A&P nº
44
FEMINISMOS, ARQUITECTURAS Y TERRITORIOS
A&P nº
44
FEMINISMOS, ARQUITECTURAS Y TERRITORIOS Coordinador editorial A&P N°44 PROF. ARQ. MARCELO BARRALE Comité académico Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño Universidad Nacional de Rosario DRA. ARQ. ANA FALÚ MGT. ARQ. ANA VALDERRAMA DRA. ARQ. ALEJANDRA BUZAGLO Compilación y producción DRA. ARQ. ALEJANDRA BUZAGLO Diseño gráfico ARQuelarre colectiva feminista de arquitectura Foto de tapa ARQuelarre/ Segundo Premio “Arquitectas en acción” Concurso de Fotografía Nuestras Arquitectas 2020 Ph: Milagros Ramirez
Edición A&P Ediciones Especiales Impresión XANTO, Conceptos Gráficos ISBN impresa: 978-987-702-514-9 ISBN en línea: 978-987-702-522-4 44a Edición Rosario, Argentina 2021
Contenido Editoriales _ Presentación de la coordinación editorial A&P Especiales / por Arq. Marcelo Barrale
6
_ De puntos de fuga y rupturas de epistemes patriarcales / por Profesora Emérita. Arq. Ana Falú
8
_ El expediente y los palacios y otros cuentos / por Mgt. Arq. Ana Valderrama
20
_Feminismos, arquitecturas y otros territorios en disputa / por Dra. Arq. Alejandra Buzaglo
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios _“Me gustas viva”: de las aulas a las calles_ relato de una experiencia / por Arq. Victoria Funes Antuña
32
_De las psicogeografías cotidianas confinadas a otros territorios feministas_El cyberactivismo y el barrio. / por Dra. Arq. Alejandra Buzaglo
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_Arquitecturas y urbanismos activistas_ Jane Jacobs en Washington Square Park. / por Ana Gurmendi 4
54
_Justicia cognitiva_ territorios en disputas / por Arq. Gabriela Barcia
64
_“Trapitos al sol”_una experiencia espacial y performática / por Arq. Laura Nuccetelli
74
_(Re) pensando la comunidad académica de arquitectes en perspectiva históricocuantitativa de género (Rosario, 1985-2019) / por Arqs.Romina Seri, Ivana Belén Farré, Nestor Martín Acosta y Natalia Schreiber
84
Contenido Otras voces- otras lenguas _Espacio público, privado y doméstico
/ por Dra. María Luisa Femenías
104
_Investigación en diseño, arquitectura y urbanismo feministas / por Dra. Arqs. Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Prof. Emérita Ana Falú, Arq. Florencia Marciani, Arq. Liliana Rainero, Dra.Laura Sarmiento
122
_La vitalidad colectiva de los cuerpos como lugar epistémico / por Dra. Arq. Laura Sarmiento
140
_Hábitat y género en la gestión pública: La Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad
/ por Arq. Mariana Segura, Lic Miryan Denegri y Lic. Erica Osterrieth .
150
_Cartografías del Deseo: dos experiencias de mapeos espontáneos / por Ciudad del Deseo
165
_El espacio universitario generizado: apropiaciones y desvíos / por Mgt. Dg. Griselda Flesler
174
_Políticas de género en las Universidades. Intervenciones sobre violencias sexistas en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (FAPyD) de la UNR / por Dra. Lic. Florencia Laura Rovetto y Lic. Verónica López Tessore
186
_Territorios en Lucha por una Vida Digna. Experiencias y reflexiones colectivas del proyecto de extensión Digna Barria / por Digna Barria
206
_“La columna verde”, intervención Cuadrilla Feminista en el marco de la muestra “Legados. Pañuelos en lucha” en el Museo de la Memoria, Rosario Marzo 2021. / por Cuadrilla feminista
232
_Mujeres activas en la profesión– conversaciones con tres estudios / por Melina Spinetta, BCG estudio, Paula Fierro y Maite Fernández
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PRESENTACIÓN COORDINACIÓN EDITORIAL A&P ESPECIALES por Prof. Tit. Arq.
Marcelo Barrale
Con mucho gusto y expectativa presentamos en esta oportunidad, un trabajo en constante progreso, a su vez muy “extendido” como acostumbramos decir en todos aquellos tópicos que abarca la Extensión universitaria y, así mismo, construido con profundidad, concentración, generosidad y, fundamentalmente podríamos decir, estratégico en el campo de la investigación proyectual aplicada en dimensiones emergentes. También es importante observar los altos niveles de expertis académico, trayectoria y en la misma práctica, que acreditan las personas que han realizado la curaduría, es decir las integrantes del comité académico de este especifico A&P Especiales. Efectivamente FEMINISMOS, ARQUITECTURAS Y TERRITORIOS, este número 44 de la serie, configura un momento muy particular, en la difusión de la contundente labor de este grupo de personas, de muy diversas generaciones y que, en algunos casos, aún siendo estudiantes, han ido construyendo los cimientos de este proyecto, 6
dentro y fuera de los ámbitos de la Universidad Nacional de Rosario. Al momento, la actividad editorial de nuestra institución supone, por un lado, una instancia de difusión con referato, la A&P Continuidad, con todas las restricciones y requerimientos que corresponden; otro formato llamado A&P Periódico que intenta cubrir con agilidad y rapidez, los eventos como congresos, jornadas y debates, seminarios,
Marcelo Barrale
etc. que se despliegan en lo cotidiano de la vida académica en nuestras escuelas; un tercer desarrollo que incluye los proyectos de investigación vigentes, sus resultados y avances y, finalmente de lo que nos ocupamos con este pequeñísimo y ajustado equipo de trabajo que conformamos hoy día: la apreciada A&P Especiales, desde hace unos 15 años, que nos encargamos de fundarla y de su crecimiento. En esta última instancia, abarcamos hasta ahora y en más de 30 publicaciones, los seminarios proyectuales en su conjunto y en particular Morar Carioca, toda la actividad de Extensión de aquellos grupos y cátedras que así lo solicitan, la producción de las asignaturas optativas, y como en este tan esperado número, el trabajo del área de DDHH y Genero de la FAPyD, que es ya reconocido, el más importante de la Universidad Nacional de Rosario.
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PUNTOS DE FUGA Y RUPTURAS DE EPISTEMES PATRIARCALES
DE
por Profesora
Emérita Arq. Ana Falú*
Un agrado presentar esta publicación, la cual da continuidad y sigue la huella de la construcción colectiva que venimos sosteniendo, no sin dificultades, como puntos de fuga y rupturas de epistemes patriarcales consolidadas en las disciplinas de arquitectura, urbanismo y diseños; buscando desde la reflexión teórica y política, o bien desde los contenidos de la formación, desde el hacer, con el fin de la democratización inclusiva y de género. En este sentido esta publicación suma y resulta un
interesante
caleidoscopio de miradas y análisis, en el abordaje de las experiencias institucionales, la practica proyectual,
las reflexiones y aportes
teóricos así como las acciones colectivas, todo lo cual aporta a un campo en construcción. Por lo dicho, celebrar esta edición de Feminismos, Arquitecturas y
Territorios una publicación de A&P Especiales con la Coordinación Editorial del Prof. Titular Arq. Marcelo Barrale y la convocatoria y compilación de la Dra. Prof. Alejandra Buzaglo. 8
La misma se
compone de 16 artículos, y en sus 256 páginas da cuenta de distintos temas y elaboraciones, con un común denominador: visibilizar subjetividades, identidades y discriminaciones naturalizadas desde las epistemes patriarcales y evidentes en el ámbito disciplinar; poner así en valor lo avanzado, significar el proyecto en la decisión e ideas de mujeres, dar voces a los colectivos, y complejizar miradas analíticas.
(*) Profesora Emérita Arq. Ana Falú: Arquitecta argentina activista social, por los derechos humanos y por los derechos de las mujeres. Ha sido Directora Regional de UNIFEM (hoy parte de ONU Mujeres) para la Región Andina (2002-04) y para Brasil y Países del Cono Sur (2004-2009). Ha sido investigadora CONICET y Profesora en la Universidad Nacional de Córdoba en la cual fue Directora del Instituto de Investigación de la Vivienda y Hábitat.
Ana Falú
No solo arquitectas, urbanistas y diseñadoras traen sus perspectivas y experiencias, es significativa la contribución de María Luisa Femenias desde la filosofía feminista, quien aporta con una reflexión sobre lo público y lo privado. Interesante inclusión la de este texto y su abordaje. El mismo recupera uno de los tópicos centrales de las conceptualizaciones y desarrollos teóricos del feminismo de los cuales nos hemos nutrido. Es justamente lo público y privado, uno de los enfoques centrales que contribuirán en hacer luz acerca del funcionamiento y consecuencias del patriarcado en la vida de las mujeres, en sus vidas cotidianas; basado en una concepción binaria y andrógina la cual desde la modernidad, viene signando la vida de las mujeres. Al tiempo que es preciso reconocer que no solo lo publico y privado, evidenciado en la definición de espacios y asignación de territorios diferenciados, que negaron el mundo público y sus espacialidades a las mujeres y les autorizaron y asignaron el mundo privado. Ese mundo doméstico que se devalúa, se despoja de visibilidad y no reconoce su contribución a la sociedad, mundo privado que encierra, despoja de valor el sostenimiento de la reproducción de la vida lo que no se considera trabajo, ni aporte social ni individual; el mismo se define como el ámbito de la entrega y el amor. Espacio, que aún en carencias, en hacinamientos, es el de la reproducción social, de un valor contributivo enorme que las economistas feministas vienen cuantificando.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Otros aportes conceptuales del feminismo teórico significativos refieren a: la división sexual del trabajo, el cuidado, el asimétrico uso del tiempo entre mujeres y hombres, y el tema critico que persiste y se ha complejizado, el del derecho de las mujeres a una vida sin violencias, tanto en ámbitos privados como públicos. Todos ellos necesario de la intersección con las dimensiones del territorio y el espacio. Tiempo y espacio, es uno de los desafíos para interpelar a la concepción burguesa y liberal de la familia que instituye a la mujer como la protagonista del espacio privado. Para dar cuenta de las desigualdades y discriminaciones múltiples, desde el abordaje feminista aprendimos que es necesario un conjunto de instrumentos teóricos, conceptuales y metodológicos. Entre estos últimos, la intersección como la herramienta para poder dar cuenta de las múltiples opresiones que signan la vida de las mujeres, marcadas por desigualdades resultado del neoliberalismo, el patriarcado, el racismo y colonialismo (Falú y Echavarri, 2017)1 no como sumatoria de problemas, sino como opresiones imbricadas, 10
que esos cruces potencian y agudizan discriminaciones.
Así,
la intersección como herramienta analítica y política, para entender un conjunto de condiciones complejas de opresiones simultáneas y en convergencia, lo cual no es igual a sumar condiciones de discriminación. Esta propuesta es desarrollada por afrodescendientes americanas Kimberlé Crenshaw (1989) y Patricia Hill Collins en sus teorías del Feminismo Interseccional. Las negras
(1) Ana Falú, Leticia Echavarri (2017) Derecho de las mujeres a una vida libre de violencias. Incidiendo en las instituciones policiales: capacitación y transferencia de experiencias. Administración Pública Y Sociedad (APyS), (4), 104–121
Ana Falú
y los negros, el potente movimiento negro por los sus derechos ciudadanos, nos dejó muchas enseñanzas como la herramienta de (2) Un buen ejemplo lo ha sido la propuesta de “acciones positivas”, como herramientas de reparación a viejas desigualdades. Tal la aplicada en las leyes de cuotas políticas (o Ley de cupo 1992 Argentina) con la cual se logró no sólo mas mujeres en la política, sino romper con lo simbólico de las restricciones políticas para las mujeres, la idea que “las mujeres no pueden”.
acciones positivas2 para equiparar viejas desigualdades sociales. La interseccionaldad como herramienta analítica que permite conocer “cómo diferentes fuentes estructurales de desigualdad mantienen relaciones recíprocas” (Raquel Plateo 2012, p.26). Esta publicación también contribuye en este sentido, en la interpelación a la sociedad patriarcal sino a la concepción heteronormativa y binaria de la sociedad. Cuestionando así ese mundo de ideas consolidadas en la disciplina siempre pensadas en clave masculina, la cual tampoco integra a todos los hombres, sino solo a los hombres, jóvenes, blancos, productivos y heterosexuales. Desde las arquitectura, urbanismo y diseños, las feministas estamos cada vez mas convencidas de la importancia y la necesidad de reflexionar sobre la intersección de mujeres, géneros y territorios, incluyendo en la categoría mujeres, a la diversidad que las atraviesa,
(3) CISCSA, Centro de Intercambios y Servicios para el Cono Sur, Argentina. Estudios de Violencias y Espacios Públicos, Proyecto Somos Territorios en tres ciudades de la provincia de Córdoba; y estudios sobre Cuidados, en la intersección de territorios y sus vulnerabilidades, mujeres y sus condiciones socio demográficas y los temas específicos de abordaje. Ver: www.ciscsa. org.ar
racial, étnica, etaria, de identidades sexuales, de condiciones físicas, y tantas otras. Al tiempo que es decisivo como categoría analítica, en las ciudades fragmentadas y segregadas de nuestra región, conocer las vulnerabilidades de los territorios. De igual manera es preciso el análisis de los territorios y lo estamos haciendo desde CISCSA3, conocer sus propias condiciones de
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
vulnerabilidad, las que medimos a través de algunos indicadores tales como hacinamiento, población y mujeres migrantes, valor fiscal del suelo, cantidad de niñas y niños, entre otros indicadores. Interesan los territorios, así como las características socio demográficas y otras de la propia población femenina, sus condiciones y tipos de hogares, el número de dependientes. Siendo todas éstas, dimensiones que demandan la intersección para poder dar cuenta de sus complejas entrecruzadas condiciones. Lo dicho se ve agudizado en estos tiempos del COVID-19, de esta crisis civilizatoria, que genera temores e incertidumbres, y se expresa con más virulencia en los grandes aglomerados, desiguales y extensos de América Latina. Allí donde hacemos parte del tejido social diverso y desigual. En donde se hace necesaria la incorporación de las voces polifónicas de las mujeres, todas ellas diferentes, en el ciclo de las decisiones y las políticas sean estas comunitarias, sociales o públicas.
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Entonces parto de asumir que el tema mas desafiante, estructural, que se expresa en los territorios son las desigualdades y la convivencia en la ciudad para mujeres y hombres, para los cuerpos disidentes, se vinculan con las experiencias que viven en los territorios en que les toca actuar. Lo que podemos afirmar es que: •
Las ciudades no son iguales para mujeres, hombres y las
Ana Falú
diversidades •
El colectivo de las mujeres no es uno, sino diverso (etnias,
clase, edad, identidades sexuales, entre otros). •
Es necesario poner en valor lo cotidiano, lo invisibilizado,
•
Solo una interpretación del continuum de lo productivo
y reproductivo posibilitará poner en valor la paridad en la vida doméstica. •
Es necesario entonces interpelar el androcentrismo de la
arquitectura, urbanismo y diseños, para poner en valor la dimensión de lo cotidiano a la disciplina en sus productos, acciones y políticas. Lo dicho, en particular será necesario de reafirmar en la post pandemia,
la cual quizás, como nunca antes, patentizó la
vinculación de salud y territorio, la naturaleza interdependiente de vivienda y ciudad, al mostrar sus más trágicos efectos en las tramas urbanas de desigualdades, tanto en el Norte como en el Sur global. Ciudades en donde las diversas lógicas de extractivismo urbano, se hacen evidentes y adquieren expresión en cada fragmento de la ciudad desigual, de territorios que expulsan, de los bordes y (4) Sassen, S. (2017). Global Cities: Places for Researching the Translocal. The SAGE Handbook of the 21st Century City, 143.
fronteras interiores (Sassen, 2014, 2017)4, las que naturalizan las segregaciones, en las cuales trazan fronteras tangibles o intangibles, en las cuales la desigualdad es un concepto que no alcanza, hay una apropiación del suelo, los bienes urbanos y los cuerpos, en particular los de las mujeres. Al tiempo que en el marco del COVID-19 constata la crisis
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
habitacional, condiciones de las viviendas que son centrales a la sostenibilidad de la vida y salud de las personas, esos espacios de lo privado que median la relación entre lo individual y lo colectivo, entre la casa y el barrio. Es en estas viviendas, en muchos casos precarias y hacinadas, donde aún en esta crisis, se sigue sosteniendo la reproducción de la vida (Hobart y Kneese, p. 1-16, 2020 citado por Ortiz, C. y Boano C.)5 Entonces la consigna necesaria de “quédate en casa” no es igual para todas y todos. Lo anterior reafirma el supuesto de partida común de la mayoría de los artículos aquí reunidos. El cual alude a líneas de trabajo que se vienen desarrollando y buscan significar que los impactos en las vidas de las mujeres son diferenciales -en sus subjetividades y corporalidades-, según como se relacionan a las condiciones de cada territorialidad, en las ciudades donde les toca habitar y vivir. Las preguntas que vienen orientando mi reflexión son: ¿Cuánto y
cómo afecta la omisión de las mujeres, la división sexual del trabajo, 14
lo publico y lo privado, el uso del tiempo, en la arquitectura, el urbanismo y el diseño en la planificación y la arquitectura y diseño en la vida de éstas mujeres?, ¿Qué narrativas y prácticas sustentarían estas nuevas configuraciones de arquitectura, diseños y territorios bajo clave feministas?. Es así que interesan las dimensiones de la materialidad de lo
(5) Duque Franco, I., Ortiz, C., Samper, J., & Millan, G. (2020). Mapping repertoires of collective action facing the COVID-19 pandemic in informal settlements in Latin American cities. Environment and Urbanization, 32(2), 523-546.
Ana Falú
construido, de los instrumentos y herramientas de la gestión de lo publico, sea esta la Universidad, la Ciudad o el Barrio y el mundo de los intangibles y los simbólicos. Y nuevamente la importancia de intersección de estas dimensiones en sus distintas variables, con al menos cuatro escalas de territorio que se hacen necesarias para el análisis: el territorio ciudad, el del barrio, la casa y el del
cuerpo que se habita, nuestro primer territorio, cuerpos diversos en disputa y el derecho a decidir, de identidades y subjetividades que deben ser respetadas. (Falú, 2014; CISCSA, 2019). Sabemos que cada una contiene un conjunto de propias complejidades, al tiempo que no son categorías estáticas y escindidas entre sí, sino que se superponen, generan campos de interacción y operan en relación de interdependencia. A la vez que cada una estará marcada según como se las viva y actué en cada una desde las diversidades de género, étnicas, políticas, religiosas y transversalizadas por el multiculturalismo y la interculturalidad. Habitadas por subjetividades. En cada uno de estos territorios se expresan injusticias territoriales. La escala primera, la del territorio cuerpo, sobre el cual decidir, cuerpos en disputa, violentados, solo a modo de ejemplo tomo el tema de la persistencia de las violencias, en las casas y en los espacios públicos, las violencias sexistas en los ámbitos universitarios (Florencia Laura Rovetto, Verónica López Tessore, 2021) Las (6) Rodríguez, A., & Marino, P. R. (2008). Cohesión social: miedos y políticas de ciudad. URVIO: Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad, (4), 111-120.
violencias en la intersección con los territorios urbanos y no tan urbanos de la ciudad con techos y sin ciudad (Alfredo Rodriguez)6. Cuerpos cosificados, racializados, violentados.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Instrumentos útiles resultan las cartografías de las violencias, las que aluden a las percepciones acerca de las violencias en el espacio público, cartografías, mapas sensoriales, y sus indicadores,
los
que buscan dar cuenta de percepciones y subjetividades, no sólo de la criminalidad que ocurre, sino de la percepción que limita libertades. Estas pueden indicar donde intervenir, como intervenir, que priorizar. El mapeo de territorios posibilita el relato colectivo sobre los territorios. Investigar con quienes habitan desde las percepciones de sus cuerpos y conocer donde actuar. Permiten conocer el “escenario” como sostiene Carballeda,
en el que se
interrelacionan diferentes elementos, condiciones, percepciones, que supone también discursos “detrás de la escena”, es lo que subyace de las construcciones y negaciones del ser mujeres y hombres, discursos y prácticas que condicionan el modo en que las/los sujetos se mueven y se representan la realidad. “Un color rojo sigue siendo rojo cuando nadie lo mira” nos dice Griselda Flesler recuperando a Goethe, visibilidad, invisibilidad, como se ubican los cuerpos, sus experiencias y prácticas particulares y colectivas en un 16
eje espacio-tiempo específico. La escala del territorio casa, la general carencia de un rincón propio, viviendas hacinadas, en donde el mantra necesario de “quedarse en casa” como situación primordial de cuidado ante la pandemia, resulta inviable. Casas de tenencia insegura sobre las que penden la amenaza de desalojo. Hacinamientos (que potencian las violencias),
Ana Falú
desalojos, localizaciones distantes. Mujeres invisibilizadas como usuarias con demandas y necesidades propias (que el diseño no reconoce aún). Somos diferentes, no queremos ser desiguales afirman las mujeres en los asentamientos informales de Córdoba: • (7) El diseño de las viviendas. Aliya Haamid Rao, socióloga de la London School of Economics, en un estudio sobre la distribución de los espacios en las viviendas en las parejas heterosexuales durante la pandemia, dice que los lugares óptimos para trabajar, como habitaciones independientes y despachos, se reservaron para el teletrabajo de los hombres. Y las zonas comunes y de paso, como la cocina o el comedor, para las mujeres. Esta ubicación significó que las madres, a diferencia de los padres, trabajasen solo un tercio de su jornada sin interrupciones. La desigual distribución de espacios –y tiempos– en las parejas heterosexuales ni es un pacto de pareja, ni se refiere exclusivamente a la pandemia. Tampoco es una frivolidad.
Reconocer la heterogeneidad de las formas de vivir y de 7
habitar la multi culturalidad, las nuevas pautas culturales. •
Tipos de hogares en sus diversidades: familias nucleares
heterosexuales, personas solas, parejas homosexuales, familias con hijos o sin ellos, adultos mayores, jóvenes, otros. •
Modelos alternativos de producción de vivienda, no solo en
propiedad, otras propuestas de tenencia segura, las co-viviendas de gestión del estado, vivienda como bien de uso y no de cambio. Los equipamientos, en clave colectiva, por sobre lo individual, politizar lo cotidiano. La escala del territorio barrio, la escala de la proximidad, sea este formal y parte de la trama urbana consolidada, o informal en asentamientos precarios, se erige como el lugar por excelencia donde se vivencian las relaciones de la vida cotidiana. Se trata de
(8) Jacobs, J. (1961). Jane jacobs. The Death and Life of Great American Cities. (9) Falú, A. M. (2020). La vida de las mujeres en confinamiento en las ciudades fragmentadas. Un análisis feminista de los temas críticos.
los territorios en donde se verifica el atributo de la proximidad (Jane Jacobs, 1961)8 en la materialidad de la ciudad construida. Estos barrios, también son testimonio de una particular huella empática de las relaciones de las mujeres (Ana Falú, 2020)9, una memoria que va adquiriendo configuraciones acordes a las diversas fuerzas
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
que disputan la territorialidad de los mismos, las que aluden no solo a los miedos y la exclusión; también se encuentran las relaciones comunitarias, de proximidad, a la solidaridad. El barrio, el de los cuidados colectivos el de Barrio Moreno en Rosario (Digna Barria). La ciudad es de los hombres; el barrio es de las mujeres (Javier Segura del Pozo10). Es posible que así sea, la ciudad se asocia a lo productivo, mientras que el barrio se piensa mas como el lugar
(10) Javier Segura del Pozo (2020), “Salud Publica y Otras dudas”, Madrid.
de los vínculos domésticos, ese lugar imaginado como el reducto de lo cotidiano, las compras, las tiendas, la plaza del barrio, de la infancia, la juventud y los mayores. El espacio intermedio, allí donde se imbrican el espacio privado, puertas adentro, con el colectivo y social. El del tiempo y el espacio de recorridos, de reconocimientos, el barrio se presenta así como una geografía femenina, velada en la desvalorizada vida cotidiana. En particular aquellos de las periferias de las clases medias y populares, donde se entretejen las historias sociales, de ayuda mutua que devienen también de carencias y de privaciones. Allí donde los comedores populares y el cuidado de otros/as encuentra soluciones colectivas y solidarias. Cuánto de lo 18
proyectual y urbano mejoraría los entornos cotidianos, de las plazas, las calles de los barrios, sus equipamientos y servicios. La ciudad, ese cuarto territorio, posiblemente el más complejo, la ciudad muchas veces desconocida, más temida por las mujeres, la que demanda de la accesibilidad, del transporte seguro, posible, la de los parques y las edificaciones de lo común. Esa es posiblemente
(11) Falú, A. (2013). Derecho a la Ciudad, Mujeres y Seguridad Ciudadana en los Gobiernos Locales: Los nudos críticos de las políticas locales en América Latina. Économie et Solidarités, 43(1-2), 86-97. (12) Junio 2015, La Marea Verde, el M8, son símbolos de la irrupción de las mujeres con una fuerte agenda por la igualdad de derechos y oportunidades: decidir sobre sus cuerpos, tener igual salario por igual trabajo y capacidades y reconocer el trabajo doméstico, reproductivo y de cuidados.
Ana Falú
la más compleja de las escalas. Las del tiempo y el espacio, la que demanda de Planes de Ordenamiento Urbano transversalizados por la dimensión de género, como muchas ciudades lo han hecho y lo están haciendo. Servicios de cuidado como infraestructuras urbanas de redistribución. Servicios de salud, de educación. En este sentido, Mariana Segura en su artículo, afirma sobre “La necesidad de articular la organización social con la estructura estatal, con el objeto de no solo lograr el reconocimiento de un derecho, sino también para luego acompañar a que se cumpla, actualizando prácticas y multiplicando el efecto”. Entonces, recuperando el interrogante que propone Laura Sarmiento en su texto en esta publicación, nos preguntamos ¿cuál es la ciudad que el patriarcado posibilita a las mujeres? ¿Cuáles viejas
epistemes interpelamos y cuáles queremos construir? Lo que esta publicación interpela es a la neutralidad en el hacer y pensar los territorios, los diseños, los proyectos. Neutralidad que no es tal, sino omisión, en particular omisión de las mujeres diluidas en el concepto de familia y de sujetos pensados en clave masculina que, como dije, no son todos los hombres. La diferencia asignada a los sexos se expresa también en las formas en que se diseña, se piensan las ciudades, los barrios, las viviendas. Invariablemente, para las mujeres y otros sujetos invisibles, las ciudades son un territorio político, un territorio de tensiones, y las mujeres vienen construyendo sus ciudadanías asumiendo riesgos (Pitch, 2008). Si bien esta toma de riesgos genera una confianza creciente en términos de incidencia, no obstante, requiere importantes recursos económicos, culturales y simbólicos (Falú, 2013)11 para consolidarse y crecer. Sin duda, las millones de jóvenas mujeres en las calles traccionaron la agenda de los derechos12 y se constituyen en un nuevo sujeto político y social. Al decir de Saskia Sassen “la ciudad es un espacio donde los sin poder pueden hacer historia”, las mujeres en las calles demuestran esa capacidad de urbanizar la subjetividad y la diversidad de identidades más allá de cualquier tipo de diferencias.
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EXPEDIENTE Y LOS PALACIOS Y OTROS CUENTOS EL
por Mgt.
Ana Valderrama*
Asumimos el Vicedecanato en mayo del 2015 y como fuerza del campo nacional y popular teníamos una agenda clara de ampliación de derechos. Una agenda que venía evolucionando desde el 2003, pero fundamentalmente desde el 2006 cuando Marcelo Barrale -como Vicedecano- creó el Area de Derechos Humanos en la FAPyD abriendo paso a un nuevo enfoque del rol de la institución y la expansión de sus responsabilidades como parte del Estado. A cargo de Alejandra Buzaglo, en aquella oportunidad se realizaron peritajes y maquetas de centros clandestinos de detención que fueron material de prueba para juicios de Lesa Humanidad. En el 2015 ya, entre los temas prioritarios que nos auto-impusimos estaba la necesidad de que el Area de Derechos Humanos continuara con la agenda referida a Memoria, Verdad y Justicia, pero que al mismo tiempo implementara una serie de acciones de formación y concientización con la comunidad educativa y ciudadana para revertir los procesos derivados de las lógicas patriarcales, sus modos de vinculación y sus consecuencias. El 3 20
de junio del mismo año tuvo lugar en Rosario y todo el país la primera marcha Ni Una Menos y el 8 de marzo del año siguiente, en 2016, el Primer Acto Masivo y Paro Internacional por el 8M. La ola verde se daba como una continuación de las luchas feministas históricas, (derechos democráticos, laborales y sobre el propio cuerpo) pero adquirieron más fuerza por su efecto de contrapeso en relación al marco neoliberal y patriarcal en el que se encontraba
(*) Ana Valderrama es Arquitecta (FAPyD - UNR). Master en Arquitectura del Paisaje (UIUC)-USA. PhD Student (UIUC) USA . Directora de la Maestría en Arquitectura del Paisaje (UNR). Co-fundadora del Colectivo y Asociación Civil Matéricos Periféricos . Profesora Titular por Concurso Nacional (FAPyD - UNR). Investigadora Cat 3 (SCyT - UNR). Miembro de Honor de Sigma Lamda Alpha Honor Society (CELA) - USA. Vicedecana FAPyD UNR (mandato cumplido - período 2015-2019) . Directora de la Dirección de innovación para el Desarrollo UNR (mandato cumplido período 20192021)
Ana Valderrama
la región (Bolsonaro en Brasil, Macri en Argentina). En Estados Unidos también la cuarta ola se sumó a una serie de movimientos insurgentes que emergieron como necesaria fuerza contraria a las políticas (y retóricas) de exclusión de Trump. En el 2016 la evidencia material y palpable de la vigencia y legitimidad de la lucha feminista en el marco de la ampliación de derechos nos llevó necesariamente a involucrar a la institución. Es decir, no bastaba con tener una participación individual y de grupo en la calle, sino que había que involucrar a la facultad en una serie de acciones que pudieran acompañar ese proceso como parte constituyente. Pero hacía falta mucho más que decisión e involucramiento de la institución y sus actores y actoras. La red de correlaciones de fuerzas, intereses y contradicciones secundarias, el rumeaje de palacio es más complejo que la propia voluntad colectiva para implementar políticas de cuidado y ampliación de derechos. Son procesos de manipulación y de tabicamiento por izquierda y por derecha que se hacen aún más violentos cuando su implementación está a cargo de una mujer y peronista. No sin “complejidades y contradicciones” ajenas y propias, en el 2017 la agenda comenzó a rodar. En febrero la agrupación estudiantil La Dominó, a través de su consejera Azul Colletti, presentó un proyecto al Consejo Directivo de la FAPyD encomendando a la gestión la creación de un Programa de género y sexualidades y la
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
elaboración de un Procedimiento para la atención de situaciones de violencia sexual y discriminación. El proyecto fue aprobado por unanimidad, y el Área de Derechos Humanos dependiente de la Secretaría de Extensión comenzó a trabajar en ello. Con la coordinación de Lautaro Dattilo y Joaquín Gómez Hernández y el asesoramiento de especialistas locales y nacionales, se elaboró el Procedimiento para la atención de situaciones de violencia sexual y discriminación. El mismo estaba listo para aprobarse en agosto de 2017, aunque la masa crítica y las correlaciones de fuerzas no estaban dadas aún para su aceptación. El expediente fue demorado con el viejo truco del “tiro por elevación” o “esperando que la universidad elabore un protocolo macro para que después cada unidad….etc” y terminó en un cajón. En paralelo, los expedientes de las víctimas paseaban por las oficinas del Estado de la mano de alguna representante estudiantil (el viejo truco de sacar la pelota afuera) quien, a un lado y el otro del mostrador, acumulaba denuncias y se aseguraba que nunca llegaran al Área de Derechos 22
Humanos de la Facultad. La demora del envío al Consejo Directivo de la creación del Área de Género y Sexualidades, junto al Procedimiento no pasó desapercibida. La fuerza que hubo que imprimir para su desencajonamiento, aparición en el orden del día del CD y aprobación definitiva fue descomunal. El proceso transcurrió
Ana Valderrama
en medio de escraches, notas en los diarios, manifestaciones de las estudiantes, denuncias, silencios y/o huidas de funcionarios (algunos al otro lado del Atlántico) y facturas cruzadas entre los cuatro espacios políticos que conformábamos el gobierno de la facultad. Pasada la tormenta, los cuatro espacios políticos nos dispusimos a construir el procedimiento junto a sus referentes y especialistas invitadas. Finalmente, en junio de 2018 se aprobó el Procedimiento Interno para la atención de situaciones de violencia sexual y discriminación basada en el género, la creación del Programa de Género y Sexualidades de la FAPyD y el reglamento del llamado a concurso para el nombramiento de su coordinadora. Existen aún ajustes que hacer a la implementación del procedimiento que requerirían de mucho consenso, pero las bases ya están asentadas. Las políticas de la FAPyD referidas al género no quedaron solo en la construcción e implementación del Área y su protocolo. Entre el 2017 y el 2018 el vicedecanato generó una serie de estructuras y dispositivos y apoyó un sinnúmero de actividades y acciones académicas y militantes para contribuir a la construcción de una masa crítica en torno a los feminismos y disidencias a través de la participación activa de la comunidad educativa en la calle y en la academia. Propuestas de transversalización de contenidos de género en las currículas, proyectos de investigación, actividades de visibilización de las prácticas profesionales y académicas de
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
las mujeres, propuestas de cupos en las representaciones tanto en las candidaturas al consejo directivo, como en las comisiones asesoras de concursos formaron parte del nuevo escenario de la facultad. No faltó alguna consejera mujer que mientras con una mano aprobaba el proyecto cupos para las comisiones asesoras de concursos, con la otra recusaba a todas las mujeres de una comisión asesora. Algune deslizó que en ese concurso su candidato era varón. Asimismo, la gestión del vicedecanato, a través de Arquibarrio -conducido por mujeres- se dedicó a profundizar el trabajo comunitario con perspectiva de feminismo popular. Es que entendimos que no había feminismo posible sin justicia social. En el 2017 la agrupación estudiantil La Dominó, junto a Construcción Docente y Graduades en Construcción, con la coordinación de Teresa Moneta organizó un ciclo de conferencias que duró 2 años y se llamó “Mujeres Arquitectas” en el que participaron más de 40 profesionales de la arquitectura de todo el país con figuras importantes de la militancia feminista como Ana Falú, Inés Moisset, 24
Zaida Muxi, María Luisa Femenías. También, ese año, junto a Teresa Moneta, Romina Seri y Graciela Schmit creamos la asignatura optativa “Mujer, arquitectura y ciudad” que, con el correr del tiempo y el aporte de otras compañeras como Vanesa Heisterborg, María Emilia Ambroa fue evolucionando en contenido, llamándose durante algunos años “Géneros. Cuerpos, Artefactos. Territorios en Disputa”. Más adelante se sumaron las Arquelarres Victoria
Ana Valderrama
Funes, Gabriela Barcia, Alejandra Buzaglo, Lucía Acosta, Ana Gurmendi para la nueva edición “Feminismos, Arquitecturas y Territorios”. En el 2018 Victoria Funes, junto a Renata Berta y otras graduadas, docentes y estudiantes fundaron la colectiva de arquitectas feministas “Arquelarre” con el objetivo de aglutinar la militancia, la docencia, la investigación y la práctica profesional en arquitectura en clave feminista. Arquelarre aún sigue siendo una referencia en materia de arquitectura y feminismo en la ciudad de Rosario. Una colectiva que hoy tiene reconocimiento local, nacional e internacional. Hoy nos encontramos en otro contexto. El rector electo en mayo el 2019, Franco Bartolacci, apenas asumido creó la Secretaría de Género y Diversidades de la UNR y el Presidente de la Nación electo en diciembre de 2019, Alberto Fernández, creó el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y, entre otras gestiones, propició la base de acuerdos para la aprobación de la Ley de Aborto Legal Seguro y Gratuito. Existe una base de acuerdos mínimos en torno a la equidad de género y a los derechos de mujeres y disidencias, pero esta construcción debe seguir creciendo y evolucionando. En particular es llamativo cómo las mujeres de casi todos los partidos políticos en Santa Fe en el 2019 perdieron las internas en las que competían con varones. En la UNR solo tres de las doce facultades son conducidas por mujeres y las proporciones de mujeres en cargos de profesoras titulares aún son similares. Falta mucho por hacer aún. Esta revista da cuenta del volumen de trabajo y la direccionalidad que han tomado las iniciativas y las políticas de género que se implementaron en nuestra facultad y que se siguen expandiendo hacia la calle y viceversa. Celebro y felicito el trabajo de coordinación y compilación que ha hecho Alejandra Buzaglo y a todas quienes han dejado su testimonio en esta revista que seguramente constituirá un documento fundamental para las generaciones futuras.
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ARQUITECTURAS, FEMINISMOS Y OTROS TERRITORIOS EN DISPUTA por Dra.
Arq. Alejandra Buzaglo*
Nuestras prácticas de investigación son performativas, pedagógicas y políticas (Norman Denzin, 2006) La historiografía, y consecuentemente los criterios que van legitimando los artefactos desarrollados por la cultura Occidental, está basada en valores patriarcales y masculinos que han promovido (y promueven) la invisibilización o borradura de otras experiencias que aportan maneras de conocer y producir conocimientos. Los feminismos y las perspectivas de géneros vienen trabajando en la deconstrucción de la línea hegemónica de pensamiento universal organizada bajo un “ideal de autosuficiencia accesible para algunos (más cuanto más cerca estemos del BBVAH –Burgués,
(*) Alejandra Buzaglo es Arquitecta y Doctora en Arquitectura FAPyD-UNR. Docente en el Doctorado DARQ FAPyD y en el Taller de Proyecto Final de la Maestría en Arquitectura del Paisaje que se dicta en la FAPyD. Profesora en Proyecto Arquitectónico y PFC. Dirige proyectos de investigación, es extensionista, militante por los derechos humanos y feminista. Es coordinadora académica de los Espacios Curriculares Optativos: “Arquitectura, DDHH y memoria. Provocaciones Proyectuales” y “Feminismos, Arquitecturas y territorios” que se dictan ela FAPyD. Es socia de Viu+Buzaglo, oficina de arquitectura, cofundadora de Arquitectura del Sur Colectivo e integrante de Arquelarre colectiva feminista de Arquitectura.
Blanco, Varón, Adulto, Heterosexual1) a costa de la explotación y la desigualdad, a costa de que otros y, sobre todo, otras, sacrifiquen su propia vida” (Pérez Orozco, 2018: 26). La arquitectura y el urbanismo, como prácticas socio-culturales, no son ajenas a esa lógica.
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Es posible registrar investigaciones que se proponen visibilizar los aportes que han realizado (y realizan) las mujeres tanto a la arquitectura como al urbanismo. En dichos estudios se vienen recuperando los protagonismos clave de mujeres que, o jamás han sido nombradas, o han sido progresivamente borradas de los documentos. Un hecho de gran impacto y que no deja de sorprender, es el progresivo des-velamiento de quienes han sido
(1) La explicación de la sigla no corresponde a la cita original, es de quien escribe esta editorial.
Alejandra Buzaglo
las socias de arquitectos paradigmáticos del movimiento moderno y, en algunos casos, desarrolladoras de innovaciones atribuidas a ellos (Charlotte Perriand (1903-1999) o Eileen Gray (1878-1976) y Le Corbusier; Lilly Reich (1885-1947) y Mies van der Rohe; Anne Tyng 1920-2011 y Louis Kahn; Margarette Schütte Lihotzky (18972000) y Adolf Loos o Ernst May; Aino Marsio (1894-1949) y Elissa Aalto (1922-1994) borradas en la obra atribuida solo a Alvar Aalto). Si bien es relevante visibilizar a las mujeres en las producciones, interesa particularmente atender a los métodos para realizar las reconstrucciones que incluyen las circunstancias y experiencias cotidianas, cuestiones que a priori podrían juzgarse banales. Y es precisamente el registro de lo experiencial lo que posibilita abrir a enfoques epistémicos situados para el proyecto arquitectónico y
urbanístico:
“una
contra-narrativa
al
discurso
patriarcal
dominante heredado de la modernidad” (Talevi: 2018). Este tipo de reescrituras de la historia de la arquitectura y el urbanismo centrado en reconstrucciones biográficas y cotidianas iluminan, no solo sobre quienes han sido silenciadas y, por lo tanto, declaradas inexistentes, sino y particularmente sobre modos de conocer y proyectar anclados en aspectos vivenciales y experienciales que posibilitan interrogar el estado mismo de la disciplina. La articulación entre arquitectura, urbanismo y feminismos constituye un campo de reflexión y acción aún poco transitado de modo sistemático en nuestra facultad. Esta publicación, resultado
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de compilar experiencias de investigadoras reconocidas de trayectoria nacional e internacional junto a la producción en Espacios Curriculares Optativos, exploraciones proyectuales, investigación formal y activismos, propone avanzar en dicha sistematización como aporte al conocimiento disciplinar. Esto implica continuar, tanto desde la perspectiva de la docencia de grado y de posgrado como desde la oferta al Plan de Estudios, líneas de investigación para una posible práctica específica en el trabajo transgnoseológico (Arquitectura junto a otras disciplinas y saberes provenientes del amplio movimiento de mujeres). Se trata de promover una discusión que sedimente progresivamente en la construcción de un cuerpo disciplinar que transversalice las perspectivas de géneros y los aportes de los feminismos para un habitar justo. Para ello, proponemos visibilizar el impacto de la fijación de los estereotipos sexo-genéricos, la violencia real y simbólica ejercida sobre mujeres y disidencias y de qué modo se 28
reproducen
discursos hegemónicos en los espacios que
cobijan el habitar cotidiano. Se trata de interrogar los diversos territorios
pensados
exclusivamente
desde
el
enfoque
tradicional heteronormativo y presuntamente neutral de la ciencia para proyectos arquitectónicos y urbanísticos más justos. Análogamente a la economía feminista, y tal como lo expresan Carmen Carrasco Bengoa y Carme Díaz Corral, la
Alejandra Buzaglo
arquitectura y el urbanismo feminista no son una rama más de la disciplina sino “otra manera de entender el mundo y de construir un marco […] que permita ofrecer los mecanismos adecuados para dar respuestas a las personas, todas y diversas.” (2018). Es entonces que esta publicación se propone dejar testimonio de diversas iniciativas que indagan en la incorporación de las perspectivas de géneros y los feminismos al pensamiento proyectual arquitectónico y urbano y, de modo concomitante, continuar con el desarrollo de un enfoque epistémico que promueva la justicia socio-espacial de-construyendo la pretendida forma universal de los espacios que habitamos y diseñamos. Esta actividad, que requiere develar enfoques epistémicos naturalizados, se teje en nuestra FAPyD en espacios de docencia, de investigación, de extensión y de activismos a través de la colectiva feminista Arquelarre y trama vínculos y complicidades con una red de arquitectas e investigadoras que aportan sus experiencias y enormes voces a esta publicación iniciática. El espesor de las contribuciones en la sección “Otras voces, otras lenguas” legitima, sin duda, la propuesta. Va entonces nuestro agradecimiento a quienes han hecho posible este número de A&P especiales.
