón, como el consumo excesivo de tabaco, alcohol o altos niveles de sodio

Aunque emular los raquetazos de los Alcaraz, Badosa, Murray, Tsitsipas o Medvedev –algunas de las estrellas presentes este año en la capital de España– puede que sea el sueño, pero no el objetivo de los que nos leen, hay que tener presente que si bien la práctica del deporte es una vía directa para mantener un estilo de vida saludable, hay disciplinas que además nos pueden permitir vivir más.

Y es que el tenis alarga la vida. Sí, de hecho, según algunas investigaciones, puedes llegar a vivir hasta 10 años más si realizas esta actividad de manera regular. ¿Por qué motivo?

Un artículo aparecido en la revista Mayo Clinic Proceedings, que monitorizó a 8.577 sujetos durante 25 años, concluyó que aquellos que practicaban al menos un deporte (5.674) vivieron más que los sedentarios (1.042).

Hasta aquí, pocas sorpresas. Ahora bien, en función del deporte practicado entre los que vivían más, había a su vez un incremento de la longevidad.

Así, los investigadores observaron que aquellos que jugaban al tenis podían vivir unos diez años más. Otros deportes que también

‘alargaron’ la vida fueron el bádminton, con una expectativa de +6,2 años, el ciclismo, con +3,7 años, o la natación, con +3,4 años.

Al parecer, la reunión de movimientos explosivos de carácter aeróbico, que provocan un déficit de oxígeno, que a su vez exige una buena combinación de movimientos diferentes y una gran coordinación, parecen influir sobremanera en nuestro bienestar. Tampoco es descartable que también tenga algo que decir la atención necesaria para ejecutarlo.

Durante un partido contra alguien de un nivel parejo, los picos de intensidad son considerables, a diferencia de otras actividades con un esfuerzo más constante.

Pero aún hay más. Más allá de los beneficios puramente físicos, está el componente social. Compartir avances, comentar jugadas, cerrar partidos y en definitiva, socializar tanto con nuestros compañeros de pelotazos como nuestros rivales acarrean una mejora mental y psicológica.

Todo ello nos permite estar más alegres y optimistas, pues es bien sabido que la soledad puede provocar mayores problemas de salud mental, cognitivos y cardiovasculares.

Y es que cuando las relaciones sociales, también dentro de la pista, son sanas, acaban por tornarse vitales.

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