Entrevista a Jesús Avila Granados

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Entrevista Foros del Misterio

Jesús Ávila Granados “Matarraña Insólito” (viena, 2010)

“La comarca del Matarraña es una fuente inagotable de sorpresas” Granadino de nacimiento y catalán de adopción, Jesús Ávila Granados es periodista y escritor, colaborador habitual de numerosos e influyentes medios de comunicación de difusión nacional. Es, además, uno de nuestros escritores más prolíficos, con 62 obras en su haber. Especializado en la historia no oficial de España, entre sus libros más emblemáticos se encuentran: Enclaves Mágicos de España, El Libro Negro de la Historia de España, La Mitología Templaria (seis ediciones), La Mitología Cátara, La Profecía del Laurel o

A Través de la España Oculta. Fruto de esta intensa actividad son los renombrados premios recibidos, entre los cuales se encuentra el Premio Europa Humana, otorgado por el Consejo de Europa, en dos ocasiones (1983 y 1984), que le condecoraba como mejor periodista del continente; el Tutav, concedido por el Ministerio de Cultura de Turquía, al periodista extranjero que mejor conoce ese país; el Livre Gourmand, etc. Jesús Ávila Granados es director científico y coordinador de importantes eventos culturales sobre la historia olvidada de nuestro país. Su último trabajo, Matarraña Insólito, publicado por Viena Ediciones, se ocupa de un patrimonio recuperado del olvido a través de las evidencias, y que espera la llegada de un viajero –no un turista- capaz de captar estas vibraciones.

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En primer lugar, gracias por esta nueva oportunidad de contar con tu presencia en FDM, Jesús. Gracias a vosotros por esta nueva oportunidad de asomarme a Foros del Misterio, donde ya cuento con infinidad de seguidores y lectores de mi obra literaria; y mi agradecimiento por vuestro interés hacia esta mi última obra, basada en una comarca de las tierras del Ebro en su curso más inferior, donde, desde tiempos ancestrales, la historia se confunde con las leyendas.

Para aquellos que no estamos tan familiarizados con la zona, ¿Dónde está la comarca del Matarraña y por qué has dedicado todo un libro a desmenuzar su historia? El Matarraña es una comarca natural aragonesa, situada al NE de la provincia de Teruel, acurrucada entre los valles más meridionales del Ebro, por su ribera derecha, tocando con la Terra Alta (Tarragona) y el Alt Maestrat (Castellón), y las poderosas cumbres de los Puertos de Beceite -uno de nuestros Parques Naturales más impresionantes-, circunstancia que ha favorecido un aislamiento histórico de sus dieciocho pueblos.

¿De dónde viene la denominación “Matarraña”? En el mozárabe antiguo Matarraña se traduce como “territorio entre obispados” (arzobispado de Zaragoza y obispado de Tortosa). Esta zona ha visto pasar por sus valles y montañas toda una secuencia de ocupación humana ininterrumpida desde los albores de la Humanidad; consecuencia de la fertilidad de sus tierras, la abundancia de agua fresca y cristalina y la densidad de bosques. Todo ello, fue el detonante, que, hace ahora diez años, incentivó mi interés hacia esta comarca, tan llena de símbolos y huellas de un pasado rico, en todos los sentidos.

“He pasado una década recorriendo todos y cada uno de los enclaves históricos del Matarraña”

Diez años… Entonces imagino que habrá sido mucho el tiempo dedicado a investigar todos y cada uno de los aspectos que rodean a este lugar al filo del tiempo (como reza el subtítulo del libro). ¿Cómo ha sido y qué ha supuesto para ti ese periodo de meticulosa documentación? En efecto, ha sido una década de constante actividad; un trabajo de campo que me ha llevado a recorrer todos y cada uno de los enclaves históricos documentados y el descubrimiento de otros más que no se conocían en absoluto.

