La revista No. 9

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Línea recta Alegría Crespo*


Sumario

diciembre 2020

Publicación de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador

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Editorial

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Expreso móvil

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Doble sentido

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Perdigones

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Extramuros

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Dr. Fernando Sempértegui RECTOR Dimitri Madrid Muñoz DECANO COMITÉ EDITORIAL María Eugenia Garcés, Subdecana y Presidenta del Comité Editorial Fabián Guerrero Obando Coordinador del Comité Editorial y Director de La revista Miembros: Gustavo Abad Juan Pablo Castro Manuel Espinosa Fabián Guerrero Portada e ilustraciones interiores: Xavier León Borja Diseño y diagramación Sonia Vega Burbano

Los criterios vertidos en los artículos son de estricta responsabilidad de sus autores. No reflejan necesariamente el pensamiento de La Revista.


Fabián Guerrero Obando

Número 9. Cuatro años. Estamos orgullosos de La Revista. Si algo hemos conseguido fue darle a la literatura y a la cultura un lugar actual, esto es, en acto, de hecho. Registrar un tiempo, no a través de un código prefabricado, sino a través de la experiencia, de la inmersión, de cuerpo entero, los autores llevando su mirada más allá y sobre sí. Casi una filología, pero creativa, artística, renovada. Hoy La Revista se afirma como acontecimiento, acto, práctica e indagación. Siempre presente.

Fabián Guerrero Obando

Libro y universidad

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Festejamos esta entrega como si se tratara de un consuelo o como si fuese posible alcanzarlo. Parte de esa fiesta se hace lugar en el presente número. Recibimos los textos de Xavier León Borja, Alegría Crespo, Óscar Llerena, Fernando López Milán, Álvaro Cuadra, Damián De La Torre, Alfredo Manobanda, Michael Peñafiel, Juan Carlos Morales y Susana Cordero de Espinosa, como regalos, cuyo único espacio posible y deseado es éste.

La tecnología es deslumbrante, cierto, pero leer “en libro”, el de papel, es una puesta en abismo de uno mismo. Se lee algo nuevo pero la memoria confecciona el presente de manera poco ordenada. El ahora se compone de tantos tiempos, relámpagos, insinuaciones, hechos e intuiciones que nos llena de estímulos. Cada cual, en su especificidad, elige un paseo distinto, paseo en el que se encuentra con otros caminos, o llega a encrucijadas, baldíos, rellanos, jardines. Fuera del “debe” y el “haber”, fuera de las consignas -incluso de esta propia que elegimos El papel del libro en la enseñanza universitaria- aparece

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Editorial

Les propusimos a los autores de las páginas que siguen que piensen ya no solamente en el libro, sino en su actualidad, es decir, aquellos pensamientos que les han ocupado con pasión en los tiempos que corren, que han intervenido en sus actos y en su mirada sobre la Universidad.


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un fulgor que nos anima, la pasión por el libro, el arte como pensamiento, la lectura como un espacio para el pensamiento, más allá de lo que nos vemos obligados a decir, elegir decir algo, que nos recorre y que es parte de nuestra vida y que debiera ser parte de la vida universitaria, como agua, alivio o piedra que lastima. Libro y Universidad debieran ser, como dijo Samuel Butler de La Ilíada y La odisea, esposo y esposa. Los libros debieran valorarse en la Universidad como las piezas dispersas de un tesoro que conforma la fortuna del mundo. Pero no debe ser un tesoro oculto, sino siempre abierto para el que quiera adentrarse en su interior. El derecho a ser alguien, a tener un ser dentro. No es solo cuestión de estudiar o enseñar programas fijos o lecciones de manual e inofensivas que arruinan cualquier capacidad intelectual, sino de recordar que si no somos nadie por dentro no nos podremos defender de ese ahogo o de esa tranquilidad doméstica. Hay gente que dice que el libro ya no es tan importante y que solamente lo son los refinados productos de la tecnología, pero el libro, ese Infinito en un junco como lo define Irene Vallejo, ha superado la prueba del tiempo y cada vez que hemos despertado de nuestras catástrofes humanas, el libro ha estado ahí. Sigue aquí. Porque en el libro asoma, frecuentemente, una alquimia irreductible y francamente desvelada de la existencia. Es que el libro es el objeto perfecto, o, como decía Umberto Eco, algo que pertenece al orden de la cuchara, el martillo, la rueda o la tijera, aquello que una vez inventado ya no se puede hacer mejor.

Editorial

La contundencia de ese pensamiento lo vuelve inspirador y desafiante. Y ese pensamiento nos alimenta.


Ilustración: Xavier León Borja • El gran día

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El protagonismo del libro en la Academia Alegría Crespo ....................................................................................................................

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¿Puede existir humanidad sin lectura? Óscar Llerena Borja ........................................................................................................ 19

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a historia del orden letrado tiene una importancia sumamente significativa en el sistema educativo de todos los tiempos. Tomando en cuenta que las letras han constituido una base fundamental de conocimiento para todos los saberes, lo que ha quedado escrito, los aportes literarios y académicos, el plasmar a la ciencia a través de las palabras, se convierte en una reflexión interesante y válida el comprender ciertos rasgos de la historia de las letras. Sobre todo, como educadora, me siento comprometida a reflexionar sobre este tema, pues

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es el que marca tendencias que se hacen visibles y tangibles en la realidad educativa nacional e internacional. La obra de Robert Darnton (1987), “La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa”, recopila mediante entretenidos relatos aspectos literarios que engloban una concepción general de la situación en la Francia del siglo XVIII. Si bien es cierto que grandes escritores franceses son reconocidos mundialmente y han sido un referente histórico para distintas ciencias, en

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esta compilación de Darnton se marca una tendencia narrativa que hace que se conciba de manera entretenida y a la vez, informativa, la realidad de las letras en esta cuna del conocimiento. Surgen ciertas características importantes a partir de estos informes: la mayoría de los escritores eran hombres, la clase campesina no tenía acceso a libros, la población literaria estaba inconforme pero no era revolucionaria. Un aspecto que me parece interesante es que los escritores debían conseguir un protector y encontrar un puesto en la administración real. El matrimonio era en muchos casos, una herramienta para conseguir estos objetivos. D´Hemery veía al matrimonio como una opción de triunfar en la carrera o como un error. En cuanto a la vida sentimental de los escritores, la misma era bastante inestable, D´Hemery afirmaba en sus informes que no había finales felices. Por otro lado, otra categoría que resalta de esta lectura es cómo calificaba este inspector a los escritores, los calificaba según su grado de amenaza:

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sospechoso, malo, peligroso. En cuanto a la Enciclopedia, D´Hemery no la tomó como si hubiese una conspiración oculta. Calificaba a Diderot como peligroso por su ateísmo y por contribuir a la corriente de libre pensamiento que parecía fluir con fuerza en París. Dentro del informe de D´Hemery resaltan ciertos escritores de la Ilustración como Rousseau, Montesquieu, Diderot, Voltaire, D´Alembert. Los escritores de la Ilustración se clasifican en los informes de este inspector y nos regalan una idea bastante clara de cómo se percibía a los mismos. Su trabajo fue muy minucioso, tenía una visión global de los actores, los categorizó sistemáticamente y brindó importante información de la literatura de la Ilustración. Estos aspectos conforman elementos importantes para comprender de mejor manera la cultura francesa y, por ende, el orden letrado de Europa, que se propagó por el Occidente con fuerza e influencia. Las categorías que existen en la Enciclopedia son aquellos espacios epistemológicos que preceden al pensamiento y por esta


Es interesante como se desglosa el conocimiento a través de una metáfora significativa y es la del árbol del conocimiento. A lo largo de la historia y para distintos pensadores, el árbol ha ido cambiando conforme a las prioridades de cada uno. “Establecer categorías y vigilarlas, por consiguiente, es cosa seria. Un filósofo que intenta rehacer las fronteras del mundo del conocimiento, entra en terreno tabú” (Darnton, 1987, p. 194). Los filósofos habían reorganizado la manera de pensar a partir de la época de Aristóteles. El hecho de reorganizar las ramas de los antiguos estudios fue el punto de enfoque central de los esquematizadores y sintetizado-

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En la actualidad, el conocimiento se encuentra tan categorizado, tan separado, tan clasificado que podemos pensar que es la manera lógica y que siempre ha sido así, sin embargo, el remontarnos a un análisis de la Enciclopedia nos ayuda a identificar el momento histórico en el cual ciertos pensadores, en este caso pensadores de la Ilustración francesa, lograron darse cuenta de que el conocimiento debe ser presentado de manera más organizada para llegar a la masa. Si el conocimiento continuaba presentándose como un todo, sin divisiones, el acceso del pueblo se tornaba en una tarea no asequible para todos, sino para ciertos hombres y mujeres privilegiados con capacidad de deducción e inducción, categorías del

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res de la Edad Media y el Renacimiento. A partir del debate acerca del “método” y la “disposición” correcta en la organización del conocimiento, surge la tendencia y la corriente de comprimir el conocimiento en esquemas, de esta manera los diagramas son la base de la tendencia del enciclopedismo que se extendió en grandes pensadores.

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razón permanecen con fuerza en la historia. En este punto, cabe analizar el poder que otorga el hecho de categorizar. Más allá de que sea un tipo de pensamiento deductivo, divide, organiza y matiza el conocimiento para agruparlo de acuerdo a características que para ciertos individuos pueden ser más importantes que para otros, así como para ciertas culturas ciertas categorías serán relevantes y otras no.


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pensamiento de orden superior, a las cuales no todas las personas pueden acceder debido a su nivel de educación. El surgimiento de la Enciclopedia se presenta, en mi opinión, como un ícono histórico en el cual se organiza el conocimiento y de esta manera el pueblo puede acceder a él con mayor facilidad. Sin embargo, es importante notar que las categorizaciones se realizan de acuerdo a la formación y a la cultura en la cual se desarrollan, por lo cual las categorías serán distintas de acuerdo al lugar y al tiempo en donde han surgido. En este punto, cabe mencionar a Chambers, quien se distinguió del resto de pensadores debido a que propuso un “concepto del conocimiento como un todo integrado” (Darnton, 1987, p. 198). Él representó el conocimiento y sus divisiones como ramas de un árbol basándose en las tres principales facultades de la mente: la memoria, la imaginación y la razón. Sin embargo, se encuentran falencias en la categorización de Chambers: el árbol no daba un espacio a la filosofía como tal y las artes y las ciencias se perdían como prove-

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nientes del pensamiento y parecían surgir unas de las otras, esto creaba una gran confusión. Diderot y D´Alembert al querer basar el conocimiento en la epistemología, decidieron remontarse a Bacon, quien para su tipo de pensamiento, era más conveniente. Bacon se basa en principios potentes: la inducción, diferencia entre percepción y reflexión, acercarse al mundo inmediato a través de los sentidos. Es decir, Bacon se centraba en la adquisición del conocimiento siendo los sentidos, las ventanas que permiten entrar la luz de información y nuevos saberes. Creo merecedor resaltar la voz de Santo Tomás de Aquino quien en la Summa había excluido cualquier tipo de conocimiento que no llegara a la razón a través de los sentidos. La religión ortodoxa fue excluida del mundo moderno del conocimiento. D´Alembert presentó la historia como el triunfo de la civilización y por ende, de los hombres de letras. Así, se concentra en Bacon, Descartes, Newton y Locke. Newton limitaba el conocimiento a lo cognoscible, a diferencia de Des-


Es sumamente interesante el hecho de que la filosofía se convirtió en la madre de todas las ciencias. El clero ya no fue el dueño monopólico del conocimiento, gracias a que la Summa lo modeló de tal manera que los intelectuales de la Ilustración se vieron como protagonistas del mismo. Como educadora, me interesa mucho el hecho de que este fenómeno alcanzó su auge en la secularización de la educación y el nacimiento de las disciplinas académicas durante el siglo XIX, que siguen siendo aplicadas en la realidad. “Los lectores le responden a Rousseau: la creación de la sensi-

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bilidad romántica” apoya el hecho del poder del conocimiento al plantear la necesidad de los filósofos de llegar a los lectores. La lectura, entonces posee un poder de masificación del conocimiento y del establecimiento de formas de pensar de los seres humanos. La lectura se convierte en la herramienta de comunicación más importante del siglo XVIII y, lo siegue siendo en la actualidad.

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cartes que pretendía conocerlo todo. Newton limitó la filosofía al estudio de lo tangible, lo concreto, lo observable. Esta visión acerca el conocimiento al ser humano, desde mi punto de vista, ya que hace planteamientos en base a lo existente y este fenómeno abre canales sensoriales de aprendizaje. D´Alembert logra agrupar a distintos pensadores que iban en la misma dirección: la Enciclopedia. Da un puesto heroico a los hombres de letras en su lucha por la civilización.


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Considero básico para la evolución educativa estos fundamentos que siguen siendo los mismos que necesitamos en la actualidad. Enseñar a leer, dar información clara sobre temas relevantes, aclarar a los niños cada tema de acuerdo a sus necesidades, como pedagogos darnos tiempo y espacio para la instrucción individualizada. El libro, entonces, sigue siendo columna vertebral en la Academia. El libro es aquel instrumento de conocimeinto que ayuda al pensamiento a evolucionar desde porden inferior a orden superior, desde la identificación, comprensión, anáisis, síntesis, comparación, evaluación, para llegar a la creación. Una mente que lee, es una mente que crea. Rousseau tenía una obsesión por la lectura y ésta se ponía de manifiesto en todas sus novelas: “La vida no puede distinguirse de la lectura, ni el amor de la escritura de las cartas de amor” (Darnton, 1987, p. 229). El lector ideal de Rousseau debía despojarse de los prejuicios sociales para poder adentrarse completamente en los escritos y entenderlo como el autor quería que fuese entendida.

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A fines del Antiguo Régimen, el espíritu rousseauniano logra que se masifique la lectura y que los lectores reaccionen de manera más participativa. La relación que se genera entre escritor y lector, transforma el modo de comunicación dentro de la literatura y es, justamente, este modo de comunicación el que prevalece en la historia siendo el que da pauta aún a la relación actual entre escritor y lector. Pasando a otro importante autor, Robert Chartier, en su libro “Los orígenes culturales de la Revolución Francesa”, en el capítulo 4: “Los libros, ¿hacen revoluciones?”, se plantean importantes reflexiones de exponentes como Tocqueville, Taine y Mornet. El primero, Tocqueville, resalta la contribución de los hombres de letras a la Revolución Francesa. Esto se da debido a la educación política masificada gracias a los aportes de los hombres de letras. Por otro lado, Taine afirma que la filosofía es la base para todo lo existente y que está latente en todos lo géneros literarios, los mismos solamente sirven como arterias para difundir lo que Taine considera la cultura vertebral del conocimiento:


Lo interesante de los planteamientos de estos tres autores es la fuerza y la potencia que tiene la lectura para persuadir el pensamiento del pueblo. La misma es capaz de establecer doctrinas y teorías que se van afianzando en le pensamiento humano y que en este caso, componen el pensamiento prerrevolucionario como un proceso de personalización. La revolución tiene actores importantes y se los puede identificar en aquellos lectores del siglo XVIII marcados por sus lecturas. También es importante reconocer el hecho de los cambios de producción de los libros, se pretendía que se lean los libros del Antiguo Régimen, sin embargo, la producción “prohibida” tomaba fuerza y llegaba a las masas. Ciertos temas eran satanizados en aquella época: los panfletos políticos, las obras pornográficas, las crónicas escandalosas y ciertos tratados filosóficos. Sin embargo, esta literatura era co-

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Las prácticas de lectura se transforman en la Francia del siglo XVIII. El fenómeno de masificación de los libros: mayor circulación, crecimiento de instituciones que permiten leer sin comprar, impresos cotidianos, logra que la lectura llegue a través de otras herramientas que desmonopolizan al libro. El hecho de que los libros no estaban atados únicamente a la religión, hace que los mismos se conviertan en elementos interesantes de conocimiento popular. La lectura entonces se convierte en conocimiento, y el conocimiento en poder. Los cambios en el sistema educativo ecuatoriano requieren de líderes dispuestos a enfrentar retos grandes y con la creatividad necesaria para buscar soluciones no convencionales. La Academia debe alentar a los estudiantes a convertirse en líderes en sus facultades y otros contextos sociales con la energía, interés, actitud y herramientas necesarias para colocar al Ecuador como referente en términos de calidad educativa. El Ecuador necesita gente activa en el

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tizada y entraba “de puntillas” en la mente de los lectores.

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la filosofía. Mornet plantea que la filosofía, al estar presente en tantas publicaciones asequible para el pueblo, intervino como gestora del pensamiento político.


