Leonardo Heredia

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Se apaga una de las voces más reconocidas de la radio salvadoreña Gabriela Melara Martes 15, Agosto 2017 - 11:25 am

Foto Twitter @juanramaldonado Este 15 de agosto se ha dado a conocer que falleció el locutor salvadoreño, Leonardo Heredia, sus amigos y familiares se despiden de “el maestro de la radio”o “La voz de El Salvador” por medio de las redes sociales. Uno de los primeros en hacerlo fue el también locutor, Willie Maldonado, quien en Twitter colgó una imagen de Heredia, junto a él y sus dos hijas. Sus restos serán velados, desde las 7:00 p.m. de este martes, en Funeraria Las Flores.


La causa de la muerte de Heredia, de 86 años de edad, se debe a causas naturales. En un comunicado de prensa se dice que el locutor padeció una enfermedad por un tiempo, “que lo acercó a su familia”. “Fue Leonardo Heredia quien me trajo a El Salvador para convertir a Radio Femenina en una radio juvenil”, agregó Maldonado, en una intervención con Radio 102.9, donde mantiene su programa “Grandes Viejas, pero Buenas”. El locutor salvadoreño nació el 6 de noviembre de 1930 y fue parte de las primer grupo que le dio la bienvenida a la radiodifusión en El Salvador. Además de ser una de las primeras voces comerciales y fundador del primer canal 6, también maestro de ceremonia de varios presidentes y el locutor de Miss El Salvador. Además de ser de los fundadores de las radios, YSKL y Femenina, es autor del libro “Cacharadas”, que cuenta como la “Ch” forma parte de la cultura popular de El Salvador. Su voz era reconocible con solo escuchar una palabra, además de tener esa voz, Heredia tenía buena dicción y tenía una amplia cultura general. Incluso, ganó el Premio “Thalia” como “Mejor Animador de Televisión del Año” en El Salvador durante la época de Oro de la Televisión en loa época de los 50.


Heredia gustaba de contar historias sobre la radio en El Salvador, la cual fue pionera en CentroamĂŠrica, en los 50. TambiĂŠn, los locutores de las nuevas generaciones lo admiran por su manera de conectar con la audiencia.

https://www.youtube.com/watch?v=iXNpbzxUPKQ


Del 26 al 02 de octubre de 2004 Portada

A BOCA DE JARRO

Columna Cartas Tema de portada Entrevista Internacional Piedra de toque A boca de jarro Quiénes Somos Archivo

“Soy irreverente hasta cuando hablo con Dios” vertice@elsalvador.com

Todo un símbolo para la locución salvadoreña, Leonardo Heredia posee un bagaje envidiable y un sentido del humor único, a veces negro a veces blanco. Ha publicado “Charadas” un libro que trata la salvadoreñidad, la idiosincracia a través de la burla o la broma. Fundador de Radio Femenina, YSKL y la desaparecida Radio Reloj. Fue nombrado “Hijo Distinguido” por la Asamblea Legislativa, pero el título que cuelga de su pared: irreverente. 1) 1) ¿Qué es charada? Una broma o cosa no seria; la usan los chapines: “¡Esas son charadas, vos!”. 2) ¿Cuál es el salvadoreñismo que más nos caracteriza? El “hijueputa”. 3) ¿Cómo se caracteriza la bayuncada? Es lo más difícil de definir. Siempre he creído que el manejo de la palabra bayuncada es algo congénito entre el salvadoreño. Cuando un extranjero aprende a usar esta palabra, se puede decir que definitivamente conoce nuestra lengua. 4) ¿Por qué cree que nos dicen ‘el país de la sonrisa’? Por humor negro porque no creo que quien la inventó haya sido tan tonto para creerlo. 5) Si pudiera cambiar los símbolos patrios, ¿qué haría o cómo los mejoraría? Mejorarlos en absoluto; eso no tiene arreglo. Hay que botarlos y hacerlos de nuevo. Yo pondría al ‘torogoz’ porque es hermoso y canta “feyo”. 6) ¿Qué piensa de la legislación de las pupusas? Yo les diría a los diputados: ‘busquen qué hacer o en qué ocuparse. 7) ¿Participaría en las pupusíadas? Mi salvadoreñismo no llega a tal fanatismo. 8) ¿Qué otros platillos típicos cree que son dignos de legislar? Mejor que no sigan por ese camino porque al rato van a legislar la mierda y no vamos a tener

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Miércoles 16 de agosto de 2017 laprensagrafica.com

Aporte. Viajó por Estados Unidos, México y Centroamérica. Estudió la forma de mostrar la “expresión del salvadoreño”.