¿Qué fue lo primero que llamó tu atención cuando comenzaste a investigar sobre el terreno? La primera sorpresa que me llevé fue cuando entré en el castillo de Valderrobres, y advertí con la mayor emoción que, en su patio de armas, el lugar estaba ocupado por una roca que contaba con restos de haber tenido basas en sus laterales, como de un

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palio de piedra; confirmando la condición de piedra sagrada; sobre ella, los pueblos de la Edad del Bronce alzarían sus rezos a las divinidades astrales, para rogar por las lluvias y la mejora de las cosechas, después de la invención de la agricultura, como uno de los grandes logros alcanzados por la Humanidad prehistórica. A pocos metros del castillo, se alza la iglesia parroquial de Valderrobres, que muestra en su sector más frío, el lado NE del ábside, un extraño ventanal en forma de triángulo equilátero, que ilumina una estancia secreta del interior del templo. Todo ello, animó mi curiosidad por seguir investigando las claves de una historia sumergida en los abismos del misterio.

procurado recoger en este mi último libro, que, a pesar de tratarse de una comarca tan concreta como es ésta, puede encontrarse fácilmente en cualquier librería del país; el editor, además, ha apostado fuerte por la obra, lo cual es de agradecer.

“Debido a la influencia de una corriente telúrica, la geografía del Matarraña está cargada de fuerzas energéticas”

…Y fue así hasta el punto de que en 2003 organizaste el I Congreso Matarraña Mágico, con ponentes como Javier Sierra, Jesús Callejo o Josep Guijarro... Sí, fue en la primavera del 2003, cuando dirigí un congreso en la villa de Valderrobres, dedicado a transmitir al mundo algunos de los misterios que envuelven esta comarca; y tengo la satisfacción de manifestar que, gracias a aquel evento, hoy el Matarraña es un territorio mucho más conocido, que atrae especialmente a un viajero –y no al turistacon deseos de descubrir los entresijos de una comarca en la cual, cualquier elemento gravita con fuerza y forma parte de un entidad cultural relacionada con un mundo muchas veces oculto. Todos los medios de comunicación hicieron eco de aquel I Congreso Nacional Matarraña Mágico, y, desde entonces, esta comarca es uno de los lugares más visitados de nuestro país por sus singulares bellezas, tanto físicas como esotéricas. Elementos, éstos últimos, que he

Entrando en materia, en tu libro afirmas que el Matarraña es un territorio marcado a fuego por diversas líneas-ley. ¿Qué son exactamente y cuál es el origen de esas líneas? La geografía del Matarraña está cargada de fuerzas energéticas, porque gran parte de su suelo está sujeto a la influencia de una corriente telúrica, donde se ponen en contacto capas de terrenos con distinta carga energética, capaces de generar diferencias de potencial que afecta a la percepción humana, despertando reacciones físicas o psíquicas. Cuando esto sucede, individuos especialmente sensibles pueden llegar a vivir experiencias que el conjunto del colectivo ni siquiera capta. Son estas corrientes de energía las que determinan la sacralidad del lugar. Para los druidas, tales corrientes energéticas no eran otras que la manifestación misma de la vida sobre la tierra y, al mismo tiempo, las claves de la fertilidad en el mundo. El Matarraña es un territorio marcado por estas líneas-ley, las cuales enlazan los enclaves de energía y poder existentes en la comarca. Un total de diez líneas-ley he

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localizado, que están bien descritas en el libro; todas ellas parten de un punto muy concreto: la colina de Santa Bárbara, en La Fresneda.

botón, o los celtas; y a éstos últimos, precisamente, mucho les debe el Matarraña, porque sus magos –druidas- supieron muy bien recoger los sabios conocimientos de las culturas anteriores, ponderando la fuerza de los elementos (agua, aire, fuego, tierra y madera), y elevando la autoestima de las gentes.

“Las culturas de la Edad del Bronce y de la Protohistoria buscaron afanosamente un paraíso en la tierra” ¿Tenemos datos que nos permitan saber cómo era el carácter de los primeros habitantes de esta zona? A tenor de los testimonios arqueológicos y los restos antropológicos estudiados, podemos definir a los primeros habitantes que se asentaron en el Matarraña, como gente de carácter campesino y ganadero, estrechamente vinculada con el territorio, de carácter matriarcal –como se pone de manifiesto en la representación de la ‘diosa serpiente’, grabado localizado por el investigador Miguel Giribets en las proximidades del santuario de Todos los Santos, al norte del municipio de Valderrobres-, que miraba al cielo para rendir culto a los astros (sol, luna, estrellas…), de carácter sedentario, para después, ya a inicios de la Edad del Hierro, pasar progresivamente a un patriarcado, como lo confirman el ídolo de La Fresneda y los grabados de Valjunquera.