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progreso del sistema educativo nacional, listos para los cambios curriculares y los retos del proceso de enseñanza y de aprendizaje para el beneficio de la sociedad. Esto se lo logra con un pueblo vasto en cultura, con un pueblo lector. Talleyrand (citado en Dorigny, 1989) define el rol de la educación en la sociedad como el arte de perfeccionar los valores en los hombres, de enseñarles a gozar de sus derechos, cumplir las funciones que la sociedad demanda de ellos, sentirse libres. Hay dos temas trascendentales en la educación: formación ciudadana y herramienta para reducir las desigualdades sociales.

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En cuanto a los elementos que se corresponden mejor con una for-

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mación moral o ciudadana, relativa a valores públicos, la función ética de la formación universitaria se plantea que es precisamente la que brindará al estudiante un conjunto de saberes para que se desempeñe en su profesión con seguridad y eficacia (Martínez, 2006). La concepción de los educadores con referencia a la formación en valores, desde mi punto de vista, es constante, se mantiene permanentemente en cada sesión de clases con el fin de ir formando ciudadanos que aporten a la sociedad. No solamente se les brinda saberes teóricos o técnicos, sino que, el rol del docente es el de desempeñarse como ejemplo a seguir y también el de inculcar permanentemente un comporta-


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miento ético. Según Mungaray y formación deontológica relativa al Valenti (1997), la educación supe- ejercicio de las diferentes proferior constituye uno de los principa- siones; otra es la formación ciudales valores de los estados dana y cívica de sus estudiantes; modernos, desde la perspectiva de y la tercera es la formación hula formación de recursos, es inver- mana, personal y social que consión en talento humano y genera tribuya a la excelencia ética y conocimientos técnicos y huma- moral de los futuros titulados en nísticos que son de suma impor- tanto que personas”. En relación tancia para el desarrollo nacional. con estas tres dimensiones puede Martínez (2006) señala que en afirmarse que la primera está el actual contexto socioculaceptada y relacionada tural, la universidad recon indicadores de caliEl sentido y la misión presenta un estado dad; la segunda es de las instituciones ideal de aprendizaje, una herramienta de de educación superior no sólo de carácter formar ciudadanos formativo profesional, no están determinados que se acoplen a las por si son públicas sino de carácter hunecesidades gubernao privadas. mano y, por lo tanto, mentales y del Estado y ético y moral. Se debe poun reto en los que la univertenciar el papel de la universidad sidad debe colaborar, y la tercera para que genere aportes para el se considera que debe ser parte servicio público. El sentido y la mi- de otros niveles educativos y que sión de las instituciones de educa- es difícil que sea parte de la mición superior no están sión y visión de la universidad. Es determinados por si son públicas o importante tomar este punto como privadas. El propósito de la univer- uno de reflexión para darnos sidad es contribuir a una sociedad cuenta la importancia que se da a “inclusiva, digna y democrática”. la calidad académica cumpliendo con la rigurosidad y estándares Según el mismo autor, las dimen- establecidos. Por otro lado, en el siones que pueden ser identifica- currículo se tratan temas que se bles en la sociedad de la función alineen a la matriz productiva y los ética de la universidad son: “ la requerimientos estatales. En el


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punto de la formación ética como tal existen materias que cubren específicamente este contenido, pero además se afianza este concepto y cualidad permanentemente con el ejemplo docente y con la evaluación relacionada a las actividades de cada asignatura. Martínez (2006) acota: “Hoy, la formación de un buen profesional debe incluir su formación como ciudadano y como persona. Aunque la realidad demuestre lo contrario, el ideal debería ser éste”.

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Según Cullen (1996) el problema de cómo se transmitirán valores se divide de dos maneras: 1. Se puede educar a los individuos en la institución educativa desde su posición de control social, procurando la adaptación a las normas vigentes, a los valores hegemónicos, a los estándares esperados y moldeando a los estudiantes para que acepten pasivamente el lugar que tienen entre los grupos y en la sociedad. 2. La institución educativa puede dar libertad y fomen-

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tar la autonomía para que los sujetos interioricen los valores y los utilicen en la resolución de conflictos, en el respeto hacia diferentes puntos de vista, conviviendo en un sociedad multicultural y diversa, defendiendo los valores universales. Frente a estas opciones, lo ideal es una educación en valores que fortalezca la construcción de una sociedad cada vez más justa, democrática y pluralista. Con este fin, se trata de formar individuos que analicen críticamente las situaciones y puedan aportar significativamente en una sociedad más justa. Se pretende formar personas autónomas, que sepan defender su posición, pero también trabajar en equipo con un objetivo común, que es el del fortalecimiento social. El libro siempre será protagonista del aprendizaje, aún con la implementación y necesidad inminente de la tecnología y de las herramientas digitales, no hay mejor herramienta de aprendizaje que el libro, además aquel libro que se puede subrayar, que está usado,


nacional. El buen lector siempre tendrá una visión macro, una visión global y abarcadora. Los miembros de la Academia, debemos hacer entonces que el papel del libro en la enseñanza universitaria regrese a ese pedestal de conocimiento sin tener ningún rival.

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que está comprendido, que está interiorizado. Nuestros estudiantes universitarios deben fomentar permanentemente su comprensión lectora y de esta manera, fortalecer su pensamiento crítico. Esto, como pasos previos a la creatividad e innovación, como meta fundamental para lograr el desarrollo

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Agencia Pública de Noticias del Ecuador y Suramérica ANDES. (2015). La mayor inversión en educación es uno de los logros destacados en el gobierno de Rafael Correa. Recuperado de: http://www.andes.info.ec/es/noticias/mayor-inversion-educacion-es-uno-logros-destacados-gobierno-rafael-correa.html Chartier, R. (2003) Los orígenes culturales de la Revolución Francesa. Editorial Gedisa, Barcelona. Cervilla, A. (2008).Familia y Educación Familiar. Narcea: Madrid. Cullen, C. (1996). Autonomía moral, participación y cuidado del otro. Novedades Educativas: Buenos Aires. Darnton, R. (1987). La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires. Diccionario Enciclopédico de la Educación (2006). Recuperado de: https://laicismo.org/2006/educacion-laica/308 Diker, G. (2002). Organización y perspectivas de la Educación Inicial en Iberoamérica: Principales tendencias. Recuperado de: http://www.oei.es/linea3/diker.pdf Dorigny, M. (1989). La citoyennete, un Project (Les projects educatifs de la RF). Comunicación a las jornadas de estudio FFMJC. Una breve historia de los Derechos Humanos. La Declaración de los Derechos del Hombre y de los Ciudadanos. Recuperado de: http://www.humanrights.com/es/what-are-human-rights/brief-history/declaration-of-human-rights.html

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BIBLIOGRAFÍA


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Martínez, M. (2006). Educación y ciudadanía. Revista Iberoamericana de Educación. OEI. Recuperado de: http://www.rieoei.org/rie42a05.htm Ministerio de Educación. Lineamientos curriculares: Área de Ciencias Sociales, Educación para la Ciudadanía. Recuperado de: http://educacion.gob.ec/wpcontent/uploads/downloads/2013/09/Lineamientos_Educacion_Ciudadania_2BGU_170913.pdf Espinosa, A. (2014). Acuerdo 24. Ministerio de Educación. Recuperado de: http://educacion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2014/02/ACUERDO -024-14.pdf Mungarray, A., Valenti, G. (1997). Políticas públicas y educación superior. ANUIES: México D.F. Solis, D. (2013). El Buen Vivir comienza en la Infancia. MIESPACIO, Revista del Ministerio de Inclusión Económica y Social. Recuperado de: http://www.inclusion.gob.ec/wp-content/uploads/downloads/2013/10/MP.pdf Nuñez, V. (2013). ¿Qué papel juega la familia en el proceso educativo de los niños? ¿Es la familia un pilar importante en la educación de los hijos?. Revista Digital El Recreo. Recuperado de: http://revistamagisterioelrecreo.blogspot.com/ 2013/04/que-papel-juega-la-familia-en-el.html Universidad Educativa Tomás Moro, (2015). Misión y visión. Recuperado de: http://www.tomasmoro.ec/index.php/conocenos/nuestra-cultura/mision

* Alegría Crespo. Ph.D en Ciencias de la Educación. Directora Educación Online SEK. Columnista de la revista Vistazo.

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I Si la cultura puede definirse, al modo de Jean Rostand, como «lo que el hombre añade al hombre», la educación es el acuñamiento efectivo de lo humano allí donde sólo existe como posibilidad. Antes de ser educado no hay en el niño ninguna personalidad propia que la enseñanza avasalle sino sólo una serie de disposiciones genéricas fruto del azar biológico: a través del aprendizaje (no sólo sometiéndose a él sino también rebelándose contra él e innovando a partir de él) se fraguará su identidad personal irrepetible.

Óscar Llerena Borja*

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Fernando Savater. El valor de educar

La filosofía no oculta esto. La profesión de fe de Prometeo: "En una palabra, ¡yo odio a todos los dioses!", es la suya propia, su propio juicio contra todas las deidades celestiales y terrestres que no reconocen a la autoconciencia humana como la divinidad suprema. Nada debe permanecer junto a ella.

a pregunta que planteo: ¿puede existir humanidad sin lectura? nos lleva irremediablemente a una cuestión anterior y de carácter ontológico: ¿qué es el hombre? (Castoriadis, 2006, p. 13). Un elemento primordial para abordar el problema de lo humano es comprender que la vida humana es Bíos y no simplemente Zóe, es decir que el ser humano, esa naturaleza que bien puede ser la más terrible y voraz de las fuerzas depredadoras (Aristóteles, 1253a), solo encuentra su verdadera dimensión, su condición propiamente humana en la elección

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de su vida, en la construcción de su hábitat, en la voluntad arquitectónica por dar forma a su destino, en ultima instancia en el ejercicio de su libertad creadora. Podemos definir por tanto al ser humano como ese animal, ínfimamente dotado, cuya exigua naturaleza le obliga a caminar permanentemente por el sendero de lo nuevo, por el camino de la libertad. Una de las primeras y más prístinas percepciones de la condición humana nos la provee el mito de Prometeo. El mito de Prometeo capta los que consideró los tres

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Karl Marx. Diferencia de la Filosofía de la Naturaleza en Demócrito y Epicuro


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rasgos primigenios de lo humano: a) su escasa dotación natural: el ser humano no posee la fuerza, la velocidad, etc. de otras fieras, b) su relación profunda con la muerte pues nuestra especie ha estado desde siempre amenazada por la extinción, expuesta a la aniquilación, c) su empeño obstinado por sobrevivir, de tal forma que la nuestra es una especie pobre que ha debido hacer de la necesidad virtud, que ha insistido en sobreponerse a la sombra de la muerte, que ha decidido vivir pese a su indigencia natural. Es este último rasgo el que me atrae poderosamente; los seres humanos nos hemos impuesto la tarea de sobrevivir y es justamente esa decisión la que nos define. Como afirma Günther Anders a diferencia del animal, al cual el mundo le está dado anticipadamente como “el pecho al lactante” (2014, p.40), la humanidad está escindida del mundo y por tanto ella solo puede empeñarse en alcanzarlo:

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El hombre está instalado en el mundo de tal manera que sólo puede alcanzarlo posteriormente. Él “viene al mundo” del que inicialmente está excluido. No está integrado en él, ni está en equilibrio, ni está hecho a su medida, de manera que no puede tener de antemano una noción material de él. El hombre debe alcanzar el mundo que desde siempre le lleva ventaja. (Anders, 2014, p. 39).

Este alcanzar el mundo del que nos habla Anders puede asumir formas diversas y diametralmente opuestas: puede por ejemplo expresarse como esa voluntad de dominio que Heidegger consigna, en sus Cuadernos Negros, con el concepto maquinación1, pero también puede aparecer como nos indica Bolívar Echeverría, bajo la figura de esa promesa latente en la técnica lúdica de formar un pacto nuevo entre lo humano y su otredad, pacto regido ya no por el intento de control sino por el Eros (Echeverría, 2001, p.150). De cualquier manera este alcanzar el

A propósito de este concepto en la obra heideggeriana recomiendo el estupendo artículo de Paloma Martínez Matías: Producto y mercancía: sobre la constitución ontológica de la Modernidad a partir de Heidegger y Marx, que consigno con la referencia (Martínez. 2014).

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Óscar Llerena Borja*

mundo es siempre y en todos los casos el resultado de la voluntad humana, de tal forma que el ser humano está definido por el escándalo de la autocreación, por la tautología que afirma que el hombre es el creador de su esencia, y esta esencia es creación y autocreación (Castoriadis, 2002, p.30). El hombre es pues autocreación, proceso de advenimiento, camino largo y arduo hacia si mismo. El complejo y extraordinario camino hacia nosotros mismos asume para Fernando Savater la forma de una segunda gestación, cuyo significado está definido por la presencia innegociable de los otros, el filósofo español afirma: La posibilidad de ser humano sólo se realiza efectivamente por medio de los demás, de los semejantes (Sa-

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vater, 1997, p.12). Es decir únicamente en función de esa segunda gestación somos verdaderamente humanos, solo a través de la construcción cultural podemos advenir a la humanidad propiamente dicha. Afirmo entonces, amparado en Ortega y Gasset, que la cultura es el sistema vital de las ideas en cada tiempo (1966, p. 322), la tabla milagrosa que salva del naufragio al ser humano, el legado que permite al individuo vivir y no solo existir. Cultura es pues gestación verdadera, construcción salvadora, educación que hace ser. Ciertamente la humanidad acaece en la dimensión político-cultural, es decir como efecto de su propia construcción colectiva y lo hace tomando cuerpo en los individuos, condicionándolos, educándolos,

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modelándolos. De todos los condicionamientos que la cultura incorpora en el ser humano quizá el primero y más definitivo sea el lenguaje, hasta el punto que bien podemos afirmar: no es la humanidad la que ha inventado el lenguaje sino el lenguaje, en lo que tiene de colectivo es decir políticocultural, el que ha inventado al ser humano. La humanidad propiamente dicha es aquella que se encuentra y se construye en su comunicación lingüística. La forma madura del lenguaje humano es la escritura, su expresión más desarrollada, y por tanto sus manifestaciones históricas encontrarían la clave de su interpretación en ella. En la nota al pie numero 1 de su Homo Legens, Bolívar Echeverría indaga en el sentido, aplicado al lenguaje, de la frase: “la anatomía del hombre es la clave de la del mono” (Marx, 1989, p.55). El sentido de esta frase, a la que alude Echeverría, es la primacía evolutiva de las formas más desarrolladas sobre las inferiores, pues como escribe el padre del materialismo histórico: los indicios de las formas superiores en las especies animales infe-

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riores pueden ser comprendidos sólo cuando se conoce la forma superior. (Marx, 1989, p.55). De tal manera que la escritura es la clave para interpretar la historia de la comunicación lingüística. La referida nota al pie concluye con una rotunda cita de Moustafa Safouan: “Para saber cómo está hecha la lengua, primero hay que escribirla, y no a la inversa.” (Echeverría, 2010, p. 28). Se pone así en cuestión el prejuicio sobre la escritura que caracterizó el pensamiento de los antiguos. Platón por ejemplo en el Fedro dice de las palabras escritas que son existencias que están ante nosotros como si tuvieran vida; pero si se les pregunta algo, responden con el más altivo de los silencios (275d), llega incluso a afirmar que si son maltratadas o vituperadas injustamente, necesitan siempre la ayuda del padre, ya que ellas solas no son capaces de defenderse ni de ayudarse a sí mismas (275e). Pero a la luz de nuestra argumentación no hay tal debilidad de la escritura, todo lo contrario, ella, la palabra escrita, sería el punto cumbre de nuestra comunicación, una cima desde la que ver y estudiar nuestro pasado:


Ubicada en el límite del proyecto civilizatorio humano, la modernidad se caracteriza por la presencia de la escritura como forma específica y privilegiada de la transmisión del conocimiento. Desde su infancia griega nuestra civilización se produce y se reproduce en la palabra escrita. La nuestra, como afirma Nietzsche, es una educación literaria, se basa en la lectura

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Óscar Llerena Borja*

y la escritura. (2013, p. 761). El objeto en el que descansa nuestro saber es el libro, de ahí que aquellos que habitamos nuestra civilización estemos obligados a conocer aquello que nos constituye, el corpus clásico de nuestra cultura. Sin el conocimiento de aquello que merece ser leído la vida se degrada a mera existencia. En conclusión la respuesta a la pregunta: ¿puede existir humanidad sin lectura? es categórica; no puede existir humanidad sin lectura, porque el elemento constitutivo de la gestación de lo humano es la cultura que en la modernidad aparece como tradición literaria, es decir, como el legado invaluable de nuestros antepasados, destinado a ser transmitido al futuro.

