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2c CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD Edita:
Coop. Ind. de Trabajo Asociado "Grupo 2 C S . C . I . Registrada en el R.O. del M.° de Trabajo el 20-1-1976 con el núm. 21.369 Redacción, administración y distribución: Sants, 386-388, bajos Barcelona, 28 Equipo de redacción: Salvador Tarrago Cid director Carlos Martí Arís sub-director Antonio Armesto Aira Yago Bonet Correa Juan Francisco Chico Contijoch Antonio FerrerVega Xavier Monteys Roig Santiago Padres Creixell Juan Carlos Theilacker Pons Santiago Vela Pares
EDITORIAL En el Centre Excursionista de Catalunya se guarda un archivo fotográfico con más de 60.000 fotografías la mayoría de las cuales tienen casi una antigüedad de 100 años. Otra de las secciones de dicho centro, el "Estudi de la Masía Catalana", guarda asimismo, más de 8.000 fotografías de masías y casas rurales catalanas. Mirando los álbumes de estas fotografías se aprecia tal belleza en sus paisajes, tanta dignidad en su arquitectura como humanidad de sus habitantes, que no hubiéramos dudado en elegirá Catalunya como país de nacimiento en el supuesto de que existiera la libertad de elección. En cambio, si tal elección ideal tuviéramos que realizarla hoy, tendríamos serias dudas de poder responder afirmativamente, dada la destrucción, cuando no el abandono de nuestros campos, la miseria de la arquitectura actual y la despersonalización de nuestros conciudadanos. Cabría posiblemente hacer el mismo reparo para muchas áreas industrializadas de Europa, pero nosotros nos lamentamos de la nuestra. Las ruinas de la masía del Hospitalet del Llobregat al lado de la autovía de Castelldefels, la situada en el mismo río a la altura de la desembocadura de la riera de Rubí, rodeada por viaductos de autopista por todas partes o la edulcorada reutilización de la masía del Club de Fútbol Barcelona en medio de hoteles de lujo y edificios de oficinas, son entre otros los testimonios dramáticos de la conflictividad de nuestro presente. Nuestro interés por las masías no arranca de una posición romántica por el pasado, sino por el contrario, de la tragedia del presente por la pérdida de nuestra identidad. Una de las principales razones de este interés proviene de la clara visión de Yago Bonet que, a través de sus obras, nos ha ido mostrando el carácter recuperable e instrumentalizable de la masía como
tipo arquitectónico. Nuestros amigos de Girona i Banyoles, Jeroni Moner, Arcadi Pía i Josep Riera, venían trabajando en el tema de la masía desde hacía varios años. Al tener conocimiento de sus estudios, les ofrecimos la posibilidad de hacerlos públicos a través de un número de 2c CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD. La presente publicación, surgida de un laborioso proceso de discusión con el equipo redactor de esta revista, resume el estado actual de la investigación de sus autores. En el intento de recuperar la rica tradición iniciada por Josep Danés y el grupo de colaboradores anónimos que en los años 20-30 emprendieron el "Estudi de la Masía Catalana", esta revista, además de la publicación del presente trabajo y de su posible edición en catalán, está interesada en la convocatoria de un Coloquio sobre la Masía Catalana que permita la reunión de los diversos estudiosos sobre el tema en todas sus facetas, como son, junto a la dimensión arquitectónica, los aspectos jurídicos, geográficos, económicos y sociales, folklóricos, antropológicos, etc. En colaboración con el mencionado "Estudi de la Masía Catalana" del "Centre Excursionista de Catalunya", se están realizando las gestiones oportunas para la organización de dicho coloquio.
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Arizala, 18 s.ático Tel.334 69 00 Barcelona - 28 Imprime: Romargraf, S. A. Juventud, 55-57 Hospitalet de Ll. (Barcelona)
Depósito Legal: B. 6.039 - 1975.
Se prohibe la reproducción total o parcial de textos o gráficos sin previa autorización de "2c Construcción de la Ciudad".
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CUANDO SE CONTEMPLA EL CAMPO CATALÁN... En la planta alta, la nave central ó sala sirve
de distribuidor a los diversos cuartos ó dormitorios y se convierte en la pieza representativa de la casa. A veces aparece un tercer nivel donde están las golfes o badíus. Es decir, desván, buhardillas ó secaderos, que en algunas variantes morfológicas, tienen un volumen e identidad formal propios. El lenguaje formal se adapta a las épocas de su construcción, sin alterar los elementos esenciales que permanecen invariantes a través del tiempo a partir del momento histórico en que cristalizó en una tipología definida. Los subtipos derivados de su aspecto morfológico y de ciertos elementos que se adaptan a microclimas y al tipo de cultivo u economía agropecuaria, llevó a formular al arquitecto Josep Danés i Torras', uno de los más profundos conocedores del tema, una tabla tipológica completa. La investigación que se presenta en este número retoma los estudios de Danés y, basándose en los recientes avances teóricos sobre el tema, plantea el estudio tipológico de la masía entendiendo la tipología como estructura profunda de la forma. La estructura del paisaje a que nos hemos referido, la cual había cristalizado a través de las generaciones pasadas, está en la actualidad en trance de romperse definitivamente. Es el final de una cultura antropológica milenaria y de un modo particular de entender el espacio y de poseerlo. Las "urbanizaciones" especulativas, tan abundantes hoy día en Catalunya, deshacen las montañas, borrando poco a poco la identidad territorial del país. En las "urbanizaciones", la implantación del chalet es arbitraria. Las relaciones que ligan la casa al territorio son de orden extra-arquitectónico: distancias mínimas a las divisorias de propiedad, a la línea de fachada, tamaño mínimo de las parcelas, etc.. Este tipo de ordenanzas no tienen valor cualitativamente intrínseco a la proyectación arquitectónica; tan solo son unos parámetros derivados de una división parcelaria en función de una especulación máxima del terreno. Carecen de la esencia estructural de una implantación (territorio-orientación-tipología). No construyen el paisaje sino que lo destrozan. A pesar de ello, la estructura lógica que conforman las masías en el territorio emerge todavía como poderosa memoria de una arcadia edificada que un día fue única e indiscutible. Y lo mismo ocurre a escala arquitectónica, donde la esencia de las masías, esa rotundidad formal con su trilogía de espacios, sus proporciones
y su volumetría, están ahí, como testigos mudos esperando algunos ojos que las sepan "ver", como enseñaba el maestro Le Corbusier. Todas estas cualidades arquitectónicas son la clave de su actual reutilización a la luz de una nueva conciencia arquitectónica. De este modo, traspasando la barrera de la recuperación folklórica, algunos arquitectos de la nueva generación, desde hace algunos años, ven en la masía una de las fuentes de estímulo para reafirmar una cierta identidad proyectual que ligue la teoría general de la arquitectura a nuestro propio territorio y que permita retejer esa trama física edificatoria estableciendo una dialéctica entre nuestra cultura antropológica y la investigación arquitectónica. En resumen, para muchos de nosotros, en algún momento determinado, esta experiencia de reflexión ha sido básica y nos ha permitido superar el trauma de ciertas modas estilísticas de importación, abriendo nuevos caminos de expresión propia. Porque en definitiva para hacer arquitectura, hay que saber "ver", lo cual implica también una manera de pensar, ya sean masías, palacios florentinos ó edificios industriales, reconociendo nuestra propia identidad como una totalidad arquitectónica concreta.
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Cuando se contempla el campo catalán se advierte que las masías forman una especie de red que estructura el paisaje. La patria artificial del hombre se superpone al medio natural de un modo preponderante y definido y, al mismo tiempo, siguiendo la tradición del mundo clásico mediterráneo, establece una dialéctica, según la cual el edificio emerge claramente y muestra su contenido arquitectónico y su geometría rotunda. La ¡dea romántica de la integración de los objetos creados por el hombre con la naturaleza, aquí no existe. La simbiosis de las construcciones con el paisaje no se realiza a través de mecanismos miméticos, sino a través de una vía intelectual que concibe el espacio rural como algo estructurado y acotado, siguiendo la herencia del mundo greco-latino. La visión de la campiña catalana corresponde a la ¡dea clásica que permanece a través de todos los tiempos. Es la misma visión de la pintura de Vicenzo Bonomini, de Friedrich Overbeck, de Franz Pforr ó de tantos otros pintores neoclásicos, que en Catalunya reaparece durante el "noucentisme". La arquitectura corona la naturaleza y la eleva a la categoría de espacio conquistado por la razón. La masía está implantada en el paisaje de una forma determinada, es decir, domina visualmente un territorio y al mismo tiempo está "arraserada", como se dice en catalán, esto es, en una posición protegida y orientada. Esta orientación es predominantemente al mediodía y su lugar de implantación tiene unas características microclimáticas de bonanza superiores a otras áreas próximas, porque su "locus" ha sido escogido con amoroso cuidado y observación paciente, lo cual constituye una referencia muy precisa de puntos análogos en el paisaje, cuyas características geomorfológicas y climáticas son las más propicias al desarrollo de un asentamiento armónico. La orientación Sur hace que en su mayoría las fachadas vistas en su conjunto queden escenográficamente acopladas a unos telones visuales sucesivos del territorio, constituyendo un elemento de referencia formal-espacial muy importante que estructura el paisaje. La masía está definida básicamente por una tipología organizada por tres espacios ó crujías entre cuatro muros de carga paralelos que soportan las "tramadas" de 4 a 6 m. siguiendo las leyes de la estricta economía constructiva. Todo el proceso constructivo es un sistema simple y lógico que tiende a conseguir un espacio contenedor que englobe sistemáticamente las diversas funciones. Las tres crujías en planta baja suelen albergar el portalón o zaguán en el centro y la cocina, los establos y la bodega en los laterales.
Yago Bonet Correa 7
PRESENTACIÓN a lo largo y ancho de todo el Principat, reuniendo datos de todo tipo, principalmente fotográficos. Precisamente en los archivos del citado Centre d'Estudis Comarcáis de Banyoles, se hallaban algunos dibujos y fotografías de masíes, recogidos en 1927 para el "Estudi de la Masía Catalana", lo que constituyó una primera base para reemprender el trabajo interrumpido. La Asamblea General de la entidad, en el mes de Febrero de 1973, constituyó el reconocimiento oficial del nuevo estudio ya iniciado por Moner y Riera. Estos plantearon una propuesta acompañada de una exposición en la cual se mostraba un avance del nuevo enfoque del tema. La propuesta expuesta, trataba no sólo de la continuación de un inventario de las masíes de la comarca, sino también un replanteo de la metodología seguida hasta entonces en el estudio de su arquitectura. Por otra parte, el área territorial escogida -conocida hoy por Baixa Garrotxa- ofrecía características de gran interés para el inicio de un trabajo piloto, ya que a su reducida extensión y a su carácter antropo-cultural bien definido, se añadía una arquitectura rural con rasgos morfológicos inicialmente poco comprensibles y claramente diferenciados respecto a los de las áreas vecinas de La Garrotxa, Girones y L'Empordá. El estudio tenía por objeto el análisis de la masía desde su condición tipológica, lo que comportaría una primera descripción analítica a partir del levantamiento planimétrico con todo el repertorio morfológico, y un progresivo ajuste al sistema tipológico planteado como hipótesis. Para ello, y con el objeto de sistematizar la toma de datos, se planteaba una ficha de base, también relacionada con la hipótesis de partida, de fácil cumplimiento y limitando el planimétrico a la mínima expresión. La comprobación de
sus deficiencias, tanto en la comarca objeto del estudio, como en una muestra de otras zonas con morfologías diferenciadas, podrían permitir una ficha única para toda el área de implantación de la masía. De esta manera, los numerosos trabajos existentes, o en fase de realización, iniciados por particulares, grupos o entidades, podrían ser sistematizados y constituir un fondo unificado, consultable para todo tipo de estudios posteriores. Sin embargo la falta de ayudas, y sobretodo, de financiación, hicieron avanzar el estudio con una lentitud exasperante: ni las peticiones a entidades públicas o privadas, ni el intento fustrado de colaboración con el Colegio de Arquitectos permitieron mejorar las condiciones de trabajo, reducidas a una paciente recogida de datos, con escasos medios. La incorporación de Arcadi Pía al equipo, y también cierto interés mostrado por algunos estudiantes de arquitectura, mejoraron desde 1976 las perspectivas del grupo, acelerándose la recogida de datos. La experiencia anterior había demostrado además la necesidad de un análisis más profundo, a todos los niveles, de los factores incidentes en cada caso. Todo ello, ha conducido a adoptar una actitud dialéctica, con la cual, por una parte, se estudian sistemáticamente los aspectos culturales, verificando hipótesis o contrastando teorías, y por la otra, se plantean los trabajos de campo de forma exhaustiva, relatando la realidad objetiva, sin hipótesis preconcebidas. Por otra parte, paralelamente a este trabajo, el continuado contacto con las interpretaciones de la arquitectura de la masía, y las intervenciones que sobre ella se han realizado a lo largo de la historia, han supuesto una seria meditación en el propio menester profesional, a la hora de plantear el proyecto de la vivienda aislada. Ello unido a la atracción que las
vanguardias arquitectónicas, han sentido siempre por las arquitecturas vernaculares, ha motivado más, si cabe, el análisis de la masía desde la condición tipológica que manifiesta su estructura. El interés que creemos que puede tener la exposición, forzosamente parcial, del material recogido, junto al planteamiento de las intenciones del estudio, la situación actual de sus hipótesis de partida, y las primeras conclusiones establecidas, han originado los textos que siguen. En el fondo constituyen una reflexión, sobre lo que han representado estos años de trabajo en torno al tema de la masía, sin más pretensiones que las de ofrecer una modesta colaboración al análisis de una de las más significativas y complejas arquitecturas rurales de nuestro país. Para ello, y con el fin de mostrar una visión más amplia y global del tema, se ha procurado no solo sobrepasar los límites de la comarca estudiada inicialmente, sino también ampliar el material gráfico con muestras, generalmente inéditas, del fondo del "Estudi de la Masía Catalana" del Centre Excursionista de Catalunya y del trabajo privado de Lluis Bonet i Garí.
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La somera compilación de notas y artículos que componen este número monográfico de 2c CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD, así como la mayor parte! de su material gráfico, corresponde a un estudio sobre la arquitectura de la masía, iniciado en 1972 por Jeroni Moner i Josep Riera, dentro de las actividades del Centre d'Estudis Comarcáis de Banyoles. Hasta entonces -y la situación no ha variado sustancialmente- el trabajo más interesante de entre todos los realizados sobre el tema, era el que había dirigido el arquitecto Josep Danés i Torras, bajo el mecenazgo del procer D. Rafael Patxot. Se inició en 1923, con el título de "Estudi de la Masía Catalana" (Fundació Concepció Rabell) y fue encomendado al Centre Excursionista de Catalunya. Realizado en un momento de exaltación nacionalista, que se refleja en un gran interés por la arquitectura propia, era ambicioso por su amplitud y carácter pluridisciplinar. Pese a quedar truncado violentamente por la guerra civil española, el material recogido permitió a Danés avanzar una cierta lectura tipológica de los planimétricos levantados, así como investigar sobre la posible evolución de la masía, que le condujo a lo que él denomina su "estructura clásica". Es decir, lo que hoy podríamos definir como la evolución del tipo, o incluso, su proceso de creación. Este número monográfico dedicado a la masía representa, de alguna manera, una muestra de reconocimiento a Josep Danés i Torras, el cual, con la publicación de sus trabajos y conferencias nos ha dejado un material inestimable, todavía no superado, y de obligada referencia. Los principales colaboradores de Danés fueron, el también arquitecto Lluis Bonet i Garí y el ingeniero Antoni Gallardo i Garriga, así como numerosos aficionados, excursionistas y arquitectos que formaban una red
COLABORACIONES Y AGRADECIMIENTOS ARCADI PLA i MASMIQUEL — Nace en Girona el 23 de Septiembre de 1945. — Inicia estudios de arquitectura en la Universidad de Navarra en 1964, finalizándolos en 1969, año en el que revalida el título en la E.T.S.A. de Barcelona. — Desde 1970 trabajo en su estudio profesional en la ciudad de Girona. — Colabora con Jeroni Moner en varias intervenciones sobre edificios históricos. — Profesor de la E.T.S.A. de Barcelona en las asignaturas de Proyectos III en los cursos 78-79 y 79-80 y de Proyectos IV en el 80-81. — Participa en la Universitat Catalana d'Estiu de Vic en el año 1976 con una ponencia sobre la masía.
ABREVIACIONES: LI.B.G. — Lluis Bonet ¡ Garí M.P.R. — Jeroni Moner, Arcadi Pía i Josep Riera C.E.C. - Material del fondo del "Estudi de la Masía Catalana' del "CEC" Ll.P. - Lluis Pau
FOTOGRAFÍAS: A.M. — Arxiu Mas C.E.C. - Material del fondo del "Estudi de la Masía Catalana" del "CEC" M.P.R. — Fotos realizadas por María Geli de F-8, y otros (Butinyá, Jordi Crous, Xavier Geli, Lluis Pau i Arcadi Pía).
JOSEP RIERA i MICALO — Nace en Banyoles el 25 de Agosto de 1950. — Inicia estudios de arquitectura en la E.T.S.A. de Barcelona en el año 1969, finalizándolos en 1976. — Desde 1971, hasta la finalización de la carrera, trabaja alternativamente en los estudios de Yago Bonet y Jeroni Moner, iniciando con este último una continuada colaboración en los primeros trabajos sobre la masía y diversas intervenciones en edificios históricos. — Abre despacho profesional en Girona i Banyoles, formando equipo con Jordi Crous i Jaume Grabuleda. — Participa como profesor en la Universitat Catalana d'Estiu de Prada en los años 1975 i 1978, y en Vic el 1976, con temas relacionados con la masía.
Los trabajos de laboratorio han sido realizados mayoritariamente por F-8, y por Actiní.
Ha resultado de gran valía la colaboración de los propietarios, señores: Antón María Anzizu, de Barcelona; Amatller, de Banyoles; Manuel Feliu Cendra, d'Anglés; Corretger, d'Aiguaviva; Josep i Joan Fort, de St Miquel de Campmajor; Joan Geli, de Sta Llogaia de Terri; Ibañez. Joan Sunyer i Manuel Nadal, de Girona; Vaireda, de can Noguer de S'Agaró; Pepe Comas de Banyoles; Josep Muría, d'Olot; Josep M. Illa Claparols y Vicens Illa Coromina, de Serinyá. Han colaborado en los levantamientos: Xicu Bosch, Antoni Bramón, Miquel Duran, Amadeo Fabra, Lluis Galiá, Xavier Geli, Esteva Palmada, Josep Portella, Jordi Planella, F. Prats, Joan Antoni Rodeja, Albert Tort, Joan Vilá i Quim Vilardell. Los autores agradecen la colaboración de: Lluis Bonet i Garí, arquitecto; Marta Danés i Font, hija de Josep Danés i Torras; de Srs. Vicens Cuso i Casáis, Ramón Pujol ¡ Alsina y Josep Llaudó i Majoral, de la sección del "Estudi de la Masía Catalana" del "Centre Excursionista de Catalunya", así como a los compañeros arquitectos Jordi Crous i Peraferrer, Jaume Grabuleda i Prim, Asunción Puig i Hors i Joan Riera i Vidal.
NOTA: Los textos de esta monografía han sido traducidos del catalán.
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JERONI MONER I CODINA — Nace en Barcelona el 30 de noviembre de 1940. — Inicia los estudios de arquitectura en la E.T.S.A. de Barcelona en 1957, finalizándolos en 1967. — Abre despacho profesional formando equipo con Albert Illescas y Gabriel Mora, con quienes realiza diversas obras en Barcelona y en Banyoles hasta 1970. — Fija su residencia en Banyoles, donde desde 1971 ejerce profesionalmente. — Colabora con Arcad i Pía en diversas intervenciones en edificios históricos. — Profesor en la E.T.S.A. de Barcelona en las asignaturas de Proyectos IV en 1971, de Elementos de Composición desde 1972 hasta 1978, de Proyectos V desde 1978 a 1980 y de Arquitectura del Paisaje desde 1978 a 1981. — Profesor invitado en la Universitat Catalana d'Estiu de Prades en el año 1975 y en Vic en el año 1976, con los temas "Arquitectura i Kitch" i "L'Arquitectura de la masía" respectivamente.
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propiedad de
DOH JOSÉ NORAT MA.SSANET DE LA SELVA
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Plano del Mas Ballester en Massanet de la Selva. Foto MPR. El conjunto formado por los diferentes elementos del mas (casa, era, pallissa, cuadras, huerto, cultivo, bosques, e t c . ) , constituyen la unidad agrícola base de la ocupación del territorio en Catalunya.
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(.A-,
EN TORNO A LA MASÍA del positivismo determinista (6), como las que aceptan condiciones o tipos diferentes de masía según sea el estatus social de sus habitantes (7). Naturalmente que, la situación precisa de la arquitectura de la masía, nos viene dificultada por la propia ambigüedad y falta de coincidencia en la interpretación de términos tales como "primitivo", "popular", "vernáculo" "culto", "histórico", "anónimo", "de autor", etc. con los cuales se adjetiva a determinadas arquitecturas. Lo que parece claro es que el término de "arquitectura popular" no puede englobar todo el abanico de producción arquitectónica que a menudo se pretende. En éste sentido, los criterios que tienen más interés son los que analizan la cuestión desde la etno-historia, es decir, a partir del tipo de sociedad que produce determinadas arquitecturas, más que desde los resultados constructivos o formales, vinculados directamente al medio que les obliga. Otro parámetro, que debe añadirse a la interpretación de la arquitectura es el que concierne a los diferentes niveles de conocimientos especializados, y al grado de participación del usuario con respecto a la construcción. Muchos autores incluyen dentro del término "popular", a las arquitecturas que parecen contener una respuesta pretendidamente inmediata a los determinismos geográficos y, en menor grado, a los económicos y sociales. Otros, refieren lo popular a los aspectos de anonimato de sus autores, a la falta de pretensiones estilísticas, o a la ausencia de elementos superfluos o lujosos (8). El espectro que abarca la arquitectura "popular", estaría mejor situado en una área de contacto entre las culturas más documentadas históricamente y aquellas en las cuales sólo existen los testimonios externos y la tradición oral. Todo ello, en conjunto, sin unos límites demasiado estrictos (9). Sería posible así definir una "arquitectura primitiva", como la propia de sociedades preestatales con poco nivel de desarrollo técnico, y que conservan un alto grado de independencia política y económica con respecto a las otras sociedades con las cuales están en contacto. Estos grupos son poco especializados, si hacemos excepción de la edad, sexo y conocimientos religiosos. Su actividad constructiva tiende hacia un modelo o modelos anteriormente "inventados", los cuales deben imitarse fielmente y para siempre. Estas formas son consideradas indiscutibles y no tienen, por lo tanto, variación en el tiempo. La construcción es llevada a cabo por todos.
según los procedimientos y sistemas invariables transmitidos por la tradición (10). A partir de otro grado de especialización y participación del usuario en la actividad constructiva, en territorios vinculados a una área político-económica determinada, podríamos definir una "arquitectura vernácula" (11). Esta se produce a través de una tipología edilica que acepta tanto variantes evolutivas, como influencias de lenguajes espaciales y formales propios de aquellas áreas de poder. En ellas, el tipo construido, que es conocido por todos, (12) se realiza mediante la pericia de personas especializadas, con la ayuda del usuario. Se trabaja básicamente sobre el emplazamiento y la orientación, aceptándose una estructura y unos sistemas constructivos estables; se nota por el contrario la ausencia de pretensiones teóricas y decorativas, puesto que los tipos utilizados contienen unos valores mítico-simbólicos y formales propios. Las condiciones y características que se dan en la masía, nos permiten incluirla dentro del espectro de las arquitecturas "vernáculas". No obstante, una vez delimitada el área de actividades espaciales de las arquitecturas primitivas, quedaría menos clara una línea divisoria entre la arquitectura "vernácula" y la llamada "popular". En ambas, las formas más abiertas y la capacidad de agregación y adaptación a los microclimas dentro de un mismo territorio, las diferencian de las "primitivas". Pero, en las "populares", existe un cierto predominio del uso y la construcción, sobre el acto de creación formal y las influencias del estamento dominante son asumidas, inconscientemente, por pura mimesis, y más o menos deformadas. En cambio, en la arquitectura "vernácula" (pre-industrial), el uso y la construcción quedan en segundo término y el ascendente de la "cultura estatal" es más fuerte y conscientemente asumido. A la arquitectura "vernácula", hay que reconocerle una tipología referida al conjunto que forman la explotación agrícola de un territorio, la forma de asentamiento y los tipos constructivos, que evolucionan, o no, conjuntamente. En la "popular", las tipologías, dentro de una misma área, se refieren más a los sistemas exclusivamente constructivos y de uso, así como a los detalles tecnológicos y simbólicos, por lo cual, sus derivaciones son menos documentables y menos relacionables históricamente. Concluyendo, podríamos decir, pues, que las arquitecturas "primitivas" trabajan sobre
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El término más (1), hace referencia a una estructura agraria, mixta y autosuficiente que se desarrolla al sur de los Pirineos Orientales entre los siglos VIII y IX y que, evolucionada y consolidada, se prolonga hasta nuestros días. Representa, por lo tanto, una forma de ocupación y transformación de las tierras en las que se establece la primera ola de la reconquista llevada a cabo por los francos, organizando de manera perdurable el territorio. El más es un conjunto de actividades espaciales, íntimamente relacionadas entre ellas, que constituyen una unidad en la cual son inseparables los diferentes elementos que la componen: las tierras (cultivos, huertas...); el sistema social (referido generalmente a una familia); y las construcciones, los espacios abiertos, el ganado, etc. (2). El epicentro del conjunto es el espacio físicamente construido que se ha dado en llamar la masía, un término más literario que popular, introducido tardíamente, y que se refiere a la construcción principal habitada (3). La condición rural de su arquitectura, la ha excluido sistemáticamente de la historiografía arquitectónica, más inclinada a apoyarse en los "monumentos", que en las formas pretendidamente más modestas de la habitación humana. En cambio es frecuente encontrar referencias al mas o a la masía, en publicaciones sobre las llamadas "arquitecturas populares". Estas son, últimamente, muy numerosas, gracias al éxito de las ediciones de "libros de regalo", basados en la gran profusión de material fotográfico de impecable factura. Esta última y continuada inclinación de estudiosos y críticos, deriva de la neutralidad formal de la arquitectura de la masía consecuencia de su "carácter tipológico", lo cual ha permitido que nuevos elementos constructivos, decorativos y las ampliaciones sucesivas se integren con facilidad en su estructura. Pero este "carácter tipológico" también la hace permeable a los lenguajes arquitectónicos históricamente codificados, con lo cual los elementos de procedencia más directamente ligada al poder o a la Gran Tradición (4), se incluyen perfectamente en su arquitectura y le confieren una imagen más culta (5). Esta aparente contradicción, que se hace evidente en diferentes publicaciones sobre el mas y la masía, proviene de la ausencia del análisis tipológico, como forma de conocimiento científico de la arquitectura rural. Partiendo de esta consideración, quedarían en entredicho, tanto las opiniones procedentes
2. Cal Miquel Cardona. Sant Joan Despí. Foto CEC. 3. Mas Campanar. Santa María del Coreó. Plana de Vic. Foto CEC.
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"modelos", mientras que las "vernáculas" lo hacen sobre un esquema tipológico estructural (en el sentido de un sistema de relaciones); y las "populares" podrían ser analizadas desde tipologías específicas. En el "modelo", todo está determinado, es un objeto que debe repetirse tal cual es (13); mientras que el " t i p o " no ha sido formulado a priori, sino que su formación requiere "la previa existencia de edificios con evidentes analogías formales y funcionales"... que ya existen..." en una determinada condición histórica de la cultura, como respuesta a un conjunto de exigencias ideológicas" (14). Por otra parte, el proceso de formación de una tipología, viene también guiado por una determinada finalidad estética y/o de significado simbólico; es decir, más por su configuración que por su relación con las funciones prácticas de los edificios. Un proceso como éste, requiere unas condicones impulsoras de carácter histórico, que lo favorezcan y que originen la necesidad de una nueva determinación formal. Estas condiciones se dan en la creación y evolución del mas en la "Catalunya Vella", entre los siglos IX y X V I , gracias a un sistema de colonización, y a la evolución y consolidación que le siguen. En su fase de implantación, el espacio construido del mas no puede considerarse como "primitivo", en los sentidos ya mencionados, debido sobre todo a la falta de un modelo único de referencia y también a la de un sentimiento y procedencia social únicos. En la fase en la cual ya se ha consolidado el tipo, tampoco podemos incluirlo en el grupo más amplio y ambiguo de las arquitecturas "populares", puesto que las innovaciones conscientes hacia el tipo y los cambios relacionados con la propiedad de la tierra y con los usuarios lo alejan mucho de éste concepto. Sólo el aspecto estructural dado al término "vernacular", satisface plenamente el sentido de todas las actividades espaciales que queremos contemplar en el concepto definidor del más. Se hace, pues, necesario aceptar el papel fundamental del estudio tipológico en cualquier trabajo o análisis sobre la masía, entendiendo aquí la tipología como "una estructura profunda que organiza el resultado arquitectónico y que consiste esencialmente en una clasificación tal, que sabe reducir la multiforme y siempre diversa realidad fenoménica, a un inventario posiblemente finito y lógico, históricamente concreto, de rasgos distintivos mínimos" (15). Las consecuencias de esta nueva visión, se evidencian en el planteo de las hipótesis de
salida del estudio que actualmente se está desarrollando. Este propone la investigación del tipo como invariante morfológica, mediante el análisis del levantamiento planimétrico de las masies de una área determinada. Naturalmente, el conocimiento del tipo es restrictivo y explica, sobre todo, lo que se ha llamado "construcción lógica de la arquitectura". Será necesario, pues, que otros conocimientos menos específicos que los que la integran, le otorguen una dimensión culturalmente globalizadora que defina la relación entre el tipo como hecho estructural, organizativo, y el uso factual y cultural de la arquitectura a lo largo de su proceso histórico. De aquí que sea necesario incluir en cualquier porpuesta de ficha de base, los datos que permitan posteriormente la intervención de disciplinas tales como la geografía, la etnología, la economía, la sociología, etc.. Entendemos por lo tanto, que solamente con un trabajo exhaustivo de estas características, y con estos criterios, será posible llegar a conclusiones válidas y definitivas, que marquen una clara delimitación entre la investigación científica y las visiones superficiales a las que estamos acostumbrados.
