CENTRO CULTURAL SAN PABLO
Antiguas celebraciones de Oaxaca para combatir las enfermedades y los sismos Juan Manuel Yáñez García
C
uando pensamos en festividades nos vienen a la mente celebraciones llenas del color y que resaltan la alegría de los habitantes. Este año, muchas de ellas han sido canceladas o pospuestas, acaso por primera vez desde que fueron instauradas, incluso, las que desde hace siglos se impulsaron como medidas “protectoras” de la comunidad ante emergencias, como enfermedades y desastres naturales, de acuerdo con las antiguas creencias. Tal es el caso de la festividad de San Sebastián, por la que, desde el año 1654, se instauró un altar en la iglesia de San Pedro ad Vincula, para detener el avance de una peste que asolaba Italia; ante su reconocida intercesión, las reliquias del santo fueron trasladas de Roma. También en los siglos XIV y XV, la salud de la población europea fue puesta bajo resguardo del santo ante nuevos brotes de peste y, desde muy temprano, su devoción se trasladó a la Nueva España. En la ciudad de Oaxaca, san Sebastián tuvo un altar en la Catedral, así como en la ermita al poniente de la ciudad (hoy, templo de la Virgen de la Soledad) donde se congregaba la feligresía en la fiesta del santo (el 20 de enero) en búsqueda de la intercesión y el alivio de las enfermedades, tal como relata el dominico Francisco de Burgoa en 1674: “Está también en esta iglesia un retablo del glorioso San Sebastián, patrón de la peste, y su día se celebra muy solemne,
Capilla de San Marcial, Catedral de Oaxaca.
con todo concurso de gente, así españoles como indios, con misa y sermón”. Así, el aparato ritual de la ciudad sustenta las relaciones sociales en torno a las festividades con las que pretendían dar certeza, en lo espiritual y lo temporal, a la comunidad. Es por esta razón que san Marcial, antiguo obispo de Limoges, fue nombrado patrón fundador de la ciudad de Oaxaca y protector de sus habitantes contra los frecuentes sismos de la región. En la Catedral tenía un altar desde el siglo XVI, junto a san Sebastián: “En la nave colateral del lado del Evangelio están dos altares: el uno con un retablo de San Sebastián y el otro de San Marcial; son pintados al óleo y bien acabados” y, durante el periodo colonial, su festividad (el 30 de junio) era encabezada por los cabildos, re-
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