¿Qué tipo de relación tenían con la naturaleza esos primeros pobladores? Eran gentes respetuosas con el medio natural circundante, que veían en el río su principal vía de comunicación y fuente de vida (los grabados de Santa Bárbara, de Valjunquera, y el del Val del Pi, en la Fresneda, así lo demuestran), gentes que vieron con buenos ojos la llegada de otros pueblos, como las culturas de apéndice de

Por lo que comentas, parece que el culto al agua y a ciertos yacimientos subterráneos fue una característica común entre las distintas culturas que dejaron sus huellas en esta comarca... El elemento agua es el más abundante en la geografía del Matarraña; este río, al igual que el Nilo (en Egipto), nace en el sur y muere al norte, depositando su caudal en el padre Ebro. Los celtas de la antigüedad no se equivocaron al elegir esta comarca como un territorio sagrado; como hemos dicho antes, quisieron inmortalizar su curso, grabándolo en la roca, a escala de dos yardas megalíticas. Por ello, desde la coveta de l’Aigua, de Fuentespalda, hasta el manantial de “El Convent”, de La Fresneda, de clara vinculación con los templarios, el agua ha sido el elemento omnipresente en la historia del Matarraña, desde los albores de la Humanidad. Además, en los Puertos de Beceite, sobre el lecho del río Matarraña, se alza la roca grabada de La Fenellosa, que representa a unos jinetes de la Edad del Bronce, que parece cabalgar sobre las aguas. Y no nos olvidemos de la gruta del Cargol, en las entrañas del pueblo de Beceite, donde los magos templarios oficiaron sus ritos religiosos sobre un manantial de cristalinas aguas, junto a un pedestal con una Virgen negra...

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Entonces, ¿Influyó mucho la situación geográfica del Matarraña a la hora de considerarlo como un lugar sagrado? Totalmente. El factor geográfico fue esencial, y los pueblos de la antigüedad supieron valorarlo muy bien. Las culturas de la Edad del Bronce y demás pueblos de la Protohistoria, buscaban afanosamente un paraíso en la tierra, lejos de las principales vías de comunicación terrestre y marítima, donde no faltase el agua fresca y cristalina, una tierra fértil, con densos bosques, rica en humus, abundante caza y el necesario aislamiento, y esta comarca lo ofrecía a manos llenas. Y a nivel comercial, a través del Matarraña y sus afluentes, los pueblos de la antigüedad alcanzaban las tierras del interior de Iberia, y también las costas del Mediterráneo. Y si a todo ello le añadimos la concepción de espacio sagrado, con montañas, grutas, enclaves de fuerza, en los cuales poder elevar sus rezos a las divinidades, es fácil completar la valoración que debió alcanzar para estas gentes la dimensión espacial de este territorio.

A tenor de los yacimientos de arte rupestre encontrados allí, ¿Qué papel crees que jugó el Matarraña en la Prehistoria? Precisamente, gracias a los testimonios conservados, grabados en piedra, hemos podido valorar la importancia que, para los pueblos de la Prehistoria, debió alcanzar el Matarraña. Durante el Neolítico, y dentro de la tradición cultural de las representaciones esquemáticas, los grabados de La Fenellosa, antes citados, así como los de La Fresneda, La Portellada, Valjunquera, o el de la diosa serpiente de Todos los Santos (Valderrobres), confirman

el deseo de perpetuar en la piedra un testimonio que, para los sacerdotes o magos de la antigüedad, debió ser esencial, porque para ellos, la piedra era el elemento más perdurable en el tiempo. Gracias a los trabajos llevados a cabo por Amador Rebullida, primero, y Miguel Giribets, después, hemos podido conocer mejor la importancia de este territorio y su sacralidad a través del tiempo, el espacio y la historia.