NOTAS (1) La palabra mas aparece bastante tarde, hacia el siglo XI, para indicar una casa con una porción de tierra, intimamente relacionadas; en este mismo sentido se ha ido utilizando hasta hoy en di'a. Antes de este hecho, se habla de "casa", "villa", "tuguri", "cabana" y "borda" con diferentes sentidos, y sobre todo, gradaciones respecto a! mas. También son utilizados sinónimamente los términos: "mansum", "domun", "hospitium" o "alberch". Para la ampliación de conocimientos sobre el tema, se recomienda la consulta de la bibliografía ofrecida al final del número; y especialmente "La casa catalana" de A. Griera. (2) Según Vilá i Valentí (El món rural a Catalunya), se trata de "una explotación agrosilvoganadera, llevada a cabo por una familia, dentro del marco de una propiedad única y continua en el espacio".
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(3) Según Danés ¡ Torras, "una casa de payés de cierta categoría, desde varios puntos de mira: como predio, como explotación agrícola, como "pairalia" y como casa "material". Generalmente, se refiere al edificio construido dentro de una propiedad, pero que adopta diferentes significados, según los lugares. Aquí' será 4. Casa señorial. El Maresme. Foto MPR. 5. Mas Ciurana. Riudellots de la Selva. Foto MPR.
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utilizado para señalar la arquitectura o parte construida del "mas". (4) Según los términos utilizados por I. Terrades en "Antropología del campesino catalán", sobre la interpretación desde determinadas culturas. (5) Nos referimos a la imagen que le confiere la introducción de los estilos arquitectónicos, en relación a los cambios de estatus social del usuario. (6) Este querría demostrar cómo se relacionan directamente los tipos constructivos con el clima, los recursos, las especializaciones de producción, etc. Pero la Arquitectura se diferencia y desarrolla precisamente como instrumento de la vida social, a pesar de las limitaciones ambientales y, no tanto, a partir de ellas. (7) C. Flores en "Arquitectura popular española", pretende la existencia de "Masías populares", y de otras que pertenecen al campo de la arquitectura culta: "algunas de éstas construcciones no siempre pertenecen al campo, de lo popular..." (8) Torres Balbás, en su publicación sobre "Arquitectura popular española", considera que la característica esencial de ésta es la permanencia de formas, independientes de las modas o estilos, que son por esencia lujos, y por lo tanto, extraños a la pobreza de la cual participa. (9) Según E. Guidoni, sería el resultado de la sumisión a áreas político-económicas de una población determinada, con la pérdida de los caracteres primitivos que le eran propios. Se refiere ya a sociedades estatales y entendiendo que los modos de producir la arquitectura dependen de las relaciones de producción. Desde este punto de vista considera que la arquitectura popular es la propia de los estratos sociales bajos en el interior de un sistema muy estratificado. A. Rappoport establece una clara diferenciación entre la tradición "folk" y la del diseño, o sea, entre la popular y la clásica, en relación con la arqutiectura del poder, por un lado, y de la mayoría, por el otro. {Vivienda y Cultura).
(13) Quatermére de Quincy. (14) Giulio Cario Argan: "El Concepte de Tipología A rqu itec ton ica ". (15) Aldo Rossi, Eraldo Consolascio i Max Bosshard La Arquitectura del Ticino. En el libro " I Seminario Internacional de Arquitectura en Compostela", Santiago, 1976. 6. Arquitectura popular: Cabana de El Farro. Valí de Bianya. Foto MPR. 7. Arquitectura popular: Casa en Calatañazor (Soria). "Panorama Actual de la Arquitectura Popular". Luis Feduchi, Revista Arquitectura 192.
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(10) Los "igloos", las cabanas africanas, las "pallozas", etc. (11) A. Rapporport (op. cit.) especifica más el término, llamándola "vernácula-preindustrial", con lo cual se • limita a culturas en las que el modo de producción se desarrolla con técnicas anteriores a la revolución industrial. (12) Joan Amades en "La casa Catalana", explica la tradición recogida en determinados pueblos de Catalunya, según la cual antes de construir la casa, el propietario marca con un surco hecho con el arado, el perímetro de la casa; levantando aquel en el trozo destinado a la puerta. De no hacerlo así se consideraría inevitable alguna desgracia en la construcción. Esto explica el previo conocimiento que tiene el campesino de la forma de la casa; y que sólo es variable en lo que hace referencia a la situación dentro del predio, a la orientación y al tamaño que depende de las posibilidades económicas, y que deciden conjuntamente, él y el maestro de casas.
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8. Arquitectura primitiva: Cabana Africana, "Shelter", Shelter Publications. California 1973. 9. Arquitectura primitiva: Cabana en La Selva. Santa Coloma de Farners. Dibujo MPR.
10. Arquitectura Vernรกcula: Casa Corridoio. Ticino. "La Construzione del Territorio nel Cantรณn Ticino". Rossi, Consolazio, Boshard 1979. 11. Arquitectura Vernรกcula: Can Gruart. Cassรก de la Selva. Dibujo MPR.
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1. Mas El Puig, Sant Salvador de Bianya. Foto MPR. Lejos de responder a una voluntad de integraci贸n, la mas铆a emerge entre el paisaje como un objeto.
LA EVOLUCIÓN DEL MAS UN LARGO PROCESO HACIA LA CREACIÓN DE UN TIPO Al hablar sobre el origen del mas, y concretamente de su estructura arquitectónica, es inevitable la alusión a la influencia directa del mundo romano, como permanencia de sus villas rurales que, hasta la invasión visigoda, poblaron buena parte de Catalunya. Esta idea, todavía aceptada hoy por algunos autores (1), se basa en dos causas esenciales: en primer lugar, la autoridad indiscutida de J. Puig i Cadafalch que, a raíz de la aparición de los famosos mosaicos romanos de Centcelles y Tabarca (2), y sobre todo de la voluntad de encontrar un "arte nacional catalán" sin influencias foráneas inmediatas, encuentra en la casa catalana y en su supuesta raíz romana, el paradigma de dicho arte (3). En segundo lugar, la convicción, aceptada por muchos, de la continuidad de régimen agrario romano en la época visigoda y de aquella institución, heredada de Roma, en la formación y desarrollo del mas catalán en los siglos VIII y IX y, sobre todo, del XI al X I I , denominada la adscripció a la Gleva (4). Todo ello, junto a la escasa documentación y la dificultad de situar en su época las construcciones de los siglos VI y V i l que hayan podido quedar en pie, aunque sea parcialmente, han mantenido viva la posibilidad de una relación directa entre la villa romana y el mas catalán. Actualmente, la mayoría de los historiadores, sostienen que la formación del mas estuvo directamente vinculada a la repoblación franca que se registró a finales del siglo VIII, entendiéndola, más como la creación de una nueva estructura agraria, que como una persistencia del mundo rural romano. Este, ya en las postrimerías del Bajo Imperio, había experimentado una fuerte decadencia y una alta corriente migratoria hacia el Pirineo y Pre-pirineo compuesta por esclavos, marginados y campesinos empobrecidos, corriente que prosiguió bajo los visigodos y sarracenos, con el consiguiente abandono casi total de los grandes núcleos de población (5). Efectivamente, a pesar de la probable pervivencia del régimen de la tierra entre los visigodos, y aún durante la dominación sarracena, no se registró, al menos en esta parte del país, ningún esfuerzo creativo, ni en lo que concierne a su propia reorganización, ni en lo que concierne a la cultura. Son épocas de aprovechamiento del botín, con un concepto transitorio del asentamiento sobre unas tierras conquistadas. Y en lo tocante a la edificación, ello significa pequeñas reformas,
aprovechamiento de lo que ya está construido y todavía se sostiene y, en definitiva, un medio generalmente pobre. La gente vive en pequeñas concentraciones, a veces mínimas, ocupando a menudo los tugurios, barracas y dependencias de las villas abandonadas o semidestruidas. Hay que señalar que algunas de estas villas se convierten durante esta época en núcleos rurales, perdiendo o cambiando su antiguo sistema de explotación y la propia unidad jurídica. Por lo tanto, y en general, es bastante impensable el concepto de vivienda aislada para una o pocas familias, según el modelo del mas. Por este motivo no pueden negarse radicalmente ni el concepto expresado por Danés (6) en el sentido de un despoblamiento total, con pérdida de la tradición, en especial la constructiva, ni el defendido por Camps i Arboix (7) y otros que sostienen la continuidad del régimen agrario romano durante los siglos V, V I , y V i l y, por tanto, de los sistemas de tradición constructiva, y aún de las mismas villas. No son conceptos contradictorios: por una parte, sabemos que subsistieron propietarios con sus labradores descendientes de la esclavitud y de la adscripción a la gleva, si bien a costa de expropiaciones y fuertes tributos en beneficio de la nueva clase gobernante (8); y por otra parte, parece evidente la progresiva despoblación, con la consiguiente falta de mano de obra y por lo tanto, el abandono de los campos que se prolonga hasta finales del siglo VIII y que provoca, entre otras cosas, la saturación de las tierras del Pirineo y Prepirineo. Así pues, el verdadero concepto de mas, tal como hoy lo entendemos, como unidad de producción que incluye la tierra, la vivienda y la familia, no se inicia hasta el repoblamiento propiciado por la consolidación del dominio franco en la Catalunya Vella. Esta nueva emigración del excedente de población de los valles pirenaicos, una vez estabilizada la situación política, se establece básicamente a través del derecho de aprisió de las tierras yermas y/o abandonadas (9). Los siglos IX y X son, pues, época de reconstrucción y de reorganización política, con sentido de la estabilidad y de perduración. La tierra queda dividida, de una parte, en multitud de pequeñas propiedades fruto de la mencionada aprisión, a las que cabe añadir las de los antiguos propietarios provenientes de otras épocas; y de la otra, en grandes propiedades cedidas a los "maiores", iglesias o monasterios, además de las públicas (10). Salrach observa que en esta estructura de
NOTAS (1) Además de J. Puig i Cadafach, que fue el introductor de la hipótesis, y de quienes seguían sus teorías, como P. Vila, Violant i Simorra y el propio Danés, últimamente han sostenido dicha opinión J. Gibert, Camps i Arboix —que se refiere tan solo al sistema— y Flores, entre otros. (2) Las representaciones de villas romanas cubiertas a dos vertientes son, para Puig i Cadafalch, una prueba indiscutible, más voluntarista que científica, de la procedencia romana de la masía. La presencia del frontón completo en todos los dibujos es suficiente para desistir de la supuesta permanencia de formas. Los frontones clásicos no se vuelven a utilizar en arquitectura hasta el Renacimiento, y en la masía no se introducen hasta el Neoclasicismo. (3) "En Catalunya, la arquitectura de la casa es un arte permanente, es el arte arquitectónico que nos es más propio. No lo es el templo, unas veces llegado de Oriente con formas impuestas por artistas italianos, otras veces arte de Occidente o de Francia, traído por las órdenes religiosas que se afanan en obtener un método universal; nuestro arte es, en cambio, nacional, catalán, potente, de modo que se extiende por todos los dominios de nuestra raza. En él permanece siempre, hasta bien entrado el período gótico, un fondo románico o quizás mejor romano, tal como lo son nuestras costumbres y lo es nuestra familia". J. Puig y Cadafalch. "La casa Catalana" 1913. (4) La adscripció a la gleva ó, en palabras más vulgares, el vínculo a la tierra, queda definido en el Código de Justiniano, prohibiendo la venta de tierras sin implicar las de los que las cultivan. Esta condición es de carácter hereditario y redimible a cambio de un canon, si el señor lo consiente. (5) J.M. Salrach. "Historia de Catalunya" (Salvat). (6) "Génesi de l'estructura arquitectónica de la masía catalana". Butlletí de I'A.E. Tagamanent. 1931. Danés, al proseguir sus estudios sobre la masía cambiará de actitud sobre su procedencia romana. Hay que tener en cuenta que su primer trabajo sobre la "Secció Septentrional de la comarca d'Olot" es de 1914 y que en aquel momento la influencia de Puig i Cadafalch era muy importante. (7) "La Masia catalana". Ed. Aedos. Barcelona 1959.
2. Mosaico de Centcelles, Tarragona. Dibujo de Puig i Cadafalch, Falguera y Godai. Este mosaico constituyó el origen de la teoría que suponía a la masía como una evolución directa de la casa romana.
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EL ORIGEN DEL MAS
por los siervos y esclavos.
"MASOS, SALES I CASTELLS" En estas condiciones podemos entender la gradación establecida entre las edificaciones rurales aisladas, en "Masos, Sales i Castells" (15), además de los monasterios y de los pequeños conjuntos formados alrededor o cerca de las iglesias. Todos ellos tendrán una u otra relación con la evolución del mas. Los castillos, debido a las razones defensivas por las que obviamente se construyen, se componen esencialmente de la torre, el muro de defensa y las dependencias residenciales que, en mayor o menor grado, se disponen alrededor de un patio o espacio abierto (16). Es difícil poder establecer un hilo evolutivo que nos lleve a la definición de una estructura tipológica del castillo, ya que sus propias condiciones de establecimiento militar lo hacen permeable a todas las influencias foráneas posibles. Sus elementos permanentes mínimos son, sin embargo, los ya mencionados: torre, muro y patio. Desde esta estructura mínima hasta la más compleja que alberga dentro de sus muros a toda una población, encontraremos todas las gradaciones. En relación al mas, el castillo se nos presenta como un centro de refugio y de dependencia administrativa al mismo tiempo. No será así para los masos aloers que buscan su refugio comunitario en torres y/o iglesias (17). Danés otorga cierta importancia al castillo dentro de la evolución tipológica del mas (18), y otros autores llevan esta influencia hasta límites realmente desmesurados (19). Desde nuetro punto de vista, y sin negar totalmente las afirmaciones de Danés, creemos que es más importante la conversión de muchos castillos en masos a partir del siglo XVI, que su dudosa influencia en la evolución del mas. Serán, en cambio, interesantes para el futuro del mas, las Sales (20), aunque no
aparezcan o no se tenga noticias de ellas hasta bien avanzado el siglo X. Estas, con un sentido menos defensivo y más residencial que los castillos, consisten en una gran pieza única acompañada generalmente de una torre y, ocasionalmente, de pequeñas dependencias y algún muro de cerramiento formando un patio. A menudo se confunden las Sales con los castillos por su aspecto vetusto y a veces fortificado, pero se trata de dos conceptos totalmente diferentes: mientras los castillos, construidos rápidamente durante la primera oleada de la reconquista, son ocupados por los castlans, profesionales de la milicia al servicio del señor y, en raras ocasiones, por estos últimos, las Sales constituyen un lugar de residencia permanente con todo el servicio, y la pieza mayor o Sala propiamente dicha, es un espacio con múltiples funciones de estancia, recepción, celebración e incluso religiosas. No es solamente la palabra sala la que designará más adelante la pieza esencial de la masia, sino que esta idea de espacio único será también determinante en la arquitectura civil y religiosa de Catalunya desde finales del siglo XII en adelante. Puig i Cadafalch, retrotae también la Sala a la arquitectura romana y la considera un paso intermedio hasta llegar a la masia tipológicamente definida o consolidada (21). Quizás sería más apropiado buscar sus raices en el mundo Carolingio, en un trasplante prácticamente directo de su estructura, y con muy escasa o nula influencia del nuevo lugar de asentamiento. Las Sales, igual que los castillos, se convertirán en masos a partir del siglo XVI, lo que confunde a menudo las arquitecturas de unos y otros. Llegamos finalmente al mas, objeto de nuestra atención. Los primeros repobladores (22), con una superficie de tierra, aprisionada, o cedida enfitéuticamente o a precario, se resguardarían inicialmente en esplugues o cuevas, en cabanas de madera con cubierta de paja, o en construcciones muy rudimentarias adosadas a las rocas o márgenes, construidas en manipostería seca y cubiertas a una sola vertiente, con el hogar en medio de la pieza y, en algunas ocasiones, con una separación entre hombres y ganado. No es difícil imaginar estos habitáculos, recién ocupada la tierra por los campesinos o, mejor aún, por los boixadors (23), cuya única finalidad inmediata es la supervivencia, mientras se espera la primera cosecha y se estabiliza el sistema político. Téngase en cuenta que, además del establecimiento de cultivos en los claros de los
(8) Los visigodos expropiaban los dos tercios de las propiedades de los vencidos y percibían un tributo por el restante. Los Sarracenos, que no permanecieron en Catalunya ni un siglo (713-801), a pesar de la introducción de nuevas especies vegetales y técnicas de explotación agrícola, siguieron una relación semejante con los indígenas: las fincas se cedían vitaliciamente a cambio de un tercio de frutos y cosechas. También fue introducida una forma de aparcería, pagando una quinta parte por las tierras más fértiles y una novena parte por las de peor calidad. "Historia de la Arquitectura Catalana". J. Camps i Arboix. Editorial Táber, 1965. (9) La aprisió era llamada también "Perprisió", "Ruptura" o "Tractura". Era, esencialmente, el derecho a la concesión legal de una tierra con la obligación de rompre-la, es decir, de reconvertir los bosques o brolles en terrenos aprovechables para su explotación. No era exactamente un derecho de propiedad, sino una posesión creada consuetudinariamente, una especie de derecho de primer ocupante, que se transmitía por herencia y que quedaba afirmado al cabo de treinta años de explotar la tierra sin interrupción. La iniciativa había sido tomada por familias modestas que, apoyándose en la legislación visigoda, partían de su refugio pirenaico buscando tierras sin cultivar, al sur de los Pirineos. Pero con el derecho de aprisión ocuparon tierras todo el abanico de estratos sociales: señores, eclesiásticos, y campesinos de condición humilde; unos trabajándolas directamente y otros cediéndolas a cambio de cánones. Este proceso de ocupación y las leyes que lo regulaban, queda muy bien explicado y documentado por J. Camps i Arboix, J. Vilá i Valentí y J.M. Salrach, en las obras citadas o incluidas en la bibliografía. (10) J.M. Salrach "Possessió de la térra i societat rural". H. C. Salvat. (11) La enfiteusis es "el derecho real sobre cosa ajena, en virtud del cual el propietario de una tierra cede en favor de tercero (el enfiteuta) el dominio útil, reservándose el directo, a cambio de una prestación en concepto de censo, en dinero o fruto". Camps i Arboix. op. cit. (12) El precarismo, no es un contrato sino una situación de hecho, a plazo indefinido y con obligación o no de pagar una renta fija.
3. Escenas Campestres. Xilografíes Gironines. Joan Amades.
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grandes explotaciones encontramos los elementos clásicos de los grandes dominios: la reserva, o conjunto de tierras que el señor se reserva para su uso directo, trabajadas por siervos y/o antiguos esclavos y las tinences trabajadas por campesinos enfiteutas (11) o precaristas (12), bien en explotaciones homogéneas (masos, bordes o pernadas) (13), o bien en parcelas dispersas (viñas, campos, huertos). A pesar de la extensión de estos dominios, la gran masa trabajadora de la tierra en la Catalunya Vella la constituye la formada por los campesinos jurídicamente libres (aloersj (14), seguidos, en menor número, por los enfiteutas y precaristas, y muy minoritariamente
5. Condados Catalanes en el siglo X I . Este mapa coincide prácticamente con la llamada Catalunya Vella, y, lógicamente, es en ella donde se implanta mayoritariamente el mas. 6. Fontcoberta. Foto MPR. "A partir del siglo X, además de las construcciones rurales aisladas, encontramos pequeños conjuntos formados alrededor o cerca de las Iglesias". 19
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4. Vila Romana. Volubilis, Casa de la Venus, según C. Ward y Perkins. El atrio, con su valor central, fue considerado el originario de la Sala en la masía, por simple cobertura del mismo.
constructiva. Sin embargo, no puede abandonarse del todo esta posibilidad según la cual, las naturales ampliaciones a partir de un primer cubículo donde se desarrolla toda la vida de la familia se realizasen a base de sucesivos elementos aislados, quedando así divididas las funciones de cocinar, comer, dormir, etc. Muchas arquitecturas primitivas tienen esta disposición. Otro tipo de construcción susceptible de ser convertida en la propia de un mas a medida que las circunstancias lo permitiesen, serían las "turris" levantadas a partir de la primera mitad del siglo IX y destinadas a la vigilancia y protección de los masos; de uno, dos, o tres pisos, y construidas en manipostería de piedra tallada, como mínimo en las esquinas (ver nota 17). A pesar de esta función de dominio y refugio general, no sería extraño que algunas de estas "turris" fueran ocupándose de forma permanente, iniciándose lo que en el siglo XII será uno de los tipos frecuentes de mas, con división de funciones por pisos. UN LENTO PROCESO DE FEUDALIZACION El panorama del mas y de la construcción rural aislada en los siglos IX y X se prolongará sin variaciones estructurales hasta mediados del siglo XII, si bien a la continuidad de l'aprisió y de /'artigatge de tierras yermas, cada vez más pobres y escasas, se sobrepone un lento proceso de feudalización que predispuso a la época de prosperidad de la agricultura catalana de los siglos XIII y XIV. Un hecho esencial en esta dinámica lo constituye la pausa que se produjo en la conquista y colonización más allá de la Catalunya Vella, entre la segunda mitad del siglo X y gran parte del X I . A raíz de ello se iniciará un proceso de aprovechamiento exhaustivo del suelo con efectos tendentes a una micropropiedad basada en unidades de explotación de la tierra inferiores a las habituales y, por lo tanto, poco rentables, tales como las ya mencionadas borda, la pernada, etc., siendo una de las causas principales el proceso de sobre-poblamiento y también, aunque de manera más marginal, las herencias divididas (30). En estas condiciones se comprende la facilidad con que nobles y señores, aprovechándose de la debilitación de la pequeña propiedad de carácter libre o casi libre, pudiera ejercer la expoliación en beneficio propio o ajeno, parcelando la tierra en unidades de explotación que, si bien seguía siendo familiar, no dejaba de ser rentable. Por una parte se produce la
(13) La pernada. Era aproximadamente una cuarta parte del mas y la borda una mitad. Anguera de Sojo opina que podría tratarse de concesiones hechas a gentes de procedencia lejana o extraña. Otros autores lo refieren a la existencia o no de la yunta de bueyes y, en general, tiene muchos sinónimos. En cualquier caso la utilización que aquí interesa es la vinculada al mismo concepto de mas y se refiere a la extensión de las tierras, o sea, a la importancia de la superficie de la explotación. (14) Los alous son masos sin relación jurídica ni económica con los señoríos, con grandes desigualdades de tierra, provenientes, bien de propietarios anteriores a la colonización franca o bien de la misma aprisió. (15) Según documento de 1011 citado por Balari i Jubany, "Orígenes Históricos de Catalunya". (16) "Els castells catalans" Vol. 1. (Ed. R. Dalmau, Barcelona 1967) "Sociología feudal i deis castells". J. Camps i Arboix. (17) M. Riu, "Habitat, técniques i Economi'a rural" H.C. Salvat. Señala que "hacia el año 830 empezaron a erigirse torres de piedra de planta cuadrada de 3 ó 4 m. de lado para la vigilancia y protección de los masos, si bien no coincidían siempre con las "curtes" o centros administrativos de las fincas". Estas torres, que substituían a las anteriores de madera, provisionales, acabaron por convertirse en castillos cuando se les adosó una muralla, o en campanarios de las iglesias que a ellas se adosaron, continuando su función de refugio y vigilancia. (18) "Génesi de l'estructura..." Op. Cit. (19) Puig i Cadafalch, y con él.Gibert y otros, suponen que la Sala —la pieza principal del mas, situada en la primera planta ocupando el espacio principal— tiene su origen en la cubrición del patio del castillo. (20) Nombre de origen germánico que, según O'Shade, significa la casa para vivir, gran edificio que solamente tenía una pieza o espacio. (21) Basándose en documentos que citan Sales con patio —que él supone central— o bien con patio y "pórtic", extrae la conclusión de que la Sala es la "traducción del atrium romano que se perpetúa en Catalunya en el período románico, con mayor intensidad que en las escuelas francesas y germánicas". (22) Los "primi nomines" que citan los documentos en el sentido de una primera ocupación. Estos, junto con los "hostes" y los "hispani", de origen peninsular, son los que ejercieron el dret d'aprisió. Algunos de ellos, los "maiores" y los "viri ¡lustres", serán los que obtendrán propiedades más grandes, que harán ocupar a otros. (23) Bodador o bozador. Con este término se hace alusión a los hombres que preparan las tierras, talando bosques o limpiando claros. (24) Vilá i Valenti. Op. Cit. (25) El artigatge se realizaba a menudo utilizando y controlando el fuego, aprovechando las ventajas nutritivas de las cenizas procedentes de la combustión de materia orgánica. (26) Hay algunas excepciones al sistema de colonización familiar-individualista, además de las operaciones organizadas por los "maiores" o los monasterios. Se trata de inmigraciones en bloque, conducidas por sus propios cabecillas, como las que, según J.M. Salrach, repoblaron el Berguedá procedentes de Septimánia. www.faximil.com
bosques a fin de conseguir parcelas agrícolas fijas, se explotan también otras zonas en base al artigatge (Shifting Cultivation) (24), de tal modo que, una vez se ha agotado el rendimiento de la tierra, se abandona ésta para ir en busca de nuevas artigues (25). Lógicamente, las viviendas correspondientes a este último sistema de explotación eran muy rudimentarias y casi provisionales. Por otra parte, al no provenir tales pobladores de un sistema tribal único y yendo a desembocar a una colonización familiar, no de grupos (26), se hace difícil pensar en una tradición constructiva a la manera de las arquitecturas primitivas y, por lo tanto, en un posible modelo y menos aún en una estructura tipológica consciente (27). Nos encontramos ante una arquitectura absolutamente primaria, que sólo trata de conseguir un espacio para resguardarse de los elementos de la forma más simple posible. Carente de símbolos—, ya se preocupaban los religiosos de situar pequeñas o grandes iglesias en puntos más o menos equidistantes, a los que los campesinos acuden regularmente— la casa constituye el estrato inferior de esta unidad, ya definida, que forman la tierra, el ganado, y la familia. Por lo tanto, cuando hablamos de mas (como de borda o de pernada) nos referimos, en esta época, mucho más al conjunto de la explotación agrícola que a la propia construcción, al contrario de cuando hablamos de castillos o Sales. Observamos dos tipos de disposición en planta: las rectangulares alargadas que siguen una roca o margen rectilíneos, y las irregulares de cuatro lados, con tendencia a crecer por sucesivas yuxtaposiciones de elementos o cubículos. Una u otra forma quedan más determinadas por la topografía que por cualquier tipo de antecedentes culturales. Ello no obstante, la heterogenedidad del origen de los colonizadores ha de comportar otras formas de habitación. Por la misma razón, han de registrarse diferencias en la calidad de la construcción entre los masos más ricos y los de tierras más pobres, o entre algunos de los aloers y los de las tinences o reserves. A este respecto, Danés señala la existencia documentada de masos con piso o "sobre pósito", otros con cubierta "terrada" (28) que suponemos plana y construida a base de cañizo sobre envigado de madera, y arcilla con paja, y finalmente otros donde la cocina aparece como independiente de la casa (29). En este último caso, no es muy lógico pensar que la vivienda la formasen diferentes cubículos aislados entre sí según funciones independientes, aunque fuera solamente por razones de economía
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14 11. Stadium Juvinyá. Dibujo de F. Caula Vegas. "Las Sales consisten en una gran pieza única acompañada generalmente de una torre, y ocasionalmente, de pequeñas dependencias y algún muro de cerramiento formando un patio." 12, 13 y 14. Sala de Camós. Dibujo y Foto MPR. "La Sala constituye un gran espacio con múltiples funciones de estancia, recepción, celebración e incluso "religiosas". 21
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13 7. Castillo de Farners. 8. Castillo de Púbol. de "Els Castells Medievals Catalans" Lluis Monreal, Martí de Riquer. Ed. Falcó, Barcelona 1958. "el muro de defensa, la torre, y en algunos casos las estancias, se agrupan alrededor de un patio, siempre cerrado". 9. Castillo de Mur. 10. Planta Piso del Stadium Juvinyá. Dibujo F. Caula Vegas.
someramente, se inicia y finalmente se produce una prosperidad material en el campo, incrementándose la producción y, por lo tanto, el comercio. Los mercados acogen diaria y sobre todo semanalmente, la venta o intercambio de los productos sobrantes, siempre dentro de los límites señoriales o monacales. Los masos mejoran también su habitáculo, siendo el siglo XII el momento de esta mejora. Aunque es difícil de concretar fechas determinadas, ya que el proceso de cambio es lento, puede pensarse que, completada la feudalización en toda la Catalunya Vella a mediados de dicho siglo y, por lo tanto, definidas, estabilizadas y controladas las nuevas unidades familiares de explotación agraria, puede producirse ya la mejora y ampliación de las viviendas y también la aparición de nuevas construcciones, bien en substitución de algunas de las viejas, o bien sencillamente, de nueva planta. Por todo lo cual puede afirmarse que se inicia el proceso de fraguado de la estructura arquitectónica de la masía, sincrónicamente con la estructura del mas (entendiendo siempre el término estructura como un sistema de relaciones).
