2 minute read

Infertilidad y Medicina Familiar

La infertilidad es un problema que está adquiriendo cada día más auge en las sociedades desarrolladas. La presión social se hace presente a través de preguntas incómodas de familiares y amigos, pues en nuestras sociedades se espera que las parejas recién casadas, empiecen pronto a procrear. La sociedad no prepara ni está preparada psicológicamente para sobrellevar la infertilidad.

Existen muchas causas o factores de riesgo de infertilidad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que una pareja es clínicamente infértil solo cuando no ha habido embarazo después de un mínimo de 12 meses de actividad sexual regular sin el uso de anticonceptivos.

Advertisement

En las mujeres los factores más frecuentes son: los antecedentes de enfermedad inflamatoria pélvica, como consecuencia del incremento de infecciones de trasmisión sexual, los trastornos ovulatorios vinculados a la obesidad y bajo peso extremo, los hábitos tóxicos como el cigarrillo y un aspecto no menos importante, como posponer la maternidad para edades avanzadas; los factores frecuentes en los hombres son: al varicocele y las alteraciones seminales. Cerca de 40% de todas las parejas infértiles presentan una combinación de factores y aproximadamente el 15% no evidencia ninguna alteración objetiva que lleve a un diagnóstico definido.

Durante las últimas dos décadas se registraron tres cambios importantes en el enfoque de la infertilidad. En primer lugar, la introducción de las tecnologías de reproducción asistida ha brindado una oportunidad de estudiar los procesos reproductivos básicos. En segundo lugar, han ocurrido cambios en la sociedad tales como un aumento en la proporción de mujeres mayores de 35 años que buscan el embarazo; este hecho obedece a que la gente se casa a edades más tardías y posterga el embarazo. En tercer lugar, el desarrollo de la biología molecular y de la genética se ha hecho muy importante para el estudio, diagnóstico y evaluación de las parejas, muchas de ellas consideradas hasta ahora como parejas infértiles sin explicación.

De manera general, se considera acontecimientos de la vida familiar pues es un hecho que, para el individuo y la familia, tiene una alta transcendencia. Se producen cambios en la vida familiar también diferentes, que constituyen crisis familiares. En este

Dra. Laura Loeza Montero Médico Familiar Ced Prof 2190556 Ced Esp 09269609

caso, al ser derivada de un acontecimiento accidental se considera una crisis familiar paranormativa o no transitoria en el ciclo vital de esa familia creada. El grado en que las crisis se mantengan o se resuelvan, depende en gran medida de la habilidad y capacidad que tenga la familia para actuar en pro de una adaptación a la nueva situación. Los recursos para afrontar la situación pueden partir de la propia familia (grado de unión que tengan sus miembros para juntos, encontrar soluciones a problemas comunes; el afecto que se profesan entre sí, el propio apoyo que brinda la familia) o llegar desde afuera del grupo familiar (las experiencias de otras personas, las acciones de los servicios médicos especializados que existen en la comunidad, entre otros aspectos).

La infertilidad no debe entenderse como un problema de uno de los miembros de la pareja, sino como una dificultad de ambos. En el abordaje del tratamiento debe contemplarse a la pareja como una unidad y en la medida de lo posible implicar al hombre en todo el proceso, aunque en la mayoría de los casos el peso del tratamiento recaiga sobre la mujer. Dentro de las funciones del médico de familia en los diferentes niveles de prevención está; identificar, evaluar y remitir a consulta especializada todos los casos de parejas infértiles, debe abordar este tipo de situaciones como parte del manejo biopsicosocial, del manejo integral de la pareja, ayudándola a que disminuya factores de riesgo para la salud y prevenga enfermedades producto de tensiones emocionales y estrés. Citando al Médico Familiar Ian McWhinney diré “El médico de familia busca entender el contexto de la enfermedad”.

Por: Dra. Alicia del Carmen López Ríos Médico General y Bariatra Clínica

Cédula Profesional 7914498

Consultorio 208 Christus

This article is from: