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“Manuel Rodríguez El Estudiante”

hombros al cortar dos orejas. En resumen, había toreado 47 novilladas picadas y 38 corridas de toros en su etapa de matador. Luego, cambió el oro por la plaza y se hizo banderillero, llegando a ser uno de los buenos del momento. Corrió la misma suerte que su compañero de promoción Gonzalo Guadalupe. Sin embargo, Román Lucero no maldijo su destino, aunque reconoció que no fue profeta en su tierra “Me han dado pocas oportunidades en mi provincia, siempre he tenido que luchar por conseguir entrar en los carteles y uno también se cansa. No se caracteriza esta provincia por ayudar a sus hijos, más bien lo contrario... ”. Aunque alguna vez toreó en su pueblo y también en San Miguel de la Ribera, y en Zamora (Festival de Asprosub). Román Lucero llevó el toreo en la sangre desde que se puso por primera vez delante de una vaca “Fue en la dehesa de los Molero (hoy una finca vitivinícola, propiedad de Alejandro Fernández, dueño de la firma Pesquera), allí empezó mi sueño. La primera vaquilla la toreé con sólo ocho años. Hasta allí me escapaba y allí empecé a alimentar la afición” . No consiguió ser figura del toreo, pero no maldice, porque quien nace torero, muere torero, y esa afición lo llevó incluso a hacerse ganadero. En 2007 compró una finca, “La Veguilla”, en Huerta de Valecarabanos, en la provincia de Toledo, casi a las puertas de Aranjuez, donde tiene su ganadería en la que pone toda su ilusión. “Ya he vendido 25 novillos y espero ir, poco a poco, haciéndome un nombre en el mundo de los ganaderos». Son los frutos de 50 vacas de vientre que compró con el dinero ganado en América, donde consiguió hacerse con el cartel que no consiguió en España. Ahora espera con la misma ilusión que cuando esperaba un contrato. La ganadería, “La Veguilla de Huertas” tiene divisa amarilla, roja y verde, y señal orejisanas en ambas orejas. La ganadería está formada con vacas y un semental del hierro de la vacada de Rollanejo, de procedencia Raboso-Aldeanueva.

rOmáN rOdríguEZ, manuel

“EL ESTUDIANTE” y “MANUEL RODRÍGUEZ EL ESTUDIANTE”

Matador de toros y posteriormente banderillero, que nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), el 11 de febrero de 1941. Tras terminar los estudios de bachillerato y empezar la carrera de Perito Mercantil, (de ahí su apodo), interrumpió los estudios para dedicarse por completo a sus entrenamientos para ser matador de toros. Así pues, y tras el lógico rodaje de aprendizaje,

debutó en público vestido de luces, el 14 de abril de 1965 en la plaza de toros de Rota (Cádiz), mano a mano con su paisano Francisco Rivera “Paquirri”, y la rejoneadora Paquita Rocamora, que hizo el paseíllo al frente de las cuadrillas. Se lidiaron novillos de la divisa de Agustín Pérez Pacheco. Continuó toreando con mucho éxito por las plazas de la baja Andalucía hasta torear 72 festejos sin picadores, siendo la última, la de su despedida del escalafón inferior en la plaza de Sam Fernando (Cádiz), matando en solitario seis novillos de la ganadería de José Luis Osborne. Vestía esa memorable tarde un terno verde botella y oro, regalo de Manuel Benítez “El Cordobés”. El éxito fue rotundo tanto en lo artístico como en lo económico pues se acabó el papel y se puso el cartel de “No hay billetes”. En 1966 debutó con picadores el 5 de junio, en una plaza portátil en Puerto Real, alternando en la lidia de novillos toros de Hermanos Martín, con Antonio González Sabio y Antonio Pérez, de la Isla de San Fernando. Cortó cuatro orejas y un rabo, y poco después toreó su segunda corrida picada; fue en El Puerto de Santa María, con reses de la divisa de Enrique Pérez de la Concha. Dio por terminada su primera temporada con picadores con 27 festejos toreados, uno de ellos en la plaza de Vistalegre de Carabanchel (Madrid), donde triunfó rotundamente al dar una vuelta al ruedo en su primero y cortar una oreja al segundo oponente. En la temporada de 1967 participó en 40 festejos, que aumentaron a 50 en 1968, volviendo a torear en Vistalegre, a las mismas puertas de Madrid, aunque no pisó su ruedo venteño. En 1970, tas una larga y profunda preparación en el campo matando ocho toros y participando en numerosos tentaderos y algunos festivales, recibió la alternativa de matador de toros en Osuna, Sevilla, de gris perla y oro, el 14 de mayo, alternado en la lidia de toros de González Sillero con José Martínez “Limeño” y Beca Belmonte, que fueron además, como es protocolario, padrino y testigo respectivamente. Rejoneó además el caballero en plaza “Bombita”, que cortó una oreja; tres apéndices auriculares cortó el padrino (dos y una), y dos en su primero, el testigo. El toricantano fue aplaudido en sus dos toros. El de la ceremonia de cesión de trastos fue “Pajarito”, castaño oscuro, de 498 kilos y marcado con el número 21. La presidencia le negó la oreja y entre una gran ovación y bronca a la presidencia el respetable le obligó a dar dos vueltas al ruedo. Remarquemos que para tal efeméride se desplazaron desde Jerez en autocar más de quinientas personas para ver su alternativa. Su segundo toro, de 604 kilos, se quedó “crudo” en varas, y al entrar a matar lo cogió de forma espectacular, entrando en brazos de las asistencias inconsciente a la enfermería, siendo trasladado urgente-

