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Perea Cordero, Rafael “El Boni”

na. Debutó como matador de toros en Barcelona, el 22 de junio, con toros de Fermín Bohórquez, alternando con Juanito Belmonte Campoy y Manuel Rodríguez “Manolete”. Un mes antes se había presentado en Beziers (Francia), el 18 de mayo, con toros de Claudi Moura, con Antonio Vázquez y Jaime Marco “El Choni”. En vista de que en España su nombre se iba diluyendo poco a poco decidió buscar mejores horizontes en América, y allí estuvo toreando la temporada de 1948 y 1949 con desigual fortuna. En esta última se presentó en la plaza de Bogotá, el 13 de marzo, para lidiar toros de la ganadería de “Aguas Vivas” con Luis Mata y Nito Ortega. Y tras esta aventura americana optó por hacerse banderillero colocándose inmediatamente entre los mejores de su clase, figurando en las cuadrillas más importantes de su época. Falleció el miércoles, 25 de septiembre de 2002 en Madrid, a los 88 años de edad, y el viernes fue enterrado en Salamanca.

PErEa cOrdErO, rafael

“EL BONI”

Matador y posteriormente banderillero nacido en Madrid, el 6 de marzo de 1961 en el seno de una famosa dinastía taurina: hijo del banderillero Brígido Perea “Boni”, sobrino del que fuera el creador de la dinastía torera Bonifacio Perea Rapel, importantísimo banderillero y primero en apodarse “Boni” con toda razón, pues era el diminutivo de su nombre. El Rafael Perea “El Boni” que nos ocupa se inició en el toreo en la parte seria del espectáculo cómico-taurino de “El Gran Kiki”, continuando toreando novilladas sin picadores hasta el 12 de junio de 1981, fecha en la que debutó con los del castoreño en Sahagún de los Campos alternando en la lidia de novillos de la ganadería del Marqués de Villagodio con el lorquino Pepín Jiménez y el rejoneador Peralta. Terminó la temporada con 5 corridas, una de ellas la de su presentación en Francia, el 2 de agosto en la plaza de Hagestmau. Un año más tarde, debutó ante la afición madrileña de Las Ventas el viernes, día de San José, 19 de marzo de 1982, de grana y oro, alternando con Juan Mora y Vicente Yestera, en la lidia de cuatro novillos de Francisco Rubio (antes de José González Sillero), muy nobles y bravos para los picadores, y dos de los Herederos de Pablo Martínez Elizondo (5º, 6º). No pasó de discreto El Boni, siendo el balance de su actuación de silencio y algunas palmas. Finalizó la temporada con 13 corridas, igual cifra que ajustaría en 1983, de ellas cuatro en Francia, donde logró hacerse un gran cartel. Sin

embargo, en 1984 solamente toreó 8 novilladas y parecido numero en 1985. Pasó de nuevo por Las Ventas el domingo, 27 de junio de 1986 para lidiar en compañía de Luis Miguel Villalpando y José Luis Bote cinco novillos toros de Daniel Ruiz, que no se prestaron al lucimiento, y uno de Julio A. de la Puerta y Castro, que se lidió en 5º lugar, que correspondió al Rafael Perea “El Boni”, con el que se le silenció su faena, igual que ocurrió con su primero, segundo de la corrida. Cerró la campaña con 7 novilladas y en 1987 subió la cifra a 13 corridas, aunque todas en plazas de poca importancia. En 1988 tampoco hizo una temporada boyante en cuanto al número de sus actuaciones, aunque si en triunfos, además de torear en dos plazas importantes como Barcelona y el 29 de mayo en Sevilla, donde debutó alternando con Gonzalo González y Domingo Valderrama. El 11 de septiembre de dicho año toreó su última novillada en Colmenar de Oreja, mano a mano con Julio Norte en la lidia de cuatro utreros de la ganadería de Gabriel García Sánchez, consiguiendo dos orejas del último novillo de la tarde y de su carrera de novillero. Por fin, tras nueve duros años como novillero le llegó el triunfo. Fue en el concurso “La Oportunidad” de Las Ventas, en el que se inscribió y ganó. El premio: torear en San Isidro con alternativa incluida. Esta le llegó el sábado, 15 de abril del referido año de 1989, de salmón y oro, en una de aquellas corridas de oportunidad, la 1ª, que ideara su empresario de entonces, Chopera. Fue su padrino Manuel Cáscales y el testigo Luis Cancela. Estuvo bien al ser ovacionado en su primer toro, “Africano”, negro bragado, de 609 kilos, perteneciente a la ganadería de Félix Hernández Barrera, que lidió cinco, y uno el Conde de Ruiseñada que se lidió en 4º lugar. El Boni se ganó un puesto en la feria de San Isidro con los Murteira Grave, el domingo, 14 de mayo, corrida en la que alternó con el soriano José Luis Palomar y el madrileño José Luis Bote, consiguiendo una oreja en dicha oportunidad, que le valió nuevamente para ocupar una sustitución junto a José María Manzanares y Juan Antonio Ruiz “Espartaco” el 23 de dicho mes, martes, décimo primera corrida de feria, despachando toros de la ganadería de Sepúlveda (2º, 4º, 5º, 6º), y dos de José Ortega Sánchez (1º, 3º), y aunque perdió la puerta grande por la espada, los aficionados lo pasearon a hombros y se erigió en el triunfador de la feria de 1989. A esa corrida asistieron S.M. El Rey D. Juan Carlos I y S.A.R. la Condesa de Barcelona junto con el alcalde de Madrid, que la presenciaron desde una barrera. Al finalizar la temporada viajó a América, donde debutó en la plaza de Lima (Perú), el 5 de noviembre, de azul marino y oro, con toros de la ganadería de “Paijan” alternando con Mariano Ramos y Rafael de la