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_“Me gustas viva”: de las aulas a las calles_ relato de una experiencia / por Arq. Victoria Funes Antuña _De las psicogeografías cotidianas confinadas a otros territorios feministas_El cyberactivismo y el barrio. / por Dra. Arq. Alejandra Buzaglo _Arquitecturas y urbanismos activistas_ Jane Jacobs en Washington Square Park / por Arq. Ana Gurmendi 30
_Justicia cognitiva_ territorios en disputa / por Arq. Gabriela Barcia _”Trapitos al sol” / por Arq. Laura Nuccetelli _(Re) pensando la comunidad académica de arquitectes en perspectiva históricocuantitativa de género (Rosario, 1985-2019) / por Romina Seri, Ivana Belén Farré, Nestor Martín Acosta y Natalia Schreiber
FEMINISMOS, ARQUITECTURAS Y TERRITORIOS
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ME GUSTAS VIVA -DE LAS AULAS A LAS CALLES RELATO DE UNA EXPERIENCIA por Arq.
Victoria Funes*
El presente texto tiene como objetivo describir la primera experiencia activista de la Colectiva feminista de Arquitectura Arquelarre, formada por estudiantes, graduadxs y docentes en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario. A través de la intervención “ME GUSTAS VIVA” se comienzan a enredar saberes transdisciplinares para la producción de conocimientos sobre los feminismos y los espacios arquitectónicos que habitamos cotidianamente. No somos máquinas, somos mujeres, madres, hijas, abuelas, hermanas, arquitectas, somos todo eso y más, la mayoría de veces seguimos roles arraigados, asignados. El espejo nos devuelve imágenes que no somos, reflejos del patriarcado, nos obliga a disfrazarnos, masculinizarnos o sexualizarnos para ocupar ciertos lugares. La disciplina que nos une, aún regida por lógicas machistas, con sus medidas, su escala, sus manuales escritos por y para varones… (Fragmento resumen del primer encuentro, “MUJERES EN 32
RONDA” del día 10 de diciembre de 2018. En este encuentro se abrieron los cimientos para la construcción de la primera Colectiva Feminista de Arquitectura de la ciudad de Rosario) “MUJERES EN RONDA” En una jornada calurosa sobre el fin del año 2018, en la Facultad
(*) Coordinadora Programa Arquibarrio - Secretaría de Extensión Universitaria, Vinculación y Transferencia - FAPyD UNR. Docente en el E.C.O. “Feminismos, arquitecturas y territorios”. Integrante de la Colectiva feminista de arquitectura Arquelarre y Arquitecta independiente.
Victoria Funes
de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR, se desarmó el espacio protocolar del SUM, llenándolo con objetos propios de la disciplina arquitectónica y otros ligados al concepto binario culturalmente asociado a “lo femenino”.
Esta actividad lúdica
basada en pedagogías feministas, permitió entrar en confianza a quienes participaron y compartir tres horas con otras mujeres sin que importase la “etiqueta” de ser estudiantes, docentes o graduadas. Revelando experiencias que “solo nosotras pasamos por el cuerpo”, esas injusticias que el machismo vuelca sobre el oficio, la disciplina, el trabajo, la carrera, el saber y cada una de las formas que toma la arquitectura. Esta jornada fue organizada por el Área de Derechos Humanos y el Programa Arquibarrio de la Secretaría de Extensión de la FAPyD luego de un episodio en donde estudiantes autoconvocadxs, empapelaron la facultad con frases y citas machistas que se escuchan diariamente en las clases y pasillos de la facultad, y que manifiesta la violencia simbólica que se sigue ejerciendo en los ámbitos educativos (#cuentalofapyd). Cabe destacar que ese mismo año se abrió el concurso para conformar el Programa de Género y Sexualidades, y se puso en marcha el protocolo de atención y denuncia para casos de violencia en la facultad. (1) Las expresiones que subtitulan las secciones del artículo son frases tomadas del cancionero popular feminista que se suelen cantar en las marchas y encuentros.
“Y AHORA QUE ESTAMOS JUNTAS, Y AHORA QUE SÍ NOS VEN”1 A partir de febrero de 2019 la Colectiva Arquelarre comenzó a
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
reunirse semanalmente, y a dedicar su tiempo, por un lado, a debates académicos en relación a unos primeros indicios de cómo articular nociones sobre feminismos, ciudades y arquitectura. Por otro lado, se manifestó un objetivo claro de participación del “Paro y marcha internacional de mujeres y disidencias 8M”. Esta es una fecha fundadora para los movimientos feministas internacionales en la que se promueve una huelga internacional de mujeres. En este encuentro se propuso un abordaje específico a través de metodologías participativas intentando desarmar la herencia de una institución académica que nos ha formado bajo lógicas de enseñanza heteropatriarcales, individualistas y verticalistas. Teniendo en cuenta las modalidades de la marcha de ese año, su recorrido, ejes debatidos por la multisectorial organizadora, colectivos que participarían, materiales, bienes disponibles, etc., en asamblea se acordó que para esa fecha se debía proyectar una intervención que amplíe el campo de denuncia y se sume a visibilizar las violencias sistemáticas hacia las mujeres, cuerpos feminizados 34
y minorías en la Argentina, haciendo hincapié en la problemática de las violencias físicas en su forma más extrema: femicidios y travesticidios, cifra que tristemente es modificada día a día. La sanción en el año 2009, de la Ley Nacional 26.485 “Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres”, constituyó un avance significativo que implicó una mayor presencia estatal, reconociendo la importancia de un abordaje legal,
Victoria Funes
integral y multidisciplinario de la violencia de género. En el año 2012 el Congreso de la Nación incorpora al Código Penal el Femicidio como figura agravada del delito de homicidio simple. Por definición la ley considera: Se entiende por violencia contra las mujeres toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación DESIGUAL DE PODER, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
La ley especifica cinco tipos de violencia: física, psicológica, sexual, simbólica, económica y/o patrimonial, y define distintos ámbitos donde se pueden ejercer: domestico, institucional, laboral, contra la libertad reproductiva, obstétrica y violencia mediática. De este modo las violencias que en algún momento permanecían en el ámbito privado, ahora, a través de la visibilización, acompañamiento de los movimientos feministas, y amparadas por la intervención del Estado, pasan a ser temas de índole público. La “desprivatización de los crímenes de género”, como dice la antropóloga Rita Segato: (…) Pues nuestro imaginario se encuentra formateado por la inicua noción de que lo público y lo privado se constituyen jerárquicamente, y solamente lo primero es de interés general mientras lo segundo es una parcialidad, una particularidad, un verdadero resto. Si, por la avenida opuesta, mostramos que hay crímenes de género que se encuentran plenamente 36
en la escena pública y bélica, esta constatación impactará en la mirada colectiva y presionará para instalar las relaciones de género en una plataforma de importancia general y valor universalizable. Esta consideración es de orden estratégico, casi didáctica, y resulta en una contrarretórica que compensa y revierte el esfuerzo privatizador del sentido común patriarcal. (Segato, 2018, p.156)
Todas las fotografías e imágenes que ilustran el artículo son de autoría de la colectiva feminista de arquitectura Arquelarre.
Victoria Funes
Como escribe la arq. Ana Falu, “Lejos de ser un sujeto singular abstracto, la violencia remite a una cuestión compleja, de múltiples dimensiones y entradas analíticas. Cuando se ejerce tras los muros del mundo privado, la violencia casi siempre está dirigida hacia las mujeres; y cuando se expresa en el espacio público, sigue siendo masculina.” ¿De qué modo una intervención en el espacio público puede ser una invitación a una sociedad más justa?
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Los distintos modos de producción de narrativas buscan generar un impacto real y promover cambios de actitud y de políticas públicas. La colectiva Arquelarre se repite una y otra vez: “lo bello también es político”. Para hacer visible esta premisa, que es considerada central para nuestro modo de entender la arquitectura, se propuso una intervención artística, arquitectónica, donde cada decisión proyectual llevaría, también, a una extendida reflexión sobre la disciplina. Durante ese mes se pusieron ideas en común y se resolvió que la intervención debería empezar con nosotras marchando y que nuestros cuerpos y estandartes sean “la obra en sí”. Se realizó un mapeo de los lugares donde sucedieron estos crímenes, y simbólicamente se decidió plantar las estacas marcando en planta el mapa de feminicidios y travesticidios ocurridos en territorio argentino, de este modo, en cada lugar donde ocurrió un crimen se hinca una estaca de hierro y madera. Estas piezas se clavan en la tierra y también se 38
alzan al cielo, se quiso plasmar una intervención de memoria a quienes no están; un mapa de vida: “ME GUSTAS VIVA”. El diseño de la pieza fue esencial, para ello se tuvo en cuenta que los materiales utilizados resistieran a la intemperie, que no fuera demasiado pesada para poder sostenerla en alto las treinta cuadras del recorrido de la marcha, se decidió pintar
Victoria Funes
una de las caras de violeta (color representativo de la histórica lucha de las mujeres por la ampliación de sus derechos), y sobre la otra cara se escribió el nombre de cada víctima, con su edad y lugar donde sucedió el crimen. Como afirma Luciana Peker “hay que nombrar lo que duele” (2018, p.18), recurrir al nombre de pila de cada mujer, interpela a quien interactúa con la instalación, habilita a que la persona observadora se pueda sentir identificada con cada “Susana”, con cada “Maria”, con cada “Liliana”, que representan las estacas. Como menciona Judith Buttler hay testimonios que perduran en el tiempo mas alla de lo físico, y también hay responsables de contarlos “(…) somos también las historias que nunca vivimos, pero que, sin embargo, transmitimos en nombre de la lucha por preservar la historia de los oprimidos y para movilizar esa historia en nuestra lucha por justicia en el presente.” La jornada del 8M fue una nueva experiencia para quienes participamos, porque lo hicimos como Colectiva Activista de arquitectura. Nos movilizamos porque entendemos la necesidad de poner el cuerpo en el espacio público, como acto de apropiación, visibilización, lucha y resistencia. Lo hicimos en movimiento, unidas, activas, levantando en alto estas estacas que nos identifican.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
“ALERTA, ALERTA QUE CAMINA, LA LUCHA FEMINISTA POR AMÉRICA LATINA” La instalación se mueve. El consejo directivo de la facultad declaró de interés académico a la Colectiva Arquelarre, cuestión que permitió instalar la intervención en la plaza Canadá del CUR (Ciudad Universitaria Rosario) e ir actualizándola mes a mes. Lamentablemente al pasar el tiempo la cantidad de víctimas fué creciendo. Para la marcha del 3 de Junio “Ni Una Menos”, las víctimas ya sumaban 143 . Ésta es otra de las fechas claves para el movimiento feminista en argentina, que desde el 2015 luego del asesinato de la adolescente Chiara Perez. Para esa fecha, Arquelarre participó activamente de los encuentros de la multisectorial de mujeres y disidencias de Rosario, núcleo donde se debate y decide qué acciones se llevarán adelante para cada marcha. Es allí donde se propone que la instalación “Me Gustas Viva” se encolumne al principio de la movilización. 40
Para esta fecha marcharon más de 100.000 personas, vestidas de negro, recorriendo la ciudad con un caminar lento, con familiares y amigues de las victimas cargando las estacas con los nombres de las víctimas. Desde el inicio, el modo de producción fue colectivo y colaborativo. Para esta etapa de la intervención, se continuó
Victoria Funes
gestionando la ejecución de la instalación con aportes provenientes de la articulación con compañeras de sindicatos, con las 100 Evitas, con la Red de Genero de la FCEIA. En septiembre la intervención viajó a Mar del Plata, ya que la Colectiva participó de un encuentro Multiterritorial de arquitectura “#IRRUPCIONES Acciones sobre el territorio y el oficio”, organizado por el Colegio de Arquitectos de Mar del Plata. Para este evento se llevaron las estacas de las víctimas de femicidio de ese lugar, y en un acto poético se celebró la vida de estas mujeres, llevando las estacas con sus nombres a su mar. La intervención también se plantó frente al Colegio de Arquitectos de Rosario, descontracturando una vez más otro ámbito institucional. Se afirmaron las estacas en el cantero central Av. Belgrano y en cada macetero disponible. También se intervino virtualmente el icono institucional que hace referencia a una arquitectura para “varones, burgueses, blancos, adultos, heterosexuales y atléticos” representados en el icónico modulor de Le Corbusier. (Pérez Orozco, 2018:26) Para la marcha del 25 de noviembre, día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la Colectiva Arquelarre marchó, pero esta vez sin los estandartes.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Lamentablemente la cantidad de estacas sobrepasó la cantidad de manos portadoras disponibles para llevarlas. Al término del año 2019, se acumularon 341hs de trabajo, 341 km caminados, 341 kg de hierro, 341 kg de madera, 341 VÍCTIMAS DE FEMICIDIOS Y TRAVESTICIDIOS en la República Argentina. Un peso insostenible para una sociedad que sigue gritando basta de violencias contra las mujeres y los cuerpos feminizados. “MUJER, ESCUCHA, ÚNETE A LA LUCHA!” La intención de la Colectiva es que esta intervención urbano/ arquitectónica debe continuar vigente, mutando su forma. Nos proponemos reutilizar las piezas para que formen parte de una futura intervención espacial, esta vez de carácter permanente. Sin perder de vista nuestra disciplina como arquitectas, la 42
principal idea es trabajar horizontalmente y en conjunto aportando cada una su tiempo, alegría, deseos. Así se culminó el 2019 con una ferviente convicción de que la realidad puede ser modificada porque “Nos gustamos Vivas”. El 2020 encontró a las participantes activas, pensando una nueva forma de visibilizar estos crímenes, con la segunda intervención espacial: “Sacamos los TRAPITOS AL SOL”
Victoria Funes
La Colectiva Arquelarre se propone seguir luchando para no clavar ni una estaca más por violencia de género tanto en ámbitos públicos como privados. Queremos dejar en claro que NO NOS BORRAN MÁS…
BIBLIOGRAFÍA -Argentina. 2009. Ley 26.485. Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales. www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/ley-26485-152155 (Consulta 15 de Enero de 2021) -BUTLER, Judith. 2017. “Vulnerabilidad corporal, coalición y la política de la calle”. Nómadas, Nº. 46, 13-29. http://www.scielo.org.co/pdf/noma/n46/0121-7550-noma-46-00013.pdf (Consulta 15 de Enero de 2021) -FALÚ, Ana. 2009. “Mujeres en la ciudad. De violencias y derechos Santiago de Chile: Red Mujer y Hábitat de América Latina”. (Santiago de Chile, Ed, SUR) www.sitiosur.cl/r. php?id=902 (Consulta 03 de Enero de 2021) -PEKER, Luciana. 2018. “Putita golosa: Por un feminismo del goce” (Buenos Aires. Galerna) -SEGATO, Rita. 2016. “La guerra contra las mujeres”. (Madrid, Traficantes de Sueños)
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DE LAS PSICOGEOGRAFÍAS CONFINADAS A OTROS TERRITORIOS FEMINISTAS por Dra. Arq. Alejandra
Buzaglo*
INTRODUCCIÓN La situación extra-ordinaria y de excepción en la que nos instaló la pandemia provocada por el Covid-19 posibilitó la visibilización privilegiada de cuestiones vinculadas a los territorios cotidianos que habitamos, desde nuestro cuerpo como primer territorio, a los domésticos y los de la vida urbana. Los temas pendientes de la agenda pública que emergieron como urgencias insoslayables, tales como el derecho a la salud, al trabajo, a la educación y al hábitat digno, muestran la necesidad de fortalecer en múltiples ámbitos las políticas de cuidados. El abordaje feminista de las distintas escalas de injusticia que registra Ana Falú (en el cuerpo, la casa, el barrio, la ciudad y la tierra) es una clave hacia la justicia socioespacial y territorial. Este artículo condensa una experiencia curricular desarrollada durante el primer semestre del año 2020, en el contexto 44
del dictado de la asignatura optativa, “Géneros. Cuerpos. Artefactos. Territorios en disputa”. Fue oportunidad de continuar el ejercicio de realizar diversas deconstrucciones – deconstruir en tanto desnaturalizar, hacer extraño aquello habitual y aceptado como “natural”. En aquella ocasión, a través de una serie de trabajos que se iniciaron con la propuesta de De-construir lo habitual y que culminarían con
(*) Alejandra Buzaglo es Arquitecta y Doctora en Arquitectura FAPyD-UNR. Docente en el Doctorado DARQ FAPyD y en el Taller de Proyecto Final de la Maestría en Arquitectura del Paisaje que se dicta en la FAPyD. Profesora en Proyecto Arquitectónico y PFC. Dirige proyectos de investigación, es extensionista, militante por los derechos humanos y feminista. Es coordinadora académica de los Espacios Curriculares Optativos: “Arquitectura, DDHH y memoria. Provocaciones Proyectuales” y “Feminismos, Arquitecturas y territorios” que se dictan ela FAPyD. Es socia de Viu+Buzaglo, oficina de arquitectura, co-fundadora de Arquitectura del Sur Colectivo e integrante de Arquelarre colectiva feminista de Arquitectura.
Alejandra Buzaglo
el proyecto y la acción colectiva No banco para el 3J, fecha en la que desde el año 2015 las mujeres y disidencias salíamos a las calles unidas bajo la consigna “Ni una menos”. En ese año particular, el desafío de la modalidad virtual se fue tramando con la posibilidad de articular proyectos en territorios en situación de vulnerabilidad, en particular, con el barrio “Los Pumitas” de la ciudad de Rosario a través del cyberactivismo y el proyecto y construcción de un pequeño mobiliario para la “Casa de las mujeres y las disidencias”. TERRITORIOS FEMINISTAS Tal como planteáramos en nuestra editorial, la asignatura optativa “Géneros. Cuerpos. Artefactos. Territorios en disputa” se inscribe en el objetivo introducir las perspectivas de géneros y los feminismos al pensamiento proyectual arquitectónico y urbano y, para ello, ir aproximando a un enfoque epistémico que promueva la justicia socio-espacial, de-construyendo la pretendida forma universal de los espacios que habitamos y diseñamos. Esta actividad requiere develar enfoques epistémicos naturalizados, no cuestionados respecto de la producción de conocimientos. En este caso, abordamos el campo de la arquitectura y el urbanismo indagando en los aportes de los feminismos que proponen otros modos de conocer y proyectar anclados en aspectos vivenciales, co-construcciones y observaciones de la vida cotidiana. El contexto de excepción por la pandemia del Covid-19 caracterizado por el aislamiento obligatorio en nuestras viviendas posibilitó interrogar de modo privilegiado los espacios que habitamos. En el marco de la asignatura optativa se realizaron una serie de ejercicios en los que se propuso progresivamente: “deconstruir lo habitual”, “rehabilitar lo habitual”, “activar en lo habitual” y “lo colectivo en lo habitual”, ensayando algunas estrategias de observación y transformación en clave de justicia socio-espacial.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
DE-CONSTRUIR LO HABITUAL. LA CRISIS COMO OPORTUNIDAD El tiempo extra-ordinario en que habitamos un único lugar, aquel en que quedamos cuando se decretó el aislamiento preventivo y obligatorio a partir de marzo de 2020, posibilitó pensar e interrogar, de modo excepcional, los espacios cotidianos, los modos relacionales en cada núcleo de convivencia, la gestión de la privacidad, tanto en sus dimensiones cuantitativas y cualitativas como en sus oportunidades y clausuras. La vivienda reveló la capacidad para adaptarse a usos nuevos y sin precedentes en una reinvención inédita caracterizada por la vertiginosidad donde los tiempos de la convivencia exigieron repensar desde los espacios para los nuevos hábitos de higiene hasta modos emergentes de habitar, entre otras cuestiones. LO PERSONAL ES POLÍTICO Esta frase pronunciada por Carol Hanisch en 1969, y enarbolada por los feminismos, busca poner de relieve las conexiones entre la experiencia personal y las grandes estructuras sociales y políticas que también involucran los espacios que habitamos. Propusimos como primer ejercicio la construcción de un relato personal de las coreografías cotidianas confinadas a través de la construcción de un
collage devenido de una aproximación fenomenológica al territorio-casa que cada quien habita. 46
Para ello, se propuso indagar en diversas experiencias artísticas y arquitectónicas que utilizan la imagen resultante de aplicar la técnica del collage como un modo de construir un relato, condensar un mensaje, un guión, como quien lo escribe para una película. Construimos nuestra propia película cotidiana en tiempos de Coronavirus subrayando aquellos asuntos medulares reflexionados por cada estudiante. Instamos a realizar una reflexión íntima que posibilitase construir y reconstruir las nuevas demandas que este contexto particular favorecía para deconstruir, con un foco particular en el proyecto de arquitectura que es el campo disciplinar que transitamos. Para ello registramos
Alejandra Buzaglo
la importancia de las instancias de demora (Buzaglo, 2018: 398) en el proceso proyectual. Demoras para observar, demoras para identificar aquello que se pondría en relieve y con la conciencia en que al tratarse de construcciones de sentido son, por lo tanto, ideológicas.
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De-construir lo habitual. Imaginarios para re-habilitar lo habitual. Carolina Zuttion.
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
De-construir lo habitual. Coreografías domésticas confinadas. Melina Spinetta.
LOS ROLES DE GÉNERO EN CONTEXTO DE AISLAMIENTO Cómo operan las esferas del trabajo productivo y el reproductivo (Federici, Silvia, 16: 2018) en este nuevo contexto?, es posible visibilizarlas con nuevas perspectivas? Se abrieron reflexiones respecto de las construcciones culturales, sociales e ideológicas en relación al mandato de género . 48
Por su parte, la transformación de la vida cotidiana desveló, de modo dramático, tanto algunos problemas urbanos anticipados por Jane Jacobs en el año 1961, en su libro Muerte y vida de las
grandes ciudades tales como la enorme inequidad social que se profundiza con la segregación funcional y las distancias a equipamientos y servicios.
Alejandra Buzaglo
QUEDATE EN CASA, LAVATE LAS MANOS Y CONECTATE COMO MEDIDAS DE LA DESIGUALDAD No obstante sabernos en cierta situación de privilegio, el contacto estrecho con colectivas feministas barriales con quienes venimos articulando acciones, permitió visibilizar que ciertos enunciados imperativos se constituyen, no solo en medidas de la desigualdad, sino también muestran que no siempre la experiencia del Norte global es transferible de modo directo en nuestros territorios latinoamericanos. Si bien el desarrollo de la pandemia inicialmente en el Norte posibilitó anticipar algunas acciones, en nuestros territorios, la inequidad social extrema exigió imaginar estrategias propias. El “quédate en casa” de difícil cumplimiento en contextos de vulnerabilidad, exigió reformularse en “quédate en tu barrio”. Esos amplios sectores de la sociedad que no tienen “casa” para cumplir el imperativo son los que muestran problemas límites de subsistencia vinculados a una situación laboral que exige, a la vez, “salir de casa”. Por otro lado, en situaciones de violencia familiar, que fundamentalmente recaen sobre mujeres, identidades feminizadas y niñas, “quédate en casa” implica convivir con el agresor. La línea del 144 y otros espacios de denuncia han aumentado su requerimiento en un 30%. El “lávate las manos” también despliega reflexiones que van desde los nuevos hábitos de higiene y cuidado, que exigirían repensar distribución y programas domésticos, hasta el problema en barriadas populares que no cuentan con servicios
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
básicos como el “agua”. Por su parte, el imperativo “conéctate” muestra tanto las dificultades para gestionar la intimidad para estudiar o para el teletrabajo, como las enormes brechas para el acceso a tecnologías, a equipos y a servicios que tampoco llegan. Centros culturales y lugares donde se brinda la “copas de leche” en distintos sectores de la ciudad se organizan para facilitar la posibilidad del acceso a la educación cuando no hay acceso a la conectividad. ACTIVAR EN LO HABITUAL El siguiente ejercicio está en el origen del sentido de este espacio curricular y refiere a la propuesta de atravesar diversas instancias que hacen al proyecto arquitectónico, desde las indagaciones en la co-construcción simbólica, el desarrollo técnico-proyectual, la ejecución física hasta el habitar los espacios resultantes de manera colectiva. Proyectar colectivamente supone un abordaje específico a través de metodologías participativas en un complejo proceso 50
colaborativo vinculante. Particularmente, el abordaje epistémico in-corporado y experiencial se desarrolla en clave feminista y está enfocado en nuestros modos de participación de la movilización por el Ni Una Menos. Habitualmente con Arquelarre, la colectiva feminista de la facultad de arquitectura que integra el equipo docente de esta materia,
Casa de mujeres y disidencias. Barrio “Los Pumitas”, Rosario.
Alejandra Buzaglo
proyectamos, construimos y habitamos una instalación efímera en la marcha del #3J. El contexto de aislamiento preventivo y obligatorio, facilitó la exploración en diversas alternativas para acciones espaciales en torno a lo que las redes sociales posibilitan en el marco de procesos de vocación emancipatoria. A la vez, nos propusimos realizar un trabajo articulado con la colectiva feminista villera del barrio Los Pumitas. Necesitaban bancos para las infancias que diariamente seguían yendo al centro cultural donde reciben la copa de leche y tienen acceso a wifi. LO COLECTIVO EN LO HABITUAL Se desarrolló un proyecto que condensó las propuestas y reflexiones emergidas de exploraciones en el marco de la co-construcción simbólica y material del proyecto-acción. En una primer instancia, se realizaron en equipo, diversas propuestas alternativas para el diseño de bancos que se donarían a una colectiva villera feminista que trabaja en el barrio “Los Pumitas” en un centro cultural que asiste a infancias. Para el diseño de los bancos la consigna fue el aprovechamiento total y sin desperdicios de una placa de multilaminado fenólico de 12mm, de 1,22 x 2,44m. Surgió la idea de pensar que proyectar una serie de bancos podría ser también la excusa para proyectar un juego, imaginar espacios alternativos de guardado (encastrado, apilado, etc) y transformarse además en un dispositivo semiótico político que aludiera a las luchas feministas.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
El proyecto colectivo condensa varias estrategias: a) Campaña por redes sociales. Un video que contiene las fotografías de las participantes portando un “cartel” de formas y dimensiones según el punto b. b) Cada “cartel” está definido por un plano que es el “molde” de una de las piezas para realizar los bancos. c) Campaña de “pegatinas” hackeando el espacio público (lugares de compras, cajeros automáticos, transporte público, etc a los que podía accederse en ese contexto de aislamiento) con un logo que aludía a la acción-banco: “No BANCA-mos la violencia machista”, por ejemplo. d) Mapeo de los territorios de la acción. Quienes realizaban la acción con las “pegatinas” fotografiaban la localización para realizar luego un mapeo de los territorios alcanzados por la acción. 52
e) Diseño de imágenes para viralizar como “stickers” por whatsapp con la campaña “No banco”. f) La campaña se coordinó en red con la articulación feminista de Rosario tanto para difundir como para convocar a un trabajo interseccional.
Alejandra Buzaglo
Propuesta colectiva. Diseño de banco, “pegatinas” callejeras y “stickers” para whatsapp.
BIBLIOGRAFÍA -BUZAGLO, Alejandra. 2018. Gestión colaborativa y co-producción en arquitecturas contemporáneas. Memoriales en el espacio público de Rosario como laboratorio (2006-2016). -FALÚ, Ana. 2020. Ana Falú analiza la pandemia en clave feminista, de hábitat y territorios. Disponible en https://www.telam.com.ar/notas/202005/464991-ana-falu-analiza-la-pandemia-en-clavefeminista-de-habitat-y-territorios.html (Consulta: 17/05/2020) -FEDERICI, Silvia. 2018. “Economía feminista entre movimientos e instituciones: posibilidades, límites, contradicciones”. En Carrasco Bengoa, C., Díaz Corral, C. y otras, Economía feminista. Desafíos, propuestas, alianzas. (CABA: Madreselva). -MUXI, Zaida. 2018. “Cuestiones previas”. En Mujeres, casas y ciudades (Barcelona: dpr-barcelona) -PEREC, Georges. 2001. “El apartamento”. En Especies de espacios (Barcelona: Montesinos) -PÉREZ OROZCO, Amaia. 2018. “¿Espacios económicos de subversión feminista?. En Carrasco Bengoa, C., Díaz Corral, C. y otras, Economía feminista. Desafíos, propuestas, alianzas. (CABA: Madreselva). Página anterior. Imágenes de jornada de entrega de bancos 3N en la Casa de las mujeres y las disidencias, barrio “Los Pumitas” de Rosario.
PELÍCULAS -Kitchen Stories, 2003. Película noruega dirigida por Bent Hamer -Hierro 3, 2006. Película coreana dirigida por Kim Ki-duK -Citizen Jane: Battle for the city, 2016. Documental dirigido por Matt Tyrnauer
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ARQUITECTURAS Y URBANISMOS ACTIVISTAS -JANE JACOBS EN WASHINGTON SQUARE PARK por Ana
Gurmendi *
Las ciudades tienen la capacidad de proveer algo para cada unx de sus habitantes solo porque y solo cuando, son creadas por todxs. (Jacobs, 1961[2011:277]) ESPACIOS Y ACTIVISMOS FEMINISTAS Partimos de esta cita para preguntarnos, ¿qué capacidad tienen la arquitectura y el urbanismo para facilitar que las ciudades sean creadas por todxs? más aún, ¿son los feminismos una clave para facilitar que las ciudades sean creadas por todxs? En parte, creemos que la respuesta se encuentra en la capacidad de los activismos feministas de influir en los procesos de concepción y modificación de los espacios urbanos y arquitectónicos. En el siguiente artículo nos proponemos describir y analizar a través de dos ejemplos, los métodos y herramientas del activismo en relación a los feminismos, las arquitecturas y los urbanismos.
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ARQUITECTURAS DEL ACTIVISMO: WASHINGTON SQUARE PARK En el año 1941 se anuncia en Nueva York el proyecto de Paul Rudolph para la autopista “Lower Manhattan Expressway” (LOMEX). Se trató de una autopista elevada de tránsito rápido, cuyo objetivo era conectar el Túnel Holland en el lado oeste con el puente de Williamsburg en el lado este, generando una vía de comunicación
(*) Ana Laura Gurmendi es estudiante de arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario. Auxiliar docente, investigadora e integrante de la Colectiva Arquelarre.
Ana Gurmendi
entre Nueva Jersey y Norte de Brooklyn, atravesando Manhattan y a su vez conectada con el puente Manhattan, en dirección al norte de Brooklyn.
Proyecto de Paul Rudolph para la autopista LOMEX de Nueva York, 1941. Mapa del Bajo Manhattan con la autopista en rojo. Perspectivas y axonometrías del proyecto. Fuente: Library of Congress (https://www.loc.gov/pictures/item/2010647103/).
El proyecto fue impulsado por Robert Moses (1888 – 1981), quien era el entonces “Comisionado de Parques de la ciudad de Nueva York” y fue quien creó y dirigió el “Comité Para la Eliminación de Barrios Marginales” de la municipalidad de Nueva York para llevar a cabo el “Programa de Renovación Urbana”. Dicho programa se encargaba de desplazar los barrios populares o más pobres que se entendían como un problema para la ciudad, al considerar que “contrastaban” con el esplendor de los prometedores rascacielos de la Nueva York.
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Feminismos, Arquitecturas y territorios
Jane Jacobs (1916 – 2006) fue una de las protagonistas en la lucha para impedir la realización de la autopista LOMEX, que habría pasado directamente a través de los barrios populares del Sur de
Página siguiente. Arriba: Robert Moses circa 1960. Fuente: fotogramas documental Citizen Jane (2016)
Manhattan. Jane Jacobs fue una periodista, escritora y activista Estadounidense y Canadiense. Como activista, Jacobs organizó esfuerzos para proteger los barrios de Nueva York de la “renovación urbana” o “limpieza de barrios marginales”, y en particular los planes de reformar su propio vecindario: Greenwich Village. El origen del conflicto que llevó a la cancelación del proyecto para la autopista LOMEX, se dio en el parque Washington Square Park, en el barrio de Greenwich Village. En 1935 Robert Moses propuso por primera vez la extensión de la Quinta Avenida a través del Washington Square Park. Moses sostenía que al extender la Quinta Avenida hacia el Bajo Manhattan 56
revitalizaría la zona y aumentaría su valor inmobiliario. Ante la oposición de la comunidad, Moses archivó el proyecto. No fue hasta 1941, con el proyecto de la autopista LOMEX aprobado, que Moses retoma el proyecto la extensión de la Quinta Avenida argumentando que mejoraría el flujo de tráfico a través del barrio y proporcionaría un acceso más fluido a la futura autopista.
Página siguiente. Abajo: Mapa de Manhattan, Greenwich Village, Washington Square Park y la Quinta Avenida.
Ana Gurmendi
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ACTIVISMOS Y ESPACIOS: MÉTODOS Y HERRAMIENTAS 1-CONFERENCIAS Y ASAMBLEAS PÚBLICAS Las primeras acciones que se organizaron para promover y discutir el proyecto de la autopista fueron conferencias y audiencias públi58
cas, donde se trataban colectivamente los asuntos de interés público. En las asambleas públicas participaban el alcalde de la ciudad y otros representantes del poder político para exponer los proyectos de la ciudad a una audiencia integrada por los habitantes de los barrios con el fin de escuchar sus opiniones y debatir las ideas. Estas fueron oportunidades para expresar la disconformidad de la comunidad hacia el proyecto.
Proyecto para la extensión de la Quinta Avenida a través del Washington Square Park, 1935. Fuente: Robert Moses and the Modern City: The Transformation of New York (2007)
Ana Gurmendi
Jane Jacobs en evento organizado en oposición al proyecto de renovación del Washington Square Park, circa 1959. Fuente: Vanity Fair por Fred W. McDarrah/Getty Images.
2-RECURSOS ESCRITOS Y GRÁFICOS Las denuncias escritas consistieron en cartas que fueron enviadas al entonces alcalde de Nueva York: Robert Wagner Jr.: a partir de una nota previamente escrita, donde se expresaba la disconformidad con la extensión de la Quinta Avenida y exigía el cierre del tráfico vehicular al parque, generaron un método para que quienes se oponían al proyecto pudieran enviar una carta con su firma al alcalde. De este modo, aumentaron la cantidad de denuncias escritas formales, involucrando con nombre, apellido y firma a cada persona que se oponía al proyecto. Por otro lado, diseñaron panfletos para difundir el reclamo entre los ciudadanos de Nueva York.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
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Ana Gurmendi
Página anterior. Arriba: Jane Jacobs sostiene pruebas documentales en una conferencia de prensa; “Save the Square!” panfleto en apoyo al cierre del Washington Square Park a todo el tráfico, circa 1952-1959. Fuente: New-York Historical Society.
3-MANIFESTACIONES Y PERFORMANCES
Página anterior. Abajo: Jane Jacobs y manifestantes hablan a los medios de comunicación en evento organizado en oposición al proyecto de renovación del Washington Square Park, circa 1952-1959. Fuente: New-York Historical Society.
convocatoria. Estas manifestaciones eran una herramienta fun-
Performance “Último auto a través del Washington Square Park” en apoyo al cierre del Washington Square Park a todo el tráfico ; Ceremonia “Inauguración al revés” celebrando la cancelación del proyecto de renovación, circa 1952-1959. Fuente: fotogramas documental Citizen Jane (2016).
Park al tráfico, y se celebró la cancelación del proyecto con una
Se dieron diversas protestas y manifestaciones en el espacio público y en el mismo Washington Square Park, inclusive. Se trataban de demostraciones, como eventos culturales o artísticos de gran damental de protesta, y Jane Jacobs entendía la importancia de manejar la imagen con creatividad para llamar la atención de los medios de comunicación. En agosto de 1959, la ciudad cerró finalmente Washington Square performance de “inauguración al revés” a modo de simbolizar el fin del tráfico vehicular a través del parque. La ceremonia consistió en atar dos lazos delante del pasaje del Washington Square Park en lugar de cortar un lazo, tal como se hacía tradicionalmente en las inauguraciones.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
ACTIVISMO, URBANISMO Y FEMINISMO El activismo no representa una lucha contra personas sino contra ideas y en el caso de la lucha por la cancelación de la autopista del Bajo Manhattan esto es evidente. Robert Moses defendía los ideales del diseño urbano moderno que satisface las necesidades del hombre tipo del BBVAH1: un ideal de ciudad moderna, que se construye jerárquicamente, con una planificación que se organiza en función de los usos, y que prioriza el desplazamiento vehicular. Estos ideales eran producto del contexto post Segunda Guerra Mundial y post Gran Depresión de 1930, donde Estados Unidos estaba atravesando una gran crisis económica, altamente reflejada en las calles de las grandes ciudades como Nueva York. El hacinamiento, las enfermedades y la pobreza de los barrios populares eran entendidos según las propias palabras de Robert Moses, como “un tumor canceroso que debe ser extirpado”. (Caro, 1974, 125) En contraposición, el vitalismo urbano de Jane Jacobs aportó una 62
perspectiva humanista que valora la diversidad y las complejas lógicas subyacentes que rigen los espacios de la ciudad que, por entonces, se percibían como “perdidos”. Jane Jacobs defendió el ecosistema orgánico, imperfecto y a menudo caótico de la ciudad pensada desde “abajo hacia arriba”, en contraposición al orden de “arriba hacia abajo” que marcaba en ese entonces la tendencia heredada del Movimiento Moderno. Como madre y escritora que criti-
(1) Blanco, Burgués, Varón, Adulto y Heterosexual
Ana Gurmendi
caba a los expertos en el campo de la planificación urbana dominado por varones, Jacobs soportó el desprecio de las figuras establecidas. Fue descrita como “solo una ama de casa” (Mumford, 1962, 152), ya que no contaba con ninguna educación formal en planificación urbana y en consecuencia, su falta de títulos académicos fue motivo de crítica. No obstante, esto no le impidió protagonizar el centro de las discusiones sobre el estado de los espacios urbanos en su libro “Muerte y Vida de las Grandes Ciudades” publicado en 1961. Jane Jacobs se convirtió en la impulsora intelectual de un movimiento que imaginaba el renacer de las ciudades estadounidenses en un momento en la que la creencia predominante era que las grandes metrópolis estaban condenadas al fracaso. DISEÑO DEL ACTIVISMO FEMINISTA Judith Butler dice en referencia al activismo feminista argentino: “es una construcción colectiva que promueve el cambio cultural.” (Butler, 2019). Creemos que la relación entre arquitectura, urbanismo, activismo y feminismo tiene lugar en el diseño de esa construcción colectiva: es el intento de aportar desde nuestro saber específico para cambiar una realidad. Para cada lucha hay una solución técnica y una solución creativa a mano, donde los saberes de la arquitectura y el urbanismo, pueden hacer su aporte.
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BIBLIOGRAFÍA BUTLER, Judith (2019). Activismo y Pensamiento: Judith Butler en la UNTREF. Universidad Nacional de Tres de Febrero. (Buenos Aires: UNTREF) https://economiafeminita.com/activismo-y-pensamiento/ (Consulta: 20 de noviembre 2020) CARO, Robert. (1974). The Power Broker (Nueva York: Knopf) JACOBS, Jane (1961). Life and Death of Great American Cities (Random House, Nueva York) Trad. Española por Ángel Abad, Muerte y Vida de las Grandes Ciudades. (Madrid: Capitán Swing Libros, 2011) MUMFORD, Lewis (1962). Mother Jacob’s Home Remedies. (Nueva York:The New York Times)
JUSTICIA COGNITIVA TERRITORIOS EN DISPUTA por Arq. Gabriela
Barcia*
Las epistemologías del sur conciben la democracia cognitiva como una condición necesaria para la justicia histórica, económica, social, política, racial, étnico-cultural y de género. (Sousa Santos, 2018 [2019:402])
Decimos que el cuerpo es el primer territorio a disputar y que el cuerpo colectivo aprende a moverse en el espacio de manera socialmente determinada. El género, entendido como construcción sociocultural de roles y capacidades, ha condicionado el ser y estar de las personas en el mundo (Muxí, 2018:20); la tradición de la cultura occidental fue definiendo los roles de género y eso ha tenido un impacto en los espacios que habitamos. TERRITORIOS EN DISPUTA A partir de algunos relatos e imágenes populares de nuestra cultura, desde el espacio curricular optativo “Género, cuerpos, artefactos:
Territorios en disputa” reflexionamos sobre la dificultad que mujeres y disidencias hemos tenido históricamente para acceder a ciertos 64
territorios: la posibilidad de la voz, la exploración de la curiosidad, el deseo de saber, la puesta en práctica de los conocimientos ancestrales, la socialización de los saberes populares, la construcción subjetiva del espacio propio; y sobre cómo estos mecanismos de disciplinamiento han condicionado al proceso cognitivo de una parte de la sociedad y finalmente se ha traducido en la falta de representación en los espacios de poder y de decisión.
(*) Arquitecta por la UNR. Coordinadora en Programa ArqDiBarrio (Sec. de Extensión Universitaria, Vinculación y Transferencia), docente en Proyecto Arquitectónico y en ECO “Feminismos, Arquitecturas y Territorios” (FAPyD-UNR). Arquitecta independiente. Integrante de la colectiva feminista de arquitectura ARQuelarre.
Gabriela Barcia
Desde la mitología griega la literatura occidental nos ha hablado acerca de una mujer ideal, pasiva, que responde a un hombre ideal, activo. En La Odisea, para ‘salvar’ la memoria de su marido Penélope debe idear una estrategia silenciosa tejiendo y destejiendo su vida y su tiempo, mientras su hijo Telémaco le recuerda: “…marcha a tu
habitación y cuídate de tu trabajo, el telar y la rueca... La palabra debe ser cosa de hombres, de todos, y sobre todo de mí, de quien es el poder en este palacio…”. Según Mary Beard, este relato es la primer clave para entender el monopolio masculino de la palabra y cómo ha derivado en dificultades de la expresión femenina en público (Beard, 2018). Por su parte, el mito de Pandora cuenta que la primera mujer mortal que crean los dioses del Olimpo para ser enviada a los hombres que habitaban en la tierra fue modelada con arcilla y fuego, dotada de gracia, sensualidad, astucia e ingenio. Provista además de un ánfora de contenido incierto para llevar como presente al mundo de los mortales y con instrucciones precisas de no abrirlo, los dioses habían otorgado a Pandora su cualidad más significativa: la curiosidad. Desobediente, al llegar a la tierra abre el cofre dejando escapar de su interior todos los males del mundo sobre los hombres; “Abrir
una caja de Pandora” constituye entonces una acción en apariencia insignificante pero que puede traer consecuencias catastróficas. Aprendimos así que una mujer que explora su curiosidad será responsable de todas las desgracias.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
El relato judeo-cristiano por otro lado dice que a partir de una costilla del hombre Dios crea a la mujer, quien, motorizada por su profundo deseo de saber, le desobedece probando el fruto prohibido del árbol del conocimiento. La expulsión de edén y el pecado original son entonces las consecuencias y como castigo, ella “parirá con
dolor” y estará siempre bajo la tutela del hombre. “Somos las nietas de todas las Brujas que no pudieron quemar...” Repetimos esta consigna en cada marcha porque es hoy una forma de retomar una historia de persecución pocas veces reconocida por la historiografía, de re-significar un estigma machista, de re-conocernos herederas de una historia de lucha. ‘Brujas’ eran las mujeres que tenían conocimientos emancipatorios: sabían sobre medicina ancestral y sobre los procesos de cultivo de los alimentos, conocían sus cuerpxs, ejercían su sexualidad libremente, tenían control sobre su capacidad reproductiva y, además, sociabilizaban sus conocimientos. Un movimiento de base 66
de mujeres opuesto al orden establecido que proponía modelos alternativos de vida en comunidad desafiando las normas sexuales dominantes; una red que ponía en peligro el sistema económico productivo que estaba por venir y que, por tanto, debía ser coartada. La ‘Caza de brujas’ fue, entonces, la persecución y asesinato de mujeres en la transición al capitalismo. Silvia Federici sitúa el problema en este momento histórico porque considera que
Gabriela Barcia
esta persecución fue un proceso fundante de la modernidad al desarticular las relaciones comunales y disciplinar a las mujeres para que aceptaran su nuevo lugar en el mundo: el lugar de trabajadoras invisibles en la producción y cuidado de la fuerza de trabajo, o sea, en la reproducción (Federici, 2010). Para el sistema capitalista los vientres gestantes pasaban a ser el bien más preciado y debían ser controlados. Para esas brujas el castigo era la hoguera; para nosotres, hoy, las estrategias de disciplinamiento se reinventan en lógicas modernas. En Mujeres, casas y ciudades, Zaida Muxí menciona algunas experiencias que han abierto el camino hacia la emancipación femenina: la conquista de un espacio físico propio que posibilite una gestión de la intimidad y el desarrollo de las subjetividades. En ese sentido, ya en el siglo XIV Christine de Pizan escribía La
Ciudad de las Damas y buscaba romper con el silencio público que se les imponía a las mujeres en favor de un modelo de género femenino de sumisión y privación. Retratándose atrincherada en su estudio detrás de una montaña de libros, reconocía que era la suya una situación excepcional y de privilegio que le había permitido aislarse para poder desarrollar una actividad intelectual y desde allí imaginaba la posibilidad de una ciudad levantada por mujeres como espacio de libertad para defenderse de la misoginia literaria a la que estaban acostumbradas. Retomando estas ideas
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
en 1929, Virginia Woolf plantea en Una habitación propia que hay algo que diferencia de manera radical el mundo creativo masculino del femenino: las condiciones en las que ese trabajo se desarrolla y se ha desarrollado históricamente. Reclama la necesidad de un espacio propio y privado como condición imprescindible, junto con la independencia financiera y económica, para que las mujeres puedan ser y pensar. Muchos años más tarde Soledad Murillo habla
del mito de la vida privada haciendo referencia a que la ausencia de la mujer en el espacio público le arrebató también la concepción de la vivienda como lugar de descanso para su desarrollo personalintelectual y concluye que lo doméstico sufre doble exclusión: del espacio público y del espacio privado. (Muxí, 2018). Son estas algunas construcciones que han legitimado una diferencia política que ha condicionado los modos de hacer y de pensar/ nos. Si el proceso de cognición se da a partir de la información recibida, es urgente re-visar cómo la organización dominante del conocimiento ha excluido a través de la historia la diversidad de 68
experiencias. Hacerlo con perspectiva de género y de-colonial implica necesariamente de-construir la historiografía hegemónica y des-velar la falsa neutralidad y universalidad en la transmisión de conocimientos y en la construcción de los relatos históricos. A partir de aquí nos preguntamos sobre el aporte de mujeres y disidencias como cuerpo colectivo en las producciones disciplinares
(1) El trabajo de este colectivo puede consultarse en la página web: https:// undiaunaarquitecta.wordpress.com/ (consulta: 30 de marzo 2021). (2) “Nosotras estábamos” fue una de las consignas en los primeros encuentros de las Mujeres en Ronda en la FAPyD a principios de 2019 para visibilizar la participación de todas las arquitectas, constructoras, diseñadoras, que el dogma historizador machista ocultó detras de los “héroes de la arquitectura moderna”.