“La Roca Caballera de Calaceite es toda una enciclopedia de la Prehistoria”

En relación con lo que mencionabas anteriormente, ¿Qué puedes decirnos de la Roca Caballera de Calaceite? Después de asombrarme ante el castillo y la iglesia de Valderrobres, fue ante la singular roca Caballera, en Calaceite, donde quedé extasiado; primero al ver su forma de altar de piedra, en medio de campos y huertas de secano, y luego, al trepar a su plataforma superior, y admirar la riqueza de grabados que ofrecía. Al estudiarlos, no tardamos en comprender que los sacerdotes de la Edad del Bronce (hace 4.500 años), supieron representar en esta roca de planta de hexagrama, una serie de pequeñas cavidades (cazoletas), que, enlazadas entre sí, siguen un movimiento astral, en forma de espiral, representando el movimiento del sol, la luna y las estrellas en un firmamento cósmico, que nada tiene que envidiar a las mejores cartas astronómicas; cerca del centro físico de este mapa, una abertura, un poco más grande que las anteriores, que recuerda al útero materno, confirmando la condición de altar dedicado a la fertilidad; tampoco falta una representación de una cruz patéee, que recuerda a los templarios, y poniendo de manifiesto el nombre de esta roca, que fue altar para los magos del Temple. Al rellenar estas cavidades con una pequeña estaca, los

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sacerdotes-druidas de la Prehistoria supieron muy bien conocer los movimientos del sol y la luna, porque están enfocados hacia los solsticios –de verano e invierno- y, con ello, predecir también los eclipses, para evitar histerias de las gentes, ante la suposición de un final del mundo. Esta roca, por lo tanto, es toda una enciclopedia de la Prehistoria.

Teniendo en cuenta su más que probable función de observatorio astronómico, ¿Podríamos considerar hasta cierto punto a la Colina de Santa Bárbara como el equivalente ibérico de Stonehenge? La colina de Santa Bárbara, de La Fresneda, como ya comentamos anteriormente, es el punto de partida de las diez líneas-ley que, en todas direcciones, especialmente hacia el mediodía, recorren el espacio aéreo y terrenal de la comarca. Esta circunstancia la supieron muy bien valorar los sabios de la Prehistoria y los druidas de la Edad del Bronce y de la civilización celta. Esta sensación, de montaña sagrada, la obtiene de inmediato el viajero que contempla esta elevación natural, tal como llega a La Fresneda, desde Valderrobres, pero también aconsejamos que quede extasiado al admirar la colina desde el sector de poniente, porque es, a nuestro juicio, la imagen más impactante, dado que le permitirá descubrir un observatorio astrológico, encerrado en una especie de aula, donde los magos de la antigüedad debieron de oficiar sus ritos, contemplando la grandiosidad espacial de la colina, junto a un jardín de plantas prehistórico, construcciones megalíticas, y después de haber visitado el “Racó de Febrer”, donde

recibirá el abrazo protector de la Madre de la Humanidad. Por todo ello, creo que estamos ante uno de los centros prehistóricos más sagrados del mundo; Sí, esta colina, y su entorno, son nuestro Stonehenge.

Durante la Edad Media, templarios y cátaros (cuya historia tú conoces muy bien) dejaron su impronta en el Matarraña. ¿Qué puntos energéticos fueron los más importantes para ellos? La historia medieval del Matarraña está preñada de testimonios relacionados con el Temple y el catarismo. Pero no se trata de grandes construcciones; la búsqueda, por nuestra parte, de esta historia oculta – porque apenas se cita en los documentos escritos- ha sido a través de las evidencias. Sólo sabemos que los templarios tuvieron una plaza fuerte en esta comarca: la villa de Beceite, y que la gran parte del territorio estuvo dominado por los calatravos. Sin embargo, fruto de un pormenorizado trabajo de campo de años y meses de investigación, he podido llegar a la conclusión que los templarios tuvieron un papel muy destacado en el Matarraña, como lo confirman las cruces patées conservadas, las fiestas templarias mantenidas por los pueblos y gentes, los santos a los que se elevan los rezos en los altares de las iglesias, y la singularidad de un grabado en Torre de Arcas, donde se representa a San Bernardo en el momento de entregar los estatutos fundacionales del Temple al primer gran maestre. En cuanto a los cátaros, no debemos olvidar que, tras la caída de Montségur (1244), fueron innumerables las familias, o personas solas,

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que, desde su Occitania natal, atravesaron el Pirineo buscando su salvación, encontrándola en estos valles; los grabados de estrellas de doce puntas, conservados en Valderrobres, Ráfales y las estelas funerarias del ‘Fossar Vell’ de Fuentespalda, así lo confirman.

orientado, además, a la Peña de Aznar la Gaia, otra de las montañas sagradas de esta comarca; también debió de haber existido el nacedero de un manantial de agua dentro de la roca, que, con el tiempo, se secaría.

