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Ingrid Fugellie / Chile

INGRID FUGELLIE

CHILE

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“La Bauhaus fue el espacio para la reflexión y la teorización del quehacer de las artes y el diseño.”

Es originaria de Punta Arenas, Chile y ciudadana mexicana desde 2009. Es psicóloga por la Universidad Católica de Santiago de Chile, artista visual y académica de la FAD/UNAM. Ha desarrollado una importante labor en gestión cultural. Como artista visual, inició su trayectoria en 1985, exponiendo en espacios culturales, galerías y museos de América Latina y del norte de África y Europa. En gestión cultural, ha colaborado en la organización y coordinación de colectivos artísticos (A-Corpus, Tijera, Revancha del tercer mundo, Asfalto y En tránsito), en muestras e intervenciones grupales, y proyectos editoriales (Gaceta Tijera, 2006-2017 y El libro del Tao. Interpretaciones visuales, 2015).

Como investigadora y docente en el campo de la cultura visual, ha publicado capítulos, artículos y ensayos en antologías y revistas de difusión científica y artística. En enero de 2018 resultó acreedora al premio Sor Juana Inés de la Cruz. Ingrid nos compartió durante su charla, el contexto histórico que acompañó al nacimiento de la Bauhaus y el papel de la mujer en ese momento histórico.

Más allá de los conflictos políticos que sucedieron durante la primera guerra mundial (1914- 1918) como el fascismo italiano, el socialismo, la crisis económica mundial, por mencionar algunos, surgen también las vanguardias históricas y con ello la intención fundamental de transformar la estética como lo hizo el constructivismo ruso.

La Bauhaus y el constructivismo ruso tienen muchos puntos en común. Ambos cuestionan el aislamiento del arte respecto al entorno social, político y cultural de la época, persiguen cambiar el arte y con ello transformar el mundo. Surge como un movimiento utópico comprometido con la política. La Bauhaus fue resultado de los “ismos” en el sentido que el objeto cultural logra transformar al entorno..

Una forma de hacerlo fue gracias a la inclusión de mujeres en esta productividad cultural. En Wiemar el 50% de los alumnos eran mujeres. Más tarde se redujo a un tercio porque, según Gropius, era para “evitar que la institución se perciba como escuela de aficionados”. Limitó y obstaculizó el acceso a las alumnas a ciertos talleres como el de metales y carpintería. A pesar de ello, egresaron diseñadoras como Marianne Brand, Alma Buscher, Annie Fleishmann, Lilly Reich, Lucía Schulz y Gunta Stölzl.

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