Gabriela Barcia
(3) En 2018 la arq. Carolina Quiroga presentó ante la Comisión Nacional de
y sobre la importancia de la implicancia de las vivencias personales
un proyecto para incluir a la arq. Gálvez Bunge como co-autora de la obra, revisando la declaratoria vigente, a partir de lo cual la CNMLBH se expide sobre la autoría del edificio sentando un precedente en términos de valoración patrimonial que impulsa a integrar enfoques de género en la consideración de imágenes patrimoniales y bienes culturales.
del colectivo Un día, Una arquitecta1 ha sido disparador de estas
Monumentos, Lugares y Bienes Históricos
en el proceso proyectual. Acerca de esto, el trabajo sostenido inquietudes y la fuente principal de consulta en nuestros debates. NOSOTRAS TAMBIÉN ESTÁBAMOS! 2 Con motivo de un encuentro en Mar del Plata al cual nos invitaron desde el Colegio de Arquitectos de esta ciudad para socializar experiencias junto a otras colectivas feministas, algunes integrantes de la Colectiva ARQuelarre tuvimos la oportunidad de visitar la Casa
sobre el Arroyo, obra ícono de la arquitectura moderna de nuestro país y declarada como Monumento Artístico Histórico Nacional, cuya autoría fue principalmente atribuida al reconocido arquitecto argentino Amancio Williams. Nos adentramos entonces en las investigaciones iniciadas por Un
día, Una arquitecta, específicamente en el proyecto de investigación de la arquitecta Carolina Quiroga3, para poner en valor el trabajo de la arquitecta Delfina Gálvez Bunge quien era socia de Williams, además su esposa y madre de sus hijes, y cuya autoría en esta obra fue pocas veces mencionada, hasta finalmente quedar invisibilizada. Delfina Gálvez Bunge fue una arquitecta argentina del siglo pasado que trabajó en sociedad con su esposo en diferentes proyectos de arquitectura y urbanización. De formación universitaria, se movía en
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
círculos intelectuales de la alta sociedad y, obediente a los mandatos sociales, cumplía con los roles de género asignados. Existe material de archivo suficiente que da cuenta de su participación en distintos trabajos y específicamente en este; firma como proyectista en el cartel de obra, es mencionada como co-autora en publicaciones de la época4 y también aparece en fotografías donde se la puede ver trabajando en etapa de encofrados y armadura del hormigón. A pesar de esto, consultada sobre su co-autoría en las obras, ella misma manifiesta que no valoraba su rol como activo, limitándose a reconocer su participación en la decoración interior o en trabajos de jardinería, sugiriéndolas como categorías de menor importancia. Es llamativo como en la entrevista que le hicieron para el Club de
Arquitectura5 Delfina se asume como ‘colaboradora’ junto a otras personas pero a su vez dice textualmente que “Amancio hacía
todo solo”, que “la idea siempre era de Amancio” y considera que 70
en la historia de la arquitectura mundial “no ha habido mujeres
arquitectas muy importantes” y que “si alguna hubiera sido un genio
Tapa de revista Nuestra Arquitectura Nº8 (1947). (4) La revista Nuestra Arquitectura dedica la publicación Nº8 (1947) a esta obra y en la Revista de Arquitectura Nº329 (1948) la misma es publicada en las pp.138-159. Ambas registran el trabajo en colaboración de Williams y Gálvez Bunge.
tenemos socialmente permitido quienes no entramos dentro de
(5) Entrevista a Delfina Gálvez Bunge, por Sofía Picozzi y Marina Zuccon. Bs.As, 0809-2004. Puede consultarse en la página web: http://clubdearquitectura.blogspot. com /2005/03/en-exclusiva-para-el-clubde.html (consulta: 30 de marzo 2021).
los parámetros de ese sujeto neutral, masculino y de jerarquía
(6) Cita textual.
de la arquitectura habría terminado por aparecer”6. Esto nos invitó a pensar y a preguntarnos sobre el papel que
Gabriela Barcia
patriarcal construido por la historia eurocéntrica, que es en sí mismo excluyente (ya que piensa en un hombre ideal; saludable, productivo y con capacidad económica) y cuya vida privada está resuelta por otra persona: la mujer “sostenedora” que se hace cargo del trabajo reproductivo, del trabajo de los cuidados y a su disposición en el plano sexual y que, para ello debe relegar su crecimiento personal.
Izquierda: Cartel de obra de la Casa sobre el arroyo. Derecha: Delfina Gálvez fotografiada en obra.
Bunge
Si históricamente se nos ha designado en el rol de colaboradores/ asistentes, nos preguntamos sobre otras maneras posibles de pensar en formas de co-autoría, co-producciones más horizontales, participaciones des-jerarquizadas.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
¿Cuáles son los mecanismos de reconocimiento?, ¿qué experiencias son validadas?, ¿quién las valida?... Nos permitimos dudar de “las mejores ideas”, esas que aprendimos eran “brillantes”, de los grandes maestros, “los héroes de la arquitectura moderna”; y preguntarnos cuántas experiencias previas se han omitido en esa forma de contar la historia. Reconocemos que estas definiciones y esta idea de supremacía masculina de la que Delfina habla en la entrevista y que aún hoy persiste en el inconsciente colectivo está sustentada en el relato predominante de una sociedad patriarcal que fue borrando los rastros de las mujeres que tuvieron participación directa en determinados procesos de construcción colectiva y que hoy en día se consideran aportaciones exclusivamente masculinas (Muxí, 2018). Marina Waisman dice que “Los problemas históricos se resuelven por
medio de la investigación (…) Los problemas historiográficos, por el contrario, comprometen directamente la ideología del historiador (…)” (Waisman, 1990:15)
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Maqueta experimental a escala del proyecto de bóvedas cáscaras, donde se puede ver a tres personas (a la izq. Delfina Gálvez Bunge). Foto cedida por el Dr. Arq. Luis Müller a la Dra. Arq. Alejandra Buzaglo.
TEJER LA TRAMA DE LO COLECTIVO En la experiencia de Delfina Gálvez Bunge reconocemos estas borraduras y la invitación finalmente es a des-armar los viejos cuentos, a posibilitarnos lecturas que partan de la sospecha y nos permitan diseñar colectivamente estrategias que nos sostengan en lo que pudimos ir tejiendo, a re-conocernos en el relato y
(7) Enunciado por primera vez en 1969 por Carol Hanisch en una manifestación feminista; las protagonistas de la segunda ola feminista dicen que la frase en sí misma es una construcción colectiva porque surge de conversaciones entre millones de mujeres.
Gabriela Barcia
valorar nuestras participaciones para contribuir en la visibilización de experiencias diversas y en la deconstrucción de las narrativas predominantes aceptadas como universales e incuestionables, que alimentan las violencias simbólicas que moldean el hacer de nuestra disciplina. Invocando a todas las brujas, nuestras maestras, sostenemos que “lo personal es político”7 y nos hacemos preguntas colectivas como formas de politicidad.
BIBLIOGRAFÍA - BEARD, Mery. 2017. Women & Power. A Manifesto (Londres: Profile Books). Trad. por Silvia Furió, Mujeres y Poder. Un manifiesto (Barcelona: Ed. Planeta S.A., 2018). - DE PIZAN, Christine. c.1405. Le Livre de la Cité des dames (Paris). Trad. Marie-José Lemarchand, La ciudad de las damas (Ed. Dig. Titivillus, 2017). - FEDERICI, Silvia. 2004. Caliban and the witch. Women, The Body and Primitive Accumulation, (Autonomedia). Trad. por Verónica Hendel y Leopoldo Sebastián Touza, Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria (Madrid: Traficantes de sueños, 2010). - MURILLO, Soledad. 1996. El mito de la vida privada. De la entrega al tiempo propio. (Madrid: Siglo XXI de España editores, S.A.) - MUXI MARTINEZ, Zaida. 2018. Mujeres, casas y ciudades. Más allá del umbral. (Barcelona: DPR-Barcelona). - PICOZZI, Sofía; ZUCCON, Marina. 2005. “En exclusiva para el Club de Arquitectura: Entrevista a Delfina Gálvez” (Bs. As. 08-09-2004). Disponible en http://clubdearquitectura.blogspot.com/2005/03/en-exclusiva-para-el-club-de.html (consulta: 30 de marzo 2021). - QUIROGA, Carolina; QUIROGA, Mariana; LAPADULA, María Inés; ALONSO, Juan Manuel. 2019. “Patrimonio, imágenes y género: nuevos criterios de valoración e intervención patrimonial”. Proyecto SI PIA PyH-23 – CECPUR. - SOUSA SANTOS, Boaventura de. 2018. The End of the Cognitive Empire. The Coming of Age of Epistemologies of the South (EEUU: Duke University Press Books) Trad. por Àlex Tarradellas, El fin del imperio cognitivo. La afirmación de las epistemologías del sur (Madrid: Trotta, S.A., 2019) - WAISMAN, Marina. 1990. El interior de la historia: historiografía arquitectónica para uso de Latinoamericanos (Colombia; Ed. Escala). - WILLIAMS, Amancio; GALVEZ BUNGE, Delfina. 1947. “Casa en Mar del Plata”. Revista Nuestra Arquitectura, Nº8, número dedicado. Bs.As. - WILLIAMS, Amancio; GALVEZ BUNGE, Delfina. 1948. “Casa en Mar del Plata”. Revista de Arquitectura, Nº329, pp. 137-159. Bs.As. - WOOLF, Virgina. 1929. A room of one’s own (Londres: The Hogarth Press Ltd.). Trad. Laura Pujol, Una habitación propia (Barcelona: Seix Barral, 2008).
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TRAPITOS AL SOL -UNA EXPERIENCIA ESPACIAL Y PERFORMÁTICA por Arq. Laura
Nuccetelli*
El 8 de marzo es una fecha significativa a nivel internacional. Se conmemora el día de la mujer trabajadora en memoria de las 123 mujeres trabajadoras y 23 trabajadores, que murieron en el incendio de la fábrica “Triangle Shirtwaist” de Nueva York, el 25 de marzo de 1911. Estas trabajadoras y trabajadores llevaban a cabo una huelga, reclamaban mejores condiciones laborales, recorte de horas de trabajo y la finalización del trabajo infantil. Era muy común en la época que los dueños de las fábricas cerraran las puertas de sus edificios para evitar el robo, por lo que un incendio en circunstancias desconocidas terminó en tragedia. El 8 de marzo de 2017, se llevó a cabo el primer “Paro Internacional de Mujeres” que fue llevado adelante por organizaciones de mujeres de más de 50 países para visibilizar la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica. Para el 8 de marzo de 2019, las compañeras de la colectiva Arquelarre participaron de este paro con la intervención artístico/espacial “Me gustas Viva”. Ese mismo año, la colectiva fue declarada de interés 74
académico y cultural en el concejo directivo de la FAPYD. 2020 – SACANDO LOS TRAPITOS AL SOL La “Colectiva Arquelarre” es una colectiva feminista de la FAPyD. Entre sus muchas actividades realiza investigación sobre feminismos, cuerpos feminizados y arquitectura, realiza activismo e intenta
(*) Arquitecta por la UNR. Docente nivel secundario. Profesional Independiente. Colaboradora en la Materia Optativa “Feminismos, Arquitecturas y Territorios.” Es integrante del PID “Feminismos, Arquitecturas y Territorios. Perspectiva de géneros hacia la justicia socio-espacial” Miembro de la colectiva Arquelarre.
Laura Nuccetelli
“hackear los espacios públicos” (Buzaglo, Alejandra, 2018: 43) con intervenciones artístico/espaciales, que luego son insumos para el trabajo de investigación. Partiendo de la premisa “lo personal es político”, voy a
narrar
esta intervención como “relato de vivencia”, tanto personal como colectiva, recurriendo para ello a un abordaje, fenomenológico y experiencial. PROYECTAR COLECTIVAMENTE Una de las mujeres que integran la colectiva me invitó a participar de esta nueva intervención. El proceso de proyecto fue siempre asambleario, con múltiples reuniones, en las que profesionales, docentes y estudiantes sentadas en ronda en la plaza Canadá propusimos
ideas,
comentamos
experiencias
e
ideamos
metodologías de abordaje espacial. (1) concepto acuñado en el marco de la tesis doctoral (Buzaglo, Alejandra, 2018:18)
CON LA “TECTÓNICA DE LO DISPONIBLE”1 La intervención contaba con varias premisas, una de ellas era replicar conceptos de la intervención del año 2019, “Me gustas viva”. En asamblea se decidió visibilizar los nombres de las mujeres muertas por femicidio durante el 2020, tal como sucediera en la previa intervención que alcanzó visibilidad en la ciudad. Otra de las consignas era imaginar la posterior reutilizarción de los materiales.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
También era necesario que esta nueva intervención fuera de fácil traslado, ya que participaríamos como cuerpa de la marcha del 8M y la intervención marcharía con nosotras. Se decidió que la intervención fuera una irrupción en el campus universitario de la FAPYD. Se trataba del intento de “hackear” la espacialidad de la plaza Canadá y propiciar la reflexión sobre el tema, increpando a estudiantes de cursillos de ingreso y de grado, docentes, no docentes y otras personas que transitaran el campus. La intención fue generar preguntas. Contábamos con sogas, pintura, y un presupuesto que tal vez nos alcanzaría para comprar telas. Nos acordamos de Jean Claude y Christo. Las obras de la pareja suelen ser citadas en las cátedras proyectuales de la FAPYD al abordar la dimensión del paisaje. Pero en mi experiencia, solo se presenta como autor de las obras de la pareja a la contraparte masculina, Christo. La invisibilización de las autoras y coautoras es una práctica común en nuestra disciplina. La 76
crítica de Arte por otra parte, sí reconoce y valora el trabajo de Jean Claude. Explicó la pareja,
Nuestra obra tiene una dimensión estética: es dinámica. Una acción dinámica siempre es muy frágil, como el nómada que vive en el desierto una semana y después se va. Hay una dinámica física. Y con ella se relaciona también el material
Instalación itinerante “Trapitos al sol” en la Plaza Canadá de la Ciudad Universitaria Rosario (CUR). Ph: Albertina Gonzales
Laura Nuccetelli
principal que utilizamos, la tela, porque es vulnerable, se mueve con el viento, y es tornasolada. No es estática. (Iracheta, Maité: 2004)
La dimensión de la plaza Canadá, ubicada en el ingreso de las facultades es significativamente menor a las intervenciones de Jean Claude y Christo. Se ponderó el impacto de la intervención por la Página siguiente. Instalación itinerante“Trapitos al sol” en la Plaza Canadá de la Ciudad Universitaria Rosario (CUR)
cantidad de personas que convergen en ese espacio y se intentó abordar la escala en función de los materiales disponibles. Habíamos definido la estrategia espacial y material de una
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
intervención que decidimos llamar, “Trapitos al sol” aludiendo no solo a la materia con que operamos sino también a las dimensiones simbólicas y políticas, en tanto oportunidad de denuncia. Esta intervención denuncia los femicidios en la Argentina durante el año 2020. LO
PERFORMÁTICO,
LO
PARTICIPATIVO
Y
LO
TRANSGNOSEOLÓGICO La dimensión política y de denuncia comienza con el nombre de la instalación. Sacar los “Trapitos al sol” como frase popular significa mostrar lo que no se ve. Lo que debe quedar en el interior de los hogares, tal como sucede con las violencias de género. Lo performático acontece con el proceso de ejecución del proyecto, la colectiva compró telas blancas que teñimos en la misma plaza Canadá a la vista de todes. Llevamos a cabo una acción, usualmente atribuida al género femenino, correspondiente a tareas reproductivas 78
del hogar, que son tareas que por lo general realizan las mujeres y no son retribuidas. Los estudios feministas fueron los que comenzaron a discutir las categorías marxistas tradicionales de trabajo “productivo” (definido como el que se compra y vende en el mercado) y “reproductivo” (definido como el trabajo doméstico y de cuidados socialmente
Instalación itinerante “Trapitos al sol” en la Plaza Canadá de la Ciudad Universitaria Rosario (CUR). Actividad performativa. Ph: Albertina Gonzales
Laura Nuccetelli
necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo). Este acto de teñir las telas en fuentones, como las antiguas lavanderas, lavarlas y colgarlas, intentó también contar ese otro tipo de violencia hacia la mujer que consiste en no valorar su trabajo.
…el trabajo doméstico implica una tarea diaria, continua, a menudo en combinación con bienes de capital y con necesidades de inversión económica. El objetivo de esta producción es satisfacer las necesidades de los miembros del hogar, tales como alimento, vestido, descanso y otros. Consiste en garantizar, por un lado, la recuperación de las energías de la población que participa de la actividad productiva remunerada, el éxito en los ciclos educativos y formativos de la población que en el futuro participará, o bien el descanso y el cuidado de las personas que han participado en el pasado. En consecuencia, la producción doméstica genera un valor, no mercantil, pero si funcional y estructural, que es imprescindible para el desarrollo normal de los miembros de la sociedad y de la economía considerada en conjunto. (Carrasco Bengoa, Cristina y Serrano Gutiérrez, Mónica, 2006: 3)
Como colectiva participamos de la asamblea feminista para la organización de la marcha y actividades del 8M que se llevó a cabo
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
en el Centro Cultural Fontanarrosa de la ciudad de Rosario, formando parte de distintas comisiones. Esta participación, nos acercó a otras colectivas de mujeres con diferentes luchas, capacidades, deseos. En la comisión de cultura decidimos que nuestra intervención iba a ser parte de las distintas actividades preparatorias para el paro. La forma de decisión asamblearia es muy diferente a la forma de realizar tradicionalmente actividades de deliberación en nuestra disciplina. Nos sentamos en una ronda, nadie es más que nadie, sin jerarquías establecidas, todo se propone, se evalúa, se enriquece con el saber y la participación. Colectivas de actrices, colectivas de mujeres muralistas, mujeres músicas, comunicadoras y de otros saberes nos unimos en un solo pensar, como si fuéramos una mente colectiva. Compartiendo y enriqueciendo visiones En este marco la propuesta performática de la intervención se enriqueció notablemente: formaban ya parte de la instalación, todas estas colectivas con sus saberes y aptitudes que se incorporaron al proyecto ahora transgnoseológico. 80
Como parte de estas actividades sacamos los “trapitos al sol” a distintos espacios públicos para visibilizar las denuncias. Llevamos la instalación a tribunales Provinciales de Rosario, donde pintamos en los pañuelos los nombres de las víctimas de femicidio del año 2020, y escribimos en cada uno la edad, apellido, y fecha de muerte. A esta actividad se sumaron las mujeres y personas disidentes de
Laura Nuccetelli
Página anterior. Instalación itinerante“Trapitos al sol” en Tribunales Provinciales de la ciudad de Rosario. Actividad performativa.
otras comisiones y también transeúntes. Cada pañuelo, concebido como gesto de denuncia y visibilización, se colgaba de sogas y cables. Las compañeras de la colectiva de actrices realizaron una
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
performance en este espacio generado por la intervención, coreando los nombres de las 65 mujeres, niñas y mujeres trans muertas en femicidios y transfemicidios sucedidos hasta ese día 5 de marzo de 2020. En esta tarea colaborativa, el observatorio coordinado por la Concejala Norma López nos acercó los nombres e historias de cada una de ellas. Se puede acceder a estos datos en la página web www. normalopezsf.com.ar Como parte de las actividades también intervenimos el Centro Penal de Justicia de Rosario ubicado en Mitre 2800 y La Otra Casa, donde la intervención fue parte de la jornada cultural “La noche de las mujeres”. En la que la intervención fue el marco para expresiones de poetizas y músicas. El 8M 2020 Por cuarto año consecutivo mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, no binaries, afros, originarias e indígenas pararon el mundo en el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Ese año, la marcha 82
y paro se trasladaron al lunes 9 por cuestiones de visibilización de las acciones. La marcha partió de la plaza Montenegro, donde hubo actividades artísticas, ahí estaba también la Colectiva Arquelarre. Como parte de la instalación performática se armaron los tendederos y se colgaron los pañuelos violetas con los nombres, con participación
Arquelarre en las redes ig ARQuelarre “Palpitando el 8M. Sacamos los trapitos al sol”.
Laura Nuccetelli
de las personas que se reunían en ese foro. La cuerpa de Arquelarre marchó segunda en esa marea humana de más de 50.000 personas que llegaron en manifestación al Parque Nacional a la Bandera. Las 71 mujeres, niñas y mujeres trans muertas por femicidio y transfemicidio hasta ese día de marzo marcharon con nosotras en ese tendedero estandarte. Las compañeras de la colectiva que participaron de la comisión de proclama aportaron a este documento que se leyó en el escenario del Parque Nacional a la Bandera la consigna: “Paramos contra el modelo de ciudad hegemónico”. Ese mismo año, una pandemia mundial nos alejó de nuestro ámbito de intervención, los espacios públicos. Sin embargo, la colectiva continuó con su trabajo. En nuestro laboratorio de investigaciones espaciales desarrollamos la reflexión meditada de la interrelación entre espacios, arquitectura, urbanismo, paisaje y feminismos, desde un proceso de gestión colaborativa. Para “Trapitos al sol” experimentamos a través de una instalación efímera.
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PENSANDO LA COMUNIDAD ACADÉMICA DE ARQUITECTES EN PERSPECTIVA HISTÓRICOCUANTITATIVA DE GÉNERO (ROSARIO, 1985-2019)
(RE)
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por Romina Seri; Ivana Farré; Nestor Acosta y Natalia Schreiber * RESUMEN El presente artículo tiene por objetivo contribuir al estudio de los lugares que históricamente han venido ocupando las mujeres arquitectas en la estructura académica de la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario (FAPyD-UNR). Para ello, se fija como arco de tiempo a analizar el período que se inicia en 1985, con la reorganización institucional de la facultad, tras la vuelta de la democracia argentina, hasta llegar al estado de situación actual para el 2019. La propuesta intenta analizar críticamente la organización de la población académica en el tiempo, a partir de la construcción de estudios cuantitativos que incorporan indicadores con perspectiva de género y bajo el supuesto que existe una brecha de representación de mujeres en los espacios de poder en la FAPyD. En primer lugar, se presentan los criterios considerados para la elaboración del trabajo y las herramientas de estudio adoptadas para alcanzar 84
el objetivo propuesto. A continuación, se analiza la composición de la comunidad académica en el tiempo y su distribución por sexo, en relación con la estructura jerárquica de cargos, poder de representación y participación en las decisiones de la FAPyD. Para finalizar, se ensayan lecturas interpretativas que intentan colaborar en los procesos de revisión y reorganización institucional en curso, sobre bases representativas hacia la equidad de género.
(*) Romina Seri. Arquitecta y Doctoranda en Arquitectura por la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario (FAPyD-UNR). Becaria interna doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Docente Jefa de Trabajos Prácticos en el Área Historia de la Arquitectura, en las asignaturas Historia de la Arquitectura I, II y III, Taller Dra. Arq. Silvia Dócola, FAPyDUNR. PALABRAS CLAVE: MUJERARQUITECTURA- FAPYD- GÉNERO
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
INTRODUCCIÓN (1)Este artículo se encuentra inscripto en el marco de dos proyectos de investigación en curso. Por un lado el proyecto denominado “Feminismos, arquitecturas y territorios. Perspectivas de géneros hacia la justicia socio-espacial.”, iniciado en el 2020 en la FAPyD-UNR como integrante bajo la dirección de la Dra. Arq. Alejandra Buzaglo. Por otro lado el proyecto de investigación doctoral “Huellas de Mujer: la conquista del Espacio. Arquitectas protagonistas de la historia argentina. Rosario (19601970)”, que la arquitecta Romina Seri viene desarrollando desde el 2016 como becaria CONICET, bajo la dirección de la Dra. M. Laura Rosa en FAPyD, CURDIUR (CONICET-UNR).
Tal como sostiene Ricardo González Leandri (2003), la institución
(2) El diseño y confección del material gráfico presentado ha sido realizado en colaboración con el arquitecto Martín Néstor Acosta y las arquitectas Ivana Farré y Natalia Screiber.
En esta dirección, indagar acerca de la construcción histórica de
académica universitaria ocupa un lugar central en la trama particular de la historia de las profesiones, como espacio de legitimación, investigación e instrucción para cada grupo. Dentro del mismo, se define y redefine el cuerpo de doctrina propio de cada profesión, a partir de la delimitación de aspiraciones jurisdiccionales frente a la competencia que plantean otros ámbitos profesionales cercanos o que realizan actividades similares. La facultad representa, por tanto, un enclave fundamental donde es posible identificar el despliegue de una serie de estrategias colectivas e individuales de los grupos profesionales, orientadas a la construcción, consolidación y conquista de espacios de poder y prestigio.
estos enclaves de poder, incorporando a dicho estudio indicadores con perspectiva de género, resulta ineludible para visibilizar la situación de las mujeres en relación a estas estructuras universitarias. Estudios recientes identifican que en las últimas décadas las universidades de la región registran una presencia mayoritaria de mujeres dentro del claustro estudiantil (Rojo, 2018). Esta situación permite reconocer, por un lado, una importante conquista del colectivo femenino en relación al derecho a la educación superior y, por otro, un cambio social en relación al rol históricamente
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
adjudicado a las mujeres dentro del ideal de domesticidad de la democracia patriarcal. No obstante, este incremento en el acceso a la educación superior de las féminas, resulta insuficiente a la hora de evaluar el grado de representación del colectivo en los espacios académicos de toma de decisiones institucionales. Por tanto, la premisa que orienta este trabajo sugiere que, si bien las mujeres son mayoría en la comunidad universitaria de las últimas décadas en la FAPyD, esta realidad se encuentra sub-representada en los enclaves de poder y prestigio académicos. Inferencia que se encuentra en sintonía con investigaciones estadísticas realizadas tanto a escala nacional (Ferreyra y Martínez, 2017) como regional (CEPAL, 2016). Tomando como fuente primaria de estudio información oficial proporcionada por diferentes dependencias de la FAPyD, se construyen y presentan a continuación una serie de indicadores acerca de la composición según sexo de: claustro graduados, claustro docente categoría “encargados de curso”, autoridades 86
en la gestión del poder ejecutivo y autoridades académicas e integrantes de comités de las revistas Arquitectura y Planeamiento (A&P). Acompaña todo el desarrollo una cronología que intenta exhibir
una
serie
de
acontecimientos
protagonizados
por
diferentes actrices y actores en relación, que desde 1983 al hoy, han ido moldeando y consolidando el campo disciplinar de la arquitectura rosarina. El análisis crítico-interpretativo de cómo
Natalia Schreiber, es Arquitecta Natalia Schreiber Auxiliar de 1ra en Historia de la Arquitectura, FAPyD-UNR, integrante del antes mencionado PID, FAPyD-UNR, dirigido por la Dra. Arq. Alejandra Buzaglo.
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
se organiza toda esta trama institucional en el tiempo, desde un enfoque con perspectiva de género, habilita reconocer patrones de conductas propios del grupo profesional bajo estudio. SOBRE LOS ESPACIOS DE PODER TRADICIONALES EN LA FAPYD (3)Fundamentación del programa del Seminario Doctoral: “Grupos y campos profesionales. Miradas desde la teoría y la Historia”, dictado por el doctor Leandri en el 2016 en el Doctorado en Arquitectura, FAPyD, UNR.
La importancia sociocultural del llamado ideal profesional en el siglo XX, con raíces en el XIX, se nutre del énfasis que coloca en carreras y credenciales, nuevas jerarquías y mecanismos de competencia, basados en la educación especializada y el entrenamiento prolongado. Ricardo González Leandri (2003)3 La recuperación de la ansiada democracia del Estado nacional argentino llega finalmente en 1983, dejando atrás una etapa de intervenciones y regulaciones autoritarias en las universidades por parte de los sucesivos gobiernos de facto. Este panorama trae aparejado un proceso de reorganización de estas instituciones, orientado a recuperar poco a poco sus autonomías académicas. Así, de la mano del nuevo gobierno nacional presidido por el Dr.
Martín Néstor Acosta. Auxiliar de 2da en Historia de la Arquitectura, FAPyDintegrante del antes mencionado PID, FAPyD-UNR, dirigido por la Dra. Arq. Alejandra Buzaglo.
Raúl Alfonsín, el Estado asume el compromiso de “normalizar” las universidades. Dicho proceso demanda un tiempo de transición que en la UNR finaliza con el llamado a elecciones en abril de 1986, cuando en Asamblea Universitaria se elige democráticamente al
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
nuevo rector, junto con la reconstitución del Consejo Superior representado por los respectivos claustros: docente, estudiantil y graduados. En esta misma dirección la FAPyD inicia su propio proceso de reestructuración interno, siendo pionera a nivel nacional, entre las facultades de arquitectura de gestión pública, en decidir reactivar desde 1985 los debates acerca de los contenidos académicos y diseño de un nuevo plan de estudio. Así para 1986, tras elegir democrática sus autoridades, la institución decide en adelante concentrar sus acciones principalmente en reorganizar el sistema de acceso directo de sus estudiantes, aprobar e instrumentar el nuevo plan de estudio de la democracia y recomponer su planta docente convocando a ex-docentes exiliados o expulsados y formalizando los primeros concursos nacionales. El título universitario que cada profesional obtiene tras finalizar su proceso de formación superior representa, de acuerdo con Sarfatti 88
Larson (1988:162-163), un bien cultural que habilita el ingreso al mercado de servicios con determinada ventaja competitiva respecto de otros actores. Dicha certificación asegura entonces la pertenencia a un determinado grupo social de elite, porque convalida ciertas pretensiones de conocimientos adquiridos por sus integrantes. Esto genera una distancia social respecto de la media, confiriendo a los profesionales un poder socialmente
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
legitimado para controlar determinadas incertidumbres. Por esta razón, el estudio cuantitativo de la comunidad académica de la FAPyD desde el retorno de la democracia en adelante, resulta clave para conocer cómo se ha ido organizando históricamente la relación mujeres-hombres respecto a la demanda y posibilidades de acceso a este bien cultural. A través del análisis gráfico de relaciones porcentuales entre egresadas mujeres y hombres, es posible identificar un proceso de “feminización” de la disciplina en curso desde 1983 en adelante. En valores absolutos, se observa año a año una reducción del predomino de la cantidad de hombres egresados respecto de la cantidad de mujeres. Esta tendencia histórica registra como punto de inflexión el año 1998, donde la cantidad absoluta de arquitectas egresadas casi iguala al de egresados hombres. En adelante, se verifica una inversión sostenida en el tiempo de esta brecha en valores absolutos, superando siempre el número de mujeres egresadas al de hombres. Esta diferencia se incrementa cada vez más registrando un pico en el 2014 de 186 mujeres y 106 hombres, máxima distancia registrada en la historia de la FAPyD. No obstante esta tendencia registrada en valores absolutos, el Ivana Farré, es Arquitecta, Adscripta a la Docencia en Historia de la Arquitectura, FAPyD-UNR e integrante del antes mencionado PID, FAPyD-UNR, dirigido por la Dra. Arq. Alejandra Buzaglo.
estudio de la gráfica de egresados por sexo acumulado histórico, devela que al 2019 aún no se ha logrado alcanzar la paridad (4587 mujeres = 48,58% / 4856 hombres = 51,42%). Por todo lo dicho, es posible comprobar que la Arquitectura ha sido históricamente un
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
“Cantidades Absolutas de Egresados FAPyDUNR según sexo (1983-2019)” . Fuente: Elaboración Propia.
“Cantidades Porcentuales de Egresados FAPyD-UNR por año, según sexo”. Fuente: Elaboración Propia.
“Acumulado Histórico de Egresados FAPyDUNR en valores absolutos, según sexo (19292019)”. Fuente: Elaboración Propia 90
“Acumulado Histórico Porcentual de Egresados FAPyD-UNR al 2019, según sexo” . Fuente: Elaboración Propia
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
campo disciplinar de dominio masculino, condición en proceso de feminización. A medida que los estudiantes se gradúan, muchos deciden participar en los espacios de organización y gestión del campo profesional, pasando a formar parte del cuerpo de docentes, investigadores y autoridades de la Facultad y/o bien colaborando en las instituciones encargadas de regular la práctica profesional. En esta dirección, estudiar la estructura organizacional de la comunidad académica de la FAPyD en sentido vertical y horizontal, permite detectar patrones de estratificación de las mujeres en determinados espacios y analizar desplazamientos en el tiempo. La gráfica de autoridades del poder ejecutivo acumulado histórico discriminado por sexo y jerarquía, exhibe que a lo largo de 33 años (1986-2019) de gobierno democrático, donde se sucedieron ocho mandatos cuatrienales, solo en un período la facultad contó con una arquitecta mujer ocupando el cargo de máxima jerarquía: Decana Dra. Arq. Isabel Martínez de San Vicente (2011-2015). Este hecho cobra mayor significación si se considera que se trata de la primera vez en la historia de toda la institución, que una mujer preside dicho espacio de poder. Respecto del puesto inmediatamente inferior, se observa que de ocho vicedecanatos solo dos arquitectas en las dos últimas gestiones ocuparon este lugar (2011-2015 y 2015-2019).
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Resulta oportuno destacar, según señalan Ferreyra y Martínez (2017:32), que a escala UNR este fenómeno de exclusión se acentúa en los puestos de máxima representación, verificándose una ausencia histórica de mujeres ocupando los cargos de Rectorado y Vicerrectorado respectivamente. Esta condición se reproduce en gran parte de las instituciones de educación superior nacionales e internacionales. Al continuar el descenso por la estructura de autoridades de la FAPyD, se verifica mayor presencia femenina en espacios de menor poder de decisión y representación. Este fenómeno de desplazamiento vertical de las mujeres de los espacios de mayor responsabilidad en la jerarquía institucional, dialoga con la tendencia horizontal de “segregación ocupacional por sexo” que describe Escarrer (2007:05), como fenómeno de concentración de mujeres y hombres en áreas de acuerdo a estereotipos y roles de género. Así, es posible reconocer en el organigrama de la FAPyD, mayor 92
paridad por sexo en las secretarías que se encuentran en la base de la pirámide de autoridades ejecutivas, con tendencia a reunir mujeres en espacios de perfil académico (Secretarías de Investigación, Autoevaluación y Posgrado), mientras que los hombres se concentras en áreas vinculadas con la gestión de recursos y vinculación con el medio (Secretaría Técnica, Extensión Universitaria, Financiera).
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
“Autoridades Poder Ejecutivo FAPyD-UNR por jerarquía de cargo, según sexo (19862019)”. Fuente: Elaboración Propia
“Autoridades Decanato FAPyDUNR según sexo (1986-2019)”. Fuente: Elaboración Propia
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“Autoridades Vicedecanato FAPyD-UNR según sexo (19862019)”. Fuente: Elaboración Propia
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
“Autoridades Secretaría Académica FAPyD-UNR según sexo (1986-2019)”. Fuente: Elaboración Propia
“Autoridades Secretarías FAPyDUNR según sexo (1986-2019)”. Fuente: Elaboración Propia
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“Cantidades Absolutas de Docente FAPyD-UNR encargados de curso, según sexo (1992-2020)” . Fuente: Elaboración Propia
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
En relación al estudio del claustro docente, se presentan datos relacionados con titulares y/o adjuntos “encargados de cursos”, es decir, el análisis se concentra en los cargos de mayor jerarquía dentro de la estructura organizacional del grupo. En esta misma dirección, se verifica una supremacía histórica de hombres ocupando estos puestos, con una tendencia de reducción de la brecha en el tiempo. Esta condición se entiende como consecuencia del progresivo avance de la mujer dentro de la composición histórica del campo arquitectónico rosarino. Desde un punto de vista histórico, acompaña este fenómeno de segregación vertical, una tendencia a la estratificación horizontal, que concentra a las docentes mujeres en asignaturas de perfil teórico, o bien, relacionado con la expresión del proyecto arquitectónico (Historia de la Arquitectura, Epistemología, Idioma, Urbanismo, Expresión Gráfica). SOBRE LOS ESPACIOS DE PODER EN LA FAPYD De acuerdo con Sarfatti Larson (1988:156), los conocimientos expertos
confieren
autoridad
social
y,
consecuentemente,
ingresos a un determinado grupo profesional, en la medida en que la opinión pública acepte por elección o resignación la definición profesional de sus necesidades y medios para satisfacerlas. Es por ello, una preocupación de profesionales e intelectuales asegurarse el monopolio sobre el discurso, como una forma de poder
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
coercitivo y silencioso. Será pues, a través de la construcción de espacios propios para la exhibición, promoción y debate de ideas, proyectos y logros alcanzados, que los grupos profesionales consolidan estrategias de persuasión y legitimación de una identidad compartida grupal e individual, acerca de lo considerado “valioso” para el campo disciplinar en el tiempo. En esta dirección nace en 1963, dentro de la Escuela de Arquitectura y Planeamiento (hoy FAPyD), la revista “Arquitectura y Planeamiento” (conocida como A&P), creada como medio para la expresión y difusión de diversas producciones y actividades desarrolladas por los estudiantes, cuerpo docente e investigadores de la disciplina en Rosario. Entender este espacio como una posibilidad, tanto colectiva como individual, de construcción de un nombre a partir del cual conquistar reconocimiento como referente del propio campo disciplinar, representa un enclave ineludible para ser estudiado en el tiempo. Al respecto, se presentan una serie de infogramas elaborados en relación a las veces que se mencionan 96
nombres propios de quienes integran la comunidad FAPyD, como integrantes de comités editoriales y/o académicos de la revista, desde 1987 al 2020, sin distinción de jerarquías. Del estudio se desprenden aquellos nombres propios diferenciados por sexo, cuya mayor presencia devela poder de representación y participación en decisiones estratégicas que hacen a la delimitación del campo arquitectónico rosarino. En sintonía con lo hasta aquí desarrollado,
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
se verifica nuevamente que si bien no es una mujer quien encabeza la lista, la presencia femenina se encuentra en aparente equidad respecto de la masculina. Profundizar acerca de la organización jerárquica de dichos comités, así como también indagar sobre los criterios de elaboración del contenido editorial en el tiempo, constituye una asignatura pendiente a fin de profundizar en las interpretaciones.
“Integrantes Comités Revista A&P, FAPyD-UNR según sexo (1987-2020)”. Fuente: Elaboración Propia
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“Mujeres Integrantes Comités Revista A&P, FAPyD-UNR (19872020)” . Fuente: Elaboración Propia
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
“Hombres Integrantes Comités Revista A&P, FAPyD-UNR (19872020)”. Fuente: Elaboración Propia
Todo proceso de profesionalización demanda también cierta flexibilidad, capacidad y poder de adaptación, para saber cómo posicionarse frente a los cambios socioculturales y en la opinión pública que definen nuevas demandas o tendencias ideológicas que se imponen en cada tiempo. Representa también, en muchos casos, una oportunidad para ampliar los límites del campo profesional. Frente a estos cambios mencionados, surgen pulsiones periódicas orientadas a modificar los planes de estudio en el tiempo. En esta dirección en el año 1997, la comunidad académica de la FAPyD 98
asume, el compromiso de agiornar su plan 1985 para adecuarlo a la normativa ministerial vigente encargada de validar los títulos universitarios. Dichas modificaciones no produjeron impactos significativos dentro de la organización previa de la institución. El nuevo plan, aprobado para el 2008, implica transformaciones claves en la estructura de poder preexistente, dado que crea asignaturas (Espacios Curriculares Optativos y Electivos, Expresión Gráfica,
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
Práctica Profesional Supervisada, Proyecto Final de Carrera) cuya respectiva delimitación de incumbencias define oportunidades de reposicionamiento de actrices y actores en nuevos espacios. Indagar en profundidad acerca de las diferentes estrategias de desplazamiento y reconfiguraciones de poder resultantes con perspectiva de género, representa un abordaje futuro ineludible para esta investigación. Debido a los acontecimientos históricos que caracterizan el momento particular de elaboración del artículo, relacionado con la pandemia covid19, los estudios cuantitativos confeccionados presentan limitaciones propias de acceso a determinados archivos y fuentes primarias. Resulta clave, por tanto, retomar y profundizar esta investigación en la medida que se liberen restricciones, a fin de completar vacíos actuales. CONDERACIONES FINALES
La participación activa de la mujer en todos los niveles de adopción de decisiones es indispensable para el logro del desarrollo sostenible, la paz y la democracia. Patricia Rojo y Maricruz Scotta (2017:20) Por todo lo expuesto hasta aquí, es posible reconocer en la comunidad académica de la FAPyD, a modo de diagnóstico, la
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
presencia mayoritaria de mujeres poniendo en marcha un proceso de “feminización” de la disciplina. Si bien los datos cuantitativos acumulados muestran que históricamente el campo arquitectónico rosarino se organizó como un espacio de dominio masculino, estas grandes asimetrías del pasado se encuentran en proceso de reducción año a año producto del enorme incremento en la matrícula femenina. No obstante esta tendencia, se observa que no se traduce en igualdad de oportunidades de hombres y mujeres para el desarrollo y promoción de sus respectivas trayectorias académicas. De acuerdo a las gráficas presentadas, se detecta un patrón histórico de segregación vertical, que concede prioridad a los hombres para ocupar espacios de máxima jerarquía dentro de las estructuras de poder institucional. Este fenómeno reconocido en la FAPyD, naturalizado en la comunidad universitaria de la UNR según Ferreyra y Martínez (2017:34), ha sido conceptualmente definido por los estudios de género como “techo de cristal”. El mismo describe la presencia de un límite invisible dentro de las estructuras jerárquicas de las instituciones, generando una falsa ilusión de ascenso laboral irrestricto para las féminas. A medida que éstas ascienden por la cadena de mando descubren, tal como señala Rojo (2018:179): “barreras que dificultan no solo el acceso sino también el desarrollo y permanencia de las mujeres en sus ámbitos de acción”. Este patrón de discriminación vertical se corresponde con el fenómeno de discriminación horizontal, que tiende a concentrar mujeres y hombres en determinados espacios, como respuesta, en 100
términos generales, a una reproducción de tradiciones culturalmente heredadas. Tradiciones que son asumidas como inherentes a la biología de cada sexo sin cuestionamiento alguno, imponiendo y consolidando una división sexual del trabajo que fija estereotipo y roles diferenciales. En esta dirección, se corrobora en la FAPyD una tendencia que concentra mayor número de arquitectas en espacios de perfil académico más bien teórico y de expresión del proyecto arquitectónico; mientras que los perfiles proyectuales creativos y técnicos, así como las áreas de gestión de recursos y vinculación con el medio, registran una presencia mayoritariamente masculina.
