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Rodríguez Rivera, Juan José “Juan Rivera”

nio Campuzano, Luís Francisco Esplá… Durante su etapa de matador de toros otorgó dos doctorados: a Juan Sánchez Martínez “Saleri”, padre del matador del mismo apodo, de Linares, y Crisanto Burgos Ibáñez “El Santi”, sin que llegase a confirmar ningún doctorado en Madrid.

rOdríguEZ rivEra, Juan José

“JUAN RIVERA”

Matador de toros y banderillero nacido en Elda (Alicante), el 26 de diciembre de 1966 que empezó a dar sus primeros pasos en el oficio a comienzos de la década de los años 80 del pasado siglo, ya que en 1981 se puso por primera vez delante de una becerra y en 1983 ya toreabas con picadores contabilizándosele al finalizar la temporada 2 corridas. Seguramente fue esa su primera temporada con los del castoreño, porque en la temporada de 1984 ya toreó nada menos que 53 festejos quedando al finalizar la temporada situado en el primer puesto del escalafón de novilleros, lo que hizo concebir no pocas esperanzas sobre su futuro en la Fiesta. Fue una carrera meteórica la de este diestro, que ese mismo año se presentó en Madrid como novillero, el domingo 17 de septiembre, de azul y oro, en la 4ª y última corrida de la Feria de Otoño, alternando con Jaime Malaver y Jorge Manrique, también debutante esa tarde, en la lidia de novillos de Daniel Ruiz, con mucho trapío y difíciles. El resultado de su actuación fue de una oreja en el novillo de su presentación, tercero de la tarde, y una vuelta al ruedo tras dos avisos presidenciales en el otro de su lote. Lógicamente, con este éxito se ganó la repetición en el mismo coso, haciendo el paseíllo el inmediato domingo día 30 de septiembre, con novillos de Lora Sangrán (2º, 3º, 4º, 6º), uno de “Los Majadales” (1º), y uno del rejoneador Manuel Moreno Pidal (5º), y Lucio Sandín y José Luis Seseña como compañeros de cartel. Volvió a dejar a buena altura su cartel al ser aplaudido en su primer novillo, tercero de la corrida y ovacionado en el que cerró plaza. Esto le dio derecho a torear una vez más en el coso venteño, día 14 de octubre, último festejo de la temporada, alternando con El Porteño y Manuel Joaquín Fernández Guedes “Manuel Moreno”, que debutaba en Madrid dicho día, con toros de Arturo Gallego (1º, 2ºB, 3º, 5º), uno de “Puerto de San Lorenzo” (6º), y otro de Mercedes Pérez-Tabernero para el rejoneador Curro Bedoya, que salió en séptimo lugar. También en este festejo hizo un excelente papel al circunvalar el anillo tras la faena a su primer novillo, tercero del festejo, y ser ovacionado en el sexto. Al finalizar la tempo-

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rada viajó a Perú donde hizo la temporada invernal de 1984-1985, debutando en la plaza de Acho el 21 de octubre con toros de la ganadería de “Salamanca”, con Martín Sánchez y Pablo Salas, y de regreso a España cerró la temporada con 26 corridas, un claro descenso con respecto al año anterior. Por supuesto, no faltó en 1985 a Las Ventas, haciendo el paseíllo en dicha plaza el miércoles, 1 de mayo para lidiar novillos de Carmen Espinal de Blázquez junto a El Porteño y el onubense Emilio Silvera que debutaba ante la afición de Madrid. No estuvo lucido en esta ocasión y vio como se silenciaban sus dos actuaciones, lo que no impidió que fuese incluido en el ciclo ferial de San Isidro en la 2ª corrida de Feria, jueves, 16 de mayo, con Juan Carlos Vera, que se presentaba en Las Ventas, y Carmelo, y reses de la ganadería de “Peñajara” (5), y uno de Infante da Cámara (6º), sin que pasara de discreto, pues aunque siempre dejó constancia de sus buenas maneras sus faenas no tuvieron calado en el tendido y fue silenciado en sus dos novillos. Cabe destacar que antes de dar comienzo el festejo, se guardó un minuto de silencio en memoria de Joselito “El Gallo”. Sin embargo, pese que un novillo de Peñajara le quitó el sitio, porque “No supe aprovechar sus condiciones ni las mías y lo pagué bastante caro”, el 13 de octubre repitió actuación en Las Ventas, lo que demuestra que el entendido público de Madrid lo esperaba y respetaba como torero, esta vez con novillos del Conde de Cabral, que esa tarde adquirió antigüedad, junto a Manuel Encinas Osuna “Manolo Osuna”, que debutaba en Las Ventas, y José Antonio Carretero. Fue una oportunidad perdida, porque se silenciaron sus faenas en sus dos toros y ahí empezó un inexorable declive de su trayectoria tan prometedora en sus comienzos. Sin embargo, los éxitos que se le resistieron en Madrid, que tanto hubieran significado en su carrera los obtuvo en otras plazas, como por ejemplo, el 15 de septiembre en Arles (Francia), donde ganó el trofeo en liza en aquella novillada concurso de ganaderías, compitiendo con José Villarrubia y Juan Rico. Finalizada su temporada española viajó de nuevo a Perú, donde toreó en Trujillo el 24 de noviembre con Rogelio Fernández y José Castro obteniendo un clamoroso éxito al cortar cuatro orejas y un rabo frente a novillos de “La Huaca” (3), y otros tres de “Salamanca”, como otros posteriores en dicha república. De regreso a España en 1986 inició la temporada con un importantísimo triunfo en su patria chica al cortar ante sus paisanos nada menos que tres orejas y un rabo de un encierro de la ganadería de “Aldeaquemada”, éxito que en tono menor ratificó en Las Ventas de Madrid el domingo, 16 de marzo, al dar una vuelta al ruedo en cada uno de sus novillos de Francisco Segura, alternando con el murciano Antonio Mondejar y José Luis Bote. Esta novillada fue la