(27) Cabn'a también considerar la posibilidad de que algunos tipos de barracas o cabanas, incluso algunas de las que han perdurado hasta hoy, pudiesen ser fruto de la tradición de los lugares de procedencia. A pesar de todo es una posibilidad muy difícil de evaluar. (28) J. Danés i Torras. "Génesi de ...". Op. Cit. (29) Esta cocina podría corresponder o servir a varias "casas", edificada con elementos constructivos más permanentes a fin de evitar el peligro de incendio. En algunos documentos se habla de ... casa, con i cuina (casa, patio y cocina), ... cuina amb térra i una f¡güera (cocina con tierra y una higuera) ... y,... cases, corts, cuina, colomers, pous,... (casas, patios, cocina, palomares, pozos), etc. (30) Todavía no se ha establecido la herencia universal, que tanta importancia tendrá para el futuro del mas y de la agricultura catalana (ver Camps ¡ Arboix). (31) Los alous campesinos, cultivados con aperos muy rudimentarios llegaron a ser de dimensiones tan reducidas, debido a las divisiones hereditarias, que no podían mantener a una familia, lo que provocó, a partir del 950, una progresiva concentración del suelo.
LAS TRANSFORMACIONES DEL MAS EN EL SIGLO XII En esta época, y probablemente entre la segunda mitad del siglo XII y la primera del siguiente, se producen dos fenómenos que nos atrevemos a calificar de trascendentales: la substitución del fuego central por hogares adosados a los muros, provistos de chimeneas, y la construcción del mas/torre, de piedra bien labrada, con dos o tres plantas de uso diferenciado. Ambos hechos corresponden lógicamente a dos formas de transformación del mas: la primera como resultado de un proceso de perfeccionamiento de las edificaciones existentes, y la segunda como construcción de nueva planta, en substitución, o no, de una casa anterior. La operación de trasladar el fuego de la casa, desde el centro de la habitación a una de las paredes que la limitan, ofrece diferentes lecturas. Por una parte, en todas las culturas primitivas, el fuego ha tenido una interpretación de simbología divina y/o religiosa. Mediante el fuego se celebraban los rituales de adoración de las divinidades familiares. El fuego era una persona viva, protectora de la casa... (34). Muchos vestigios de numerosas creencias en torno al fuego han perdurado hasta nuestros 15. Esquema de los asentamientos en la época feudal según Vilá i Valentí. "El mon rural a Catalunya".
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selección natural de los campesinos más pobres en beneficio de los más ricos y, por otra, muchos "aloers" ceden voluntariamente su propiedad con el compromiso de recuperarla, pero ya como "tenencia", ampliada con otras tierras a fin de que la unidad de explotación fuese autosuficiente. No son escasas tampoco las confiscaciones llevadas a cabo por los grupos de poder, en especial los eclesiásticos. En definitiva, podríamos afirmar que el transcurso de dos siglos y medio permite poner en funcionamiento tal sistema de explotación mixta familiar y comprobar los mínimos de tierra necesarios para subsistir frente a los problemas que plantean las diferencias entre distintas clases de tierra, las malas cosechas, las plagas, etc., llegando a producirse un equilibrio del campo, que bien podríamos llamar ecológico, en todo el país. O sea que, en realidad, la pérdida de la libertad jurídica del campesino, que dominaba en el siglo X, comporta una mejor racionalización del campo (31) y, en ciertos aspectos, una mejora relativa en su status económico. Este proceso de feudalización, que quedará completado para la Catalunya Vella a mediados del siglo XII (32) es, pues, como un proceso natural, que tendrá como soporte todo un sistema jurídico heredado en parte de los romanos y que cristalizará con los contratos que quedan definitivamente establecidos en esta nueva situación (33). Desde otro punto de vista, podríamos decir que el estamento superior permite inicialmente, e incluso promociona, un sistema familista/ individual, con un cierto sentido de la propiedad, que puede, además, heredar (dejar en herencia, o transmitir mediante herencia), vitalizando la agricultura de unas tierras yermas o destruidas para, una vez agotado el proceso y equilibrado el sistema, iniciar una fase de reequilibrio de la experiencia, recuperando el poder absoluto y obteniendo un beneficio directo de la explotación. Además, en estos tipos de colonización familiar, ya comprobada en otras Marcas por los francos, el problema de la subsistencia y el ofrecimiento relativo de la propiedad evitan, en los momentos de estabilización del sistema político, cualquier peligro de conciencia de clase y, por lo tanto, procuran un eficiente control del espacio colonizado. Control al que colabora eficazmente la Iglesia con su sistema de parroquias y monasterios. De manera que hemos de coincidir, ya que con pocas diferencias así lo hacen todos los autores, en que en los siglos XII, XIII y parte del XIV, y debido al largo proceso que hemos explicado
17. Planta y secciones del mas medieval de La Creu de Pedra (Guixers, Solsonés). Dibujo de M. Riu. Historia de Catalunya. Editorial Salvat. Ejemplo de edificación rectangular adosada a una roca o margen. 19. Vilarello. Los Aneares. Lugo. Dibujo de Efrén y J. Luis García Fernández.
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16. Planta y sección parcial del mas medieval " A " de Vilosiu (Santa María de les Garrigues, Cercs, Berguedá), dibujo de M. Riu. Ejemplo de edificación irregular y por medio de cubículos. Nótese el traslado del fuego de su situación central primaria (6) a su situación definitiva adosada al muro (8). 18. Reconstrucción ideal de un mas en el siglo IX. Dibujo MPR.
El otro fenómeno que aparece en el siglo XII es la construcción del mas/torre "imitando o aprovechando el tipo constructivo ya
mencionado en la "turris" (36). En este mas podemos encontrar ya una sólida base de lo que será la masía en el futuro. Se trata de una edificación con tendencia a la planta cuadrada, con uno o dos pisos y la buhardilla o golfes. La planta baja se destina al ganado, el piso o pisos a las personas y la buhardilla a granero o pajar. De dimensiones superiores a las de las "turris" defensivas, la planta se divide en dos partes bien mediante un muro, o bien con un pilar central y una viga transversal a partir del primer piso. En este último, destinado a la vida familiar, uno de los espacios resultantes de la separación contiene la cocina-comedor, con hogar y chimenea en un ángulo, y la llegada de la escalera (o la entrada a la vivienda si lo permite el desnivel del terreno). El rectángulo restante de este piso suele subdividirse para dar lugar a dos dormitorios accesibles desde la cocinacomedor. En algunas ocasiones esta disposición podría repetirse en un segundo piso. La misma escalera interior era la que proporcionaba aceso a la buhardilla. La construcción era de piedra labrada como mínimo en los ángulos, los techos de madera o losas sobre el envigado, las divisiones interiores no estructurales, de madera, cañizo con yeso o losas colocadas de canto en las regiones donde ello era posible, y la cubierta, de una o dos pendientes, de paja o losas de pizarra o piedra calcárea. Más adelante, hacia el siglo XIII, se cubrirán con tejas y se ampliarán las ventanas. El concepto estructural es, todavía, el de un solo ámbito cuya subdivisión permite, además, delimitar funciones y sostener los techos con menores longitudes en los vanos, lo cual no deja de estar más próximo a la idea de las torres (mínima planta —máximo desarrollo en altura- actitud defensiva y de vigilancia) que a cualquier otro tipo de edificación aislada de la época. Este auténtico modelo de mas significa, además de una mejora substancial en la vida doméstica (con el aprovechamiento del calor de las cuadras), el aislamiento del pajar en la buhardilla, la separación de funciones, etc., y una distribución por plantas casi definitiva en su evolución posterior. Por otra parte, la procedencia del modelo derivado de las "turris" que, como hemos dicho, acabarían por ser habitadas, (convertidas en masos), pero al que no son ajenas las torres de los castillos y las Sales, supone unas técnicas constructivas en las que no podía faltar la intervención de los profesionales. Estos debían proceder de otras construcciones más importantes como iglesias, Sales, castillos o bien sencillamente, de las construcciones campesinas
(32) El sistema feudal quedó consolidado mediante el establecimiento de una reglamentación que defim'a los papeles de cada estrato social con sus derechos y limitaciones. La convocatoria de las asambleas de pau i trei/a por parte de la Iglesia y la redacción de los Usatges por parte de los Condes de Barcelona, concretaron tales relaciones. En lo que atañe a la clase gobernante o nobleza, se establecía una jerarquía de cinco niveles: Los Comptes y Vescomptes, correspondientes a los viejos linajes de la nobleza indígena, que habían gobernado el país, durante los siglos IX y X los primeros, y los lugartenientes de los condes hasta el siglo XI, los segundos. Entre unos y otros no había más de quince o dieciseis linajes. Los Condors, descendientes de la nobleza curial del siglo X y de los vicarios gobernadores de los "castra" de los siglos IX y X, no eran más de un centenar escaso de familias. Los "Vervassors" y los "milites", pequeña o baja nobleza representantes, los primeros, de los "condors" en los castillos y procedentes, los segundos, del estrato superior de los campesinos aloers que habían participado en expediciones militares. Estos últimos poseían entre ocho y diez masos y estaban enteramente vinculados al castlá que los mandaba, por lo que recibían a cambio parcelas de tierras denominadas cavalleries. También recibían el nombre de cavallers J.M. Salrach. "El procés de feudalizació". Op. Cit.
20. Dibujo de una cabana según Violet le Duc. "Histoire d'une habitation".
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días. Pero el fuego es un elemento tan cercano al asentamiento humano que en toda documentación antigua se da el nombre de focs (fuegos) para indicar el censo de una población o de un territorio: fuego, familia y casa se consideraban términos equivalentes. Desde esta perspectiva, cabe preguntarse ¿qué razón podía tener el cambio de lugar del fuego en una casa? Hay que descartar una disminución de su significado religioso, si bien puede pensarse en una pérdida forzada de ancestrales creencias en manos de la Iglesia, que ahora impone su fe y sus formas, apoyadas en el poder feudal. Podemos ver desde este punto de vista, en el fuego adosado a la pared, y con el nuevo aditamento de la chimenea, una analogía del altar de las iglesias presidiendo el espacio religioso cada vez más esotérico y alejado del pueblo. En todo caso, hay un cambio en el concepto de la casa (o en la manera de entender la casa): en la cabana primitiva, el fuego central es lo primordial y la cubierta, una circunstancia. En la "nueva casa" el fuego preside la estancia y no se entenderían una sin el otro. Es la misma nueva relación espacial que existe entre el altar y la iglesia que lo cobija. Desde otro punto de vista, el fuego central (foc rodó), con toda la familia a su alrededor, es propio del ámbito único, sin separaciones de ningún tipo, ni siquiera, a veces, de los animales; crea zonas de calor equidistantes y los ángulos de la habitación se intimizan para las funciones de dormir o de trabajar. En cambio, el fuego adosado a la pared indicaría que la estancia no es única, que hay otras para tantas funciones como sean necesarias; y que, cuanto más precisas y delimitadas sean éstas, más cualificada será la cámara presidida por el fuego como cocina, comedor y estancia habitual de la familia. Así podemos comprender que, al añadir a la "casa inicial" otros cubículos o elementos, principalmente destinados a dormitorios, se trasladase el fuego hacia algún punto (generalmente un ángulo) de las paredes, ocupándose ahora la estancia con nuevos elementos mobiliarios, siendo todo ello como el punto de partida de una nueva concepción de dicha estancia, que pasa de ser "única" a "principal". Finalmente, la retirada del fuego hacia las paredes denota determinados conocimientos técnicos, necesarios para la construcción de la chimenea y propios de la intervención directa o indirecta de profesionales a partir de modelos conocidos (35).
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21. Foc Rodó. Dibujo del archivo del CEC. 23. Mas-Torre "La Vila" en La Pedra i la Coma (Solsonés), según M. Riu. Historia de Catalunya. Editorial Salvat. El Mas-Torre consiste en una edificación con tendencia a la planta cuadrada y con división de funciones por pisos.
22. Chimenea adosada al muro. Foto CEC. Con el paso de central a adosado, el fuego preside la estancia, introduciendo una relación espacial que hace difícil entender ésta sin aquél. 24. Can Camps. El Torn. Dibujo MPR. Masía con estructura inicial de dos cuerpos y añadidos posteriores. 25
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EL CONFLICTO "REMENpA" La posibilidad de poder desvincularse o abandonar el mas, para emigrar a la Catalunya Nova o a las ciudades, dependía exclusivamente del señor, mediante una redención o remenea que debía satisfacer el campesino. Era la única forma de liberarse de la adscripción a la tierra que lo ataba a él y a su descendencia, pero era preciso el acuerdo del señor, que tenía la facultad de negarse a ello (41). De esta manera aparece una clase social, casi una casta, que al final del siglo XIV tiene un censo que supera los 15.000 fuegos (1/4 de la población total). El estado de esta casta inferior, prácticamente el último grado del escalafón social, era tal que ni siquiera podía recibir el carácter sacerdotal, lo cual significaba, en definitiva, una colaboración más de la Iglesia para mantener el estamento feudal evitando, además, el descenso
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de la mano de obra en el campo. Algunas constituciones sinodiales, principalmente en Girona, llegaron a prohibir la ya de por sí muy dificultosa redención, a fin de velar por el patrimonio de la Iglesia. Son conocidos los actos de dominio del señor sobre el campesino mediante los usos, que serán en parte la base del conflicto remenea y posterior guerra civil que asolará el campo catalán durante casi todo un siglo. El inicio del malestar general y por lo tanto el fin del relativo bienestar del campo, puede situarse en 1333 ("lo mal primer any"), cuando debido a las sequías y al incremento demográfico, llega un período de penuria. Llegarán a continuación años de pestes, de inmigración a la ciudad y, en consecuencia, de un gran descenso de la población rural. Se abandonan muchos masos, beneficiándose de ello los propietarios más ricos, que aumentan los censos, usos y gravámenes. Se produce también la apropiación de estos masos (los denominados masos rónecs), que serán también uno de los temas de discusión dentro del ya iniciado conflicto remenea. Entre 1380 y 1390 surgen las primeras manifestaciones de descontento, si bien ya en 1.353 se había producido en Vic el asalto a la Paborda de Palau y la quema de privilegios. A pesar de las gestiones de la monarquía para resolver el problema (42), la oposición de la Iglesia y de la Generalitat impiden cualquier mejora para la clase remenea, situación que se agrava con la entrada de la monarquía castellana, produciéndose grandes represiones contra el campesinado (43). La sentencia de Alfonso el Magnánimo de 1455 no surte ningún efecto y finalmente estalla la primera guerra civil (1462-1472), que llevará a la fama al caudillo remenea Francesc de Verntallat (44), pero que no alterará realmente la situación, a pesar de la política filo-remenea de la monarquía, que se aprovecha del litigio en defensa de sus intereses y en contra del gobierno de la Generalitat. En 1484 se produce otro estallido de violencia, acaudillado ahora por Pere Joan Sala, que concluirá con la sentencia arbitral de 1486 (45), tras largas negociaciones, y con la recuperación de las libertades de los hombres del campo y el inicio de una nueva y definitiva etapa para el campesinado catalán. Efectivamente la sentencia de Fernando el Católico, rey de Aragón, "preparada mediante sucesivas aproximaciones de los intereses de los señores hacia los deseos de los remenees (46) debe ser considerada como decisiva, ya que representa la desaparición de la organización
(33) Los Usatges definían también las relaciones y contratos con los campesinos. Los tipos de contratos agrarios eran: — La Precaria, por la que alguien cedi'a a otro el uso gratuito de una cosa con la obligación de que le fuese restituida en cuanto la reclamase. — La Enfiteusi, o dominio útil de una tierra a perpetuidad o a largo plazo, conservando el dominio directo, a cambio de una cantidad de entrada y un canon, además de otras condiciones. — Los revessejats, o "precaria oblata", o"remunatoria", por los que un aloer cedía su tierra, reservando su dominio útil, y recibía otras tierras, pasando así a la condición de enfiteuta del total. — La "Complantatio", en relación a la viticultura, por la que un señor cedía una tierra yerma para quebrarla y plantar cepas. Cuando la viña comenzaba a producir y hasta los cinco o siete años pactados se repartía el fruto a medias. J.M. Sal raen. Op. Cit. (34) Joan Amades. "La casa". Barcelona 1938. (35) Este hecho es importante, ya que representa un cambio fundamental en las actividades constructivas de un grupo social determinado y, a lo largo de estas notas, le damos un significado esencial al determinar áreas de culturas diferenciadas. (36) M. Riu "Habitat, técniques i economía rural". H.C. Salvat. (37) Ver el artículo "En torno a la Masía" en este mismo número de 2C. (38) La servidumbre al señor no es solo absoluta e indisoluble sino que vincula también a la descendencia: los hijos heredaban la condición de los padres (o de la madre si eran concebidos fuera del matrimonio). De hecho, tanto el hombre como la mujer estaban sujetos a la servitud, y tal condición era adquirida por el cónyuge libre, o por la futura prole, bajo pena de perder el mas, a menos que se redimiesen. Son los hombres "propis i solius". Camps i Arboix, Op. Cit. (39) Ver nota (33). (40) Vilá ¡ Valentí, Op. Cit. (41) J.M. Pons i Gurí "Senyors i pagesos". H.C. Salvat. (42) La monarquía, ya desde los tiempos de Joan I, adoptó, en general, una política favorable a los remenea, encaminada a solucionar la cuestión. Martí l'Humá y su esposa también gestionaron fórmulas para el problema remenea ante el Romano Pontífice. Más tarde, Alfonso el Magnánimo se aprovechó económicamente del conflicto, permitiendo la creación de un sindicato remenea, que reunía a más de 20.000 personas, a fin de negociar con los señores la abolición de los mals usos.
(43) Constitución "Com a molts" (1413). (44) Francesc de Verntallat, J. Camps i Arboix, Op. Cit.
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en los núcleos urbanos, cuya disposición en planta, en muchos casos, es bastante próxima a la del mas/torre. Aquellas, situadas entre medianeras, también pasan, a fines del siglo XII y principios del XIII, a tener una planta y la buhardilla de más, pero utilizan en ocasiones un arco paralelo a la fachada para liberar a la planta baja de obstáculos para el paso del ganado, para guarecer el carro, los aperos, etc. Nos encontramos, pues, a principios del siglo XIII, con el salto que significa el cambio de unas estructuras primarias, sin tipos definidos y muy diversificados, construidos por los propios campesinos, en otras influenciadas o dirigidas por personas especializadas con la colaboración de la familia y que hemos denominado "vernáculas preindustriales", a diferencia de las "primitivas" (37). La estructura social que, fundamentada en el poder feudal, ata al hombre del campo casi indisolublemente con la tierra (38), y que, pese a todo, produce, al racionalizar las unidades de producción, un cierto aumento del nivel de vida manifestado en la mejora de su habitat, se prolonga durante todo el siglo XIII y la primera mitad del XIV. Las relaciones entre los señores y los campesinos sistematizadas y codificadas por los "Usatges" ya tienen forma de ley (39). Las vinculaciones están mucho más generalizadas en la Catalunya Vella, área en la que el mas constituye la base y el fundamento de toda la agricultura del territorio, debido a la forma de repoblación y evolución posterior ya mencionadas y a la estabilización del sistema de explotación agraria. El territorio, pues, queda dividido a partir de esta unidad, que suele tener una superficie de entre seis y once hectáreas (40).
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25. Plantas de Can Gibert. Aiguaviva. Dibujo MPR. 26. Can Gibert. Aiguaviva. Foto MPR.
27. Plantas de Can Serra. Riudellots de la Selva. Dibujo MPR. 28. Can Serra. Riudellots de la Selva. Foto MPR. Ejemplos claros de masĂa de tres cuerpos.
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LA REESTRUCTURACIÓN DEL CAMPO Y LA CONSOLIDACIÓN DEL TIPO Hay que aceptar, pues el siglo XVI como la época en la que, mediante las nuevas relaciones de propiedad del mas, se llega a la reestructuración de la agricultura catalana. Entre ellas encontramos la creación de una nueva forma contractual que, si bien ya se había conocido y ensayado con el precario y algunas enfiteusis, toma entonces carta de naturaleza y ya no será abandonada. Se trata de la masoveria, forma parcial de cultivo directo de la nueva burguesía campesina la cual se crea un nexo asociativo entre propietario y masover, con pérdidas y ganancias, repleto de obligaciones y prohibiciones pero muy lejano del anterior sistema feudal. Esta fórmula de aparcería viene determinada por las adquisiciones de tierras de algunos campesinos —enriquecidos por la nueva situación— o por una más provechosa explotación de las grandes propiedades que habían sido parcialmente abandonadas debido a las condiciones de servilismo de quienes las trabajaban. Es decir, que por una parte, el propietario de varios masos se instala en el principal, renovado o ampliado y sitúa masovers en los más pequeños o en los recientemente adquiridos. Cada una de estas masoveries será, sin embargo, una unidad autosuficiente con el único gravamen de un arrendamiento. Permite, por lo tanto, la ocupación de los "masos rónecs" y la creación de nuevas masoveries, con la consiguiente repoblación del territorio rural, muy deteriorado por los graves problemas que
le afectaron durante el siglo anterior (48). Por otra parte, se inicia el traslado, más o menos temporal, de algunos propietarios que se establecen en villas y ciudades, dejando el mas principal al cuidado de masovers y dedicándose solamente a su administración, lejos de los peligros del mundo rural. Por lo que concierne a la arquitectura de la masía, Danés señala que el incremento de casas de campo producido en los siglos XIV, XV y XVI (en realidad en el XVI), en especial en las comarcas llanas, se resuelve a base de la estructura de dos cuerpos paralelos a la fachada principal con cubierta a dos aguas y dando lugar a dos tipos: aquel en que la fachada principal acaba horizontalmente y aquel en que presenta el "frontón" creado por las dos vertientes (49). Puig i Cadafalch considera, en cambio, que la casa rural se compone, ya desde el románico, de uno, dos o tres cuerpos paralelos de igual anchura, y que, en las comarcas llanas y durante el siglo XIV, el tipo de tres cuerpos con sala central, "ya es evidente" (50). Ambos coinciden pues, ya en esta época, en hablar de una estructura basada en cuerpos o crujías, de forma rectangular alargada y de la yuxtaposición de tales cuerpos como sistema de formar y modular la planta. Ambos dan también por sobreentendida la superposición de estos cuerpos o crujías, formando una planta baja para el ganado y un piso para la vivienda, con la posibilidad de una buhardilla. Parte de los masos que pueden fecharse en los tres siglos que menciona Danés, corresponden a la estructura de cuerpos mencionada, y su procedencia debe retrotraerse a las dos tipologías señaladas anteriormente: la casa adosada a una roca o talud compuesta por un cuerpo alargado subdividido interiormente y posteriormente ampliada con otro cuerpo paralelo y con un piso y, sobre todo, el mas/torre, también subdividido, pero en sentido inverso. En el primer caso se ha llegado a los dos cuerpos paralelos por adición, producto de la ampliación, y en el segundo por la identificación de la forma de disposición de las habitaciones con la estructura compositiva. Y no olvidemos tampoco las organizaciones de la casa derivadas de la yuxtaposición de cubículos (o de la ampliación por adición de cubículos), o los derivados directa o indirectamente de las Sales, o de la tipología del castillo a base de cuerpos o cubículos rodeando un patio, todas ellas menos frecuentes pero que, con numerosas transformaciones, todavía encontramos hoy.
(45) En Santa María de Guadalupe, el 21 de Abril, el rey Fernando II pronuncia la sentencia que reglamenta las relaciones entre señores y campesinos aboliendo los abusos de la clase gobernante sobre el remenea, al tiempo que establece medidas represivas contra los seguidores de Pere Joan Sala. Se abolían los sis mal usos (seis malas costumbres) (remenea personal, intértia, cogutia, eixorquia, ársia y ferma d'espoli forjada) y se establecía un censo a pagar. Las medidas represivas que condenaban a muerte a los caudillos remenees se ciñeron a dos sentencias y fuertes multas que fueron pagadas por el gran sindicato remenga. (46) Vicens i Vives. "Noticia de Catalunya" Ed. Ancora, Barcelona 1954. (47) E. Hinojosa, recogido por Camps i Arboix. (48) La repoblación se realiza con muchos inmigrantes franceses, atraídos por las nuevas fórmulas de contratación y las condiciones del estrato social. Nuevamente se produce un reequilibrio de las unidades de explotación. (49) "Génesi de l'estructura..." O. Cit. (50) "La casa catalana..." Op. Cit.
La disposición de la casa de campo basada en tres tramos paralelos, perpendiculares a la 29. Sala central del Castillo-Palacio de Perpinyá. Dibujo MPR. La tendencia hacia el espacio central único es una de las constantes de la arquitectura catalana.
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feudal y, en base a la enfiteusis, la democratización de la propiedad rural en Catalunya, mucho antes que en el resto de España y de Europa (47). La propiedad seguirá siendo, evidentemente, del señor, pero el campesino, abolidos los derechos absolutos del señor sobre él y mediante los derechos reales, se beneficiaba de la integridad de las cosechas y, por lo tanto, de una seguridad y un porvenir llenos de esperanza. Muchos masos llegan incluso a recobrar la propiedad directa. Estos tres siglos (XIII, XIV, XV), además de fomentar las condiciones que impulsaron la reestructuración del campo catalán y el definitivo sistema jurídico y social de explotación de la tierra (que se inicia en el siglo XVI y se prolonga hasta buena parte del XX), habían servido para conformar la estructura arquitectónica del mas, llegándose a una tipología bien definida y consolidada.
31 31 30. Sala de Can Aulina. Serinyá. S. XV. Foto MPR. 31. Plantas del Castillo de Porqueres. Dibujo de MPR, a partir del levantamiento de Jordi Bonet. Planta de Can Moles. Premia de Dalt. Dibujo archivo CEC. Masías derivadas de la tipología de castillo en el que la cubrición del patio central es ocupada total o parcialmente por la sala.
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una toma de conciencia de su propio papel histórico, que debe traducirse de algún modo en la arquitectura. De esta forma, la casa adquiere un valor simbólico, por encima, incluso, de cualquier cuestión funcional, como ha sucedido con el Palacio, la Sala, el Castillo o la Iglesia. Abona dicha hipótesis la voluntad creadora de una sala o pieza central del primer piso, espacio representativo por antonomasia, en la mayor parte de las reformas de los siglos XVI y XVII. La tendencia hacia este espacio central único de la sa/a, es una de las constantes características de la arquitectura catalana, especialmente en la particular interpretación del gótico desde el siglo XIII: la Sala, el gran salón, la lonja, la nave única de la iglesia, constituyen la esencia misma del edificio. El resto de las dependencias, si existen, pasan a tener un valor secundario. Volviendo a los sistemas de relación en el mundo rural catalán, desde el siglo XVI en adelante nos encontramos ante un fenómeno social que, madurando desde hace ya tiempo, significará el contrapunto decisivo para el desarrollo de la agricultura del país. Del mismo modo como, por una parte, la aparición y desarrollo del mas como sistema de explotación se debe a la forma de repoblación iniciada por los francos y reequilibrada por la feudalización y por otra, la consolidación de su evolución tipológica se debe esencialmente a la conciencia histórica adquirida con la resolución definitiva del largo conflicto remenea y la nueva clase social emergente, creemos que la estabilización del tipo debe ser atribuida a un tercer factor clave en la historia de la agricultura catalana: el Paíralisme. No se trata de un fenómeno que aparezca súbitamente. Antes bien es la consecuencia de una institución relacionada con la herencia de la tierra, que se manifiesta desde un buen principio a base de un sistema jurídico que impide la división de las fincas en las herencias, perpetuándose así la propiedad y la superficie de las tierras. El instrumento básico de esta indivisibilidad patrimonial es el principio del heredero universal, de libre elección, así como las substituciones fideicomisarias. Muchas otras costumbres, además, inspiradas en el Derecho Romano y convertidas en leyes, han ¡do conformando una forma orgánica jurídicosocial muy sólida y beneficiosa, orientada a la obtención del mejor nivel de vida posible. Así la "Ilegítima", los "capitols matrimoniáis", los "pactes nupcials", los "heretaments preventius i prelatius", etc., son estatutos que regulan el presente y previenen el futuro, encaminándose
(51) Danés señala la ampliación como la base de una evolución lineal que va desde el mas de dos cuerpos a los tres de /'estructura clásica "Génesi de..." Op. Cit. (52) En Italia, y sobre todo en el Véneto, región que mantiene algunas similitudes geográficas con las grandes llanuras de Catalunya, así como ciertas relaciones económicas y culturales, se observa un tipo de estructura semejante para la casa rural. Pero en ese tipo de construcción, también compuesta por tres cuerpos alargados colocados paralelamente, el tramo central que corresponde a la entrada, distribución y escalera de comunicación vertical, es, lógicamente, mucho más estrecho que los laterales. Ello explica, entre otras cosas, como el carácter simbólico-social de la estructura de la masía, frente a las condiciones constructivas y de uso, está por encima de cualquier forma de evolución simplista relacionada con los determinismos de tipo físico.
32. Casa rural italiana, a pesar de mantenerse la estructura de tres cuerpos, el tramo central es más estrecho que los laterales.
