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Del fútbol, Carchi y Carapaz
Jugando desde el fondo - Artículos cortos de periodismo deportivo
Del fútbol, Carchi y Carapaz
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Lunes 10 de junio de 2019 Bendito Fútbol
Cuando uno circunvala por la Avenida Rafael Arellano al Estadio Olímpico de Tulcán, puede encontrarse con murales de algunos personajes ilustres del deporte nacional, todos ellos carchenses y de fácil identificación. Ahí está el rostro de Rodrigo Paz o del mismo Ulises de la Cruz, protagonistas de los hitos más importantes del fútbol ecuatoriano: la Copa Libertadores del 2008 y la primera clasificación de la Selección de Mayores al Mundial del 2002. No se trata de un escenario deportivo celosamente resguardado ni cuidado, pues muchos niños pudimos jugar nuestros partidos de barrio en el propio césped del Olímpico, así como paseábamos con nuestras bicicletas en la pista del aeropuerto “Teniente Coronel Luis A. Mantilla” los días en los que no había vuelos en la ciudad: seis de siete.
Y es que el deporte juega un rol muy importante para la sociedad carchense, los clubes octogenarios reúnen a generaciones de deportistas y el ecuavóley es uno de los entretenimientos más concurridos en la cotidianidad. Cristian Benavídez, alcalde de la ciudad, contó en una entrevista con motivo de la consagración del ciclista Richard Carapaz en el Giro de Italia, que en otras ciudades los niños nacen con el pan bajo el brazo, mientras “en Tulcán nacen con una bicicleta bajo el brazo”. La misma bicicleta que sirve como medio de transporte o subsistencia, aquellas que se cruzan por la Panamericana Norte entre quienes llevan un cilindro de gas en la parrilla o aquellos que pudieron adaptarla con la última tecnología de accesorios traídos de Ipiales.
En la televisión se mira con la misma afición el fútbol ecuatoriano como el ciclismo colombiano, así lo contó el periodista Ernesto Almeida, autor del libro “Ecuador unido por un pedal”,
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quien se especializó en ciclismo escuchando en la capital carchense las emblemáticas transmisiones de la Vuelta a Colombia. Las marcas de bebidas colombianas que auspician el ciclismo son tan populares como los míticos clubes de fútbol tulcaneños: el Martillo o el Oriental. Actualmente éstos han sido desplazados por nuevos equipos de la segunda categoría que se nutren de los atletas del Valle del Chota, ahí están el Club Atlético Tulcán o el Carchi 04, que, aunque confunde su nombre con el famoso Schalke 04 de Gelsenkirchen (ciudad alemana donde Ecuador hizo base en el segundo Mundial que jugó Ulises), en realidad evoca uno de los mayores símbolos de identidad de su población, como son los dos primeros números de la cédula.
La Asociación de Tulcaneños Residentes en Quito (ATRQ) tiene su campeonato de fútbol que se disputa cada fin de semana en las canchas de la Universidad Central, donde cientos de “paisanos” se reúnen para mirar los partidos, comer hornado o sencillamente encontrarse entre parientes. Una vez al año realizan lo que ellos mismo llaman “el ciclo paseo más largo del mundo”, que consiste en recorrer entre sábado y domingo los 244 kilómetros que separan a Quito de Tulcán.
Richard Carapaz lucirá el trofeo “Senza Fine” por las calles de Tulcán, esas mismas que lo han visto rodar desde niño hasta cuando debió migrar a los 16 años persiguiendo su sueño deportivo. Será vitoreado por la misma gente que hace 11 años recibió el trofeo de la Copa Libertadores que paseó Liga Deportiva Universitaria cuando jugó como Campeón de América un amistoso contra el Deportivo Pasto en el mismo Olímpico de Tulcán. Y es que, pese a la marginalidad, la falta de comercio y una desigual lucha contra la devaluación del peso colombiano, para Carchi el deporte sigue siendo uno de los mayores motores de alegría, como cuando sus afros juegan los Mundiales de Fútbol o sus campesinos ganan el Giro de Italia.