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El protagonismo del libro en la Academia

Puede decirse que la posibilidad de ser escrito es constitutiva del lenguaje. Exagerando un poco, sería como si toda habla oral fuera una escritura in nuce, mirada prospectivamente, o una escritura “disminuida”, mirada retrospectivamente. Todo decir será ya una “protoescritura”, en la medida en que logre escapar de alguna manera a la fugacidad de la palabra, a lo evanescente del contacto lingüístico (esto es, del estado acústico de la atmósfera y del “rumor” social en que se da). Igualmente, todo escuchar de una palabra será un “leer”, en la medida en que el receptor alcance a distanciarse, por la fracción de un instante, de la presencia oral del emisor. El lenguaje es la realización culminante del rendimiento de un sistema semiótico; de manera parecida, la escritura es la realización culminante del rendimiento del habla. (Echeverría. 2010. p.28)


Óscar Llerena Borja* El protagonismo del libro en la Academia

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II La vida es un caos, una selva salvaje, una confusión. El hombre se pierde en ella. Pero su mente reacciona ante esa sensación de naufragio y perdimiento: trabaja por encontrar en la selva «vías», «caminos»; es decir: ideas claras y firmes sobre el Universo, convicciones positivas sobre lo que son las cosas y el mundo. El conjunto, el sistema de ellas, es la cultura en el sentido verdadero de la palabra; todo lo contrario, pues, que ornamento. Cultura es lo que salva del naufragio vital, lo que permite al hombre vivir sin que su vida sea tragedia sin sentido o radical envilecimiento. Ortega y Gasset. La misión de la Universidad

El diagnóstico que hace Ortega y Gasset en las palabras que abren este apartado, pese a los 90 años que han transcurrido desde su publicación, posee una alarmante vigencia. Ciertamente vivimos en un mundo caótico, pero la característica dramática de nuestro tiempo es haber trastocado nuestra manera de habitarlo. Uno de los cambios centrales de nuestra época, cambio que seguramente ha pasado inadvertido, es que el mundo, ese mundo que como indica Anders estamos obligados a alcanzar, parece hoy venir a nosotros, comparecer a nuestro antojo. El nuestro es un mundo inalcanzable pero al mismo tiempo de acceso inmediato, al que cada día es más difícil y más fácil llegar, un mundo que se nos muestra cercano pero

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inasequible, un mundo escindido entre lo real y el espectáculo de lo real que comparece en las pantallas, un mundo que merced a la retransmisión no está ni presente ni ausente, en definitiva un mundo fantasmal. Hoy la vida pasa en las pantallas, ellas parecen más vitales que la vida, pero su supuesta vitalidad no es otra cosa que la monstruosa colonización de lo real por parte de lo aparente. Ciertamente el hombre moderno se pierde en este caos, pero este extraviarse ya no permite la reacción a la que invita Ortega y Gasset, nuestro extravío es más un adormecimiento que una lucha contra el caos. Sumidos en el ritmo hipnótico de la vida trasmitida en las multipantallas somos como esos náufragos que cansados de nadar


Los Talk show de finales del siglo XX han dado paso hoy a grotescos programas de “entretenimiento” en los que vemos orquestadas las cloacas de nuestras sociedades, es una mirada a la intimidad que nada tiene de mirada ni de íntima, se trata de espectáculos creados para dar ese efecto. Esta es pues la miseria de nuestro tiempo, recrearlo todo, hasta la mierda. Adormecidos en el fondo inasible del caos, somos ya incapaces de comprometernos con nada, no

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hablo del compromiso político, ni tan siquiera del compromiso humano con el amor o la vida, me refiero tan solo a la capacidad de disfrute: ¿cuándo fue la última vez que vimos una película sin mirar el celular?, ¿cuál fue el último libro que leímos de corrido?, ¿cuál fue la última persona con la que compartimos un café sin la interrupción del smartphone?. Ustedes posiblemente dirán esas son anécdotas, y no les falta razón, pero a mi entender también son síntomas de la enfermedad que nos aqueja. El nuestro es un mundo vaciado de sentido, un mundo leve, que ya no puede, ni quiere pensar. Nuestra mirada ha sido troquelada para ser inconstante, para pasar de una cosa a otra, para ver y no para mirar, para olvidar casi todo. Los formatos audiovisuales que triunfan hoy son: fáciles de digerir, rápidos, insustanciales, mucho brillo y nada más. Vivimos en un burdo Tik Tok. En un mundo así la cultura, ese sistema de ideas que salva del naufragio, ha dejado de tener vigencia: ¿para qué leer a Homero si puedo ver a Brad Pitt personificando a Aquiles?, ¿por qué leer a Marx si puedo ver un video en youtube o valerme de un

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dejan de moverse, no más lucha, solo la paz del fondo. Este mundo que canta con sonido envolvente, nos condena al silencio (Anders, 2007, p.49) pues no podemos interrogarlo, a la pasividad pues nada nuestro podemos incorporarle, en fin a la servidumbre a un automatismo comercial que se presenta como lo real. Este mundo fantasmal ha destruido la lucha humana por alcanzarlo, lucha ésta que constituye a nuestra especie, y la ha sustituido por una fantasmagoría que clausura nuestra potencia creadora. No somos ya el ser abierto a las posibilidades, nos hemos reducido a la mentira de la imagen, a la tiranía de lo falso.


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resumen anónimo de fácil acceso en internet?. La bellísima letra del texto antiguo -la cólera canta, oh diosa, del Pélida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores, precipitó al Hades muchas valientes vidas (Homero, 1982, p. 1)- nada puede contra las secuencias imposibles de esgrima y el rostro del actor. La fuerza del pensamiento de Marx se somete a la fácil digestión del resumen o a la plasticidad falsificadora de las imágenes. Entretanto la verdadera capacidad del texto se pierde para siempre y con ella la humanidad misma.

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El protagonismo del libro en la Academia

Puestas así las cosas creo que la apelación a la cultura, y más específicamente a la lectura, no es hoy un ornamento pasado de moda, ni la seña de distinción de los viejos o de las cofradías de ratones de biblioteca. La defensa de la lectura, y del universo cultural que ella convoca, es la defensa de nuestra existencia. Si hay una institución que debe dar esta batalla esa institución es la universidad y más específicamente la universidad pública porque ella es la expresión de las búsquedas colectivas de la sociedad. La universidad pública

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descubra y haga comparecer a la verdad. Este es el acto de lucha, quizá el único que aún nos pertenece, ante el caos que nos envuelve y nos adormece. Exhorto pues a la búsqueda de nuestra propia voz en el encuentro con los libros, al ejercicio de la libertad expresado en el atreverse a pensar por uno mismo, a la labor creadora de leer para enfrentar la barbarie, al compromiso insurrecto con la lectura como la verdadera acción transformadora que aún podemos y debemos realizar.

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debe ser la vanguardia de la defensa de la cultura, su espacio de atesoramiento y de cultivo. Creo que la tarea fundamental de las instituciones de educación superior consiste hoy en responder a la necesidad de gestionar, organizar y jerarquizar el caudal infinito de información que nos interpela, llevándonos así a una real democratización del saber, en enseñar a pensar con independencia y sentido crítico y por sobre todas estas cosas, en establecer un debate razonado, sustentado, riguroso, que

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BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • • • • •

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ARISTÓTELES. (2015). Política. Madrid: Gredos. ANDERS, Günther. (2014). Acerca de la libertad. Valencia: Pre-textos. ———————-. (2007). Filosofía de la situación. Madrid: Catarata. CASTORIADIS, Cornelius. (2002). Figuras de lo pensable. México D.F: Fondo de Cultura Económica. ECHEVERRÍA, Bolívar. (2001). Las Ilusiones de la Modernidad. Quito: Tramasocial. ————————. (2010).Vuelta de siglo. México D.F: Editorial Era. NIETZSCHE, Friedrich. Obras Completas Vol. III. Madrid: Tecnos. HOMERO. (1982). Ilíada. Madrid: Gredos. ORTEGA Y GASSET, Jose. (1966). Obras Completas Tomo IV. Madrid: Revista de Occidente. PLATÓN. (2011). Platón I. Madrid: Gredos. MARX, Karl. (1989). Introducción general a la crítica de la economía política 1857. México: Siglo XXI. SAVATER, Fernando. (1997). El valor de educar. Barcelona: Ariel. MARTÍNEZ, Paloma. (2014). Producto y mercancía: sobre la constitución ontológica de la Modernidad a partir de Heidegger y Marx. Logos. Anales Del Seminario De Metafísica, 47, 199-225. https://doi.org/10.5209/rev_ASEM.2014.v47. 45808

* Óscar Llerena Borja. Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid con una tesis laureada sobre Bolívar Echeverría y Marx. Docente titular de la cátedra de Filosofía en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Tiene una importante producción académica en el área de la filosofía política y de la cultura. Es experto en intervención social, desarrollo comunitario e investigación sociológica.

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Ilustraciรณn: Xavier Leรณn Borja โ ข La vida se pasa volando


Los libros en la Universidad Fernando Lรณpez Milรกn ................................................................................................ 31

Doble sentido 1.


Fernando López Milán*

Los libros en la Universidad

uando el ruido de la calle cesa y las luces en las ventanas de las casas son el principal testimonio de la vida humana, un hombre sale al balcón de su departamento. Contempla el mar de luces que es la ciudad a esa hora y la luna. Mientras ve, se aquieta, se “embuenece”. Y de tanto mirar, ya no sabe que ve, fundido como está con la noche.

C

En otra ocasión, ese mismo hombre, cuando el ruido de la calle ha cesado y la gente se ha encerrado en sus casas, se acerca al librero que está adosado a una pared, la

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más ancha, de la sala. Y de pie frente a él, contempla las hileras de libros. No busca nada en especial. No tiene, ese momento, la intención de leer nada. Ve los libros y acaricia sus lomos con los tres dedos más largos de su mano derecha. Acomoda los que no están alineados. Toma, al azar, alguno de ellos, repasa su superficie, lo hojea y lo vuelve a poner en su sitio. Se sienta, luego, en el extremo del sofá que da al librero y mira hacia la noche a través de la ventana de la sala. Los libros detrás de él lo

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acompañan y lo protegen: amigos y guardaespaldas al mismo tiempo. 2. Hermano, piensa, cuando toma un libro de López Velarde.

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3. En las librerías, en las bibliotecas públicas, los libros son paisaje. Están ahí para ser vistos y observados en detalle. Y uno puede recorrer los pasillos de la estancia como si estuviera siguiendo un sendero de montaña bordeado de árboles. El que entiende de libros no entra en una librería súbitamente ni con la cabeza baja. Se detiene en la entrada. Mide el espacio. Se hace una idea general del sitio y solo entonces continúa, manteniendo siempre la distancia para ver mejor; para alcanzar con su mirada tanto a los libros que están en las hileras superiores como en las de abajo. Se inclina. Se pone en cuclillas igual que el micólogo que, en el bosque, entre las hierbas húmedas, las hojas caídas, las ramas mohosas, busca el hongo comestible. A veces, en-

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cuentra sorpresas tan gratas como “´Paisaje con grano de arena”, de Szymborska, en dos dólares, allá, en el último estante, ese que reposa sobre el suelo y al que solo los buscadores de tesoros llegan. 4. Sale a la carrera de la casa porque está atrasado para su clase. En la esquina, siente que algo le falta. Su mano derecha está vacía. Debe regresar de inmediato. Da marcha atrás, corre, abre la puerta de calle, sube las gradas de dos en dos, entra en la sala, toma de la mesa de centro el libro que estaba leyendo y vuelve a salir a la carrera. “Contrafóbico” es el término que los psicólogos utilizan para referirse a los objetos que, como el libro de esta historia, ayudan a controlar la ansiedad a las personas. Sí, a lo mejor es un “contrafóbico”; pero, también, una presencia que acompaña, algo así como un pensamiento sólido. Un pensamiento que se lleva en la mano. Un pensamiento con forma, color y olor. El olor del pan caliente, el de la tinta fresca de los li-


5. Mientras camina cerca de una agencia bancaria, le sorprende una balacera entre policías y ladrones. Una bala perdida penetra en el libro que acaba de comprar y lleva pegado al pecho. Se trata de “Eso”, de Stephen King. Un volumen de 1503 páginas. La bala no le llega al corazón. El libro es un escudo. Mientras más libros haya asimilado una persona, más protegida estará de las balas perdidas, esas que suelen soltar a mansalva los charlatanes. Sobre todo, los que se dedican a la política y, paradójicamente, a la enseñanza universitaria.

tenga alojado en la memoria de su computadora, le resultará difícil considerarlo suyo, su libro. No puede, como el tradicional propietario de libros de papel, preguntar esperanzado: “¿alguien ha visto el libro que dejé en la mesa del comedor?”.

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bros, el del café recién pasado, tres aromas: tres felicidades.

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Lo propio es aquello que se puede perder, extraviar, desaparecer. Aquello de lo que a alguien lo pueden despojar. Para que un ebook adquiera el carácter de propiedad debe imprimirse y anillarse, obtener consistencia y ocupar un lugar. Convertirse, por tanto, en objeto del tacto y no solo de la vista. También del olfato. Los libros de papel envejecen igual que sus dueños, no así los ebooks. El material del que están hechos equivale a la carne y el hueso de

En la actualidad, hay libros digitales, ebooks, que pueden ser adquiridos por un precio menor que el de los libros de papel. Con esos libros una persona puede armar su propia biblioteca digital. Aunque el lector haya pagado por un libro digital y, efectivamente, lo

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las personas. Su materialidad palpable les permite convertirse en testimonios irrefutables de una época y de un modo de ser de sus dueños. Una biblioteca personal refleja las continuidades y discontinuidades de la personalidad de su propietario. Este, contemplándola, se reconoce como si estuviera ante un espejo. Un espejo que tiene la virtud de mostrarle su imagen en el pasado.

Los libros en la Universidad

7. El libro de papel se incorpora a la casa, el ebook, nunca, a menos que se lo haya materializado. El libro de papel es un objeto de la casa, que suele compartir un territorio con otros objetos similares. Al disponerlos en un lugar específico y en un orden más o menos preciso, el dueño de los libros crea un ambiente. Intelectual se diría, pero, sobre todo, físico. En este territorio, que puede reivindicar como suyo, vive la lectura: el contacto significativo con los libros. ¿Cuál es el movimiento esencial asociado a los libros? Abrirse y cerrarse. Tienen, pues, un parentesco con las puertas. Son

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puertas…de doble hoja, que conducen a mundos imprevistos. El lector tiene que usar ambas manos para abrirlos, mientras, al mismo tiempo, los sostiene. Los formatos pequeños son, a causa de esta y otras consideraciones relacionadas con el transporte, más aptos para la lectura que los formatos grandes. Más aptos son, también, los libros de pasta blanda que los de pasta dura. Las ediciones de lujo en grandes formatos son adecuadas para los coleccionistas, no para los lectores. Los libros, ciertamente, han ido perdiendo prestigio, pero el que aún les queda puede intimidar a las personas que no han tenido mayor contacto con ellos. Si se quiere invitar a leer a la gente, hay que ser amables y modestos. Y ofrecerles libros fácilmente portables. La mayor portabilidad de un volumen amplía el radio de su lectura y multiplica las ocasiones de leer. Reduce, así mismo, la prevención que la gente experimenta frente a un libro. El libro pequeño está bajo el control del lector, el grande, por sus dimensiones y costo, lo intimida y lo disuade de adquirirlo. Si, de todas maneras, lo


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8. Hace muchos, muchos años, a quienes habían ido a la universidad, mayoritariamente varones, se les llamaba hombres de libros. Hoy, esta caracterización es obsoleta. Al imaginar a un universitario, ahora, lo visualizamos como una persona joven sentada frente a una computadora. En los actuales momentos, la educación universitaria prescinde, cada vez más, de los libros. Hasta el punto de que, para obtener un título, no es preciso que los estudiantes hayan leído libros enteros, sino unos cuantos extractos, unos cuantos resúmenes, unos cuantos

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artículos que se pueden obtener en internet. En la misma condición que los estudiantes están muchos profesores. Antes, un libro, abierto o cerrado, simbolizaba el conocimiento y el camino que una persona debe seguir para alcanzarlo. Ahora, esa función la desempeña la imagen de una pantalla y un teclado. Un universitario no tendrá ningún problema en aceptar esta imagen como símbolo de la vida académica. Los libros tienen un papel marginal en su formación, y no solo porque en la universidad no se leen libros, sino porque tampoco hay interés en ellos. Se prohíbe, incluso, que el profesor sugiera a los alumnos que los compren. ¿Significa esto que una adecuada formación personal y académica

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compra, debe sujetarse a sus condiciones de oportunidad, posición y espacio.


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exige la lectura de muchos libros? No necesariamente. Una buena formación exige buenas lecturas, tanto por la calidad del libro como del proceso lector. La biblioteca de Francisco de Quevedo, por ejemplo, no contenía más de doscientos volúmenes.

tura del comentario sustituye a la lectura del original. De esta manera, el estudiante nunca se entera de lo que un autor dice, sino de lo que un comentarista dice que aquel dice. La lectura mediada puede, en muchas ocasiones, conducir a la confusión o al engaño. Y, lo que es más peligroso, crea, en los estudiantes, la ilusión de haber leído a Platón o a Aristóteles.