Romina Seri, Ivana Farré, Néstor Acosta y Natalia Schreiber
De acuerdo a por todo lo estudiado, se reconoce una profunda necesidad de sensibilizar a la comunidad científico-académica sobre los factores que afectan y dificultan el desarrollo profesional de la mujer. En este sentido, se entiende que este trabajo colabora con la identificación de sesgos e inequidades históricas existentes entre hombres y mujeres hacia el interior de la institución FAPyD. Se trata de un intento por orientar el diseño e implementación institucional de futuras políticas y planes integrales, tanto a nivel facultad como universidad, que promuevan igualdad de oportunidades para todes.
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_Espacio público, privado y doméstico
/ por Dra. María Luisa Feminías
_Investigación en diseño, arquitectura y urbanismo feministas / por Dra. Arqs. Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
_La vitalidad colectiva de los cuerpos como lugar epistémico / por Dra. Arq. Laura Sarmiento _Hábitat y género en la gestión pública. La Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad / por Arq. Mariana Segura, Lic Miryan Denegri y Lic. Erica Osterrieth _Cartografías del Deseo: dos experiencias de mapeos espontáneos / por Ciudad del Deseo
OTRAS OTRAS
VOCES
OTRAS LENGUAS
_El espacio universitario generizado: apropiaciones y desvíos / por Mgt._El Griselda espacio Fresler universitario generizado: apropiaciones y desvíos / por Mgt. Griselda Fresler _Políticas de género en las Universidades. Intervenciones sobre violencias sexistas en la Facultad de _Políticas Arquitectura, de género Planeamiento en las Universidades. y Diseño (FAPyD) Intervenciones de la UNR sobre violencias sexistas / por Dra.en Lic. laFlorencia FacultadLaura de Arquitectura, Rovetto y Lic. Planeamiento Verónica LópezyTessore Diseño (FAPyD) de la UNR / por Dra. Lic. Florencia Laura Rovetto y Lic. Verónica López Tessore _Territorios en Lucha por una Vida Digna. Experiencias y reflexiones colectivas del proyecto de extensión _Territorios Dignaen Barria Lucha por una Vida Digna. Experiencias y reflexiones colectivas del / por Digna proyecto Barria de extensión Digna Barria / por Digna Barria _“La columna verde”, intervención Cuadrilla Feminista en el marco de la muestra “Legados. Pañuelos _“Laen columna lucha” en verde”, el Museo intervención de la Memoria, Cuadrilla Rosario Feminista Marzoen 2021. el marco de la muestra / por Cuadrilla “Legados. feminista Pañuelos en lucha” en el Museo de la Memoria, Rosario Marzo 2021. _Mujeres activas_Mujeres en la profesión– activas en conversaciones la profesión– con conversaciones tres estudios con tres estudios / por Melina Spinetta, / porBCG Melina estudio, Spinetta, PaulaBCG Fierro estudio, y Maite Paula Fernández Fierro y Maite Fernández
DIVISIÓN DE LOS ESPACIOS: LO PÚBLICO, LO PRIVADO Y LO DOMÉSTICO LA
por María Luisa Femenías * PRELIMINARES CLÁSICOS Como se sabe, el “patriarcado” funciona, entre otras cuestiones, como un modo de codificar y asignar espacios (Puleo, 1995:24); que delimita jerárquicamente a modo de barreras que incluyen o excluyen grupos designados como subordinados, sobre la base de una conceptualización binaria y excluyente donde la distinción entre lo público y lo privado se sostiene a través del tiempo a pesar de sus reconfiguraciones. Esta división tiene consecuencias normativas y simbólicas que siguen perjudicando a las mujeres. (Femenías – Soza Rossi, 2011: 18) Así se las constriñe a lugares no elegidos tanto físicos —como la casa o ciertas zonas de las ciudades—, como simbólicos —en términos de esfera privada, naturaleza, intimismo, etc— definidos por oposición a los espacios que ocupan mayoritariamente los varones en tanto fuente de reconocimiento y poder colectivo, (Soza-Rossi, 2015: 127) lo que puede entenderse como codificación y asignación de espacios 104
para las mujeres, favoreciendo o generando las condiciones de cierta violencia represiva, toda vez que se intenta ubicarlas a priori dentro de orden estatuido del que no son responsables. Ahora bien, cuando decimos “espacios” nos referimos tanto a los espacios topográficos cuanto a los espacios simbólicos. Y al decir esto, nos distanciamos de la concepción kantiana de un espacio
(*) Filósofa feminista argentina, académica, investigadora y escritora. Pionera en los estudios de género en Argentina, en sus proyectos de investigación ha trabajado la noción de sujeto e identidad centrándose en cuestiones de multiculturalidad, exclusión y conocimiento situado además de violencia contra las mujeres en América Latina.
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uno y único: “el espacio de la intuición pura” como forma a priori de la sensibilidad que, como el tiempo, no son rasgos de las cosas, sino que constituyen las condiciones de posibilidad de nuestro conocimiento de ellas. Es decir, el espacio del que hablaremos en esta conferencia se diferencia de la concepción kantiana de que el espacio es una intuición pura, a priori. (Kant, 1787) Por el contrario, consideraremos el origen empírico, históricocultural (pragmático y psicológico) del espacio. Así, nuestras reflexiones se basarán en “un lugar”, el lugar de nuestra experiencia espacial qua mujeres. Para eso —tal como lo hemos adelantado al comienzo de esta conferencia—, necesitamos tomar en cuenta que el “patriarcado” — como un sistema de dominación que es, sostenido por una “ideología patriarcal”— tiene como una de sus estrategias políticas concomitantes y subyacentes —en el sentido weberiano de Herrschaft, dominación/subordinación—, la delimitación de espacios jerárquicos a modo de barreras que incluyen o excluyen la circulación de personas o grupos (tal como lo elaboraron Deleuze-Guattari, 1972, si bien ellos no se ocuparon de las cuestiones de sexo-género). Estas delimitaciones simbólicas, histórico-culturalmente construidas, heterodesignan espacios de/
para personas o grupos como naturalmente dotados para ciertas tareas, consideradas, en general, naturales y subordinadas. (Soza Rossi, 2015: 127-137) Por tanto, como señala Celia Amorós (Amorós, 1985), el patriarcado se define como un constructo ideológico y un
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
conjunto de prácticas y representaciones simbólicas conscientes e inconscientes que tienen, ejercen e introyectan los individuos varones y mujeres. De tal manera, varones y mujeres sustentan ciertos estereotipos, generando distintos niveles de cohesión totalizadora. Esto produce —al decir de Foucault, seguido por Butler— el efecto virtual de la estabilidad ontológica (Butler, 1992), de estilos, modos, espacios y prácticas. Ahora bien, en esta intervención, nos interesa indagar la distinción entre espacio privado y espacio público, tomando en cuenta la estrategia simbólica de la asignación a las mujeres del espacio “privado” en oposición al espacio “público”. Como se sabe, esto implica la consecuente distribución de espacios empíricos, experienciales y simbólicos: el “privado”, como propio del “cuidado”, con su asunción naturalizada por las mujeres y el “público”, asumido como naturalmente masculino y valorado. Esto se enmarca en un imaginario social que prioriza la circulación pública por áreas de visibilidad en detrimento de las tareas 106
domésticas y de cuidado, relegadas, invisibles y disvaloradas. EL ESPACIO PÚBLICO Y EL PRIVADO: A MODO DE MEMORIA HISTÓRICA Ahora bien, no siempre los espacios y sus cargas simbólicas han tenido la misma distribución y vigencia. Permítasenos revisar
María Luisa Femenías
brevemente las competencias del espacio público y del privado, retrotrayéndonos al espacio de la polis y del oikos, dos esferas independientes que se redefinen mutuamente y que funcionan a la manera de conjuntos inclusivos. Tomaremos como base las afirmaciones aristotélicas de su Politica, sin olvidar que en
Metafísica (1075 a 15-25) compara la figura del padre de familia — varón, ciudadano, esposo, padre y amo de sus esclavos— con la Tierra, (supuestamente) en el centro del universo, en torno a la cual giran los demás planetas, en tanto en el orden del oikos, el hombre libre es el centro en torno al cual giran todos los demás miembros de su casa. (Femenías, 1996) Brevemente expuesto, a partir del reconocimiento aristotélico de la importancia de la pareja humana —como origen de la oikia y de la polis, como koinonia he politike, Pol. 1252 a 7— se resuelve la natural ocupación de espacios y asignación de actividades, trabajos y labores de varones y mujeres: a saber, el espacio público
propio de los varones libres y el espacio privado propio de las mujeres, los niños, los esclavos y otros sirvientes domésticos. En suma, la polis es tan natural como la familia, pero adquiere ciertas características: en ella rige, por un lado, el gobierno de los pares, los ciudadanos, cuyo lugar natural de deberes y derechos garantiza la Ley. Por otro, la casa que se organiza bajo la figura del jefe de familia, único políticamente reconocido en el espacio público, que es, al mismo tiempo, origen y ejecutor de su voluntad
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
en el espacio privado. Si bien en la concepción política aristotélica, éste la entiende como una complementariedad y una reciprocidad jerárquica fundamentales, en los hechos todo debe haber sido mucho más complejo. La supuesta unidad y heterogeneidad propia de la polis debe haber distado mucho de los ideales de la buena vida, armoniosa, recta y útil, capaz de cubrir las necesidades vitales de sus miembros y de favorecer la felicidad de todos. Incluso, en la formulación teórica de Aristóteles caben preguntas tales como ¿la felicidad de quiénes? Ya que se trata de un estado que en el último libro de la EN., alcanzan solo quienes se dedican a la contemplación. Es decir, en sentido estricto, unos pocos ciudadanos; más precisamente, un escaso número de varones libres que no son ni extranjeros, ni campesinos, ni comerciantes, ni soldados y, por cierto, ninguna mujer. (Femenías, 1996) Como se sabe, Aristóteles advierte, que <El varón> gobierna a su mujer
y a sus hijos como a libres (eleuthéron), pero no con la misma autoridad: a la mujer como ciudadana (politikos) y a los hijos como súbditos (basilikos) (Pol. 1259 a 37- 1259 b 1). Sin embargo, 108
lejos de ser optimistas con esta concesión de ciudadanía para las mujeres, debemos tener en cuenta que sólo lo eran por extensión cuando sus maridos y/o padres sí eran ciudadanos plenos. Es decir, estrictamente hablando y respecto de las funciones de la ciudadanía, no lo eran; y aunque lo hubieran sido su lugar natural se limitaba al espacio del oikós y a una relativa autoridad sobre las esclavas.
María Luisa Femenías
Como conclusión, falacia naturalista mediante, se trata de una clara asignación, sexualmente diferenciada, de espacios públicos y privados, reales y simbólicos, a varones y mujeres, que no podemos limitar a la obra de Aristóteles y que ha perdurado por siglos. LA REDEFINICIÓN DE LOS ESPACIOS (para que todo siga igual) El racionalismo contractualista moderno alentó a las mujeres a creer en los vientos de cambio. Pero, tal como se desarrollaron los acontecimientos, comprobaron una vez más que si bien muchas cosas cambiaban, la asignación y el significado de los espacios público y privado, seguían identificando al primero con los varones, ahora en general (dada la desarticulación del estado esclavista), y a las mujeres con el segundo, atadas por consiguiente a la voluntad del varón jefe o cabeza de familia. Quizá quién con más claridad teorizó la resignificación de esa distinción, fue Jean Jacques Rousseau. Recordemos rápidamente su posición. Distanciándose de Thomas Hobbes, (Hobbes, Leviathan, 1651), Rousseau escribe El contrato
social (1762) donde formula una serie de críticas al contractualismo hobbesiano, a fin de evitar las objeciones que en su momento se le habían formulado al filósofo inglés. Ya en su Discurso sobre las
ciencias y las artes (1750), había afirmado el carácter irreconciliable de la naturaleza y la cultura, posición que luego ratifica en el
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres (1754), donde establece el carácter perjudicial de la sociedad y su intrínseca corrupción, basada precisamente, en la negación del orden natural. En El contrato social establece la posibilidad de reconciliar naturaleza y cultura, si se conforma una sociedad verdaderamente igualitaria. Por eso su problema mayor es encontrar una forma de asociación que defienda y proteja a
la persona y sus bienes, uniéndose a todos los demás, pero sólo obedeciéndose a sí mismo, para permanecer libres, como antes de la firma del contrato. Hay muchos y muy buenos libros que analizan la posición rousseauniana, pero en su propuesta, a nosotros sólo nos interesa revisar la situación de las mujeres. De ahí que la primera pregunta, cuya respuesta dejamos en suspenso, es a quiénes se refiere cuándo remite a “la persona y sus bienes”. ¿Quién/quiénes son “persona”? Avancemos un poco más. En su conjetura del “estado de naturaleza”, Rousseau —a diferencia de Hobbes, que parte de individuos— describe como punto de partida a la familia en armonía con la naturaleza. En efecto, en El contrato 110
social, (I.2) reconoce que la familia es la “más antigua de todas las sociedades y la única que es natural”. Y a continuación ofrece una descripción de sus características naturales: es el primer modelo de sociedad política; el jefe es el padre (y establece una analogía entre “jefe”/“gobernante” e “hijos”/“pueblo”); los hijos sólo permanecen vinculados al padre el tiempo necesario para su educación; luego el lazo natural se rompe y los hijos, libres de
María Luisa Femenías
la obediencia que le debían al padre, cobran independencia, ya que deben a sí mismos los primeros cuidados y atenciones, para convertirse en sus propios amos. Ahora bien, ¿Por qué es natural la familia? Según Rousseau la familia es natural porque se refiere a una tarea natural o física, necesaria para los hombres, que es la de criar a los hijos, tarea femenina también por naturaleza, donde su educación corresponde a los varones. Es
decir,
Rousseau
postula
un
“estado
de
naturaleza
originariamente pacífico” en el que los seres humanos viven en armonía con el medio y entre sí, con relaciones estables basadas en la unidad de la familia. (Costa, et alii 1997: 74) El estado armónico dura mientras dura la relación de equilibrio con la naturaleza y los seres humanos viven en relativo aislamiento. Los vicios, celos, vanidad, etc. y otras pasiones aparecen con la civilización generando antagonismos, hostilidad y afán de dominación. (75) Sea como fuere, a nuestros efectos y objetivos, nos interesa poner de manifiesto que Rousseau parte de una concepción natural de familia, patriarcalmente organizada, en la que varones y mujeres ocupan espacios que les son naturales: los varones el espacio público; las mujeres (y los niños pequeños), el espacio privado. Es decir, la división y ocupación de los espacios nuevamente se basa en un orden natural, inalienable, que solo puede revertirse si se violenta el orden de la naturaleza. (Moller Okin, 1979:106) Como lo denominara Engels, se trata de lo que denomina división sexual del
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
trabajo, considerada natural, cuya asignación espacial también lo es. También naturalmente esa división de los espacios implica roles, características psicológicas, deberes y virtudes para ambos sexos. Es decir, muchos filósofos modernos resignifican y aggiornan el viejo argumento —soporte de la falacia naturalista que denunciara David Hume (1738)— basado en un “orden natural”, para justificar y perpetuar una distinción que implica la subordinación de roles sexuales de las mujeres y sus características, entendidas como de pasividad, dependencia, castidad, subracionalidad, sensibilidad extrema, capacidad de cuidado, entre otros, todas fundadas en la
naturaleza. (Moller Okin, 1979: 106) Como bien sostiene Rosa Cobo (1996) esta división sexual de espacios y competencias se basa en lo que Carole Pateman (1996) definió como un pactum subjectionis de las mujeres a los varones, pacto forcluido o contracara oculta de la conformación del espacio público. Por extensión, podríamos afirmar una analogía subyacente válida para el ginebrino que va de lo privado a lo público, del padre jefe de familia al gobernante; de los hijos al pueblo. Curiosamente, 112
este tipo de pacto es rechazado abiertamente por Rousseau como
pacto inicuo. Sin embargo, lo presupone tácitamente porque el modelo de democracia directa y de participación ciudadana, tal y como él las concibe, exigen una dedicación completa de los
ciudadanos varones al ámbito público, de tal modo que todas las demás funciones y tareas —el cuidado de la casa, la alimentación, el cuidado de los hijos— necesarias para la subsistencia y la
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participación pública, han de ser desempeñadas por las mujeres
confinadas al ámbito privado. Este pacto subyacente de “subordinación a cambio de protección”, como lo sintetizan varias teóricas, se refuerza con la educación: Emilio, será ciudadano del mundo; Sofía la abnegada madre de sus hijos, que como advierte Rosa Cobo constituyen: «El nuevo ideal de feminidad y de familia patriarcal» que se impone con el romanticismo y matizadamente llega hasta nuestros días. No será la autonomía, sino la dependencia respecto del varón lo que aprenderán las mujeres desde niñas; no será la ocupación del espacio público, sino del privado; no será el ejercicio de la libertad y la ciudadanía plenas, sino la sumisión y la obediencia al orden natural privado-doméstico. En el capítulo V de El Emilio, dedicado a Sofía, Rousseau desarrolla las técnicas de regulación y de represión de los deseos de las niñas, para que aprendan a servir y agradar al varón; lo que da cuenta de que su confinamiento al espacio privado (y sus virtudes) no es tan natural como Rousseau presupone. En suma, que el contrato sea expresión de la voluntad general —ya que no es una mera totalización numérica de la mayoritaria de las voluntades particulares y egoístas basadas en el puro interés privado— y que esta se “resuelva” en el espacio público-político como emanación única y legítima de la autoridad del Estado, significa la invisibilización tanto de la mitad de la población —las mujeres— cuanto la subordinación del espacio privado al público (Moller Okin, 1979: 110)s.; donde “privado” implica, en principio, dependiente de un orden natural patriarcal,
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
centrado en el deseo y la voluntad del padre-jefe de familia, al que las mujeres deben cuidar y satisfacer. PENSAR EL ESPACIO PRIVADO COMO ESPACIO DOMÉSTICO Una tarea a realizar es, entonces, pensar la ciudad como un espacio que ni es neutro ni es asexuado, sino que, como en todas las instituciones humanas, las marcas de sexo- género no son triviales. Pero, si como hemos visto, los espacios propios de varones y mujeres se constituyeron históricamente en base a la distinción público-privado, buena parte de nuestra reflexión actual debería centrarse en las marcas de la presencia y de la ausencia, en el espacio ciudadano, de varones y mujeres. Ahora bien, ¿de qué espacio hablamos? ¿Del área física delimitable por las cuadrículas de una ciudad, a partir de la variedad de actividades que se llevan a cabo en ellas? ¿De los espacios simbólicos que constituyen el texto expresivo de un circuito urbano? ¿De la colección de edificios que, como apariencias sustantivas, se vinculan a las actividades de varones y mujeres, ancianos y niños, 114
sanos y enfermos, ricos y pobres? ¿Se trata acaso sólo del espacio de la regularidad con que nos sorprenden las cosas que ocupan “el vacío” que las contiene? ¿Se trata, en cambio, de un espacio que pone orden a los objetos y a las personas que habilitan o bloquean la circulación? ¿O bien nos referiremos al espacio significado de los acontecimientos sociales, colectivos, las marchas, los conciertos, los encuentros o al privado de recogimiento, “contenedor” de la
María Luisa Femenías
intimidad de sus habitantes? (Schmidt-Mesanich, 2008) Debemos a la filósofa belga François Collin (1928- 2012) un análisis minucioso de la herencia moderna que recogimos en el apartado previo y que marca nuestra relación actual con el “espacio”. En principio, Collin llama la atención respecto de la necesidad de reflexionar sobre el espacio, imaginar su articulación y pensarlo independientemente del que históricamente se ha destinado a mujeres y varones. (1994: 231) De inmediato, advierte sobre la urgencia de revisar también la repartición cuantitativa actual de los espacios entre los sexos; espacios que entiende en sentido amplio y que no se limitan a la tradicional fórmula público/privado que venimos revisando, sino que también son políticos, económicos, discursivos, artísticos, deportivos, culturales, mediáticos, sonoros, visuales, táctiles o auditivos y cuyos recorridos ofrecen, entre otras, diferentes densidades, resistencias y permeabilidades a varones y mujeres. En consecuencia, la pregunta básica que deberíamos formularnos —aclara Collin— es: ¿Cómo habita el espacio una mujer y qué tipo de espacios habita? Paralelamente, ¿cómo habita el espacio un varón y qué tipo de espacios habita? (231) Es decir, la pregunta no es por el espacio geográfico o topográfico sino por el “espacio vivido”, es decir, significado en tanto que espacio considerado legítimamente público-masculino/espacio privadofemenino. Por esta razón, iniciamos junto a Collin un rápido examen del significado del concepto de “espacio privado” para mostrar que aunque esté sexo-genéricamente asignado a las mujeres
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
nunca es de uso, tránsito, propiedad, o circulación única, exclusiva y reducida a ellas. En primer lugar, Collin llama la atención sobre la habitual superposición de “espacio privado” con “espacio doméstico.” Para atender a esta cuestión, subraya que el espacio está estructurado: 1-
Geográficamente, al menos, por el relieve del suelo, el clima,
el ritmo de las estaciones, el entorno. 2-
Históricamente por la cultura y las marcas tradicionales
de corte entre el adentro y el afuera, con sus significaciones y valoraciones positivas y/o negativas. 3-
Comportamentalmente, donde la sexuación de los espacios
se hace más evidente, e incluye gestos, ropa, contactos físicos, miradas, circulación, etc. 4-
Corporalmente, en tanto la significación del espacio
depende de un cuerpo en movimiento; es decir, de “mi cuerpomujer” como base de un sistema de desplazamientos donde se estructura el campo de “mi” espacio “objetivo”. (232) 116
A partir de estas precisiones, Collin desarticula una extendida analogía que desvirtúa el carácter “privado” del espacio signado para mujeres (y por contraposición para los varones) por engañosa: “dentro no es privado y fuera no es público”, afirma la filósofa. (232) La distinción es mucho más compleja y merece revisarse, aunque sea brevemente. En efecto, ¿Cuál es la privacidad que tiene
María Luisa Femenías
una mujer en su espacio privado si, paradójicamente, ese espacio se constituye en el lugar de su trabajo doméstico naturalmente
asignado? (233) E inversamente, en un restaurante donde se lleva a cabo un negociación amorosa o familiar, ¿no se produce una extensión del espacio privado aunque no se esté encerrada entre las paredes de una casa? (233). Por tanto, dentro y fuera — concluye Collin— no se solapan con público-privado, y tomando como referencia a otra filósofa, Hannah Arendt, propone que pensemos un espacio social transicional que absorba los límites entre lo público y lo privado, diluyendo fronteras rígidas. Más aún, en la actualidad en que lo “privado” tiende a desaparecer debido a las redes sociales y el uso “privado” pero a la vez en “público” de los celulares, inquieta reconocer que no siempre la vida privada se desarrolla dentro de las paredes de una casa. Pensemos el modo en qué los medios de transporte “públicos” se han convertido en “habitaciones” u “oficinas” para conversaciones por celular, que se siguen considerando privadas. Hoy en día, reflexiona Collin, los espacios se escurren unos dentro de los otros; sus fronteras son lábiles e impiden que lo privado esté radicalmente cerrado y separado del lugar social colectivo o público. (234) De este modo, queda expuesta con claridad la feliz fórmula de Kate Millet: “lo personal es político” (1968). Sin embargo, estos espacios, hasta cierto punto “líquidos”, siguen sin tener la misma densidad para varones y mujeres, y por “densidad” me refiero a la significación de los mandatos históricos que aún
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
imperan sobre ellos. Valen dos ejemplos. Por un lado, el espacio doméstico como espacio “privado”, mayoritariamente de descanso y solaz para los varones y de trabajo, cuidado y responsabilidad doméstica para las mujeres, cuyas tareas “privadas” se extienden ineludiblemente a “espacios públicos” como escuelas u hospitales. Los mandatos de cuidado que configuran el acervo cultural de las mujeres se extienden mucho más allá de los muros de la casa e incluso de los espacios transicionales que propone Collin, como bien lo muestran los trabajos de Laura Pautassi y su equipo. (Femenías-Soza Rossi, en prensa) Para que las mujeres gocen de espacio privado, en el espacio doméstico, todavía cobra sentido el reclamo de Virginia Woolf de “Una habitación propia” (1929). Por otro, el espacio público como espacio de circulación e imperativo de dominio para los varones y, en combinación con espacios temporales y entornos, se torna de “peligrosidad” para las mujeres. Es decir, la “peligrosidad” atribuida al espacio público no tiene las mismas características para varones que para mujeres. Sobre esto, 118
llama la atención la psicóloga Clara Coria, quien reconoce que la circulación por el espacio público tiene “costos diferenciales” para las mujeres. Además, pagan lo que Coria denomina “peaje emocional” por su derecho a transitar por el espacio público, históricamente asignado a los varones y claramente potenciado por horarios y lugares. (Soza Rossi, 2015: 134) Bajo el concepto de “impuesto a la transgresión”, Coria explicita los costos emocionales de las
María Luisa Femenías
numerosas mujeres que por necesidad o elección —a contracorriente de los roles sociales ancestrales— se desempeñan en las diversas instituciones del ámbito público, lo que implica una enorme carga emocional que los varones, en tanto cuentan con el aval social e histórico de desempeñarse naturalmente tanto en el espacio público como en el doméstico, como “jefes” de familia, no tienen. Cabe llamar la atención sobre la reciente resignificación de roles sexo-genéricos, muchas veces producida por las sucesivas crisis económicas, resignificación que desafía los mandatos históricos de asignación-asunción de espacios. Al mismo tiempo, se configura una potencial restructuración de poder patriarcal, desestabilizando no solo la asignación tradicional de los espacios sino, sobre todo, la confianza, seguridad de ocupación, utilización, dominio y capacidad de atribución de significados a dichos espacios. Algunas de estas cuestiones, más bien soterradas, decantan en violencia simbólica, explícita e implícita, en tanto la división del espacio usualmente considerado público/masculino – privado/femenino tambalea o se derrumba. Pero esta ya es otra cuestión. ALGUNAS CONCLUSIONES Nos ha interesado, brevemente, llamar la atención sobre la ordenación urbanística y la asignación de espacios y lugares como diseños sexualmente marcados, y por ende, jerarquizados. Para ello, se deben tener en cuenta diversos factores, sobre todo respecto
119
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de las relaciones de sexo-género o fenómenos tales como la inmigración, las crisis económicas, la influencia de los medios masivos de comunicación y las redes sociales en la asignación potencial de cualidades a los espacios habituales. Nos interesó también dejar breve constancia de que muchas cuestiones relacionadas con la seguridad ciudadana o con la percepción de inseguridad en los espacios públicos de las ciudades y pueblos requiere del conocimiento, vivencias y sensaciones de las personas que habitan o transitan en ellos, enfatizando, de nuevo, la percepción de los colectivos más vulnerables o menos representados, en especial las mujeres, pero también los niños, las personas con discapacidades, los adultos mayores, o lxs migrantes). Todos estos señalamientos, apuntados a trazo grueso, se proponen abrir la puerta a la reflexión sobre la posibilidad de crear, abrir o innovar procedimientos e instrumentos que permitan garantizar el usufructo equitativo de los espacios, en principio, entre varones y 120
mujeres, pero también respecto de quienes se encuentren en situación desventajosa respecto de los usuarios hegemónicos. La incidencia en la morfología, la superficie y la distribución y significación de los espacios en la ciudad y en las casas influyen directamente en los modos en que se entablan las relaciones humanas, las denominadas normas de convivencia, y los niveles de satisfacción y seguridad con que los habitantes se desplazan en el espacio público y privado.
María Luisa Femenías
En este sentido, Collin aboga por una reurbanización de la ciudad y de su arquitectura a fin de contribuir a que las mujeres se encuentren cómodas y seguras en la totalidad de la ciudad, sin tener que esconderse —sostiene— en el juego dentro-fuera. (237) Claro está que (al igual que yo), delega a lxs especialistas en urbanismo y arquitectura esa tarea: ella (al igual que yo) no somos expertas en el área, solo llamamos la atención sobre algunas contradicciones frecuentes que las tradiciones mantienen rígidamente. Por eso, lejos de considerar cómo reorganizar la ciudad para que el peso de sus significaciones sexo-genéricas ancestrales se diluya o se borre, la Academia, con sus prácticas conceptuales rutinarias, suele reproducir de modo casi mecánico los presupuestos de un orden “objetivo”, que no es otro que un orden sexuado y masculinamente sesgado. Es decir, de un orden que piensa los espacios “privados”, los extrarradios y los espacios “públicos” en términos masculinos. BIBLIOGRAFÍA - COBO, R. (1996) “Sociedad, democracia y patriarcado en Jean Jacques Rousseau”. Papers, 50: 265-280. - COLLIN, F. (1994) “Espacio doméstico, espacio público. Vida privada” Ciudad y mujer: 231-237. - COSTA, V. FEMENÍAS, M. L. y CARRIQUIRIBORDE, M. (1997) Aspectos del Contractualismo moderno: Thomas Hobbes, La Plata, Edulp, 1997. - FEMENÍAS, M. L. (1996) Inferioridad y Exclusión (modelo para desarmar), Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, Colección Nuevo Hacer. Prólogo de Celia Amorós Puente (Universidad Complutense de Madrid), pp. 204. - FEMENÍAS, M. L. - SOZA ROSSI, P. (2018) “Cuidados y cuidadorxs: trabajo, género e interdependencia”, en Domínguez-Mon, A. y Femenías, M. L. (comps.) Cuidados en salud, derechos y género, Facultad de Ciencias Sociales (UBA), (en prensa). - MOLLER OKIN, S. (1979) Women in Western Philosophical Thought, Princeton University Press. - PULEO A. H, (1995) “Patriarcado” en Amorós, C., (comp.), 10 palabras clave sobre mujer, Navarra, Editorial Verbo Divino. - SCHMIDT, G. y V, MESANICH, (2008) Huellas, guía urbana de mujeres de Rosario, Rosario. - SOZA ROSSI, P (2015) “¿Qué hora era? Reflexiones sobre un toque de queda encubierto para las mujeres” en Femenías, M. L. (comp.) Violencias cruzadas: Miradas y perspectivas, Rosario, Prohistoria: 127-138.
121
INVESTIGACIÓN EN DISEÑO, ARQUITECTURA Y URBANISMO FEMINISTAS por Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento* Reconociendo la trayectoria de los movimientos y estudios feministas, como así también las contribuciones hechas por personas en singular, o iniciativas no debidamente valoradas, en 2018 nos organizamos como red de trabajo en investigación con el objetivo de aportar e implicarnos en la construcción de materiales teóricos y prácticos que sirvan para nuestra disciplina. La línea de investigación Urbanismo, Arquitecturas y Diseño Feministas, pone de manifiesto la necesidad de producción de argumentos e insumos para un trabajo comprometido en estas disciplinas, desde la perspectiva feminista. Se trata de una red de investigación orientada a reconocer y significar los desarrollos y crear nuevas conceptualizaciones que sirvan para contribuir a la Arquitectura, el Urbanismo y el Diseño, garantizando la inclusión y la diversidad, recuperando y fortaleciendo los avances en particular de las universidades y centros de América Latina. A partir del relevamiento que hemos realizado contamos con una
(*) Dra Arq. Inés Moisset: Arquitecta, FAUD, UNC. Dottorato in Composizione Architettonica, Istituto Universitario di Architettura di Venezia. Es miembro de la Carrera de Investigador Científico CONICET, desde 2002. Premio Bernardo Houssay. Ha dirigido proyectos de investigación en organismos de Ciencia y Tecnología desde 1999. Es la coordinadora del sitio Un día | una arquitecta
sistematización de datos de al menos 104 integrantes, en su mayoría 122
de Argentina, pero también de otros países (Brasil, Perú, Colombia, España, México, Países Bajos, Venezuela, El Salvador, Ecuador, Chile, Costa Rica, Eslovaquia). Son docentes, investigadoras, con proyectos a cargo o en formación financiadas por organismos de ciencia y tecnología y Universidades Nacionales, tesis e investigaciones en curso, profesionales y estudiantes interesadas en formarse en esos temas.
(1) Prof. Responsable: Dra. Natalia Czytajlo. Cuerpo docente: Ana Falú, Liliana Rainero, Inés Moisset, Laura Sarmiento, Florencia Marciani, Marta Casares.
Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
(2)https://arquitecturasfeministas.home. Los datos relevados nos permitieron proponer ofertas académicas blog/
como
la
Diplomatura
en
Géneros,
Ciudades
y
Territorios.
Herramientas para una agenda pública. FAU UNT(1). (octubre 2020 - junio 2021). Entre los avances de la diplomatura está el Mapa colaborativo con aportes para distintas ciudades de América Latina que consiste en cartografiar estudios realizados desde (*)Dra. Arq. Natalia Czytajlo: Investigadora y docente en el Observatorio de Fenómenos Urbanos y Territoriales de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán. Miembro de la Carrera de Investigador Científico CONICET. Arquitecta y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Tucumán. Máster en Impactos territoriales de la globalización por la Universidad Internacional de Andalucía y Especialista en Estudios de las Mujeres y de Género por la Universidad Nacional de Luján.
cruces temáticos, información desagregada por géneros, iniciativas y experiencias de planificación y gestión urbana con perspectiva de género, acciones e iniciativas colectivas. Entre las actividades organizadas destacamos el Foro en tiempos de COVID (junio 2020) que fue un espacio de discusión y presentación de integrantes de la línea de investigación. La línea cuenta con un sitio web(2) donde se publican periódicamente producciones de investigadores, convocatorias para presentación de papers, anuncios de eventos científicos, entre otras informaciones específicas. SEMINARIO DE FORMACIÓN EN INVESTIGACIÓN En el marco del Programa de Formación en Investigación de la FADU, UBA, organizamos durante agosto y septiembre de 2020 un Seminario de Formación en Investigación en Diseño, Arquitectura y Urbanismo Feministas. El objetivo principal de esta propuesta académica era el de introducir a les participantes en metodologías, conceptualizaciones, argumentos e insumos inclusivos para un trabajo comprometido
123
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
con el Urbanismo, la Arquitectura y el Diseño desde las perspectivas feministas. La modalidad virtual permitió la participación de más de 750 alumnes. El público destinatario, respondió a un perfil amplio que incluyó a estudiantes, docentes, no docentes, becarios/as, investigadores/as, tanto de grado o posgrado de todas las carreras de la Facultad y en general universitarias interesades en sumarse a equipos de investigación. Se podría sintetizar que el 28% de las personas inscriptas eran estudiantes, el 48 % graduadas y el 24 % postgraduadas. En cuanto al origen, el 55, 3 % de les estudiantes pertenecían a Argentina, el 41,2 % fueron de América Latina (en especial de México, Uruguay, Chile, Colombia y Brasil) y el 3,5% restante eran de Europa (España, Italia, Portugal y Alemania). El seminario estuvo estructurado en cuatro módulos: 1.
La ausencia de las mujeres en la historia de la arquitectura.
Coordinadoras: Dra. Arq. Inés Moisset y Arq. Florencia Marciani. Invitadas: Arq. Esp. Carolina Quiroga y Dra. Arq. Daniela Arias
(*) Profesora Emérita Dra. Arq. Ana Falú: Arquitecta argentina activista social, por los derechos humanos y por los derechos de las mujeres. Ha sido Directora Regional de UNIFEM (hoy parte de ONU Mujeres) para la Región Andina (2002-04) y para Brasil y Países del Cono Sur (2004-2009). Ha sido investigadora CONICET y Profesora en la Universidad Nacional de Córdoba en la cual fue Directora del Instituto de Investigación de la Vivienda y Hábitat.
Laurino. 2. Estudio teórico Urbanismo y Derecho a la Ciudad Feminista. 124
Coordinadora: Prof. Emérita. Arq. Ana Falú. Invitadas: Mgtr. Arq. Olga Segovia, Dra. Blanca Valdivia Gutiérrez, Dra. Sara Ortiz Escalante y Dra. Adriana Ciocoletto. 3.
Territorio,
género
y
perspectiva
feminista:
Paradigmas
emergentes en la planificación urbana y territorial. Coordinadoras: Arq. Liliana Rainero y Dra. Arq. Natalia Czytajlo. Invitadas: Arq. Esp. Marta Casares y Arq. Marisol Dalmazzo.
.
Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
4.
Arquitecturas
feministas.
Coordinadora:
Dra.
Arq.
Laura
Sarmiento. Invitadas: Mgtr. Arq. María Novas y Dra. Arq. Rossana Tavares. Cantidad de profesoras / Cantidad de profesores por carrera en general en el semestre 2021-1
(*)Arq. Florencia Marciani: Docente en la Facultad de Arquitectura Urbanismo y Diseño, Universidad Nacional de Córdoba en las cátedras de Estructuras I e Introducción a la Tecnología. También ha sido docente en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Córdoba. Es Integrante como editora y redactora del equipo de trabajo del blog Un día | una arquitecta.
125
Integrantes del equipo: Ivonne Acosta Mendoza, Inés Ameneh Alcalá Solís, Pamela Capamoso Gutierrez, Paola Patricia González Ordaz, Laura Mariana Osorio Plascencia, entre otros. Fuentes: https://arquitectura.unam.mx/profesores-arquitectura.html- http:// escolares.arq.unam.mx/Archivos/PHP/Principal/Index.php
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
LA AUSENCIA DE LAS MUJERES EN LA HISTORIA DE LA ARQUITECTURA El objetivo de este módulo fue el de indagar críticamente la historia de la arquitectura con perspectiva feminista. La historia de las arquitectas no ha sido contada de igual manera que la de sus colegas varones. Las mujeres han sido borradas como objeto y sujeto de conocimiento, y la Historia solo ha reconstruido los registros masculinos de clases dominantes occidentales, y ha borrado, entre otras trayectorias, las femeninas (BARTRA, 2012). Señala María Elena Díez Jorge (2014) que, a pesar de los obstáculos, las dificultades y las prohibiciones del sistema patriarcal en los distintos períodos históricos, “ello no implica pensar que las mujeres fueran únicamente agentes pasivos de la historia y víctimas de un sistema opresor. Las mujeres participaron y participan activamente en la historia y por ende en la historia de la arquitectura.” A partir de nuestras investigaciones hemos determinado que la presencia de las mujeres en los libros de historia de la arquitectura es muy 126
escasa. Si buscamos algunos de los diccionarios más reconocidos encontramos que sólo el 1% de las voces se refieren a arquitectas o estudios donde han participado arquitectas. El 99% restante es dedicado a arquitectos o estudios conformados solamente por varones. A este punto se hacen más que evidentes las acciones de invisibilización que se han seguido para suprimir a las arquitectas
(*) Arq. Liliana Rainero: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC. Se desempeñó como docente e investigadora de dicha facultad y del Instituto de Investigación Vivienda y Hábitat –INVIHAB- dirigiendo y codirigiendo proyectos sobre temas que interseccionan Políticas habitacionales y territoriales desde una perspectiva feminista. Realizó Estudios de especialización en IHS- Instituto de Planificación y Gestión para Estudios de Vivienda y Desarrollo Urbano de Rotterdam, Holanda.
Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
de la historia. Joanna Russ (1983), en su libro How to suppress womens writing identifica once métodos comunes que suelen ser usados para ignorar, condenar o minimizar el trabajo de las autoras que pueden ser aplicados a nuestro campo. Temasproblemas: •
La revisión crítica de los textos canónicos.
•
El rol de los archivos en la conservación de la historia de
las mujeres en la arquitectura. (*)Dra. Arq. Laura Sarmiento: Madre, Investigadora del CONICET. Especialista en Bioética Urbana, conflictos territoriales, urbanismo feminista. Activista social. Feminista. Su principal dedicación es la investigación militante en los territorios en conflictos producidos por el extractivismo urbano, y la gestión feminista del hábitat. Acompaña desde el 2010 a la comunidad de Villa La Maternidad en su lucha contra el desalojo.
•
La memoria oral en la recuperación de la historia de las
mujeres en la arquitectura. •
Metodologías feministas de otras disciplinas aplicables a la
investigación de la participación de las mujeres en la construcción del hábitat. ESTUDIO TEÓRICO URBANISMO Y DERECHO A LA CIUDAD FEMINISTA Es un camino recorrido, reciente, innovador, y sin embargo ya contamos con una buena producción académica que busca dar cuenta de esta perspectiva conceptual, que evidencia la particular relación que se establece entre las mujeres y la ciudad. En nuestra región hemos contado a partir de la década de los 80 con la influencia de europeas como Ann Schlyter, Neila Kabeer, Chantall Mouffe, Caroline Moser, Karen Levy, del DPU o Jo Bell de la London
127
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
School of Economic, las que hicieron parte de los primeros aportes y debates que incorporaron temas acerca de mujer y vivienda, planificación, ciudad, hábitat. Nuestra propuesta es sumar a ese recorrido, lo hecho por las feministas decoloniales latinoamericanas, identificando y cuestionando conceptos y categorías, que posibiliten revelar sujetos y dimensiones ocultas, naturalizadas de discriminación. El objetivo es generar cruces conceptuales a partir de interrogantes como: ¿quiénes son los sujetos del derecho a la ciudad y de sus políticas? ¿Quiénes y para quiénes son planificadas?; ¿cómo son construidas material y simbólicamente?; ¿de qué manera incide la división sexual del trabajo en la planificación y el uso de las ciudades? Temas problemas: •
Poner en el centro la agenda urbana de la desigualdad.
•
Mujeres y diversidad de identidades (corrimiento de lo
binario).
128
•
Servicios comunes de proximidad y accesibilidad.
•
Valor del tiempo en relación a los habitares cotidianos.