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FOTO DE LA PRENSA /CORTESÍA PAULA HEREDIA

MARCÓ LA DIFERENCIA

Hasta siempre a “La Voz de El Salvador” El reconocido locutor y publicista de larga trayectoria Leonardo Heredia

falleció ayer en la mañana por causas naturales. Tenía 86 años de edad. Pamela Carranza cultura@laprensagrafica.com

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yer en la mañana, Leonardo Heredia falleció por causas naturales. Locutor de vocación y publicista, impulsó la radiodifusión en el país. Desde muy joven demostró su pasión por la locución y se convirtió en un referente dentro de las comunicaciones. Por su dedicación y aporte, lo llamaron cariñosamente “La Voz de El Salvador”. Sus amistades lamentaron el fallecimiento y lo compartieron en sus redes sociales. “Hoy (ayer) partió el amigo, mentor y colega”, escribió el exconductor de “Fin de semana” Willie Maldonado en su Twitter, trabajaron juntos y forjaron una profunda amistad. Según confirmó su hija, la cineasta Paula Heredia, falleció debido a causas naturales y sus restos mortales serán cremados, ya que “ese era su deseo”. “Él siempre quiso que los hijos decidiéramos qué hacer con sus cenizas y eso es algo que vamos a discutir posteriormente”, explicó. Desde ayer, es velado en San Salvador, en la funeraria Las Flores. COMUNICADOR DISTINGUIDO Heredia fue uno de los fundadores y director de radio

Recuerdos. Paula Heredia junto a sus padres, Mercedes Suárez y Leonardo Heredia, de quien heredó la pasión por las artes.

La Femenina junto a Tito Carías (Q. D. D. G.), Rolando Orellana, Willie Maldonado y Carlos Meléndez. La emisora salió al aire el 2 de febrero de 1966, en la frecuencia 1100 AM. Además de presentarse en vivo en programas de radio y televisión, Leonardo marcó diferencia como historiador y escritor, también hizo aportes literarios. “Él era un apa-

1948 Fue el año en el que se estrenó como comunicador. Sentía una especial atracción por la lengua española, la historia y la locución.

NACIÓ EN SAN SALVADOR, EL 6 DE NOVIEMBRE DE 1930, Y PERTENECE A LA GENERACIÓN QUE VIVIÓ EL SURGIMIENTO DE LA RADIODIFUSIÓN Y TODA LA REVOLUCIÓN LINGÜÍSTICA. SOBRESALIÓ POR SU CARÁCTER HUMANO Y HUMILDE. CUANDO SABÍA QUE IBA A RECIBIR UN RECONOCIMIENTO DECÍA QUE ERA “COMO CUANDO SE HA REALIZADO UNA BUENA ACTUACIÓN”.

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“Una de las cosas admirables de él es que tenía mucho más interés en el arte de comunicarse que en el poder de los medios de los comunicación”. PAULA HEREDIA,

CINEASTA, HIJA DE LEONARDO HEREDIA

sionado de la lengua y en su búsqueda y juguetería con la lengua, hizo varios trabajos y el más conocido fue las ‘Charadas en Ch’, ese es uno de su trabajos icónicos y mucha gente puede escucharlos”, detalló su hija. El comunicador contribuyó a la creación de otras estaciones de radio en el país y la región centroamericana, como la YSKL y la desaparecida Radio Reloj. Hacer radio lo hacía sentir satisfecho, pero tuvo que retirarse debido a una enfermedad degenerativa en la visión. Durante su carrera llegó a recibir múltiples reconocimientos. La Asamblea Legislativa le otorgó el título de Comunicador Distinguido. Durante la época de oro (1950) Recibió el premio “Thalía”, como “mejor animador del año“.” “Fue uno de los pioneros, y creo que el legado de cómo se hace la comunicación ahora viene de la escuela que él dejó en el país y Centroamérica", agregó Paula Heredia.