Muchas lecturas mal digeridas producen intoxicación, hartazgo, inapetencia. Por eso, una pregunta que no puede eludirse a la hora de La universidad ecuatoriana carece plantear el problema del libro y la de mecanismos adecuados para lectura en la universidad es seleccionar y admitir en su ¿a cuánto asciende la seno a personas de liLa universidad capacidad media de bros. La admisión de ecuatoriana asimilación lectora de carece de mecanismos estudiantes y la asiglos estudiantes? Esta nación de cupos para adecuados para admitir en su seno pregunta se relaciona tal o cual carrera está a personas con otra: ¿cuántas maa cargo de una entidad de libros. terias debe aprobar un extrauniversitaria: la Seestudiante en un semestre? nescyt, que aplica a los asMás de cuatro, probablemente, sea pirantes un examen de ingreso excesivo. Con un número menor (“Ser Bachiller”) uniforme, ya sea de materias, un estudiante leerá que estos quieran estudiar historia menos, pero leerá mejor. o física o medicina. Quienes obtienen los puntajes más bajos están En las especialidades sociales y habilitados para seguir carreras humanísticas, las primeras lectu- sociales y humanísticas, carreras ras deben centrarse en los autores para las que, sin embargo, se reclásicos, a quienes el alumno debe quiere de un alto dominio del lenleer directamente. Pero en la uni- guaje y la lectura, algo que el 95% versidad ocurre lo contrario: la lec- de admitidos no posee.

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9. El gusto por los libros se desarrolla antes de entrar en la universidad. Como cualquier afición o interés perdurable, surge entre la infancia y la adolescencia. La universidad, a través de la lectura obligatoria, puede afianzar ese interés, pero, también, alejar a los estudiantes del libro. Si el interés por los libros nace antes de que una persona entre en la universidad y si ahí, de todas maneras, va a tener que leer unos cuantos capítulos o páginas de libros, es posible que se produzca una tensión entre lo que se lee por gusto personal y lo que se lee por obligación. A veces, esto no ocurre, pues el interés del estudiante coincide con el interés institucional. La lectura obligatoria, en este caso, se convierte en un factor de promoción lectora y de ampliación de los intereses de los estudiantes.

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Hace cincuenta años, el porcentaje de personas interesadas en los libros no era, tal vez, mayor que el de ahora, pues este interés siempre ha sido minoritario. Había, empero, un acuerdo social sobre la importancia del libro y del aporte de los hombres de libros a la sociedad. Este acuerdo ya no existe. Cuando un profesor se jacta de haber limpiado su casa de libros y de tener cientos de volúmenes almacenados en un computador, creo que hemos entrado en un territorio del que, quizá, ya no podamos volver.

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A la tensión temática, por llamarla de alguna manera, se suma la que surge de la necesidad de dedicar el tiempo suficiente a la lectura personal y a la obligatoria. A esta tensión se ven sujetos los estudiantes con intereses lectores propios. Los demás tienen, en las lecturas obligatorias, la posibilidad de acercarse al libro o de alejarse definitivamente de él. Esta última posibilidad es, quizá, la más factible. Cada vez hay más evidencias de que las generaciones que actualmente ingresan a la universidad son generaciones perdidas para el libro.

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¿Cómo captar a los que leen? Este es un de los principales desafíos que la universidad tiene en nuestro país. El examen “Ser Bachiller” no ayuda a este propósito.


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10. En las universidades del país, la importancia que se da a las bibliotecas digitales es mucho mayor que la que se da a las bibliotecas físicas. Las primeras van sustituyendo con rapidez a las segundas, y el computador asume la función del libro y la sala de lectura. El lector no está dentro de, sino frente a. Enfrentado, pues, y no resguardado, cobijado.

Los libros en la Universidad

El ambiente de silencio y concentración que reina en una biblioteca tradicional es reemplazado, así, por el de la distracción y la dispersión, características del ambiente cibernético conformado por el computador e internet. Aunque contiene libros, una biblioteca digital niega al libro como objeto y discurso. Los estudiantes y los investigadores llegan a los textos que se encuentran en la red no para leerlos, sino, como los huaqueros, para saquearlos. Este tipo de lector no busca en los textos el pensamiento -esa estructura razonada de palabras-, busca datos y citas, es decir, los elementos aislados del discurso, y no las relaciones entre ellos.

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11. Si entendemos el estilo de vida como un sistema de hábitos y costumbres, se advierte que la lectura –y el libro que la propicia- no forma parte del estilo de vida de la mayoría de personas: profesores y estudiantes universitarios incluidos. La lectura, excepto la obligatoria, es, para ellos, un comportamiento excepcional. Si la lectura por interés personal tiene un carácter episódico y marginal en la vida de los universitarios, el libro, también. Más que por limitaciones económicas, los universitarios tienen -cuando tienenmuy pocos libros personales, es

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En la cotidianidad, muchos hábitos y costumbres se mantienen por inercia: tomar el mismo camino para ir al trabajo, por ejemplo. Otros, para mantenerse, requieren de una acción positiva de los interesados. Ir a una librería, visitar una biblioteca, leer, son hábitos que se mantienen gracias al interés y al esfuerzo de quienes los practican. Estos hábitos ocupan un nivel alto en su escala de prioridades de gasto y actividad. Demandan, además, una serie de transacciones y acuerdos, no siempre fáciles, con las personas que forman parte del entorno íntimo del lector. La lectura lleva tiempo. Y el tiempo para leer y estar con los libros es una variable dependiente de las actividades y relaciones laborales y familiares del lector, del tiempo de silencio o ruido tolera-

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decir, muy pocos libros que han buscado y adquirido por voluntad propia, sacrificando, a veces, la satisfacción de otros gustos o necesidades. Ir a una biblioteca para leer lo que les interesa pero no pueden comprar tampoco forma parte de su estilo de vida.

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La tecnología informática, que permite localizar frases y palabras específicas en un texto, contribuye a afianzar el saqueo intelectual como modo de lectura. Profesores y estudiantes universitarios desarrollan, con este apoyo, un estilo fragmentario de lectura, que, al impedirles construir una visión totalizadora y sintética de lo que leen, les lleva a adoptar una forma, fragmentaria también, de pensamiento y escritura.


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ble del que disponga en el lugar ven su cama matrimonial a que se donde acostumbra a leer, y de la lleven los libros que compró con existencia de un espacio libre de el mismo cuidado con el que algula irrupción de otras personas. nas personas compran un pantaOtro factor de importancia y que, lón o una camisa. ¿Dónde, si le a la vez, actúa sobre los robaran, podría encontrar En la demás, es la valoración “El color del tiempo”, de actualidad, social del libro y el lecClarisse Nikoïdski, los lectores no son tor. libro que ninguno de muy bien vistos sus amigos tiene? En y su actividad esencial, En la actualidad, los su biblioteca, adela lectura, es percibida lectores no son muy más, hay libros que por los no lectores bien vistos y su activiestán esperando su como pasatiempo dad esencial, la lectura, tiempo: el tiempo en el o tiempo es percibida por los no que el lector esté listo malgastado. lectores como pasatiempo o para leerlos. tiempo malgastado. Para ellos, el tiempo que se puede dedicar a la 12. lectura es el que resta luego de haber realizado otras actividades, Las personas se acercan a los estas sí importantes. libros en busca de historias, respuestas, poesía o para pasar el Tampoco es muy bien visto llenar tiempo. Solo en el último caso el la casa de libros. Los no lectores libro es un medio. Como medio más osados, parapetados tras un es, también, cuando se lo utiliza discutible sentido práctico, llegan, como yacimiento de datos y incluso, a sugerir al lector que citas, que, debidamente saqueavenda o regale los libros que ya das, pasan a formar parte de ha leído, sin entender que los li- los, ya famosos en nuestro bros, los buenos libros, no se ago- medio, artículos indexados. Textan y que el lector ha establecido tos escritos, en su casi totalidad, vínculos afectivos con ellos, de por personas insensibles a los suerte que, si se diera el caso, valores sonoros y estéticos de la preferiría que los ladrones se lle- lengua.

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Pero si el libro no es un medio, ¿qué es? Es un interlocutor. Con él, el lector debe establecer un diálogo. Dialogar con el libro demanda el cumplimiento de algunas reglas: • •

Estar dispuesto a oír aquello que no nos gustaría oír Oír con atención, sin permitir que nuestra mente diva-

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gue, pero dejándola libre para que dude y cuestione. Asegurarse de que lo que se ha leído es lo que, realmente, el libro dice. Huir, por tanto, de la sobreinterpretación.

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13. Diagnóstico rápido de las costumbres lectoras de los estudiantes universitarios: los universitarios contemporáneos solo leen comics o los ven en su computador. Hace no tantos años, la lectura de comics era la antesala de la lectura de libros, ahora, en su formato físico, es un punto de llegada. También escriben tuits y leen tuits. Textos virtuales de una extensión no mayor a las ciento veinte palabras. 14. Frente a esto ¿qué puede hacer la universidad? En las disciplinas sociales y humanísticas, creo que el principal reto, que ahora está en manos de la Senescyt, es definir un sistema de ingreso adecuado a esas carreras. Un sistema que permita el ingreso de los estudiantes

Los libros en la Universidad

Las personas no afectas a los libros buscan lo mismo. Solo que las historias no las encuentran ahí, sino en las telenovelas, la crónica roja o los comics virtuales; las respuestas, en los reality shows o en los libros de autoayuda, que tienen el aspecto de libros, pero no lo son; y la poesía, en el reguetón. Si hubiera, en el país, una política de Estado orientada a hacer de estas personas lectoras de libros, ¿se lograría que estas sustituyan en sus preferencias a Ozuna por Pedro Salinas? En la mayoría de casos, no. Los amantes de los libros han sido y son una minoría. Lo importante es que esta minoría sea la encargada de enseñar en la escuela, en el colegio, en la universidad.


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con mayores capacidades de lecto-escritura y no con una nota mínima en una prueba indiferenciada como es la prueba “Ser Bachiller”. Se impone, también, en el mismo sentido, una mejor selección de los profesores. Hay que asegurarse de que estos sepan, aunque suene chocante, leer y escribir, y de que tengan un acervo cultural que rebase el simple conocimiento especializado en una ma-

teria. Los profesores universitarios, al menos en las áreas humanísticas y sociales, no pueden ser simples técnicos. Deben ser personas de libros. Personas cultas, capaces de construir con sus alumnos una experiencia educativa que recupere y afiance los valores universalistas que son la esencia de la Universidad. Fernando López Milán

* Fernando López Milán. Doctor por la Universidad de Salamanca. Docente y Director del Instituto de Posgrados de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador.

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Ilustraciรณn: Xavier Leรณn Borja


Babel: Libros y Universidad Álvaro Cuadra ..................................................................................................................... 45 Lo que recibí de.los libros de la U....................................................................... 51 Damián De la Torre Ayora

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l objeto libro pareciera condensar una parte fundamental de aquello que somos. No es posible soslayar aquel pasado que Ángel Rama llamó “La ciudad letrada”, aquel mundo colonial en que un grupo social detentaba los signos, la escritura (Rama, 2004)

atención que en tierras tan distantes se fundaran universidades desde 1538 Universidad de Santo Domingo, luego otras en Lima (1551), Bogotá (1580) y Quito (1620). Esto no tiene comparación con el escaso desarrollo de las escuelas primarias durante la colonia.

En este contexto latinoamericano, el espacio universitario fue el epicentro de este dominio letrado y lugar de preparación de la nueva burocracia. No deja de llamar la

El libro ha sido la mnemotécnica que ha hecho posible registrar y transmitir los saberes, mediante la escritura alfabética. El libro, en tanto objeto, abre un espacio feno-

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Texto inédito 2020. Exclusivo para La revista. FACSO. UCE.

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menológico que llamamos “lectoescritura” Hagamos notar que la escritura alfabética ha sido el “lenguaje de equivalencia” por más de veinticinco siglos, dando origen a una “cultura alfabética” y, al mismo tiempo, a una “cultura del papel”. Así, entonces, el espacio universitario ha sido el espacio privilegiado que ha preservado el conocimiento por generaciones en “paquetes de información” llamados libros impresos, almacenados en verdaderas “bases de datos” que llamamos bibliotecas.

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En suma, la universidad ha sido el lugar, por excelencia, del pensamiento desarrollado, expresado y registrado en la “lecto-escritura”; un lugar, por cierto, exclusivo y excluyente. Durante siglos, la universidad ha ido sedimentando un cierto “canon bibliográfico” Esta retahíla de “libros clásicos” remite tanto a los límites políticos como culturales y epistemológicos que definen el saber hasta nuestros días. En el presente, pareciera que la ciudad letrada, y con ella el libro impreso, va perdiendo su preeminencia. Primero por la embestida

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El debilitamiento de la ciudad letrada y el advenimiento de una ciudad virtual ha creado una polémica sobre el concepto mismo de cultura que pervive hasta el presente. Si comparamos el pensamiento de dos autores emblemáticos a este respecto, como son Nicholas Negroponte y Giovani Sartori, habría que repetir aquello que escribiéramos en Híper Industria Cultural “Las tesis de ambos autores se sitúan en polos opuestos, pues mientras Negroponte sostiene que: “...estar digitalizados nos da muchos motivos para ser optimistas. Como una fuerza natural, la era digital no puede ser ni negada ni detenida. Tiene cuatro grandes cualidades que la conducirán, finalmente, a su triunfo: la descentralización, la globalización, la armonización y la motivación” Sartori argumenta que: “No es verdad – como da a entender la ramplo-

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nería de los multimedialistas que la pérdida de la cultura escrita esté compensada por la adquisición de una cultura audio –visual...Una falsa moneda no compensa la moneda buena: la elimina...La cultura audio-visual es “inculta” y, por tanto, no es cultura” (Cuadra, 2008: 110)

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La tensión expuesta por estos autores resulta de primerísima importancia en el ámbito universitario, pues se tiende a confundir “ser culto” con poseer buenas lecturas. Pareciera un exceso sostener, de buenas a primeras, que la cultura audiovisual es inculta o una forma degradada de cultura. A nuestro entender, hay una mala comprensión del concepto multimedia. En efecto, el espacio multimedial no es sino la ampliación en el uso de códigos para difundir información con fines de entretenimiento o educativos. Esto significa que en una determinada plataforma podemos conjugar textos, fotografías, vídeos o archivos de audio. En la hora actual, marcada por una crisis sanitaria de escala mundial,

Babel: Libros y Universidad

de los medios de comunicación masivos durante la primera mitad del siglo XX, aquello que Adorno llamó la Industria Cultura. Segundo, por la irrupción de las tecnologías digitales que han dado origen a Internet y al eBook o libro digital.


Álvaro Cuadra*

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podemos constatar cómo la pandemia en todas las universidades del mundo ha catalizado la expansión del las “clases virtuales”, obligando a estudiantes y académicos a familiarizarse con plataformas multimediales al servicio de la educación superior. No nos parece una “ramplonería mulmedialista” sostener que en muchas disciplinas no basta la utilización de textos sino que debemos apelar al audio o a la imagen en movimiento.

Babel: Libros y Universidad

Se tiende a pensar que el espacio multimedial desplaza la noción de libro, tal y como lo conocemos. Aclaremos que, por definición, la

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multimedialidad digitaliza códigos diversos. De tal manera que desde la fotografía al cine, desde el audio hasta los textos son absorbidos por este espacio numérico en distintos formatos. El libro, en concreto, mantiene su estructura, pero adquiere la forma de un eBook en formato PDF u otro. En este sentido, se puede afirmar que el libro no es abolido por el espacio virtual sino que ha sido digitalizado para una difusión instantánea y de muy bajo coste. De suerte que si, como pensaron los frankfurtianos, la reproducción técnica fue el fundamento de una Industria Cultural; hoy debemos


En este nuevo mundo que ya se anuncia, un mundo pospandemia, tanto el concepto de “libro” como el de “universidad” debe ser revisado desde una mirada crítica. Un primer paso en esta dirección es el b- learning y las numerosas plataformas destinadas a organizar los saberes como asignaturas de enseñanza superior. De igual manera, en este nuevo mundo que emerge, los estudiantes de todos los niveles se acostumbran a trabajar en Redes Sociales on line (RSO) y también con libros y documentos digitalizados.

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Quizás, en el futuro, recordaremos esta pandemia como el punto de inflexión en que la humanidad incorporó, dolorosamente, las herramientas digitales a su mundo cotidiano, laboral y universitario. Como nunca antes, los libros están presentes en la universidad, diseminados en miles de dispositivos y redes, una nueva Babel que pone a nuestro alcance millones de páginas, pero también imágenes y sonidos. Quito, Ecuador, Octubre de 2020 Babel: Libros y Universidad

Más allá de las herramientas, no obstante, recién comenzamos a comprender que necesitamos nue-

vos caminos capaces de reconfigurar el proceso mismo de enseñanza-aprendizaje, un proceso en que el objeto libro va a seguir siendo una pieza fundamental en el quehacer universitario, un libro digitalizado y conectado a otros lenguajes que van a enriquecer su alcance.

