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Pérez Hoyos, Ángel “Angelillo de Triana”

ría que se me arrancasen con fuerza, ganarle la cara y salir andando, era de una belleza tremenda y al público le llegaba mucho. Me convirtieron en ídolo. (...) Yo, el valor que no puse de matador con la espada y la muleta, lo puse de banderillero, quizás porque dominaba la suerte, por la afición que tenía o por lo que fuera, pero ahí me entregaba. (...) Hoy hay banderilleros muy buenos, pero no es la época de Luis González, Almensilla, Magritas, Rafaelillo, Pinturas, Michelin, Faroles y otros más. (...) Luis González y yo fuimos como hermanos. Yo le casé y le bauticé un hijo. (...) Yo con el capote andaba todavía mejor que con las banderillas, pero como era muy espectacular en banderillas la gente se quedaba con esto. No es que hablemos si tengo abuela o no, pero a mí era difícil que nadie me ganara, porque podía arrollar al toro y a lo que se pusiera por delante. (...) He sido un hombre de suerte. Fui figura de novillero, alterné con los grandes de matador y he sido figura de los banderilleros, ¿qué más se puede pedir, si ahora además sigo en esto? Se refería al mundillo del toro como veedor.

PérEZ hOyOs, ángel

“ANGELILLO DE TRIANA”

Matador de toros nacido en el barrio sevillano del que tomó el apodo, el 12 de octubre de 1898. De precoz afición, comenzó a torear en una cuadrilla de niños sevillanos en 1914, y disuelta ésta toreó suelto, generalmente en la región andaluza. Ante sus paisanos de Sevilla se presentó el 22 de octubre de 1916 con novillos de José Anastasio, alternando con Quinito II y Amuedo, logrando hacerse entre sus paisanos tan excelente cartel que toreó 9 novilladas hasta la temporada de 1926. Se presentó en Madrid el 27 de junio de 1920, de marrón y oro, alternando con Antonio Sánchez y Ventoldrá. El primer novillo que estoqueó fue “Tabaquero”, negro listón, de la ganadería de Conradi, sin que su actuación pasase de gris, quizás por las inclemencias del tiempo, ya que en el segundo se su lote, ultimo de la corrida “tuvo que abreviar por la lluvia. La entrada, un lleno. La tarde lluviosa y cayó un fuerte chaparrón en el último toro”. Volvió a torear Angelillo de Triana en Madrid en 1921, el domingo 13 de marzo, con Victoriano Roger “Valencia II” y Eugenio Ventoldrá, alternando en la lidia de cinco toros de Santiago Sánchez y uno, el 1º, de Gregorio Campos. Angelillo de Triana, que toreó en tercer lugar “muleteó al tercero con más voluntad que arte, mató de pinchazo y media. Palmas. Al sexto lo mató como pudo y sin luci-

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miento. La tarde, nublada y amenazando lluvia y la entrada, un lleno”. No toreó en Madrid las dos siguientes temporadas, pero sin embargo, pese a sus fracasos en la capital de España, en provincias tenía aceptación y continuó toreando novilladas hasta la temporada de 1923 ajustando una media de 20 festejos por temporada. En 1924 toreó 25, dos de ellas en Madrid. La primera, el 10 de agosto con toros de Manuel Rincón, acartelado junto a Manuel Martínez y Antonio de la Haba “Zurito”. Angelillo, que toreó en segundo lugar “se mostró voluntarioso y algo desconcertado con el público en el segundo, mató mal y pitos. En el quinto le faltó quietud, mató de media buena y palmas. Bien en quites, como sus compañeros. La entrada, un lleno”. Es justo aclarar que estaba anunciado Manuel Báez “Litri”, pero esté perdió el tren desde Huelva, y aunque llegó unos minutos antes de que empezase el festejo, no toreó. La segunda comparecencia en Madrid, fue el 31 de agosto con toros de Matías Sánchez alternando con Ángel Navas “Gallito de Zafra” y Manuel Báez “Litri”. En esta ocasión Angelillo abrió plaza por ser el más antiguo de la terna y “estuvo breve y reposado en el primero, mató de estocada algo caída y ovación. En el cuarto hizo una faena más emocionante que buena, mató d estocada y ovación. Muy bueno en la brega y quites. La entrada, un lleno de “no hay billetes”. En 1925 toreó 26 corridas, y en 1926, tras torear 10 novilladas tomó la alternativa en Jaén el 15 de agosto, de manos de Braulio Lausín “Gitanillo de Ricla” con Antonio de la Haba “Zurito” de testigo y toros de Moreno Santamaría, triunfando a lo grande, pese a lo cual esta fue la única corrida que toreó en España, porque acto seguido, viajó a tierras americanas donde toreó con mucho éxito en Méjico y Venezuela entre otras repúblicas taurinas. De regreso a España en 1927, toreó 3 corridas en dicha temporada, 5 en la de 1928, 3 en la de 1929, una de ellas la de su presentación como matador de toros en el coso maestrante de Sevilla, el día del Corpus, 30 de mayo, alternando en la lidia de toros de Flores Tassara con Paco Perlacia y Palmeño. Angelillo de Triana tuvo la mala fortuna de resultar volteado por su primer toro que le produjo una conmoción cerebral y una herida en un ojo. En 1930 sumó 7 corridas, 8 en la de 1931, una de ellas la de su confirmación de alternativa en Madrid el 29 de junio de manos de Diego Mazquiarán “Fortuna”, y Fuentes Bejarano de testigo. En 1932 toreó 3 corridas; 2 en la temporada de 1933 y solamente una en la de 1934, esta última el 25 de noviembre en la plaza Monumental de Barcelona, con la desgracia de ser cogido y herido de consideración. Angel Carmona “Camisero” emitió el siguiente juicio crítico sobre Angelillo de Triana en su libro ¡Así los vi yo!: “Hay quien nace con

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