29 de junio de 2003 Portada

ENTREVISTA

La Columna Cartas Tema de Portada

Leonardo Heredia: “Aquí yace un hijo de puta”

Entrevista Internacional Opinión Colofón Archivo

No se enferme en los Estados Unidos. Sin seguro de salud, la catástrofe lo rodeará. Miles de latinos, incluyendo salvadoreños, sufren quebrantos pero su condición de ilegales les impide acceder a servicios médicos. Lafitte Fernández El Diario de Hoy vertice@elsalvador.com

Se llama Leonardo Heredia. Debieron bautizarlo “Libertad”. Es probable que ese hombre pertenezca a una tribu diferente. Después de escuchar parte de su historia personal, le miré sus ojos casi ciegos y le dije que es uno de los pocos hombres que han construido una libertad a la carta. Una libertad ajustada hasta a los hábitos más invariables. Leornardo dice que viola las leyes de la

No soy viejo amigo de Leonardo. Lo conocí hace naturaleza 10 veces al día... Fuma dos cajetillas pocos días. Cuando entré a la sala donde me esperaba, se me agitaron los ánimos. ¿Quieres tomar algo?, pregunto. “Ya pedí un yodo”, responde ese hombre para quien hablar es pensar en voz alta. La palabra “yodo” es parte del lenguaje vernáculo y charlatán del costarricense. Así llaman al café. Por eso, cuando escuché ese vocablo en boca de un salvadoreño, me sobresalté. -Diay, maje, dijo Leonardo, no ves que también soy tico. Disparó tres bromas sobre los costarricenses y me obligó a soltar una carcajada. Y entonces me sentí frente a un hombre que agarra sus ideas de donde vengan. Leonardo es una serie interminable de desgarramientos y adioses forzados. Los cuenta, uno a uno, con una especie de malicia gratuita. Quizá en El Salvador no lo saben, pero Leonardo está estrechamente vinculado a la fundación y la historia de la radio y televisión costarricense. Vivió muchísimos años en Costa Rica. Conoció a varios presidentes de ese país. Uno de ellos lo nacionalizó para que se convirtiera en la voz oficial de su propaganda política. En Costa Rica, y esa fue una sorpresa para mí, Leonardo secreta historia. Tanto, que un día, mientras él y su amigo Roy Jiménez probaban un transmisor de un millón de vatios para una radioemisora (una verdadera locura técnica para esa época), dejaron a la mitad de los pobladores de San José sin luz eléctrica. La planta acabó en Arabia Saudita. Roy y Leonardo debieron pagar un dineral como multa. Apenas conocí a ese hombre miré sus ojos desenfocados. “Estoy casi ciego. Perdí el 99 por

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ciento de la vista”, me dice con un gesto que tendía, involuntariamente, hacia la permanencia. Por eso es que, para cruzar una calle, se detiene y busca una sombra que se atraviese en su camino para seguirla. Así se pone a salvo. Estoy convencido de que Leonardo es una serie interminable de desgarramientos y adioses forzados. Los cuenta, uno a uno, como si fuese una necrofilia en masa. Probablemente fue el primer “hippie” salvadoreño. Desde los 12 años, comenzó a vagar por el mundo hasta convertirse en uno de los locutores estrellas de la XEW, la más importante radioemisora de América Latina desde mediados del siglo pasado. Leonardo ha hecho de todo: desde transportar marihuana entre México y Estados Unidos, a los 12 años, hasta viajar desde aquí hasta San Francisco oculto en trenes y camiones. Es probable, también, que fue uno de los pioneros en ese asunto de viajar como “mojado”. Cuando se habla con él, hay que pegar saltos entre las bromas, la fisolofía aplicada y una visión particular de la vida. Pero, sobre todo, cualquiera se da cuenta que está ante un hombre oral de genio. Al principio, no sabía qué tenía al frente: si a un ingenioso excéntrico, a un humanista, un metafísico o un ícono a quien se le apolillaron sus documentos en un naufragio personal porque no guarda fotografías de sus recuerdos. Tiene la misma memoria del fantasioso conversador que habla siempre en el recuerdo. Discurre como le gustaba a Borges. Como si en cada instante repitiera que el “alma es inmortal”. Sí. Quizá Leonardo sea borgeano. Ha hecho de todo en su vida. Y, cuando intentaba quedarse en algo, “siempre lo interrumpió la felicidad”. Ese hombre no llegó a mi despacho a hablar de él. Quería hablar de otros. A la media hora fui yo quien me propuse entrevistarlo. Estaba desconcertado: no sabía si estaba entre el sacrilegio y el anatema. Entre la virtud y el goce. “Te tengo que hacer una entrevista. Sos una absoluta sorpresa para mí”, fue lo que le dije. Le propuse que habláramos la noche siguiente, en el restaurante “La Ventana”. El estuvo ahí puntual. Yo no. Me demoré preparando, cuidadosamente, un cuestionario. Pero, cuando comenzamos a hablar, simplemente guardé el cuestionario. Con él no se puede seguir un guión. Simplemente se debe conversar.

