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Cartelismo, arte y compromiso, la obra de Josep Renau El famoso cartelista valenciano, siempre atento a las vanguardias, puso su arte al servicio de la sociedad Vicent Ibiza

L

a tradición cartelista en España arranca del siglo XVIII y está vinculada a las actividades lúdicas, fiestas y corridas de toros; los primeros carteles taurinos en los que se combinó texto e imagen se publicaron hacia 1770. En el siglo XDC esta actividad artística sigue desarrollándose para publicitar las fiestas: Fallas, exposiciones, etcétera. También, en el modernismo catalán se aprecia un momento de brillo del cartel. Más tarde, con la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, el cartelismo fue utilizado de forma masiva. Modernismo, impresionismo, cubismo, el arte fue influyendo en el cartel, aunque el más clásico fue el que tomó la perspectiva del realismo social soviético, que influiría en el cartelismo alemán y, más tarde, en el español, aunque con ciertas diferencias. Curiosamente, todos ellos suelen acudir a prototipos de cuerpos más fuertes que seductores, vistosidad, grandiosidad y gestualidad, con toques a veces futuristas.

La influencia rusa En España, el momento álgido del cartelismo se vivió en los días de la Guerra Civil (1936 a 1939). En el caso español, es muy evidente la influencia rusa, aunque también es palpable una mayor espontaneidad artística. El cartel trasmite todo tipo de mensajes: valor para el <- Retrato de Josep Renau, de Manuela Ballester. (Colección del Ayuntamiento de Valencia)

combate, disciplina en el frente y la retaguardia, mantenimiento del sistema productivo, apoyo a la infancia, ánimo a la resistencia, etcétera. Se enaltece la fortaleza y el heroísmo de personas y pueblos. En el cartel republicano se aprecia una notable fuerza, si bien el mensaje va perdiendo rotundidad a medida que se alarga el conflicto y la victoria va apareciendo cada vez más utópica. La desmoralización también trasciende al cartel. Los cartelistas valencianos tuvieron un papel importante en el desarrollo de esta técnica durante la Segunda República y, sobre todo, la Guerra Civil. Se ha definido como un grito en la pared, y fue utilizado como elemento de comunicación, denuncia y consignas en la época. La proliferación del cartelismo como arma política en defensa de la República hizo que esta actividad plástica gozara de gran popularidad entre los artistas valencianos, cosa que no es extraña ya que muchos de ellos se habían formado en el terreno de las artes gráficas y publicidad comercial en el período anterior al estallido de la guerra. El cartelismo valenciano aparece como un fenómeno autóctono que tiene sus orígenes en las primeras litografías que aparecen a principios del siglo XX dedicadas a las fiestas falleras y taurinas, y también en las promociones comerciales. El compromiso político con la República llevó a artistas, publicistas y periodistas a incorporarse a los talleres de artes gráficas de la Alianza de Intelectuales, del Sindicato de Dibujantes, e incluso del propio Gobier-


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LA G R A N

HISTORIA

DE LA C O M U N I T A T

VALENCIANA

ENTRE

Portada de la revista de inspiración marxista Nueva cultura realizada por Josep Renau. (FJR)

no y del ejército. Se creó un Taller de Agitación en el que se abandonaron criterios estéticos para dedicarse a realizar trabajos con un fin propagandístico y revolucionario. En él participaron los pintores más destacados de la época, como Josep Renau, Manuela Ballester, Antonio Ballester, Pérez Contel, Rafael Raga, Arturo Ballester, Manuel Edo etcétera, que usaron sus experiencias artísticas y técnicas para la creación de un nuevo lenguaje plástico al servicio de la revolución. Realizaron una gran cantidad de obras que poblaron las paredes de las ciudades y pueblos valencianos. Finalizada la guerra, fueron represaliados y pasaron a formar parte de los detenidos o exiliados que hubieron de dejar su actividad. Algunos pudieron sobrevivir colaborando en trabajos de publicidad comercial, el diseño gráfico vinculado a las Fallas o al cartelismo cinematográfico.

Josep Renau, el artista comprometido Josep Renau (Valencia, 1907 - Berlín, 1982), sin duda el más famoso de los cartelistas valencianos, fue un hombre comprometido políticamente, que consideraba que las artes plásticas eran un excelente medio para formar conciencias, y su trayectoria personal así lo confirma: el arte está al servicio de la sociedad.