TERRITORIO, GÉNERO Y PERSPECTIVA FEMINISTA: PARADIGMAS EEMERGENTES EN LA PLANIFICACIÓN URBANA Y TERRITORIAL Este módulo propone pensar los territorios desde la perspectiva feminista, esto es desde un pensamiento crítico que interpele las
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formas de interpretar y planificar el territorio caracterizadas hoy por relegar las actividades necesarias para la reproducción de la vida priorizando lo “productivo remunerado”. La Agenda Urbana Feminista constituye un marco de referencia y los derechos de las mujeres a la tierra, al agua, a la vivienda, a la ciudad, a los servicios, a la no violencia en los espacios públicos, al transporte seguro y accesible, entre otros. Se busca identificar casos de estudio e iniciativas (institucionales, territoriales, políticas públicas) y trazar una cartografía de las variables más relevantes para sustentar las políticas territoriales desde
nueva
perspectivas;
reflexionar
acerca
de
formas
innovativas de organizar el territorio que contribuyan a relaciones más solidarias poniendo el foco en el cuidado de las personas y la valoración de lo colectivo y de los recursos que posibilitan Profesores en las cátedras de arquitectura I a V - FADA
129
Integrantes del grupo: Claudia Faena, Cayetana Mercé, Victoria Migliori, Paola Zini Fuente: equipos docentes por cátedra publicados en las páginas de las cátedras a partir de www.fadu.uba.ar 2019/2020
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
el desarrollo de la vida; naturales y ambientales, culturales, identitarios. Se busca construir la perspectiva feminista en la agenda académica disputando las desigualdades estructurales y emergentes y acoger a toda la diversidad de personas y sus actividades. Temas/ problemas •
Aspectos
teóricos
económicos,
políticos
y
sociales
que sustentan la división sexual del trabajo e impactan en la organización territorial. •
Antecedentes de planificación territorial e instrumentos de
gestión urbana desde una perspectiva feminista tanto en América Latina como en otros países. Aprendizajes y desafíos. •
Investigaciones empíricas. Casos de estudio y experiencias
concretas sobre planificación territorial, desde una perspectiva analítica y/o prospectiva como así también estudios y experiencias sectoriales: movilidad, espacio público, hábitat, equipamientos. •
Intercambios, investigación transdisciplinaria con otros
centros de la región Latinoamericana. 130
ARQUITECTURAS FEMINISTAS En el marco de los conflictos urbanos y las luchas por el territorio, son las mujeres quienes en su habitar cotidiano sostienen y afirman la vida. Hay una cuestión vital que acompaña a las luchas y que tiene que ver con la dimensión sensible de lo político. En este
Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
sentido, son las mujeres quienes a través de un vínculo fuerte con los acontecimientos, saben lo que está pasando en las estructuras de sus realidades territoriales y pueden anticiparse. Sienten, y en consecuencia, saben. El resultado de eso es un conocimiento operativo, no un conocimiento teórico. Es el conocimiento de la lucha y es el conocimiento de la vida, es un sentido práctico. Este módulo se posiciona frente a las posibles amenazas del vínculo forma de vida-territorio (destrucción, aislación, privatización, saqueo, despojo, dominación) la vivencia de un feminismo práctico que puede desarmar la ofensiva neoliberal extractivista y sus despojos múltiples. En este sentido se inscribe a través de las bioéticas urbanas que traman un territorio biopolítico, desde lo singular doméstico a lo colectivo comunitario. Arquitecturas Feministas son aquellas que se inscriben en el escenario de lo doméstico-cotidiano, y desde allí construyen estructuras -espacialidades- biopolíticas en defensa de la vida. Son ellas mismas el contra poder en la guerra del patriarcado neoliberal potenciando el vínculo del arraigo. Temas problemas: •
Arquitecturas feministas.
•
Territorios biopolíticos: distintas escalas investigativas
metrópolis, ciudad, barrio, casa, cuerpos. •
Forma de vida- Territorio. Lo doméstico-cotidiano como
campo de batalla. •
Bioética del arraigo.
131
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
CONSTRUCCIÓN COLECTIVA Después del dictado de los cuatro módulos teóricos hubo dos sesiones de exposición de algunos de los trabajos de les participantes que fueron seleccionados. Se trata de relevamientos y ampliación de la base de datos de la línea. El objetivo de estos trabajos fue el de indagar y construir información sustantiva que posibilite un estado de la cuestión sobre la perspectiva de géneros en espacios gubernamentales, académicos y de ciencia y tecnología vinculados a la arquitectura, el urbanismo y el diseño, a partir de analizar las siguientes dimensiones: 1.
Contexto académico institucional
2.
Formación y oferta académica
3.
Investigación y Transferencia
4.
Ejercicio profesional
5.
Contexto gubernamental
El trabajo práctico fue realizado de manera individual o grupal y se solicitó que los datos fueran presentados de manera visualmente 132
atractiva, en forma de gráficos estadísticos, líneas de tiempo, cartografías e infografías con la intención de sistematizar y armar posteriormente una publicación con el material recopilado. Compartimos junto a este texto algunas imágenes de lo producido. Las clases dictadas se encuentran recopiladas en el canal de YouTube de la línea y pueden ser visualizadas por el público en general.
(3) https://www.youtube.com/channel/ UCi2hSPMh2LAqiRt6t0fciIw
Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
La gran convocatoria, permitida por la virtualidad obligada por la pandemia del Covid19, nos permite visualizar el interés despertado por el tema y la necesidad de propuestas específicas que se están requiriendo en instituciones educativas, profesionales y gubernamentales. Cantidad de docentes en paralelos por niveles FAADU-UMSA (porcentajes)
133
Integrantes del grupo: Ximena Yanaguaya Mendoza Fuente: Listado horarios, en septiembre 2020
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Decanos FADU UNL Línea del tiempo
Integrantes del grupo: Agustina Ortolochipi y León Liponezky Fuentes: Https://www.ellitoral. com/index.php/diarios/2005/11/03/ educación/EDUC-02.html https://www.fadu.unr.edu.ar/academica/ wp-content/uploads/sites/3/2018/11/ acreditacion-coneau-2015.pdf https://www.unosantafe.com.ar/ santa-fe/asumieron-las-nuevasautoridades-la-facultad-arquitecturala-unl-n2118608.html https://issuu.com/unlitoral/docs/223_ unl_-_informe_institucional_200
. Representación Composición de Consejo Directivo Colegio de Arquitectes de la Prov. de 134
BsAs - Distrito IX Fuente: Elaboración propia en base a datos del CAPBA IX. Integrantes: Camila Godoy, Carla Pierrestegui, Catalina Vargas, Leonardo Giamo, Lucía Muraca, María Camilión, Silvia Borririlo, Paula Suero. (Colectiva de Arquitectas). https://www.fadu.unr.edu.ar/vernoticia/?nid=46024
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Carrera arquitectura FADU UNL
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Integrantes del grupo: Yamila Maribel Riego Fuente: Aula virtual FADU UNR + Oferta Académica 2020 https://servicios.unr.edu.ar/aulavirtual/fadu/ https://www.fadu.unr.edu.ar/ver-noticia/?nid=46024
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
.Docentes FADU UDELAR según sexo 2015 y por sexo según grado mayor 2015
Docentes FADU UDELAR según sexo según máximo nivel educativo alcanzado 2015
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Fuente: Elaboración propia en base a datos extraidos del documento “SINTESIS ESTADÍSTICA POR SERVICIO UNIVERSITARIO” Diciembre 2018. Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo y Escuela Universitaria Centro de Diseño – Universidad de la República. ISSN: 2393-7319. Datos aportados por el sistema de gestión administrativa de la enseñanza – SGAE Integrantes: Lucía Arimón
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Universidad Nacional del Chaco Austral - Autoridades
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Autoras: Mara Sicoli + Camila Arias Fuente: https://uncaus.edu.ar/index.php/institucional
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
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Inés Moisset, Natalia Czytajlo, Ana Falú, Florencia Marciani, Liliana Rainero, Laura Sarmiento
Arq. Mariana Segura Seminario FI. Investigación en Diseño, Arquitectura y Urbanismo Feministas – FADU 2020
139
BIBLIOGRAFÍA BARTRA, E. (2012). Acerca de la investigación y la metodología feminista. En N. BLAZQUEZ GRAF, F. FLORES PALACIOS, & M. RIOS EVERARDO (Edits.), Investigación Feminista: epistemología, metodología y representaciones sociales. México: UNAM, Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades. Obtenido de http://computo.ceiich.unam.mx/webceiich/docs/libro/ Investigacion%20Feminista.pdf DIEZ JORGE, M. E. (enero-junio de 2014). Investigar sobre la arquitectura y el género:. Arenal, 21(1), 182. RUSS, J. (1983). How to suppress womens writing . University of Texas Press.
VITALIDAD COLECTIVA DE LOS CUERPOS COMO LUGAR EPISTÉMICO
LA
por Dra. Arq. Laura
Sarmiento B.*
INTRODUCCIÓN: NUESTROS MOTIVOS Quienes ejercemos la disciplina de Arquitectura y, lejos de una comodidad estanca, hemos corrido -con coste personal, colectivo y político- sus límites, para la transformación de su horizonte de incidencia, tanto desde sus teorías y métodos, su política y técnica, y la definición de quiénes son sus protagonistas. Siendo portadoras de un conocimiento levantado en los bordes disciplinares -fronteras que para algunos nos dejan por fuera- nos debemos una revisión epistémica del Urbanismo, la Arquitectura y el Diseño, la construcción de respuestas colectivas y consensuadas para actualizar ese nosotres que cada une es. Este texto es un primer planteo de preguntas urgentes, a saber: ¿Desde dónde hacemos teoría? ¿Qué definiciones y
cuáles conceptos necesitamos para conducir a la teoría y a la 140
técnica hacia una arquitectura feminista? ¿Qué entendemos por arquitecturas feministas? Nos inauguramos, entonces, en la puesta en cuestión de los dispositivos semióticos políticos que son el fundamento teórico y técnico de la Arquitectura para una revisión epistémica desde una perspectiva feminista.
(*) Feminista, madre, madrastra, arquitecta, doctora en arquitectura, especialista en Bioética Urbana, conflictos urbanos territoriales y gestión feminista del hábitat. Investigadora de CONICET. Investigadora militante popular. Co-cordinadora de la Línea de Investigación de Urbanismo, Arquitecturas y Diseño Feminista. CIECS-UNCCONICET.
Laura Sarmiento
LO DOMÉSTICO COMO LUGAR EPISTÉMICO Desde una perspectiva histórica Lo doméstico ha sido el contenedor y sostén tanto material como simbólico del patriarcado. Gerda Lerner en La Creación del Patriarcado, dice: Hasta un pasado reciente, los historiadores han sido varones y lo que han registrado es lo que los varones han hecho, experimentado y considerado que era importante. Lo han denominado Historia y la declaran universal. Lo que las mujeres han hecho y experimentado no ha sido escrito, ha quedado olvidado, y se ha hecho caso omiso a su interpretación. (…) Se las ha excluido sistemáticamente de la tarea de elaborar sistemas de símbolos, filosofías, ciencias y leyes. No solo se las ha privado de la enseñanza en cualquier momento histórico y en cualquier sociedad conocida, también se las ha excluido de la formación de teorías. (Lerner, 1986:26) Así es que nos preguntamos qué tarea nos cabe en una revisión epistémica de lo doméstico. Habitando los paisajes que dibuja la frontera casa adentro, se destaca con fuerza el estereotipo de lo doméstico patriarcal colonial capitalista, es decir, la posesión de los cuerpos feminizados y la expropiación de su vitalidad corpo
141
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
territorial. Rita Segato en una entrevista, dice: Las mujeres nunca han sufrido tanto violencia doméstica como
en
la
Modernidad
porque
se
ha
privatizado
completamente lo sexual, que es un error, porque ahí lo sexual es político y es bélico, no es sexual. Si el patriarcado no fuera la red de significados y sentidos en la que estamos presos, la sexualidad no tendría ninguno de los significados que tiene entre nosotros. (Segato, 2003). Es de este modo que lo doméstico se arquitectura como el nuevo campo de guerra, donde toda la biopolítica que se le aplica, es una nueva configuración de dominio de los cuerpos feminizados. A partir de la normatividad conyugal, se encierra la potencia doméstica y cotidiana al ámbito de lo privado. Pues, desde el contrato monogámico sexual se monta el contrato social de la modernidad aún hoy vigente. Michel Foucault sostiene: 142
Entonces la sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se muda de lugar. La familia conyugal la confisca. Y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora. En torno al sexo se establece el silencio. La pareja, legítima y procreadora, impone su ley. Se impone como modelo, hace valer la norma, detenta la verdad, retiene el derecho
Laura Sarmiento
a hablar -reservándose el principio del secreto. Tanto en el espacio social como en el corazón de cada hogar existe un único lugar de sexualidad reconocida, utilitaria y fecunda: la alcoba de los padres. Al resto solo le queda esfumarse. (Foucault, 1976: 9) Dentro de las fronteras de la casa adentro, se instalan las matrices pedagógicas de la violencia patriarcal, de las nuevas formas de vulnerabilidad y de la precarización de los cuerpos feminizados -principalmente de las mujeres y niñas. Es decir, lo que segrega la privatización de lo doméstico, es el fundamento del patriarcado y su violencia. El espacio doméstico se convierte en un espacio al servicio del amo, del pater familias, de su ley, su norma, y para su sostenimiento. De este modo se arquitectura un poder territorial profanador de la vitalidad de los cuerpos feminizados, a partir del despojo de la soberanía de su sexualidad y su espacialidad. Esta
profanación
opera
desde
el
dispositivo
-semiótico
político- doméstico significando el encierro casa adentro, en la implementación de una serie de tecnologías sobre el vínculo
forma de vida-territorio-cuerpo que va desde la espacialidad, la vincularidad, comenzando con la expropiación del cuerpo erótico reduciéndolo a cuerpo sexuado, hasta la reducción de las libertades
143
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
creativas en la vivencia del espacio. Toda la potencia queda presa en la segregación de binarismos espacializados al servicio del diseño heteropatriarcal. Éste último, hace de lo doméstico la matriz fundamento de la reproducción de los valores sociales: cuerpossexuados, espacialidad-esclavócrata, vincularidad-adultocéntrica. Todos los cuerpos que habitan en la espacialidad doméstica conyugal, quedan bajo la jerarquía del amo -el patriarca, el tutor, el pater familias-, reducidos a bienes y servicios de su dominio. Es de este modo la continuación política de la guerra. La arquitectura hegemónica hace del territorio la materia del diseño heteropatriarcal. El territorio, los cuerpos, la espacialidad, los vínculos se arman en función de la nueva política de la guerra en lo doméstico, donde la economía para la reproducción de la vida se sostiene sobre el trabajo cuasi esclavo e invisibilizado de los cuerpos feminizados, principalmente mujeres y niñas. Queda instalado el modelo político de normalización territorial: 144
la segregación de lo doméstico casa adentro. La gestión de la vitalidad colectiva corpo territorial se privatiza quedando aislada y bajo la tutela del patriarcado. Esta tutela no solo supone una violencia intrínseca en la gestión de lo cotidiano, sino que se apropia de la epistemología de lo doméstico, es decir, todo es funcional al sistema heteropatriarcal, y desde allí, su diseño.
Laura Sarmiento
LA MORAL TÉCNICA PATRIARCAL Y SU JUSTICIA: LOS ESTEREOTIPOS ¿Por qué la teoría de la Arquitectura y el proyecto, están escindidos y no son parte del mismo cuerpo teórico técnico? Desmitificar “las mujeres hacen teoría” -lo que se lee: no transforman la realidad- y “los hombres proyectan”. Son
aproximadamente
3500
años
de
subordinación,
complicidad, dominación. La maquinaria doméstica reproduce desde lo simbólico hasta lo funcional, un diseño que responde a las necesidades de este sujeto masculino, blanco, trabajador casa afuera, hombre de buena voluntad, etc., convirtiéndose en un contenedor de su sostén, tanto material como simbólico. Las
espacialidades
domésticas
albergan
toda
la
fuerza
disciplinadora de los cuerpos feminizados. No solo por la estructura de su funcionalidad sino por la imagen que reproducen a la manera de una pedagogía. Nos preguntamos:
¿Qué producción de normatividad subjetiva se instala en la espacialidad de lo doméstico? ¿Qué despotencia o captura todo el arcoiris de vitalidad no hegemónica, propia de los cuerpos feminizados? ¿Qué estereotipos se reproducen en lo doméstico?
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
La moral técnica patriarcal diseña siguiendo tres órdenes principales, para su sostenimiento y reproducción. A saber: económico, político y cultural. El orden económico es el que dicta el mercado, el que usa y abusa de los sistemas de cuidado y lo doméstico, como valor profanado. El orden político, que para entenderlo podríamos transversalizarlo por tres categorías de tres autoras feministas, la dueñidad (Segato, 2013) mi hija, mi mujer, mi casa; la precariedad (Butler, 2004) que traza una cartografía del poder y de los cuerpos que importan, y los que no;
y el
consecuente estado de inseguridad (Lorey, 2012) que implica la precariedad como forma de gobierno, y el estado de inseguridad como producción subjetiva, es decir, cuerpos temerosos ávidos de una securitización de la vida, lo que gesta toda una vincularidad y consecuente espacialidad, policiales. Y, por último, el orden cultural machocéntrico, que obedece a una justicia patriarcal, que no se apega a la superficie de la vida y lo que ésta necesita, sino que se arma y se fabula con las narraciones patriarcales: los estereotipos.
146
Aquí radica la necesidad de cambiarlo todo. Los estereotipos son ficciones que norman lo disciplinar. Es decir, lo purista, lo sexista, lo reduccionista, y lo patriarcal que nos fragmenta, nos encierra y despotencia en lo doméstico casa adentro. Estos tres órdenes disciplinares tienen un correlato espacial que nos domestican en el sentido peyorativo. Es decir, nos arman una forma-de-vida reducida a la ficción patriarcal.
Laura Sarmiento
RECOMPONER LA IMAGEN, UNA DOMESTICIDAD EXTENDIDA Quizás la pregunta necesaria podría ser qué pueden estos cuerpos feminizados, qué espacios necesitan para expandir su vitalidad, qué, si fueran ellos mismos los sujetos protagonistas del diseño urbano territorial. ¿Qué escenario se arma liberando
lo doméstico de las fronteras obligadas de la casa adentro? ¿Qué poderes se arman y construyen en lo doméstico sin fronteras definidas o bien horadadas? ¿Qué estructuras espaciales necesita una vitalidad extendida? ¿Qué vínculos define? Lo principal, al hablar de una domesticidad extendida, hablamos de una territorialidad justa, una espacialidad guardiana de una justicia que se arma en la vida desde y con lo cotidiano, llena de afectos y sensibilidades, donde lo que rige las formas son las cualidades de éstos. La domesticidad extendida o lo doméstico puertas afuera no define usuaries que anden soles, individuales, aislades. Es fundamentalmente una espacialidad vincular-relacional, llena de arraigos. Quizás, lo que la define son las infinitas formas de desobedecer la moral técnica patriarcal. A la vez, propicia en sus espacialidades el cuidado de sí y de otres, cobijo y protección, la exploración
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
como movimiento vital: jugar, cocinar con otres, alianzas inesperadas Esa domesticidad cotidiana, extendida, no admite nada de esas recetas proyectuales como “el cuartito de servicio”. El servicio es parte del núcleo básico de la vida. Así, la percepción sensible es lo que dibuja la frontera del nosotras. En este sentido, el ejercicio consiste en pensar la domesticación en términos performáticos para re-crear los órdenes patriarcales de subjetivación. Es decir:
¿Qué organización económica no capitalista no neoliberal no patriarcal podría ordenar la vida doméstica cotidiana? ¿Qué política relacional pueden propiciar los arraigos y la comunidad? ¿Qué cultura dibuja la vitalidad colectiva de la casa afuera? ¿Será posible pensar estos órdenes partiendo de una espacialidad 148
relacional?. PENSAR EN UN NOSOTRAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE COBIJO Pensar en nosotras para la construcción de cobijo, tiene una historicidad regional de los sures del mundo. Justamente son esos
Laura Sarmiento
espacios amenazados por los capitales globales transnacionales que quieren convertirlos en bienes y servicios, los que aguerridamente se están defendiendo del exterminio y la desaparición, y en esa defensa y re-existencia afirman la vida no patriarcal, no capitalista, no colonial. De esos territorios vivos tenemos mucho que aprender. Las Arquitecturas Feministas hacen un planteo material y simbólico, desde una ética de la subalternidad como política de subjetivación, es decir, desde donde ese otre despojado de voz, recupera y afirma esa voz profanada, y se hace parte protagónica, con su necesidad y su diferencia. La escucha a su manifiesto de incomodidad es el inicio de un proyecto que podemos llamar Arquitectura Feminista. Entonces, lejos de ser un estereotipo normado y disciplinador, las Arquitecturas Feministas
recomponen ese nosotres que integra el cuerpo colectivo al cuidado de la vida, su deseo, su potencia relacional, la forma de su paisaje y de su materialidad, a modo de tribu, telaraña, manada, comunidad, el territorio colectivo que construye los cuidados necesarios contra la profanación de lo que importa.
BIBLIOGRAFÍA - BUTLER, Judith. 2004. Undoing Gender (New York: Routledge) Trad. por Patricia Soley-Beltran, Deshacer el Género (España: Paidos, 2006). - FOUCAULT, Michel. 1976. Historie de la sexualité I:la volonté de savoir (Paris: Editions Gallimard). Trad. por Ulises Guiñazú, Historia de la sexualidad I: la voluntad de saber (Buenos Aires: Siglo XIX EDITORES, 2018). - LERNER, Gerda. 1985. The creation of patriarchy. (New York: Oxford University press, Inc.) Trad. castellana, La creación del patriarcado (Editorial Crítica, S.A, 1990). - LOREY, Isabell. 2012. Die Regierung der Prekaren. (Perfect Paperback). Trad. por Raul Sánchez Cedillo, Estado de Inseguridad. Gobernar la precariedad (Madrid: Traficantes de Sueños, 2016) - SEGATO, Rita. 2003. Las Estructuras Elementales de la Violencia. (Buenos Aires: Prometeo)
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HÁBITAT Y GÉNERO EN LA GESTIÓN
PÚBLICA: LA SUBSECRETARÍA DE HÁBITAT DE LA COMUNIDAD por Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth y Mariana Segura* INTRODUCCIÓN La vinculación entre el género y el hábitat, en Latinoamérica comienza a gestarse por medio de dos vertientes en interacción. Por un lado, por el pensamiento feminista instaurado en la academia y, por el otro, por los fuertes movimientos sociales a favor de la igualdad de la mujer desde la década del 70. Ambas vertientes convergen en el reconocimiento de que hombres y mujeres experimentan las ciudades no solo de manera diferencial, de acuerdo con el género, sino profundamente desigual. Si bien es cierto que hay elaboraciones teóricas, que se han desarrollado jornadas y congresos académicos, que en el Encuentro Nacional de Mujeres hace unos años ya existe la comisión de género y hábitat, que reconocidas académicas se hallan disertando sobre la temática, que hay estudios de género en el cruce con la mirada sobre hábitat mediante las cuales se han hecho visibles las desigualdades urbanas por razones de género, de las mujeres como colectivo, no en forma personal, el género no 150
se ha consolidado como eje articulador en la temática de hábitat. HÁBITAT Y GÉNERO Cuando hablamos de hábitat, hablamos de territorio, de ciudades y del mundo rural, de cercanías y lejanías, de facilidades o dificultades, hablamos de los lugares, relaciones y espacios necesarios para que
(*) Arq. Mariana Segura Urbanista, Diploma Superior en Políticas Públicas con enfoque de Género, Maestranda en Estudios Urbanos y militante feminista del campo Nacional y Popular. Actualmente se desempeña como Directora de la Unidad Ejecutora Provincial del Programa Mejoramiento de Barrios (Pro. Me.Ba.) en la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires. Fue Coordinadora de la Comisión de Hábitat y Género en el Encuentro Nacional (ENM) de los años 2018, 2019 y 2020 y Coordinadora Adjunta del Programa de Planificación Participativa de FLACSO Argentina (20032012). Dirigió y participó en la formulación e implementación de Planes Urbanos, de Integración Socio-Urbana y UrbanoAmbientales ,con enfoque participativo y de género. Participo de la Coordinación de la Comisión de Género y Hábitat del Consejo Provincial de Acceso Justo al Hábitat. Es docente de Teorías Territoriales en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de La Plata.
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
cada persona, cada familia y cada colectivo, pueda desplegar su vida. El hábitat se convierte en tema de agenda política internacional en la década del 70, a partir de la constitución de Hábitat I, en 1976. (*)Lic. en Comunicación Social Érica Osterrieth, con orientación en planificación comunicacional. Actualmente se desempeña en el cargo de Directora de Proyectos de Intervenciones Complementarias en la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad, de la Provincia de Buenos Aires. Junto con la Arq. Mariana Segura, coordina la comisión de Género y Hábitat del Consejo Provincial de Acceso Justo al Hábitat. Anteriormente se desempeñó como coordinadora de la comisión de Género de la Fiscalía de Estado de la Provincia de Buenos Aires. Además, cumple la función de Directora Provincial de Programas Habitacionales en lo que se denominaba Subsecretaría de Tierras, Urbanismo y Vivienda de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien en un principio la preocupación se centraba en el acceso a la vivienda, a medida que avanza el siglo XX esta preocupación va girando hacia un concepto más amplio en el cual la vivienda por sí misma no resolvía la totalidad de las necesidades. Esta requería además de una localización adecuada y el acceso a una serie de bienes y servicios. Justo un año antes, la ONU había declarado “1975, el año Internacional de las Mujeres”, producto del impulso que las luchas feministas venían desarrollando en varios países. Sin embargo, pasan más de 10 años cuando el cruce entre ambas cuestiones empieza a emerger como una problemática específica y profunda. La gran Ana Falú, es una de las que se puso al hombro el cruce entre hábitat, ciudad y género, creando el 1989 la Red Mujer y Hábitat, nos advierte el derecho de las mujeres a la ciudad es una categoría teórica y política, que alberga un conjunto de derechos que refieren al uso y disfrute de la ciudad, sus espacios y el conjunto de bienes públicos. Incluirlas supone cambios de paradigma: visibilizar sus demandas, la diversidad de subjetividades e identidades de las mujeres y la diversidad social, es central para que no sean diluidas en la neutralidad de los conceptos. (FALÚ Ana, en Seminario FI: Investigación en Diseño, Arquitectura y Urbanismo Feministas-
151
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
FADU UBA 2020) ALGO DE HISTORIA Iniciamos este texto reconociendo que somos parte de una historia que une varias luchas y varias reflexiones militantes. Los feminismos, y en general, los derechos se han conseguido a partir de luchas y se han transformado en políticas públicas, a través de distintos instrumentos de gestión. Si hablamos del Estado, en la provincia de Buenos Aires no podemos dejar de nombrar a Claudia Bernazza, una compañera que se ha dedicado a recorrer y entender los múltiples mecanismos que se despliegan al interior de un Estado, Estado de cuño patriarcal, desterrando para siempre la identificación de un Estado univoco, en el cual, por un lado el “Estado, sus leyes y reglamentaciones fundantes, custodian la propiedad privada, antes que a las personas” (Bernazza 2019) y sin embargo varias políticas públicas disputan ese sentido. Más allá de su estructura, el rol que cumplirá 152
será definido por cada proyecto político que ejerce su conducción. Respecto de la irrupción de los feminismos en el Estado, hitos importantes que nos preceden son insoslayables a la hora de iniciar acciones que, aunque aún incipientes, vayan dejando huella del acceso a los derechos. Podríamos citar el acceso de las mujeres al voto y a lugares electivos, en 1947 a partir de la lucha de las sufragistas y la escucha atenta
(*)Miryan Ivis Denegri es Trabajadora Social y militante feminista. Actualmente se desempeña como Directora de Seguimiento de Intervenciones Complementarias en la Subsecretaria de Hábitat de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires. Fue subsecretaria de Hábitat de la Municipalidad de Zarate, Provincia de Buenos Aires en 2018. Estuvo a cargo de la Coordinación curricular de la capacitación de Producción Social del Hábitat con perspectiva de género para el programa nacional “Ellas Hacen” para 1200 mujeres en distintas universidades de la provincia de Buenos Aires. Es Coordinadora de la Diplomatura de Hábitat y Gestión del Territorio con perspectiva de género a implementarse en la UNLP (Universidad Nacional de La Plata)
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
de Eva Duarte, que empoderó a las mujeres para que participaran de la vida política, como un hecho histórico respecto del cruce de feminismos y Estado. Posiblemente haya habido anteriores a este, sin embargo, por el peso que supuso, este cruce marcó un hito en la historia. A partir de ahí, con la claridad de entender que “El Estado es la única institución capaz de consagrar nuevos derechos o ampliar derechos reconocidos, garantizando su ejercicio” (Bernazza 2019), a lo largo de los últimos 70 años se han sucedido hechos que, a partir de una lucha, han logrado abrirse paso en el Estado y convertirse en ley, en política pública, en organismo del Estado. Madres y Abuelas de Plaza de Mayo han sido también ejemplo no solo en la lucha frente a un enemigo poderoso y violento, sino que, una vez que se logra el diálogo con el Estado, al inicio del gobierno de Néstor Kirchner, su lucha se convierte en organismo, ley y política pública. Dos instituciones públicas surgidas al calor de la lucha fueron las creaciones del Instituto Provincial de Género y Diversidad Sexual y del Instituto Nacional de Mujeres, ambas instituciones antecesoras de los actuales Ministerios de Mujeres de ambas jurisdicciones. GOBIERNO NACIONAL Que la creación del MINISTERIO DE LAS MUJERES, GÉNEROS Y DIVERSIDAD responde al compromiso asumido con los
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
derechos de las mujeres y diversidades, frente a toda forma de discriminación y violencia, y en pos de la construcción de una sociedad más igualitaria que promueva la autonomía integral de todas las personas, sin establecer jerarquías entre las diversas orientaciones sexuales, identidades o expresiones de género, siendo estos objetivos prioritarios de gobierno. Que atento a la creación del citado Ministerio y a las competencias a asignarle, corresponde suprimir el organismo denominado Instituto Nacional de las Mujeres. -
Decreto
7/2019- Ley de Ministerios de la Nación Argentina, 10 de diciembre del 2019. GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES ARTÍCULO 28: Le corresponde al Ministerio de las Mujeres, Políticas de Géneros y Diversidad Sexual, que tendrá el carácter de continuador institucional del Instituto Provincial 154
de Género y Diversidad Sexual instituido por el Decreto 165/2018, asistir al Gobernador en todo lo inherente a las materias de su competencia- LEY 15164/19- Ley de Ministerios de la Provincia de Buenos Aires, 11 de diciembre del 2019. Las tareas desarrolladas por muchas mujeres, entre las que están Juliana Marino y Virginia Franganillo que, desde la apertura
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
democrática se dieron el doble trabajo de transformar el Estado y también las prácticas políticas patriarcales, marcaron dos rumbos. La necesidad de articular la organización social con la estructura estatal, con el objeto de no solo lograr el reconocimiento de un derecho, sino también para luego acompañar a que se cumpla, actualizando prácticas y multiplicando el efecto. El necesario entramado inter-partidario, en el cual, más allá de las ideologías de cada agrupamiento político, los derechos de mujeres y disidencias, por considerarse las más profundas de las desigualdades, deberían ser promovidas por todas y entre todas. En lo que respecta a políticas públicas, es inédito como política de Estado la creación del Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad, tanto nacional como provincial y la coordinación y articulación que se viene realizando con los ministerios para tratar la multidimensionalidad de las problemáticas inherentes. Hoy lo volvemos a ver cuándo, mientras escribimos este artículo, en el Congreso de la Nación se debate y vota el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. Un debate promovido tanto por la transversalidad partidaria como por diferentes movimientos sociales. En este marco, nos toca aportar un pequeño avance en un derecho como el acceso al hábitat, que si bien, hace muchos años ha sido considerado un derecho humano, hoy nos encuentra buscando iluminar ese cruce con el acceso a ese derecho de mujeres y disidencias, desde las políticas públicas. FEMINISMO POPULAR Es importante expresar desde qué lugar estamos construyendo algunos aportes en el acceso a derechos. Es sabido que los feminismos son muchos, y que cada persona o colectivo adhiere a uno de ellos, a partir de sus propias convicciones.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Este artículo se presenta en clave del feminismo popular (de cuño suramericano y decolonial) que interpreta al patriarcado como un sistema que oprime a todes, hombres, mujeres y disidencias, generando una opresión sobre un cuerpo social, pero que en el caso de las mujeres y disidencias se dramatiza exponencialmente, llegando hasta las mutilaciones, violaciones, femicidios y otras violencias extremas. Entendemos que un mecanismo del patriarcado es el procedimiento de la inferiorización de ciertos grupos “Lo que inferioriza, racializa, feminiza es el ojo del poder, que lo pone a una en su lugar, que lo pone al negro en su lugar…” (Segato 2017). Mujeres y disidencias son ejemplo de una inferiorización primaria del sistema, por su propia condición. Esta inferiorización se ejecuta de diferentes formas, sin embargo y a los fines del tema que nos convoca, una de estas formas se da a través de distintas discriminaciones vinculadas justamente al hábitat. Ya sea por la dificultad del acceso al mismo debido a políticas rentistas y especulativas, por dejar disponible solo 156
localizaciones desfavorecidas en cuanto al acceso a los centros de producción y consumo, como a la consumación de instrumentos y herramientas que perpetúan lógicas masculinizadas en la producción del hábitat. Dentro de esta inferiorización discriminatoria, las personas que más sufren esta situación son aquellas que además acumulan otro tipo de desigualdades: interseccionalidad de mujeres y disidencias
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
de barrios populares suelen tener mayores dificultades no solo para acceder a un lugar en el cual desarrollar su vida y la de sus afectos, sino también en el mantenimiento de su hábitat. En este sentido, también es importante destacar que de acuerdo a las experiencias de gestión en los diferentes barrios populares consolidados y en proceso de consolidación, son las mujeres aquellas que participan activamente en el desarrollo del barrio, tanto en la planificación urbana y social del espacio, como en las actividades comunitarias de contención entre las distintas familias. PENSAR EL HÁBITAT EN CLAVE DE GÉNERO Así, no solo es posible pensar el hábitat con perspectiva de género, sino que además es un desafío. El primero, está vinculado a la planificación, entendida no solo como un proceso técnico sino también como un proceso político. Si bien desde la década de 1980 numerosas arquitectas, urbanistas, sociólogas, feministas, sistemáticamente han sostenido que es vital participar en la planificación y gestión de las ciudades con el objeto de hacerla más habitable y menos sexista, todavía hay un largo camino por recorrer en torno a la incorporación de la dimensión de género en la planificación urbanística. Un segundo, propiamente urbano, implica continuar profundizando en los análisis sobre los efectos que tiene en la vida de las mujeres y disidencias, el diseño predominantemente masculinizado, del entorno urbano
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
construido,
con centros privilegiados y equipados y periferias
despojadas de urbanidad, que privilegia la circulación en vehículo privado mayoritariamente manejado por hombres, con un transporte público no preparado para tareas de cuidados, ni físicamente (subir con niñes y un cochecito es un castigo) ni en sus recorridos, que no contempla los itinerarios que incluyen la llevada de chiques a escuelas, la atención de la salud de las familias, ni las compras de alimentos cotidianas. Una ciudad que privilegia la mercantilización de los espacios públicos por sobre la construcción de lazos sociales. Por otra parte, recuperar la visión dinámica de las ciudades y con ella repensar los lugares no como simples contenedores, sino los lugares en los cuales las mujeres construimos material, social y simbólicamente el hábitat urbano. Y para ello se torna imprescindible diversificar las escalas y los lugares de análisis en la producción del hábitat urbano, partiendo del cuerpo como un nuevo sitio de investigación urbana, retomando 158
los espacios domésticos, los barrios, los lugares de esparcimientos, los centros comerciales, las plazas, la comunidad ya que todo ello pueden ser analizados como emplazamientos materiales y simbólicos, debiendo ser analizados como lugares de producción de sentido y de ejercicio de ciudadanía, desnaturalizando las clásicas dicotomía con las cuales se piensa el hábitat (centroperiferia, público-privado, productivo-reproductivo)
Casa de mujeres en situación de violencia
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
HÁBITAT, GÉNERO Y POLÍTICAS PÚBLICAS Desde el inicio de la gestión que venimos desarrollando en la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad, cuyo objetivo primario es trabajar para el acceso justo al hábitat, la posibilidad de constituirnos como equipo interdisciplinar e intersectorial para avanzar en algunas acciones que tengan como objetivo, disminuir esas desigualdades profundas que afectan a mujeres y disidencias. El primer avance ha sido la paridad de mujeres en los cargos directivos en la Subsecretaria de Hábitat de la Comunidad. Esto no es un dato menor, ya que son lugares de tomas de decisiones en cuanto a construcciones de visiones en la política pública de hábitat con perspectiva de género. A continuación, presentamos algunos avances de las prácticas que estamos llevando adelante. 1.
CONSTRUCCIÓN DE CASA PARA MUJERES víctimas de
violencia de género, en el barrio Nuevo Abasto de la Ciudad de La Plata. La iniciativa, que se trabajó en coordinación con otros organismos provinciales, surgió como respuesta a tres casos particulares, teniendo como objetivo brindar un espacio de medio camino a mujeres y disidencias víctimas de violencia por razones de género. Debe considerarse que, ante estas violencias, son las mujeres y disidencias (en la mayoría de los casos con niñes a cargo) quienes abandonan la vivienda, como acción de supervivencia, no
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
pudiendo acceder a un hábitat justo para su desarrollo personal y familiar. La instalación de estos espacios en el barrio, buscan ser de medio camino mientras se construye el acceso a un hábitat digno, donde mujeres y disidencias sean protagonistas activas en el proceso de desarrollo y transformación de los territorios. 2.
DISPOSICIONES PARA LA PRIORIZACIÓN de empresas
constructoras dirigidas por mujeres en las licitaciones públicas llevadas adelante por la Subsecretaría. A través del dictado del acto administrativo, se dispuso que las empresas dirigidas por mujeres o cuya mesa directiva tenga paridad de género, serán priorizadas en las licitaciones. También las cooperativas con el 30% o más de integrantes mujeres y disidencia. Se priorizarán también aquellas empresas que se comprometen a contratar Jefas de Obras mujeres y, asimismo, si se comprometen a contratar el 1% de trabajadorxs de la comunidad trans y travesti. 3.
INSCRIPCIÓN DE LAS MUJERES como primera titular,
en los trámites de regularización dominial. Esta iniciativa, surgió como respuestas a la necesidad de otorgar seguridad jurídica 160
en la tenencia sobre la propiedad, evitando conflictos futuros y promoviendo al desarrollo personal y productivo de las mujeres, así como su autonomía integral. 4.
CUPO LABORAL TRANS. Se comenzó a dar cumplimiento
al cupo laboral trans en la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad, promoviendo condiciones para el acceso al trabajo, así como también a la protección frente al desempleo. Todo ello,
Mesa de Gestión Club Planeadores
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
entendiendo que las trayectorias de vida de las personas travestis, transexuales y transgénero están atravesadas por la estigmatización y criminalización sistemática por una parte de la sociedad y de las instituciones, siendo primordial, y urgente, la adopción de medidas positivas frente a esta comunidad, garantizando el pleno ejercicio de sus derechos humanos. 5.
ELABORACIÓN DE PLANES Y PROYECTOS URBANOS
desde
la
perspectiva
de
urbanismo
feminista.
Los
Planes
Urbanos, de Integración Socio-Urbana y/o Planes de Sector se planifican bajo el enfoque de Urbanismo Feminista. Esto implica la incorporación de indicadores de género respecto del hábitat, la ciudad y la vivienda (relevamientos de: usos del tiempo, calidades de espacios urbanos, diferentes configuraciones de convivencia, entre otros); la promoción y ejecución de talleres sobre género; y la implementación de mesas de gestión con la comunidad, donde se promueva la mirada feminista sobre el desarrollo de los barrios y la comunidad en general. 6.
LA CONSTITUCIÓN DE LA COMISIÓN DE GÉNERO en el
Consejo Provincial de Acceso al Hábitat de la provincia de Buenos Aires. La comisión está integrada por representantes de organismos provinciales, municipios, universidades, y organizaciones de la comunidad. El objetivo de la creación de esta comisión, se centra en la proyección de un trabajo transversal con el resto del Consejo Provincial, aportando una mirada feminista en las iniciativas que desde ese espacio se promueven, incorporando la perspectiva
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de género como eje fundamental en la planificación de políticas públicas en materia de hábitat. 7.
LA ARTICULACIÓN Y COORDINACIÓN con el Ministerio
de la Mujer, Género y Diversidad Sexual para la planificación de políticas de género y Hábitat. Se trabaja de manera coordinada con el Ministerio en la elaboración de planes y programas que promuevan el desarrollo y acceso de un hábitat justo planificado con perspectiva de género. Un ejemplo de esto, son las mesas de trabajo interministerial que se están realizando en el marco de las gestiones por reconocer los derechos de las mujeres que oportunamente fueran incluidas en el programa nacional “Ellas Hacen”, en el que se capacitó a estas compañeras en la auto construcción de sus viviendas. Actualmente, se está trabajando en la generación de nuevos lotes con servicios para que estas mujeres puedan acceder a un hábitat justo y adecuado para su desarrollo personal, familiar y productivo. 8.
INCLUSIÓN DE LA PERSPECTIVA DE HÁBITAT Y GÉNERO
en espacios académicos. La firma de Convenios con cinco (5) Universidades que se hallan desarrollando diplomaturas / 162
tecnicaturas con especialidad en Hábitat, donde se incorpore como eje transversal las políticas de género y hábitat y se incorporen referentes territoriales y agentes municipales. 9.
MESAS DE GESTIÓN INTERSECCIONAL y con amplia
participación de mujeres. La Constitución de Mesas de Gestión en los barrios de la provincia de Buenos Aires en los que estamos trabajando con Proyectos Urbanísticos Integrales con participación,
Mesa de Gestión Villa Hidalgo
Miryan Ivis Denegri, Erica Osterrieth, Mariana Segura
entre otros, del Ministerio de la Mujer, Género y Diversidad Sexual y el Organismo Provincial de la Niñez a través de su área de género, con participación de mujeres referentas con voz y voto. Hoy se está debatiendo y pensando en distintos espacios vinculados al hábitat desde el ejecutivo, no solo como pensar el acceso a una vivienda y un hábitat adecuado para atender la problemática de violencia de género ante las estadísticas alarmantes que hay en nuestra provincia y país, sino en la participación en la planificación de políticas públicas donde se piense sobre todo en ese ejercicio de ciudadanía, en donde se puedan construir tanto material como simbólicamente espacios en los que se visibilicen esas necesidades espaciales específicas colectivas y diversas.
BIBLIOGRAFÍA BERNAZZA Claudia (2019) Derechos de las mujeres: una mirada sobre la gestión inicial del Consejo Provincial de las Mujeres de la Provincia de Buenos Aires en DIAZ, Estela comp. “Feminismo y peronismo” Ed. Colihue. FALÚ, Ana (2016) “El derecho a vivir una vida libre de violencias” Panel 6- Violencias XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe CEPAL 2016 MASEEY, Doreen (2012) «Espacio, lugar y política en la coyuntura actual», Urban NS04, pp: 7-12. SEGATO Rita (2017) “Estamos todavía dentro de la prehistoria patriarcal” ANRed https:// contrahegemoniaweb.com.ar/2017/11/26/rita-segato-estamos-todavia-dentro-de-la-prehistoriapatriarcal/#:~:text=Lo%20que%20inferioriza%2C%20racializa%2C%20feminiza,al%20lugar%20 al%20que%20pertenece. Boletín Oficial Nacional Argentina https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/223623/20191211 Boletín Oficial Provincia de Buenos Aires https://normas.gba.gob.ar/ar-b/ley/2019/15164/209279
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CARTOGRAFÍAS DEL DESEO: DOS EXPERIENCIAS DE MAPEOS ESPONTÁNEOS por Marianne von Lücken, Gabriela Tavella, Mariana Segura y Carolina Antolini* INTRODUCCIÓN Ciudad del Deseo es una colectiva interdisciplinaria conformada por arquitectes, sociólogues, antropólogues, comunicadores, geógrafes, paisajistes, urbanistes y trabajadores sociales, entre otras formaciones y recorridos. Esta variedad de trayectorias nos permite abordar los fenómenos urbanos y del hábitat desde una mirada múltiple y compleja, contemplando enfoques que involucran la gestión, el arte, la academia y el activismo con una perspectiva de géneros. Nos enmarcamos en una mirada feminista sobre el espacio urbano que implica pensar formas alternativas de vivir la ciudad y centrarse en cómo las personas la habitan, qué necesitan, qué desean, cómo se desplazan, de qué manera quieren relacionarse con otres, y cómo la ciudad marca sus cuerpos y emociones. Esta lente implica reconocer también que hay voces ausentes que no están representadas y que no responden a un modelo de ciudad que privilegia sólo a algunes. También contempla pensar nuevas 164
formas de llevar estas ideas y saberes a la práctica cuestionando los modelos de la ciudad capitalista y patriarcal.
