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Milagro de amor
Por: Laura Loeza
Ahora les compartiré la historia de Victoria, una mujer fuerte, hermosa y con un sueño permanente: ser madre. Durante su adolescencia enfrentó un grave problema de salud: Cáncer de ovario, por lo que su sueño de ser madre se vio amenazado.
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Victoria venció al cáncer y se transformó en una mujer. Conoció a Ramiro y formó un matrimonio con él. Ambos tenían la ilusión de ser padres; platicaron y decidieron buscar ayuda profesional, eligiendo para ello a una excelente ginecóloga, la cual después de realizarles varios estudios los citó y les dijo amablemente: son una preciosa pareja y serán excelentes padres pero la mejor opción para lograrlo es la adopción; no hay ninguna posibilidad de que Victoria pueda lograr un embarazo.
Victoria siempre tuvo la esperanza de concebir un hijo, pero al recibir una información tan clara de su doctora, se desconcertó, aunque ya había pensado en la idea de la adopción siempre fue solo una idea para ella. Después de asimilar la idea, Ramiro y ella platicaron y decidieron iniciar los trámites de adopción por medio del DIF; fue un proceso largo y nada fácil, acompañado de varios viajes, porque el proceso lo realizaron en otra ciudad.
El matrimonio tuvo muchas decepciones, no les llegaba el anhelado hijo; tenían una sensación extraña, se sentían cerca, pero tan lejos de ser padres; buscaron varias casas hogar, pero cualquier razón impedía concretar el trámite; emocionalmente estaban desgarrados y decidieron realizar un viaje, durante él recibieron la añorada llamada del DIF diciéndoles:Señores les tenemos una propuesta.
El matrimonio quería salir corriendo, tele trasportarse y finalizar su viaje para conocer a su hija. ¡Por fin, llegó la fecha esperada! Le presentaron a su hija.
Tiempo después Victoria pensó: a pesar de desearla tanto y creer que teníamos todo controlado, cuando la recibimos nuestra vida cambió, todo dio un giro extraordinario, dejé de trabajar porque no deseaba perderme ningún detalle de su desarrollo. Yo no soy su madre biológica, pero tengo una mágica conexión con ella, la veo, la siento, la respiro, ¡soy su mamá!. Ella creció en mí más de 9 meses y vivirá en mí toda la vida. Mi sueño de ser madre : ¡se cumplió!
La vida nos lleva por caminos diferentes a los planeados, pero siempre que nos rige el amor esos caminos pueden ser magníficamente sorprendentes.
Me despido con una frase de Lao Tse: ser profundamente amado te da fuerzas, mientras que amar profundamente a alguien te da coraje.