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Rodríguez y Pérez de Torres, Rafael “Rafael Torres”
from Diccionario de toros Tomo 2
by FCTH
otros de Javier Cortes, diestro que resultó gravemente herido en la plaza de toros de Las Ventas el 15 de septiembre de 2019 en un ojo, y aunque lo salvó, aunque perdió la visión del mismo, se recuperó al torero y a la persona, que estuvo a punto de morir.
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Matador de toros y posteriormente banderillero que nació en Sevilla el 26 de agosto de 1947. El chiquillo quería ser futbolista, pero el padre, para quitarle los pájaros de la cabeza, lo colocó de tapicero, y hete ahí, que en el taller había un viejo mozo de estoques empleado, Pepe Expósito, que le contó todas las historias de su vida, y el chiquillo, terminó queriendo ser torero, sin que su padre pudiera impedirlo. Rafael empezó a ir a los tentaderos de El Toruño y luego se marchó de su casa rumbo a Madrid, derecho a la “Oportunidad”. Cómo no pudo torear, regresó a su casa, pero con el convencimiento intacto de querer ser torero. Por fin encontró una ayuda en el maestro Paco Camino, que lo tuvo haciendo tentaderos, y después, en Pepe Luís Vázquez, y su hermano Manolo, que terminó siendo su apoderado varios años. Debutó sin picadores en Olivares en 1967, y tras matar solamente siete becerros, debutó con picadores en 1968 en el coso maestrante de su Sevilla natal, el 6 de octubre, obteniendo tan clamoroso éxito que le cortó las dos orejas al novillo de Rincón Cañizares y salió por la Puerta del Príncipe. A la semana siguiente hizo otra vez el paseíllo en la misma plaza. Se lo había ganado. Y en las taquillas colgaron el cartel de “No hay billetes”. Ese día, sin embargo, Rafaelito no pudo refrendar el triunfo porque los novillos de Buendía no colaboraron y fueron muy gazapones, pero una semana después, volvió a cortar dos orejas a los novillos de Bernardino Jiménez. Rafael Torres se había labrado un gran cartel como novillero, y en 1969, toreó en las plazas más importantes, en las que triunfó, como Barcelona, Sevilla, Valencia, y Madrid, donde se presentó el 15 de junio con José Luis Segura y Antonio Gil –luego banderillero y padre del matador de toros de Linares David Gil– con novillos del matador de toros Pepe Luis Vázquez. Obtuvo un señalado éxito al dar la vuelta al redondel en el primero y cortar una oreja al último de la tarde, pese a lo cual lo sacaron a hombros de la plaza. Ese triunfo le valió la repetición en la misma plaza el domingo siguiente, día 22, con José Luis Segura y Julián García, con
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novillos de Joaquín Buendía, ratificando sus buenísimas maneras ante la cátedra madrileña al ser ovacionado en su primer toro, tercero de la tarde, y dar una vuelta al ruedo, en el último del festejo. Terminó la temporada con 36 novilladas quedando a la cabeza del escalafón de los novilleros. Con tal expectación ante los aficionados, recibió la alternativa en Sevilla, el 29 de marzo de 1970 de manos de Curro Romero, que en presencia de José Rivera “Riverita” le cedió el toro “Entretenido”, marcado en los costillares con el número 10, y de 552 kilos, perteneciente a la ganadería de Antonio Urquijo. Además, actuó con un novillo de la misma ganadería el caballero sevillano Antonio Ignacio Vargas. Rafaelito Torres, como cariñosamente se le conocía en el mundo del toro, gustó al respetable, que a pesar de no cortar trofeos le premió con una vuelta al anillo. Poco después confirmó su reciente doctorado en Las Ventas, el 23 de mayo, en la 10ª corrida de la feria de San Isidro, con el toro “Cantador”, de Atanasio Fernández. Diego Puerta fue el padrino y Manuel Benítez Pérez “El Cordobés” fue el testigo, y el confirmante fue premiado con una oreja del toro de la ceremonia y ovacionado en el último. Cerró la temporada con 26 corridas de toros y en la siguiente toreó cuatro festejos más, 30 corridas, cifra que ya nunca lograría igualar. En 1972 sumó 26 corridas, de ellas, cinco corridas consecutivas, los jueves, en Barcelona. La temporada de 1973 fue parecida, pues toreó 24 corridas, cinco de ellas en Sevilla, con gran ambiente. Sin embargo, su contratación descendió inexplicablemente a 14 en la de 1974. En 1975 pareció resurgir cual “Ave Fénix” al llevarse todos los trofeos de la feria de Sevilla por una faena extraordinaria a un toro de la ganadería de Guardiola, pero de nuevo, terminó la temporada con 24 corridas, que se redujeron a 20 en 1976. Ese año, al término de la campaña española, viajó a Méjico, donde debutó en el Palacio de los Deportes el 12 de septiembre con el toro “Estrellito”, de “Las Huertas”, con Jesús Solórzano y Manolo Arruza. Fue aplaudido en su primer toro y ovacionado en el segundo de su lote, y de regreso a España, los aficionados vimos impotentes cómo se acentuaba su declive a partir de ese año, ya que en 1977 toreó 6 corridas, 7 en 1978, 5 en 1979, 4 en 1980 y 3 en 1981. Rafael Torres, que había saboreado las mieles del triunfo en las plazas más importantes y que incluso, había estado durante nueve años consecutivos toreando en la feria de Lima, perdió la ilusión de continuar, y en 1982 cambió el oro por la plata, figurando desde entonces en las cuadrillas de los matadores más prestigiosos, revelándose como una figura en su campo. Figuró, por ejemplo, en las de los matadores Manolo Vázquez, Paquirri, Curro Romero, Manzanares, Víctor Méndes, José Anto-