Álvaro Cuadra*

admitir que la reproducción digital crea las condiciones para una Híperindustria Cultural destinada a cubrir todo el orbe desde los dispositivos móviles (Stiegler, 1994)

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Álvaro Cuadra* Babel: Libros y Universidad

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BIBLIOGRAFÍA • • • •

Cuadra, A. (2003) De la ciudad letrada a la ciudad virtual. Santiago. LOM ediciones. Cuadra, A (2008) Híperindustria cultural. Santiago. Editorial Arcis. Rama, A. (2004) La ciudad letrada. Santiago. Tajamar editores Stiegler, B. (1994) La technique et le temps. Paris. Galilée.

* Álvaro Cuadra. (Santiago, 1956). Pensador, ensayista y académico. Licenciado y Magíster en Letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Doctor de la Sobornne, París, Francia. Catedrático en comunicación social y Director Académico del Programa de Doctorado en Educación y Cultura en América Latina de la Escuela Latinoamericana de Estudios de Posgrado y Políticas Públicas (ELAP) de la Universidad de Arte y Ciencias Sociales (ARCIS). La obra del doctor Cuadra se abre a la imaginación teórica en busca de miradas inéditas a las transformaciones en América Latina derivadas de los fenómenos de híper industrialización de la cultura y la expansión de las sociedades de consumo. Sus aportes se han visto plasmados en tres ensayos: De la Cudad Letrada a la Ciudad Virtual (2003), Paisajes Virtuales (2005), Hiperindustria Cultural (2008). Asimismo, ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas en diversas latitudes. El profesor Cuadra es reconocido y respetado como una voz autorizada en el dominio de temas de cultura y las comunicaciones a través de sus columnas de opinión en medios nacionales y latinoamericanos.

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Damián De la Torre Ayora*

Lo que recibí de los libros en la U…

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in los libros nuestro mundo estaría lleno de rumores. Antes, posiblemente, se podía decir que la palabra escrita le hacía frente a cualquier runrún, pero en tiempos donde los mensajes de texto y WhatsApp ganan terreno y se imponen en nuestras lecturas -y hasta se transforman en las nuevas oralidades-, los libros se convierten en ese espacio donde encontramos un sentido más profundo, menos superficial. No lo dijo, pero pienso que le faltó muy poco a Zygmunt Bauman definir a la ‘lectura líquida’. Ya había acuñado los conceptos de moder-

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nidad líquida, sociedad líquida y amor líquido: ¿por qué negar que este rockstar de la sociología podía definir a la ‘lectura líquida’ en algún momento? Por cierto, a Bauman lo descubrí en las aulas, lo leí en los pupitres donde, quizás, un ejemplar de esta revista nunca se abra. Me acompañó en el patio de la Facso y en los buses: sus estudios acerca de la modernidad me ayudaron a comprender por qué los ecuatorianos somos igual de modernos que un Walkman. En los primeros semestres pude contestar a la interrogante: ¿Qué

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Damián De la Torre Ayora* Lo que recibí de los libros en la U…

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es esa cosa llamada ciencia?, y lo hice gracias al libro de Alan F. Chalmers. Entendía entonces la diferencia entre lo metafísico y lo científico: lo primero, va más allá de lo físico, esos principios que escapan a las experiencias sensibles; lo otro, en cambio, es un conocimiento que se da por la argumentación, los hechos, y tiene la capacidad de ser falible, es decir, de equivocarse, porque desde la experimentación nuestros propios ojos pueden engañarnos. Los libros fortalecen la mirada.

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Claro que hay preguntas de las que aún no tengo respuestas: el amor, por ejemplo. Lo que sí me agrada es que, más allá de sentirlo, a través de lecturas he podido reflexionar sobre aquello. De hecho, algunas definiciones me han permitido identificarlo. Me encanta la idea relatada por Theodor Adorno, otro autor que conocí por los libros de la universidad. Pensar en el amor como una narrativa, que está más allá de lo científico y lo metafísico, que no es otra cosa que reconocer las debilidades de ‘el otro’ y, sabiendo cómo herirlo, no lo hacemos. Belleza. Enamorada o enamorado que leen esto, marido y mujer, casados ayer o arrejuntados desde tiempo atrás: han notado que sabemos usar las vulnerabilidades de nuestras parejas para atacarles como si apagáramos un cigarrillo en su piel: lea Adorno, quizás le ayude mucho más que un libro de motivación y autoayuda. Uno de mis autores favoritos es Efraim Medina Reyes, y lo conocí por los libros de la U (aclaro, si ocupo la U en este artículo es para referirme a la universidad, no a la Liga Universitaria de Quito -soy barcelonista: por eso, si has llegado hasta acá, he robado


Otra cosa que siempre guardo con gratitud de la U es que me arrojó a un océano de palabras que no tiene punto final, y sus aguas se alimentan de todas las vertientes. A veces te llegan como lluvia fresca, otras te arrastran como una ola embravecida, como el KO de Charles Bukowski a Ernest Hemingway en su cuento Clase, o como lo relatado por John Waters en Mis modelos de conducta: “Nunca deberían leer solo por ‘placer’. ¡Lean para ser más inteligentes! Menos sentenciosos. Más capaces para comprender el comportamiento demencial de sus ami-

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En fin, en este mar de palabras pude darme cuenta si mi muelle está en los apocalípticos o en los integrados gracias a Umberto Eco; dancé con los signos con Victorino Zecchetto; desvestí al Pato Donald –bueno, le quité el blazer marinerito- por Ariel Dorfman y Armand Mattelart; maté instituciones por las reflexiones de Cornelius Castoriadis; tuve una aventura, no clandestina, como la de Miguel Littín en las manos de García Márquez; sentía los rugidos de ese puma de la UNAM llamado Bolívar Echeverría; entendía que ya no hay una delgada línea evolutiva de lo sapiens a lo videns por Giovanni Sartori en medio de esa evolución que va Del bisonte a la realidad virtual explicada por Román Gubern; pensaba en que podía irme bien en un control de lectura, sin leer,

Damián De la Torre Ayora*

gos, o mejor, el de ustedes mismos. Elijan libros ‘difíciles’; los que requieran concentración para leer. Y por el amor de Dios, que nunca los escuche decir ‘no puedo leer ficción, solo tengo tiempo para la verdad’. ¡La ficción es la verdad, tonto! ¿Alguna vez escucharon la palabra ‘literatura’? Eso también significa ficción, estúpido”.

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Lo que recibí de los libros en la U…

tu atención-). En fin, Medina Reyes escribe en Érase una vez el amor pero tuvo que matarlo: “Cuando supe que nunca más iba a tenerla, enloquecí: Antes que pase un segundo habrás muerto cien mil veces, dice una frase del Corán y yo tuve que vivirla”. Y sí, identificando momentos y sensaciones por medio de los libros, me llegan más preguntas que respuestas: posiblemente ese sea el tesoro de los libros, lograr que nos hagamos más preguntas, recordarnos que la curiosidad es el primer gran paso para adquirir conocimiento.


Damián De la Torre Ayora* Lo que recibí de los libros en la U…

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pero no hay crimen perfecto -¿o sí, Jean Baudrillard-, porque podía obtener una buena nota, pero perdería algo nuevo que aprender en este mundo de hiperrealidades… Aprendí que el corazón no solo ‘siente’: piensa e imagina como se imprime en esa travesía de piscología profunda escrita por James Hillman en El pensamiento del corazón, una travesía como la de Za-

ratustra: del camello al león, del león al niño, a ese estado donde uno tiene la capacidad de realmente emanciparse, o quién duda que no hay prueba más grande de eso cuando un pequeño es una estrella de rock mientras convierte a una escoba en su guitarra. Y pienso en esa escena y solo se me ocurre que los libros son capaces de potenciarla, de permitirnos realmente emanciparnos.

* Damián De la Torre Ayora. Estudió Comunicación Social en la Facso de la Universidad Central del Ecuador y Lengua y Literatura en la UTPL. Periodista. Ha colaborado en La Hora, Revista Artes, Mundo Diners, entre otras publicaciones.

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La importancia del libro en la Universidad

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Alfredo Manobanda Clavijo*


El libro el mejor aliado del conocimiento........................................................ 57 Roque Rivas Zambrano La importancia del libro en la Universidad .................................................. 69 Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo Los libros como maestros........................................................................................... 75 Michael PeĂąafiel La inmortalidad hacia atrĂĄs Juan Carlos Morales ........................................................................................................ 79

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Roque Rivas Zambrano*

El libro es el mejor aliado del conocimiento

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Resumen En la era digital, los libros todavía son esos artefactos asociados a la sabiduría. Más allá de los soportes o de las plataformas en las que estén disponibles, estos objetos son parte esencial del aprendizaje en las aulas y fuera de ellas.

Abstract In the digital age, books are still those artifacts associated with wisdom. Regardless of the media or platforms on which they are available, these objects are an essential part of learning in the classroom and beyond. Palabras clave: Libro, aulas, impresos, cultura digital, periodismo

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a lectura es un sinónimo de aprendizaje. Saber escribir y decodificar los signos lingüísticos es equiparable a tener la llave maestra que permite el acceso ilimitado al conocimiento. En este sentido, uno de los inventos más importantes de la humanidad es el libro, soporte impreso que permite la transmisión de la cultura, de los descubrimientos

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científicos y hechos históricos a través del tiempo. El libro impreso, que tiene al menos cinco siglos y medio de existencia, es una de las formas más comunes de registro de datos e información valiosa. Las características antes mencionadas lo convierten en un aliado imprescindible para los maestros en cualquier nivel de educación.

El libro es el mejor aliado del conocimiento

Key words: Books, classrooms, print, digital culture, journalism


Roque Rivas Zambrano* El libro es el mejor aliado del conocimiento

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En los primeros grados de enseñanza una de las herramientas que más se usaba, hasta antes de que experimentáramos la pandemia por COVID 19, era el conocido libro de texto, considerado un recurso útil para la enseñanza y el aprendizaje de distintas materias. María Pilar Fernández y Presentación Caballero (2017) recogen una serie de definiciones sobre este material didáctico, algunas más precisas y otras más globales: “Richaudeau (1981) define el libro de texto como un material impreso, estructurado, destinado a utilizarse en un determinado proceso de aprendizaje y formación. Torres Santomé (1994) indica que los libros de texto son aquéllos que están diseñados para su uso solamente en aulas y centros de enseñanza, y que contienen la información que los alumnos y alumnas precisan para poder demostrar que cumplen los requisitos para aprobar una determinada asignatura". Y aunque esta especie de manuales, en los que se despliega la explicación teórica y práctica de los temas a tratar en clases, tienen un uso extendido y contienen lo que se quiere transmitir de generación

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en generación, para las autoras en ocasiones son el centro de la controversia política. En el Ecuador, estos textos se distribuían en las escuelas públicas y algunos establecimientos privados. El problema que se exteriorizó, con respecto a este material, fue que los gobiernos y las editoriales encargadas de elaborar los contenidos tendían a plasmar sus tendencias políticas. Sin embargo, con el desarrollo de las tecnologías se vio que, si bien este era un material físico de apoyo para la enseñanza, los estudiantes y docentes exploran bibliografía adicional en Internet para complementar o, incluso, cuestionar lo aprendido. Del papel a las plataformas digitales Uno de los debates más extensos alrededor del libro en las últimas décadas es la transición de su soporte original a las plataformas digitales. Este cambio provocó que las concepciones más básicas del libro, que se reducían a “obras impresas de bastante extensión”, se empiecen a debatir y se busque acepciones que logren abarcarlo más allá de su dimensión tangible.


Además, se conservarían los libros de arte y de fotografía de alto nivel para los que quisieran o prefirieran la lectura impresa, así como para la edición de facsímiles para estudios concretos. En el 2020, afirmaron, la mayoría de los libros se publicarían en formato digital y los nuevos formatos del libro serían algo coti-

Roque Rivas Zambrano*

Según Purificación Toledo y José Manuel Sevilla (2002), definir el libro electrónico es un trabajo más arduo al hallarnos en el filo de la navaja tecnológica. Estos autores ya preveían que, llegado el año 2020, los libros en papel continuarían siendo apreciados como regalos o como artículos de coleccionista.

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Libro hermoso, libro, mínimo bosque, hoja tras hoja, huele tu papel a elemento, eres matutino y nocturno, cereal, oceánico, en tus antiguas páginas cazadores de osos, fogatas cerca del Mississippi, canoas en las islas, más tarde caminos y caminos, revelaciones, pueblos insurgentes, Rimbaud como un herido pez sangriento palpitando en el lodo, y la hermosura de la fraternidad, piedra por piedra sube el castillo humano, dolores que entretejen la firmeza, acciones solidarias, libro oculto de bolsillo en bolsillo, lámpara clandestina, estrella roja… Pablo Neruda, poeta chileno.

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El libro es el mejor aliado del conocimiento

Oda al libro


Roque Rivas Zambrano* El libro es el mejor aliado del conocimiento

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diano. No se equivocaron. En la actualidad, las redes sociales juegan un papel fundamental en la aceleración del acceso a la información y la localización de libros, sin necesidad del desplazamiento físico. A pesar de que el libro digital lleva alrededor de 50 años de existencia, su popularidad es cada vez más grande. Hoy por hoy, se puede leer un libro en la computadora, en el teléfono móvil o en una tablet. Marie Lebert (2010) empleaba como ejemplo para dimensionar el pasar del tiempo el hecho de que, en el año 2000, la British Library puso en línea la versión digital de la Biblia de Gutenberg; el primer libro impreso. 180 ejemplares de aquella Biblia, que data de 1455, fueron impresos por Gutenberg en su taller de Maguncia, en Alemania. Tres de ellos están en la British Library. Así como esta, miles de obras de dominio público están en acceso libre en la web. Las plataformas digitales son fundamentales para democratizar el conocimiento y para garantizar el acceso a ejemplares que podían llegar a ser muy costosos. En ese sentido, los libreros y editores tra-

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bajan en sus páginas webs y las revistas y otros medios de comunicación impresos invierten en sus versiones digitales. A decir de Lebert, Internet llegó a ser imprescindible para informarse, comunicar, acceder a documentos y extender los conocimientos. “Ya no necesitamos correr desesperadamente tras la información que nos hace falta. La información que nos hace falta ya está a nuestro alcance, incluso para aquellos que estudian por correspondencia, que viven en pleno campo, que trabajan a domicilio o que están confinados a la cama”, asegura. Su afirmación se hace más pertinente si analizamos lo que el mundo experimenta en este momento, en medio de la emergencia sanitaria por el COVID-19. El aislamiento social, como medida para evitar la propagación del virus, determinó el cierre temporal de las instituciones educativas y, con esto, surgió la necesidad de implementar la enseñanza ‘online’. Esta situación que tomó por sorpresa a todos aceleró ciertos procesos que iniciaron en la década de los 90, con el paso de la prensa impresa a la prensa en línea.


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El libro es el mejor aliado del conocimiento

Para el 2010, la web es una gigantesca enciclopedia, biblioteca, librería y un medio de comunicación completo. La información pasó de su estado estático en los libros impresos a la gran fluidez del Inter-

net, fortalecida gracias a la posibilidad de actualizarse constantemente. Hoy, una década después, los libros electrónicos o textos digitales son la materia prima con la que los docentes arman sus clases en las aulas virtuales. El libro, más allá de su forma, continúa siendo ese puente que hay que cruzar para dejar atrás el desconocimiento. En ese sentido, Julio Arévalo y José Cordón (2015) aseveran que explicar un texto exclusivamente por su forma material sería absurdo y se correría el riesgo de incurrir en un simplismo. Para ellos, la aparición de las tecnologías de información electrónica cambió radicalmente el concepto del libro.

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A principios de los años 1990 aparecen en línea las primeras versiones electrónicas de periódicos a través de servicios comerciales como América Online o CompuServe. Con la aparición del primer navegador a finales de 1993 y gracias al desarrollo rápido de la web, numerosos "zines" (boletines) no comerciales empiezan a proponer una versión electrónica, o nacen directamente en forma electrónica. Desde 1995, los órganos de prensa impresa empiezan a crear sus propias páginas web (Lebert, 2010).

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Roque Rivas Zambrano* El libro es el mejor aliado del conocimiento

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Estos cambios están íntimamente ligados a la transformación que sufrió el libro a lo largo de los últimos años, en los hemos visto aparecer un nuevo tipo de paradigma vinculado igualmente con los cambios en sus formas de producción, reproducción y consumo. Estos cambios no afectan solamente a los procedimientos de lectura, sino a los intercambios sociales, a nuestras relaciones con el entorno y a todo el conjunto de prácticas relacionadas con el lenguaje (Arévalo y Cordón 2015).