“El Matarraña ha pasado por períodos de esplendor y prosperidad, pero también por otros de decadencia y terror”

En tu libro descubrimos que esta zona se encuentra plagada además de ermitas e iglesias llenas de los más sorprendentes símbolos e iconos. ¿Cuáles de ellas no deberíamos perdernos si alguna vez decidimos visitar este enclave? Son innumerables los santuarios que recomendaría al viajero amante de la historia oculta en la geografía del Matarraña. Pero quiero destacar uno: la ermita de María Magdalena, situada en el centro del municipio de Valderrobres, a 7 km. al sur de la población, en dirección a Fuentespalda. Se trata de un eremitorio troglodítico, al que hay que llegar en su trapo final a pie, pero que la visita compensa con creces el esfuerzo realizado. Este santuario está integrado en la línea-ley IV, que alcanza la ermita templaria de San Miguel de Espinalba.

En algunas construcciones de los siglos XII y XIII no sólo hay símbolos sagrados, sino también eróticos. ¿Algún ejemplo de ello en el Matarraña? La simbología erótica del mundo medieval no sólo podemos verla en las iglesias románicas de Cantabria, también en el Matarraña se conservan testimonios de ello, grabados en canecillos, como el de la iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, de Ráfales, donde podemos ver un pene en erección. Para los templarios, los atributos carnales eran elementos de la vida cotidiana, y no había que tener pudor en mostrarlos al desnudo. Recordemos el mensaje de: ‘Carpe diem’, postulado por el Temple, opuesto al ‘Tempus fugit’, pregonado por la Iglesia oficial desde los púlpitos, cuya misión no era otra que la de transmitir el miedo al pecado a los feligreses.

¿Y qué tiene de especial la ermita de María Magdalena? Ocupa el espacio natural de una pequeña gruta, de apenas 20 metros cuadrados de superficie, cuyo altar está orientado a mediodía, y sobre el cual, grabados en la roca calcárea, vemos cruces patées y estrellas de Occitania, confirmando la estrecha relación que, entre templarios y cátaros, debió haber habido en este sagrado lugar, lejos de las vías de comunicación,

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Suponemos que, al igual que otros lugares de la península, la comarca a la que has dedicado tu libro fue escenario de leyendas relacionadas con la brujería... El Matarraña, en su dilatada historia, ha visto transcurrir períodos de esplendor y prosperidad, de bienestar y gran progreso cultural, con otros de decadencia y terror. Fue, precisamente, tras la caída en desgracia de los templarios, cuando en el siglo XIV se produjo la epidemia de la peste negra (1348) y los sangrientos episodios del pogrom (1391), y, con ello, las torturas propiciadas por la Inquisición, cuyos exploratores persiguieron a judíos, hispanomusulmanes, y también condenaron a algún párroco que se salía del rebaño de la Iglesia (la cárcel eclesiástica de La Fresneda, así lo confirma). Y es entonces, ya en los siglos modernos (XVI y XVII), cuando las persecuciones se hicieron más intensas, y muchas mujeres, que practicaban la medicina natural, fueron condenadas a la hoguera como “brujas”.

interesante. ¿Qué nos puedes contar de ellas? Si importante es el patrimonio material de la comarca, en materia de testimonios arqueológicos e histórico-artísticos relacionados con su riqueza cultural, no lo es menos su legado inmaterial, representado por sus fiestas. Un legado que debemos agradecer a una mujer, Laura Miravete, de La Fresneda, que, como una druida de nuestros días, ha sabido recoger este patrimonio, que sigue vivo en las fiestas tradicionales de los pueblos y gentes del Matarraña; algunas de estas fiestas ahondan sus raíces en la antigüedad, vinculadas con los cultos astrales de los pueblos de la Edad del Bronce, como las hogueras de San Juan, vinculadas con el solsticio de verano, que evocan a la divinidad Beltrane, dios del fuego para los celtas; otras, como la del pan bendito, la danza de las cintas, las águedas, o san Bartolomé, que enraízan con los ritos del Temple…

“Muchas mujeres que practicaban la medicina natural en esta zona fueron condenadas a la hoguera como brujas”

¿Algún caso concreto? Examinando algunos archivos municipales, hemos logrado localizar algunos casos que tuvieron lugar en el Matarraña, en mujeres de Peñarroya de Tastavins y Monroyo. En el pavimento del suelo de la iglesia parroquial de La Fresneda, hay una tumba de un inquisidor allí enterrado.