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fachada, que Danés denomina /'estructura clássica de la masía y que en estas líneas denominaremos "el tipo consolidado" puede provenir, y de hecho proviene, como toda arquitectura de tipo, de una evolución de elementos tipológicos configurados anteriormente guiada por una determinada voluntad creadora. Las condiciones favorables para esta nueva determinación formal se dan en la situación consolidada del mundo agrario que se produce en Catalunya en el siglo XVI e inmediatamente posteriores; los factores que influirán en la adopción del nuevo esquema son de diversa índole y grado, pero pueden resumirse en dos fundamentales: necesidades materiales y conciencia histórica. Por una parte el mas requiere ser ampliado a partir de la nueva situación social creada, tal como sucedió a fines del siglo XII y principios del XIII. Pero ahora su constitución estructural y la planta compuesta por dos cuerpos yuxtapuestos pero autónomos permite añadirle un tercero, siguiendo la misma ley de crecimiento. Y si es necesario, aún otro cuerpo transversal, es decir, colocado perpendicularmente a los anteriores. Esta nueva disposición distorsiona el funcionamiento estricto del mas en dos cuerpos en el que uno de ellos era utilizado —total o parcialmente— como cocina y comedor y, en definitiva, para todas las funciones de la vida familiar propiamente dicha, hecha excepción de la de dormir. Al añadir un nuevo cuerpo junto a la cocina-comedor, este espacio adquiere una situación central —y centralizadora— de la nueva vivienda, que requerirá ampliar la única abertura al exterior que, con la puerta debajo de ella, creará un eje de simetría fundamental para la morfología exterior de la casa. A continuación, la cocina se desplazará a uno de los lados dejando al espacio, o cuerpo, central aquel carácter tan singular que definirá a la masía y que comentaremos más adelante. Pero, es difícil aceptar que un cambio tan fundamental se deba única y exclusivamente a una circunstancia tan simple como es la ampliación de la casa (51). A fines del siglo XVI y durante todo el XVII, la mayoría de los masos de nueva planta se construyen ya con la disposición en tres cuerpos y mantienen la anchura del cuerpo central igual o incluso superior a la de los cuerpos laterales (52). El cambio de situación de la agricultura catalana, superado el conflicto remenea, con las nuevas relaciones entre campesinos y señores y la creación de una cierta burguesía de propietarios de la tierra que aumentan su representatividad en el escalafón social, dan forzosamente lugar a
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33. Cal Ametller. Banyoles. Foto MPR. 34. Can Colldecarrera. Coli de Carrera. Garrotxa. Foto MPR.
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37. Plantas de la Casa Nova. Llambilles. Dibujo MPR. 38. Casa NOva. Llambilles. Foto MPR.
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35. Plรกntasele Cal Nocaire. Banyoles. Dibujo MPR. 36. Cal Nocaire. Banyoles. Foto MPR.
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39. Plantas de Can Masgrau. Riudellots de la Selva. Dibujo MPR. 40. Can Masgrau. Riudellots de la Selva. Foto MPR.
41. Plantas de la Torre Ponca. Riudellots de la Selva. Dibujo MPR. 42. Torre Ponga. Riudellots de la Selva.
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siempre al mantenimiento de la propiedad. Otros instrumentos del paíralisme serán la enfiteusis, los contractes agraris, el principi de troncal i tat y la carta de Gracia o empenyorament, tan bien estructurados y analizados por J. Camps i Arboxi (53). La casa pairal es el mas principal, el centro de la gran propiedad, en el que vive la familia del hereu, los mossos y el masover si el propietario no explota directamente la tierra. Esta acumulación de familias da una magnitud considerable a la masía, a base de innumerables adiciones al tipo inicial. No ha de extrañarnos, pues, que las grandes "pairalies" ofrezcan un aspecto exterior en el que resulta difícil reconocer su núcleo originario: el mas de dos cuerpos o tramos, el "consolidado" de tres, la Sala, el Castillo, la Torre.... Las masoverias dependientes de la casa pairal nos ofrecen, en general, su estructura tipológica de manera más aparente, debido a los más precarios medios de subsistencia y a la menor contaminación de ingerencias "cultas", si bien mantienen idéntica disposición que el mas del señor. El pairalismo, sus instituciones y costumbres son los que, en conjunto, han permitido la explotación, la individualidad de las propiedades rurales y por su continuidad, el mantenimiento de la tipologi'a arquitectónica del mas, principalmente desde el siglo XVII hasta nuestros días. A este proceso de reconstrucción y consolidación del medio rural en Catalunya, además de la ocupación y reforma de los masos rónecs a principios del siglo XVI y de la construcción de gran cantidad de masos de nueva planta —sobre todo durante el siglo XVII— hay que añadir también la conversión, ya citada de Sales y Castells en masos.
(53) La enfiteusis, ya comentada (11), tiene una peculiaridad importante, como es la división del dominio en directo y útil con derechos específicos para ambas partes. El lluísme es el derecho directo del señor a percibir un porcentaje del valor en venta de la finca censada. El censatario, en cambio, tiene a su favor la fadiga o el retracte. Los contratos agrarios se establecen para los diferentes tipos de "parceries", desde las más pequeñas —artigues, bo'fgues,...— hasta las más importantes en forma de masover ¡a.
El principi de troncalitat determina que el patrimonio procedente del padre ha de ser para los de su rama familiar, y lo que procede de la madre, para la li'nea materna, en el caso, por ejemplo, de posibles segundas nupcias. Finalmente, la carta de gracia, pacte de retrovenda o empenyorament, por la que se vende un dominio con el derecho a recuperarlo, pudiendo conservarse algún di'a un patrimonio pairal que se ha disuelto por una mala economía.
Pero a partir de aquí, la historia de la agricultura catalana ya dejará de producirse de manera sincrónica con la evolución de la estructura arquitectónica del mas, como había sucedido hasta ahora. Es cierto que éste variará su morfología por causa de las ampliaciones, añadidos, sistemas constructivos, etc. pero se tratará de cambios tan solo aparentes, ya que las constantes estructuras del "tipo consolidado" se mantendrán invariables hasta transcurrida buena parte del siglo XX. www.faximil.com
Esta mutación se produce, bien por la pérdida de los privilegios feudales de algunos señores, bien por la adquisición de nuevas tierras que incluyen algún pequeño castillo o "Sala", o bien por la marcha de la nobleza hacia los núcleos urbanos, depositando sus residencias en manos de "masovers" que las adaptan para su nuevo uso. No es pues nada extraño que todavía hoy encontremos plantas de masos procedentes de tipologías castellanas más o menos adaptadas, y algunas de ellas con el patio cubierto y transformado en sala, lo que, como ya hemos dicho, ha hecho pensar a muchos autores que el patio es un precedente directo de aquélla. Desde nuestro punto de vista, todas las condiciones de carácter histórico y social que hacen evolucionar la arquitectura del mas hasta
el punto en que su estructura organizativa fundamental es no solamente identificable y perceptible, sino construida con conciencia histórica, independientemente de sus características estilísticas, constituyen un conjunto suficiente de elementos para definir la consolidación de una tipología arquitectónica. En la larga evolución hacia la estructura profunda que define tal tipología, no habrá faltado ni un proceso histórico coherente, ni las relaciones de uso factual y cultural apropiadas, ni las referencias más importantes a la arquitectura históricamente documentada. Y, una vez conseguida la consolidación, nada hará cambiar la estructura arquitectónica esencial, a pesar de las posteriores evoluciones del proceso histórico, tanto en lo que respecta a las relaciones de producción como a las influencias artísticas, climatológicas y de uso, que afectarán a la morfología pero no a la tipología. Es por este motivo por el que el mas de tres cuerpos paralelos, con sala central en el primer piso, que comienza a producirse a finales del siglo XVI y sobre todo, a partir del siglo XVII, y que Danés denomina "de estructura clásica", nosotros lo definimos como el mas del "tipo consolidado", ya que lo entendemos más como un hecho cultural que como una construcción determinada, aislada de su contexto. Y si los siglos XVI y XVII se han caracterizado por el resurgimiento y consolidación de la agricultura, con la ocupación y reforma de los masos rónecs, creándose nuevas masoverias, ampliándose las propiedades y las mismas casas y, en definitiva, consolidándose el sistema de explotación familiar del territorio, las postrimerías del siglo XVII y los inicios del XVIII se caracterizarán por las nuevas rupturas de bosque o artigatges, el cultivo de tierras jamás trabajadas, la desecación de marismas, etc. Un verdadero apogeo al que colabora la especializaron de los cultivos, como el de la viña, y los nuevos cultivos industriales, como la morera, el cáñamo, la gualda y el zumaque. No es extraño encontrar, pues, gran cantidad de masías de nueva planta de esta época, sobre todo en la llanura.
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45. Plantas de Can Geli. Santa Llogaia de Terri. Dibuix MPR. 46. Can Geli. Santa Llogaia de Terri. Foto AM.
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43. Plantas de Can Boada. Salitja. Dibujo MPR. 44. Can Boada. Salitja. Foto MPR.
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1. Can Cendra y Can Masgrau. Estanyol. Foto MPR.
LA ESTRUCTURA TIPOLÓGICA DE LA MASÍA
La visión de la masía desde su carácter tipológico, que nosotros entendemos como el más esencial, permite plantear su análisis de forma muy diferente respecto a como se ha hecho hasta hoy. Tras las reflexiones sobre el proceso histórico, el carácter evolutivo y la consolidación tipológica del mas, que planteamos como hipótesis de partida de nuestro trabajo, y después de una primera lectura del material recogido (no sólo de la comarca estudiada), nos proponemos, ahora, el intento de definir la masía desde los componentes mas significativos de su estructura tipológica. Esta no se refiere únicamente al esquema planimétrico de tres crujías, sino al resultado construido de aquellos aspectos sociales e históricos ya citados, que hacen inalterable su condición, por más que los factores estilísticos, funcionales y constructivos varíen en el tiempo y en el espacio. Para definir estos rasgos tipológicos fundamentales de la masía procuraremos centrarnos sobre la estructura consolidada desde el momento en que se acepta el tipo, es decir, desde el momento en que se construye o reconstruye de forma consciente según este esquema de tres cuerpos, sala central, etc.. sin dejar de lado sin embargo, los tipos anteriores que la han hecho posible y que, no sólo persisten, sino que acaban fundiéndose en morfologías comunes. LAS RELACIONES DE IMPLANTACIÓN
2. Localización de las masías en el territorio. Área de Sant Miquel de Campmajor. Dibujo MPR. 3. Foto aérea de Can Rodeja. Porqueres. Foto Polux. El espacio construido del mas se sitúa buscando las condiciones mas favorables de soleamiento, generalmente en los límites que separan los cultivos del bosque.
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Un primer aspecto, a modo de conclusión de lo que se ha expuesto en artículos anteriores, es que la masía es un hecho arquitectónico que no se puede entender sino es en relación a un proceso iniciado con la repoblación de un territorio, creando un sistema familiar de explotación de la tierra que evoluciona a través de unos hechos históricos determinados. En consecuencia, hay que partir de la base de que el espacio arquitectónico comprende el conjunto de la explotación, incluyendo la casa y sus anexos, la familia y el sistema social y jurídico que los relaciona. Este sistema y aquella evolución determinan el área de desarrollo de su arquitectura, con influencias en zonas inmediatas, más o menos definidas. La implantación de la masía coincidirá sensiblemente con la de los I imites fronterizos de la reconquista durante los siglos X, XI y XII en que estuvieron estabilizados. Su desarrollo a partir del siglo XVI sale de esta primera "marca", pero sigue manteniendo una relación directa con acontecimientos históricos, como
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4. Planta general de La Farrés, Pía de Martís. Dibujo MPR. Las agrupaciones, que sin llegar a configurar un núcleo urbano, establecen un sistema de relación diferente al de la masía aislada, reciben el nombre de "veínats". 5. "Veínat" de la Farrés. Pía de Martís. Foto MPR.
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los derivados de la revuelta de los "remenees": en la Segarra, por ejemplo, donde no se produjo el levantamiento, escasea el mas (y cuando existe adopta una tipología distinta a la consolidada), y en el Urgell, colonizado en una segunda etapa de la Reconquista, el asentamiento se produce a base de comunidades rurales, con un sentido colectivo de la economía. En cualquier caso queda claro que los límites, al menos los iniciales, del área de la "masía", no dependen tanto de factores geográficos como se ha dicho frecuentemente, sino de aquellos hechos históricos y sociales que han definido un sistema de explotación agrícola. Con esta implantación se establece sobre gran parte de la topografía catalana, un conjunto de actividades espaciales que definen la estructura del territorio y que se ponen de manifiesto según tres sistemas de relaciones: — Las que existen entre los diferentes masos (entendiendo el mas como el conjunto formado por la familia, las construcciones y las tierras explotadas) que inciden fuertemente en el territorio, dándole forma. — Las que se refieren al mas propiamente dicho, y que definen sus aspectos internos. — Y las que afectan a los elementos que forma el espacio construido o edificado es decir a la masía. Es difícil, en primer lugar, establecer una ley que motive las relaciones externas entre los diferentes masos aislados, determinando una disposición específica entre ellos. Los aspectos geográficos, y sobre todo las relaciones de propiedad, establecidas especialmente por el sistema de aprisió, así como sus variaciones posteriores, crean un número de variables excesivamente alto como para que, con los datos obtenidos hasta hoy, se puedan extraer conclusiones válidas. En todo caso puede hacerse un análisis de la situación en los últimos dos siglos en base a otras disciplinas, y siempre más como una constatación que como el estudio de un proceso. La teoría, que algunos autores han dado como buena, de que las edificaciones de los masos se sitúan de tal forma que siempre es posible la comunicación visual entre ellos carece de consistencia, pero en cualquier caso no afectaría de ninguna manera a la relación entre las tierras de dos o más propiedades distintas. Por otra parte las sucesivas olas de colonización a base de la desforestación de los bosques, y más tarde de la desecación de zonas pantanosas, o las divisiones de las propiedades que reducen
6. Planta general de Canelles de Baix. Valí de Bianya. Dibujo MPR. Ejemplo de masía con varios elementos separados según funciones, ordenados a partir del camino y la era. 7. Can Cabanyes. Argentona. Dibujo MPR. Planta de cubiertas del conjunto que introduce el cerramiento a partir del muro.
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la unidad agrícola, acaban de confundir esta posible relación. Sólo la pendiente del terreno que permita un mínimo cultivable, puede adoptarse como condición indispensable para el asentamiento de un mas; aparte, por supuesto, de la existencia de agua en algún lugar de la propiedad. En ciertas comarcas, sobre todo en sus áreas más llanas, se produce a veces una concentración de masos producto de sucesivas ampliaciones de los claros desforestados o de una cierta organización —y dependencia— en torno a una iglesia. Las edificaciones de estos masos constituyen unas agrupaciones denominadas veínats (vecindades), que sin llegar a configurar un núcleo urbano, establecen un sistema de relación diferente al de la masía aislada. Estos conjuntos observan diversos grados de proximidad que va desde la situación de 5 ó 6 masies relativamente aisladas, dentro de un círculo de 1.000 metros alrededor de la iglesia, hasta una proximidad tal que llegan a formar una verdadera concentración. Esta se configura de manera diferente a la de las estructuras urbanas tradicionales, siendo sus leyes de agrupación mucho más libres. Tan sólo en algunos casos se crea un espacio común, entendido más como era que no como plaza. Respecto a las relaciones internas del mas, se puede adelantar que, aun siendo siempre un mismo concepto de explotación, se manifiesta físicamente de diferentes formas. En primer lugar su superficie es muy variada ya que las propiedades han sufrido agregaciones y segregaciones a lo largo del tiempo; de 20 a 40 hectáreas podría ser una medida media actual, pero la relación entre áreas de cultivo, de pastos y de bosque, es muy variable de unos sitios a otros. El espacio construido del mas se sitúa buscando, en buena lógica, las condiciones más favorables de soleamiento, generalmente en los límites que separan los cultivos del bosque, apoyándose sin embargo, en el camino que atraviesa el territorio. Naturalmente que las muy distintas condiciones topográficas en que se asienta la masía, hacen que su situación respecto a las tierras, sea diversa, incluso en una misma zona. Es preciso añadir aquí, el hecho de que la mayor parte de las masies —excepto las construidas de nueva planta después del XVI— se amplían y reforman sobre otras existentes, mientras que con el paso del tiempo se han producido variaciones en los límites de la finca todo lo cual hace que el resultado final de la propiedad sea muy diferente de la que podía
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haber sido su configuración inicial. Frecuentemente no existe tan siquiera continuidad entre las tierras que constituyen un mas. De manera que, los factores que influyen en la situación del espacio construido con respecto a sus tierras dependen, en general, de la zona cuyas pendientes permitan establecer cultivos, de las partes del bosque desforestadas muchos años antes, de la presencia del agua, de los caminos, de la existencia de la antigua masía, de un supuesto dominio visual sobre la propia tierra, y sobre todo de los sucesivos cambios de límites en la finca debidos a los contratos agrarios y sumas o divisiones de herencias. Demasiados factores para hacer una teoría. Más sintetizable es la relación entre los elementos construidos dentro de la masía aislada, que va desde la estructura mínima, consistente en una era con un volumen único edificado, —el cual ya lleva incorporados los espacios destinados a los animales y al grano—, hasta la más compleja, con todos los elementos separados según funciones, y ordenados a partir del camino y de la era. Esta, pavimentada con baldosas cerámicas, o con losas de piedra, es un espacio muy importante de relación entre las construcciones y el resto del mas: lugar de trabajo, —de trillar el trigo, de secadero, etc.— y espacio de celebración cuando conviene, a manera de plaza del conjunto. A veces éste, queda rodeado por un muro que los unifica, hecho que se da frecuentemente en zonas muy abiertas, pero también, en menor grado, en topografías accidentadas.
Puede decirse, como conclusión del estudio del material recogido, y sin temor a equivocarnos, que la construcción de la masía se basa en un sistema espacial modulado, basado en la crujía o cuerpo alargado. Este sistema se materializa mediante muros de carga, casi siempre levantados con mampostería de piedra del lugar y envigado apoyado en estos muros. Se da, sin embargo, algún caso de substitución, parcial o total del sistema de muros, por una estructura porticada de pilares de piedra y vigas de madera, recuperándose el sentido de la crujía mediante una plementeria de tabiques de losas, ladrillos cerámicos o encañizados con yeso. Con esta referencia, queremos explicar que la crujía, entendida como módulo componible, es más un concepto espacial que un sistema exclusivamente constructivo. La construcción a base de dos muros de carga, con una separación entre ellos de alrededor de 12, 13
8 y 9. Estructura de crujía. 10. Estructura de crujía mediante muros y pilares. Dibujo MPR. El esquema constructivo a partir de crujías, contempla en algunos casos, la sustitución total o parcial de los muros por pilares, recuperándose el sentido de crujía al añadirse la tabiquería. 11. Esquema constructivo. Dibujo MPR. 12 y 13. Sistemas de cubrición para estructuras de dos tramos. Dibujo MPR. 40
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LA ESTRUCTURA DE LA CONSTRUCCIÓN
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cuatro metros, es frecuente y común a muchas arquitecturas vernánculas e incluso primitivas. Permite la cobertura más elemental del volumen, con viguetas de madera de medidas discretas y puede alargarse, tanto como convenga, en la dirección de los muros. Sin embargo, la forma de cubrir el espacio de la crujía en la masía, se produce indistintamente con bóveda de cañón o viguetas perpendiculares a los muros, sobre todo en las plantas bajas y en las construcciones más antiguas; en las otras plantas, y en construcciones posteriores al siglo X V I , se ponen de manifiesto, aún, muchas otras formas de cobertura, como las bóvedas —de ladrillo o losa— por arista o de cuatro puntos, las continuas o las rebajadas de tres radios (todas ellas además de las anteriores). También es frecuente la disposición de vigas perpendiculares al eje de la crujía y viguetas apoyadas en aquéllas siguiendo este eje, cuando la luz de la crujía supera las dimensiones habituales. Esta es la disposición que permite, en algunos casos, la sustitución de los muros por pilares, sobre los que descansan las vigas y el cerramiento del espacio con material más ligero. La planta baja sigue formada por muros continuos y es en las superiores donde se produce la estructura porticada, que recupera el sentido de crujía al añadirse la plementeria o los tabiques. En definitiva lo que deseamos explicitar es que, si bien inicialmente la construcción basada en dos muros paralelos, cubiertos perpendicularmente con viguetas de madera o con una bóveda de cañón, es una forma racional de cubrir un espacio, —que por otro lado no es ajena a la de los edificios entre medianeras de los pueblos—, más adelante será un planteamiento asumido por todos, la forma de construir una arquitectura compuesta por crujías, con independencia de los sistemas constructivos. Naturalmente que, al analizar las plantas de un número considerable de masies en algunas echamos en falta este esquema basado en la crujía, al menos a primera vista; sobre todo en algunas de las más modestas y entre las más antiguas —todas las cuales han sufrido, sobre todo estas últimas, muchas modificaciones—. Es posible que algunas de ellas deriven de la agrupación de cubículos, al construir aprovechando antiguos muros, —cosa muy frecuente—, o al ampliar alguna estructura de este tipo. Pensemos, tan sólo, en la gran cantidad de masos rónecs que se reconstruyen en los siglos XVI y XVII, y que muchas de estas masies, situadas en lugares pobres, entre los bosques y 18, 19 14 y 15. En el Románico, la construcción es la que determina la forma. En la masía, ésta es la que condiciona a la construcción. Dibujo MPR. 16. Estructura de crujía en el cottage inglés. Vernacular architecture. R. W. Brunskill. 17. Soluciones constructivas de cubierta. Dibujo MPR. 18 y 19. Ejemplos del sistema de cubrición a cuatro vertientes. Mas Rodés y Can Ballot-Gallifa. LLBG. 41
en lugares de fuertes pendientes, no habían sufrido modificaciones desde su primera construcción. Algunas de éstas, aún se ampliaron —ya con otro espíritu—, en el siglo XVIII, en el gran auge de la agricultura catalana, lo que explicaría la coexistencia del tipo consolidado con otras estructuras ajenas a él, generalmente en la planta baja. También encontraremos sistemas constructivos, más fáciles de identificar, derivados directamente de la tipología del castillo, entendida de forma elemental como una agrupación de piezas alrededor de un patio. La cubrición del patio determina muchas veces una sala, habiendo planteado este hecho alguna tesis sobre la consideración de este tipo como un precedente indiscutible de la masía, como el eslabón perdido de la relación entre la arquitectura de la masía y la de la casa romana. Muchas de estas construciones son realmente pequeños castillos convertidos en masies. Otros, los menos, podrían haberse construido de nueva planta, siguiendo los aspectos más evidentes de los muchos castillos existentes en la Catalunya Vella de los siglos XI y X I I . En cualquier caso debemos considerarlos atípicos desde la estructura arquitectónica consolidada, pero no desde la idea de la masía definida tipológicamente en estas notas.
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LA SALA: EL ESPACIO CENTRAL COMO SIGNIFICANTE
20. Planta del Mas Arbucés. Riudellots de Selva. Dibujo MPR. 21. Mas Arbucés. Riudellots de la Selva. Foto MPR. Valor de la sala central respecto al conjunto de la planta.
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Si, como hemos dicho, la masía es un hecho arquitectónico relacionado con un proceso histórico determinado, y su estructura construida se basa en un sistema espacial producto de la agregación de crujías o cuerpos alargados, hemos de convenir que la sala es el elemento definidor fundamental de su estructura tipológica. La sala es el espacio central de la masía, entendido no tanto como su centro geométrico —que también lo es a menudo—, o como centro de la vida familiar —que lo es sólo ocasionalmente—, sino como el elemento sobre el que convergen todas las fuerzas centrípetas del conjunto que intentamos definir. La sala es, esencialmente, un espacio simbólico, el lugar representativo de la masía. En ella se reúne toda la familia en fechas señaladas y en celebraciones de todo tipo. En ella están los mejores muebles de toda la casa, los retratos de los antepasados, la ornacina con la imagen religiosa venerada. No es, en cambio, el lugar habitual de la vida cotidiana; ésta se desarrolla en el exterior, de día, y en la cocina, alrededor del fuego, de noche o en los días de mal
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tiempo. En estos momentos, la sala es exclusivamente un distribuidor general de la vivienda. Este sentido simbólico-míticoreligioso de la sala adquiere verdaderamente carta de naturaleza, sobre todo desde la consolidación del tipo, es decir, desde el momento en el que la masía presenta tres cuerpos bien definidos. Naturalmente, que el proceso de formación de un espacio como éste es lento, y ya en la masía de dos cuerpos encontraremos también un espacio parecido a la sala ocupando gran parte de una de las dos crujías, o una entera. Pero en este caso, la superposición de funciones que se realizan —cocinar, comer, estar, celebrar, distribuir, ...— la hacen menos especializada en cuanto a significantes concretos; y sobre todo menos definitiva en cuanto a la relación con la estructura arquitectónica. La búsqueda y la consecución de este espacio es el gran hallazgo de la masía post-remenqa y sitúa su arquitectura a los niveles que puedan haber alcanzado en Catalunya las arquitecturas más monumentales, religiosas o civiles, que han hecho del espacio central —de la gran nave única— la base de sus contenidos. En el fondo podría hablarse de una especie de apropiación doméstica de las arquitecturas tradicionales del poder, por parte de la nueva clase campesina, ahora en alza. La sala se sitúa, casi siempre, en el mismo eje que señala la puerta principal, ya sea al mismo nivel o en una planta superior, que es lo más frecuente; esto dependerá de la topografía, ya que mientras lasa/a busca las condiciones más favorables de asoleo, la puerta queda siempre más relacionada con el camino y la era. Su manifestación externa es evidente: le corresponde la ventana más importante, dos ventanas simétricas o un gran balcón, cuando la entrada principal queda bajo ella; y la galería de una o varias plantas, cuando la topografía, el camino o la orientación, relegan la entrada a otro lugar. También el punto más alto del caballete de la cubierta, cuando ésta es a dos aguas, procura situarse en el eje de la sala, como realzando su significado. Cualquier peripecia constructiva es válida para conseguir las connotaciones formales internas y externas de este espacio, hasta los límites de negar a menudo la lógica constructiva y la economía de medios propia de la arquitectura de crujías. Un ejemplo claro de este hecho es el que acabamos de señalar de la situación de la cumbrera del tejado sobre el eje de la sala, que obliga a plantear su estructura portante con falsas cerchas, o con grandes vigas exageradamente deformadas siguiendo el ángulo de las pendientes. 22. Planta de Can Nadal. Valí de Terri. Dibujo MPR. 23. Can Nadal. Foto MPR. Situación de la sala en una masía de dos crujías.
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Más complejo resulta el proceso de creación de una sala central a partir de una masía de dos cuerpos, o su ampliación sobre la base de tres cuerpos estrechos. Se encuentran numerosos casos en los que puede observarse esta operación, debida a la importancia que va adquiriendo la sala dentro de la estructura de la masía, a partir del siglo X V I ; se trata de las masíes de "planta cruzada", en las que, mediante un giro de 90° de la crujía, se puede modificar la anchura de los cuerpos, manteniendo la planta baja inalterada. Esto se realiza, bien formando pilares en la planta superior en los puntos de cruce de los nuevos muros —que es el caso más frecuente— o bien situando arcos o paredes, perpendiculares al eje, en la crujía inferior. Todas estas operaciones no hacen más que confirmar la voluntad creadora de este espacio, y con él, la de una tipología arquitectónica claramente definida, capaz de representar las aspiraciones de la clase campesina catalana en un momento dado de su proceso histórico.
LA SIMETRÍA COMO VALOR SIMBÓLICO DE LA FORMA
24. Sala de Can Banús. Vilassar de Dalt. Foto archivo CEC. 25. Sala de Can Galí. Riudellots de la Selva. Foto MPR.
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Mientras la masía está formada por dos cuerpos o crujías (o sea, antes del siglo XVI), su cubierta adopta dos formas posibles con relación al eje longitudinal: aquella en la que la forma de los tres muros determinan sus pendientes, con el envigado en posición horizontal, y aquella otra en la que se levanta más el muro central y el envigado se inclina alineándose horizontalmente todos sus apoyos. Con esta disposición la puerta de entrada puede situarse tanto en el lado ancho como en el estrecho, siempre bajo el cuerpo que contiene la sala, dando lugar a cuatro posibilidades o disposiciones. En esta situación, el volumen general contiene evidentemente dos ejes de simetría, dominando el que pasa por la cumbrera, y que casi nunca coincide con el de la puerta de entrada, del cual se ha desplazado. Si puede hablarse de una fachada principal, hemos de considerar siempre como tal la que corresponde al lado mayor de la sala; ésta es además la fachada mejor orientada, con independencia de la de la entrada. La posición de ésta viene determinada por la topografía y por la situación del camino, más que por cualquier eje intencionado de simetría. En esta fase evolutiva de la masía, la simetría general viene pues condicionada por el sistema constructivo, que hasta aquí se mantiene dentro de la sencillez y la economía de medios.