(*) es una colectiva que reflexiona sobre la ciudad, el territorio y el cuerpo desde una perspectiva de género(s). Esta colectiva busca generar debates y nuevos diálogos en torno a los espacios que ocupan mujeres y disidencias en contextos urbanos con el fin de construir nuevos modos de devenir.
A partir de estas premisas buscamos problematizar, cuestionar, y repensar cómo fueron diseñadas y construidas las ciudades a partir de la realización de diversas acciones en el espacio público, intervenciones en ámbitos académicos, instituciones educativas
PALABRAS CLAVE: PERSPECTIVA DE GÉNEROSURBANISMO FEMINISTA- MAPEOS COLECTIVOSCUERPOS- ACTIVISMO
Marianne von Lücken, Gabriela Tavella, Mariana Segura, Carolina Antolini
o articulando con organizaciones feministas, Accionamos con el objetivo de generar espacios de debate, intercambio y producción colectiva para aportar a lo que puede ser (y ya viene siendo) el urbanismo feminista. En este artículo presentaremos dos experiencias en las cuales utilizamos la cartografía como recurso para el abordaje de la problemática de géneros en la ciudad, con el fin de poder captar experiencias urbanas concretas. La primera, se llevó a cabo en la marcha del 8 de Marzo de 2019 en la ciudad de Buenos Aires, que conmemora el Día Internacional de la Mujer, y constituyó nuestra conformación como Colectiva. La segunda actividad se realizó el 28 de mayo de 2019 en la concentración realizada en el Congreso de la Nación con motivo de una nueva presentación del proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo en Argentina. (**) Este texto recupera actividades desarrolladas por la Colectiva Ciudad del Deseo y, por lo tanto, es producto de debates, ideas, y experiencias surgidas en un marco colectivo.
Nos centraremos en las premisas que dieron lugar a las actividades: la metodología que utilizamos y la forma en la que concebimos y procesamos la información obtenida. Consideramos que este tipo de intervenciones y reflexiones contribuyen a abrir interrogantes y a desarmar esa trama compleja que es la dimensión espacial de las relaciones sociales y su impacto en la forma de habitar, profundizando desigualdades o garantizando derechos. ¿QUÉ LUGAR OCUPA EL DESEO EN LA CIUDAD?
165
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Desde hace mucho tiempo los feminismos venimos poniendo en escena la posibilidad y el deseo de analizar e intervenir sobre las ciudades desde diferentes aristas. Desde su surgimiento, las políticas urbanas se orientaron a pensar un supuesto sujeto neutral, haciendo foco en la centralización de actividades que volvería incompatible la realización de las tareas productivas y reproductivas, desconociendo la diversidad de necesidades y deseos de las personas que habitan la ciudad. A este punto se suma la falta de diversidad en los puestos de toma de decisión, hegemonizados en su mayoría por varones portadores de determinadas características (cis, clase media-alta, de edad media), entre muchos otros aspectos en los que se expresan las desigualdades de géneros. Hoy, nutriéndonos de innumerables aportes provenientes de diferentes campos (militantes, académicos, artísticos), podemos cuestionar ese velo de naturalidad con que se abordan las ciudades tanto para su gestión u objeto de estudio, y las formas de vivir en ella. Amparades por movilizaciones masivas, el debate público y 166
la amplificación de algunos derechos, tenemos la posibilidad de pensar e imaginar nuevas configuraciones urbanas más inclusivas que consideren las necesidades y expectativas de una multiplicidad de sujetos. Así, nos alejamos de la noción de un humano universal que se pretende neutral y medida de todas las cosas. Las personas que militamos, trabajamos y transitamos las ciudades somos parte de (y tenemos como tarea cuestionarnos)
Marianne von Lücken, Gabriela Tavella, Mariana Segura, Carolina Antolini
los imaginarios que hay sobre lo urbano y sus dinámicas sociales. Considerando que la ciudad puede analizarse escindiendo analíticamente
lo
material
de
lo
simbólico
(lo
percibido,
representado) partimos de la base que su construcción está dada por la interacción de estas dos dimensiones. Así la materialidad de la ciudad y sus representaciones se imbrican, co-construyen y mutan constantemente (Lindón, 2007). Quiénes pueden gozar o acceder a la ciudad también son objetos de representaciones. Estas representaciones incluyen o excluyen personas, habilitan o restringen determinadas prácticas, cuerpos, emociones. Aquí nos encontramos con varias capas de complejidad: la ciudad es una representación para les sujetes quienes también utilizan formas para representar la ciudad: cartografías, imágenes, imaginarios. Los imaginarios expresan supuestos que no se cuestionan, aspectos, fenómenos y características que se asumen como naturales porque han sido integrados, entrelazados al sentido común. Actúan como matrices de sentido y tienen la característica de ser colectivos aunque no universales. Estos imaginarios orientan prácticas y discursos pero no quedan inmóviles (Lindón, 2007). Al ser fruto de construcciones sociales, a lo largo de la historia, sabemos que pueden transformarse. Las actividades que presentamos a continuación son parte de un trabajo activista, de intervención, que se orientó a espacializar las prácticas y a situarlas. Estos mapeos han sido un
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trabajo de intervención e indagación sobre la ciudad, nuestras representaciones y los imaginarios que subyacen en relación a determinadas prácticas espacializadas. También se pretenden como herramientas de interpelación pública a la ciudadanía que se acercó a mapearse. MAPEOS COLECTIVOS Una cartografía crítica abraza la idea de que los mapas, al igual que otros instrumentos y herramientas discursivas como la palabra escrita, las imágenes o las películas, no son neutrales y libres de valores. Rara vez reflexionamos sobre las formas en que nuestro uso de estos mapas podría estructurar experiencias del mundo y determinar, hasta cierto punto, relaciones en el espacio a través de su uso, limitando nuestra imaginación y posibilidades de acción. Entender que los mapas expresan relaciones de poder nos permite dar cuenta de la relación dialéctica que conllevan sus usos, donde la representación del espacio es también una forma 168
de construirlo. El mapeo colectivo democratiza y colectiviza la confección de una cartografía que intenta brindar otro punto de vista o evidenciar representaciones, experiencias, saberes, emociones de determinadas personas o grupos. Las propuestas de mapeos colectivos subvierten el orden y las jerarquías respecto a quiénes tienen derecho a mapear o qué se muestra o representa en él. A
¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando transita por la ciudad de noche? Mapeo participativo realizado por Ciudad del Deseo, 8 de marzo de 2019.
Marianne von Lücken, Gabriela Tavella, Mariana Segura, Carolina Antolini
su vez, proporciona una mirada sobre los territorios y contribuye a construirlos. Elegir un instrumento de recolección, creación y exposición de datos -en este caso la cartografía- conlleva una decisión metodológica, que implica una relación de transparencia y opacidad, donde se establece un criterio sobre qué datos serán visibilizados y cuáles no. En las acciones que presentamos en este trabajo elegimos esta herramienta para representar experiencias de personas concretas que transitan y habitan la ciudad. Anclar esa experiencia espacialmente y comprender cómo personas y espacio están inmersos en una mutua imbricación: las experiencias y emociones no operan en el aire. Espacializar ambas dimensiones implica destacar que el medio físico -la locación, la ubicación, el contextotambién tiene una afectación. En otras palabras, la configuración territorial tiene algo para decirnos acerca de cómo se permean (habilitan u obstruyen) tales experiencias. A la vez, en esta coconstitución entre lo simbólico y lo material, les sujetes pueden modificar esa realidad habituándola a su modo de vida a partir de diversas estrategias. ¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando transita por la ciudad de noche? Mapeo participativo realizado por Ciudad del Deseo, 8 de marzo de 2019.
Ambas actividades comparten como característica su impronta exploratoria y el haber sido pensadas con una misma metodología factible de ser realizada en una marcha o concentración reivindicativa de los derechos de mujeres, diversidades y personas gestantes, cuyas consignas debían ser resueltas de manera espontánea. Con esto nos referimos a que no hubo un trabajo
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previo ni posterior con las personas que participaron y, por ese motivo, las consignas debían ser sencillas y de fácil comprensión. MAPEO 8M: ¿DÓNDE NOS SENTIMOS LIBRE Y DÓNDE VALIENTES? La primera convocatoria de esta colectiva se realizó en el marco de la Marcha del Día Internacional de la Mujer
el 8 de marzo
de 2019, fecha en la que también se convocó al Tercer Paro de Mujeres. Esta actividad consistió en la elaboración de un mapeo colectivo en el espacio público, y se eligieron como disparadores para interpelar a les participantes de la marcha la pregunta “¿en qué lugares te sentís libre y en cuáles valiente?”, recuperando la formulación de una pintada urbana habitual en las manifestaciones feministas de nuestra región. Con esta acción, quisimos invitar a la reflexión en torno al uso y disfrute del espacio público y la forma de transitarlo desde una mirada feminista. Así, buscamos preguntarnos cuál es la relación de 170
nuestros cuerpos con el espacio, el deseo, la libertad y la autonomía. Con este abordaje, además, comenzamos a preguntarnos cómo evitar recaer en discursos tradicionales sobre sobre la seguridad urbana, y también superar el paradigma punitivista. RECUPERANDO LA CIUDAD
Imagen página siguiente. ¿Dónde sos libre, dónde sos valiente? Mapeo participativo realizado por Ciudad del Deseo, 8 de marzo de 2019
Marianne von Lücken, Gabriela Tavella, Mariana Segura, Carolina Antolini
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El abordaje de la ciudad desde la perspectiva feminista debe poner en diálogo nuevas categorías de análisis que la tradicional forma de abordar la cuestión urbana desmerecen. En este sentido, hacer dialogar los aportes valiosos que recuperan desde la escala cuerpo-territorio hasta la escala regional, permite entender de una manera más dinámica la conformación de nuestras ciudades:
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
“Yo aborté, yo acompañé”, mapeo realizado por Ciudad del Deseo en el marco de la consigna “Seguimos abortando”, 28 de mayo de 2019.
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Nube de palabras realizada en base al registro de testimonios orales realizado por Ciudad del Deseo en el marco de la consigna “Seguimos abortando”, 28 de mayo de 2019.
Marianne von Lücken, Gabriela Tavella, Mariana Segura, Carolina Antolini
de manera móvil e indeterminada, como un espacio en disputa y en constante transformación. La dimensión espacial atraviesa inevitablemente las relaciones sociales mediadas por géneros, clases, movilidades, y constituye identidades múltiples que deben empezar a correr al supuesto sujeto neutro de la planificación, gestión y conceptualización urbana. La idea de mapear en la calle de forma aleatoria, en momentos de intensa actividad feminista, nos define como una colectiva que construye sus saberes a partir de diversos fuentes sin privilegiar unas por sobre otras. Es en las calles que ensayamos este cruce, lo llevamos al límite, lo ponemos en debate social, lo revisamos. Las teorías, las preguntas y los conceptos hay que buscarlos también en otros campos y con otras metodologías. Están en el encuentro, en la vida cotidiana, en nuestras propias experiencias, las pasadas e imaginadas. Queremos aportar a la producción de un urbanismo feminista popular y latinoamericano donde el diálogo múltiple, interescalado, interdisciplinario y situado sea su punto de referencia. BIBLIOGRAFÍA BORRELI, G. (2018). Lecturas feministas. Buenos Aires. Azara. CICSA- Guía para la Planificación Estratégica local con Enfoque de Género (2017) Falú, Ana María; Echavarri, Leticia; Tello Sánchez, Flavia; García Pizarro, María; Valle García, Javier. COLLECTIU PUNT 6. (2019) Urbanismo feminista. Barcelona. La Llevir-Virus. GARCÍA DOPAZO, Natalia; Frascarelli, M. Victoria; Giuliano, Sabrina; Serrano, Luciana; von Lücken, Marianne “Claves para pensar la ciudad desde una perspectiva de género” XXXIV Jornadas de Investigación XVI Encuentro Regional- Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo- Universidad de Buenos Aires- Noviembre 2020 FALÚ, ANA. “Derecho de las mujeres a la ciudad. Espacios públicos sin discriminaciones ni violencias” en Revista Vivienda y Ciudad -ISSN 2422670X -Volumen 1 -Diciembre 2014–Pp.10-28. HARAWAY, D. (1991) “Conocimientos situados: La cuestión científica en el feminismo y el privilegio de la perspectiva parcial”, en Donna Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Madrid: Ediciones Cátedra, p. 313– 345. HESTER, H. (2018). Xenofeminismo. Tecnologías de género y políticas de reproducción. Caja Negra. Buenos Aires. LINDÓN, A. (2015). “Del espacio público de las hexis corporales al de las afectividades brumosas y no discursivas” en Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad. N°17. Año 7. Abril-Julio 2015. Argentina. pp. 8-19. LINDÓN, A. La ciudad y la vida urbana a través de los imaginarios. Revista Eure vol. XXXIII, núm. 99, agosto, 2007, pp. 7-16. MOISSET, I. y QUIROGA, C (2020). “Nuestras arquitectas: Remapeo y Nuevas Cartografías”. Recuperado en: https://undiaunaarquitecta2.files.wordpress. com/2020/04/nuestras-arquitectas_buenos-aires-1_moisset-quiroga.pdf?utm_medium=website&utm_source=plataformaarquitectura.cl MUXI MARTINEZ, Z. (2018) Mujeres, casas y ciudades. Barcelona. Más allá del umbral.
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ESPACIO UNIVERSITARIO GENERIZADO: APROPIACIONES Y DESVÍOS
EL
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por Mgt. Dg. Griselda
Flesler*
El placer, queda reducido a una concesión, es decir, a un descanso cuyo papel sería subsidiario. La parte más importante de la vida se considera constituida por la condición -a veces incluso penosa- de la actividad social productiva. George Bataille
En un contexto reciente, las discusiones en torno a los feminismos y las disidencias sexo genéricas han adquirido relevancia social en distintos ámbitos (legislativos, educativos, mediáticos, entre otros). En las universidades nacionales argentinas esta agenda se ha caracterizado por el reclamo de herramientas institucionales para el abordaje de las violencias sexistas2; por la creciente incorporación de “las cuestiones de género” en el activismo universitario, por las demandas de wwcon el objetivo de ampliar derechos y propiciar 174
(*) Griselda Flesler es doctoranda en Ciencias Sociales (UBA). Magíster en Diseño Comunicacional y Diseñadora Gráfica (UBA). Profesora Titular de Diseño y Estudios de Género (UBA). Referente suplente de la UBA en la RUGE-CIN. Coordinadora de la Unidad de Género de la FADU-UBA. Investigadora del IAA (FADU-UBA) e integrante de proyectos de investigación sobre espacio universitario y género. Profesora invitada en UAM, México y FHNW, Suiza.
nuevas forma de habitar las universidades (Blanco y Spataro, 2019). Retomando este último eje, la finalidad principal de este artículo es presentar algunas reflexiones iniciales de mi investigación acerca de los usos y las apropiaciones del espacio en la Ciudad Universitaria de la UBA, a la luz de la “agenda feminista” y de la disidencia sexual. En el primer apartado, recupero las principales contribuciones que
(2) En la actualidad 54 universidades nacionales cuentan con protocolos de atención frente a las violencias y discriminación de género y/u orientación sexual, Fuente: Red Interuniversitaria por la igualdad de género y contra las violencias (http://ruge.cin.edu.ar).
Griselda Flesler
PALABRAS CLAVE: ESPACIO UNIVERSITARIO- APROPIACIONESFEMINISMOS- DISIDENCIAS SEXO GENÉRICAS
analizan la relación entre género y espacio apropiado, en el segundo, me centro en la dimensión de los afectos y finalmente, retomo algunas “notas pandémicas” como un dispositivo que permita reflexionar sobre nuestro vínculo con el espacio universitario. En mi reflexión sobre el espacio universitario generizado, se articulan tres áreas que conforman el campo desde el cual analizar los usos y apropiaciones: los estudios sobre diseño y espacialidad; los estudios sobre géneros y sexualidades, y la perspectiva socio-semiótica que entiende al espacio en su dimensión significante. Diferentes producciones académicas en Argentina se han centrado en el análisis de las regulaciones sexuales y de género en la experiencia
(1) Este artículo se inscribe en la tesis de Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires en curso dirigida por el Dr. Rafael Blanco y co-dirigida por la Dra. Carolina Spataro. Asimismo es parte del desarrollo de dos proyectos de investigación: “Re/designing the University of Buenos Aires campus to be gender inclusive in Argentina”. Inscripto en el Programa Gendered Design in STEAM de la Carleton University, Canadá y dirigido por Spataro y Flesler; y del UBACyT “Demandas feministas, disidencia sexual y universidad. Transformaciones recientes en los saberes, los espacios y la sociabilidad cotidiana en la Universidad de Buenos Aires” radicado en el Instituto Gino Germani-UBA y dirigido por Blanco y Spataro.
universitaria, y permiten indicar el carácter heteronormativo y cis-sexista de la sociabilidad cotidiana en las universidades. Sin embargo es poca la atención que se ha dedicado a los espacios universitarios a la luz de la agenda de género contemporánea. Una excepción es el trabajo realizado por Rafael Blanco respecto a la construcción de intimidades privadas y públicas en los baños y las fiestas en distintas facultades, como un ejemplo del modo en que “las apropiaciones constituyen una operatoria habitual en la vida universitaria: el espacio universitario se presenta como un lugar practicado y significado ‘más allá’ de lo instituido” (2014:80). Partiendo de la concepción del espacio como significante, me
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
propongo realizar una lectura socio-semiótica de este entorno construido precisamente por haber sido diseñado y proyectado –a diferencia de otras instalaciones de la UBA– para fines estrictamente universitarios. ¿De qué modo la “agenda feminista” y de disidencia sexual impacta en el diseño del espacio proyectado y su ideal originario de productividad, funcionalidad y “buen uso” de las instalaciones? Cuando hablo de usos me refiero a los prefigurados o prescritos y a los desviados. Sin embargo es atendible preguntarse qué niveles de transgresión o desvío son posibles dentro de la institución universitaria. Me interesa explorar el modo en que las indicaciones de uso también dan forma y contenido a las transgresiones. En el sentido de que existen límites y condiciones de posibilidad también de los desvíos, también de nuestros cuerpos en su sujeción laboral y académica. En la investigación que sustenta este artículo son consideradas 176
como objeto de indagación, por un lado, las intervenciones materiales institucionales y no institucionales; y por el otro, los usos –y sus desviaciones– de los espacios teniendo en cuenta las lógicas sexo-genéricas que los regulan. Un cartel pegado en la pared con la foto de una marcha feminista interrumpe la grilla ordenada de obras arquitectónicas emblemáticas
Griselda Flesler
dispuestas en el descanso de la escalera. Pictogramas binarios intervenidos con stickers. Pañuelos verdes en las oficinas de atención al público. Un banco del taller intervenido con stencil pide “no te calles, denunciá” y en la pared de un baño se lee la inscripción “pensá en tus privilegios cis”. Estos son solamente algunos ejemplos del modo en que en los últimos años el espacio de las universidades nacionales ha sido marcado, intervenido a la luz de la denominada marea feminista. Al tiempo que se observan estas marcas por fuera de la planificación institucional el espacio universitario empieza a ser intervenido desde una agenda autorizada, de un modo planificado y consensuado con diferentes integrantes de la comunidad universitaria. Desde 2015 la agenda feminista y de las disidencias se materializa también en oficinas de atención de denuncias por violencia de género, consultorías de salud sexual, bancos rojos, baños sin distinción de género, cambiadores en los baños, lactarios, murales, senderos seguros, entre otros. Es decir, se observan dos tipos de marcaciones –que conviven y a veces se tensionan– por un lado lo no institucional y por otro lo institucional. Además de las intervenciones –autorizadas o no autorizadas– también están los usos desviados de las instrucciones de uso del espacio universitario. Al “prohibido fumar”, “prohibido ingresar con comida” se suma “yo cuando quiero ir al baño voy al que tengo más cerca, no me importa el cartelito que tenga en la puerta” “Yo me saco leche en la oficina o en el baño, el lactario me queda lejos”, “se sabe que ahí es para coger”.
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Se trata de identificar y delinear una genealogía de los usos e intervenciones, que articulados, configuran un mapa diferencial del espacio universitario y sus modos de habitarlo. LA FORMA SIGUE AL FRACASO: LA FUNCIÓN SE RESIGNIFICA Goethe durante sus estudios sobre el color se preguntó: ¿un vestido de color rojo, sigue siendo rojo cuando nadie lo mira? El espacio es en tanto espacio habitado, usado, bien usado, mal usado, leído, significado. Al decir de Guy Di Méo (1999), el espacio, es espacio vivido. Desde esta perspectiva, podríamos decir que no hay un sentido previo al uso, el sentido se constituye en el acto de uso. Esta mirada fenomenológica interpela directamente los discursos deterministas que sostienen que es el diseño de los espacios el que determina las prácticas de los sujetos. Ubica a los cuerpos, sus experiencias y prácticas particulares y colectivas en un eje espaciotiempo específico.
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En las últimas décadas los estudios queer han acuñado el término “Queer space” (Betsky, 1997) para referirse por un lado a territorios y espacios apropiados, utilizados o reclamados por personas queer, pero también para describir espacios cuyas características o usos han sido desviados. Henry Petroski (1994) reemplaza la expresión propia del Movimiento Moderno en arquitectura “la forma sigue a la función” por “la forma sigue al fracaso”. La idea de fracaso,
Griselda Flesler
de desvío, en el sentido de la imposibilidad de cumplir con las expectativas prefijadas por quienes planifican y diseñan un espacio y sus instrucciones de usos correctos. Parafraseando a Michel de Certeau, la relación entre la producción con mayúscula –los propios productos de las grandes instituciones– y la producción que se esconde tras la palabra consumo o uso, una producción secundaria. Esta producción secundaria no trabaja con sus propios productos, trabaja con los productos de la gran producción. Entonces interesa observar las características de esta “producción astuta, que se encuentra dispersa pero se insinúa en todas partes, silenciosa y casi invisible” (2000:XLIII). En esta línea Émile Benveniste (1966) propone pensar la enunciación como el acto individual de apropiación de la lengua. Retomamos la apropiación de los espacios, como un acto de apropiación de aquello que fue diseñado por otro pero que es arbitrado y cobra relieve en función de las personas y sus usos. En este sentido, el autor equipara el acto de caminar con el acto de habla, una apropiación del sistema topográfico por parte del peatón, “del mismo modo que el locutor se apropia y asume la lengua” (2008:6). Blanco sostiene que “sobre la espacialidad de las facultades se despliegan prácticas y se realizan usos que se encuentran en tensión (de diferente grado, desde la negociación al conflicto abierto) con los modos de uso prescriptos institucionalmente” (2014:79), prescripciones que involucran también la dimensión
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
generizada del espacio. En otras palabras, existen por un lado las instrucciones acerca del uso adecuado de las instalaciones –dónde se estudia, dónde se trabaja, dónde se come, dónde se fuma, dónde se descansa–, “buen uso” del equipamiento, de los límites entre lo público, lo semi-público, lo privado, lo íntimo; restricciones acerca de quienes están habilitados a entrar a determinados espacios, entre otros. Y por el otro lado existen aquellos usos que Sara Ahmed (2019) denomina queer uses y que pueden pensarse como reuso, es decir, algo que es usado de otra forma o con otro objetivo que para lo que fue diseñado y también por alguien para quien no fue pensado. También Ahmed propone una resignificación del concepto de vandalismo: comprender las intervenciones materiales como trazas que construyen un archivo de las resistencias, las demandas y las expresiones de agradecimiento y deseo a las instituciones. SUPERFICIES DE PLACER: AFECTIVIDAD Y USOS DESVIADOS Leonor Arfuch (2002) entiende que los espacios están atravesados 180
por vivencias, espacios físicos o geográficos que se transforman en espacios biográficos. Desde esa perspectiva, el espacio universitario es susceptible de ser leído como una trama narrativa, un territorio poblado de marcas y temporalidades, de experiencias donde la investidura afectiva es indisociable de la materialidad. En los últimos tiempos, existe una proliferación de investigaciones que acuden a las emociones, los afectos y los sentimientos para
El baño sin distinción de género funciona en FADU desde 2017.
Griselda Flesler
repensar la constitución del cuerpo, la subjetividad y las relaciones sociales. Este “giro afectivo” parte de la premisa de que los cuerpos están definidos por su capacidad de afectar y ser afectados. Estos cuerpos, siempre situados, establecen una relación afectiva con el espacio. En el marco del trabajo que desarrollamos con el equipo de investigación del programa GDS de la Carleton University, se diseñó una encuesta autoadministrada denominada Espacios y vida cotidiana en Ciudad Universitaria realizada durante el mes de noviembre de 20203 . Esta, tuvo por objeto identificar las emociones y afectos que suscitan distintos espacios del campus en los diferentes actores institucionales (estudiantes, docentes, investigadores, trabajadores) que lo transitan cotidianamente. A partir de categorías como amor, orgullo, felicidad, indiferencia, rechazo, incomodidad, vergüenza y odio, la encuesta ha permitido identificar sus percepciones respecto de a) los espacios recientemente modificados con perspectiva de género (como el baño sin distinción de género), b) aquellos transitados cotidianamente, c) e identificar aquellos espacios (3) El diseño de la encuesta estuvo a cargo de Rafael Blanco, Carolina Spataro y Sebastían Sustas con la colaboración de Paloma Carignani, Valeria Durán, Griselda Flesler, Ana Quaglino, Florencia Scalise y Paula Soto Villagrán. Aún no arribamos a conclusiones ya que al momento de la realización de este artículo estamos aún desarrollando la encuesta.
considerados inseguros, peligrosos o que generan miedo. Los resultados buscan informar las estrategias institucionales abocadas al desarrollo de políticas de género en las universidades, con el fin de diseñar espacios universitarios más accesibles e inclusivos. Entre los espacios consultados se encuentran aquellos que
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podemos denominar “superficies de placer”: el playón donde están ubicados los cimientos del Pabellón IV que nunca llegó a construirse y las escaleras de emergencia. En mi investigación me interesa hacer foco en particular en estos lugares “subterráneos”4 ya que algunas indagaciones preliminares dan cuenta de su uso “desviado”. Son espacios que habitualmente son elegidos, entre otros usos,
(4) Blanco sostiene que la normatividad opera diferenciando los espacios “subterráneos” por contraste con aquellos “abiertos” (2014:98).
para tener encuentros sexuales y fumar. Interesa indagar sobre el disfrute y el placer en relación al espacio universitario, que a priori no contempla estas dimensiones dentro de sus usos esperables. Para indagar esta temática considero que las ideas sobre deseo y pedagogía de bell hooks pueden ser útiles: Formados en el contexto filosófico del dualismo metafísico occidental, muchos aceptamos la noción de que hay una separación entre el cuerpo y la mente. Los sujetos entran al aula para enseñar como si solo la mente estuviese presente, y no el cuerpo. (hooks, 2016, 3).
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Ciudad universitaria fue diseñada con un enfoque funcionalista y productivista, alejada del centro de la ciudad, pero también alejada de cualquier distracción, del desborde, de la deriva, del placer. Acaso volver a pensar sus espacios en el contexto actual permite diseñar un marco interpretativo en el que podamos localizar con sentido nuestras experiencias.
Las escaleras de emergencia son un espacio donde se habilitan otras prácticas.
Griselda Flesler
UNA NOTA PANDÉMICA A MODO DE REFLEXIÓN FINAL Como reflexión final me interesa subrayar cómo la dimensión emocional del espacio universitario se visibilizó en el contexto de la pandemia por Covid-19. En las redes sociales vinculadas a la comunidad de ambas facultades de la Ciudad Universitaria etnografiadas durante 2020 aparecieron numerosas expresiones respecto a la añoranza de los espacios. Fotos de los pabellones vacíos y expresiones de nostalgia sobre algunos espacios configuraron un fenómeno inédito. Comparto algunos ejemplos de estos posteos: “Más de uno extrañará descansar al solcito, en el pasto que rodea a los pabellones 2 y 3 de #CiudadUniversitaria” (posteado con una foto de las lomadas que rodean los pabellones, @uba_ar, julio 2020); “El caos más horrible y lindo del universo. El caos que más se extraña…” (posteado con una foto del patio central del Pab. III en época de entregas finales, @fundamentalistadeciudad, septiembre 2020); y múltiples “volver” resignificados con fotos de integrantes de la comunidad universitaria paseando en bicicleta por el entorno del campus y numerosas selfies con barbijo dentro del interior despojado de los pabellones. En este proceso de indagación se identificó una creciente demanda en la intervención de los espacios universitarios por parte de distintos actores universitarios, iniciativas institucionales que buscan dar respuesta, y una mayor institucionalización de esta área.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Sin embargo resta aún producir conocimiento validado sobre el contenido de esas demandas, sobre las posibilidades y experiencias existentes de diseño y rediseño del espacio universitario desde una dimensión afectiva y generizada. ¿Por qué pensar la dimensión del espacio universitario en clave feminista? Quizás porque resignificar las prácticas universitarias es habilitar la dimensión erótica que ha sido relegada no solamente –como señala hooks– por el discurso filosófico del dualismo metafísico occidental, sino también por un feminismo regulador y disciplinador que pretende protocolizar los vínculos socioafectivos. Echar luz sobre los espacios es hacerlo sobre los cuerpos, sus bordes y desbordes. Los cuerpos que importan y los que no, cuerpos atravesados por el sistema sexo-género-deseo de la heteronormatividad (Butler, 1990,1996). Cuerpos, en tanto cuerpos situados, que no pueden pensarse disociados del espacio; así como el espacio no puede pensarse sin los cuerpos que lo habitan.
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Pasillos vacíos son una constante en las redes sociales durante 2020. Foto: Paloma Carignani
Griselda Flesler
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POLÍTICAS DE GÉNERO EN LAS UNIVERSIDADES. INTERVENCIONES SOBRE VIOLENCIAS SEXISTAS EN LA FAPYD DE LA UNR/ por Dra. Florencia Laura Rovetto* y Lic. Verónica López Tessore** RESUMEN En esta comunicación desarrollamos un breve repaso contextual sobre la irrupción de las políticas de abordaje de las violencias sexistas
en
el
ámbito
universitario,
centrándonos
en
los
acontecimientos y procesos que determinaron su incorporación particular en la Universidad Nacional de Rosario. En segundo lugar, nos proponemos revisar las condiciones específicas que hicieron posible la implementación de estas políticas en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (FAPyD), la aprobación del “Procedimiento Interno para la atención de situaciones de violencia y discriminación basada en el género” en el Consejo Directivo de esa casa de estudios y su relación con la aprobación del Protocolo sancionado en el Consejo Superior de la UNR en 2018. Finalmente procuramos reflexionar en torno de las posibilidades y desafíos que implican estas políticas institucionales que buscan construir ámbitos de estudio y trabajo libres de violencias y cada día más igualitarios.
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PRESENTACIÓN En las últimas décadas, las violencias sexistas han pasado de concebirse como un tema circunscrito los vínculos interpersonales -con especial énfasis en la figura de la víctima-, a un problema social, ocupando las agendas de los distintos niveles y ámbitos de la política institucional, como del conocimiento y la acción
(*) Es Licenciada en Comunicación Social por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Magister en Comunicación y Educación y Doctora en Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona Investigadora Independiente de CONICET. Desde 2019 en la Secretaria del Área de Género y Sexualidades de la UNR. Directora del Centro de Investigaciones Feministas y Estudios de Género (CIFEG) de la Facultad de Ciencia Política y RR . II. UNR. Integrante de la Comisión Interdisciplinaria del Observatorio de Violencia Laboral y de Género de CONICET. Representante en Red Universitaria de Género (RUGE-CIN) por la UNR. Dirige proyectos de investigación vinculados con las temáticas de género, violencia, medios de comunicación y producción periodística. .
Florencia Laura Rovetto y Verónica López Tessore
encarnados en los feminismos académicos y militantes. Este pasaje ha sido posible gracias a la construcción de puentes entre teorías y activismos dentro y fuera de las universidades. En este lapso de tiempo también se pueden diferenciar tres grandes vías de aproximación al problema de la violencia por razones de género en nuestra región: los acercamientos teóricos, la investigación empírica y las intervenciones para la atención y abordaje de las mismas (Castro y Riquer, 2003). El desafío siempre ha sido enlazar estas aproximaciones y ponerlas en diálogo con el fin de enriquecer (**) Licenciada en Antropología (UNR), Profesora e Investigadora (FHYA, UNR), Coordinadora del Programa de Género y Sexualidades (FAPYD, UNR), Directora del Departamento de Antropologia Sociocultural (FHYA, UNR). Miembro del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre Mujeres (CEIM, FHYA), del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Historia de las Mujeres y Género (CIEHMGE, Fac. de Cs. Pol. y RR. II.) y del Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural (CEDCU, FHYA)
la mirada teórica sobre el fenómeno, mejorar las indagaciones empíricas y promover políticas públicas e intervenciones cada vez más integrales y efectivas (Biglia y San Martín, 2007). Ciertamente, el feminismo contribuyó de manera decisiva a visibilizar el fenómeno de las violencias sexistas como un problema social (no solo individual), de orden público (no únicamente privado), y de competencia de las instituciones: que van desde las judiciales hasta las instituciones educativas y/o los medios de comunicación. Durante décadas las feministas argentinas y en diversos países de la región y el mundo procuraron hacer “visible” las violencias sexistas: maltrato físico, abusos, violaciones y el hostigamiento sexual; también se ocuparon de visibilizar la violencia doméstica o
PALABRAS CLAVE: VIOLENCIAS SEXISTASUNIVERSIDADESPACIOS DE ATENCIÓN.
intrafamiliar y una serie de prácticas ancestrales como la mutilación femenina, el infanticidio de niñas, el feminicidio o el feminicidio. Hoy sabemos que esos esfuerzos no han sido en vano. En el presente contamos con una serie de documentos internacionales que obligan
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
a los países que los han firmado a implementar medidas para hacer frente a la violencia por razones de género1 . A su vez, desde los organismos que componen el sistema de Naciones Unidas se ha logrado estabilizar consensos sobre la necesidad erradicar las violencias sexistas señalando la magnitud de la problemática y sus consecuencias para el desarrollo económico, el bienestar familiar y la salud de las niñas, las mujeres y otras identidades subalternizadas (Castro y Riquer, 2003). En nuestro país, la aprobación de medidas legislativas como la sanción de la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos en que Desarrollen sus Relaciones Interpersonales, en el año 2009, ha constituido un paso fundamental para una comprensión más cabal de la problemática y para exigir la provisión de recursos públicos que permitan hacerle frente. Con la idea de integralidad se propone un horizonte de transformación cultural profunda que coloca al Estado y sus instituciones como responsables de 188
garantizar una vida libre de violencias para toda la ciudadanía, no sólo para aplicar sanciones a través del sistema judicial (que aún presenta muchos déficits en relación con la perspectiva de género y el cumplimiento de los tratados del derecho internacional de los derechos humanos) sino, también, porque es quien debe promover e implementar políticas públicas tendientes a remover y eliminar las condiciones que hacen posible que las violencias se produzcan,
(1) Nuestro país ha incorporado a su legislación los principios jurídicos internacionales emanados de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (ONUCEDAW, 1979) y la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará, 1994), entre otros instrumentos de derecho humanos.
Florencia Laura Rovetto y Verónica López Tessore
además de asistir y proteger a quienes las padecen. En este tiempo se manifestaron también las insuficiencias y limitaciones intrínsecas de las políticas públicas, en general, y a las que abordan el problema de las violencias sexistas, en particular. Entre los déficits se destacan las intervenciones parcelizadas que no tienen en cuenta el carácter holístico de la realidad atravesada por las violencias sexistas en las sociedades complejas, las interdependencias entre factores (interseccionalidad) o el carácter multidimensional del fenómeno (Bonet i Martí, 2007). El reconocimiento de estas fallas sistemáticas y sistémicas, observadas en las políticas sociales orientadas a erradicar las violencias sexistas, magnifica el fracaso de estrategias de análisis y modelos de intervención que no apuntan a generar prácticas de participación comunitaria y democracia radical para transformar las relaciones de poder que subyacen a las violencias sexistas en intersección con otros condicionantes estructurales como clase, edad, discapacidad, etnia, posición social, entre otros (Biglia y San Martín, 2007). Frente a este estado de situación, y a modo de diagnóstico general, a continuación, desarrollamos un breve repaso contextual sobre la irrupción de las políticas de abordaje de las violencias sexistas en el ámbito universitario, centrándonos en los acontecimientos y procesos que determinaron su incorporación particular en la Universidad Nacional de Rosario. En segundo lugar, nos proponemos revisar las condiciones específicas que hicieron posible la implementación de estas políticas en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Diseño (FAPyD), la aprobación del “Procedimiento Interno para la atención de situaciones de violencia y discriminación basada en 2
el género”
en el Consejo Directivo de esa casa de estudios y su
relación con la aprobación del Protocolo sancionado en el Consejo
(2) Resolución 181/2018, FAPYD, UNR. Ver: https://fapyd.unr.edu.ar/genero/
Superior de la UNR en 2018. Finalmente procuramos reflexionar en torno de las posibilidades y desafíos que implican estas políticas institucionales que buscan construir ámbitos de estudio y trabajo libres de violencias y cada día más igualitarios. VISIBILIZAR LAS VIOLENCIAS SEXISTAS: PUNTO DE PARTIDA E INFLEXIÓN PARA LAS POLÍTICAS DE GÉNERO En el presente de las instituciones públicas universitarias podemos reconocer que la problemática de la violencia por razones de género ha ganado terreno de múltiples maneras. Esto se puede constatar tanto en la producción teórica y en la construcción de objetos de indagación empírica, como en el desarrollo de diversas propuestas de intervención y gestión. 190
Tales avances se fueron intensificando en el período que la colega, Ana Laura Martín, denominó como la “historia breve de los feminismos en las universidades”3, reconocible luego de la implementación del primer Protocolo creado para abordar las violencias sexistas en la Universidad Nacional del Comahue, aprobado en el año 2014. El desarrollo y la implementación de este tipo de instrumentos procedimentales fue la respuesta construida
(3) Parafraseando la idea de los tres tiempos históricos planteados en la revista Annales por Fernand Braudel a finales de la década del 50’ del siglo pasado.
Florencia Laura Rovetto y Verónica López Tessore
por los activismos feministas al interior de las universidades para responder “lo urgente”; para escuchar, contener y acompañar a las personas que padecen violencia, pugnando por generar marcos normativos adecuados. Desde entonces hasta el presente, el 73,8% de las Universidades Públicas cuentan con herramientas similares destinadas a garantizar (4) En el presente hay 45 universidades con Protocolos/Procedimientos aprobados, representando el 73,8% del sistema universitario. “Desde el 2015 la cantidad de universidades que aprobaron sus protocolos aumentaron de forma continua, del 9% en 2015 al casi 30% en 2017” (Torlucci, Vázquez Laba y Pérez Tort, 2019).
espacios de atención y acompañamiento4. Estas iniciativas hicieron indispensable promover, a la par, otras estrategias orientadas a erradicar las condiciones que hacen posible la existencia de las violencias sexistas en la cotidianeidad de la vida universitaria. Con estos avances se puede constatar que, en el último lustro, se han hecho más audibles discursos y prácticas contra las violencias sexistas al interior de las universidades como resultado del acumulado de esa otra “historia más larga de los feminismos”, con más de tres décadas de producción teórica en diálogo fluido con los movimientos sociales, las organizaciones de mujeres y de la
(5) En el breve período -si lo pensamos en términos de proceso histórico- que va de aquella primera marcha del 3 de junio de 2015 al IV Paro Internacional Feministas y Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries (#8M, 2020), en nuestro país y gran parte del mundo se han desplegado estrategias de acción inéditas, pasando de consignas como “Ni Una Menos” y “Basta de Femicidios” a organizar los sentidos que amplían contagiosamente protagonismos, agencias y reivindicaciones, promoviendo transformaciones radicales en la vida social (Rovetto y Camusso, 2017).
disidencia sexual. En este marco también se popularizaron conceptos que tenían algunas décadas de desarrollo y son parte del corpus teórico elaborado por los estudios de género y feministas, como “paridad de género”, “división sexual del trabajo”, “brecha de género”, “segregación vertical”, “techo de cristal” o “políticas de conciliación/ cuidados”, y que hoy forman parte de un vocabulario bastante extendido en las universidades, pero también forman parte de una jerga pública impracticable hace unos pocos años atrás5.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Con ello, también asistimos a lo que refiere Catalina Trebisacce (en Paz Frontera, 2020), cuando plantea que la palabra “feminista” pasó en muy pocos años de ser un término deslegitimante a una perspectiva legitimante tanto en la producción teórica como en las prácticas pedagógicas y las dinámicas de gestión institucional. Así, las trayectorias y experiencias feministas en las universidades, que habitaron por mucho tiempo los márgenes o espacios encapsulados, lograron, en pocos años, popularizar saberes y estrategias que, lógicamente, hicieron emerger conflictos y resistencias de muy diverso tipo. Ciertamente, la nueva agenda de género y sexualidades se ha vuelto una pregunta incómoda en el entramado de las relaciones de poder, mientras que las propuestas feministas han devenido una herramienta para transformar sus coordenadas actuales. En este marco, sin dudas, la contundente movilización de “Ni Una Menos” en nuestro país (3 de junio de 2015)6, le dio mayor visibilidad pública a la lucha contra la violencia sexista en todos los ámbitos, impactó de lleno en la política y la vida universitaria, develando 192
mecanismos naturalizados del sexismo en nuestras instituciones y sus efectos sobre las mujeres y las personas con sexualidades o expresiones de género no normativos (Butler, 2007). Como hemos adelantado, en este mismo período, de la mano de docentes, estudiantes y graduadas feministas en distintas universidades públicas, se abrieron instancias reflexivas que han conducido a poner en la mira las desigualdades estructurantes
(6) La primera movilización de “Ni Una Menos” se organizó tras la noticia del femicidio de Chiara Paez, el 10 de mayo de 2015 en la ciudad de Rufino, provincia de Santa Fe. Con este caso se inicia una reacción en cadena que comienza a circular por las redes sociales (principalmente, Facebook y Twiter) y, rápidamente, ocupó todo el arco mediático convocando a la movilización del 3 de junio.