LAS U R N A S Y LOS

FUSILES

Estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, y ganó su primer concurso de carteles con 18 años. Realizó también trabajos como fotógrafo y muralista destacando por sus carteles cinematográficos. En 1931 se afilia al Partido Comunista de España y será miembro fundador de la Unión de Escritores y Artistas Proletarios (1932), desarrolló una intensa actividad político-social en la elaboración de carteles editados para apoyar a la República durante la Guerra Civil. A partir de 1936, fue codirector, junto con Max Aub, del periódico Verdad y colaboró, como redactor gráfico, en las publicaciones Orto, revista de documentación social que incluyó fotomontajes suyos y de Manuela Ballester, y Nueva Cultura revista de corte marxista que aglutinó a un núcleo de artistas e intelectuales como Ángel Gaos, Pascual Pía, Emili González, Carreño o Rafael Pérez Contel. En esta época fue profesor de Bellas Artes en la Universitat de Valencia, y fue nombrado director general de Bellas Artes en 1936, cargo desde el que pediría a Picasso la realización del Guernica en 1937 para la Exposición Internacional de París. En plena guerra, decidió el traslado a Valencia de parte de la obra del Museo del

Los cartelistas valencianos tuvieron un papel importante en el desarrollo de esta técnica durante la Guerra Civil Prado, para salvarla de los bombardeos de Madrid, organizando con posterioridad el traslado a Suiza. Al terminar la guerra, pasa a Francia y es internado en un campo de refugiados en Argelers. Consigue un visado para México, donde se exilia en 1939, allí trabajará para revistas españolas en el exilio y colaborará con David Alfaro Siqueiros. Esta etapa fue, sin duda, una de las más tristes y duras en la vida del artista, pero la derrota y el exilio con sus dificultades no mermaron su creatividad y, durante su estancia en México, desarrolla una actividad muralística en consonancia con la tradición mexicana. De este periodo datan los murales del Casino de Cuernavaca. Recientemente, se ha recuperado, en un edificio de la calle Caballeros de Valencia, un mural de la época de juventud de Renau realizado a principios de los años treinta. Se trata de una obra de decoración que


CARTELISMO, ARTE Y COMPROMISO, LA OBRA DE JOSEP RENAL)

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Recientemente, se ha recuperado en un edificio de la Calle Caballeros de Valencia un mural de la época de juventud de Renau realizado a principios de los años 30. (LEVANTE-EMV)

representa a diversos animales, rodeados de árboles y situados entre mujeres desnudas y arqueros, que supone uno de los pocos murales conservados del autor en su ciudad natal. En 1958 deja México para instalarse en Berlín Oriental (República Democrática Alemana). Allí realizará murales y fotomontajes {Fata Morgana USA y The american way oflifé). Beneficiado por la amnistía general de 1976, regresará a España, pero sólo ocasionalmente, para volver más tarde de nuevo a la RDA. En 1978 lega su obra a la Fundación Josep Renau, que, en estos momentos, se encuentra depositada en el IVAM. Muere en Berlín en 1982. Los rasgos que mejor han definido su obra son el vigor, la perfección técnica, el gusto estético, la excelente composición y la sugestiva significación simbólica. Su obra abarcará tanto el cartelismo cinematográfico, vinculado a la compañía de cine valenciana CIFESA, para la que realiza los carteles de las películas Y el mundo marcha (1928), Éxtasis ( 1932), La hermana San Sulpicio (1934), Rumbo al Cairo (1935) o La verbena de la paloma (1935), como el campo de la publicidad comercial y el asociado a la militancia política. Renau combinó, desde los inicios de su actividad ar-

tística, gran cantidad de técnicas empujado por su ansia de experimentación e innovación, así como por su compromiso político. Fue fotógrafo, muralista, cartelista, dibujante, ceramista, grabador, etcétera. Su firma adquiere un alto protagonismo como consecuencia de los excelentes trabajos que produce a través del fotomontaje y de la composición gráfica, ambos de clara inspiración en el movimiento constructivista de la vanguardia rusa y tomando como referente la obra del americano John Heartfield. En sus series Fata Morgana USA y The American Way ofLife, desarrolla el fotomontaje y usa los planteamientos de la publicidad capitalista para hacer una crítica a la sociedad norteamericana utilizando de manera innovadora el color en su trabajo. No se trata de fotomontajes aislados, sino que son concebidos con carácter de serie, como un conjunto.

Siempre en las tendencias más progresivas De permanente carácter experimental, atento siempre a las tendencias más progresivas del momento, Renau supo destilar, a lo largo de un dilatado período, y a través de su incesante actividad artística, la esencia de las vanguardias europeas y del muralismo mexicano.


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