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En cambio, cuando se consolida el esquema de tres crujías o cuerpos, con la sala en el central, el concepto de simetría adquiere un nuevo valor que ya no abandonará, empezando a patentizarse un sentido clasicista en el aspecto compositivo de la fachada principal. Este se produce en estrecha relación con el nuevo concepto que adquiere la sala, con independencia de los problemas constructivos que conlleve. El románico catalán, que no es ajeno al proceso de consolidación del tipo, es un claro punto de referencia de esta preocupación. Y también lo será la arquitectura religiosa posterior del gótico o el barroco: la fuerza y claridad de sus espacios, unidos a toda la carga simbólica de la religión y del poder, que son siempre elementos complementarios, coinciden con la ambición de la cada vez más influyente clase campesina. Un ejemplo claro de los conceptos citados nos lo dan las masies que Danés y Bonet Garí bautizaron como de "tipo basilical", es decir, aquellas en las que el cuerpo central se eleva más que los laterales, quedando así expresado en la fachada. Esta deformación de la masía de cubierta a dos aguas se debería, según Pau Vila, a razones climatológicas ya que, procedentes de la zona prelitoral poco soleada, se necesita el espacio del desván como secadero (Resum de Geografía de Catalunya, vol. 4, pág. 59). Danés en cambio, situando la procedencia de estas masies en las tierras del litoral, desde donde se habrían extendido hacia el interior, supone el origen de la forma "basilical" en las necesidades defensivas ya que es frecuente encontrar un matacán de defensa, real o simulado, sobre la puerta. Desde una perspectiva menos determinista, deberíamos buscar la razón de esta forma, en las relaciones simbólicas procedentes de la asimilación a la imagen, tan popular, de las pequeñas iglesias y ermitas románicas de Catalunya, así como a ciertas necesidades de tipo representativo que obligarían a ampliar las dimensiones de la sala, acusando más aún la situación de ésta en el conjunto, y aumentando el papel de la simetría como valor iconográfico. Reflexiones parecidas podrían hacerse sobre las fachadas barrocas, y, más adelante, en las neoclásicas y modernistas. En todas ellas el tipo consolidado se mantendrá como invariante tipológica y los diferentes estilos no harán perder la referencia a la sala como eje estructural de simetría. Por otro lado, los cuerpos añadidos dispuestos paralelamente al eje longitudinal de la crujía, provocan generalmente otro tipo de 26. Sala de Can Ballot-Gallifa. Argentona. Foto archivo CEC. 27. Sala de Can Caldero Nou. Riudellots de la Selva. Foto MPR.
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CUADRO COMPARATIVO DE ESTILOS CAN SISO Banyoles
CANCABRAFIGA Valí de Bianya
CAN RODÉS Fornells de la Selva
28. Cuadro que ilustra la neutralidad formal que permite el tipo consolidado. La estructura de tres crujías y el valor y situación de la sala, permanecen invariables en todos los casos, mientras el lenguaje formal adoptado refleja el período de su construcción o transformación. Can Caldero Nou, Riudellots de la Selva. Can Sisó, Banyoles. Can Cabrafiga, Valí de Bianya. Can Rodés, Fornells de la Selva. Can Guinau, Aiguaviva. Can Tria, Mata-Mataró. La Capsana, Cassá de la Selva. Can Lleonart, Alella. Dibujos y fotos MPR. Can Tria y Can Lleonart, MPR sobre material de Lluis Bonet i Garí.
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CAN CALDERO NOU Rindellotsde la Selva
CAN TRIA Mata-Matarรณ
LA CAPSANA Cassรก de ยกa Selva
CAN LLEONART Alella
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CANGUINAU Aiguaviva
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distorsiones, al mantenerse la cumbrera sobre la sala perdiendo la simetría general, pero manteniéndose, en cambio, la estructural y la simbólica, más fuertes que aquélla. Finalmente, hemos de hacer notar como en grandes ampliaciones y reformas de masies, se recompone de nuevo toda la fachada para mantener el carácter representativo y definidor de la simetría como valor simbólico de la forma. LA NEUTRALIDAD FORMAL DE LA MASÍA
29. Can Morgades. Vilanova de Sau. Guilleríes. Foto CEC. 30. Canelles de Baix. Valí de Bianya. Foto MPR.
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El concepto de "neutralidad", directamente relacionado con el de " t i p o " , explica y justifica los procesos de invención formal basados en la coherencia de una tipología determinada. Sólo a partir de esta neutralidad formal de la masía se entiende la incorporación de los diferentes estilos históricos y los distintos tamaños y connotaciones sociales, sobrepuestos al tipo consolidado. Danés, y con él otros autores, han hecho notar la importancia de la estructura constructiva por encima de los elementos estilísticos, como puertas, ventanas, y "otros detalles más débiles"; lo que equivaldría a reconocer el dominio de los elementos arquitectónicos (ejes, cuerpos, etc.), por encima de los compositivos (puertas, ventanas, etc.), según la terminología clasicista. Desde la lectura que intentamos hacer aquí hablaríamos de la preponderancia de la estructura tipológica, por encima de cualquier otro aspecto, y no sólo formal sino también funcional, geofísico o social, como veremos más adelante. Efectivamente, es un hecho manifiesto que, tanto en las tipologías anteriores a la consolidada, como, sobre todo, en esta última, se han ido incorporando al " t i p o " elementos connotadores de diferentes épocas. Algunos de ellos por simple substitución y otros ya intrínsecos a la construcción de nueva planta. Así pasamos de las elementales saeteras a las ventanas con dinteles de madera, a las geminadas románicas y góticas, a las bi y trilobuladas con finas columnas, a las fiorituras del último gótico, a las más austeras del renacimiento, tardío en Catalunya, a los balcones del s. XVIII de dimensiones más amplias, etc.. Lo mismo podemos decir de las puertas, los trabajos de forja, los estucos y esgrafiados como tratamiento de la fachada etc.. En otro nivel de elementos, ya no tan débiles, pero siempre sobrepuestos a la estructura, observaremos un proceso o tratamiento similares. Así, con las modificaciones de la
31. Mas les Vinyes. Plana de Vic. Foto MPR. 32. Can Estrada. Sant Esteve de Palautordera. A l t Valles. Foto MPR. La forma preconcebida de la masía comporta rebuscadas soluciones constructivas, que van desde la falsa cercha a vigas de forma curvada.
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fachada y con la disposición de las cubiertas se obtienen resultados formales muy variados. Desde los más elementales, como son los de dos vertientes, con la misma inclinación o con cambio de pendiente en la parte central, hasta los que ofrecen un cuerpo más alto en esta parte ("basilicales" y derivados), pasando por las cubiertas planas, las que tienen galerías adosadas o incorporadas, las de remate ondulado, de gusto barroco, las de frontón neoclásico, las que incorporan elementos modernistas, etc.. Ninguno de estos acabados de la fachada es ajeno al tipo consolidado, y no hacen sino confirmar la neutralidad de su estructura. Esta gran cantidad de variantes han inducido a diferentes estudiosos de la masía, a establecer clasificaciones y tipos, entre los que destacan, en gran manera, los realizados por J. Danés en la época más entusiasta de "L'Estudi de la masía" de la Fundació Rabell. Muchos de sus escritos sobre el tema son aún inéditos, pero los publicados han sido recogidos por muchos autores sin tener en cuenta las limitaciones que el propio Danés se planteó al iniciarlos. En sus dos trabajos titulados "Els tipus de masía d'estructura clássíca simple", y "Els tipus de masies amb galeries", dejaba bien claras algunas cuestiones: 1. Que trabajaba sólo sobre las masies en las cuales "la estructura clásica", es decir, la de tres cuerpos paralelos y sala central, se evidenciaba exteriormente 2. Que la clasificación se establecía a partir de esta forma externa de manifestarse. 3. Que la cubierta no sólo era el elemento con más influencia sobre la morfología total de la casa, sino que era consecuencia directa de su estructura interna. Con exclusión de esta última hipótesis, realmente inexacta, quedaban bien definidos los límites de su clasificación, ya que se intuía claramente que el concepto completo de mas y de masía estaba muy por encima de las consideraciones morfológicas. De hecho, cualquier tipología arquitectónica puede dividirse en cuantas clases y subclases se quieran, aunque en general deberían aceptarse como esenciales, bien las que atienden a la morfología total del edificio, es decir a sus relaciones espaciales; bien las que enfatizan los grandes elementos constructivos; o bien las que se limitan a los tratamientos decorativos. No es erróneo, pues, establecer sobre la masía, tipologías desde los conceptos citados, ni hacer, como hemos dicho, subclasificaciones de cualquier clase, mientras se entienda la estructura profunda que está por encima de
ellas y que define una determinada arquitectura, en nuestro caso la de la masía. Apartándonos de los aspectos puramente iconográficos, pero que inciden directamente sobre ellos, pueden comprobarse también las sobreposiciones que tienen lugar sobre la estructura tipológica de la masía, en lo que se refiere a las diferentes condiciones sociales que en ella coinciden. Y así vemos cómo la neutralidad del tipo, se pone de manifiesto al verificar que la posición social de sus moradores no modifica esencialmente la estructura de la masía; es frecuente encontrar en la gran casa solariega o pairal, la misma disposición de cuerpos que en las de los colonos o masoveríes que de ella dependen. O como mínimo, las mismas relaciones espaciales entre sus elementos si las primeras han sufrido modificaciones. Encontraremos diferencias en la amplitud de los vanos de las crujías, en la importancia de la sala, en los elementos decorativos más cultos y lujosos, en las puertas y ventanas, en los tratamientos de la fachada, o en la gran cantidad de añadidos que permiten dar cobijo a una o varias familias, o a los mossos. Nada de esto conllevará, sin embargo, modificaciones tipológicas, ya que el sistema social y jurídico que debemos considerar incorporado al concepto de tipología es el mismo tanto para el propietario como para el colono, y por tanto el resultado construido de aquella estructura tipológica es aceptado por todos, sin que sea posible plantearse otra alternativa. En todo caso será la morfología más aparente la que denotará las diferencias sociales o el nivel de riqueza del propietario. Se plantea pues quí, claramente, una distinción entre tipología y morfología como la que podríamos hacer, por ejemplo, entre lengua y habla, y de todas las connotaciones que pueden derivarse de una misma lengua hablada por diferentes estractos de una sociedad.
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LA INDIFERENCIA A LA FUNCIÓN El esquema tipológico de la masía permite, como en otras arquitecturas basadas en el tipo, que las dependencias se utilicen de forma indiscriminada, a partir de un sólo espacio cualificado, la sala, precisamente el más inútil desde el punto de vista funcional. A pesar de la distribución fija por plantas, con los dormitorios situados sistemáticamente en el piso, la cocina —que es en realidad el centro de la vida cotidiana—, aparece en los lugares más inesperados y casi nunca en el cuerpo central de la casa. Se sitúa generalmente al lado de la
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33. Can Vila. Pujarnol. Dibujo MPR. 34. Canelles de Baix. Valí de Bianya. Dibujo MPR.
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sala, en la fachada principal o en las otras, pero también muchas veces se encuentra en la planta baja, a uno de los lados de la entrada. Esta última posición es frecuente en las masies más modestas, sin que de esto se pueda establecer, sin embargo, una ley. Las cuadras de los animales están en la planta baja, o en elementos anexos al cuerpo principal, y el granero en el segundo piso, en uno de los cuerpos laterales, o bien totalmente independiente. Nada se fija, pues, a priori, como no sea el esquema general de crujías o cuerpos y la sala, que es el elemento más vinculado a este esquema. Y si el concepto de función se entiende como relación directa entre modo de construcción y morfología, nos encontramos con una situación parecida. Ya hemos hablado del planteamiento constructivo inicial a base de cuerpos alargados y relativamente estrechos, que tiene sentido a partir del sistema de cubrición con envigado de madera situado perpendicularmente a los muros. Pero desde la aceptación del tipo consolidado de tres cuerpos, la morfología general se determina con independencia de los aspectos constructivos, los cuales se distorsionan desde el punto de vista de la lógica estricta y la economía de medios, dando lugar a las hábiles y complicadas soluciones que en parte se han citado anteriormente. Es particularmente significativa la solución que permite cubrir la masía a cuatro aguas, forma de cubierta para la cual el sistema de muros no está preparado, y que adopta diferentes resultados según la pericia del maestro de obras. No es necesario insistir más en el caso de la sala, sino sólo recordar la problemática constructiva que representa por su situación coincidente con la cumbrera, y por la tendencia a ampliarse hasta superar los I imites de cubrición inmediata a base de envigado o bóveda de cañón. En definitiva, sea cual sea el concepto de función que aceptemos, hemos de reconocer que en la masía el tipo no queda predeterminado de ninguna manera por ella.
Durante muchos años ha sido opinión generalizada, el supuesto de que muchas arquitecturas rurales respondían de forma directa a las condiciones físicas del lugar donde se situaban. La masía no ha escapado a esta consideración, tanto con referencia a su área de implantación, como por los diferentes aspectos externos con los que se presenta en distintas zonas. 35. Can Vila. Pujarnol. Foto MPR. 36. Canelles de Baix. Foto MPR. 33, 34, 35 y 36: Dos casos de planta cruzada, donde la dirección de la crujía sufre un giro de 90° en la planta piso.
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MASÍA Y DETERMINISMO
37. El Geler. Santa Coloma de Centelles. Plana de Vic. Foto archivo CEC. 38. Cal Escarramant. Cabrera de Mataró. Dibujo archivo CEC.
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La primera cuestión ha quedado, creemos, sobradamente comentada, si bien habría que hacer algunas matizaciones. En efecto parece clara la coincidencia entre la primera ola de repoblación, realizada por los francos, y la primera área de implantación de la masía. Pero también es cierto que las condiciones geográficas eran, en esta zona, muy favorables al sistema mixto de explotación agraria, planteado como forma de colonización: terrenos accidentados, grandes superficies de bosque, altitud mediana y un índice de pluviometría relativamente alto. Según Vilá i Valentí, esta área quedaría inscrita en las comarcas de La Garrotxa, Ripollés, Osona, Llucanés, Berguedá, Solsonés y Bagues. A partir de aquí la expansión de la masía se produce sin que este factor geofísico influya para nada. Son otros factores, ya comentados, los que desarrollan y consolidan una tipología que se mantendrá inalterable por más que varíen las condiciones topográficas, climáticas o incluso los sistemas de explotación de la tierra. Estas condiciones son en extremo variadas en la Catalunya de la masía: El relieve —desde los grandes llanos a las zonas montañosas de difícil acceso—, el clima —desde el moderado del litoral sur a los más duros del prepirineo—, la vegetación, etc. dan idea de las diferencias del factor geográfico en las distintas comarcas. En parte como consecuencia de esto, se observan también grandes diferencias entre los tipos de explotación, ya que el mas poco a poco va especializándose aprovechando al máximo las condiciones físicas del lugar en el que está ubicado. Por otro lado, al margen de este hecho, ya hemos comentado como hacia el final del siglo XVII, y a lo largo del XVIII, se producen grandes cambios en el mundo de la agricultura catalana. Se abandonan algunos cultivos para especializarse en otros, como por ejemplo la viña, que produce rendimientos muy superiores. Como resultado de este proceso de aprovechamiento, nos encontramos con masos de economías muy diferentes, que van desde la casi exclusivamente ganadera, hasta la vitícola, pasando por aquellas en las que el cultivo dominante es el cerealístico, la huerta o el olivar. La construcción de la masía no se plantea nunca a partir de las diferentes condiciones geofísicas de implantación, ni de las formas de producción más o menos especializadas, sino que a partir de un esquema preconcebido que procura adaptarse al clima, topografía y sistema de explotación dominantes. Alguna de estas modificaciones, que no afectan, insistimos, a la
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estructura general, se incorporan a la construcción, sobre todo en las masies de nueva planta a partir del siglo XVIII. Otras, la mayoría, se introducen a medida que las necesidades lo plantean o las posibilidades económicas lo permiten. Es decir que, lejos de producirse nuevas tipologías que se deberían a los factores antes citados, el tipo consolidado responde a los cambios manteniendo invariable su esquema estructural, el cual permite la introducción de nuevos elementos o la variación de otros, siempre secundarios. Algunos autores han denominado a esas causas derivadas de los progresivos cambios del uso interno o de la implantación geográfica, "factores modificantes" de la forma, concepto contrapuesto al de "factores determinantes" de la misma. Así, si el desván o un cuerpo lateral no son suficientes como granero, se añade un nuevo cuerpo o se crea un edificio independiente —la pallissa o la cabanya—, liberado de la rigidez del tipo pero con claras referencias a su morfología. Lo mismo puede decirse respecto a los diferentes grados de especialización en tipos de cultivo, de ganadería o de otros. Pocas de estas especializaciones se han mantenido en idéntica intensidad durante toda la historia de un mas, por lo que, generalmente, factores modificantes que provocan añadidos o variantes al tipo, pueden quedar después obsoletos, y, las variantes introducidas ser reutilizadas. Estos factores, pueden dar lugar a subclases y variantes del tipo inicial, más o menos clasificables, pero son siempre variantes muy débiles del mismo, por lo que no pueden constituir una clasificación de tipologías arquitectónicas distintas. Por tanto entendemos que no puede hablarse de una masía "ganadera" y de otra "cerealista", sino, en todo caso, de que ciertos factores modificantes, que han llevado a un mas hacia una economía preferentemente ganadera o cerealista, han introducido nuevos elementos o modificaciones sobre el tipo, para conseguir una mejor adaptación de éste a la nueva situación. Pero los factores modificantes más decisivos y evidentes para los cambios morfológicos de la masía, no son tanto los derivados del clima, la topografía o las especializaciones en cultivos como los relacionados con aspectos antropoculturales que se imponen en ciertos momentos de gran auge económico del mas. Así vemos como se adoptan en una comarca determinadas fórmulas arquitectónicas, que después en mayor o menor grado, son asimiladas por casi todos. En la adopción de 39. Puig Refagut. Olost. Llupanés. Foto archivo CEC. 40. Can Roura. Estanyol. Foto MPR.
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44. Mas Girones. Cartellá, Sant Gregori. Foto archivo CEC. 45. Can Pardala. Esponellá. Foto MPR.
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41. Can Cases. Masnou. Dibujo archivo CEC. 42. La Canal. Plana de Vic. Foto MPR. 43. Can Burgués. Estanyol. Foto MPR.
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47 46. Can Montiel. Girona. Foto MPR. 47. Can Faixes. Usall. Foto MPR. El carácter representativo y definidor de la simetría como valor simbólico de la forma, es un factor común en la masía. Este valor dominante persiste frente a cualquier variación morfológica y/o estilística.
48. Can Butinyá. Badalona. Dibujo archivo CEC. 49. El Ricart en Malla. Plana de Vic. Foto MPR. 50. Casa a la Plana de Vic. Foto MPR.
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estas fórmulas colaboran tanto los aspectos miméticos, como los representativos, como sobre todo, los grupos de trabajo de los maestros de obras que realizan las obras de construcción y reforma en una zona concreta. Un ejemplo clarificador nos lo dan las masies del área de Olot, con la incorporación de las galerías. Efectivamente, en esta zona, a partir de dos problemas como son el topográfico y el climático, se añaden al tipo, sin modificarlo, unos cuerpos de galerías que permiten obtener un espacio exterior cubierto y doméstico (es decir incorporado a la casa como prolongación de lasa/a). Con ello se consigue, además de un uso diferenciado del granero, que es casi siempre independiente y compartido con el ganado, un lugar para desarrollar la vida cotidiana durante el día. En otras zonas este hecho se produce, como hemos dicho, en torno a la entrada principal cuando coincide con la buena orientación; pero aquí las pendientes del terreno sitúan el acceso a la casa en distinta posición, perdiendo éste su valor de habitabilidad. Sin embargo, en una fase más avanzada, estas galerías quedan completamente integradas al volumen total de la casa tanto si ésta ha sido construida de nueva planta como si se trata de la reforma de una existente. Y vemos como este proceso se desarrolla en menos de un siglo, con materiales y procedimientos muy parecidos, lo que hace pensar en que la creación de la galería, y su expansión obedecen a otras razones además de las derivadas del clima y de la topografía. Lo mismo podríamos decir de otros importantes elementos morfológicos que se dan en diferentes comarcas, sobrepuestos siempre al tipo consolidado, y en los cuales no parece necesario incidir. LA CAPACIDAD DE CRECIMIENTO
51. Galería del Farro. Valí de Bianya. Foto MPR. 52. El Serrat. Valí de Bianya. Foto MPR.
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Finalmente, es preciso citar un último aspecto de la estructura tipológica de la masía, de alguna manera relacionado con los factores modificantes ya comentados, que es su especial capacidad de crecimiento. Las arquitecturas de crujía tradicionales, como la del "cottage" inglés, cuando se amplían lo hacen prolongando la crujía, hecho debido a la gran importancia que tiene la cubierta, de fortísimas pendientes, respecto al conjunto del edificio. La complejidad de su estructura hace impensable el aumento de un piso o la agregación de un cuerpo paralelo. El "cottage" no se plantea como un modelo cerrado, como sería el caso de la mayor parte de las
53. M o l í d ' e n Sola. Valí de Bianya. Foto MPR. 54. Les Planes. V. Sant Pone Valí de Bianya. Foto MPR. Las Galerías incorporadas a finales del siglo X V I I I , en las masies de la Valí de Bianya, son un buen ejemplo de que ciertos aspectos formales dependen más de valores culturales que no de factores climáticos, como se ha venido sosteniendo.
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arquitecturas primitivas, pero tampoco como un tipo abierto, ya que observa un crecimiento obligado en una sola dirección. En cambio en la masía hay una clara disponibilidad para cualquier tipo de ampliación, sin perder sus características más esenciales. En primer lugar, el crecimiento vertical, que se produce añadiendo un piso sobre la estructura existente. Esta operación, muy frecuente, es inmediata ya que la forma de construir el tejado con vigas apoyadas, cabios o encañizado, y las tejas directamente apoyadas encima, es de una gran sencillez y provisionalidad. Esta misma precariedad de la cubierta permite cambiar, fácilmente, las pendientes, cuando el crecimiento se produce por la agregación de algún cuerpo paralelo a los existentes, y se desea recuperar la configuración tradicional. Este tipo de ampliación se inicia generalmente cuando se han construido las tres plantas posibles. Sin embargo la yuxtaposición de cuerpos paralelos, se compensa con otros dispuestos perpendicularmente a ellos, tendiendo a mantener una forma general de la casa compacta y cuadrangular. A medida que avanza el crecimiento varía la forma de las cubiertas, con preocupaciones más relacionadas con la forma de la fachada que con ninguna otra cuestión, lo que demuestra también, la debilidad de este elemento frente a la estructura general. Dentro de estos cuerpos añadidos, se habilitan las dependencias que se consideran convenientes, supeditadas siempre a la rigidez del sistema: habitaciones, cuadras, almacenes, graneros, etc.. Sólo cuando algún elemento tiene una función que no puede asumir el esquema tipológico, se crea un edificio de nueva planta que se sitúa en relación con el cuerpo principal: la torre de defensa en las zonas costeras, ligeramente separada de él, o el granero o la cabana, relacionados con la era. Todos estos elementos y otras distorsiones son consecuencia de ciertas limitaciones del tipo que, a pesar de su capacidad de crecimiento por agregación, tiene que responder a muchísimas formas de implantación y funciones, para muchas de las cuales, evidentemente no está preparado; pero también de esta manera se enriquece, tanto con la invención arquitectónica culta, como con la inclusión de soluciones menos cultas pero más ingeniosas, como las que los maestros de obra nos han legado. La capacidad de agregación del tipo, así como su neutralidad formal, el carácter de indiferencia a la función, la ausencia de
55. Dibujo atribuíble a J. Danés que ¡lustra el proceso de transformación por ampliación de una masía. Can Pujol. Canyet, Badalona. Dibujo archivo CEC.
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determinismos, y los resultados formales de los factores modificantes, no favorecen el reconocimiento inmediato de la estructura tipológica de la masía, ya que el conjunto final de ciertas modificaciones llega a alcanzar tales niveles de complejidad que, sólo mediante el levantamiento sistemático de las plantas, y la profundización a todos los niveles de los elementos que inciden en cada caso, es posible obtener aquel objetivo. Este primer intento de analizar el mas y, sobre todo, la masía, desde los rasgos fundamentales de su estructura tipológica, a partir de una primera comprobación de las hipótesis planteadas en el trabajo en curso, repetidamente citado, no deja, de ninguna manera cerrada la cuestión. Será necesario que la tarea iniciada se pueda completar, tanto en las comarcas que se están estudiando, como en el resto del área de la masía, desde estos nuevos puntos de vista. Para ello es preciso que las instituciones públicas y privadas y, quizás, la propia Escuela de Arquitectura, con la creación de una Cátedra exclusiva del tema, se den cuenta de la importancia de este hecho arquitectónico tan singular, y construyan el soporte que permita definitivamente su estudio.
58. Torre Bagura. Torroella de Montgr铆. Foto archivo CEC. 59. Can Ferrer. Sant Andreu de Terri. Foto MPR. S贸lo cuando el tipo no puede asumir ciertas funciones especializadas, se crea un edificio independiente en ren relaci贸n con el cuerpo principal. Este es el caso de las torres de defensa o dt las pallisses y cabanyes.
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56. Torre Gran. Torroella de Montgr铆. Foto archivo CEC. 57. Can Rodeja. Marlant, Cornelia. Foto MPR.
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1. Josep M a Pujol. Reforma de la masia Negre en S. Joan DespĂ.
REINTERPRETACION DE LO VERNÁCULO LA APROPIACIÓN CULTURAL DE LA MASÍA "villa" suburbana, como lugar de traspaso entre dos mundos empieza a convertirse en el paradigma de toda la época moderna. El recurso a la arquitectura vernácula no siempre ha tenido el mismo significado. Al contrario. Lo más frecuente es su utilización como forma de recuperación de una identidad perdida, como reencuentro con una tierra y unos antepasados respecto a los cuales se ha truncado la relación de continuidad. Este retorno a los orígenes es propio de sociedades que reaccionan frente a la colonización económica y cultural proponiendo en cambio un ideal nacionalista que se aferra a la tradición, la lengua y la historia propias. En un contexto de este tipo se desarrolla el neogótico en Inglaterra, Francia, Alemania o Catalunya entendido como representación genuina de los valores "nacionales" a partir del hecho indiscutible de que la arquitectura gótica tuvo en estos países un arraigo mucho mayor que las obras clásicas griegas y romanas. En otras ocasiones el recurso a lo vernáculo sirve para apuntar la base de nuevos planteamientos formales y constructivos. Una parte de los movimientos de vanguardia de la primera mitad de nuestro siglo han buscado el padrinazgo de la arquitectura tradicional para demostrar el acercamiento de las nuevas propuestas a las raíces profundas de los pueblos, en contra del elitismo cultivado por las academias. Así cabe entender, por ejemplo, las referencias del racionalismo español a las arquitecturas de la costa mediterránea, cuya "seriación", pureza formal y simplicidad de métodos, permite establecer paralelismos con los objetivos de la nueva arquitectura. Los ejemplos contrapuestos del revival neogótico y del movimiento racionalista muestra las diferentes significaciones que puede adquirir el recurso a lo vernáculo. En las tendencias revivalistas de finales del XIX el ideal nacionalista identifica la tradición con ciertos estilos históricos y se apoya en la arquitectura vernácula como la expresión de la particularidad cultural de un lugar concreto. Los arquitectos del Movimiento Moderno, movidos por ideas de progreso de corte intemacionalista, se interesan por la arquitectura "popular" en tanto que está libre de toda vinculación a un tiempo histórico y está provista de una lógica interna que supera cualquier particularidad geográfica. Del mismo modo, en la actualidad es difícil inscribir bajo el mismo signo las numerosas recuperaciones del mundo vernacular. Así, por poner dos casos extremos, mientras algunos arquitectos de la costa californiana, se interesan 2. Andrea Palladio. Proyecto para una pequeña villa. 3. Arquitecto desconocido del '500. Villa Valmarana, Vigardolo. 4. J. LL. Sert y J. Torres Clavé. Casa de vacaciones en Garraf. 1935. 61
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Existe una constante interrelación, a lo largo de la historia, entre las arquitecturas del mundo urbano y las del mundo rural. En la ciudad suelen concentrarse las formas del poder, ya sea civil, militar o eclesiástico. El campo, a menudo dependiente de este poder, recibe con mayor o menor deformación, las influencias de su cultura. Pero existen también fenómenos de reflujo de este sistema de influencias por los cuales la cultura rural se convierte en la referencia primordial de las nuevas experiencias. Hoy, por ejemplo, nos encontramos en un momento histórico en el que se vuelve la vista hacia las arquitecturas vernáculas del mundo rural y se las reinterpreta en situaciones como las ciudades-jardín que por su uso están más próximas al hecho urbano. Estas situaciones expresan la tendencia a integrar componentes urbanos y rurales, a la búsqueda de un marco físico más equilibrado. El "retorno al campo" caracteriza a todas las épocas en que las condiciones de la vida urbana se han hecho demasiado difíciles e inseguras y se relaciona con ciertos modos de idealización del mundo rural. A veces esta nostalgia por el campo coincide con expectativas de rentabilidad de la explotación de la tierra, las cuales justifican la inversión en el sector agrícola e incluso la instalación del inversor en el lugar de producción. La "villa" es el tema arquitectónico que mejor encarna esta experiencia social. La "villa rústica" de la era romana es el producto de esta relación de dominio del campo a partir de modelos ligados a la cultura urbana. En el Véneto, a partir del renacimiento, las "villas" adquieren un carácter social y artísticamente totalizador y arquitectos tales como Palladio, Scamozzi, Sansovino, etc., establecen los tipos que serán casi obligados en la Europa de los siglos XVI y XVII. Si bien esta cultura de la "villa" está directamente ligada a la experiencia urbana de la relectura de la Antigüedad como fenómeno superestructural, es evidente que las formas arquitectónicas vernaculares tienen un gran peso específico en la definición y normativización de la tipología a emplear. Para comprobarlo basta ver las primeras obras de Palladio en comparación con la casa rural véneta de la época. En la Inglaterra de mediados del siglo XVIII toma nuevo impulso la construcción de "villas" apoyándose en el pintoresquismo de los pintores paisajistas. La "villa' no estará ya tan ligada a las formas de explotación del campo sino que tenderá a manifestar el sentimiento romántico que el mundo rural despierta en las nuevas clases urbanas ascendentes. Desde ese momento la
O, dicho de otro modo, a la diferencia entre la "forma técnica" que caracteriza al utensilio y la "forma arquitectónica" que caracteriza a la casa. Los contenidos de la arquitectura tienen siempre un fuerte componente de permanencia (véase por ejemplo la permanencia de la ¡dea de "casa" a través de la historia) y esto explica su capacidad de reutilización y reinterpretación. Podemos, pues, hablar de una "apropiación cultural" de la arquitectura vernácula bien distinta de las trasposiciones que el consumo cultural lleva a cabo sobre los viejos utensilios. En éstos el objeto se descontextualiza y se convierte en pieza de coleccionismo. La permanencia del uso de la arquitectura puede en cambio dar lugar a una recuperación de lo vernáculo perfectamente integrada en los nuevos parámetros culturales. Nosotros sostenemos que esto es posible sobre todo en las arquitecturas basadas en estructuras tipológicas y por tanto no ligadas directa y deterministamente a un medio o un material concretos. Así un "igloo" o una "palloza" gallega, por citar dos ejemplos, difícilmente aceptarían un uso distinto del que los hizo posibles, mientras que las casas en hilera de la parcelación gótica permiten no sólo una readaptación del habitáculo a nuevas necesidades Pero el retorno a lo vernacular no está exento de peligros. El principal de ellos es el anacronismo sino incluso la construcción de nueva planta coherente con su procedencia tipológica. (1) derivado de una descontextualización histórica Desde este punto de vista se comprende que la de los elementos del folklore. masía, ya no como epicentro de una unidad Hoy es creciente el interés por todo lo que hace familiar de explotación agraria, sino como referencia a las llamadas "artes populares" o, dicho de otro modo, los "oficios artísticos". Esta estructura arquitectónica con valores propios, sea objeto, en Catalunya, de una insistente revalorización viene alentada por el avance de "apropiación cultural". Su condición de vivienda ciencias como la etnología o la antropología, familiar implantada en el campo permite pero a menudo sufre un corto circuito que la referirla al vasto fenómeno actual de huida sitúa de lleno entre los mecanismos típicos de periódica de la ciudad, y por otra parte su raíz una sociedad de consumo. A menudo la tipológica encaja perfectamente con las nuevas consecuencia es una progresiva expectativas de la vivienda aislada: una gran descontextualización de los objetos "sala de convit" para las ocasiones señaladas, un (herramientas domésticas o de trabajo de la cultura preindustrial), los cuales quedan aislados lugar más pequeño con el "foc a térra" en el que transcurra habitualmente la vida doméstica, del ambiente que les es propio. Esto permite su una forma compacta de la casa que expresa a la mercantilización al margen de la condición vez protección y economía, un cierto aire de inicial de dichos objetos. Este es, entre otros, el nobleza que proviene de su relación con la origen de las formas degradadas de apropiación historia, la carga simbólica de la cubierta a dos cultural y del fenómeno "Kistch". aguas y de la simetría de las formas que le es La arquitectura rural tampoco escapa a este consubstancial, etc. proceso. La reproducción acrítica de los elementos, las técnicas y los materiales tradicionales al margen de la situación social e histórica que les daba origen, conduce Presencia de la masía en la reciente historia de necesariamente al "Kistch" arquitectónico. Hay la arquitectura catalana. sin embargo un hecho diferencial entre la arquitectura y los objetos que permite entrever Desde la interpretación que hemos esbozado un camino más fértil para su reutilización. Nos hasta ahora, es posible rastrear en nuestra historia referimos a su carácter de habitáculo y a la reciente una serie de hilos en los que se persistencia de las formas de vida en el tiempo. manifiesta de un modo inequívoco la presencia 8
5. McKim, Mead & White. William Low House 1887. Bristol, Long Island. 6. Venturi & Rauch. Casas Wislocki y Trubek. Nantucket Island. Mass. 1971-72. 7 y 8. B. Reichlin y F. Reinhart. Casa Sartori en Riveo, y Casa en Vezio, Ticino. 62
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por los valores simbólicos y las connotaciones formales de la tradición propia, otros grupos de arquitectos en el Ticino o en Lombardia, buscan en la arquitectura rural ante todo los rasgos tipológicos que permitan su reinterpretación global. En cualquier caso existen rafees comunes a todas estas actitudes, la principal de las cuales tal vez sea la crisis generalizada de la ciudad moderna tal como hoy la conocemos. A la hora de buscar alternativas al indiferentismo de la arquitectura actual, lo vernáculo parece convertirse en referencia obligada. Y la reflexión sobre la arquitectura vernácula se convierte en la ocasión concreta para definir y explicitar los fundamentos de una propia teon'a de la arquitectura. En Catalunya el estudio de la masía puede entenderse ligado a esta situación más general: de ahí' la importancia que puede cobrar en la actividad proyectual y en la definición de unos objetivos arquitectónicos compartidos.