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Viña. Fue ovacionado en sus dos toros, y el mes siguiente, se presentó en Ecuador, debutando en la plaza de Quito, el día 5, alternando con Miguel Espinosa “Armillita Chico” y José Luis Cobos, con el satisfactorio resultado de ser ovacionado en el toro de su debut y dar la vuelta en el segundo de su lote. Terminó la temporada con 25 corridas de toros, incluida la de su presentación en Mont de Marsans (Francia), de champán y oro, el 19 de julio, con toros de de Pablo-Romero y Martinez Elizondo en corrida concurso de ganaderías, alternando con Ruiz Miguel y Nimeño II. No tuvo suerte y fue abroncado en sus dos toros. En 1990 con apoderado nuevo –Agustín Parra “Parrita” (Hijo)– “porque el anterior no me servía” –se refería al excelente banderillero Francisco Membrilla– toreó 12 corridas de toros, cuatro de ellas en Madrid y una en Santander. Las demás fueron en plazas de pueblo que poco le podían aportar. La primera comparecencia en Madrid fue el domingo, 15 de abril, con toros de “Puerto de San Lorenzo” alternando con Manuel Ruiz “Manili”, y José Antonio Campuzano. El Boni que resultó herido leve fue ovacionado en sus dos toros y fue repetido el jueves, 10 de mayo, 1ª corrida de la Feria de San Isidro, con toros de “Peñajara”, y Morenito de Maracay y El Fundi como compañeros de cartel. Ovación y silencio fue el resultado artístico de su actuación, pero dejó regusto de buen toreo y repitió paseíllo en el mismo coso el domingo, 20 de junio, décimo primera corrida de feria, esta vez para lidiar toros de Francisco Galache de Hernandinos, con Emilio Oliva y José Luis Bote. Estuvo discreto en su actuación siendo su faena al primero de su lote, tercero de la tarde, aplaudida, y ovacionado en el sexto. Su cuarta comparecencia en Las Ventas fue el miércoles, 15 de agosto, para lidiar toros de los Hros. de Gabriel Hernández Plá, uno de la Vda. de Martínez Benavides (5º), y otro de “Peñajara” (6º), con Paco Alcalde y Pepe Luis Martín. Además, rejoneó un toro de “Alcurrucen” Juan José Rodríguez que se presentaba en Madrid. En esta oportunidad El Boni consiguió dar una vuelta al ruedo en su primer toro, segundo de la corrida, y fue aplaudido en el otro. En 1991 solamente toreó una corrida, también en Madrid, el 5 de mayo, alternando con Lucio Sandín y Pedro Lara en la lidia de toros de la ganadería de Antonio Pérez de San Fernando, de Salamanca. Esta fue la última corrida que toreo vestido de luces como matador de toros. El último toro que estoqueó se llamaba “Vendaval”, marcado con el número 71 y 574 kilos. No tuvo suerte y su actuación fue silenciada en ambos toros. La política de los despachos le pusieron las cosas cuesta arriba, muy cuesta arriba diría yo. Las corridas que le daban eran de las llamadas “duras”, por lo que en 1992 decidió dar

por terminada su andadura como matador de toros y continuar con la tradición familiar. Y en 1992 –medio en serio, medio en broma– se vistió de plata a las órdenes de Javier Vázquez en cuya cuadrilla, curiosamente iba su padre, Brígido Perea. El paseíllo lo hizo sin convencimiento. Fue realmente una prueba, pero al año siguiente ya toreó a las órdenes de Fernando Lozano y Chiquilín, y posteriormente con Pedrito de Portugal, Vicente Barrera, Luis Francisco Esplá, Espartaco, Manzanares, Antoñete y Luís Bolívar entre otros. Las últimas nueve temporadas estuvo en la cuadrilla de Manuel “El Cid”, y con él se retiró de los ruedos. Fue en Sevilla y El Cid sorprendió al respetable de la Maestranza cuando brindó el último toro de la temporada a Rafael Perea “Boni”: “El Cid me dijo que sería aquella la última tarde, en principio, de la temporada y, por tanto, como yo tenía la decisión tomada, pues fue mi última tarde de plata. Quería que me cortara la coleta, pero yo no soy hombre de esas cosas. He hecho todo lo que buenamente he podido en mi vida primero como matador y después como subalterno y siempre lo he hecho a favor de mi torero. Con todos he tenido una gran amistad, y especialmente con EL Cid, con el que he estado nueve años, he sido primero amigo y luego compañero”. Aquella tarde de 2014 alternaban con El Cid, Sebastián Castella y Manuel Escribano. El Boni declaró: “Ha sido muy bonito, muy emocionante... nos hemos emocionado los dos en ese momento. Son muchas cosas, pues nueve años dan para hablar mucho, muchos triunfos y muchos sinsabores. Me quedo con lo bonito de esta profesión, a la que estaré eternamente agradecido, pero en la que llega el momento de decir punto y aparte... ¡y qué bonito que haya sido en Sevilla!”. Y Rafael Perea “El Beni” continuó declarando a Cultoro: “El marco es incomparable, no puede ser más torero ni con más sabor. He tenido la gran suerte de pasar con dignidad por este mundo de plata, en el que aparte de la bolita que Dios te dé también tienes que gozar de suerte. Lo que está claro es que ni escrito hubiera imaginado que mi final sería así, con la Maestranza de fondo y con Manuel brindándome el toro”. Nadie duda de su maestría y eficacia como lo demuestra el hecho de haber figurado en las cuadrillas de los matadores más importantes del escalafón. La estadística de su carrera se resume en 72 novilladas picadas y 38 corridas de toros.

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