Esto no quiere decir que el libro impreso desaparecerá. A pesar del triunfo de los documentos digitales, el libro en su materialidad resiste los embates de las tendencias tecnológicas. Sin embargo, las nuevas formas de producción, edición y distribución se desarrollan paralelamente. Para muestra, las librerías digitales como Amazon. A decir de Francisco García (2008), el fenómeno de la digitalización triunfó en el área de la fotografía, audiovisual, la música y hasta los mapas. Además, se extendió al campo de las revistas, la prensa y la televisión -donde ya se anunciaba un apagón analógico-, dándoles una velocidad competitiva,

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sin dejar a un lado el impacto que tienen en la información comercial. En medio de todo este panorama, según García, el libro parece ser el “único bastión del viejo universo de los medios no digitales” que prevalece. El libro digital: un mundo de ventajas Sin duda, las ventajas más grandes que posee el formato digital frente al impreso son las de almacenamiento y la reducción en costos y tiempos de producción y distribución. Francisco Fernández (2007) hace una división en la que concluye que la tecnología impresa es más apta para la literatura de ocio, obras de reflexión y estudio como manuales básicos. En cambio, la tecnología digital resulta útil para revistas científicas, literatura no convencional, obras de referencia y de consulta. Su idea se sustenta en la tesis de que la información registrada, desde tiempo inmemorial, en materiales como la arcilla, papiro, pergamino o papel, perseguía el fin de la permanencia en el tiempo o, lo que es lo mismo, lo inalterable y perdurable. Por otro lado, la información


De todas formas, más allá del fin que se persiga con la publicación de una obra, es indispensable reconocer los atributos de los libros electrónicos que, ahora mismo cuando las formas de relacionarse y aprender están limitadas por una emergencia sanitaria que restringe el contacto físico, se han convertido en los instrumentos que permiten seguir aprendiendo, sobre todo en los niveles de educación superior. Karsenti (2017), citado por José Cordón (2018), “Las desventajas del libro electrónico son, en buena parte, las del soporte: el ordenador, un dispositivo complejo y complicado, y por tanto frágil”. Francisco García, docente español

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Interactividad: el entorno digital permite la comunicación entre los creadores de contenidos o con los propios contenidos. Acceso: el tiempo y el lugar son dos variables inexistentes en el entorno digital, que permiten acceder a los contenidos independientemente del sitio o de la hora. Vocabulario: las prestaciones de consulta de palabras y su contextualización facilita una mejor comprensión de las obras y un mayor enriquecimiento en la lectura. Toma de notas: los sistemas de anotación vinculados con las diversas aplicaciones de lectura son una herramienta potente de enriquecimiento de los textos. Búsqueda: la posibilidad de recuperar personajes, términos y lugares favorece el efecto de recordatorio y la asimilación de los contenidos.

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enumera las siguientes ventajas de los libros electrónicos, en las áreas cognitivas, afectivas, sociales, económicas, ecológicas y de portabilidad.

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El libro es el mejor aliado del conocimiento

electrónica, busca sobre todo la transmisión inmediata. Así, a diferencia de la información impresa que implica procesos de producción y distribución mucho más lentos y costosos, lo digital procura una comunicación más rápida, efectiva y frecuente.


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Lectura en voz alta: la función VoiceOver, u otras similares, permite reducir las dificultades de lectura de aquellos que cuentan con algún tipo de discapacidad. Individualización: la adaptabilidad de los textos a las circunstancias particulares de cada lector facilita su legibilidad. Aprendizaje: la combinación de herramientas de diversa naturaleza en una sola obra favorece los procesos de aprendizaje. Actualización: en el entorno digital las actualizaciones adquieren mayor regularidad y fluidez que en el impreso. Regularidad de lectura: las estadísticas muestran que los lectores digitales leen más frecuentemente que los lectores de textos impresos. Tiempo de lectura: también leen durante más tiempo. Organización: las posibilidades de organización y clasificación son mayores en los libros electrónicos. Agrupación de prestaciones: en una tableta o un dispositivo móvil se cuenta con una gran diversidad de aplicaciones que

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pueden emplearse conjuntamente en la lectura. Variedad: la cantidad de textos disponibles permite que se pueda elegir entre múltiples opciones. Almacenamiento: la capacidad de almacenamiento de los dispositivos de lectura posibilita tener a la mano una biblioteca en permanente expansión. Interés: la familiaridad con el entorno digital atrae a los jóvenes hacia cualquier producto derivado del mismo. Multimedia: la integración de contenidos de sonido, imagen y texto favorece el efecto de gamificación y de interacción con los mismos. Confortabilidad: la experiencia de lectura digital es agradable y atractiva para los lectores más jóvenes. Adaptación: la personalización de dispositivos y de aplicaciones posibilita que cada lector articule su entorno de lectura. Socialización: el desarrollo de la lectura social permite que se pueda compartir fácilmente aquello que interesa entre lo que se lee.


A pesar de que son grandes ventajas, en ocasiones lidiar con ellas puede resultar abrumante. Algo que caracteriza al campo de lo digital y que lo vuelve superior es su ilimitada capacidad de almacenamiento. Para Antonio Rodríguez de las Heras (1999) basta con pensar en lo maravillados que podemos estar cuando abarcamos con la mano un disco de doce centímetros de diámetro y decimos: ¡que ya no son “megas”!, ¡que son “gigas”! Y, sin embargo, es la misma superficie redonda para contener cada vez más cantidad de información. De la misma manera que asomándonos al pozo sin fondo que es el mundo de la red, vemos que sigue recibiendo cada vez más y más información sin que dé la sensación de colapso. Es esta sobreinformación la que obliga a desarrollar mecanismos

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para ser más selectivos a la hora de elegir qué es lo que queremos leer o cuál es el material que nos ayudaría a transmitir los conocimientos en el aula, ahora que es más complejo poder explicar las cosas ante la imposibilidad de la presencia física. Como docente que lleva 25 años en el ejercicio, dictando de la cátedra de Periodismo, experimenté la difícil transición del impreso a lo digital. Cambiar la biblioteca física, la sensación de pasar las hojas con los dedos, el olor de los libros arrumados en un rincón por mucho tiempo, por la organización del material en PDF que me parecía útil para mis estudiantes en una biblioteca virtual fue un desafío. Por mucho tiempo, me dediqué a investigar la existencia de textos nacionales, escritos por reporteros, para enseñar periodismo. No encontré ninguna guía práctica. Muchos colegas publican sus trabajos (reportajes, crónicas, entrevistas, y más) pero ninguno optó por escribir sobre las técnicas del oficio. Fueron los libros digitales de profesores argentinos, chilenos, brasileños, colombianos, peruanos, bolivianos, venezola-

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Intercambio: el intercambio de lecturas de interés a través de diferentes medios forma parte consustancial de los libros electrónicos. Colaboración: todas las herramientas de socialización facilitan igualmente la colaboración (Cordón 2018).

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nos, mexicanos, estadounidenses y europeos los que me sirvieron de soporte y de apoyo para crear dos manuales que empecé a usar para mis clases: uno de crónica periodística (Duendes urbanos) y otro de Deontología (La palabra encarcelada). Las reflexiones compartidas por los colegas extranjeros también fueron de suma importancia para la elaboración de ensayos que publiqué en la revista Textos y Con-

textos sobre géneros periodísticos y otros desafíos más actuales de la profesión. Creo que esta producción de conocimiento, que luego socialicé con mis estudiantes, no hubiera sido tan prolífera sin el acceso a todos los libros digitales que están en la web y que constantemente se actualizan conforme los panoramas comunicativos van cambiando. Además de esto, también pude elaborar una lista que pone a dis-

Definición del libro

El libro es el mejor aliado del conocimiento

Desde un punto de vista clásico, el Diccionario de la Real Academia (2001-2008) resume bien los tres parámetros de una definición del libro y el conflicto entre ellos: 1. El que se refiere a la forma o soporte: “Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen”. 2. El que se refiere a su contenido: “Obra científica, literaria o de cualquier otra índole con extensión suficiente para formar volumen, que puede aparecer impresa o en otro soporte”. 3. El que se refiere a la constricción legal: “Para los efectos legales, en España, todo impreso no periódico que contiene 49 páginas o más, excluidas las cubiertas”. 4. Hay contradicciones entre la definición basada en la forma y en el contenido, prevaleciendo en último término la forma: “Cada una de ciertas partes principales en que suelen dividirse las obras científicas o literarias, y los códigos y leyes de gran extensión” (García 2008).

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Las posibilidades que presenta el libro, ya sea en su versión impresa o digital, para seguir construyendo y socializando el conocimiento son infinitas. En ellas radica la trascendencia que tienen los textos en el aula. Sin embargo, es imprescindible saber discernir entre toda la información que está a nuestra disposición para adaptarnos a una nueva realidad más compleja y no por ello menos prometedora.

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líticas, las encuestas, las organizaciones internacionales, entre otros.

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posición de los alumnos 300 temas de periodismo. Las grandes temáticas que abarcan estas propuestas tienen que ver con los nuevos conceptos del periodismo, la historia de la Facultad en la que se preparan a diario los reporteros (Facso);el origen de las asignaturas de periodismo e Impresos; los gremios como la Unión Nacional de Periodistas (UNP) o el Colegio de Periodistas de Pichincha y su trayectoria; los géneros periodísticos y sus técnicas; las nuevas plataformas digitales: radios (comunitarias o corporativas), canales universitarios, periódicos, revistas, blogs, entre otros. Las emergentes formas de capacitación a través de Internet también forman parte de este paraguas, así como los clubes de periodismo en escuelas y colegios. Los problemas sociales como femicidio, niñas madres, curas pedófilos, violencias y conflictos, migración y las consecuencias de fenómenos naturales deben ser indagados desde el campo del saber. Al igual que el papel de las mujeres periodistas, los desafíos de las redes sociales, las noticias falsas y la ética, la función del humor a través de la caricatura; las campañas po-


Roque Rivas Zambrano*

BIBLIOGRAFÍA •

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El libro es el mejor aliado del conocimiento

Arévalo, J. y Cordón, J. (2015). El libro como sistema: hacia un nuevo concepto de libro. Cuadernos De Documentación Multimedia, 26, 25-47. Recuperado de: https://bit.ly/3kgvij7 Fernández, F. (2007). El uso beneficioso del libro impreso y del libro digital. Documentación de las Ciencias de la Información, 30, 277-294. Recuperado de: https://bit.ly/36l5ZYw Fernández, M. y Caballero, P. (2017). El libro de texto como objeto de estudio y recurso didáctico para el aprendizaje: fortalezas y debilidades. Universidad Camilo José Cela, España. García, F. (2008). El libro electrónico y digital en la ecología informacional: avances y retos. España. Lebert, M. (2010). Del libro impreso al libro digital. NEF, Universidad de Toronto, Canadá. Rodríguez de las Heras, A. (1999). El libro digital. Universitat de Barcelona, España. Toledo, P. y Sánchez, J. (2002) El libro digital: nuevos formatos de lectura. Comunicar, 19, 126-135. Recuperado de: https://bit.ly/3n72ITq

* Roque Rivas Zambrano. Catedrático de la Facultad de Comunicación de Social de la Universidad Central. Ex editor del diario La Hora. Tiene un postgrado en Opinión y Periodismo en Argentina. Participó en más de 100 talleres de periodismo dentro y fuera del país. Tiene experiencia en radio y en consultoría. Recibió el Premio Nacional de Prensa (1997) entregado por la Unión Nacional de Periodistas (UNP) y la condecoración al Mérito Laboral entregado por el Ministerio de Trabajo. Su novela inédita ‘Pueblos fantasmas’ ganó el segundo lugar del concurso organizado por la Universidad Central del Ecuador, en el que participaron docentes, estudiantes y empleados de la entidad. En el 2015, recibió el primer premio en la categoría ‘Nuevas Tecnologías’, en el concurso Eugenio Espejo organizado por la UNP, por su blog ‘Solo periodismo’. En el 2016, la misma entidad le otorgó una mención de honor por su ensayo ‘Diez pasos para escribir una crónica’. Además, la Facultad de Comunicación Social (FACSO) le entregó un reconocimiento por su obra literaria y su trayectoria.

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Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo*

La importancia del libro en la Universidad

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l libro es un elemento fundamental dentro de la vida académica, nos conlleva a entender el mundo que nos rodea. Un componente es la correcta lectura que se realiza, al momento de poseer un determinado libro, por parte de los estudiantes universitarios. Se plantea, una lectura de la realidad que está en base a la adquisición del conocimiento. Según Rojas y Valdivia (2017) manifiestan, los estudiantes desarrollan una interacción espontánea al hablar de sus lecturas con sus compañeros y maestros, pide con-

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sejos a profesores y bibliotecarios acerca de temas, autores o títulos. Dentro de la academia disponen de bibliotecas virtuales u otros repertorios bibliográficos. “Los estudiantes demuestran en su aprendizaje un acervo y habilidades demostrativas de su dedicación a la lectura” (Rojas y Valdivia, 2017, p.5). Los estudiantes comunican de forma oral las vivencias del lector dentro de variados temas, tipos textuales y géneros. Puede desarrollarse una exploración mediante el intercambio verbal entre estudiantes y maestros.

La importancia del libro en la Universidad

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Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo*

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No podemos dejar a un lado, el lugar especifico donde se encuentran los libros para el estudio de asignaturas dentro de las universidades. Ramírez (2018) define a la biblioteca como una instancia que propicia el lazo, entre el universo de los lectores y el universo de los recursos bibliográficos, documentales e informativos.

La importancia del libro en la Universidad

La biblioteca en esencia es una institución que participa en la formación de la sociedad, “en ella se encuentran los recursos indispensables para el aprendizaje, la producción y la innovación del conocimiento” (Ramírez, 2018, p.11).De este modo, ofrece la posibilidad de ampliar y diversificar la cultura. En palabras de Rojas y Valdivia (2017), esta acción se presenta cuando el estudiante haya ganado confianza, interés y prácticas en el ámbito de la lectura. Este proceso de intercambio personal de ideas es la que permite una aproximación más cercana a la realidad del tiempo consagrado a la lectura. Aquí se analiza que la utilización de los libros es elemental en el desa-

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rrollo de las lecturas complementarias, que ayudan a la formación académica y de conocimientos en los estudiantes universitarios. En este sentido, revisar los contenidos y temáticas, también es relevante. Por otro lado, la forma de concebir el libro está basado en una correcta lectura. Ramírez (2018) complementa esta idea, afirmando que algunas universidades se consolidan como espacio de formación de lectores, en donde se ofrecen programas para promover la lectura por gustos, en los que se utilizan no solo la enseñanza y la práctica de géneros literarios, sino también actividades culturales como ciclos de cine, exposiciones pictóricas, puesta en escena o presentaciones musicales. Lo mencionado anteriormente tiene el objetivo de complementar o ampliar mas allá de la teoría de algunos temas impartidos en clases. Se va reflejando una serie de importancia que trae consigo el libro en la configuración de la vida universitaria. Desde esta línea, algunas de las universidades de diversas partes del mundo han re-


Uno de los proyectos realizados que ha tenido un enfoque de aportación y conocimiento social, es la que presenta en su análisis, la catedrática Gloria Rincón, donde Desde esta lógica, la catedrática muestra elementos y factores que Gloria Rincón, manifiesta un prohan desarrollado los estudiantes yecto dentro de esta Universidad de la Universidad del Valle del Valle, donde los estuen la ciudad de México. diantes están orientados a La lectura la lectura entrelazada se ha convertido La lectura se ha concon la enseñanza. Baen un factor social relevante, vertido en un factor sada en instrumentos “se plantea que social relevante, “se que permitan una mileer y escribir, además plantea que leer y esrada global del prode ser prácticas cribir, además de ser ceso (encuestas, propias de la cultura practicas propias de análisis de docuacadémica universitaria, la cultura académica mento institucional) y son condiciones universitaria, son con- del desarrollo de un país otras de más profundidiciones del desarrollo y del funcionamiento dad (grupos de discude un país y del funciosión y estudio de caso). de la namiento de la democraCentrada en aquellas exdemocracia. cia” (Rincón, 2015, p.11), periencias valoradas positipor dos razones: La primera es vamente por los estudiantes, que a través de la lectura se pro- cuya finalidad es entender un paduce y se socializa la actividad, norama más amplio. No solamente tanto académica como científica, leer la información que contiene un

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Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo*

por lo tanto, un país con débiles niveles de lectura no construye buenas bases para producir saberes. La segunda es que en el mundo moderno actual, la vida social y la democracia esta mediada por la lectura. Se observa en actividades como elección de autoridades, análisis de un plan de gobierno o reclamación de los mismos derechos.

