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Clase abierta: Técnicas de sutura

29 de noviembre de 2021 5

Por Ricardo Ambrosio Saber cómo suturar es una habilidad que todo médico general debe tener, pues por muchos motivos un paciente puede requerir este tipo de procedimiento dentro del consultorio; por ello, el Departamento de Cirugía y la Coordinación de Comunicación Social de la Facultad de Medicina de la UNAM organizaron una clase abierta, donde mostraron la técnica para realizar dos de los puntos básicos que existen: el punto simple y Sarnoff.

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“Me da gusto saludarles y darles la bienvenida a este encuentro en el cual nuevamente observamos que los estudiantes de Medicina son ejemplo de constancia y superación universitaria”, expresó el doctor Rubén Argüero Sánchez, Jefe del Departamento de Cirugía de la Facultad, al inicio de la práctica. Por su parte, el doctor Indalecio Fernández Valverde, profesor de dicho Departamento, explicó que solamente se suturan las heridas superficiales (abarcan únicamente piel y tejido celular subcutáneo), las que tienen bordes nítidos, que no corren riesgo de infectarse o que no presentan datos que hagan sospechar de infección (dolor excesivo, inflamación, secreción purulenta).

También se suturan aquellas que no tengan cuerpos extraños y no tienen más de seis horas de haberse originado, esto debido al riesgo de infección. De igual forma, habló sobre los diferentes tipos de hilo de acuerdo con su material y grosor, y destacó que el procedimiento se realiza de forma aséptica y usando material estéril.

Isabel Alexia Lozano Casasola, ayudante de profesor en el Departamento de Cirugía, explicó los materiales necesarios para el procedimiento, el equipo de protección personal que se requiere, así como el contenido del kit para suturar. Posteriormente, mostró cómo se realiza el lavado de manos, la colocación de la bata quirúrgica y enguantado. Tras este paso, señaló que hay que revisar e irrigar la herida para quitar residuos, hacer antisepsia de la zona, colocar campos estériles y anestesiar antes de suturar.

Después de realizar un punto simple, destacó que los nudos deben ser cuadrados y solamente hay que utilizar la fuerza necesaria para afrontar los bordes de la herida, ya que un exceso o falta de fuerza afectarán la calidad del punto o la cicatrización.

En la transmisión realizada por Facebook Live, y conducida por Alejandro Guevara Márquez, estudiante de la Licenciatura de Médico Cirujano, el doctor Fernández Valverde realizó un punto Sarnoff y subrayó que se utiliza en zonas donde la piel está expuesta a tensión alta, como sucede en la espalda, pliegues, rodillas o codos; la ventaja de este punto es que tiene varios puntos de anclaje. Por otro lado, explicó que la lidocaína de tipo simple es el anestésico que se usa más frecuentemente en la infiltración de heridas y recomendó derivar con el especialista a los pacientes que tengan heridas amplias y profundas.

El doctor Fernández Valverde agregó que para cuidar la herida es importante cubrirla con apósitos, citar al paciente cinco a siete días después para el retiro de puntos e informarle sobre los signos de una probable infección, como aumento de dolor, cambio de temperatura o de volumen, o presencia de secreción; otros datos de alarma que el paciente debe vigilar es que no se rompan los puntos o se abra la herida, en estos casos deberá buscar atención médica.

02 6 Gaceta Facultad de Medicina

El hilo rojo contra la violencia hacia la mujer

Por Eric Ramírez La violencia contra las mujeres es un fenómeno de alcance global. Tan sólo en el 2021 el 20 por ciento de mujeres de 18 años, o más, reportaron una percepción de inseguridad en su casa; en el 2020, el 10.8 por ciento de los delitos cometidos contra las mujeres fueron de tipo sexual, y el 23.2 por ciento de las defunciones por homicidio de las mujeres (feminicidios) ocurrieron en las viviendas.

Para concientizar sobre este problema, y en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Facultad de Medicina de la UNAM realizó la conferencia “El camino es un hilo rojo”, transmitida por Facebook Live y moderada por la especialista Karla Vázquez Barrera, Presidenta de la CInIG de la Facultad, con la presencia de la documentalista Melissa Elizondo Moreno, quien presentó su documental del mismo nombre, el cual fue premiado en el festival “16 DAYS 16 FILMS”, en Reino Unido.

“Me parece sumamente alarmante el cómo se ha desbordado esta cuestión de la normalización de la violencia en general, pero sobre todo hacia la mujer. Entonces creo que es importante, además de estos espacios de diálogo, encontrar formas de poder comunicarnos desde las artes para poder deconstruir y reflexionar cuáles son las formas que están llevando a que como sociedad nos acostumbremos a sucesos de este tipo”, destacó la documentalista.