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mente al hospital donde permaneció sin recuperar la conciencia hasta las tres y media de la madrugada del día siguiente. Tras casi dos meses de recuperación, reapareció en Ayamonte (Huelva), festejo en el que cortó tres orejas con fuerte petición del rabo. Después hizo en Portugal tres paseíllos y cerró la temporada con 15 corridas toreadas. En 1971, ante la escasez de contratos y las ofertas poco dignas para torear, decidió cambiar el oro por la plata y hacerse banderillero, llegando a torear esa temporada 40 festejos como tal, y en la de 1972 llegó a la cincuentena. En 1974 volvió a vestir de oro y reapareció como matador, llegando a torear en dicha campaña 10 corridas de toros. A partir de 1975 solo figurará como sobresaliente en corridas en las que toreaba un solo matador, o dos, mano a mano. Como tal actuó en corridas en las que torearon mano a mano Paquirri, Paco Ojeda, los hermanos Campuzano, Joselito, Finito de Córdoba, El Cordobés, etc., haciéndolo por general, en 15 o 20 festejos anualmente. Una de estas corridas fue la que se celebró en Sevilla el 12 de octubre de 1984 en la que Tomás Campuzano se encerró en solitario con seis toros (4 de la ganadería de Núñez, el 3º de Gabriel Rojas y el 6º de Ortega Sánchez). Tomás Campuzano, cortó una oreja a su primero bis, ya que fue devuelto y salió otro; resultó volteado por el segundo de la tarde y herido por el tercero, aunque se resistió a entrar en la enfermería hasta terminar con el cornúpeta. Sus hermanos José Antonio y Enrique (que a punto estuvo de ser cogido por el toro) saltaron a ruedo y le hicieron un torniquete en el muslo que sangraba con el corbatín del banderillero Andrés Luque Gago, que esa tarde saludó montera en mano. Continuó Tomás la faena hasta entrar a matar en dos ocasiones, exhausto, que fue cuando se desplomó y con urgencia fue llevado en volandas a la enfermería en brazos de las asistencias. Manuel Rodríguez “El Estudiante”, tuvo que acabar con el pupilo de Gabriel Rojas y con los restantes toros de la corrida decorosamente aunque se le notara la falta de oficio, pero cumplió con su deber y fue aplaudido al terminar con el sexto de la corrida. Dio dos vueltas al ruedo tras acabar con el quinto mientras sonaba el pasodoble “Nerva”. El periodista sevillano Antonio Burgos escribió de él que “fue una gesta de torero y de hombre lo que hizo Manuel Rodríguez “El Estudiante”. Mientras tanto, en la enfermería, Tomás Campuzano balbuceando imploraba al Dr. Vila: “No me anestesies. Córtame la hemorragia que tengo que matar los que han quedado dentro. Han venido muchos a verme y quiero que me vean”. El parte facultativo emitido por el Dr. Ramón Vila era este: “Durante la lidia de tercer toro, ingresó en la enfermería el espada Tomás Campuzano que sufre herida por asta de toro en

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