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La importancia del libro en la Universidad

alizado proyectos enfocado a la relevancia que tienen los libros dentro de los estudios universitarios. Impulsando actividades académicas que denotan la buena proyección de conocimiento basado en un accionar de lectura constante.


Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo* La importancia del libro en la Universidad

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determinado libro, sino nuevas miradas y formas de emprender la lectura. Otra de las instancias de estos proyectos está dentro de la Universidad del norte de Barranquilla, en Colombia, donde Gillian Moss presenta el denominado programa institucional de eficacia comunicativa, que luego de dos niveles generales de enseñanza de estrategias básicas de lectura y escritura se extiende a lo largo de las carreras que dicta la Universidad al interior de algunas de las asignaturas especificas. En una segunda etapa del programa que muestra Moss (2016), se centra en un trabajo mancomunado de la preparación previa de niveles mencionado con anterioridad. Los profesores se ocupan en el asesoramiento de estas actividades lectoras incluso en horas fuera de clase. Esta idea también plasma que estudiantes se inclinen en fomentar este tipo de labores en sus prácticas futuras cuando egresen. Se dice que todo estudiante universitario debe afrontar la lectura y producción de textos de diversos géneros.

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Antonia Jarvio a modo de reflexión propone dos instancias de este tipo de lectura en la Universidad de Salamanca y es la línea de promover el servicio de bibliotecas digitales, la posibilidad de llegar a mas textos con facilidad de acceso pocos costosos o gratuitos. Sin embargo, expresa las Como consecuencia de este desa- ciertas irregularidades o distracrrollo tecnológico, se observa ción que puedan existir en el como estas manifestaciones que campo de lo virtual. Es por esto se derivan de la utilización de que los estudiantes deben tener estos soportes digitales, adquieren familiaridad y gusto por un tema una connotación distinta sobre la especifico, que le permite entrar lectura. Jarvio (2014) estaal mágico mundo del lector y blece, que esta idea de ver lograr la capacidad de enun cambio rotundo de la tendimiento sin obsLas nuevas formas de lectura lectura física, trae contáculo alguno. sobre todo sigo nuevas expresioen grupos de jóvenes nes comunicativas. El libro siempre esgiran en torno Las nuevas formas tará presenta en el al advenimiento de lectura sobre todo campo universitario, de innovadoras en grupos de jóvenes es un elemento iminterrelaciones giran en torno al adveniprescindible en la forsociales. miento de innovadoras inmación profesional y de terrelaciones sociales. Sin conocimiento. Tal son estas dejar a un lado, que es una de las acciones impartidas por diferentes características de esta generación universidades en busca de mejoría con mejor capacidades cognitivas, y conexión entre estudiantes y el que llegan a comprender instan- contenido de los libros.

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Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo*

cias de escritos que se plasman en ciertos textos.

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La importancia del libro en la Universidad

Cabe mencionar otro de los factores que actualmente gira en tono a un libro, está bajo la mirada de la evolución tecnológica y es que el libro físico ha migrado a nuevos soportes digitales. Antonia Jarvio, nos muestra el comportamiento de la imposición digital hacia el lado de los libros tradicionales dentro de la Universidad de Salamanca.


Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo*

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BIBLIOGRAFÍA • • • •

La importancia del libro en la Universidad

Gillian Moss “Una mirada de los géneros discursivos de la Universidad del norte “(2016), Colombia. Editorial Universidad del Norte Antonia Olivia Jarvio “Lectura digital en el ámbito de la Universidad de Veracruz” (2014), México, Edición Universidad de Salamanca Gloria Rincón “Lectura y escritura académica en la Universidad del Valle”(2015),México, Editorial Universidad del Valle Ramón Rojas y Maritza Valdivia (2017) “Lectura en la universidad una experiencia de espíritu” (2017), La Habana, Editorial Universitaria Leyva Ramírez “La biblioteca universitaria como espacio de formación de lectores” (2018),México, Editorial Universidad autónoma de México.

* Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo. Actualmente cursa el Séptimo Semestre en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Desarrolla proyectos en networkmarketing digital y proyectos académicos virtuales en relación a libros notas, datos sobre diferentes conocimientos que ayuden a diferentes estudiantes universitarios de Latinoamérica.

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Michael Peñafiel*

Los libros como maestros

Pasando lentamente las páginas penetró en mi alma un mundo cuya existencia hasta entonces había ignorado, en el que nunca había pensado, que nunca había sentido, y allí se quedó. Muchas cosas que hasta entonces sabía y sobre las que había meditado se convirtieron en detalles en los que no valía la pena insistir y otras que ignoraba surgieron de sus escondrijos y me enviaron señales.

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Orhan Pamuk, La vida nueva

omo instrumentos de enseñanza, los libros nos permiten, sobre todo, cuestionar lo establecido. Desechar ideas obstinadas y viejas. Permiten al alumno dudar de los educadores. Le dan la posibilidad al aprendiz de detenerse a contemplar las palabras carrasposas del profesor, y examinarlas con lupa. Porque, en cierto sentido, un libro es un instrumento mental óptico; permite ampliar o disminuir los hechos de nuestra existencia. Esta variación del tamaño es útil porque en ocasiones es necesario amplificar el efecto de las lecciones históricas en nosotros, mientras que en

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otras circunstancias es necesario disminuir las angustias relacionadas al deber ser. En un sentido literal, un libro es un conjunto de páginas donde se ha establecido un orden para narrar o exponer algo. En un sentido educativo, un libro es una secuencia de razonamientos, pruebas y sentidos expuestos; comprende datos e interpretaciones científicas o personales de cómo se comportan las cosas y como deberían ser o como podrían ser. Al respecto, hay maneras de ver la utilidad que un libro proporciona. Los libros más útiles,

Los libros como maestros

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Michael Peñafiel*

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decía Voltaire (decir es más una expresión que una literalidad) "son aquellos de los que los propios lectores hacen la mitad, amplían los pensamientos cuyo germen se les ofrece, corrigen lo que les parece defectuoso, y fortifican con sus reflexiones lo que les parece débil"1. Ellos nos permiten aprender en la propia reflexión. No son biblias que puntualizan lo que se hace o se deshace ante el juicio de un ente omnipresente rector.

Los libros como maestros

Como cualquier estudio empieza por una pregunta, los libros son imprescindibles. Nos permiten charlar, como afirmó Descartes en su

1

Diccionario de Filosofía, 1975.

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Metafísica, con las mejores mentes del pasado; discutir mentalmente con los argumentos que han llegado a elaborar y que aparecen con voz propia en un paisaje mental para discusión. Posibilitan que recorramos caminos elaborados e intrincados de un laberinto reflexivo de las cosas, hasta encontrar salidas simples y bellas a los enredos más trascendentes de las dudas humanas. Cuando los libros no se leen, no hay más utilidad en ellos que la capacidad de sus hojas de quemarse para una fogata o en su rigidez como punto de apoyo.


1

Carta a Oskar Pollak, 1907.

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Michael Peñafiel*

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Los libros como maestros

Los libros técnicos, por una parte, tiva. Le dan cuerpo a su propia igson un grupo de preguntas. De una norancia y la moldean. Aceptan la pregunta derivan las respuestas verdad como ejercicio de duda. que se enseñan en las escuelas, Los lectores más superficiales velos colegios y las universidades. rifican sus actitudes y evalúan poLos estudiosos son expertos en sitivas sus decisiones en la hacer preguntas. Son prelectura. No toman al libro guntones entrenados que como una alegoría de su Leemos registran las conclusiocueva platónica. No reen la literatura nuestras propias nes a las que llegaron y húyen de sus hábitos y la forma en la que lle- angustias y creencias; costumbres intelectuao reafirmamos garon a ellas en un pales y humanas, solo biaquello de lo que quete de hojas unidas blifican los párrafos y no dudamos por pegamento (eso a lo las oraciones de sus o renunciamos que llamamos libro). De lecturas favoritas. Enala lo indudable tal modo, los libros amplifitecen lo dicho por el autor can nuestra capacidad de cuando es afín a su cosmovidudar y formular preguntas. Volver- sión. Para ellos se trata de gustos, nos expertos en hacerlas. no de descubrimiento, de comprensión del mundo y de los otros. Las novelas, los cuentos, la poesía No quieren vivir fuera de las págiy otras literaturas, por otra parte, nas, sino en mundo adecuados a son formulaciones de escepti- ellos. Kafka escribió2 al respecto: cismo menos explícito. Leemos en "Si el libro que estamos leyendo no la literatura nuestras propias an- nos despierta de un golpe en la cagustias y creencias; o reafirmamos beza, ¿para qué lo estamos leaquello de lo que no dudamos o yendo? ¿Para qué nos haga renunciamos a lo indudable. Los felices (…)? Dios mío, seríamos buenos lectores, con más frecuen- felices precisamente si no tuviéracia, optan por la segunda alterna- mos libros, y el tipo de libros que


Michael Peñafiel*

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nos hacen felices son el tipo que escribiríamos nosotros si tuviéramos que hacerlo. Pero necesitamos libros que nos afecten como un desastre, que nos duelan profundamente como la muerte de alguien que quisimos más que a nosotros mismos, como estar desterrados en los bosques más remotos, como un suicidio. Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado dentro de nosotros".

Los libros como maestros

Asegurar que los libros no son más que un tipo de vida me parece poco astuto, risible y de tontos. Los libros son un medio de registro donde dejamos constancia de lo que es la vida. No son la vida en sí misma. La vida es otra cosa, una constante reflexión de la muerte. Pero los libros hacen posible contemplar la vida de otros en buena medida (lo que es parte de vivir, y

una buena parte). Es así, que me permitiría afirmar que los libros son educadores por excelencia. No porque nos den lecciones a raja tabla, sino porque nos hacen maestros de nosotros mismos. No se lee por pompa, por estatus o competencia cuando se lee de verdad, se lee porque la muerte es muy costosa. La lectura y el libro son acto e instrumento de aprendizaje más autónomo que compartido. Merecen la pena tiempo para ser perfeccionados ambos. Parte de leer es pensar lo leído; esto puede ser por días, semanas, años, o simples horas o minutos. Pero leer y pensar, como vivir y respirar, no pueden ser el uno sin el otro. Por eso, los libros son tan importantes en la enseñanza.

* Michael Peñafiel. (Quito, 1997) es estudiante de Economía y Matemática de la Universidad Central del Ecuador. Fue asistente de investigación en el Instituto de Investigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas. Actualmente, es asistente de investigación en el Instituto de Pensamiento Político y Económico de ADDI.

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Juan Carlos Morales*

La inmortalidad hacia atrás

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e los varios objetos de la casa –está el gallo de colores comprado en Pujilí- dos se destacan. El uno, es el Quijote, ilustrado por Doré y que está algo desvencijado, y el otro es un librito de una pulgada y media, de pequeñas frases de la Nueva Crónica y Buen Gobierno, de Guamán Poma de Ayala, editado por los Libros Más Pequeños del Mundo, una creativa empresa de Lima, Perú, quienes también han publicado las desventuras del Caballero de la Triste Figura, enamorado de Dulcinea y que se volvió loco leyendo libros de caballería.

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Las dos obras cuentan con ilustraciones maravillosas, que pertenece a dos mundos distintos. Si por un lado tenemos a un Alonso Quijano iluminado frente a los molinos de viento, junto a su escudero Sancho, por el otro está la denuncia de un cronista nativo ante la decapitación de Túpac Amaru. Los dos escritos son una crítica al poder y están narrados desde las propias penurias de la cárcel o del exilio en su propia tierra, en un formato –merced al alfabeto- que llevó a decir a Borges que el libro es una de las más singulares invenciones humanas:

La inmortalidad hacia atrás

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Juan Carlos Morales* La inmortalidad hacia atrás

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“Emerson dice que una biblioteca es una especie de gabinete mágico. En ese gabinete están encantados los mejores espíritus de la humanidad, pero esperan nuestra palabra para salir de su mudez. Tenemos que abrir el libro, entonces ellos despiertan”.

otro lugar, en el pasado, lo ha escrito como un pensamiento todavía no pensado, hasta que por azar, siempre por azar, descubrimos el libro donde está claramente expresado lo que había estado, confusamente, no pensado aún por nosotros. No todos los libros, desde luego, sino ciertos libros que Carl Sagan creía que estos objetos parecen objeto de nuestro pensarompe las ataduras del tiempo: miento y nos están destinados. “Un libro se hace a partir de Un libro para cada uno de un árbol. Es un conjunto nosotros. Hace falta, para Umberto Eco ambién lo dijo: de partes planas y flexiencontrarlo, una serie de “Quien no lee, bles (llamadas todavía acontecimientos encadea los 70 años “hojas”) impresas con nados accidentalmente habrá vivido signos de pigmentación para que al final uno vea una sola vida, oscura. Basta echarle un la luz que, sin saber, está la propia! vistazo para oír la voz de buscando”, escribió Riotra persona que quizás murió cardo Piglia. hace miles de años. El autor habla a través de los milenios de modo Umberto Eco también lo dijo: claro y silencioso dentro de nuestra “Quien no lee, a los 70 años habrá cabeza, directamente a nosotros”. vivido una sola vida, ¡la propia! Quien lee habrá vivido 5000 años: “Mi madre dice que leer es pen- estaba cuando Caín mató a Abel, sar…No es que leemos y luego cuando Renzo se casó con Lucía, pensamos, sino que pensamos cuando Leopardi admiraba el infialgo y lo leemos en un libro que pa- nito... Porque la lectura es la inrece escrito por nosotros pero que mortalidad hacia atrás”. De hecho, no ha sido escrito por nosotros, el Quijote sigue cabalgando tras sino que alguien en otro país, en 415 años. * Juan Carlos Morales. Periodista por la FACSO. Escritor y fotógrafo. Articulista del diario El telégrafo.

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El protagonismo del libro en la Academia

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Ilustración: Xavier León Borja • Como el primer día

Susana Cordero*


Lectura de “Las formas de la pĂŠrdida ............................................................. 83 Susana Cordero de Espinosa Mercedes Andrade, La innombrable ................................................................ 92 Municipio de Cuenca

Extramuros


Las formas de la pérdida se dicen en presente y en pasado; si hay futuro, se anula en la pre-visión de ya ser pasado. Cada instante poético es exigencia de síntesis.

He leído lentamente –merece tal lentitud- el hermoso, indeciblemente dolorido libro de Fabián Guerrero. En su poesía no cabe el ineluctable parentesco de la libertad y la incertidumbre de que hablaba Dostoievski, que repitió Canetti, que repitió Steiner: para nuestro poeta, la libertad es certidumbre de la pérdida, voluntad de decir y decirnos lo que desciende, se fue, dejó de ser.

Extramuros

La realidad simultánea del presente nos permite pensar, crear, avanzar, y la ilusión de preservarlo en la creación escrita, donde, cada palabra es sucesiva: el presente es la realidad del irse, del dejar. La antigua y quizá sabia exhortación a aprovechar el instante niega ese mismo instante, trae pasado y futuro a la vez, a modo de consuelo. Quizá todo es presente. Quizá todo es pasado; el tiempo no es el tiempo, sino su evocación y su recuerdo. Pero el tiempo es palabra esencial de la poesía, donde persisten el recuerdo y la nostalgia. En los poemas de Guerrero, permanece, como las pérdidas que procuramos olvidar y que el poeta exterioriza humilde, verdaderamente.

Susana Cordero de Espnosa*

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Lectura de “Las formas de la pérdida

Lectura de “Las formas de la pérdida”


Susana Cordero de Espnosa* Lectura de “Las formas de la pérdida

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Anticipar, querer, ilusionarnos nos permite la ilusión de sobrevivirnos. La palabra poética, creación al fin, pretende en este libro denunciar anticipaciones, ansias, ilusiones. Es la experiencia acongojada de lo imposible de toda anticipación. El poeta se habla a sí mismo. A la manera de un dios, la palabra poética funda su mundo irrepetible. En otra poesía, el lenguaje despliega sus recursos; aquí, los recoge hacia un decir esencial, ¿Hay como se dice comúnmente, realidades sensibles “demasiado profundas” para las palabras? Sin duda, las hay, las habrá siempre, por eso, la poesía… Nuestra sustancia humana no puede separarse del lenguaje; como en el misticismo, ‘desde el principio de los tiempos Dios solo ha pronunciado una palabra. En esa única emisión está contenida toda la realidad’. Los poetas intentan contener lo real en sus poemas: no son dioses, y en sus textos se alargan la pena o la alegría; son algunas palabras, -las más expresivas, las menores en número- que anhelan cumplir tal aspiración. En los poemas de Guerrero, contamos los poemas por

Extramuros

sus versos, nunca numerosos: Se acercan al ideal del silencio. Pero toda conversación, toda pregunta, cada palabra escrita o dicha son ‘formas de la pérdida’ constato en esta obra, cuyo título resume cuanto Fabián Guerrero ha escrito hasta hoy. Mi lectura de los poemas del luminoso y apretado libro que presentamos es una traducción, es decir, una forma de traición a sus textos, otra forma de pérdida. Presumimos que un escritor hace con la palabra lo que él quiere, pero no es, no puede ser así. Parafraseando a Heidegger, no es el hombre, no es el poeta, es la palabra la que habla; ella nos ‘llama’ a emplearla, a decirla, a ser. El hombre actúa como si fuera el creador y el dueño del lenguaje, cuando este es su señor. La palabra hace desde el poeta, su poesía: Esa palabra que él, a fuerza de vivir y vivirla, convirtió en su palabra… Toma tiempo, prolongado ejercicio, soliloquios sin merma, tachaduras, repeticiones, subrayados, borrones. Días y no-


Plenitud de la ascesis, del vacío que se va conquistando lentamente; que reluce en cada poema construido con pocas y frugales palabras, las indispensables para la enunciación de cada idea, en cada verso. Como la entrega a Dios tiene un costo corporal y psíquico, la entrega a la poesía es exigencia para liberar el espíritu y lograr la virtud de la belleza y la verdad… Cuando el poeta, a fuerza de ejercicio intuitivo, de palabras de los demás poetas, de lecturas en las que se ha mirado como en espejo ajeno (todo espejo es ajeno), ha aprendido a escucharse, a decir, quizá llegue, como a otra forma de pérdida, a la consecución de la palabra anhelada, porque nunca completa. Balbuceos serán siempre sus versos.

