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Poltergeist
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Sólo hay que echar un vistazo a la web de Cuatro para comprobar que los telespectadores prefieren la nueva serie de Plural Entertainment, para el canal de televisión español. Fenómenos paranormales en su estado más puro, siniestros aparecidos, muertes, y una familia que, como ha ocurrido con otras en la vida real, lo están pasando francamente mal… Analicemos pues algunos recursos de esta serie, a través de casos ya clásicos, aunque no muy conocidos. Esteban Ruiz Villanueva hierusalem@yahoo.es
es que las cifras hablan por sí solas. A la pregunta: “¿qué serie de misterio de Cuatro prefieres?”, los fieles seguidores de las temáticas paranormales lo han tenido muy claro: Entre fantasmas: 35%; Hay alguien ahí: 56%; Médium: 5%; Dresden: 2%; Los 4400: 2%. Es evidente que la serie que traemos a colación, con su casi dos millones de telespectadores en la noche de los lunes, gana por goleada a las carísimas producciones norteamericanas. La línea argumental es sencilla: “Ambientada en una tenebrosa casa a la que se trasladan a vivir los miembros de una familia, pronto verán alterada su nueva vida por una serie de fenómenos inexplicables. La trama se desarrolla alrededor del misterio que envuelve la casa, donde se ha trasladado a vivir Diego Pardo y su familia. Mientras cierra el acuerdo con la inmobiliaria para mudarse, los obreros se encargan de los últimos retoques de la vivienda. Es entonces cuando sucede algo inesperado y desde el interior del pozo que hay en el sótano una fuerza sobrenatural se cobra su primera víctima. Ajenos a lo sucedido, la familia hace la mudanza con sus esperanzas puestas en una vida mejor y más tranquila. Sin embargo, las presencias que habitan en la casa no tardan en manifestarse”. Si bien es cierto que la serie muestra la agresividad extrema que en contadísimas ocasiones pueden acarrear estos fenómenos, no menos cierto es que, lejos de la ficción cinematográfica o televisiva, sucesos así se han producido, confirmando una regla no escrita pero muy recurrente en supuestos como los que nos ocupan; y es que la realidad, en ocasiones, supera con creces a la ficción…
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La maldita oui-ja… o la oui-ja maldita Los elementos que utilizan los guionistas son clásicos, pero tremendamente efectistas. Por ejemplo, en uno de los capítulos se practica una oui-ja que, como imaginará