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Perea Cano, Celestino Rafael “Rafael Perea “Boni”

PErEa caNO, celestino rafael

“EL BONI” y “RAFAEL PEREA, BONI”

Matador de toros cuyo nombre artístico siempre fue el de Rafael Perea “Boni”. Nació en Madrid, el 12 de noviembre de 1913, hijo del banderillero Bonifacio Perea, el primero que se apodó “Boni”, con acierto, puesto que se trataba de una disminución del nombre de pila. Dispuesto a continuar los pasos de su progenitor –que luego imitarían sus hermanos menores Manuel y Juan– se inició en el toreo hasta lograr la suficiente preparación en el oficio como para presentarse como novillero ante sus paisanos el 22 de agosto de 1940 con novillos de la vacada de Sánchez Cobaleda, alternando con Rafael Ortega “Gallito” y Miguel del Pino. Boni cortó una oreja al novillo de su presentación y se silenció su labor en el segundo de su lote. Pese a lo avanzada que ya estaba la temporada pudo torear 11 funciones que ascendieron a 23 en la temporada de 1941. Sin embargo, su carecer abúlico e indolente terminó por pasarle factura, porque su habitual irregularidad en todas sus corridas, que era la tónica habitual, lo precipitó al cataclismo de los últimos puestos del escalafón novilleril. Así, en 1942, toreó solo 9 novilladas, sufriendo una grave cogida en la que toreó en Madrid el 5 de julio. En la siguiente temporada de 1943 solo toreó 6 veces y 5 en la de 1944. En 1945 viajó a México donde permaneció por espacio de varios años, y tal fue su éxito en aquel país que hasta le dedicaron una escultura en recuerdo del quite por verónicas que ejecutó el día de su presentación en la plaza de México el 24 de junio del referido año de 1945; y en Orizaba (Veracruz) tomó la alternativa el 18 de noviembre del referido año de manos de Luis Briones, que le cedió el toro “Cortesano”, de Lorenzo Garza, pero al ser nula, tuvo de recibir otra (en realidad se consideró una confirmación) el 26 de febrero de 1946 en la “México”, pocos meses después de su inauguración, de azul y oro, de manos de Manuel Rodríguez “Manolete”, que le cedió el toro “Espejito”, de “La Torrecilla”, con Luis Procuna de testigo. Fue la primera ceremonia que se celebraba en la nueva plaza del D.F. De aquella tarde dijo el semanario “El Ruedo”: “El martes, día 26, confirmó la alternativa en la capital de México Rafael Perea “Boni”. Fue su padrino Manolete y actuó de segundo espada Luis Procuna. El ganado de Llaguno fue pequeño y difícil. Además, el viento huracanado que reinó durante todo el día dificultó la labor de los diestros. Dicho está que la corrida fue mala, a pesar de que los matadores hicieron cuanto pudieron por lucirse. Para los tres hubo aplausos”. De regreso a España en 1947 tuvo muy escasa actividad tauri-

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