Asimismo, cuestionó el cómo los medios han hecho de la violencia un espectáculo de consumo a través de series, películas y demás contenidos que no tienen un objetivo de concientización. Por ello, recomendó que al crear contenidos se busque lograr un cambio, ya sea desde políticas públicas o a través de que la gente tome partido en el problema. “En mi obra quise transmitir y que las mujeres compartieran lo que han vivido, así como visibilizar que la violencia sucede en todos los espacios, desde la casa, la escuela, el trabajo, en los lugares públicos, de parte de jefes, la pareja, un desconocido o de un familiar”, indicó.

Recordó que este acercamiento nació desde una historia personal, pues siempre ha vivido en la periferia de la ciudad. En ese entorno, y como lo mostró en su documental, las mujeres deben hacer un tipo de ritual para cuidarse, que incluye el gritar su nombre si alguien intenta llevárselas o el tomarse una fotografía diaria con la vestimenta que llevan, antes de salir, y enviarla a un familiar. Estas prácticas de protección las considera hostiles y violentas; por ello, quiere que se luche en el presente para que las niñas del futuro tengan una buena calidad de vida.

“Quiero que sea una película para todo público y llevarlo de una manera que no nos deje en el lamento y en la parálisis, porque el horror genera parálisis, sino buscar ir más allá y que pueda tener una fuerte carga de denuncia, que es lo que buscamos que contenga el filme. Lo más importante es que busquemos ser útiles para el otro, que nuestro trabajo sea para construir, no para destruir; y que construyamos esa felicidad y plenitud, así como corregir este gran daño que tiene el tejido social en nuestro país”, concluyó Melissa Elizondo.

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Matilde Montoya según sus contemporáneas

Por Ricardo Ambrosio Matilde Petra Montoya Lafragua es reconocida como la primera médica mexicana, nació en la Ciudad de México el 14 de marzo de 1857 y siempre fue una estudiante destacada. Su madre era partera, por esta razón decidió estudiar Obstetricia en 1870; este curso duraba dos años, sin embargo, debido a la muerte de su padre y a problemas de salud tuvo que mudarse a Cuernavaca y no pudo concluirlo.

En Cuernavaca atendió con éxito a una mujer que estaba en riesgo de morir durante el parto, por lo cual se le otorgó una licencia para ejercer la partería; posteriormente, regresó a la Ciudad de México y obtuvo el título de partera en 1873, recordó la maestra María Elena Ramírez de Lara, académica del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina de la Facultad de Medicina de la UNAM. para validar sus estudios en materias básicas.

Su ingreso a la carrera de Medicina, los prejuicios y la visión conservadora del papel de la mujer en aquella época, generaron opiniones en contra de que cursara esta carrera, sin embargo, varias personas le brindaron su apoyo.

La maestra Ramírez de Lara explicó que Matilde enfrentó diversas dificultades durante su formación, al terminar la carrera tuvo que solicitar ayuda del presidente de México para que le permitieran hacer su examen de titulación, el cual presentó en agosto de 1887 y fue presidido por Porfirio Díaz, donde defendió ante un jurado su tesis sobre Bacteriología, un tema novedoso para la época. Fue aprobada por unanimidad y el mismo día recibió el título de Médica Cirujana Partera.

En la conferencia transmitida por Facebook Live, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y moderada por la doctora Jennifer Hincapie Sanchez, colaboradora del Programa Institucional de Ética e Igualdad de Género de la Facultad de Medicina, la maestra Ramírez de Lara explicó que la titulación de Matilde Montoya fue vista como un parteaguas y se habló de ella en muchos diarios del país.

Después se mudó a Puebla y con ayuda del gobernador pudo ingresar a la Escuela de Medicina de ese estado. Su destacada labor llamó la atención de varios periódicos, lo cual no fue del agrado de todas las personas, “incluso el redactor del diario El amigo de la verdad la acusó de ser protestante y masona, esto provocó que muchas de sus pacientes dejaran de buscarla”.

Decidió regresar a la Ciudad de México en 1882 para ingresar a la Escuela Nacional de Medicina y, de manera simultánea, estudió en la Escuela Nacional Preparatoria Realizó una gran labor filantrópica y atendió a personas desamparadas. Se sabe que posteriormente tuvo una breve participación en la masonería, se convirtió en madre soltera al adoptar a varios niños huérfanos, se formó en Homeopatía y perteneció a la Asociación de Médicas Mexicanas del Siglo XX. Murió el 26 de enero de 1938.

“Tuvo una vida que fue atravesada por diferentes movimientos políticos y sociales, momentos difíciles que hacen más digno de mérito y elogio su esfuerzo por estudiar, salir adelante y transformar las instituciones y la vida, no sólo para ella, sino para muchas mujeres del país”, concluyó.

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