última que toreó ante la afición de Madrid, pero no su último paseíllo en dicha plaza, porque el 13 de julio siguiente recibió en ella la alternativa, de celeste y oro, de manos de José Luis Galloso, que resultó herido leve, que en presencia de Lucio Sandín, le cedió el toro “Doctor”, negro bragado y girón, marcado con el número 11 y 555 kilos, de la ganadería de Alejandro García, que solo lidió ese toro, que por cierto, fue condenado a banderillas negras por su mansedumbre. Los demás toros fueron de la ganadería de los Hnos. Martínez Uranga (3º, 4º, 5º, 6º), y otro de César Moreno, lidiado en 2º lugar. El nuevo Doctor en Tauromaquia estuvo acertado y fue ovacionado en cada uno de sus toros, y hubiese sido un triunfo mayor si hubiese estado acertado con la espada, ya que en su primer toro escuchó dos recados presidenciales. No toreó más en Las Ventas ese año pese a que por ley se lo merecía. Desde ese momento la falta de contratos se hicieron notar y su declive fue un hecho. Terminó la temporada con 4 corridas de toros y no mejoró su situación en la temporada de 1987, que solo toreó 6. En 1988 toreó 5 corridas, logrando meter cabeza en la Feria de San Isidro como compensación a su comparecencia del 17 de abril en la que resultó herido gravemente, por lo que solamente pudo matar su primer toro, de José Escolar, como todos los del encierro. Alternó con el soriano José Luis Palomar, que resultó cogido por su primer toro, por lo que tuvo que pasar a la enfermería, aunque salió para matar el sexto, único toro que mató, y José Luis Seseña, que confirmaba la alternativa, y que tuvo que matar cuatro toros por quedarse solo por cogida de sus compañeros. El domingo, 29 de mayo hizo el paseíllo en la décimo séptima corrida de la Feria de San Isidro, con los mismos compañeros con los que toreó en su anterior comparecencia en Madrid, pero reforzado el cartel con el rejoneador Luis Valdenebro con un toro de Antonio Arribas, que se partió una pata, por lo que el caballero en plaza tuvo que rematar su faena antes de tiempo. Los de lidia ordinaria lucieron la divisa portuguesa de Joaquín Manuel Murteira Grave. No consiguió tampoco Juan Rivera el éxito que necesitaba, pues fue silenciado en ambos toros. Toreó una corrida más en Alicante y otra en Benidorm, donde cortó la primera oreja de la temporada, lo que demuestra a las claras el momento de declive en el que se encontraba el diestro. En 1989 pareció remontar al hacer 13 paseíllos pero en plazas de tercera, en la que un triunfo no tiene repercusión alguna. Solo toreó dos corridas en plazas de primera: Valencia y Madrid, el 22 de octubre, última corrida de la temporada madrileña, con toros de Manuel Sánchez Cobaleda (5), y uno del Conde de Cabral, lidiado el ultimo, junto a José Antonio Carretero y Raúl Galindo. Tampoco la “Diosa Fortuna” quiso favorecer en esta ocasión a Juan Rivera,

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