Ya hemos hablado de los yacimientos arqueológicos que convierten al Matarraña en un lugar único. Pero seguro que algunas de las fiestas de la comarca, aún vigentes en la actualidad, tienen un componente antropológico igual de

Por todo lo que nos has contado da la impresión de que gran parte del legado del Matarraña se ha mantenido oculto a nuestros ojos durante mucho tiempo. ¿No crees que ese relativo desconocimiento haya podido beneficiar a la conservación de esa herencia cultural? Estamos seguros que sí. Durante muchos siglos, estas ancestrales tradiciones se han mantenido encerradas de puertas adentro en los pueblos y gentes de la comarca; incluso los cronistas oficiales también han preservado este ocultamiento. Pero creo que ya es hora de que la sociedad conozca

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este inmenso legado socio-cultural que ofrece el Matarraña, para sorpresa de propios y extraños. Estamos ante un patrimonio que supera los límites del espacio y el tiempo, y que un viajero –no turista- sensible a estos valores tendrá el gozo de conocerlo y admirarlo, en todos los sentidos. Este libro es sólo una puerta abierta para lograrlo; en sus páginas, el libro ofrece una ventana de luz para los ojos que quieren ver. ¡Adelante!

Sólo decir que, a los pocos días de salir al mercado el libro, Miguel Giribets, con la obra en la mano, investigó el paraje de las rocas del Masmut, en Peñarroya de Tastavins, y descubrió un yacimiento de sílex a cielo abierto. También, este investigador, siguiendo las pautas de la obra, acaba de trabajar en la zona de Val del Pi, al sur de La Fresneda, y ha puesto al descubierto un segundo grabado del río Matarraña, en la roca calcárea, y un horno de aceite prerromano, además de una alberca celta. Elementos, todos ellos, que serán incluidos en próximas ediciones de la obra. Con lo que demostramos que, a pesar de tantos elementos que ofrece la historia no oficial de esta comarca, el Matarraña es una fuente inagotable de sorpresas, que confirma que estamos ante uno de los territorios más fascinantes de nuestra historia. Una obra de referencia, que está motivando la sed de conocimiento de otros lugares de nuestro país, como no cesan de llamarme desde diferentes puntos de España.

¿Qué queda hoy de la magia que envolvió a esta comarca hace siglos? ¿Es aún perceptible para el viajero actual?

No te robamos más tiempo. Muchas gracias, Jesús. Suerte con el libro y un placer hablar contigo, como siempre.

No exagero al manifestar que, al llegar a esta comarca, y comenzar a descubrir sus parajes naturales, sus pueblos, conversar con sus gentes y respirar ese aire mágico que envuelve la atmósfera, es fácil advertir que no se trata de un territorio como los demás; el Matarraña es una comarca diferente, en los sentidos y en su condición espacio-tiempo; es un territorio que obliga a descubrirlo sin prisa, y con la mente predispuesta para cualquier sorpresa. Por ello, y para no perderse gran parte de este legado patrimonial –tanto físico como espiritual- recomendamos le lectura previa de este libro, y también su compañía a largo de todo el viaje; pero cada capítulo merece un recorrido y, por lo tanto, muchas visitas, que le ayudarán a conocer mejor la comarca.

Gracias a vosotros; y mis felicitaciones por el acierto de crear Foros del Misterio; página de referencia para difundir nuestras culturas y nuestro patrimonio.

¿Queda aún mucho por contar del Matarraña?

Entrevista realizada por Diego Marañón

© Foros del Misterio, 2010 © Imágenes: Jesús Ávila Granados http://www.forosdelmisterio.es http://www.jag.es.vg Permitida la reproducción total o parcial citando la fuente

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