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basadas en el género y su incidencia en la reproducción del ejercicio de las violencias sexistas. Estos colectivos posibilitaron debates que van más allá y desbordan la atención directa de casos singulares, procurando inscribirlos en una trama institucional con lógicas de funcionamiento facilitadoras de los diversos modos en que se manifiestan las prácticas violentas, discriminatorias y opresivas basadas en el género. Un punto de inflexión en este proceso, que comprende algunos pocos años, pero de intenso trabajo y militancia, fue el lanzamiento de la “Red Interuniversitaria por la igualdad de género y contra las violencias”, en septiembre de 2015, en la Universidad Nacional de San Martín, con la participación de más de 20 universidades, facultades e institutos de todo el país. En 2018, esta iniciativa de articulación se incorporó como Red Universitaria de Género (RUGE) al Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), desde donde se propuso avanzar en el diseño y desarrollo de políticas que contribuyan a erradicar las desigualdades de género y las violencias en todo el sistema universitario. Este pasaje institucional implicó, por un lado, un reacomodamiento en el funcionamiento según las jerarquías y modalidades exigidas del propio CIN; y, por otro lado, un esfuerzo por mantener la estructura plural de su conformación original menos atenta a las jerarquías y posiciones. Pero, a su vez, esta formalización habilitó una serie de interlocuciones, funcionamiento y visibilidad que fueron en favor de la potenciación institucional y política de la RUGE y del crecimiento
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de cierta institucionalidad de las políticas de género en las distintas universidades. En el presente la RUGE está abocada al fortalecimiento de protocolos de atención en situaciones de violencia de género y/o discriminación sexual en las instituciones que conforman la red; la organización de encuentros y clínicas de casos organizados por CPRES7; la realización de un relevamiento del estado de situación de las políticas de género en el sistema universitario y la implementación de las capacitaciones obligatorias establecidas en el marco de la Ley Micaela (Ley 27.499)8. A su vez, desde abril de 2020 lleva adelante un convenio en el marco9 de la alianza interinstitucional entre la RUGE-CIN y ONU Mujeres y la
(7) CPRES es la sigla de los siete Consejos de Planificación Regional de la Educación Superior: Metropolitano, Bonaerense, Centro, Nuevo Cuyo, Noreste, Noroeste, Sur, donde se nuclean las distintas instituciones de educación superior contenidas en la RUGE. Más información en: https://www.argentina. gob.ar/educacion/universidades/consejosregionales-cpres
iniciativa Spotlight10, para realizar diagnósticos, capacitaciones y materiales para las instituciones que la conforman, promoviendo el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil con políticas de género orientadas a la erradicación de las violencias sexistas. El proyecto busca dejar capacidad instalada en el sistema universitario y espacios de articulación sinérgica dando continuidad 194
a las políticas iniciadas en las universidades y otros ámbitos del Estado nacional, provincial y municipal. En este punto interesa destacar la importancia de ampliar y sostener las redes feministas que vamos construyendo al interior del sistema universitario en diálogo e intercambio permanente con otras instituciones y organizaciones sociales. Seguir multiplicando redes y espacios para interpelar la matriz patriarcal que sostiene
(8) La sanción de la Ley Micaela en diciembre de 2018 instituyó, entre otras legalizaciones, el carácter obligatorio de la formación en género para funcionaries de los tres niveles del Estado. Si bien las Universidades en argentina son públicas, tienen autonomía, es por esto, que en 2019 en el plenario del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), les rectores de todas las universidades del país votaron la adhesión a las capacitaciones en género y violencias sexistas, con el objetivo de formar y sensibilizar a cada una de sus comunidades.
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(9) La Universidad Nacional de Rosario, a través del A.Ge.Sex, participó en dos líneas de acción desarrolladas en el marco del convenio. La primera de ellas consistió en la elaboración del Cuadernillo Ley Micaela en el sistema universitario nacional: propuesta pedagógica para la formación y sensibilización en género y sexualidades, con Prólogo de Néstor “Yuyo” García. Disponible en: http://ruge.cin.edu.ar/ley-micaela/ cuadernillos-ley-micaela/54-cuadernillo-lm. La segunda línea de acción consistió en la organización de las Primeras Jornadas Nacionales: “Haciendo Universidades Feministas” previstas para el mes de noviembre del 2020. A partir de la situación sanitaria y la consecuente imposibilidad de encontrarnos presencialmente, el encuentro se pospuso para el mes de mayo del 2021, mientras que en la fecha prevista inicialmente se reprogramó una Pre-Jornada “Haciendo Universidades Feministas”, el 13 de noviembre de 2020 vía streaming.
y reproduce desigualdades y violencias de género a través de creencias y prácticas resulta indispensable en este sentido. Con esta perspectiva de intervención seguimos avanzando para la construcción de propuestas político-pedagógicas de sensibilización y
concientización
profundamente
transformadoras
de
las
universidades que tenemos y para la sociedad que anhelamos. En este sentido, a continuación, abordaremos algunos aspectos de la experiencia transitada en la FAPyD en relación con la construcción de relaciones sin violencias machistas en el ámbito de la Universidad. DESNATURALIZANDO LAS VIOLENCIAS SEXISTAS: IRRUPCIONES Y DESBORDES En los párrafos que continúan presentaremos el caso de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño, revisitando algunos de los acontecimientos que propiciaron la reglamentación
(10) La Iniciativa Spotlight es una alianza global de la Unión Europea y las Naciones Unidas que busca eliminar la violencia contra mujeres y niñas en todo el mundo. En Argentina, el foco está puesto en la erradicación de los femicidios y es implementada bajo el liderazgo de la Oficina de Coordinación de Naciones Unidas en el país a través de cuatro agencias (ONU Mujeres, PNUD, UNFPA y OIT, a las que se suma Unicef como agencia asociada). Más información en: https://www.un.org/es/ spotlight-initiative/
del Procedimiento Interno para la atención de situaciones de violencia y discriminación basada en el género. Es en el marco de este Procedimiento por el cual se crea el Programa de Género y Sexualidades, en el marco del Área de Derechos Humanos de dicha Facultad, cuya coordinación se concursó hacia fines del año 2018. Durante el año 2019, la coordinación estuvo a cargo de Celina Mondelli y a partir del año 2020, toma la tarea una de las autoras de este artículo, Verónica López Tessore. Las reflexiones que realizamos en los siguientes apartados se
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
enmarcan en este recorrido y se anclan en indagaciones realizadas en intercambios con diverses participantes del proceso por el cual se logró la reglamentación e implementación del Procedimiento en triangulación con notas periodísticas y/o publicaciones en las redes sociales. Mucho se ha escrito sobre la “naturalización” de las desigualdades basadas en género, para advertir sobre la consolidación de relaciones opresivas entre varones y mujeres u otras identidades feminizadas. Las construcciones del sentido común y las prácticas cotidianas en las instituciones y ámbitos disciplinares conforman relaciones
estereotipadas
de
género
que
cristalizan
estas
desigualdades (Lamas, 1986; Scott, 1990). Es sobre la base de tales “naturalizaciones” que se silencian experiencias de violencias simbólicas, institucionales y/o psicológicas que atraviesan muchas personas cotidianamente y que se entrama en diversos modos de interacción social que se dan en las instituciones. En algunos campos disciplinares, como la Arquitectura, estas formas de desigualdad se sostienen por miradas androcéntricas 196
que “naturalizan” una asociación histórica entre las tareas de planeamiento y construcción y roles tradicionalmente asignados a los varones. Si bien las mujeres han participado de este campo de saber desde hace décadas, a partir de la década del ‘60 comienza un periodo de incorporación gradual que fue in crescendo década tras década (Barrancos,2007). No obstante, esta participación en los espacios de formación, así como en los espacios de desarrollo
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profesional ha sido invisibilizada sistemáticamente, inclusive por ellas mismas para poder lograr desenvolverse en esos ámbitos, han debido “borrarse”, “dejar pasar “, “silenciarse” o han tenido que retirarse. Inés Moisset (2017, 2018) es una de las arquitectas argentinas, que, junto a otras, ha comenzado a develar los modos de la “naturalización” de las desigualdades, así como las experiencias de las violencias sufridas por las mujeres en este campo. Por otra parte, al observar el despliegue de las violencias sexistas en el ámbito universitario hemos podido constatar que se reproducen como forma de estructurar relaciones jerárquicas y de sometimiento. No es casual que frente a estos procesos de visibilización y denuncias, a la vez que de institucionalización (a partir de normas legales, jurídicas, protocolos en distintos ámbitos, etc.), recrudecen y aumentan los casos de feminicidios y violencias hacia los cuerpos de las mujeres. Como expresa Segato (2006) hay una dualidad respecto a la violencia hacia las mujeres en relación a una dimensión de lo visible, caracterizada por normativas, opinión pública, y, otra, de lo invisible, que permanece oscuro al saber pero que se instituye como una fuerza insoslayable. En este sentido, nuestra responsabilidad como feministas es con la universidad y la sociedad en su conjunto, porque si hay algo que pone en cuestión el feminismo es la forma de circulación del poder y la subordinación de un grupo sobre otro, ya sea por razones de género, raza, edad o posición social. Los acontecimientos de junio del 2015 en Argentina inician una serie
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de experiencias masivas de visibilización de las violencias sexistas en todos los ámbitos, a través de la ocupación masiva de las calles y, también, por medio de denuncias concretas. Estas últimas tuvieron repercusión inmediata en los ámbitos institucionales y, de forma elocuente, en las instituciones educativas. En este contexto y, habiéndose iniciado en el año 2014, el proceso de elaboración de procedimientos de atención y creación de espacios destinados a recepcionar denuncias de violencia de género en varias Facultades de la UNR, a inicios del año 2018 la Facultad de Arquitectura, que aún no contaba con procedimiento y espacio de atención, es protagonista de acciones de denuncia masivas y “escraches” públicos promovidos, principalmente, por las estudiantes. La génesis de estas acciones tiene como protagonista a un grupo de estudiantes mujeres, de los primeros años de la carrera, que durante el año 2017 intercambian experiencias11. Al viejo modo de los “grupos de autoconciencia o de concienciación” que inauguran las feministas radicales de los ‘60 en EE UU, las estudiantes relatan 198
experiencias personales y colectivas donde se sintieron incómodas, amedrentadas, violentadas por parte de otros varones (en general, docentes), por el hecho de ser mujeres. Así, al poner en palabras sus realidades singulares comenzaron un proceso veloz y progresivo que les permitió inscribir sus sensaciones en reflexiones más integrales y políticas. A partir de este intercambio entre pares, sumado a las consultas que fueron haciendo con referentes en la temática
(11) Durante este año también se realizó la publicación de “ArquitectAs” en una publicación periódica de la Facultad “Periódico A&P #6” que da voz a las mujeres y procura valorizar su participación en el campo académico y profesional. Ver: https://fapyd.unr.edu.ar/wp-content/ uploads/2018/03/AyP-periodico-n6.pdf
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de género pudieron advertir que sus experiencias eran similares a otras y que se enmarcan en modalidades y tipos de violencias basadas en el género a las que se enfrentaban diariamente. La objetivación colectiva de las experiencias vividas inspiró una serie de acciones como la de replicar una versión propia del “#Cuéntalo” difundida en las redes sociales personales y de las agrupaciones estudiantiles, así como una pegatina de carteles en las paredes de la FAPyD con frases misóginas escuchadas en las aulas y pronunciadas por docentes año tras año. La acción de visibilizar dichas frases a través de carteles que empapelan los pasillos de la Facultad irrumpió en el devenir cotidiano desnaturalizando la aceptación muda y la tolerancia histórica al machismo en la unidad académica. Con esta acción se puso en evidencia una práctica habitual en las aulas, amparadas en el silencio colectivo y un clima institucional que toleraba y, por qué no, estimulaba su existencia. En este sentido, algunas estudiantes refieren:
“Te das cuenta cuando lo empezas a leer en otras compañeras”. “Como que una se acostumbra pero lo lees y es impresionante”. “los varones decían: ‘leía y es fuertísimo’”. Por otra parte, y si bien en ese momento, los textos que se usaron para la acción pública referían a frases dirigidas a mujeres específicamente, en los intercambios se refieren situaciones que incluyen tanto a varones como a mujeres, lo cual nos interpela en
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
relación a cómo se conciben y construyen las relaciones de enseñanza aprendizaje en este campo disciplinar. Si bien actualmente se han desarrollado nuevas pedagogías de coproducción o colaborativas respecto de proyectos arquitectónicos, a lo largo de la historia disciplinar el estereotipo del varón como “genio creativo” o “maestro” ha sido predominante. ¿VISIBILIZAR... Y DESPUÉS? Estas acciones tuvieron una fuerte repercusión en los medios de comunicación12,
lo cual habilitó un diálogo con las autoridades
institucionales
de
la
FAPyD,
de
la
Universidad,
espacios
gremiales estudiantiles y docentes. Este proceso culminó con la implementación del Procedimiento interno para la atención de situaciones de violencia sexual y discriminación basada en el género, aprobado en el año 2018, en la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño, y aceleró la aprobación del Protocolo en la UNR13. 200
En paralelo, ya se había iniciado un proceso que procuraba formalizar las denuncias de las estudiantes por vías administrativas o el seguimiento de las realizadas previamente, encontrándose con un sinnúmero de dificultades, generando situaciones de revictimización, sospechas e incomodidades sobre las denunciantes, como también observaron Rovetto y Figueroa (2020) en el caso de
(12) Algunas notas periodísticas que dan cuenta de estos acontecimientos fueron publicadas por medios locales y de alcance nacional. Al respecto consultar se pueden consultar las versiones digitales de: Rosario Plus, “En Arquitectura escracharon a docentes que usan frases misóginas” (18/03/2018); Clarín, “Escándalo en la Facultad de Arquitectura Escrache a docentes de la Universidad Nacional de Rosario: alumnas viralizaron un video” (25/05/2018); Página 12, “Copar la parada” (01/06/2018); Infobae, “Inspiradas por #Cuéntalo, alumnas rosarinas escracharon a profesores por sus dichos misóginos” (18/05/2018), entre otros medios. (13) El “Protocolo de actuación ante situaciones de violencia y discriminación por razones de género en el ámbito de la Universidad” fue aprobado por el Consejo Superior de la Universidad en junio de 2018, habiéndose presentado para su tratamiento un año antes.
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la Facultad de Ciencias Políticas y RRII. La ausencia de un protocolo jerarquizado en el ámbito de la Universidad y la falta de formación en violencia de género del personal administrativo implicado en la recepción de expedientes de denuncias y en los procesos de investigación sumaria, pusieron de relieve los costos de testimoniar sin una contención institucional adecuada, retrayendo la voluntad de algunas estudiantes que manifestaban tener miedo porque aún debían rendir las materias donde trabajaban los docentes denunciados. En los relatos recogidos se evidencia la complejidad de las situaciones de violencia vividas y los daños subjetivos que las mismas generan mediante sensaciones como la “sospecha” de la cual han sido objeto porque de algún modo han roto un “pacto de silencio” institucional. Esto se observa en los decires registrados:
“El tipo la seguía por los pasillos”. “Otras compañeras dejaron la carrera”. “Nos han llegado comentarios de que compañeres de cursado consideraban ‘maleducadas’ a quienes hicieron la denuncia”. “Y después, cuando la gente sabía quiénes eran les denunciantes, no podían creer”. ¿Cómo tendría que ser la persona a quién se dirigen esas frases?”. Frente a estos relatos nos preguntamos ¿cómo debería ser la
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
persona que se atreve a realizar una denuncia de ese tipo? Algunos de los comentarios dejan entrever las redes de complicidades que a lo largo de años fueron sosteniendo el entramado de la violencia machista. Tal como reflexiona Lagarde (2006), es a partir del costo personal de algunas mujeres y feminidades que se atreven a poner el cuerpo y romper con los mandatos acerca de cómo ser mujer en un mundo patriarcal y, en este caso, cómo ser mujer en la Universidad y en el campo de la arquitectura, en particular. La irrupción de estas denuncias en la escena pública posibilitó, como decíamos al comienzo, la elaboración e implementación de un Procedimiento respecto de situaciones de Violencia de género en la Facultad, acompañado del concurso para la coordinación del Programa de Género y Sexualidades donde se inscribía la política de atención frente a situaciones de violencia. En este marco, se comenzaron a realizar diversas tareas de visibilización y puesta en agenda de la problemática de las violencias 202
sexistas mediante la producción de charlas y conferencias; la continuidad del programa de formación de “Promotoras contra las violencias sexistas” en la Ciudad Universitaria sumándonos como Facultad14; la continuidad de una materia optativa sobre el tema como iniciativa de una colectiva de arquitectas15; la realización de una encuesta anónima sobre situaciones de violencia dirigida a todos los claustros en la Facultad; la aprobación de una resolución
(14) El “Programa Promotoras contra la violencia de género”, fue realizado por primera vez en 2017, en la Facultad de Ciencia Política y RR. II. En segunda instancia se desarrolla el “Programa Promotorxs contra las violencias sexistas” en 2019, destinado a todas las Facultades que se encuentran emplazadas en la Ciudad Universitaria Rosario (Ciencia Política y RR. II., Psicología, Arquitectura). Ambas ediciones del Programa fueron diseñadas y coordinadas por las referentes de los Espacios de Atención de dichas Facultades. En la actualidad el Programa se lleva adelante desde la Dirección de políticas de prevención y abordaje de las violencias sexistas del Á.Ge. Sex. de la Universidad Nacional de Rosario. El “Programa Mil Micaelas: promotoras contra las violencias sexistas”, es una iniciativa que busca construir una red solidaria de mujeres y feminidades, en tanto sujetas y agentes de las transformaciones, para dar mayor impulso a las tareas de sensibilización y prevención en nuestra Universidad. Más información en: https://unr.edu.ar/ noticia/13908/la-unr-lanza-el-programamil-micaelas-contra-las-violencias-sexistas (Consultada: 10/02/2021).
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(15) Algunas miembras de la colectiva Aquelarre han conformado el equipo de la materia optativa dictada bajo el nombre “Mujer, arquitectura, ciudad” durante el año 2018-2019, en 2020 con el nombre “Género, cuerpos, artefactos. Territorios en disputa” y que en este año se denomina “Feminismos. Arquitecturas. Territorios”. Ver: https://fapyd. unr.edu.ar/wp-content/uploads/2021/03/8. programa-feminismos_arquitecturas_y_ territorios-alejandra_buzaglo.pdf
que avala la utilización de lenguaje inclusivo y no sexista16; la difusión de efemérides e información en las redes sociales; y la primera formación en Ley Micaela llevada adelante desde el Área de Género y Sexualidades de la UNR destinada a todos los gabinetes de gestión de la Universidad17. Todo en paralelo a la contención y resguardo de situaciones atravesadas por estudiantes mujeres tanto en el campo institucional, como personal para tratar de incidir en la construcción de trayectorias pedagógicas más igualitarias.
(16) Resolución 500/2019 del Consejo Directivo de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño. Más información en: https://unr.edu.ar/noticia/13699/ lenguaje-no-sexista-e-inclusivo-en-launiversidad-nacional-de-rosario (Consultada: 10/02/2021).
Más allá de los logros, también se observan algunas dificultades, que se pusieron de relieve en la encuesta realizada en la FAPyD. Dicha encuesta fue respondida por un número reducido de personas (190 personas) en relación con la cantidad de personas que participan de la vida institucional, de las cuales, casi un 84% son estudiantes y se autodefinen como mujeres. Del total de las personas que participaron del relevamiento, más del 50% vivió
(17) Entre septiembre de 2019 y el transcurso del año 2020 se llevaron a cabo las primeras capacitaciones destinadas a los gabinetes de gestión de la Universidad y de todas las unidades académicas en el marco del Programa de Capacitación “Ley Micaela UNR: Perspectiva de Género y Sensibilización contra las Violencias Sexistas” aprobado por Resolución 297/2019 del Consejo Superior.
algún tipo de violencia en la FAPyD. Los tipos de violencia que se manifiestan son mayoritariamente psicológica, verbal y variadas formas de discriminación. Otra de las problemáticas que emergen de la encuesta y de conversaciones informales con estudiantes, remite a la falta de confianza en la eficacia de los dispositivos de denuncia, atravesados, según entienden en algunos casos, por mecanismos de complicidades asociados a los espacios de poder
(18) Mientras escribimos este texto, nos llegan noticias que está en proceso de resolución la primera denuncia realizada en el año 2017.
institucionales. La falta de resolución de las denuncias realizadas, o su demora excesiva han incrementado con el paso del tiempo está desconfianza18.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
conjunto en la tarea de desmontar las condiciones que hacen posible las violencias con el fin de erradicarlas, atacando fundamentalmente la tolerancia ambiental a sus manifestaciones cotidianas. La pregunta respecto de la implementación concreta de políticas de reparación adecuadas también se vuelve una constante, invitándonos a pensar estrategias respetuosas de quienes denuncian y de las dinámicas institucionales que garanticen los acompañamientos. También se presenta la interpelación recurrente a las formas de impunidad de los varones, especialmente de quienes ocupan cargos de poder y tienen responsabilidad de gestión, reconociendo la necesidad de insistir en pedagogías transformadoras que propicien una Universidad donde construir relaciones de género igualitarias y sin violencia machista. En esta instancia final, nos parece necesario reflexionar, retomando a Arduino (2020), en torno a las implicancias de los modos de denuncia que se masifican mediante las redes sociales, las cuales develan prácticas y situaciones naturalizadas en el cotidiano de las instituciones, otorgándoles una gran visibilidad social. Frente a la posibilidad de “salir del cautiverio” que ofrecen las redes sociales, Lagarde señala que el costo no puede ser asumido individualmente, la visibilización y la acción reparatoria es un asunto de gestión colectiva. Otorgar politicidad a la violencia sufrida personalmente, salir del lugar esperado, del silencio individualizando, para poder decir es enunciar colectivamente. Esta perspectiva sigue siendo la mejor vía para producir movimientos y cambios subjetivos y sociales 204
en estructuras institucionales tan anquilosadas como la Universidad.
Florencia Laura Rovetto y Verónica López Tessore
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TERRITORIOS EN LUCHA POR UNA VIDA DIGNA - EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES COLECTIVAS DEL PROYECTO DE EXTENSIÓN DIGNA BARRIA por Digna Barria* INTRODUCCIÓN El presente texto colectivo se propone compartir un conjunto de reflexiones y experiencias transitadas por un grupo de mujeres que forman parte de un proyecto de extensión universitaria denominado “Digna Barria”, conformado a fines de 2019.
PALABRAS CLAVE: PERSPECTIVA DE GÉNERO- DESIGUALDADESCUIDADOS- URBANISMO FEMINISTA- TERRITORIOSPANDEMIA- BARRIOS POPULARES
El equipo de Digna Barria está integrado por docentes, estudiantes y graduadas de la carrera de Ciencia Política y de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario, junto a referentas de la organización social “Territorios Saludables” que trabajan temáticas territoriales vinculadas a la salud integral, el acceso a derechos y los cuidados comunitarios en clave feminista. Durante 2020 se preveía co-producir, con las vecinas de Barrio Moreno (el espacio
de actuación de Territorios Saludables),
herramientas para el diagnóstico y la planificación territorial a escala barrial. Pero, debido a la pandemia del Covid- 19, este impasse posibilitó otras formas de pensar el trabajo colectivo, re-considerar prioridades y, sobre todo, acompañar a las compañeras que pusieron 206
el cuerpo en el territorio tejiendo comunidad. El presente artículo se despliega como una trama de aprendizajes transitados. Se estructura en dos partes: una primera instancia vinculada a nociones conceptuales con las que el proyecto se identifica, y una segunda sección referida a la descripción del conjunto de
acciones realizadas por Digna Barria durante
estos meses de aislamiento y a la visibilización de la tarea de las
* (*) Digna Barria es un proyecto de extensión universitaria sobre urbanismo feminista y cuidados que integramos docentes, estudiantes y graduadas de la carrera deCiencia Política y de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario junto a la organización Territorios Saludables de Barrio Moreno (Rosario).
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compañeras de Barrio Moreno y su protagonismo en los trabajos de cuidados comunitarios. Finalmente, se presenta una breve reflexión y síntesis de aportes colectivos. EL GÉNERO COMO VECTOR DE LA DESIGUALDAD TERRITORIAL En América Latina nos encontramos con una sociedad polarizada con los índices de desigualdad social más elevados del mundo. Algunas dimensiones determinantes en la estructuración de los patrones de desigualdad en Latinoamérica según la CEPAL son, además de los ingresos y el nivel socioeconómico, las desigualdades de género; las desigualdades étnicas y raciales; las relacionadas con el ciclo de vida (especialmente en la infancia, la juventud y la vejez) y las desigualdades territoriales (entre las zonas rurales y urbanas y entre las distintas regiones de cada país). Estas dimensiones con frecuencia se encadenan, se entrecruzan y se potencian entre sí, afectando en forma particular a determinados grupos de población (CEPAL, 2016 en Abramo, 2016). Las ciudades han sido moldeadas por un patrón capitalista y patriarcal de acumulación, donde la lógica de mercado desregulado, privatización y rentabilidad económica han sido dominantes. Es por ello que actualmente las urbes se encuentran social y espacialmente fragmentadas, con desigualdades estructurales entre territorios incluidos y excluidos; así, los barrios populares se hallan con enormes problemáticas de acceso al derecho a la ciudad.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Los barrios populares son aquellos territorios con vulnerabilidad social1
donde se pone de relieve, desde el enfoque de la
interseccionalidad2, que las desigualdades de las mujeres y diversidades3 por la condición de género se agudizan. En dichos barrios, sólo el 31% de las mujeres tiene trabajo con ingresos y se dedican principalmente al empleo doméstico. Mientras que el 34% dedica su tiempo principalmente a tareas en el hogar sin remuneración (OGyPP, 2020). Esto repercute directamente en una mayor porción de mujeres desocupadas o con empleos precarizados y, al mismo tiempo, implica mayor desprotección social (acceso a una obra social y en el futuro a una jubilación digna). La actual estructura social en torno a la responsabilidad femenina de los cuidados representa un vector de desigualdad sexo-genérica que reproduce diferencias socio-económicas. Dichas desigualdades, en torno a las tareas de reproducción en los barrios populares, se traducen en un acceso de forma diferencial a bienes y servicios urbanos, es decir, en un obstáculo para el acceso al derecho a la 208
ciudad por parte de las mujeres. Según Ana Falú (2016), el territorio expresa estas carencias profundizando una nueva geografía urbana en la cual las desigualdades de género constituyen ejes estructurantes de la matriz de la desigualdad social y configuran brechas estructurales de bienestar y ejercicio de los derechos de las mujeres.
(1) Definición contenida en el Decreto Nº 358/2017 de la Nación Argentina de creación del Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana (RENABAP) (2) “La perspectiva interseccional pone de relieve las interrelaciones entre raza, etnia, género, sexualidad, clase social y otros ejes de diferenciación que interactúan de forma simultánea o combinada en los procesos o estructuras de dominación social y exclusión” (Czytajlo, 2017, p123). (3) Consideramos que la categoría de diversidades debería ser abordada desde una perspectiva amplia que incluya a las disidencias sexuales, afectivas, corporales, funcionales; entre otras, ya que son las mujeres y esas diversidades quienes padecen las mayores desigualdades y violencias. Asimismo, es importante mencionar la falta de información relativa a las condiciones de vida de la población con identidades sexuales disidentes, LGBTIQ+, etc.
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Somos Digna Barria: BERTOLACCINI, Luciana; CORONEL, Rosana; FERNÁNDEZ, Lucía; FONTANA, María Soledad; GÓMEZ HERNÁNDEZ, María Victoria; MAINO, Julieta; PANERO, Camila; REVIGLIONE, Magalí; VARNI, Laura; VENTURI, Jésica; VENTURI, Romina; VILLARRUEL, Mirian.
DE LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL A UNA NUEVA MIRADA: EL URBANISMO FEMINISTA Históricamente, la planificación urbana se basó en un modelo colonial, patriarcal, capitalista y extractivista, que contemplaba solamente la esfera productiva, sin tener en cuenta las tareas reproductivas y el cuidado del ambiente. Nuestras ciudades planificadas por y para el varón (burgués, blanco, heterosexual) manifiestan y naturalizan importantes asimetrías entre varones, mujeres y diversidades a la hora de habitarlas. De esta manera, para su diseño,
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
…se han aplicado criterios considerados abstractos, neutrales y normales que, sin embargo, obedecen a experiencias bien concretas: la de una minoría masculina, de mediana edad, heterosexual, con trabajo estable, y con las tareas de la reproducción resueltas de manera invisible. (Gutiérrez Valdivia, Blanca et al., 2015). Por ende, hay sujetxs excluidxs del espacio urbano, el cual se planifica de forma discriminatoria y excluyente hacia las mujeres y diversidades y otras minorías atravesadas por la interseccionalidad. El urbanismo tradicional se ha encargado de normativizar la división entre lo público y lo privado, reproduciendo desigualdades sexogenéricas que dan origen a preguntas como: ¿qué rol ocupan las mujeres y diversidades en las ciudades? ¿Cómo podemos tener ciudades más justas? El territorio, comprendido como un espacio colectivo y socialmente construido (Massey, 2007), permite analizar la manera en que las relaciones de género, como relaciones de poder desiguales, 210
se expresan en la conformación del espacio urbano, de la misma manera que este espacio reproduce y refuerza roles de género. Este modelo territorial ha sido puesto en cuestión por los feminismos, que plantean avances conceptuales y una manera diferente de pensar la ciudad incluyendo la esfera reproductiva, social y política de todxs lxs ciudadanxs. Tal como expresa Blanca Gutiérrez Valdivia (2018), para tener una sociedad más justa y equitativa es necesario
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hacer un cambio de paradigma urbano y comenzar a construir la ciudad cuidadora, en la que la sostenibilidad de la vida esté en el centro de las decisiones urbanas. El urbanismo feminista busca construir una ciudad sin violencias, donde se aseguren políticas públicas de cuidado, con proximidad a servicios, accesibilidad y transporte seguro y equipamientos para la diversidad (Muxí Zaida et al, 2011). Propone desjerarquizar los espacios y poner en evidencia la inexistencia de funciones o actividades separadas y estancas. La realidad del habitar cotidiano es un fluir entre los espacios interrelacionados de lo público, lo privado, lo doméstico, lo personal, lo social, lo comunitario y lo político (Carrasco, Cristina, 2007). La ciudad desde la perspectiva de género debe ser segura para las mujeres, con espacios públicos diseñados y accesibles para todes, que faciliten las actividades de cuidado y la autonomía de las personas, con acceso a bienes y servicios urbanos en proximidad y vinculando las tareas reproductivas a las viviendas y con estrategias de movilidad planificada desde los itinerarios cotidianos. A pesar de que actualmente hay una marcada desigualdad de responsabilidades entre varones y mujeres frente a las tareas reproductivas, las ciudades feministas se piensan no sólo para mejorar las condiciones de las mujeres y diversidades sino, por el contrario, poder trascenderlas en pos de una sociedad y ciudad más equitativa para todxs. De esta manera, desde esta perspectiva se considera fundamental
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
y las situaciones de lucha y reclamo por mejorar las condiciones de habitar en los territorios latinoamericanos. Es así, que se constata que en los procesos de organización popular las mujeres son y han sido protagonistas de la organización comunitaria y las luchas por viviendas, barrios y espacios más dignos. Dichas mujeres, referentas de la organización territorial, proponen nuevos entramados como redes de sostenimiento de la vida no solo de ellas y sus familias, sino de lxs vecinxs del barrio, partiendo de visibilizar y reconocer las tareas de cuidado como una actividad social y comunitaria (Timpanaro y Spinosa, 2019). En suma, los feminismos se presentan como una forma crítica de mirar el mundo y de pensar las ciudades, al mismo tiempo que proponen incorporar estas esferas invisibilizadas y resaltan la importancia de involucrar a quienes han sido omitidxs históricamente en la planificación. HACER VISIBLE LO INVISIBLE: CONSTRUYENDO LAS CIUDADES CUIDADORAS 212
. Cuando hablamos de cuidados, nos referimos al conjunto de actividades que, en última instancia, aseguran la vida. Para Amaia Pérez Orozco (en Valdivia, 2018) los cuidados se mueven por una preocupación por la vida ajena en contraposición a la lógica del capital. Como seres humanos, dependemos física y emocionalmente de otras personas, principalmente en ciertas etapas del ciclo vital,
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como la infancia y la vejez. La división sexual del trabajo se estructuró históricamente en las lógicas de acumulación capitalista, asignando roles de género, entre aquellos “productivos remunerados” para lo masculino y la asignación de trabajos “reproductivos no remunerados” para lo femenino. Esta división persiste aún hoy, con la incorporación de las mujeres a los trabajos productivos, por lo cual implica una sobreexplotación del cuerpo de las mismas. Silvia Federici (2013) plantea que este trabajo no remunerado vinculado a las tareas de cuidado es la base del capitalismo porque permite y sustenta la reproducción de lxs trabajadores pero que se invisibiliza bajo los discursos del amor maternal presentes en la socialización de los roles de género. Bajo este precepto todos los hogares tienen una persona que se encarga de sostener los cuidados de las personas dependientes y no dependientes y de diversas tareas destinadas al mantenimiento de la vida cotidiana. Este concepto de interdependencia aportado por los ecofeminismos (Herrero, Yayo, 2013) es clave para pensar las tareas de cuidado, ya que se explicita la necesidad de todas las personas de ser cuidadas en algún momento de su vida y por tanto, pone en relevancia este trabajo invisibilizado, no reconocido ni remunerado. Las
sociedades
contemporáneas
establecen
la
organización
social de los cuidados en base a cuatro actores fundamentales: el Estado, a través de las políticas públicas; el mercado, por medio
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de la mercantilización de los mismos; la comunidad, mediante la organización comunitaria y sistemas autogestionados; las familias, por medio del trabajo no remunerado, que en general es realizado por las mujeres de dichos hogares (Rodríguez Corina, 2018). En este trabajo interesa particularmente indagar sobre los cuidados comunitarios y colectivos en su relación con la ciudad, como prácticas contra-hegemónicas y descolonizadoras. Se considera a los cuidados como un lente que permite observar lo que acontece en los territorios y los barrios; cómo influyen sobre las relaciones sociales, las prácticas y las relaciones de poder que se desprenden de ellos. Interesa, en este sentido, el paradigma de la ciudad cuidadora ya que reivindica la importancia social de los cuidados sin que esto signifique encasillar a las mujeres en el rol de cuidadoras, por el contrario revaloriza lógicas colectivas de organización territorial. Pensamos “ciudades que nos cuiden, que cuiden nuestro entorno, nos dejen cuidarnos y nos permitan cuidar a otras personas” (Gutiérrez Valdivia, Blanca, 2018 p:79). Permite pensar ciudades 214
más justas, que consideren las necesidades de todas las personas, donde la reproducción social y el sostenimiento de la vida se posen en el centro del proceso de planificación y decisión urbana. Desde este enfoque, la ciudad debe favorecer la autonomía tanto de las personas independientes que realizan los cuidados como de las personas dependientes, que necesitan ser cuidadas, conciliando las diferentes esferas de la vida cotidiana en las distintas escalas
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en base a las diversas problemáticas urbanas. También, es aquella “en la que la sostenibilidad de la vida está en el centro de las decisiones urbanas” (Gutiérrez Valdivia, Blanca, 2018 p: 65) La
ciudad
cuidadora
debe
también
ser
descolonizadora,
latinoamericana y no binaria, para ayudar a lograr mayor autonomía de las mujeres y diversidades y bregar por una sociedad de cuidados compartidos, en corresponsabilidad sociedad-estado y con menores tiempos dedicados a las tareas reproductivas para todxs, una ciudad cuidadora es por tanto próxima y diversa. Una de las claves en la redistribución de los cuidados es la comunidad, las “redes”, lo que implica salir del binarismo estado-mercado. DIGNA BARRIA: DE-CONSTRUYENDO DESDE EL URBANISMO FEMINISTA Y POPULAR Digna Barria es un proyecto que se inicia en el año 2019 a partir de la formulación e implementación de un Proyecto de Extensión de la (4) Convocatoria Proyectos de Extensión La Universidad y su Compromiso con la Sociedad. Unidad académica Ciencia Política y RR. II.
Universidad Nacional de Rosario4 y que permite confluir a distintas mujeres de profesiones, saberes, prácticas y militancias diversas vinculadas principalmente a los estudios urbanos. El objetivo común de Digna Barria es deconstruir las miradas disciplinares sobre los paradigmas hegemónicos de la planificación y explorar los procesos colaborativos a escala barrial para la realización de un diagnóstico urbano que parta del análisis de los espacios compartidos.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Se trata de una iniciativa que propone pensar a las ciudades desde una mirada integral del hábitat, es decir, no sólo desde las componentes físicas sino fundamentalmente, desde el entramado de relaciones y procesos culturales, sociales y simbólicos que se dan en el territorio, haciendo énfasis en los barrios populares. El proyecto consiste en una propuesta interdisciplinaria de articulación abordada desde una perspectiva feminista con una experiencia territorial preexistente, que trabaja en la prefiguración de políticas de cuidados, salud y acceso a derechos; nucleadas en el Movimiento Territorios Saludables, en el Barrio de Moreno de la ciudad de Rosario. Desde este espacio, apuestan a la construcción de una salud colectiva e integral con claves en la perspectiva feminista, la colectivizacion de los cuidados, la proximidad y el protagonismo de quienes habitan el territorio. De esta manera, la finalidad del proyecto a desarrollar durante el 2020 apuntaba a la co-construcción de ese diagnóstico junto a las compañeras de Territorios Saludables de Moreno como forma de explorar procesos colaborativos de articulación, contribuir 216
a resignificar el protagonismo que tienen los espacios para la vida cotidiana en la vida de las mujeres que habitan los barrios populares, aportar a la transformación de estos espacios desde el enfoque feminista y promover el urbanismo con perspectiva de género como herramienta de transformación hacia ciudades más equitativas e igualitarias. Si bien las acciones que estaban planificadas para el año no
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pudieron desarrollarse por el contexto de pandemia, durante los primeros meses de aislamiento social se desarrollaron actividades de diagnóstico de la situación de Moreno a través de una serie de reuniones virtuales con las referentas barriales del proyecto. En ese momento de incertidumbre y escasa respuesta del Estado en el territorio, se agudizaron las problemáticas de acceso a bienes y servicios urbanos en el barrio, como la conectividad e internet. Frente a la crítica situación socio económica, el trabajo barrial de TS apostó por continuar construyendo comunidad, fundamentalmente vinculado a la gestión alimentaria, a partir de la conformación de redes de comedores entre los de Moreno y de otros barrios de la ciudad (Zona Sur, Sudoeste y Oeste). De este modo, desde Digna Barria se replantearon los objetivos para poder acompañar, visibilizar la importancia de las actividades de cuidados que las organizaciones populares vienen desarrollando en torno a la gestión feminista del hábitat y dar apoyo a estas redes que se conformaron en barrio Moreno. Por tanto, se pensaron estrategias de articulación con otras instituciones y organismos como la Universidad y, de difusión de las actividades que se desarrollaban en territorio para el sostenimiento de la vida. Como forma de contribuir a la visibilización del trabajo de las vecinas del barrio, en tanto actoras clave en la planificación y toma de decisión del territorio que habitan, se produjo un Podcast Reuniones en el barrio del proyecto
sobre organización social y feminista en tiempos de pandemia con las voces de las compañeras. Otras actividades de difusión
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
y visibilización fueron la producción de artículos e informes, la participación en el concurso organizado por Nación de Hábitat Emergente con el diseño de un prototipo para habitares diversos, el intercambio en encuentros y jornadas como “Injusticias Territoriales” organizadas por las compañeras de CISCSA y, la articulación con otras redes de mujeres como la red feminista internacional “La Corrala” y con investigadoras afines a la temática de la Universidad Nacional de Córdoba como inicio de una red nacional de gestión feminista del hábitat, con el objetivo de deconstruir epistemológicamente los saberes aprendidos desde la arquitectura. Todas estas instancias transitadas permiten profundizar los debates y reflexiones sobre las ciudades feministas, el rol de las tareas de cuidado, entendidas como trabajo, la necesidad de reconocimiento de las cuidadoras y cómo se materializan las dificultades y obstáculos para llevar a cabo las tareas reproductivas en los barrios populares.
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TERRITORIOS
SALUDABLES
(TS):
ORGANIZACIÓN
COMUNITARIA EN CLAVE FEMINISTA Las ciudades latinoamericanas, tal como se mencionó, se caracterizan por la co-existencia en proximidad y en tensión de territorios incluidos y excluidos que presentan importantes carencias y segregaciones en sus espacios urbanos.
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El barrio se inscribe como la esfera de proximidad donde se desarrollan mayormente las actividades reproductivas, por tanto, se considera que en la escala barrial también está la oportunidad de pensar las ciudades desde las aproximaciones a lo doméstico. En la construcción de redes y en las prácticas territorializadas de cuidado se van trazando geografías comunes y se delinean los contornos de otras formas de pensar lo público. Así, en la escala barrial en general y en los barrios populares en particular, aparece la oportunidad de que las personas que habitan el territorio se organicen colectivamente para realizar las tareas de cuidado. Moreno -hasta hace poco tiempo conocido como Villa Morenoes un barrio de la zona sur de Rosario atravesado por situaciones de violencia (urbana y de género), falta de acceso a derechos urbanos (servicios, equipamiento socio-comunitarios, espacios verdes, precariedad habitacional) y falta de espacios de articulación Estado-comunidad, entre otras problemáticas. En 2012, en el barrio se produjo el asesinato de tres jóvenes conocido como el Triple Crimen. Este hecho, transformó las relaciones y la vida cotidiana de lxs vecinxs y de las organizaciones sociales que desarrollaban trabajo territorial, quienes reforzaron las apuestas de construcción colectiva para luchar por el acceso a la justicia, los servicios sociales y sanitarios. La lucha por justicia, en un sentido integral, permitió el avance de la causa judicial y condena a los responsables, como también la instalación de un Centro de Acceso a la Justicia (CAJ) dependiente del Ministerio
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Territorios saludables colonia de verano.
de Justicia de la Nación con un equipo de trabajo definido por la misma organización. Asimismo, este hecho motivó un proceso de interacción entre diversos actores que demandaron mejoras en el barrio, lo cual derivó en un proyecto de integración urbana desarrollado por los tres niveles del Estado: El programa nacional de mejoramiento barrial (ProMeBa), el Plan Abre a nivel provincial y la Municipalidad 220
de Rosario desde el Servicio Público de la Vivienda y el Hábitat. En este proceso de re-urbanización, el protagonismo de las referentas territoriales resultó fundamental y logró mejorar sustancialmente las condiciones urbanas, sin embargo, muchas de las problemáticas de violencias y acceso desigual a los derechos urbanos aún perduran. En este contexto de transformación, las mujeres y jóvenes del
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barrio buscan prefigurar políticas de cuidados, construyendo comunidad e inaugurando nuevas institucionalidades, mediante las definiciones y acciones colectivas de Territorios Saludables. El proyecto apuesta por la colectivización de los cuidados para aliviar las tareas individuales de las mujeres del barrio siendo un importante avance en la conquista de autonomía. Además, busca abordar los cuidados como derecho fundamental, para la salud y desarrollo integral y como un componente central en la construcción de comunidad. Sus protagonistas, entienden que todxs necesitamos de cuidados, más aún en etapas como la infancia o la vejez. Asimismo, se pone en relieve que ante los escenarios de desigualdad y violencia, son fundamentales las tareas de cuidado organizadas comunitaria y colectivamente, un hacer orientado a transformar las situaciones que generan mayor vulnerabilidad (Territorios Saludables, S/D). Respecto del concepto de salud, que articula la propuesta, esta es entendida como feminista en tanto colectiva, empática, solidaria, afectiva y fundamentalmente como constructora de nuevos vínculos; con un abordaje que incluye, pero a la vez excede, el saber profesional y necesita de la centralidad de quienes habitan el territorio. Asimismo, desde Territorios Saludables, se busca promover protagonismos territoriales para transformar la ciudad, vivir dignamente y mejorar la calidad de vida. De esta manera, se pone el foco en la figura de las “integradoras territoriales”, las que son
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
entendidas como referentas que habitan el territorio y constituyen el eslabón principal entre vecinxs e instituciones y que asumen el protagonismo en forma colectiva, visualizan problemáticas, trazan estrategias de acción y acompañan en un camino de resolución de diversas situaciones, promoviendo procesos de empoderamiento con vecinxs (Autoras varias, 2019). Tal como expresan las integradoras: “los territorios saludables son creados y reinventados por muchas voces que emergieron marcando el pulso [...] comprendiendo que allí mismo, donde emergen las problemáticas, también están las condiciones y potencialidades para abordarlas, y la capacidad de afianzar lazos comunitarios [...] cada acción fue siempre producto de decisiones territorializadas y comunitarias” (Autoras varias, 2019 p:121). A través de la gestión social con perspectiva feminista, trabajan y se estructuran en tres dispositivos: - Oficina de Empoderamiento Comunitario El mencionado CAJ de Nación, cierra sus puertas en 2016 al poco tiempo de asumir el gobierno de Mauricio Macri. Frente 222
a esto, las compañeras de TS resuelven sostener este espacio desde la autogestión surgiendo así el dispositivo denominado Oficina de Empoderamiento Comunitario, la cual se ocupa del acompañamiento ante diversas problemáticas de la vida cotidiana vinculadas al acceso a los derechos. Actualmente, la oficina es una referencia para el territorio y recepciona consultas procedentes mayoritariamente de vecinxs de Moreno5.