16 13, 14 y 15. Isidre Plana. "Les Ribes". Cabrera de Mataró. 1752. 16. Josep M-a Pujol. Reforma de la masía de S. Joan Despí.
20 17. J. Danés i Torras. Masía Maríona. Moscaroles, Montseny. 1931. 18 y 19. J. Danés ¡ Torras. Proyecto de casa de recreo en Catalunya. 1916. 20. Rafael Masó. Reforma del Mas "La Riba". Valí de Bianya. 1909-10.
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12 9. El Kistch de la masía. Sta. Cristina d'Aro 10. Pal loza de Los Aneares. 11 y 12. Fachadas neoclásica y modernista del Mas Porroig en Vilafranca del Penedés.
consiguientes colonizaciones culturales, para encarnar la búsqueda de unas raíces que puedan afirmar la catalanidad reivindicada. Un proyecto de Danés hecho en la Escuela de Arquitectura hacia el año 1916, sobre el tema de una "casa de recreo", recoge las ideas de reutilización de la masia incorporando elementos historicistas del momento. El propio Danés define así el sentido que él atribuye a la reutilización de lo vernáculo: "el estudio de nuestras masies es uno de los puntos de partida del arquitecto que quiera estar dentro de la tradición catalana del arte de construir para caminar hacia la futura gloria de nuestro arte nacional". A pesar de esta declaración, la arquitectura de las casas de campo en Catalunya a finales del XIX, en plena exaltación neogótica, se apoyará sobre todo, en los esquemas ingleses del "cottage", más flexibles que los derivados del tipo consolidado de la masia. Los arquitectos modernistas hacen referencia a la masia tan solo en los aspectos figurativos y ornamentales, incluso cuando se ocupan de intervenir directamente sobre ellas en reformas o ampliaciones. Es difícil encontrar durante el Modernismo, una casa aislada de nueva planta que responda con aproximación al esquema tipológico consolidado de la masia. En cambio, durante el Noucentisme, a pesar de que los arquitectos se reclaman a menudo de estilos ajenos a los del mundo autóctono y de elementos de lenguaje bastante heterogéneos, la aproximación a la masia como estructura tipológica adquiere en ocasiones un cierto relieve. Pericas y sobre todo Rafael Masó llevan a cabo algunos trabajos en los que la figuración, influida por los modos de la Sezession vienesa, se apoya en esquemas organizativos próximos al tipo de la masia. La casa Casas de Masó (S'Agaro 1915-16) es tal vez el mejor ejemplo de esta serie: la planta de tres crujías recoge el sentido espacial de la masia tanto en la disposición de las piezas como en la resolución formal general. Es fácil incluso advertir la presencia de lasa/a en el piso superior, si se hace abstracción de la pequeña habitación que da a la fachada principal, la cual fue incorporada a última hora. Danés, a pesar de ser el arquitecto que más conscientemente se refiere a la masia como tipo, trabaja sobre unas reinterpretaciones a nivel de proyecto que no pasan de discretas. Así en la "Masia Mariona" que construye en 1927-31 para el procer R. Patxot, recoge los diversos elementos que su estudio analítico sobre el tema le ha ido proporcionando pero el resultado de la composición es confuso e inerte.
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21, 22 y 23. Rafael Masó. Casa Cases. Sant Pol, St. Feliu de Guixols. 1915-16. 24. C.F.A. Voysey. Miss Conants House. North Luffenham-Rutland.
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del mundo vernáculo ejemplarmente representado por la masia. Como ya se ha dicho, la masia ha integrado, en el curso del tiempo, elementos estilísticos románicos, góticos, renacentistas, barrocos y neoclásicos sin modificar en absoluto su estructura. Desde la consolidación del tipo, éste se ha mantenido inalterable asumiendo los valores formales del estilo de cada época. Pero, lo que aquí' nos interesa es un fenómeno distinto. A partir del desarrollo industrial en Catalunya y la consiguiente concentración poblacional en las grandes áreas urbanas, la masía va convirtiéndose en "casa de campo" y paralelamente surge la villa suburbana planteada como masía. Esta transposición inaugura una reflexión arquitectónica más distanciada e "historizada" sobre la casa rural catalana. Así veremos como ciertos ejemplos del "modernisme", el "noucentisme", el "neopopulismo" de la postguerra e incluso de las actuales experiencias arquitectónicas toman a la masia como referencia y la manejan implícita o explícitamente como tema de proyecto. En muchos casos esta referencia no va más allá de los aspectos figurativos e iconográficos. En otras ocasiones se hace más esencial, llegando a captar y asumir las leyes formales que determinan su estructura. Esta dialéctica interpretativa va recorriendo la historia de la reciente arquitectura catalana. En el siglo XVIII se produce un gran desarrollo de la agricultura en Catalunya. Se trabajan nuevas tierras, se desecan zonas pantanosas, se cambia el curso de los ríos. La renovación de los modos de cultivo genera el enriquecimiento de los grandes propietarios y, a la vez, los comerciantes e industriales vuelven a interesarse por la posesión de la tierra y sus valores representativos. Se construyen nuevas masies y se reforman o amplían algunas de las existentes dotándolas de un aspecto más "señorial" que las diferencia de las "masoverías" de la misma finca. (2) Durante la mayor parte del siglo XIX se mantendrá e irá en aumento esta interrelación campo-ciudad en la que la masia se convierte en referencia obligada ya sea como centro de la gran propiedad agrícola ya sea como "villa" o casa de campo de carácter residencial. Su firme estabilidad tipológica le permite asimilar naturalmente los cambios que van del barroco al clasicismo y convertirse en paradigma de las pretensiones del nuevo estilo. Al propio tiempo el creciente impulso del nacionalismo catalán no puede encontrar una imagen más propia que la de la masía, la cual se ha mantenido sustancialmente inalterada, afrontando todos los cambios políticos y las
29. J. A. Coderch y M. Valls. Casa Senillosa, Cadaqués. 1958. 30. Casa de pescadores en Cadaqués, D.G.A.
33 31 y 32. J. A. Coderch y M. Valls. Casa de campo en Sitges. 1944. 33. J. L. Fdez. del Amo. Viviendas en Vegaviana, Cáceres. 1954-58.
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30 25. J. Masramón de Ventos. Reforma del Mas Muñoz, Llambilles. 1958. 26. Coderch-Valls. Casa Garriga-Nogués, Sitges. 1947. 27. J. Pratsmarsó. Casa Cantarell, Sa Riera, Begur. 28. J. Sostres Maluquer. Casa en Bellver de Cerdanya. 1948
37 34. Yago Bonet Correa. Casa en Serrafossa. 1974. 35. Yago Bonet Correa. Casa en Corbera de Llobregat. 1975. 36. Yago Bonet Correa. Casa en Cantonigrós. 1976. 37. Yago Bonet Correa. Casa en Bagur. 1974.
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partir de las que se pretende instaurar una En cualquier caso hay que señalar el hecho de condición estable para vincular la casa aislada a que, en torno a 1930, paralelamente a la las rafees culturales del pai's). emergencia del racionalismo en Catalunya, una En cualquier caso, las experiencias llevadas a serie de arquitectos empiezan a manejar en sus cabo han obtenido ya interesantes resultados. obras el recurso autóctono de la masía, lo cual Encontramos en ellas una serie de temas habrá de influenciar fuertemente el desarrollo arquitectónicos estrechamente ligados al de la arquitectura catalana en la postguerra. análisis del mundo autóctono: la sala como La situación cultural en los años 40, induce una espacio central que genera las dependencias que cierta continuidad de la vía clasico-italianizante de los Rubio i Tudurí, Duran Reyrals, Folguera, a través de ella se conectan, la disposición de crujías según ejes paralelos, la fuerza etc., junto con un relanzamiento del estructuradora de la simetría compositiva, la academicismo de marchamo francés propio de independencia formal de los cuerpos añadidos, Bona, Florensa y otros. Ante esta situación, las la compacidad total de la pieza arquitectónica, generaciones surgidas de la Escuela en dicha la claridad de las cubiertas, etc. década, se orientan hacia fuentes más próximas En base a estos conceptos, conscientemente y menos engoladas, tanto por reacción contra extraídos de la estructura tipológica de la masía, las imposiciones del "staff" de arquitectos que se está gestando una cierta ¡dea de arquitectura dominan la Escuela, como por las condiciones que nos suscita, para terminar el escrito, las de los encargos que reciben. La primera época siguientes reflexiones: de arquitectos tales como Masramón, Coderch, Valls, Moragas, etc., exhibe en diversas En primer lugar, que la transposición tipológica realizaciones, la huella de un reencuentro con lo literal casi nunca es posible, tanto por las autóctono que, a pesar de sus limitaciones, dimensiones de los actuales programas de demuestra la vitalidad de este filón cultural. viviendas como por la alta agrupación que se dá Al mismo tiempo, desde las promociones en las mal llamadas urbanizacones, parámetros oficiales del Régimen se practica un difuso ambos que determinan una escala de actuación neopopulismo que tiende a capitalizar los valores bien distinta de la del mundo rural. Por tanto, de la arquitectura vernácula por medio de la reflexión tipológica es tanto más interesante operaciones en las que interesadamente se cuanto más capaz se muestra de superar la confunde la "arquitectura popular" con la repetición formularia. "vivienda pobre". Este neopopulismo En segundo lugar, que la referencia a cuestiones superficial y mimético desacredita durante estrictamente figurativas de la masía parece mucho tiempo la posibilidad de valerse, en la presentarse como una fase previa, inicial, construcción del proyecto, de la referencia a absolutamente necesaria para un progresivo lo vernáculo. reconocimiento consciente de la vigencia que la En la actualidad vuelven a ser patentes los masía como tipo comporta, pero a la vez como síntomas de un renovado interés por la masía una fase efímera que ha de dar paso a una por parte de los arquitectos de las nuevas elaboración más reflexiva y esencial. generaciones, en correspondencia con el De este modo la nueva arquitectura de la casa fenómeno más general de revisitación de lo busca instaurar un vínculo profundo con la vernáculo. tradición a la que se refiere y se pone en Por otra parte, el auge que han adquirido los situación de restablecer un nexo de continuidad estudios tipológicos hace que haya unas con las formas de la cultura que ha construido arquitecturas más capaces que otras para el territorio catalán en el curso del tiempo.* adquirir una dimensión significativa e * Este artículo se ha realizado en colaboración instrumentalizable. En este sentido la masía con Caries Martí Aris. parece convertirse en un perfecto campo de aplicación de la investigación tipológica y por lo tanto en un actualizado campo operativo para NOTAS: el proyecto. (1) En este sentido, las intervenciones efectuadas en Asi' vemos como un nutrido grupo de jóvenes las casas de pescadores de Cadaqués muestran esta arquitectos catalanes hacen de uno u otro modo capacidad de reinterpretación. referencia a la masía al afrontar el tema de la (2) El tipo consolidado de la masía, está tan asumido casa unifamiliar aislada. Estas aproximaciones en esta época, que el encargo de una casa de recreo efectuado por un comerciante catalán residente en van desde los aspectos iconográficos (de los cuales se hacen derivar valores connotativos para Madrid, a un carpintero —según documento de 1752—, consiste únicamente en el dibujo "de quatre plantes o incorporarlos a la confección de las nuevas dissuenyos" que corresponden a las fachadas. Les imágenes) hasta las constantes tipológicas (a Ribes, Cabrera de Mataró.
42 y 43. J. Moner i Codina. Can Cullell, Banyoles. 1975. 44. J. Moner i Codina. Can Costa, Fontcoberta. 1977. 45. J. Moner i Codina. Can Font, Banyoles. 1977.
46. Crous, Grabuleda y Riera. Can Gimbernat. 1980. 47. Crous, Grabuleda y Riera. Can Boñigas, Anglés. 1979. 48. P. LLinás. Casa en Cardedeu. 1974.
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38 y 39. A. Pía ¡ Masmiquel. Casa Yoldi, Montrás. 1975-76. 40 y 41. A. Pía i Masmiquel. Casa Ferrer ¡ Girones, Romanyá de la Selva. 1976-77.
DEL PLA DE GIRONA A LA VALL DE BIANYA La documentación correspondiente a estas seis masies pretende -con la brevedad del espacio disponible-, mostrar distintas versiones de un mismo hecho arquitectónico. Su selección se ha llevado a cabo en un área con sustrato histórico y cultural común, pero con condiciones geográficas muy variadas; todo ello sin voluntad de inventariar, ni tan siquiera de establecer un itinerario. Estos ejemplos, situados desde el llano a la montaña, desiguales en lo que se refiere a superficie y tipo de explotación, volumetría, características morfológicas, etc., ilustra los conceptos vertidos a lo largo de los artículos precedentes, en el sentido de búsqueda y permanencia del tipo por encima de otros factores. 1. CAN CORRETGER Y CAN RENAT Este conjunto se halla situado en el término municipal de Aigüaviva, en el Pía de Girona, y desde hace unos pocos años es visible desde la autopista A-17. Constituye un buen ejemplo de algunas de las formas más habituales adoptadas por las masies en esta zona. Construidas ambas a principios del siglo XVII y, probablemente, para dos miembros de una misma familia, han evolucionado con distinta suerte convirtiéndose Can Renat en masovería de Can Corretger. En este sentido las sucesivas reformas de la última han ¡do modificando su aspecto llegando a diferenciarlas profundamente, manteniéndose, a pesar de ello, la misma estructura tipológica. Destaca en Can Corretger el potente volumen rematado por la cubierta de cuatro vertientes, de más tardía construcción, así como su puerta solar, de largas dovelas, en el eje de la bien conservada sala. Can Renat, de forma basilical, respira aún su pureza formal originaria reforzada por las delicadas ventanas en ángulo, una de las cuales ha sido modificada recientemente. www.faximil.com
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2. CAN LLAPART Masía situada en el límite sur del "Pía de l'Estany de Banyoles", en el término municipal de Camós. Su construcción inicial sufre diversas transformaciones que culminan en la del año 1756 en que queda configurada tal y como la vemos en la actualidad. De la observación de la planta, se distingue la estructura tipológica esencial, aunque con importantes adiciones, como laque generando un patio, da lugar al nuevo acceso. La sala, de mayor altura que sus dependencias laterales, se refleja al exterior debido a la ausencia de muros en el singular granero de la planta superior. Es éste, un bello ejemplo de una forma derivada del almacenamiento de los forrajes dentro del mismo volumen de la casa, muy frecuente en esta zona. Asimismo la solución constructiva de pilares y jácenas, producto del empleo de material pétreo de fácil manipulación, se utiliza usualmente en toda esta área en sustitución de muros de carga o arcuaciones.
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3. CAN ILLA La Pairalia de Can Illa está enclavada en el valle del no Ser, dentro del término municipal de Serinyá, en los inicios de las "Garrotxes". La edificación, en su aspecto actual, responde a la importante intervención de la primera mitad del siglo X V I I I , aunque existe documentación de su existencia, desde el siglo X. Ello confirma la detectación de elementos muy antiguos en diversos muros de la construcción. La casa Pairal viene acompañada por sendas masoveríes, una de las cuales tiene adosada la capilla formando el pórtico de entrada del recinto cerrado. La importancia que tuvo en su tiempo, queda reflejada en las extraordinarias dimensiones de la cocina, así como en la riqueza arquitectónica de sus interiores que recogen diferentes soluciones de bóvedas en los techos.
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Sala Comedor Cocina Biblioteca Dormitorio Alcoba Baño Terraza exterior Era Patio Masoverías www.faximil.com
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4. CAN GINESTA El impresionante volumen de Can Ginesta emerge, de entre el paisaje, en la ladera de la montaña del mismo nombre. Se halla situado en el paraje de Marlant dentro del término municipal de Porqueres. Su situación, observable desde la carretera de Banyoles a Santa Pau, le permite un amplio dominio visual. La acusada pendiente del terreno obliga a que, tanto los cultivos como las edificaciones, se apoyen en un sistema de bancales. La estructura más primitiva de la construcción, se produce con muros paralelos a estos bancales, organización que se refleja en todos los elementos anexos. A base de sucesivas reformas, la más importante de las cuales data de 1746, el volumen adquiere el resultado actual. En su construcción se observa la voluntad creadora de la sala como espacio central representativo, para lo cual se utiliza el sistema de cambiar la dirección de la crujía por medio de un giro de 90°. Ello permite la ampliación de sus dimensiones y es la característica de un buen número de masies que hemos denominado en el texto precedente como de "planta cruzada". La eixida (terraza) que prolonga la sala, completa la solución dotando de un espacio exterior a la planta noble que se sitúa al mismo nivel del acceso, el cual está configurado por un muro en el que se apoyan la capilla, porches y demás elementos secundarios.
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1. Cuadras y Corrales 2. Graneros 3. Era 4. Añadidos derruidos 5. Patio 6. Habitación
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Sala Cocina Comedor Horno Entrada Capilla Dormitorio Alcoba
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5. ELCALLÍS Esta masía situada en la falda de la montaña de Capsacosta, cerca del pequeño núcleo de Sant Salvador de Vianya constituye un ejemplo paradigmático de las masies con galena incorporada de los valles del área de Olot. Su posición respecto a las pendientes del terreno asi' como su estructura, responden al mismo esquema que los descritos en Can Ginesta. Su planta principal cruzada, su acceso posterior, su relación con el paisaje y sistema de bancales, etc.. La configuración actual data de 1765, producto de la reforma realizada sobre estructuras anteriores, de las cuales se conoce su existencia ya desde 1477. Esta reforma recogió como base, el factor común a la casi totalidad de las masies de la zona, reformadas en el siglo XVIII. Consiste en la incorporación de una o varias plantas de galería, es decir de una doble fachada, que origina un espacio exterior cubierto resuelto generalmente a base de un sistema de arcuaciones que evidencian el conocimiento de unos modelos más cultos adoptados por los maestros de obras que trabajan en la zona. La justificación de base exclusivamente determinista para la presencia de las galerías de esta zona de la mayoría de los estudiosos de la masia, no es muy convincente.
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Sala Cocina Galería Dormitorio Entrada Corral Cuadras Era Abrevadero Camino Bosque Pastos
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CABANYES i PALLISSES
1. Pallissa en Canet d'Adri. Foto Archivo CEC. 2. Cabanya en la Valí de Bianya. (Cerca del Farro) Fot MPR.
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Se entiende por pal Iissa, el espacio destinado a guardar la paja. La función de almacenamiento de forrajes en la masía se soluciona de distintas maneras según el tipo de cultivo, su extensión, las zonas, etc. Por lo general y en lo referente a la localización de este espacio dentro del conjunto de elementos del mas pueden hallarse dos tipos de soluciones: Por un lado las masías que incorporan este espacio dentro de su propia estructura, ya sea en la última planta o planta golfes o en una crujía anexa dentro del mismo volumen. En el primero de estos casos la planta golfes, resultado del aprovechamiento de las pendientes de la cubierta, suele presentar grandes aberturas para facilitar el acceso y conseguir la máxima ventilación. Estas aberturas, siguiendo el esquema simétrico de la composición de la fachada, suelen contribuir a reforzar el eje central de acceso y de localización de la sala, o lo que es lo mismo, la crujía central.
Por otro lado es bastante corriente encontrar edificios para el uso específico de almacenamiento, son los casos en los que la pallissa adquiere entidad y características propias. Su relación con la edificación principal, contribuye a menudo a configurar el espacio exterior inmediato de las edificaciones que recibe el nombre de era. Las especiales características funcionales de estas edificaciones, que suelen estar abiertas o presentan una gran abertura en, al menos uno de sus cuatro costados, le confieren una gran autonomía compositiva. Sin embargo la imagen general de estas construcciones recoge alguno de los aspectos formales de la masía, buscando unos ciertos resultados intencionados más allá de las necesidades estrictamente constructivas. En ciertas zonas como en la Garrotxa adquieren singular importancia al constituir un cuerpo
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3. Cabanya del Molí d'en Sola. Valí de Bianya. Foto MPR. 4. Cabanya de La Vila. Valí de Bianya. Foto MPR.
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común para el ganado y el almacén de forraje. Se las denomina entonces con el término de cabanya y su parte baja es algo más cerrada que la de las pal'Iisses, habilitándose en ellas puertas de paso. Ofrecemos aquí algunos ejemplos de pal Iisses y cabanyes independientes, sin la volutnad de profundizar en su estudio. El análisis de las mismas, sus relaciones con el resto de edificaciones del "mas", sus significaciones, sus aspectos constructivos, etc. corresponden a otras fases del trabajo en realización.
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5. Pallissa de Cases Noves. Sant Julia de Villatorta. Vic. Foto archivo CEC. 6. Pallissa de Can Cadevall. Usall. Foto MPR.
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7. Cabanya de la Mata a les Presses. Foto archivo Mas. 8. Pallissa de Fares. Foto MPR.
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GÉNESIS DE LA ESTRUCTURA ARQUITECTÓNICA DE LA MASÍA* refiriéndose a toda la propiedad, Antes de entrar en el desarrollo del como a la casa edificada en ella. tema propuesto, es preciso hablar Dedicaremos la atención a la casa aunque sea de una manera muy material, y en este sentido la masía resumida, de la masía en sí misma es una casa rural amplia, y de su estructura. Catalunya está sembrada de casas inicia/mente aislada, construida para ser autosuficiente dentro de lo rurales, aisladas o agrupadas. La vida del país dependía, hasta hace posible; contiene la vivienda de una familia campesina acomodada o la poco, de la agricultura (con la de un masover de cierta categoría pequeña industria derivada de ella) que, en este caso, cuenta con una y de la ganadería. Esta vivienda más o menos completa, preponderancia del carácter facilitada por el propietario. agrícola se está perdiendo De hecho, la masía en su aspecto progresivamente en muchas como cosa viva, ha tenido, un comarcas. Muchos pueblos han nacimiento, un crecimiento, un reducido a más de la mitad sus casas habitadas, lo cual constituye esplendor y parece encaminarse un proceso iniciado hace ya muchos hacia la decadencia; si el camino seguido hasta hace poco ha sido años. siempre ascendente, debe explicarse La casa campesina en Catalunya y su esplendoroso desarrollo, en base la masía no son una misma cosa, a la abnegación de quienes, no han puesto que si bien una masía es reparado en sacrificios para siempre una casa rural, no siempre ésta puede definirse como tal, dado mantener la casa de los suyos, el sentido con que, en la actualidad, pensando tanto en su presente se utiliza este término. Es decir que como en su futuro. Las masíes tienen, en general, un origen muy Catalunya, que puede considerarse humilde, pero no todas las casas como un país de agricultores, tiene que hoy juzgamos como tales, han muchas comarcas en las cuales la nacido como albergue exclusivo de masía no existe. campesinos: un sin fin de palacios, Según la aceptación actual del torres, "stadiums", forces, término, debe definirse la masía monasterios, conventos, casas como una casa rural de cierta categoría, desde distintos puntos de abaciales, rectorías, batí I ¡es, casas de caballeros... etc.. prestan en la vista: como predio, como explotación agrícola, como pairalia actualidad servicio como masíes. Podemos calificar de infortunado el (casa solariega) y como casa, edificio que no ha realizado esta materialmente considerada. El función: se halla hoy convertido mismo término se aplica tanto
en un montón de ruinas, para desprestigio de títulos y linajes. La masía tiene una forma muy generalizada de manifestarse, desde el punto de vista de su estructura, es deicr, según su distribución y orden internos. Esta disposición es la de una casa de tres cuerpos, el central más ancho que los otros dos, compuesta como mínimo por una planta baja y una planta de piso. Basada en esta estructura esencial y clásica se nos presenta una multitud de superestructuras, cada una de ellas en zonas determinadas. Del análisis actual resultan tres zonas: una pirenaica, otra que abarca desde los Pirineos Orientales hasta el Llobregat, y la tercera, el resto del país. Esta zonificación parece originada por la orografía, por la pluviometría y por los acontecimientos históricos que repercutieron socialmente en ellas. En la segunda zona es donde se desarrolla la masía clásica. Una prueba de ello la tenemos en que de 118 dibujos presentados en vuestro concurso, solamente dos no pertenecen a ella.