Extramuros

Sí, el espejo nos define tantas veces cuantas a él nos asomamos y es, a nuestro pesar, un irremediable presente que nos habla lenta, obsequiosamente, en el silencio de la devastación. El protagonista empieza su canto en el espejo; ¿es el espejo mismo protagonista efímero, forma de oscura y pasajera luz? Estamos ante el poeta y su reflejo. Nunca el poeta es él sin alteración ni menoscabo: cada instante volcado en el espejo, él es el otro; sucesivos reflejos lo definen en un presente indefinido. No hay espejo, salvo, quizás, el

Susana Cordero de Espnosa*

Como los monjes athonitas, / no poseer nada: / ni casa / ni objetos / ni zapatos. / Apenas una estera / para tendernos en la noche, / hasta hacernos carne sobre carne.

El primero de su primer poema es una invocación al espejo, ese vidrio azogado que, si a Borges “le despertaba la aterradora sospecha de que un día reflejaría un rostro que no fuese el suyo o, peor aún, ninguno”, a nuestro poeta le intima a confesar: Es el accesorio que mejor nos define / el ayer de este pelo / y los dientes despoblándolo todo. / El dolor dentro de la mano / que ya toca la primera vértebra cervical. // Y el espejo confía / cada espejo nos confía / la mancha que busca.

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Lectura de “Las formas de la pérdida

ches, conversaciones, lecturas sin fin, vacíos y, alguna vez, de lejos, cierto dolorido perfil de plenitud:


Susana Cordero de Espnosa* El protagonismo del libro en la Academia

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de la poesía, que pueda mostrarnos en pasado. Los tiempos verbales con los que se describe el escritor inciden en el sentido textual; el presente expresa intensamente ante el gerundio ‘despoblándonos’, cómo algo nos despuebla lentamente: dientes, pelo, vista, oído se hallan en su simultaneidad, tiempo del que huyen los gramáticos y se nutre la vida… Voy de poema en poema queriendo, vanidosamente, que cada uno me construya sobre la irremediable pérdida, ya que tener conciencia de la falta es manera, aunque precaria, de ganar la batalla. Me digo que no en vano la primera palabra del título de este libro es forma: al leerlo, entro, entramos en él como en un molde que recibiéndonos, nos vuelve otra forma más de entre esas formas. Otra pérdida. Escribe Steiner en su formidable Después de Babel: ¡Para saber más del lenguaje y la traducción es preciso abandonar las “estructuras profundas” de la gramática por las todavía más hondas de la poesía”

Extramuros

y continúa: El hombre ignora de dónde viene y cuál es el origen de su lamento escribió Schiller aludiendo al ascenso del lenguaje hacia la luz. Nadie sabe de dónde viene… Como el manantial mana de secretos abismos, / así el canto del trovador brota y resuena desde el fondo de sí mismo / y despierta el velado poder de los sentimientos / que en el corazón dormían plácida, maravillosamente”. ¿Cómo traducir las hondas combinaciones de la poesía? ¿El corazón? / Es una barraca negra varias veces / un crematorio que hace su trabajo / entre la ceniza que ensombrece sus orillas. // No como un mecanismo / sino como algo a punto de explotar. Pienso, ‘todo es espera’, será cierta la explosión y vendrá en el futuro la palabra segura que prevemos… El poeta se mira, se dice, sin piedad de sí para sí mismo, detenidamente. Sigue intentando decirse plenamente, después de largos años de haber cumplido con nobleza su tarea poética: se ve, recorre, camina, sueña, sigue su rastro; cada instante suceden interminables cosas entre nosotros


La luz de la ventana muestra un azul oscuro y reluciente pero nada sabemos; todos hemos asistido al polvillo tembloroso en los rayos de sol de la infancia, pero nada aprendimos; atentos al suelo hemos compartido el misterio del hueso nocturno. Sus palabras son densas: hueso, secreto, pájaro agreste en la ciénaga del tiempo. ¿Quién llega ‘repentina y gravemente deformado? Es el tiempo, es su paso ‘cubierto de glorias’, hoy mentira. Desde el yo, desciende o se eleva hacia un plural, un nosotros en el que incluye a todos, sin misericordia: Como si estuviéramos fuera del camino / o que todo esto ya habría pasado / o que simple-

Extramuros

No somos sino lo que fuimos: / los meses y los años / el corazón en las manos // la lluvia y su rumor. // Y la noche al fondo…

Susana Cordero de Espnosa*

mente repitiéramos ideas sobre las mismas cosas. // Pero siempre con el mismo final / en forma de derrumbe / o polvo en mitad de la noche/

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Sí, ‘repetimos ideas sobre las mismas cosas’, y constatarlo es también repetir, ¿no somos, acaso repetición perpetua, piedra sobre piedra, llanto sobre llanto? Su poemario es un mirarse sin misericordia y un intenso, prolongado comprobar lo que fue, lo que es, lo que somos y lo que no somos él, yo, nosotros, de la primera a la última estancia…, -esa forma de estar en cada página-. Y es la constatación de la repetición … fundido con la naturaleza, en la tristeza lenta de la lluvia, de su rumor acuoso, continuo y distante con ‘la noche al fondo”, símbolo supremo. Quisiera poder narrar su libro, ya que criticar es palabra que no condice con ‘poesía’. Narrarlo, porque

El protagonismo del libro en la Academia

y el mundo, nosotros y los otros, nosotros, ya no inocentes de nosotros mismos, y en su mirada poética no hay piedad: Nada sabemos de ese azul oscuro y reluciente / a la luz de la ventana / y menos de ese polvillo que se desprende sin prisa. // Atentos solo al suelo en que se esconde / compartimos el mismo misterio / el mismo secreto. // Como si ya tocáramos el hueso de la noche.


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es imposible agotar su nostalgia. De pronto, sintió de repente la nostalgia de la vieja casa. / el pájaro en el techo / como un consuelo… La nostalgia le devuelve al pájaro en el techo, ¿o el pájaro le devuelve la nostalgia? Todo se entrecruza, se advierte, se anota. ¿Y qué hago yo en esta lenta lectura, en esta soledad amarga en las palabras y en la voz? Estoy de más, como lo estamos todos, de tanto estar adentro, en estos versos densos, de pocas palabras esenciales, y la voz. Su voz. Una mujer sin movimiento / y un hombre que se detiene en su habitación. / No se sabe lo que buscan con sus miradas / o si esperan que algo ocurra. / Pero escuchan voces que no fueron / y ven objetos residuales o rígidos. // ¿O es solo una atmósfera que flota? // Nadie en particular / Y nada directo // son cosas desaparecidas / entre las muchas que se sedimentan / en el fondo de todas las nuestras. // Pero nos miramos los unos a los otros / como sombras que se embisten. El poeta siente pena de esas sombras, de ese no saber lo que bus-

Extramuros

camos ni lo que esperamos, ignorancia que es suya y de todos; nadie en particular, es decir, cada uno; nada directo, es decir, todo verdadero… Sedimentado el pasado aquí, al fondo de las cosas, mirándonos, y en lugar de amarnos en nuestra mutua desolación, nos embestimos en el presente y en el recuerdo del presente que fue: en todo tiempo. Tal es nuestra historia. Porque perder es no olvidar nada/ ni lo propio ni lo ajeno / como un peso tras otro, escribe Formas de la pérdida. Y claro, todo son esas formas, todo son esas pérdidas, y pérdida y forma son una sola cosa. En las formas están los objetos, lo que amamos, lo que añoramos, lo que fue… pérdida continua, sin continencia ni detenimiento. Nos asusta este presente mirando al pasado como por una puerta giratoria que permite entrar para darse de lleno, sin haber salido de ese giro, con lo que ya no es, con lo que se perdió. Es difícil, terrible diría, leer cada línea y convenir en todo con dolor, con hastío, con angustia. Estas palabras duelen, cansan, punzan


Compara intensamente: Es la noche y, al mismo tiempo, no lo es. / Va ligera como un soplo / o gotea sin parar / Personificadas las cosas, adolecen de nuestra propia decrepitud: El día tiene piernas y manos / y se ausenta o se despide. / Sin acercarse demasiado nos hace una venia / y nos invita a pasar. / Si el día pasa y no oye nada / cierra los ojos y jamás vuelve a abrirlos. // Hasta hacerse cal. Sin embargo, encontramos humor en esta noche que gotea; en ese día casi infantil, con piernas y manos, que se ausenta y se despide… Que no seamos indiferentes a cada cotidiana despedida, parece querer decirnos en este gesto casi alegre, el poeta. Porque ‘si el día pasa y no oye nada / cie-

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Cuántos de nuestros días han cerrado sus ojos para siempre. El corazón poético va mostrándose y mostrándonos nuestras propias pérdidas en un lenguaje atento, en palabras que callan, sabiamente. La esperanza radica en lo que el ser humano hasta ahora y, como a pesar suyo, no ha podido destruir; la esperanza también se dice en palabras amargas, en antiguas constataciones: La soga contra el cuello de principio a fin: / la tierra o el mar, / el sentido del lugar o el desplazamiento. / Y todo, excepto el árbol, / se pierde o se daña…

Susana Cordero de Espnosa*

rra los ojos / y jamás vuelve a abrirlos.

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Y todo, excepto el árbol… El poeta es un profeta. ¿Acaso no encontramos en cuanto dice, explícita o implícitamente, este dolor universal de la pandemia presente que vivimos?: De nuevo las blancas camas de los hospitales / y estas sillas metálicas / tristes/ repetidas. / El implacable aumento del silencio / o el aire inmóvil, / que no es sino la degeneración del día

Lectura de “Las formas de la pérdida

y acongojan. Conviene, sin embargo, convenir en que lo que encontramos a tientas es lo nuestro; en que el poeta enseña, ensañado, encarnizado contra nuestros optimismos y los suyos, y desvela lenta y dulcemente su arsenal, de armas condenadas a la inutilidad de esta guerra perdida que es la vida.


Susana Cordero de Espnosa* Lectura de “Las formas de la pérdida

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en la noche. / Como una burbuja decrépita / por encima nuestro. Admirable descriptor, sus poemas son cuadros que nos entregan el universo de pérdidas que se propuso mostrar, porque “El corazón escucha / no solo lo evidente/ sino lo vago. / reúne en su cavidad la noche y el día / que son gritos dementes o ruidos bajo la voz / buscándose en los demás. / si pudiésemos pedirle que escuche para nosotros / o sosegarlo, // pero es inagotable la sangre que almacena”.

aire oscuro / o distinta / o cambiante / o evasiva. / Avanza rápidamente / pero no encuentra su lugar, / tampoco las hojas ordinarias que arrastra / que mientras llueve / se tocan.

He intentado responder a la propuesta de parte del creador, de interpretar sus versos… Pero ¿por qué, cómo imaginar que puedo trasladar, aun en mínima parte, para ese ‘alguien’ plural que son ustedes a quienes hoy no veo, el intenso contenido de esta poesía?; si él asumió que puedo decir algo, mi palabra ante la poesía es un reAunque también “No parece des- medo; pobre calco de esta alta reconsuelo, / sino melancolía en alidad indiscernible. De esta alta serio: / de nuevo echamos de poesía. Si la tarea principal del menos / aquel resplandor de lu- ‘lector integral’ consiste en definir, ciérnagas / en el hondo hueco del hasta donde se lo permitan sus pecho. // Y una vez más… fuerzas, el conjunto de intenciones que animan el monólogo ¿de Sí, también los hubo, resplandor dónde, desde qué palabras inducir de luciérnagas. Quizá los sigue ha- sus propuestas sin reducirlas ni lebiendo. A ellos nos acogemos, sionarlas? Si el lenguaje es, como sencilla, cautamente. el río hericlateo, el agua inasible que ya no es y no regresa, ¿cómo Son enigma las cosas, incluso las proponerme, poeta, cómo hamás amadas, las más intensa- berme propuesto condecir con mente repetidas para el corazón: A usted desde este lado ‘otro’ de la veces resulta enigmática la lluvia. vida que es la mía, la nuestra, la / Cae sin causa definible: / con un de tantos de nosotros?

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Susana Cordero de Espinosa, Presidenta de la Academia Ecuatoriana de la Lengua

Lectura de “Las formas de la pérdida

No es para mí, no es para usted la creación una sola palabra, como se dice que lo fue para Dios, que al pronunciar el mundo lo creó a su semejanza… Usted ha tenido el destino de crear. Ha respondido a él, ha constatado línea tras línea, libro tras libro, su poder que, limitado, le lleva incesantemente a

nuevas pruebas, a esfuerzos cuya exigencia sucesiva solo usted constató y seguirá constatando, quizá. Nuevas formas de pérdida vendrán a darnos mayor lucidez y arraigo en esta tierra bella e impredecible. Yo, en el fácil puesto de testigo, no hago más que tratar de evidenciar, como al principio, mis certezas sobre el indudable clamor de su obra humana, humanísima, de principio a fin.

Susana Cordero de Espnosa*

Con qué admirable seguridad funda su palabra; ninguno de sus versos es de duda: todos constatan, afirman, callan: ‘siempre con el mismo final / en forma de derrumbe / o polvo en mitad de la noche’.

Extramuros


Municipio de Cuenca

Mercedes Andrade, la innombrable (Municipio de Cuenca, 2020) dad que la condenará para siempre. Al otro lado del mundo, la espera el científico francés Paul Rivet.

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Mercedes Andrade, la innombrable

A partir de este suceso, Raquel Rodas Morales, configura una narrativa histórica en la que se entremezclan, con una prosa limpia y sugestiva, los eventos de la historia del Ecuador, la sociedad cuencana y su espesura, la vida y el genio de Rivet. Una noche fría y secreta, en la primera década del siglo XX, una joven hermosa huye de Cuenca. Lo hace como un acto de amor. Atrás deja a sus hijos, su esposo, y todas las miradas de una socie-

Extramuros

Con esta obra póstuma, Raquel Rodas se ratifica como una escritora cabal, consagrada a la búsqueda de un proyecto personal, en el que se juntan amorosamente la historia, el feminismo, la literatura.


ÍNDICE GENERAL El protagonismo del libro en la Academia Alegría Crespo .....................................................................................................................................

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¿Puede existir humanidad sin lectura? Óscar Llerena Borja ......................................................................................................................... 19

Doble sentido Los libros en la Universidad Fernando López Milán ................................................................................................ 31 Expreso móvil Babel: Libros y Universidad Álvaro Cuadra ...................................................................................................................................... 45 Lo que recibí de.los libros de la U........................................................................................ 51 Damián De la Torre Ayora

Perdigones El libro el mejor aliado del conocimiento......................................................................... 57 Roque Rivas Zambrano La importancia del libro en la Universidad ................................................................... 69 Alfredo Gabriel Manobanda Clavijo Los libros como maestros ............................................................................................................ 75 Michael Peñafiel

Índice

Línea Recta

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La inmortalidad hacia atrás

Índice

Juan Carlos Morales ......................................................................................................................... 79

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Extramuros Lectura de “Las formas de la pérdida .............................................................................. 83 Susana Cordero de Espinosa Mercedes Andrade, La innombrable ................................................................................. 92 Municipio de Cuenca


AlegrĂ­a Crespo*

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https://issuu.com/home/published/larevista9-

El protagonismo del libro en la Academia

http://www.dspace.uce.edu.ec/handle/25000/22204

LĂ­nea recta


El protagonismo del libro en la Academia

96

LĂ­nea recta

AlegrĂ­a Crespo*


ISBN 978-9942-8661-4-9

9 789942 866149


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