(5) Desde este dispositivo se abordan trámites administrativos (turnos, formularios e información de ANSES; DNI y carnet de conducir, confección de CV); asesoramiento y acompañamiento en acceso a derechos (violencia, IVE, cuestiones de salud, entre otras); en alimentación saludable; en cuestiones jurídicas e intervención en conflictos vecinales y mediaciones entre vecinxs.
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Según plantean sus protagonistas, el objetivo es el empoderamiento colectivo que profundiza los vínculos. Ante cada situación que se presenta, nunca “dan las soluciones” sino que se acciona un proceso formativo donde se analizan alternativas en conjunto, se realizan consultas con profesionales, se tejen redes, socializando posibles estrategias para que cada persona pueda elegir qué camino seguir, lo cual resulta en un aprendizaje colectivo.
- Juventudes Se trata de un espacio al cual asisten jóvenes del barrio. El espacio surge a partir de las inquietudes de las integradoras territoriales en base a las preguntas: ¿Qué le pasa a los pibes y pibas hoy? ¿Qué proyectos habitan? ¿Qué sucede con los consumos? ¿Cuáles
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Territorios saludables. Organización popular en tiempos de pandemia
Feminismos, Arquitecturas y Territorios
son los horizontes? (Territorios Saludables, S/D). Así el espacio se propone como instancia de encuentro para problematizar estigmatizaciones, imaginarios, preconceptos hegemónicos y criminalizadores sobre la lxs jóvenxs del barrio. Además, acerca actividades (talleres diversos, teatro, entre otras) intentando albergar desde ahí las diferentes propuestas que las juventudes van enunciando y denunciando. El arte y el oficio fueron las primeras aproximaciones que nacían de la necesidad tanto económica como expresivas para poder manifestar diferentes inquietudes, armar lazos de confianza, de respeto, de escucha, casi como excusa para habitar lo simbólico (Territorios Saludables, S/D). En la actualidad este espacio es coordinado por lxs mismxs jóvenxs con la intención de generar nuevas referencias y protagonismos territoriales, así como la construcción de sujetos políticos críticos.
- Infancias Involucra fundamentalmente el desarrollo de una colonia de vacaciones autogestionada la cual se desarrolla durante los meses 224
de verano (desde el año 2012), con una concurrencia de casi 200 niñxs del barrio. Surgió a partir del reconocimiento de las vecinas de la necesidad de las infancias de tener espacios propios ya que las actividades de verano dependían de la disposición y organización individual. La propuesta de la colonia involucra juegos, piletas, deportes, teatro, paseos y es coordinada por las integradoras territoriales/defensoras junto a otras vecinas, promoviendo a
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través del juego, formas saludables de relacionarse y buscando que lxs niñxs sean protagonistas de un espacio propio. Los vínculos de confianza que se generan, permiten acompañar durante todo el año, distintas situaciones que atraviesan lxs niñxs y sus familias. TEJER COMUNIDAD PARA ENFRENTAR LA PANDEMIA En 2020, ante la agudización de la crisis frente a la pandemia, desde Territorios Saludables se plantearon continuar construyendo comunidad, buscando elaborar nuevas estrategias ante la situación de aislamiento y problemas de acceso a la conectividad en el barrio. Frente a esta pandemia, las mujeres de las organizaciones populares diseñaron las estrategias de acuerpamiento colectivo para enfrentar el virus y el hambre, denotando que “hacer comunidad para cuidar deja un saldo negativo: siguen siendo las mujeres las que además de cuidar en el hogar lo hacen en lo comunitario” (Bertolaccini et al, 2020). Por un lado, se establecieron estrategias de comunicación barrial, frente a la demanda de información confiable y para socializar información útil entre vecinxs, mediante un grupo de whatsapp que denominaron“cuidándonos en comunidad”. Por otro lado, desde la Oficina de Empoderamiento Comunitario, se buscó dar respuestas a las consultas sobre trámites como la pre-inscripción y el seguimiento para el acceso al Ingreso Familiar de Emergencia,
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
tarjeta alimentar, permisos de circulación para personas que estaban garantizando el merendero/comedor, cuidados de adultxs mayores/discapacidad, entre otros. Durante la pandemia, la demanda en los comedores se ha visto triplicada en un contexto donde existía una tendencia creciente al empobrecimiento de la población, por tanto, otro eje clave fue la gestión de alimentos para los comedores y copas de leche de Moreno y de otros barrios, que se fueron conformando en red. Entre algunas acciones, se garantizó la recepción y logística para el traslado de alimentos, se reactivó la vinculación con el Banco de Alimentos Rosario para conseguir más provisiones. Las integradoras territoriales resultaron fundamentales para articular entre lxs vecinxs y otras instituciones como el Centro de Salud para contribuir en la difusión de campañas de vacunación, prevención, como también para el acompañamiento de vecinxs diagnosticadxs con Covid 19 con quienes se mantenía contacto telefónico permanente y se les acercaba alimentos a la puerta de sus hogares. También, se conformaron redes de asesoramiento 226
y contención en situaciones de violencia de género mediante articulaciones con las instituciones estatales, comunitarias y organizaciones de la sociedad civil de otros barrios. En este momento de pandemia y frente a la agudización de las desigualdades, las organizaciones sociales se erigen como un eslabón clave en la cadena de reproducción de la vida, tal como expresan las compañeras de Territorios Saludables: “frente al
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sálvese quien pueda, apostamos a la organización y a los cuidados colectivos”, y “frente al avance de las violencias y economías delictivas, apostamos a la economía popular” (Territorios Saludables, S/D). La experiencia de Territorios Saludables, en este sentido, evidencia cómo las mujeres residentes de barrios populares apuestan por los procesos de organización popular y de construcción colectiva de alternativas. Su trayectoria demuestra cómo las lógicas colectivas y comunitarias permiten la mejora de los entornos próximos barriales en donde las mujeres realizan las actividades relacionadas con lo reproductivo, la defensa de la calidad de la vida barrial y de su autonomía como protagonistas en los procesos de lucha y reivindicación por el derecho a la ciudad. REFLEXIONES FINALES: HACIA UN SISTEMA DE CUIDADOS CON PROTAGONISMO DE LXS INTEGRADORXS Se considera que una política pública feminista no se trata meramente de construir nuevas y mejores intervenciones con perspectiva de género desde las instituciones sino que, por el contrario, los feminismos invitan a reconocer los saberes múltiples, diversos y por tanto resulta de vital importancia abordar experiencias barriales y autogestivas para obtener claves para pensar las políticas de cuidados desde los territorios que pongan el buen vivir, la calidad de vida, la sustentabilidad, y el deseo de
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
quienes los habitan como horizonte. Con la convicción de la importancia de lo territorial/comunitario, desde Digna Barria y Territorios Saludables, con base en otras experiencias feministas se sostiene la necesidad de un Sistema Público Integral de Cuidados, basado en el concepto de Cuidados Colectivos que refuerce estratégicamente las redes de proximidad entre los servicios, los equipos y lxs vecinxs organizando e integrando el territorio. Esta propuesta refiere a la conformación del primer nivel del Sistema Público Integral de Cuidados en los barrios, que
se
complementará
con
articulaciones
intersectoriales,
multiagenciales y con otros niveles del sistema. Esto abre la posibilidad para discutir una práctica política feminista desde lo popular que disputa y problematiza lo local como ese espacio donde la vida se desenvuelve y resuelve.
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A la luz de la experiencia transitada, se propone la figura de Integradoras Territoriales, mujeres y disidencias sexuales pensadxs como cuidadores y defensores comunitarixs que trabajan en sus barrios co-gestionando junto al Estado y otras organizaciones sociales. Este rol se consolida por el involucramiento directo en las cuestiones barriales, como figuras organizadas y de identificación directa en la trama barrial. En este sentido, y tal como se
Digna Barria
pudo evidenciar anteriormente desde la experiencia de TS, lxs integradorxs aportan a la escucha y comprensión de los procesos y tensiones territoriales, ya que conocen de manera personal a lxs vecinxs y también las lógicas institucionales desplegadas en los barrios. Así, apostar a la figura de Integradorxs Territoriales da cuenta de una estrategia política, vínculos forjados, redes fortalecidas y lecturas situadas desde el territorio como escenario desde el cual se proponen interactuar con el terreno de lo público estatal. Con todo esto se busca apostar por la redistribución de las tareas vinculadas a la reproducción social, por su valorización y por el reconocimiento de la inteligencia y las capacidades construidas en la organización popular. Los aprendizajes atravesados nos indican que para ello no alcanza el mercado pero tampoco solo el Estado. Los cuidados, afortunadamente, ya son parte de la agenda política de todos los niveles del Estado y, por supuesto, de las organizaciones sociales, de las mujeres y disidencias, sus principales impulsoras. Este proyecto de extensión Digna Barria, nuestra casa chica, constituye también una apuesta a pensar las prácticas pedagógicas y las lógicas de producción de conocimiento situadas y en diálogo con los territorios y saberes populares. Producir conocimiento con y para estos sectores abona a la misión social de la Universidad Pública que soñamos Feminista y Popular.
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Digna Barria
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LA COLUMNA VERDE - INTERVENCIÓN CUADRILLA FEMINISTA EN EL MARCO DE LA MUESTRA “LEGADOS. PAÑUELOS EN LUCHA”1. por Cuadrilla feminista* “Hace 45 años, un simple accesorio se transformó en el medio y el mensaje elegido por un grupo de mujeres para visibilizar el genocidio de la última dictadura cívico-militar. “¿Cómo nos reconocemos en la plaza?/Llevemos pañuelos blancos en la cabeza” En ese simple acto de diferenciación respecto a los demás, y de identificación con un sujeto naciente, Madres y Abuelas nos legaron un símbolo de lo indecible. Verlo circular por el espacio público pasó a significar una lucha. Pintarlo en plazas, paredes, afiches y en los cuerpos significa identidad. Desde entonces, portar un pañuelo implica pertenecer a un sujeto colectivo que resistió al poder omnipresente de las fuerzas armadas y sus cómplices civiles, que persiguió incansablemente verdad
(*) Colectivo editorial y artístico conformado por ilustradoras y trabajadoras gráficas rosarinas, surgido desde el cuestionamiento a las imágenes construidas de la “la mujer” por el discurso dominante, con el objetivo de deconstruirlas por medio de una gráfica que acciona, creando conciencia y formas de cambiar este presente. La Cuadrilla está conformada por 18 ilustradoras de la ciudad de Rosario y las trabajadoras del Taller Gráfico Capitana. La identidad feminista y rosarina del proyecto surge de piezas donde confluyen la gráfica y el activismo, enteramente creadas e impresas en la ciudad, núcleo del proyecto colectivo, generando un valor diferencial e identitario, con lenguajes y modos de expresión propios y diversos.
y justicia en la transición a la democracia, que busca a les niñes apropiades por el plan sistemático de desaparición de personas, significa portar la memoria colectiva que impugnó el modelo social y económico neoliberal cuando el país entró en crisis casi terminal en 2001. Ese pañuelo comenzó a recorrer América latina y a cambiar 232
sus tonalidades poco a poco: en México, el colectivo Fuentes Rojas lo tomó como dispositivo para denunciar los miles de asesinatos y desapariciones que ocurren en el país; mediante el bordado comunitario el pañuelo visibiliza, moviliza y denuncia. En paralelo, en nuestro país se consolida un movimiento, también de mujeres, que se reapropia de ese símbolo para ponerlo en el
(1) muestra en el Museo de la Memoria, Rosario Marzo 2021.
Cuadrilla feminista
centro de la lucha contra el patriarcado. En el Encuentro Nacional de Mujeres de 2003, realizado en nuestra ciudad, se utilizó por primera vez el pañuelo de color verde como símbolo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Así, un sujeto colectivo toma la posta y actualiza la dimensión simbólica del pañuelo como dispositivo de resistencia y lucha. El activismo artístico y su despliegue en el espacio público ha tenido y tiene mucho para decir sobre este proceso de transformación en los usos de un símbolo tan cercano para el movimiento de derechos humanos.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
Con esta muestra temporaria el Museo de la Memoria de Rosario busca continuar con la construcción de los puentes entre el pasado y el presente, esta vez rastreando las diversas intervenciones en el espacio público que ha transformado al pañuelo en una síntesis de las diversas resistencias a las estructuras de poder de nuestra sociedad. Un elemento físico y simbólico en el que se solapan temporalidades y significados de las luchas por la ampliación de derechos y por transformar esas estructuras, muchas de ellas legadas por la última dictadura. Intervenciones que concilian la maternidad socializada de Madres con la maternidad deseada de las pibas. En definitiva, rastros del pañuelo como elemento individual y dispositivo colectivo dislocado por el arte.” Legados. Pañuelos en lucha” Museo de la Memoria Rosario Cuadrilla Feminista participó de la muestra a 45 años del último golpe de Estado cívico-militar. Tomando el símbolo legado de madres y abuelas, y resignificándolo con las luchas populares de la 234
actualidad.Intervinimos las paredes del museo con fotografías de marchas y de nuestra participación como colectivo en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Nuestros paisajes: rastros de pintura, pasacalles, brazos levantados, abrazos, compañeres, rostros, remeras serigrafíadas, la calle como territorio de expresión, resistencia y lucha. Cuadrilla Feminista intenta volver a transportar al visitante de la muestra a nuestra calle.
Digna Barria
Cuadrilla Feminista: Es un espacio colectivo de 18 trabajadoras del arte que busca visibilizar los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales y promover la protección del medio ambiente y la justicia socio-territorial. Perseguimos estos objetivos a través de acciones interdisciplinares y co-participativas.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
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Digna Barria
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CON-VERSACIONES CON-3 ESTUDIOS CON-2 PREGUNTAS CON-OBRASBCG, Melina Spinetta (CMS), Paula Fierro+ Maite Fernández Conversamos con integrantes de tres estudios de mujeres arquitectas. Florencia Grillo y Elina Bianchi de BCG arquitectura, Melina Spinetta de CMS arquitectas, -estudio que comparte con Diana Chiatello y Paula Matiasevich- y la sociedad que conforman Maite Fernández y Paula Fierro fueron invitadas a compartir su obra y experiencias en el marco de la asignatura optativa “Géneros, cuerpos, artefactos. Territorios en disputa” que se dictó durante el año 2019 en la FAPyD. En ocasión de esta publicación dialogamos con ellas tomando como disparador dos preguntas y les pedimos que eligieran una o algunas obras de la producción del estudio. 1-Uds son estudios conformados por mujeres arquitectas, ¿fue esa una decisión inicial?, ¿en qué circunstancia se conforman como estudio profesional? 2-¿Tienen algún registro de sentir algún tipo de diferencia en relación con sus pares varones a lo largo del desarrollo profesional?
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1. Del revés. BCG arquitectura es el estudio que conformamos, desde 1994, Elina Bianchi, Silvina Cuffaro y Florencia Grillo reunidas por la pasión y el afecto como materia fundante compartida desde la necesidad vital de construir y poder vivir de la profesión en estas latitudes; en otras palabras, hacer concreto los deseos. Buceamos en la necesidad de instituir a la arquitectura como acción que
Imagen fanzine evento “Mujeres en Ronda”, año 2018, FAPyD.
BCG Arquitectura
interpele modos de habitar, despojadas de la inmediatez formalespacial alejándose de la mera solución a un problema o necesidad. En esta búsqueda es donde nos asumimos como equipo desde el inicio. En este sentido, hemos perseguido un pensamiento colectivo incorporando distintas miradas que –intencionalmentehan sido
en todos los casos
de colaboradoras mujeres. Es
innegable que frente al quehacer profesional donde el modo de operar es indisoluble tanto de nuestro contexto como de nuestro cuerpo, el atravesamiento de experiencias como la maternidad y el registro de lo doméstico desvanecen los límites entre arquitecta profesional y mujer. El rigor que imprime la dinámica de trabajo en estudios profesionales similares al nuestro (donde lo corriente es hacer de todo un poco y un poco de todo, donde los tiempos de concreción de proyecto y ejecución de las obras muchas veces se vuelven laxos y caóticos) provoca la pérdida de
tiempos tan vitales
como los de reflexión, autocrítica y maduración. Sin embargo, B C G : BIANCHI, ELINA. CUFFARO, SILVINA. GRILLO, FLORENCIA: www.bcgarquitectura. com Desde el año 1992 conforman el estudio de arquitectura y diseño BCG arquitectura con el que desempeñan una vasta actividad profesional. Sus obras fueron publicadas en revistas profesionales del Colegio de Arquitectos de la Pcia. de Santa Fe, en suplementos de arquitectura y en revistas Académicas. Participaron de bienales y fueron convocadas a dar charlas en distintos ámbitos de la FADyP.
entendemos que el hacer también nos ha construido.
2. Del crudo. Hemos transitado el hacer en el hacer, sin tiempos para miradas prejuiciosas, evaluadoras o censuradoras que nos dilaten, a las que fuimos transformando en provocaciones para consolidar aún más el hecho de sostenernos independientes en la profesión. Hoy la lectura de lo transitado esta releída bajo el filtro
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
de un nuevo lenguaje revelador y más justo que reconoce la cara y la contracara del quehacer como mujeres arquitectas , por lo
Resto Hotel, San Martin de las Escobas, año 2005-2014, proyecto y dirección de obra Estudio BCG Arquitectas.
que podemos afirmar que toda discriminación por cuestiones de género se transformó́ en provocación para un desafío mayor.
3. Del negativo. Invitadas a relatar nuestro trabajo desde esta mirada, pretendemos sumar una de nuestras obras como antecedente de un hacer profesional posible. Abordaremos un proyecto de escala intermedia que se corre de los proyectos de vivienda unifamiliar, nuestra mayor producción. 240
El Resto-Hotel en San Martín de las Escobas fue un proyecto bisagra, un encargo público de dimensión privada realizado por una institución local que empezó a gestarse en el 2005 concretándose en el 2014 debido a los vaivenes del país. Este proyecto impactó en la economía local, dado que siempre se priorizó, de principio a fin, lo local. Se construyeron 1000 m2 en un terreno de 385 m2 en esquina -escasa superficie para la pretensión del programa- que fueron potenciados con la contemplación de un restaurant, bar, hotel y vivienda. La apuesta en esta obra es convertirse en un lugar de referencia y encuentro para toda la
BCG Arquitectura
comunidad. Incorpora desde el inicio la vereda y el diálogo con el espacio público próximo: el Paseo de la Juventud (BCG arq.2012), el Cine (BCG arq.2003), la Iglesia y la Plaza. Un único material que en el recorrido de la línea municipal avanza, invade la vereda, se espesa y aliviana alterando los espacios interiores, según su forma, y provocando los recortes de cielo a través de sus patios. Una cinta de hormigón, en cuyo pliegue y repliegue (de medianera a cordón y de la intimidad a la exposición) crea distintos usos y acontecimientos a medida que recorre la fachada en toda su extensión: alero para el restó en planta baja, balcón en el estar del hotel en planta alta, mueble de las habitaciones y canaleta, vinculando todo límite entre exterior e interior. Entre el ensanche de las medianeras (núcleo duro de servicios) y los cordones habitados (reflejo de la idiosincrasia del lugar) se construye el espacio flexible de reunión y sobreviene la esquina como foyer público. Nos interesa la devolución, en tanto obra construida, del comportamiento de las ideas en el tiempo, así como el no abandono del riesgo conceptual y material en la búsqueda. El final de una obra es el punto de partida de otra, convirtiéndose -el ejercicio proyectual- en una ecuación entre errores, aciertos y azar. Lo construido como pasado próximo nos da la experiencia y los próximos instantes de certezas. La obra como negativo revelado y necesario de ese instante de convicción. Cada obra toma cuerpo imprimiendo una huella en nosotras como el negativo en el hormigón, revés que se revela en tanto aquello que no vemos pero nos sostiene como mujeres arquitectas , donde el crudo – en tanto nuestra propia esencia - se intenta sostener y apuntalar a través del tiempo para transformar nuestra profesión en destino por elección.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
1-
El abrir un estudio de arquitectura no fue una decisión inicial
como un acto deliberado en un momento determinado. Fue un proceso ininterrumpido que comienza con la posibilidad del primer trabajo autogestionado y que permanece en constante crecimiento. Así, hoy estamos trabajando juntas como estudio “CMS arquitectas” en un proceso continuo de redefinición de funciones y tareas, ampliación edilicia, elección de trabajos y contratación de colaboradores. Al ser mujeres con recorridos de vidas similares tenemos muy buena sintonía para el intercambio de roles y para los reemplazos en situaciones -embarazos, puerperios, duelos, mudanzas, viajes- que el devenir de la vida nos presenta.
2-
Pensando en la respuesta y en relación a mis pares varones,
tengo un registro más de desigualdades que de diferencias a lo largo del desarrollo profesional. En primer lugar y en el ámbito de las subjetividades, tienen que ver con experiencias personales de acoso laboral y de invisibilización o subestimación de los trabajos ante jefes o docentes hombres. 242
Todas estas situaciones eran naturalizadas y carecían de cuestionamientos. La oleada feminista de los últimos años nos hizo replantear la mirada poniendo en crisis el modelo patriarcal dominante. Por otro lado, las tareas domésticas y de cuidado y crianza de les hijes sabemos que recaen en un alto porcentaje en las mujeres. Si a esto sumamos el ejercicio profesional que añade horas de trabajo
MELINA SPINETTA: Arquitecta graduada con medalla de honor de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño, U.N.R. Ha cursado el Postgrado de Arquitectura y Tecnologías en la Universidad Torcuato Di Tella de Bs.As. Desde el año 2007 hasta la actualidad, conforma junto a las arquitectas Diana Chiatello y Paula Matiasevich, el estudio CMS arquitectas.
Melina Spinetta (CMS)
a la ya cargada agenda cotidiana de las mujeres, nos encontramos con otra enorme desigualdad en relación a los arquitectos varones. El no contar con tiempo libre hace que se tengan menores posibilidades de seguir estudiando, asistir a capacitaciones y conferencias, intervenir en las instituciones que hacen al ejercicio de la profesión, participar de concursos de arquitectura, o dedicarle tiempo a la investigación. De todo esto, se desprende otra de las desigualdades y radica en que los principales roles o cargos que tienen que ver con lugares de decisión en la arquitectura y el planeamiento están aún hoy, ocupados en su mayoría por hombres. En el año 2018 participé en un concurso de arquitectura que ejemplifica esta situación. Conformamos un equipo de 6 mujeres arquitectas, cada una con trayectorias y realidades distintas. Lo interesante de esa experiencia fue la verificación de que la participación de arquitectas en este tipo de trabajos es escasa y que en los ámbitos familiares de cada una implicó un alto costo personal, al restar horas de ocio y descanso y exigir malabares para cumplir con todo. Un jurado conformado por 6 arquitectos hombres entregó 9 premios y menciones a equipos conformados por 16 arquitectos titulares y sólo 1 arquitecta mujer titular. Este tipo de conformación no es anecdótica y es claro ejemplo de que los lugares de decisión y de definición de la ciudad están en manos de hombres, evidenciando una notable desigualdad excluyente en los modos de pensar proyectos que construyen la ciudad que habitamos.
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
En una reunión entre arquitectes con motivo de compartir los proyectos presentados en ese mismo concurso, un colega definió nuestro proyecto como “el más femenino de todos”. Esa afirmación venía a conceptualizar un proyecto que apostaba a criterios de inclusión en el sentido amplio del término, a la sustentabilidad, a la presencia de vegetación como elementos de proyecto y a la planta baja del edificio como formando parte de la red de espacios públicos de la ciudad. Esta definición si bien intentó ser un halago bienintencionado, resultó despectivamente esencialista al caracterizar ciertas cuestiones de un proyecto de arquitectura como formando parte del ámbito exclusivo de las mujeres. Sin embargo, me abrió un mundo de interrogantes que tienen que ver con qué criterios proyectuales pueden considerarse incluidos en una arquitectura que comulga con algunos postulados que los feminismos sostienen: inclusión, igualdad, sustentabilidad y empatía. Revisando proyectos propios y del estudio, me interesa centrar el análisis en algunos conceptos que puedan resultar aportes 244
en esta tarea de seguir pensando con/entre otres. Me refiero a criterios proyectuales que tienen que ver con: elecciones responsables de los materiales, puesta en valor de las tradiciones constructivas, dotación de espacios semi-cubiertos generosos, criterios de sustentabilidad, incorporación de vegetación en el proyecto, diálogos respetuosos con los entornos e interrelaciones permeables entre espacio privado y espacio público.
Pagina siguiente: Reforma casa Balcarce 1125, Rosario, año 2011, proyecto y dirección de obra Arq. Melina Spinetta, Foto Arq. Salcedo.
Melina Spinetta (CMS)
3-
Algunos proyectos que se exponen a continuación pueden
ser caminos posibles en la construcción de una arquitectura más respetuosa y responsable y en el planeamiento de ciudades más inclusivas de las diferentes realidades. En el proyecto de Casa Balcarce 1125 (IMAGEN Nº1) se reforma una típica construcción de principios del 1900, que había sido vastamente intervenida en el transcurso de los años, no sólo mediante el agregado de ambientes a la estructura original, sino también mediante la superposición de materiales de revestimiento, en un afán desmedido por quererla convertir en lo que no es y que fueron sepultando la construcción original. La intervención realizada consistió en un proceso de “decapado” de todo aquello que la alejaba de lo esencial. En la elección de los materiales y sistemas constructivos, hubo una firme decisión de reforzar la tradición de este tipo de viviendas: construcción de la galería utilizando estructura de tirantillos de madera y la elección de un único material para la resolución de los pisos. Hay un esfuerzo en lograr continuidad con la génesis de la casa, poniendo en evidencia las dos temporalidades del proyecto en la puesta en valor precisamente de un material tradicional como el ladrillo rojo. Siguiendo con el mismo criterio de racionalidad en la elección de los materiales, se delinea el proyecto de viviendas en propiedad horizontal del Edificio SP86 (IMAGEN Nº2). Tanto la planta baja como las fachadas del edificio se resuelven con materiales que no significan altos costos de producción, acarreo y mantenimiento a
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
futuro; y que son el hormigón visto y ladrillos comunes. Se trata de una responsabilidad social el utilizar materiales que resistan el
paso del tiempo, que sean de factura local para evitar costos de fletes innecesarios y familiares para la mano de obra de la zona. Por otro lado, todo edificio aporta a la construcción de la ciudad 246
que habitamos, que en definitiva, conforma el paisaje urbano. Es nuestra responsabilidad como arquitectes que no se convierta en un paisaje degradado y obsoleto en términos estéticos Asimismo nos interesa una actitud de cuidado y respeto de los entornos paisajísticos como es el caso del proyecto de la Casa en San Luis (IMAGEN Nº3). Se ubica en la región cuyana, al pie de los cerros que rodean la ciudad de San Luis. Posee una vegetación
Edificio SP86, Rosario, año 2015, proyecto y dirección de obra CMS
Melina Spinetta (CMS)
típica de la zona semi-árida, que se caracteriza por árboles de pequeña estatura y arbustos. Una decisión que delineó el proyecto fue identificar los sectores libres de árboles para implantación de la casa y al mismo tiempo conservar los grupos de árboles nativos en los patios. La casa aprovecha el desnivel del terreno, de manera que algunos ambientes quedan semi-enterrados pero abiertos a patios, y otros ambientes se ubican en el nivel más alto de la cota del terreno. Nuevamente la decisión de que los materiales utilizados, que son el hormigón visto y la laja San Luis, entablen un diálogo respetuoso con el lugar, que se mimeticen con las texturas del entorno, como formando parte del conjunto y no por contraposición. Asimismo ambos materiales responden Casa en San Luis, año 2016, anteproyecto Arq. Melina Spinetta y Arq. Leonardo Donati, legajo ejecutivo CMS arquitectas, Foto Arq. Salcedo.
adecuadamente a las exigencias de bajo mantenimiento, buen comportamiento en zona de sismos e incluye disminución de costos de acarreo al ser materiales que se consiguen en la zona. En relación a los proyectos de viviendas colectivas, tenemos una preocupación por dotar a los departamentos de la mayor superficie semi-cubierta posible. Es interesante la estrategia adoptada en el edificio SL2401 (IMAGEN Nº4) por su situación excepcional de lote en esquina y de pequeñas dimensiones. Al tener limitada la posibilidad de mayor profundidad de balcones, el criterio fue ocupar casi la totalidad de las dos fachadas con balcones corridos en su sentido longitudinal, que recomponen en altura el ángulo recto de la esquina. El volumen de los balcones se resuelve mediante la utilización del recurso de la trama, de
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
hormigón visto, que no solamente identifica formalmente al edificio sino que además le confiere una imagen con fuerte lectura unitaria. En cuanto a la relación de los edificios con el espacio público de vereda, una pregunta ineludible que nos hacemos es de qué manera podemos aportar no solamente a las cuestiones estéticas, sino también a la cuestión de la seguridad de los espacios públicos. En este sentido, me refiero al proyecto de las plantas bajas de los edificios mediante resoluciones de cierre permeables, recesos o patios delanteros, llenos y vacíos, alturas generosas, buena iluminación, entre otras. En estos proyectos nos interesa un diálogo simbiótico en términos de reciprocidad entre planta baja de los edificios y la vereda, de manera que el proyecto redunde en una mejor habitabilidad, resultando ciudades más amables para las personas. En el caso del edificio SL2401 (IMAGEN Nº5), se recorta en esquina y libera la ochava, generando un espacio de doble altura que otorga escala urbana al ingreso. Especial importancia tiene la 248
Edificio SL2401, Rosario, año 2013, proyecto y dirección de obra CMS arquitectas, Foto Arq. Salcedo.
Melina Spinetta (CMS)
espacialidad de la planta baja, utilizando el recurso de la “planta libre” en estrecha relación con el espacio urbano. La utilización en todo su perímetro de una trama abierta de perfiles metálicos cierra físicamente la planta baja aunque no visualmente, otorgando así continuidad visual entre el interior del edificio y el espacio público. Por último, en el proyecto de edificio RZ1248 (IMAGEN Nº6) que está en construcción, se incorpora un nuevo concepto de barandas que le da identidad a las fachadas y a los palieres abiertos. Se materializan con un espesor para contener macetas con vegetación que cuelgue, que trepe o que invada. La incorporación de vegetación le aporta al edificio un valor agregado, al revalorizar el concepto de “servicios ecosistémicos” en las interrelaciones sustentables edificio-ciudad. Intenta provocar un cambio de paradigma en la consideración de la vegetación como bien común del edificio. Así su mantenimiento pasa a ser responsabilidad del consorcio, con sistemas de recolección de aguas pluviales y sistema de riego por goteo. Para finalizar, me interesa el ejercicio de la profesión en permanente Edificio RZ1248, Rosario, en construcción, proyecto y dirección de obra CMS arquitectas.
revisión ampliando la mirada sensible. Una arquitectura más empática, amigable e inclusiva. Que decida ponerse en el lugar de les otres atendiendo sus necesidades. Que abogue por la sustentabilidad en un mundo cada vez más extractivo de la naturaleza. Esto es algo que debe aspirarse en todos los proyectos y no debe ser un signo de femineidad. Una arquitectura que aspire a un horizonte común para todes con rasgos y criterios universales
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
1- Para contestar esta primer pregunta tenemos que hacer un poco de historia y contar que nosotras dos, nos conocemos desde hace mucho tiempo, desde los tiempos de escuela y adolescencia. Mientras una terminaba la carrera de Arquitectura, la otra ingresaba. Luego cada una comenzó su carrera de manera independiente y formó su estudio de arquitectura en sociedad. Desde siempre nuestros encuentros personales estuvieron entrelazados con la arquitectura; intercambiábamos ideas de cada proyecto nuevo que aparecía y compartíamos el interés de asistir juntas a todas las charlas y eventos de arquitectura que había en la ciudad para profundizar y cuestionar nuestro propio pensamiento sobre la profesión, lo cual muchas veces nos hizo fantasear en participar de algún concurso o mismo en encarar algún proyecto juntas. Las vueltas de la vida hicieron que a finales de 2014 decidiéramos comenzar a emprender un camino de trabajo en común. En ese momento, y con el recorrido que ambas teníamos, nos unió la idea de ser emprendedoras y de autogestionarnos el 250
trabajo. Pensábamos en armar un fideicomiso para hacer un edificio. Por diversos motivos esa idea se fue postergando, pero mientras tanto seguimos trabajando con encargos de clientes, dedicándonos a hacer proyecto y dirección de obra. Desde el inicio de la sociedad tomamos varias decisiones, teniendo en cuenta algunas premisas que acompañaron ese momento de nuestras vidas, como por ejemplo integrar
la
MAITE FERNÁNDEZ Nace en Buenos Aires, Argentina, en 1967. Estudia Arquitectura en la Facultad de Arquitectura de Rosario donde se gradúa en 1992. En 1990 forma parte del equipo organizador del Congreso “La Construcción Del Pensamiento”, Rosario. 1993 a 2014 Titular del Estudio Caballero - Fernández. Ha participado y recibido numerosos premios y distinciones en concursos nacionales e internacionales de Arquitectura. En 2012 recibe el Premio Fundación Konex. Artes Visuales. Arquitectura. 2005 a 2009 Cursa la carrera de Técnica Paisajista, ISET 52 Escuela de Paisajismo, Rosario. 2010 a 2013 Cursa la Carrera de Maestría en Gestión Empresarial, Facultad de Ingeniería, UNR. Desde 2013 a la actualidad, trabaja como voluntaria en la organización, Banquito Solidario Cabin 9, desarrollando proyectos de ayuda social. Desde 2014 a la actualidad, comparte estudio junto a la Arq. Paula Fierro.
Maite Fernandez y Paula Fierro
profesión con nuestra amistad, mantener un equilibrio entre el trabajo y los demás intereses personales de cada una, muchos de los cuales compartimos. Por esto nos pareció una buena opción no tener una estructura fija ni estudio físico, sino trabajar desde nuestras casas o en los bares e incluso, muchas veces, en la obra. La iniciativa de constituir un estudio entre mujeres esta basada PAULA FIERRO: Nace en Rosario, Argentina, en 1962. Estudia Arquitectura en la Facultad de Arquitectura de Rosario donde se gradúa en 1987. 1987 a 1999 trabaja de manera independiente junto a la Arq. Andrea Calderini. 1996 a 1999 realiza el proyecto y dirección de La Granja de la Infancia para la Municipalidad de Rosario. 1999 realiza proyecto de granja educativa para el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En el 2000 desarrolla su práctica profesional independiente Desde 2014 comparte estudio con la Arq. Maite Fernández.
en esta amistad y en las experiencias compartidas de tantos años, en las coincidencias de miradas y criterios sobre la arquitectura que fuimos consolidando con el tiempo y en la empatía necesaria que fuimos creando para trabajar juntas.
2-Crecimos
en un mundo patriarcal y es importantisimo
visibilizar las diferencias que siempre existieron, sobre todo dejar de naturalizar ciertas cuestiones para achicar la brecha de la desigualdad. El trabajo de las mujeres arquitectas está historicamente invisibilizado y silenciado. Eso trae muchas consecuencias, una de ellas es respecto a los clientes y al tipo de encargo que podemos recibir. Por lo general, a las mujeres nos llegan trabajos más chicos, como casas y reformas. Cuando hablamos de obras de mayor escala y por ende mayor inversión, estos encargos quedan en manos de estudios dirigidos por varones. Es algo de lo que no se habla mucho pero que sí se siente, es como si hubiera un techo de cristal para las mujeres. Hay dos situaciones que pasan frecuentemente: mujeres
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
trabajando solas invisibilizadas y mujeres trabajando en sociedad con un varón también relegadas a un segundo plano en las publicaciones, que difunden la labor profesional. En cuanto a nuestros pares, las dos hemos experimentado diferencias respecto a la visibilización de los trabajos, en una revista armada por nuestro propio colegio de arquitectos publicaron el proyecto de la Granja de la infancia sin mencionar su autoría, mientras que en la misma revista, a los colegas varones los mencionaron con nombre y apellido. Esto corrobora que la autoría masculina tiene más preponderancia y notoriedad que la de las mujeres. Otra cuestión refiere a sentir la presión para adoptar una actitud masculina al ejercer la de dirección técnica o quedar fuera de concurso en puestos de dirección técnica por el solo hecho de ser mujer aunque la experiencia y el curriculum fueran equiparables a los de los hombres que se postularon.
3-El
proyecto que seleccionamos - Casas J.J. Paso - se
concretó hace dos años cuando compramos un terreno interno 252
en el barrio de Arroyito río. Lo elegimos porque representa el motivo de nuestra sociedad y una manera de pensar, sentir y hacer en la profesión. Primeramente hicimos una búsqueda intensiva de terrenos en distintos barrios, cercanos al centro de la ciudad, con la idea de construir un edificio. Pensábamos hacer departamentos de 1 dormitorio y/o monoambientes, siguiendo lo que el mercado inmobiliario imponía. Un día de
Maite Fernandez y Paula Fierro
Todos los geometrales y fotos pertenecen a la obra “Casas JJ Paso” Rosario. Autoria: Maite Fernandez y Paula Fierro.
esos, en esas charlas que solemos tener sobre el trabajo, nos preguntamos qué tipo de proyecto realmente queríamos hacer, qué tipo de arquitectura, qué tipo de espacios quisiéramos habitar. Así que nos pusimos en la piel de los que habitarían nuestro emprendimiento ideal y cambiamos de rumbo, de barrio y de tipo de proyecto. Empezamos a buscar terrenos en barrios más alejados del centro, que tuvieran cercanía al rio, con más accesos a espacios verdes, y encontramos el terreno interno que finalmente compramos. Nos interesa trabajar en lotes internos, son atractivos por su silencio y de alguna forma, son los secretos de la manzana, al vislumbrar una puerta y no saber que hay dentro se despiertan sensaciones de intriga e
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Feminismos, Arquitecturas y Territorios
intimidad. Al ser un barrio que no permite mayores alturas, nos garantizamos poder obtener buena entrada de aire y jugar con las luces, elementos que tenemos en cuenta desde las primeras ideas. Allí decidimos hacer dos casas de planta baja y alta, con un planteo en espejo para multiplicar la superficie de los patios potenciando la ventilación e iluminación. Al tener un ingreso de pasillo, y aprovechando que había una enredadera, enamorada del muro, pensamos en tapizar toda la medianera para tener muros verdes. Luego al llegar a la puerta de la casa, se abre el hogar, el mundo interior de quien la habite, ahí decidimos plantear un pequeño jardín de césped cercado por variedad de enredaderas con flores y aromas que explotan en las épocas que ellas saben hacerlo. La planta baja es el área social, con el el living como espacio de encuentro donde una salamandra invita
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Todos los geometrales y fotos pertenecen a la obra “Casas JJ Paso” Rosario. Autoria: Maite Fernandez y Paula Fierro.
Maite Fernandez y Paula Fierro
a la reunión alrededor del fuego, como antaño. La planta alta es la del reposo e intimidad con los dormitorios y el baño. La terraza, al tener una vista más despejada y un entorno de árboles vecinos, será el espacio de los asados y el estar al aire libre. Allí diseñamos un cantero para quien quiera tener su huerta o disfrutar de las plantas que desee. Con la materialidad intentamos ser austeras, elegimos el ladrillo por la nobleza como material y por las bondades de sus condiciones estéticas, térmicas y las de transmitir un sentido de perdurabilidad. Este lenguaje expresivo, lo usamos en los muros y en los pisos exteriores, otorgándole unidad al conjunto y enfatizando la propia textura del material. En estos tiempos más que nunca nos parece apropiado generar una casa que cobije, con un espacio verde y un exterior donde mirar al cielo.
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SOMOS ARQUELARRE Agustina Ortolochipi - Agustina Pérez - Agustina Perrone - Albertina González - Aldana Berardo Aldana Prece - Ana Valderrama - Ana Clara Tarino - Ana Laura Gurmendi - Alejandra Buzaglo - Azul Colletti - Berenice Polenta - Betiana Maggio - Brigida Barroso - Candela Arneri - Candela Mammana - Carla Luppi - Carla Occhipinti - Carolina Mosconi - Carolina Zuttión - Carolina Cardozo - Carolina Roldán - Cecilia Hollidge - Claudia Chiarito - Daiana Bellanti - Dámaris Faundez Escobar - Damiana Merzbacher - Daniela Cattaneo – Delfina González - Diamela Vagnini - Elina Bianchi – Exequiel Junco Fátima Maite Abaca - Faustine Fournol - Florencia Blázquez - Florencia Colussi - Florencia Fernández Méndez - Florencia García Alcaraz - Florencia Grillo - Florencia Panigutti - Florencia Restovich Florencia Valletto - Gabriela Barcia - Gabriela Kaplan - Giorgina Balzaretti - Guadalupe Zupanovich - Jaqueline Ponce Melean - Jimena Cutruneo - Jessica Aguilera - Joaquín Gómez Hernández - Julia Caruso - Juliana Altamira - Julieta Martino - Juliette Arrojo - Julissa Santamaria - Kay Scheiber - Laura Ciarniello - Laura Ersetig - Laura Mestre - Laura Nuccetelli - Lisa Domenecq Cazaux - Loreley Frega - Lucas Fachini - Lucía Acosta - Lucía Fernández - Lucía Sequeira - Lucie Sieurac - Luisina Druetto Maite Fernández - Manuela Ñiquen Liza - María Alejandra Ruiz - María Candelaria Casabona - María Cecilia Fernández - María Emilia Ambroa - María Emilia Barontini - María José Saccani - María Sol Depetris - María Silvia Cortopassi - María Teresa Moneta - María Victoria Barrale - Mariana Palacio 256
Marina Aloe - Melina Spinetta - Melisa Salaberry - Micaela Troiano - Mirta Benedetto - Nadia Jacob - Nannette Favot - Nicolás Frutos - Olivia Bayo - Paula Barra – Paula Cintioni - Paula Dellacasa - Paula Fierro - Renata Berta - Rocio Petitti - Romina Seri - Samanta Nicolás - Sara Nakatsuka - Sofía Estévez - Sofía Fontana - Sofía Gariboglio - Sofía Gatti - Sofía Troncoso - Sofía Vicente - Sol Galeano - Soledad Méndez - Valentina Noguera - Valentina Pillón - Vanesa Heisterborg - Verónica López Tessore - Víctor Destouches - Victoria Funes - Victoria Sánchez - Victoria Reybet - Ximena Nobile -