1. Can Serra de Santa Creu de Olorde. Archivo CEC
2. La Casassa. Sant Gregori. Archivo CEC.
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Josep Danés i Torras, 1930.
yerma y deshabitada. Esto explica que busquemos el origen de la estructura de la masía actual, en el siglo IX y siguientes y no más lejanamente, puesto que, como veremos dichos siglos contemplaron el nacimiento de una nueva civilización. Este origen debemos buscarlo tanto en la casa campesina en sí, como en las otras edificaciones de aquellos tiempos: la casa de Dios, o sea, la Iglesia, y la casa de los nobles. El estudio de la "casa" en los siglos IX, X y XI, debe hacerse a través de medios documentales, ya que no quedan restos de ellas para aproximarse a su estudio, es necesario compenetrarse con la vida de aquellos tiempos. Es preciso conocer cuál era la condición de las personas y de las tierras en las diferentes épocas y en las diferentes comarcas. Qué eran los alous, los beneficís, la recomanacíó, la apríssíó... Quiénes eran los nobles y cuáles sus categorías; quiénes era los eclesiásticos, y los hombres libres no nobles; cuáles eran las dos clases de campesinos (libres o de remenpaA quiénes eran los sirvientes y quiénes los esclavos. Pasamos al estudio de la génesis de En otro orden de cosas debe la masía como casa de tres cuerpos. reconocerse el esfuerzo realizado por los benedictinos en la creación de granjas-modelo, obra con la cual En nuestro país, durante el siglo prestaron un grandísimo servicio al VIII quedó interrumpida la vida país; ellos centuplicaron su energía normal y la tierra permaneció
3. El Farro. Valí de Bianya. Archivo CEC.
cañas, paja, ramaje, estacas, madera, tierra o fango, y piedra. El peligro de incendio hacía de la cocina, una barraca independiente; si una familia necesitaba otra dependencia, aparte de la cocina, se construían otras barracas como nuevas casas, puesto que su estructura no daba lugar a más complicaciones. A principios del siglo XI se habla del "sobrepósito" (un piso) i de sostres (techos); a mediados del siglo XI se habla de casas, puertas silos y closos de térra. Las coves se citan incluso en el interior del recinto amurallado de Barcelona. Al parecer, se apreciaba mucho que estas casas tuvieran torre i murs, ello da cuenta de su fragilidad, puesto que debe hacerse notar que las torres i murs inicia/mente eran de tapialhas ta mediados del XI no aparece citada la torre hecha con "piedra y cal" clase de fábrica que ya era utilizada en algunos templos desde la mitad del siglo X. Es interesante, en extremo, la escritura del 15 de Septiembre del año 956, del Cartulario de Sant Cugat del Valles. Según ella, sabemos que Daula con el conocimiento de E/o, su mujer, cede a la Casa de Sant Cugat, dos casas, una "ferrada" y la otra "palgiza" huerto, tierra y árboles, situada en el término de "Palazolo" (el actual Palou, cerca
de Granollers). La "ferrada" tenía la cubierta hecha a base de tierra, mientras que la "palgiza" era de paja. El nombre de terrat que persiste en nuestra lengua, nos da la clara idea del material con el cual inicia/mente se construía esta cubierta. Aparecen en los documentos la "domun planam", o sea, la casa cubierta con "terraza" o azotea. La tapia tenía mucha aceptación, incluso para fortificaciones. Un documento de 1145, explica una donación a diez personas, las cuales en el plazo de cuatro años vienen obligadas a edificar unas casas, con defensa de trece tapias de altura, y otra de cinco. El término de tapia no se refiere solamente a una medida de altura, ya que, según el documento, les son entregados dos tapiales. Para hacerse una idea de la época, hay que tener presente que ir calzado era un lujo, y que los vestidos y la ropa interior se transmite mediante testamento. Las palabras borda y mas no aparecen hasta más tarde y con un significado diferente del que tienen hoy. La borda era un mas de menores dimensiones sin pareja de bueyes para el trabajo, la palabra se utilizaba en gran parte del país; en muchos lugares hoy, resulta exótica y se desconoce su sentido. En cambio se ha
conservado en los valles altos de los Pirineos, pero no tiene la significación de antaño, ya que en muchas zonas se denomina así a la construcción aislada que se utiliza como refugio durante las estaciones de primavera y otoño, al trasladar los rebaños del poblado a la montaña. La palabra mas se aplicaba a la casa campesina aislada que tenía una pareja de bueyes. Como en la actualidad, se aplicaba tanto para referirse a la porción de tierra, como a la vivienda de quien la cultiva. Incluso las casas rurales que no estaban aisladas y constituían una agrupación, eran conocidas por el término "mansum": "mansum, domum, hospitium, alberch", son sinónimas en varios documentos. El mas y la borda, durante los siglos XII y XIII, eran como esas miserables casas que aún existen en algunos rincones de las montañas, cubiertas con losas desechas, dentro de las cuales conviven animales y personas. Son casas sin pavimentar, sin revocos en sus muros, incluso en la parte interior, ennegrecidas por el humo; a falta de cerramiento, un haz de paja servía para protejerse del viento o del frío demasiado intensos, taponando las estrechas aspilleras que permitían el paso escaso de la luz. Como dice
4. Can Moles. Premia de Mar. Archivo CEC.
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personal mediante la asociación y la disciplina. Los documentos constatan antes el nombre de "casa", que los de mas y borda. Algunas veces aparece el término "Vila", pero después de un detenido estudio, resulta que éste casi siempre se refiere a un área o extensión de terreno, en el cual existe un agrupamiento de casas. Seguramente una de ellas, de mayor importancia, habría absorvido a las demás, dando lugar a la formación de una masía actual y a la que propiamente se le aplicaba el nombre de "Vila". En cuanto aparece la palabra vilar, vilaret casi siempre se hace referencia a unas construcciones. Son muchos los que tienen propiedades diversas dentro de una "Vila": casas, viñedos... etc. Por otra parte es curiosa la aparición del término cuina (cocina), como algo aislado e independiente de la casa. Se dice por ejemplo, "casa, establo y cocina"; "cocina con tierras y una higuera"; "casas, establos, cocina, palomares, pozos..." o "tierras y una cocina con sobrepósito". Esta cocina, aislada de la casa se cita siempre en singular, aunque muchas veces no corresponda a una casa sino a varias, lo que nos hace imaginar cómo eran estas casas y esta cocina. Para su construcción debían utilizarse los materiales más inmediatos, como
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Canejam, es un buen ejemplo de lo que eran las antiguas bordes, que han dado nombre al lugar. En este tipo de casas, los muros de la planta son de piedra, pero si tienen un piso este se realiza con una estructura de madera. Pese a utilizarse materiales aglomerantes, la estructura sigue siendo de madera. La parte baja, de piedra, forma una especie de zócalo, formándose en voladizo las fachadas correspondientes a la planta alta. Un buen ejemplo de ello, lo constituye una casa de Aynet de Besan, en los valles altos del Pallars, en la cual, además puede reconocerse su parentesco con la casa suiza, e incluso con los "hórreos" de algunos lugares del norte de la península. La casa rural aislada tomó un mayor incremento en los siglos XIV, XV y XVI, especialmente en los llanos, estando formada por dos cuerpos paralelos a la fachada principal con la cubierta de dos vertientes. Esta casa da lugar a dos tipos: el que se nos presenta con la fachada principal acabada horizontal mente como en "Can Minguet" de Castelldefels, o el que se presenta con la fachada principal acabada con frontón, señalando las dos vertientes de la cubierta, como en "Cal Doctor" en Ale/la. Las casas de este último tipo evolucionan a través de
5. Sección de Can Moles. Premia de Mar. Archivo CEC.
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reformas y ampliaciones posteriores, abriéndose un arco en el muro interior, y naciendo otro cuerpo en la parte posterior, con todo lo cual se va formando la típica planta de la casa de tres cuerpos perpendiculares a la fachada principal. Este proceso puede observarse en "Can Moles" de Premia. Estas casas no poseen buhardillas o graneros, habitúa/mente. Pero junto a los masos / las bordes, tenemos los templos y las casas señoriales. Examinando el templo con su estructura de tres naves, puede verse la procedencia del modelo de la casa campesina: imaginemos un piso intermedio y obtendremos la estructura de nuestras masies. Sin embargo es probable que la influencia se transmitiera a través de las casas de los caballeros y los batí les, más que directamente del templo a la casa. Esta influencia determina la forma más frecuente de presentarse la masía planteada originariamente como una construcción de tres cuerpos perpendiculares a la fachada principal. Este tipo ofrece dos versiones diferentes, según que acuse o no el cuerpo central. Como muestra del primer tipo con tejado a dos vertientes presentamos "El Farro", en la Valí de Bianya. Esta masía corresponde a una superestructura
6. Can Sabastida. Horta. Archivo CEC.
de casa con un cuerpo de galería en la fachada principal, propia de la región septentrional de la segunda zona. Existen también otras superestructuras parecidas con dos cuerpos de galerías laterales en los alrededores de Barcelona. Este último tipo, a menudo lo encontramos transformado como en "Can Serra" de Santa Creu d'Olorde (dibujo premiado en el concurso) donde puede observarse como los tres cuerpos se han convertido en cinco; o en "La Casassa" de Sant Gregorio (dibujo también premiado en el concurso) en la cual puede observarse también la sobreposición de dos cuerpos laterales, a los tres primeros y la elevación del tejado dando lugar a la bella galería. Este tipo de casa, con el cuerpo central acusado hacia el exterior, debe considerarse como una evolución del anterior y se debe a la construcción de una defensa para la casa; véase p. ej. "Can Sola", de Santa Eulalia de Vilapiscina, en la cual el tejado de una de las vertientes ha sido prolongado a causa de la adición de otro cuerpo de edificio. Este tipo, da origen a otros varios, según la situación de las galerías, las cuales, sin embargo, no se construyen nunca en la fachada principal. La influencia de la casa señorial
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Brutails, se parecía más a una guarida de fieras, que a la vivienda de un hombre civilizado. No es, pues, extraño que los edificios de estos siglos no hayan llegado hasta nosotros; para saber como estaban realizados debe observarse cómo la gente campesina actual lleva a cabo construcciones sencillas, y sobre todo las construcciones y tradiciones constructivas que han perdurado en los lugares arrinconados y por lo tanto más apartados de toda influencia. Las barracas de viña, ya sean de piedra o de cañas y paja, las de carbonero, —de troncos, ramas y piedra—, así como las de pastor, están hechas todas ellas contando solamente con elementos al alcance de la mano. Del pueblo de "Sacra-mortua", del cual tenemos noticias en el año 815, y que contaba con una docena de casas en 1322 (desaparecidas probablemente a principios del siglo XVI), queda hoy sólo un montón de piedras: ni trozos de teja, ni restos de ensotado. Ello hace pensar que el resto de la construcción, se basaba en materiales efímeros como la madera, la paja y el barro, que lógicamente han desaparecido. Desde este componente constructivo, en el Valle de Aran existen elementos de gran interés. La agrupación de Bordius, en
grandes casas rurales. La influencia que la casa señorial ejerce sobre la masia produce varios tipos. Entre ellos el de planta cuadrada con la cubierta a cuatro vertientes ("Can Bosch" en Alfar, Dos-Rius), el cual al añadírsele nuevas crujías deriva en la planta rectangular con la cubierta igualmente a cuatro venientes ("Can Sebastida" d'Horta). En muchos casos permanece, como reminiscencia del patio interior, una torre cuadrada que se levanta en el centro de la casa, lugar que ocupa precisamente la escalera, como puede observarse en el "Cavaller" de Vidrá y en el "Vilar" de Sant Boi de Llucanés. Todos estos tipos se caracterizan por el hecho de tener el alero del tejado, situado horizontalmente por los cuatro lados. La estructura de la masia proviene pues de la evolución del antiguo "mansum", de la influencia de la estructura de la iglesia a través de la casa del caballero, de la del hombre de abolengo y de la del batí le, y de la adaptación de la casa señorial a un nuevo tipo como vivienda de un campesino. Las distintas formas que caracterizan los tipos, son asimismo, el resultado de la evolución del "mansum", de la influencia del templo y de la casa señorial. A través de la pérdida del sentido
7. Planta de Can Bosch de Alfar. Lluis Bonet i Garí.
nacionalista de las clases nobles de Catalunya y el desequilibrio en su organización social, sobrevino nuestra decadencia. Sin los campesinos que con sus defectos y virtudes han conservado el fuego sagrado del amor a la tierra en la cual han estado enraizados, a causa de la permanencia secular de la familia en el lugar, no habría sido posible el renacimiento catalán. La importancia que tiene la masia como edificio corresponde a la que tiene, en sí misma, la familia campesina catalana. Pensemos que a ellos se debe qu Catalunya sea todavía Catalunya.
J. Danés ¡ Torras 1930
En el conjunto de apéndices que ofrecemos como complemento de los temas expuestos anteriormente, junto a
las notas biográficas de JOSEP DANÉS ¡TORRAS, y a una selección bibliográfica sobre la masia, no podi'a faltar un texto del insigne arquitecto, tantas i tantas veces citado a lo largo de la exposición. Al escoger el texto titulado "Génesi de l'estructura arquitectónica de la masia catalana", lo hacemos con la convicción de que entre todos los escritos de Danés, este es el que ofrece una visión más global y madura del tema. Esta notas constituyen el resumen de la conferencia que Josep Danés i Torras pronunció en los locales de la "Agrupado Excursionista Tagamanent", el día 28 de noviembre de 1930, con motivo del reparto de premios del " I Concurs de dibuixos a la ploma, referents a la Masia Catalana". El título de la conferencia, sugerente ya de por sí, indica la atención prestada al aspecto tipológico como hecho constructivo, y a las causas capaces de producir una estructura arquitectónica determinada. Se olvida aquí Danés, de sus sistemas de clasificación con las innumerables variantes, para atender a lo más fundamental, que es la formación de la casa de tres crujías o cuerpos, mediante la evolución, quizá excesivamente ingenua y lineal, de otros tipos existentes anteriormente. En cualquier caso, y pese a ser la transcripción de una conferencia, resulta un texto interesante, que resume el pensamiento de Danés, depués de más de 15 años de esfuerzos dedicados al estudio de la masía. Su traducción al castellano, como la de otros artículos de este número dedicado a la masia, esperamos que contribuya a una mayor difusión del tema, conocido hasta hoy muy superficialmente.
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también es decisiva. Por un lado, las clases humildes imitan, siempre que pueden, a los poderosos; por otra parte cuando éstos se retiraron primero de las zonas altas hacia la llanura, y luego de la llanura a la ciudad, los campesinos humildes pasaron a ocupar sus viviendas, y algunos de ellos, al cabo de poco tiempo, se convirtieron en sus propietarios. De la forpa formada por las cuatro murallas con un solo portal, se evoluciona al patio con torre, al patio con sala en un lado, y finalmente al patio central, alrededor del cual se forman cuatro cuerpos de edificio; este patio va reduciéndose, las galerías de comunicación se van ensanchando y, finalmente, a partir de la mayor seguridad existente en el país, se amplían las aberturas de los muros exteriores con el objeto de dar mayor claridad a las dependencias en lugar de permanecer exclusivamente abiertas al patio. Este queda entonces sin utilidad y al ser cubierto para suprimir los inconvenientes de la lluvia, del frío y del calor, queda la casa de tres crujías tal como la masia se presenta. Las Sales, que se cubrían con azotea y sus muros se remataban con almenas, lo hacen ahora con tejado, dando lugar a las buhardillas y a las espléndidas galerías de muchas de nuestras
8. Fachada de Can Bosch de Alfar. Lluis Bonet i Garí.
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1. Resumen de la variedad e intensidad de tipos detectados por Danés. Archivo CEC.
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DISTRIBVCIO
NOTAS BIOGRÁFICAS DE JOSEP DANÉS I TORRAS (1891-1955) Josep Danés i Torras nace en Olot por el renacimiento de los (Garrotxa/G¡rona),en el año 1891. historicismos. Su familia procede de la Valí del Entre los proyectos escolares, Bac, enclave cercano a Olot, que aparece una primera y clara fue zona de obligado paso en las referencia al tema de la masía, cuyo difíciles comunicaciones pirenaicas estudio está realizando hasta comienzos del siglo XX. La paralelamente: se trata de la "Casa profesión y cultura de su padre de Recreo en Catalunya" en la cual (médico en Olot) permitirán a se reproducen los aspectos más Josep Danés, el acceso a la significativos de las masíes con Universidad, igual que sus hermanos galería de su zona natal. (1). Después de la etapa de En los primeros años de ejercicio bachillerato en los Escolapios de profesional trabaja como Profesor Olot, se traslada a Barcelona para de Geometría Descriptiva, iniciar en el año 1909, los estudios Perspectiva y Sombras en la Escuela de Arquitectura que acabará en el de Bellas Artes de Barcelona (4). año 1917. Por tanto es coetáneo Su producción arquitectónica se de Cesar Martinell, Nicolau Rubio i inicia con la construcción de varios Tudurí, J.F. Ráfols, Francesc edificios urbanos en Barcelona y Folguera, Ramón Reventós, Antoni diversos chalets en Olot. Puig i Gairalt, Joan Bergós, Lluis Muy pronto tendrá ocasión de Bonet Garí, etc. acercarse a su tema preferido Su formación académica se reformando la "masía de Can desarrolla en un ambiente que Huguet" (1929-33) y sobre todo refleja el momento político y construyendo la residencia cultural catalán al cual no es ajeno veraniega de D. Rafael Patxot (5), J. Puig i Cadafalch, y que propicia mecenas que patrocinó a través de el interés por la arqueología y la la Fundación Concepció Rabell, un investigación histórica. amplio estudio sobre ¡amasia. En Colabora en la restauración de esta edificación que recibiría el numerosos Monumentos (2) e inicia nombre de "Masía Mariona" (1927sus estudios sobre la masía 31) y que fue construida en circunscritos básicamente en la Moscaroles (Montseny), Danés zona norte de la comarca de Olot obtiene un resultado formalmente (3). identificado con las más clásicas masíes, manteniendo en su Sus proyectos de Escuela están estructura tipológica algunos de los marcados bien por el academismo elementos constitutivos de la francés a lo "Beaux Arts" misma: la importancia y colocación imperante en el momento, o bien
2. JOSEP DANÉS ¡ TORRAS. Foto archivo Danés.
3. Cuadro realizado por J. Danés a partir de la manifestación externa de la masía de tres cuerpos clasificada según la forma de la cubierta.
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cuyas obras continuaron hasta su muerte, y el Santuario de Sant Joan de L'Erm (1954), entre otros, forman parte de esta etapa. También a la misma época corresponden las principales construcciones industriales entre las que destacan la Papelera de Ribes de Fresser (1947) en el Ripollés la fábrica y colonia "El Galobart" de Navarcles (1949) o la fábrica Sangra. La formación investigadora de Danés queda reflejada tanto en sus trabajos publicados como en los inéditos (6). Entre los primeros cabe destacar, al margen de los relacionados con el tema de la masía, los aparecidos en los periódicos "El Mati", "Diario de Barcelona", "La vida Olotina", "Del Gener", "Vitalitat", "La veu de Catalunya", "El Correu Cátala", y en los Boletines del "Centre Excursionista de Catalunya", del "O.E. del Bages" y de la "A.E. Tagamanent". Su aportación al estudio sobre la "masía" y su relación con la Fundación Concepció Rabel I.
Toda la aportación de Danés al conocimiento de la masía viene relacionada con su vinculación al Centre Excursionista de Catalunya del que es miembro destacado desde su juventud; no es de extrañar pues que a lo largo de su
vida realizara varios trabajos para el originales, planos, levantamientos y diversos estudios monográficos. El CEC en la Molina (1925), e incluso trabajo se organizó a través de las intervenciones en el Local Social secciones locales o comarcales del del mismo. El interés de Danés por Centre Excursionista, al frente el tema de la masía, que como de cuyos equipos se encontraban a hemos visto arranca ya de su época menudo profesionales arquitectos de estudiante, se materializa en las que contaban con la colaboración siguientes publicaciones: de excursionistas, montañistas, etc., "Arquitectura Popular; Secció septentrional de la comarca d'Olot" bajo la dirección de J. Danés, junto al que colaboró el también (Barcelona 1919). arquitecto Lluis Bonet i Gari (7). El "Génesi de l'estructura arquitectónica de la masía catalana" trabajo realizado durante estos años, constituye aún hoy el fondo (Butlletí de L.A.E. Teganament documental más importante sobre 1931). el tema de la masia y se encuentra "Estudi de la masía catalana" depositado en el C.E.C., abierto al (Butlletí de CE.C. p. 271-281) así público y con la perspectiva futura como dos importantes manuscritos de reanudarel trabajo interrumpido, relacionados con el Estudi de la para ampliar y completar el masía, que comentaremos más ambicioso estudio (8). adelante. Los primeros frutos del Estudi de Merece capítulo aparte su labor al la Masia Catalana vieron la luz frente de la Fundació Concepció pública en la exposición realizada Rabell que, bajo el mecenazgo de en el local del "Institut Agrícola D. Rafael Patxot, afronta un Cátala de Sant Isidre" en mayo de trabajo de recopilación de material 1928. La exposición daba cuenta esencialmente fotográfico, pero del material recogido ofreciéndose también planimétrico, folklórico, bibliográfico, etc. El fondo que hoy en gráficos adecuados, una primera lectura de este material, sobre todo forma el archivo del Estudi de la en la manera de manifestarse las Masía Catalana permaneció distintas morfologías de la masia en escondido hasta 1975 en una casa las comarcas catalanas. del ensanche de Barcelona. Este material recogido desde el año 1923 Para ello J. Danés había realizado previamente un intento de hasta el 1936, está compuesto por clasificación tipológica, a partir de más de cinco mil fotografías documentales, mil trescientos clixés, ciertas reducciones obligadas del material gráfico. Este análisis una biblioteca especializada, aparte llevaba por título "Els tipus de la de un buen número de dibujos
4. El intenso trabajo, y la voluntad de obtener reducciones típicas de todos los casos posibles, llevan a Danés a la confección de este cuadro, bien poco conocido. Archivo CEC.
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de la sala, la simetría a partir del eje de acceso, el tratamiento de "cuerpo añadido" de la torre y de la galería, etc.. Sus convicciones religiosas y su relación con el clero le llevan a participar en numerosas obras de carácter eclesiástico. Sus proyectos y obras como arquitecto de la Diócesis de La Seu d'Urgell van creciendo en número hasta el punto de convertirse en la postguerra en la base de su trabajo profesional. De sus primeros proyectos en este campo cabe destacar el santuario de Nuria, (1931) grandioso complejo realizado utilizando un lenguaje neo-románico; también de esta época es su proyecto para la Parroquia de "Els Angels" en la calle Balmes de Barcelona, donde se combinan los lenguajes históricos con elementos más contemporáneos, como la torre, de cierto regusto Art-Deco. En la postguerra Danés intensifica sus trabajos en edificios de carácter religioso. Paralelamente a la construcción de la Iglesia de "Els Angels", proyecta en Barcelona el Santuario de la Bonanova en la plaza del mismo nombre (1942), donde se nota un retorno nostálgico a los códigos italianizantes del Noucentisme; la parroquia de Ribes de Fresser en el Ripollés (1942-52), el Seminario Conciliar de la Seu d'Urgell que se inicia en 1946 y
y consejero de Patxot. De esta masia d'estructura clásica simple. manera realizó, como ya hemos Intensitat i manera d'estar distribuits per el país" el cual ya da comentado, la Masia Mariona y el una idea de la base utilizada. En él a exilio de éste, al iniciar la guerra civil, no cortó su relación y partir de la manifestación externa amistad, sino que por el contrario de la masia de tres crujías o tuvo que aceptar la responsabilidad cuerpos, y dando gran importancia de administrador de los bienes del a la cubierta, establece las tres familias y los doce tipos, que se han mecenas, cometido éste, que le reportó no pocos problemas con las adoptado genérica y erróneamente, autoridades. Sólo su profundo como la clasificación de la masia catalanismo le permitió superar establecida por Danés. Dentro de ella, aún reconocía gran cantidad de los años de persecución de la cultura catalana. En la postguerra subtipos: cinco para el tipo 1, tres abandonó sus trabajos y estudios para el 2, etc. ... sobre la masia, sobreviviendo En un segundo estudio titulado: gracias a su honesta profesional ¡dad "Elstipusde Masies amb galería" puesta al servicio de la Iglesia establece gran número de tipos y subtipos de las masies en las cuales Catalana. Murió en Olot el 25 de la galería —añadida o incorporada a octubre de 1955. la construcción principal—, representa el aspecto morfológico más significativo. Este trabajo, también inédito, sirvió de base para preparar un gráfico menos conocido que el anterior, que formaba parte de la citada exposición. Uno y otro, son una buena muestra del intenso trabajo que llevó a cabo nuestro arquitecto, al frente de la sección de arquitectura de la Fundado Concepció Rabell. NOTAS Pero la relación de Danés con el (1) De los hermanos de Danés destaca señor Patxot, fue mucho más alia Joaquín (Olot 1888-1960) que fue de su conocimiento en el Centre médico e historiador, miembro de la Excursionista de Catalunya y a junta del Museo-Biblioteca de Olot, través de la Fundación C. Rabell. De exiliado en el 39 y preso a su vuelta a escribió una extensa historia de hecho, Danés se convirtió ya en los Gerona, Olot (en gran parte aún inédita). Autor años veinte en arquitecto particular de numerosos trabajos sobre la historia
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(5) Rafael Patxot i Jubert. (Sant Feliu de Guixols 1872-Ginebra 1964) Metereólogo, bibliófilo y escritor. Dedicó grandes esfuerzos al mecenazgo de la cultura catalana. Fundó y financió la "Fundación Patxot" y la "Fundación Concepció Rabell", relacionadas ambas con temas musicales y de cultura popular. Destaca la ya mencionada sobre el Estudi de la Masia Catalana. Colaboró en la colección popular de l'Avenp y publicó importantes obras de Metereología. En 1936 perseguido, tuvo que exiliarse a Suiza, donde siguió hasta su muerte, colaborando y publicando sobre temas catalanes.
5. D. Rafael Patxot. Foto archivo Danés. (6) Cabe destacar sus investigaciones arqueológicas, algunas de las cuales no fueron publicadas, siendo las más importantes, las que realizó en Mallorca con su hermano, Notario de Palma. (7) Merece ser destacada la labor de Lluis Bonet i Garí, que ha seguido trabajando en el tema de la masia, y posee actualmente un exhaustivo estudio sobre las masies de la comarca de La Maresme, que esperamos ver publicado pronto. (8) El fondo está al cuidado de los Srs. Cuso, Llaudó y Pujol, los cuales, aún con escasos medios económicos y humanos, prosiguen de forma ejemplar, la labor iniciada en 1923.
GALERIES
LA / F V A FE/OMIA TÍPICA CLAY/ICA
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MASIES A l f / FACANff DtlXANT JVb/lf
de Olot y de la Garrotxa como "El primer centenari d'un manuscrit Olotí" (1921), "Historial Bibliográfic abreujat de la premsa Olotina" (1933), "La placa de braus d'Olot" (1950), "Llibre d'Olot" (1955). (2) En 1920 el arquitecto Jeroni Martorell, Director del "Servei de Conservado i Catalogado de Monuments" acredita que Josep Danés i Torras ha colaborado en los trabajos de Restauración de los Castillos de Sales, Seuda, La Bisbal, Cartellá, Palau-Sagosta y Santa Pau, en el Monasterio de Sant Benet, Puente de Besalú, Hospital de Montblanc,... (3) En 1918 Don Jaime Masó i Torrent, Presidente del "Centre Excursionista de Catalunya" acredita los siguientes premios obtenidos por Danés: 1912 Sobre plantas inéditas de Monumentos Civiles 1913 Con el diseño de un altar 1913 Monografía de la masia "El Cases", Pía de Dalt 1914 Arquitectura Popular. Sección Septentrional de la Comarca d'Olot. (4) En 1919 Josep Llorens ¡ Artigas, Secretario de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona acredita su docencia.
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Relación de las principales Obras y Proyectos de JOSEP DANÉS I TORRAS 1921 1922 1922 1923 1925 1924 1925 1926 1927 1927
Proyecto de Urbanización del Barrio de La Salut. Barcelona. Capilla de la Providencia. Olot. Casa Farjas, posteriormente reformada por J. Esteve Casa Sanllehi calle Franca esquina Fontova. Barcelona. Casa calle Tamarit esquina Font Horadada. Barcelona. Proyecto de Círculo Olotense. Olot. Reforma del corral de L'Atzerá para chalet del C.E.C. La Molina. Cinema Olimpia. Manresa. Casa Plana en la plaza de la Estrella. Olot. Restauración del convento de las Dominicas. "Pia Almoina". Girona. 1927-1933 Reforma de la masía "Can Huguet". Vilalonga de Ter. 1927-1931 "Masía Mariona" de Moscaroles. Montseny. 1928 Reforma Iglesia del Tura. Olot. 1930 Estación del tren cremallera de Nuria. 1931 Santuario de la Virgen de Nuria. 1933 Proyecto de ampliación y reforma del Hospital de Canet de Mar. 1933 Matadero de Ribes de Fresser. 1934-1954 Parroquia de Los Angeles en calle Balmes esquina Valencia. Barcelona. 1936-1944 Reformas en el Hotel Prats. Ribes de Fresser. 1939 Reconstrucción de la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Canet de Mar. 1940-1952 Parroquia de Ribes de Fresser. 1940 Iglesia Parroquial de Sto. Domingo. Puigcerdá. 1942 Santuario de la Bonanova. Barcelona. 1940-1942 Reformas de la casa Cerda calle LIúria esquina Consell de Cent. Barcelona. 1942 Reforma del Templo del San Cristo de Balaguer. 1943 Chalet Horta en Canet de Mar. 1943 Reformas en la Iglesia de Cassá de la Selva. 1946 Proyecto de Harinera. Balaguer. 1946-1955 Seminario Conciliar de la Diócesis de Urgell. 1946 Reforma del Casino de Caldes de Montbui. 1947 Local de Acción Católica en Balaguer. 1947 Papelera en Ribes de Fresser. 1949 Fábrica y Colonia "El Galobart" de Navarcles. 1952 Panteón de la familia Palé. 1953 Iglesia de Les Escaldes. Andorra. 1953 Casa en Pala de Torroella. Castelladral. 1953 Iglesia de Penellas. 1954 Santuario de Sant Joan de L'Erm. 1954 Reforma del Templo de la Massana. Andorra. 1954 Reformas en Casa Batista i Roca. Barcelona. 1955 Iglesia de la Cortinada. Andorra. 1955 Ateneo Católico de Sant Gervasi.
CASA
DE RECREO
Obras sin datar:
6. Masia Mariona. Moscaroles, Montseny. Archivo Danés. 1927-1931. 7. Chalet de La Molina para el CEC. 1925. Archivo Danés. 8. Sección de la Casa de Recreo en Catalunya. Proyecto realizado en la Escuela de Arquitectura. 1916. Archivo Danés.
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Reformas en las Iglesias de Balaguer, Ibars d'Urgell y Tremp. Casa Gran Vía, 312. Barcelona. Reformas en: Palacio Episcopal de Torelló, Sant Benet de Bagues, Mas Cambó de Gualba. Edificio Sede de la Asociación Condal. Barcelona. Fuente de "La Margarideta" de Ribes de Fresser.
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9. Papelera de Ribes de Freser. 1947. Archivo Danés. 10. Fábrica Sangra. Archivo Danés.
11. Campanario de la Parroquia de los Angeles. Barcelona. 1934-1954. Foto MPR. 12. Planta de la Parroquia de los Angeles. Barcelona. 1934-1954. Archivo Danés.
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BIBLIOGRAFÍA DE LA MASÍA AMADES, Joan La casa (Barcelona, 1938) Esta obra del conocido etnólogo y folklorista, ofrece una visión que, si bien no se centra exclusivamente en la masía, contempla un aspecto bien interesante: el de los mitos creados en torno a la casa y los elementos que la constituyen. Por otra parte, el análisis de la vivienda primitiva, de los orígenes i evolución del mas, de la vida y costumbres que se desarrollan en él, de las tradiciones constructivas, y de las creencias en torno a los ritos de su construcción, constituyen un material inestimable para cualquier persona interesada en el tema. CAMPS i ARBOIX, Joaquim La masía catalana (Ed. Aedós, Barcelona 1959) Entre todas las publicaciones dedicadas a la masía, ésta debe considerarse como la más completa, aunque puedan discutirse algunos conceptos vertidos en ella. La especialización de su autor en temas jurídicos y agrarios, asi como su ideología, inciden fuertemente en el texto restándole objetividad en algún momento. Sin embargo la erudición de que hace gala en lo que se refiere a aspectos históricos, como los de la revuelta remenea, o jurídicos, como la ordenación legal medieval, convierten esta obra en un hito de inevitable consulta. En cuanto a la vertiente más directamente relacionada con la arquitectura, se siguen las tesis expuestas por Danés en sus escritos, sin más profundización en ellos. El resto del texto, en el que se hace una miscelánea del mas y un análisis de su sociología, constituyen una apología del mismo, en cuanto al sistema de explotación agrícola y la división de la tierra. CAMPS i ARBOIX, Joaquim Historia de l'agricultura catalana (Ed. Táber, Barcelona 1969) Aunque no sea ésta una obra específicamente dedicada al mas o
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a la masía, su lectura resulta indispensable como ampliación del libro recién comentado del mismo autor, ya que la masía es una consecuencia directa de esta historia. CAMPS i ARBOIX, Joaquim Les cases pairáis catalanes (Ed. Destino, Barcelona 1965) Libro compuesto de dos partes bien diferenciadas, que constituyen en conjunto un resumen del sistema jurídico sobre el cual se apoya el pairalísme, base de la consolidación y continuidad de la agricultura catalana. En la primera parte se examinan los instrumentos utilizados por el pairalisme para conseguir el mantenimiento y mejora del patrimonio familiar, y en la segunda se describen una serie de casas desde este punto de vista, acompañadas de un extraordinario reportaje del fotógrafo F. Cátala Roca. DANÉS i TORRAS, Josep. Arquitectura Popular. Secció septentrional de la Comarca d'Olot". "Notes referents a les masies de les Valls de Bianya, Castellar de la Muntanya i Validebach. (Barcelona 1919) Esta publicación procede de un trabajo premiado en el III Curso de Arquitectura organizado por el Centre Excursionista de Catalunya, en el año 1914, y posteriormente aumentado para su edición. Pese a referirse sólo a una pequeña área, constituye el texto más importante realizado sobre la masía, especialmente desde su vertiente arquitectónica. En él, después de una breve historia de los valles estudiados y de una introducción sobre el tema, analiza el material seleccionado intentando una clasificación tipológica a partir de la posición de la casa respecto a la topografía. Así, aún reconociendo una estructura única para toda la masía, señala tres tipos: uno para las casas situadas en el llano, y dos para las que se ubican en las laderas www.faximil.com
En un trabajo de las características del ofrecido en este número de 2C/ Construcción de la Ciudad, estaría fuera de lugar una bibliografía exhaustiva sobre el tema tratado. Las fuentes que se utilizan a lo largo de los artículos, ya constan de una forma u otra en cada uno de ellos. Pero en cambio creemos que puede tener interés una selección comentada de textos y autores que han tratado específicamente el tema del mas o la masía. Los criterios rectores de esta selección son los de evitar, por una parte la mención de artículos y opúsculos, planteados generalmente como divulgación, y por otra la de textos, referentes al tema, que quedan incluidos en obras con fines más amplios, a menos que tengan entidad suficiente como para poder ser considerados independientemente.
FEDUCHI, Luis Itineraris d'arquitectura popular espanyola. Vol. 3 . - Els antics regnes de les quatre barres (Ed. Blume, Barcelona 1976) Bajo un título que contiene ya demasiadas contradicciones —desde la ambigüedad del término "popular" hasta su absurda nacionalización— se pretende en esta obra dar una visión general de lo que el autor entiende por "arquitectura popular", en base a unos itinerarios ciertamente pintorescos. Con cuidada presentación gráfica se muestra un picoteo de edificios y conjuntos, atendiendo a criterios poco claros. La masía aparece junto a otras arquitecturas, según el itinerario, pero en el texto que precede a los gráficos se le dedica un amplio apartado en base a las obras de Danés, Camps i Arboix y Gibert. FLORES, Carlos Arquitectura popular española (Ed. Aguilar, Madrid 1973) Vol. IV Al margen de consideraciones como
las ya tratadas al reseñar el libro de L. Feduchi, nos hallamos ante una obra mucho más ambiciosa en todos los aspectos. La parte dedicada a ia masía también con documentos gráficos de gran calidad, está bien documentada apoyándose en fuentes dignas de crédito, especialmente en J. Danés. Sin embargo el empeño en diferenciar lo que pertenece al "campo de lo popular" y lo que no pertenece a él, así como la pretensión de teorizar sin la suficiente profundización en el tema, llevan al autor a sobrepasar sin éxito, su papel de divulgador de una información recibida. A pesar de todo, resulta un texto esforzado y voluntarioso, que ha contribuido sin duda, al conocimiento de la arquitectura de la masía fuera de Catalunya.
GIBERT J. La masía catalana. Origen, esplendor i decadencia (Ed. Milla, Barcelona 1947) Obra de tono elegiaco, que se propone divulgar los aspectos más importantes de la masía, como síntesis de estudios anteriores, y que tiene el mérito de ser la primera publicación sobre el tema después de la guerra civil, y la única hasta que, más de diez años después apareciera la primera edición del libro de Camps i Arboix. Es muy conocido un gráfico en el cual, bajo el título de "Els quatre tipus básics de masia catalana... i algunes de les seves variants" ofrece una desorientadora clasificación a partir de la altitud geográfica. Tiene interés, en cambio la descripción de aspectos costumbristas.
GRIERAiGAJA, Antoni La casa catalana. (Barcelona, 1933) Se trata de una complicación de léxico referido a la casa, en la que todos los términos referentes a los elementos y enseres de la masia tienen un peso importante. Procede de una selección extraída del
"Diccionari de Dialectes Catalans", resultando en conjunto de gran utilidad. Su segunda edición, de 1974, corrió a cargo de Ediciones PolígrafaS.A.
LLOBET i REVERTER, Salvador La casa rural (Geografía de Catalunya. Ed. Aedos, Barcelona 1958) Publicado como un capítulo de la magnífica obra dirigida por L. Solé Sabarís, y en la cual el autor formó parte del equipo de redacción, junto a J. Iglésies i J. Vilá Valentí, constituye un interesantísimo análisis de la masía. Desde una óptica tendente al determinismo, propia por otra parte de la vertiente geográfica que se adopta como punto de partida, establece una clasificación tipológica basada en la especialización dominante del cultivo. Esta clasificación ofrece serias dudas si se atiende a la estructura esencial de la casa, y más aún cuando se mezclan en ella cuestiones derivadas del sentido representativo de algunas paira/íes.
PLA ¡ CARGOL, Joaquim "Art popular i de la llar a Catalunya" (Ed. Dalmau Caries Pía S.A., Girona 1926) Modesta, aunque valiosa aportación al conocimiento de los oficios artísticos de Catalunya, entre los cuales el de la casa ocupa un importante espacio. La masia se contempla con un acento marcadamente nacionalista, como síntesis de la raza, y desde un punto de vista claramente determinista al señalar sus tipos. En conjunto el texto resulta discreto, sin pretensiones y con unas anotaciones históricas de interés. SANDIUMENGE.MAGI P. La masia catalana (llibreria Catalónia. Barcelona 1929) Breve y prudente resumen de la relación entre los factores
históricos y la arquitectura de la masia, en especial en lo que se refiere a la manifestación externa de los estilos que se superponen a ella. VI LA, Marc-Aureli La casa rural a Catalunya cases aillades i cases de poblé" (Edicions 62, Barcelona 1980) Libro de buen aspecto y poco contenido. Se trata de una visión muy superficial del tema, desarrollado más como un comentario a un material gráfico, poco intencionado, que como un intento de análisis. VILÁ VALEIMTÍ, Joan El mon rural a Catalunya (Ed. Curial, Barcelona 1973) La obra recoge diversos trabajos de distintas épocas del autor, que quedan recopilados como una monografía. A pesar de que los capítulos dedicados específicamente al mas, representan una parte muy reducida, constituyen una importantísima aportación al tema, sin que ello suponga una desconsideración hacia los otros. Así, la colonización que repobló la Catalunya Vella, la creación del mas, y la visión de conjunto sobre la historia de la agricultura catalana son tratados, al mismo tiempo, con rigor, profundidad y valentía. VIOLANT i SIMORRA, Ramón L'art popular a Catalunya (Barcelona, 1948) Obra de gran valor etnológico, reeditada en 1976 por Edicions 62, sin los magníficos dibujos y acuarelas que ilustraban la primera edición, pero con un texto de August Panyella y buena fotografía de J. Gumí intentando paliar aquel vacío. En el primer capítulo, titulado "La casa i l'art de construir" se ofrece, entre otras, una visión de la masia desde los oficios, describiendo cuidadosamente todos los elementos, muebles e inmuebles que envuelven el hogar del campesino. www.faximil.com
de los valles, según se encuentren en la solana o en la umbría. En general es un texto descriptivo de todos los elementos incidentes en las masies de esta zona, así como de las formas de vida, costumbres y tradición constructiva de la misma. A este análisis, se añaden un conjunto de notas que, a manera de conclusión, constituyen una apasionada defensa de la arquitectura vernácula desde todos los puntos de vista. Es más que probable que esta última parte corresponda mayoritariamente a la ampliación que sufrió el texto de 1916 para su publicación definitiva en 1919. En ella se establecen una serie de comparaciones entre las arquitecturas vernánculas de diversos países, para acabar reclamando la atención hacia su estudio y hacia la necesidad de tener en cuenta la arquitectura de la masía para la construcción de la vivienda.
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ELIIISIAC La manzana, tradición viva en la construcción de la ciudad.
Buenos Aires: Plano de Bermúdez de 1708.
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Barcelona. Dos modos de construir la manzana Cerda: el Pasaje Permanyer y el Mercado de San Antonio (Dibujo: Antonio Armesto y Carlos Martí).
preparadas por algunos de los participantes y el trabajo de proyecto. Las ponencias constituyeron aportaciones de los diversos grupos que, centrándose en el tema de la manzana, analizaron los aspectos más relevantes de una situación urbana particular (Barcelona, Madrid, Milán, Ñapóles, Buenos Aires, Galicia,...). A estas ponencias el grupo organizador añadió un pequeño ciclo de charlas sobre Barcelona con la voluntad de construir un apoyo teórico al tema de proyecto. El trabajo de proyecto debía afrontar ampliamente la manzana Cerda a partir de los datos que ofrece una parte diferenciada de la ciudad: el sector del Poblé Nou, caracterizado en gran medida por el trazado de Cerda. En dicho sector dominan los edificios de uso industrial sobre la presencia discontinua de la residencia. De este modo, al tema de la manzana se le sumaba otro, sustancial en la definición de la ciudad moderna: la industria. Se trataba, pues, de discutir en el Seminario una hipótesis: la posibilidad de formular un tipo de implantación urbana que hiciera posible la convivencia de la residencia y sus servicios con ciertas actividades productivas, tomando la manzana como unidad de acción. Es decir, la formulación arquitectónica de la "manzana mixta". Se pretendía así reflexionar sobre el significado de la progresiva expulsión de las actividades productivas del ámbito urbano y formular las posibles alternativas a una idea de ciudad basada en la estricta zonificación de usos. De este modo, el tema de la manzana y, por extensión lógica, el de la cuadrícula, pudo ser contemplado en sus niveles más generales como modelo de urbanización en la
historia, aunque desde la perspectiva específica que las distintas ponencias desarrollaron, propiciando una valoración del significado particular que adquiría el modelo en cada caso: la pervivencia de las estructuras de la ciudad romana en Pavía, el carácter fundacional de la cuadrícula en Buenos Aires, el papel y la naturaleza urbana de los ensanches ochocentistas (ensanche Castro de Madrid), la tesis subyacente en el pensamiento y la obra de Cerda de un modelo teórico de urbanización y rurización del territorio catalán... Otras contribuciones afrontaron el tema de la manzana desde perspectivas conceptualmente distintas, e incluso contrarias, a la idea de modelo urbanizador, hecho que se trasluce, de algún modo por sus títulos: "Ñapóles: la manzana metropolitana", "La cuestión de la manzana en la primera periferia de Milán", "Manzana rural versus manzana urbana en Galicia" o en el "Proyecto para Setubal". La voluntad de los organizadores de que el Seminario no se redujera a una simple exposición de las ponencias se logró en parte gracias al papel de par dialéctico que supuso la presencia del tema de proyecto. Siendo las discrepancias lo más fácil de manifestar, se echó de menos una voluntad más decidida de profundizar en el tema propuesto. Sin duda se requería para ello una actitud científica, donde las diferencias no serían ya discrepancias sino contribuciones dentro de una disciplina que dispone de sus propias técnicas de investigación y formulación. Lejos de la desesperanza, vemos reflejada en estos hechos la dificultad que cualquier tema de proyecto para la ciudad contemporánea plantea, en estos momentos, a la cultura arquitectónica.
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Aunque con bastante retraso, damos noticia y dejamos aquí constancia de la celebración del Seminario Internacional de Arquitectura Contemporánea que, en su tercera edición, tuvo lugar en Barcelona entre los días 25 de septiembre y 4 de octubre del año 1980, en los locales de la Escola Massana. El S.I.A.C. es una plataforma de trabajo colectivo cuyo principal objetivo es la profundización en el análisis formal e histórico de la ciudad, considerada como fundamento de la arquitectura y la reflexión sobre los aspectos teóricos y metodológicos del proyecto como campo de conocimiento. Los miembros del S.I.A.C. pertenecen a varios países europeos y americanos y se vinculan al mismo a través de los "Grupos Locales" que desarrollan autónomamente diversos trabajos de investigación. El S.I.A.C. se celebra con una periodicidad bianual y con carácter geográfico itinerante. Se ocupa de su preparación el "Grupo Local" en cuya sede tiene lugar el Seminario. El I S.I.A.C. ("Proyecto y ciudad histórica") se llevó a cabo en Santiago de Compostela (1976), el II S.I.A.C. ("Transformaciones e intervenciones arquitectónicas en una ciudad mediterránea") en Sevilla (1978). La III edición, en Barcelona, estuvo organizada por los arquitectos del Grupo 2C bajo el enunciado "La manzana como forma de construcción de la ciudad". Recogiendo y sistematizando la experiencia de las anteriores ediciones, el programa de actividades se estructuró en dos vertientes: la lectura y discusión de ponencias
PROYECTOS PARA SEVILLA. En Mayo-Junio de 1980 se celebró en la sala del Rectorado de la Universidad de Sevilla una exposición poco habitual: el Departamento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura, hacía públicamente un balance de su actividad entre el 76 y el 80, a través de una antología de trabajos procedentes de los diversos talleres que lo componen. La exposición, cuya confección y montaje corrió a cargo de Antonio Barrionuevo, Andrés Cid y Aurelio del Pozo, contenía dos aspectos especialmente relevantes. En primer lugar, el no concebir la Escuela como un estricto lugar de aprendizaje, entendiéndola también como un centro de investigación sobre la materia específica: en este caso la Arquitectura. Así lo demostraba la voluntad de articular y divulgar el resultado del propio trabajo que presidía la exposición. En segundo lugar, el hecho de que la ciudad en la que se trabaja fuera el verdadero laboratorio del proyecto. En efecto la exposición escogió a Sevilla como hilo conductor, ya que los proyectos exhibidos partían del conocimiento analítico de la ciudad y se referían a situaciones concretas de la misma.
"Aquí queremos sugerir que es posible una arquitectura cuyas propuestas estén basadas en lo que la ciudad es en sus formas y en sus contenidos y que responda a ellos con coherencia", escribió Alberto Donaire en el folleto de presentación. Se trata, pues, de una exposición que asume con claridad una línea de trabajo. Lo cual ya es mucho, habida cuenta de la ambigüedad que suele caracterizar a nuestras Escuelas. Valdría la pena que esta muestra de proyectos no quedara restringida a Sevilla y pudiera recorrer otras ciudades, porque el debate que podría suscitarse sigue siendo primordial para la enseñanza de la Arquitectura.
Sevilla. Propuesta de remodelación para la casa de la moneda. J. M. Gómez Muñoz, J. Ortiz y J. A. del Pino.
LA CONSTRUCCIÓN DEL TERRITORIO EN EL CANTÓN TICINO. Aldo Rossi, Eraldo Consolascio, Max Bosshardt, Introducción por Bruno Reichlin y Fabio Reinhart. Publicado por Fondazione Ticino Nostro 1979. La obra que nos ocupa aborda el problema de la defensa y conservación del paisaje natural y humano, de los monumentos y de los conjuntos históricos, de los asentamientos, de las construcciones y de los desarrollos históricos de la Suiza italiana, un país de civilización antigua, inserto en el desarrollo de la vida económica, social y cultural presente, característica ésta, común a muchos países de Europa y particularmente el nuestro. El trabajo se publica en dos volúmenes; el primero tiene como objeto de conocimiento el territorio históricamente construido del Cantón Ticino. Recoje los levantamientos en planta y alzado de asentamientos completos, escogidos en toda el área cantonal según crieterios ejemplares; documenta la evolución de ios asentamientos ticineses ocurrida durante la llamada "revolución industrial", confrontando los primeros planos catastrales realizados en la segunda mitad del siglo XVIII con las vistas aéreas del estado actual. Se integran estas indicaciones con breves descripciones geográficas, datos estadísticos, material fotográfico e iconográfico, la traducción en extractos de un texto histórico sobre la vivienda rural en los valles superiores del Ticino "Das Schweizerhaus, nach seinen Landschaflichen und seiner geschichtiichen Entwikiung, zweiter Teil: Tessin". 1902 de Jakob Hunziker. (La casa suiza, su desarrollo paisajístico e histórico, segunda parte: Ticino). Se complementa el volumen con un trabajo de clasificación de los tipos de viviendas y de sus formas de agregación, gran cantidad de levantamientos tipológicos y varios análisis profundos de asentamientos ejemplares (Bissone y los asentamientos lacustres, Cevio y Semione). El segundo volumen informa sobre la condición cultural presente: encuestas, películas y observaciones recogidas en tres lugares diversos del Cantón (una ciudad: Locarno, una aldea: Mendrissio y un pueblo: Brontallo) documentan la relación que los habitantes, diferentes por su extracción social, edad, formación, profesión, etc. mantienen con 95
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A pesar de todo ello, ningún grupo desertó abiertamente del reto planteado y todos nos aplicamos al trabajo. Los papeles que aquellos días pudimos ver sobre las mesas traducían con claridad la abundancia de puntos de vista. Se quedó en el compromiso de elaborar las propuestas en los meses siguientes y remitirlas a Barcelona. Con las ponencias y el material de las propuestas se está confeccionando un libro que recogerá ordenadamente la experiencia del Seminario. Creemos que, al final, el libro será formalmente el fruto del Seminario pero sobre todo, el punto de partida para una discusión más amplia. En él cada trabajo tendrá su posición relativa sin que nadie pueda atribuirle más valor, ni menos, que aquel que alcance a tener en el marco colectivo de la experiencia. A partir de este momento, el III Seminario Internacional de Arquitectura Contemporánea pasará a engarzarse en la cadena de los anteriores y propondrá seguir manteniendo un diálogo, única manera conocida de combatir a un tiempo la soledad y el ruido.
el contexto construi'do frecuentado cotidianamente por ellos. El primer volumen es el que especialmente nos interesa por su temática y por la aportación que contiene sobre el conocimiento, la intervención y la tutela sobre el territorio históricamente construído; aportación que aunque ceñida a un país concreto, tiene tal categoría que adquiere valor general. Tiene un gran interés la reflexión de Bruno Reichlin y Fabio Reinhart en torno al inadecuado conocimiento que se posee del territorio históricamente construido y al papel de la disciplina arquitectónica, que contribuye a definir el sentido del ingente trabajo realizado: "La insidia de un conocimiento inadecuado se pone de manifiesto sobre todo cuando éste se traduce en una práctica de tutela, en función de la cual los asentamientos y paisajes son convertidos en objetos estéticos... La autoridad y la credibilidad de las intervenciones se afirman sobre valores que actualmente se han demostrado entre los más opinables y difíciles de defender... Una cosa es proyectar en un centro histórico conociendo plantas y secciones de los tipos edilicios, las técnicas constructivas y la cultura habitativa que los ha pro96
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Ticino.
rritorio construido. Realizando le- GIORGIO GRASSI: LA ARQUIvantamientos de estructuras urba- TECTURA COMO OFICIO. nas y asentamientos rurales, proLa editorial Gustavo Gili ha publimoviendo el estudio tipológico y cado recientemente una antología morfológico, profundizando el de los principales escritos de Gioranálisis distributivo, constructivo, gio Grassi con el título "La arquiiconográfico, la disciplina arquitectectura como oficio y otros escritónica pone las bases para un conotos". El libro ha salido prácticacimiento racional y sistemático de mente al mismo tiempo en Italia, a las formas. través de Franco Angeli Editori, La reflexión histórico crítica de los pero la iniciativa y el copyright resultados de esta investigación se corresponden a la casa editora barenriquecerá después con la contri- celonesa. bución de otras disciplinas, entre Llama la atención en esta colección ellas la historia, la historia del dede escritos el hecho de que formen recho, la antropología cultural, el un libro verdaderamente unitario y estudio de los dialectos, la geograsobre todo que se trate no ya de un fía. Este mayor conocimiento cullibro de arquitectura, lo cual es tural en lugar de paralizar la capaobvio, sino del libro de un arquicidad ideativa, pone a disposición tecto, lo cual ya no es tan frecuendel proyectista materiales operate. Nos referimos a la tensión que bles y objetivos. En estas condicioen él se reconoce hacia los problenes el mismo proyecto puede conmas técnico-prácticos de la arquivertirse en instrumento de conocitectura y a su carácter transitivo miento: transformando el territodirigido a la finalidad última del rio lo hace inteligible." proyecto. La aparición de este volumen constituye un punto de referencia obli- El propio Grassi lo declara así en gado para abordar cualquier opera- su "Advertencia": ción de estudio, intervención, in- Siempre he creído muy poco en ventariado, reglamentación de tute- una profundización que conduzca la o proyecto sobre los territorios únicamente al nivel teórico-cr¡tihistóricamente construidos, sobre co de las cuestiones de la arquiteclos "sedimentos de cultura cons- tura en general. Y no me ocasiona ducido y otra es partir de descrip- truidos" que todos los pueblos po- ninguna dificultad el reconocer el ciones estetizantes y de abstractas seen. Punto de referencia del que carácter eminentemente instrumenreglas formales que prescriben la este número de 2C dedicado a La tal —y, por tanto, secundario— que han tenido para mi estos escritos pendiente de los tejados, las dimen- Masía no esta alejado. siones y disposición de las ventanas. Señalemos finalmente que el libro en relación a aquello que, a pesar En el primer caso la intervención solo puede adquirirse a través de la de todo, me empeño en considerar parte de un concreto "material" institución editora, pero quien esté como mi oficio (...) Casi todos (estos escritos) podrían ponerse en proyectual, reconocido como cor- interesado en ello puede consultar te cultural y humano complejo pe- el ejemplar del que dispone La B¡- "correspondencia" con un proro rico en estímulos; en el segundo, blioteca de la Escuela de Arquitec- yecto... Resulta sorprendente que la opinión en cambio, se enfrenta a imposicio- tura de Barcelona. común identifique a Grassi como nes elaboradas por otros, cuya raun "teorizador" sobre todo si zón de ser puede ser conocida y confrontamos este hecho con una compartida en mayor o menor gra"confesión" como la siguiente: do, pero que en cualquier caso, se Desde hace un tiempo contemplo suma a las otras tareas proyectuacon cierto desasosiego mis proyecles"... "Una aldea es un monumentos y mis escritos, en los cuales adto de cultura: habitativa, tecnolóvierto ahora, sobre todo, el carácgica, jurídica, económica, etc., es ter rígido y virtual, la apariencia un sedimento de fatigas, pericia e abstracta y veleidosa. Y el principal imaginación. Si la apreciación falmotivo es, precisamente, la exisea esta realidad histórica privilegencia no resuelta (...) de auténtico giando el valor de la imagen —el compromiso con las formas constérmino alemán "Ortsbild" (imatruidas que es, a la vez, la única gen del lugar) sugiere muy bien medida concreta capaz de hacer la idea de una lectura escenográavanzar un trabajo como el mío. fica— quiere decir que las razones Pero la actual superestructura culculturales relativas al territorio tural, bajo la cual se construyen los construido se han separado ya engendros más disparatados, no es, sea del uso productivo y social (y en cambio, propensa a admitir por tanto también del estético) que obras como la de Grassi, basadas en lo han conformado históricamente. un riguroso realismo. La claridad La disciplina arquitectónica puede excesiva resulta, por lo visto, insoaportar una contribución específiportable. ca para disipar la niebla de este De este modo los proyectos de conocimiento inadecuado del te-
UN TESTIMONIO RRES CLAVE.
Grassi y de otros arquitectos acaban, contra toda lógica, siendo mezclados con los cada vez más numerosos "ejercicios gráficos" cuya naturaleza de aparecer como arquitectura dibujada, llega a ser, paradójicamente, una exigencia interna y no una constricción exterior. Entre esta actitud y la posición de Grassi existe, en cualquier caso, una enorme distancia, como él mismo se ocupa de demostrar con sus trabajos. Véase a este respecto su tajante "Opinión sobre el dibujo": Considero el dibujo, ante todo, como un medio adecuado referido a la construcción. Dejar el proyecto visible, mesurable, veri ficable en sus diversas fases, anticipar las soluciones, por así decirlo, con espíritu de verdad: ésta y no otra es creo la función específica del dibujo, de cualquier técnica o medio de representación que se tenga por tal (...) y es por ello por lo que me esfuerzo en no dejar ningún grado de autonomía al propio dibujo. Los escritos de Grassi tienen esa misma vocación instrumental y, tal vez por ello, adquieren hoy un relieve tan significativo. Algunos temas recorren el libro con especial insistencia: las cuestiones tipológicas; la reflexión sobre los cier-
tos aspectos del Movimiento Moderno encarnados en algunas figuras relevantes (L. Hilberseimer. E. May, H. Tessenow, J. J. P. Oud); los conceptos de normativa y realismo; la relación entre análisis y proyecto; el significado de la arquitectura del mundo rural; el problema del formalismo en la arquitectura contemporánea; y, por debajo de todos ellos, el tema de la búsqueda de los vínculos de continuidad con la arquitectura de la historia. El estupendo prólogo que José Ignacio Linasazoro ha preparado para la edición castellana, encuadra ajustada y nítidamente las principales preocupaciones de Grassi, ordenándolas, a través del comentario, en una estructura argumental que hace resaltar su coherencia profunda. Rara vez un prólogo cumple tan eficazmente su misión introductoria. Creemos que este pequeño libro, que hace compatible el más exigente rigor analítico con la más directa linealidad propositiva, está destinado a tener una influencia decisiva en los próximos años.
Con motivo de la publicación del número 16-17 de 2C CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD dedicado a la personalidad de Josep Torres Clavé, hemos recibido una carta que, por su valor de testimonio vivo y sincero, queremos reproducir parcialmente. Se trata de la opinión de Félix Martín, uno de los más cualificados canteros de Catalunya, historiador local y hombre de extraordinaria lucidez y entereza. Contar con su amistad nos honra. Testimonios como el suyo son los que cuentan más para nosotros. El pasaje de la carta que concierne al tema dice así: "La temática de la revista -que cal considerar-la una monografía de la persona i de l'obra del malaurat arquitecte Torres Clavé— m'ha resultat interessant d'alló mes i hom no ha pogut evitar sentir una especie de recanca en adonar-se de l'immens valor de certes persones de casa nostra que, en definitiva, van morir baldament per obra i gracia de la intervenció franquista a Catalunya, que de retop, va embolicar-la en una guerra que ni la vam promoure ni s'ens hi va perdre res en ella. La majoria d'aquestes persones, pero, fins i tot en el moment de morir van donar testimoniatge de la seva valúa personal com és —sembla- el cas del nostre personatge. Almenys el seu exemple servís per foragitar aquesta munió de col-legues seus (que de fet ni mereixen aquesta considerado) que a can vi de la bossa de Judes son capacos de prostituir els mes sagrats principis d'aquesta noble professió que hauria d'ésser continua expressió d'una singular Bella Art al servei de I'Home."
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Grassi. Laboratorio para la fabricación de maquinaria para la investigación biológica en Paullo. 1968.
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