Lafitte Fernández: ¿Leonardo tú le temes a Dios? No Leonardo Heredia: ¿Por qué? Por soberbia no. No le temo porque lo conozco ¿Y cómo conoces a Dios? Lo conocí personalmente Leonardo Heredia es conservador, alegre e

impertinente Perdoname pero… A mí me dio una trombosis cerebral en Costa Rica. Clínicamente estuve muerto. En cuidados intensivos me dieron por muerto. Ya no tenía ni pulso. El corazón no funcionaba. Estuve en un trance y fue en ese momento cuando vi a Dios. Por eso no temo morirme, ni le tengo miedo a Dios.

¿Y cómo es Dios? Es una cantidad espantosa de luz. Es una luz que no enceguece. No molesta a la vida. Es

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como si estuviéramos dentro de una lámpara de neón. ¿Sentiste felicidad, en ese momento? En ese momento yo estaba peleado con Dios. Históricamente había sido ateo. Yo no quería morirme, pero sabía que estaba muerto. Que estaba con Dios. Le dije que quería regresar. Él me dijo que no podía. Entonces le dije que, aunque no quisiera, yo regresaría. Y regresé. ¿Por qué querías regresar? Porque estaba enamorado de una costarricense. ¿Crees que sos un ícono salvadoreño? Eso es halagador, pero no me considero un ícono. Una vez me pidieron fotografías de todos los hechos en que he participado. Al productor de televisión le dije que no tenía fotos. Eso le extrañó. Le respondí que nunca creí que estuviera haciendo algo importante. Algo que debía gastarse en una fotografía. Me extraña que la gente me vea como un ícono. ¿Ícono de qué? Cuando se tienen demonios y se tiene miedo, es injusto presumir de ícono. ¿Qué le puedo dejar yo a las futuras generaciones si sé la clase de demonio que llevo adentro?. ¿Y cuáles son tus demonios? Un día hice la lista y son los siete pecados capitales. ¿Has violado todos los diez mandamientos? Los mandamientos son las cienmillonésima parte de las leyes de Dios. Los mandamientos es lo más chiche de cumplir. Lo que es cabrón son las otras leyes de Dios: las de la naturaleza y las leyes del universo. Lo que es terrible, por ejemplo, es violar las leyes que Dios hizo para la naturaleza, como el hecho de que la nicotina es una sustancia química que al combinarse con la sangre produce tales efectos. Y yo las violo 40 veces al día. ¿Hay algo en tu vida de lo que te arrepientas? No. Antes me arrepentía de no haber estudiado. De no ser el ingeniero que quise ser desde cipote. Pero, al final me recibií, con honores, de la universidad de la vida. Con el tiempo ví a mis condiscípulos titulados como ingenieros o doctores y me di cuenta que eran una bola de pendejos y que no valía la pena estudiar. ¿Qué balance se hace de la vida cuando se llega a los 72 años? Que no valió la pena vivir ¿Por qué? Porque no hiciste nada trascendente. La único importante de la vida es morirse. Ya la muerte no depende de ti. Ya no importa el futuro. Ahí tienes un infinito futuro de paz. ¿Crees en el determinismo? No. Uno se construye su propia vida. No puedes echarle la culpa a nadie. Lo que hay que tratar de hacer es vivir en armonía con las leyes de la naturaleza. Hay que vivir integrado al macrocosmos. Eso me suena a filosofía oriental Es que tampoco estoy casado con la filosofía occidental. Y si filosofamos sobre eso, llegaremos a entender que la verdad es subjetiva, que no es absoluta. ¿No crees que, en el fondo, vale la pena vivir, a pesar de lo que pienses? Sí valió la pena vivir para ver a mis hijas realizadas. En esa medida, cumplí mi misión y me puedo ir tranquilo al otro lado. ¿Qué lo hace a uno cambiar en la vida? Solo el amor y el odio. ¿Amaste, profundamente? Como un idiota ¿Fuiste muy enamorado? Todavía sigo enamorado de mi primera novia. Fue un amor tan inmenso que solo lo atenuó mi segundo amor. Tengo dos amores

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en mi vida: el primero y el último. ¿Y cuál es el secreto para amar? Dejarse amar. Dejarse ir como si se estuviese drogado. ¿Como es El Salvador que dejaste frente al que te reencontraste o el que tienes ahora? El Salvador no ha cambiado mucho desde que lo dejé cuando tenía 12 años. Es un país pobre con una gran violencia. No sé si la violencia la genera la pobreza o tenemos una pobreza manifestada con violencia. ¿Te gusta esta juventud que miras ahora? No son nada distinto a los jóvenes de mi época. Lo que cambian son las formas de manifestar las cosas. Las formas de la violencia, Leonardo elavoró un libro sobre el salvadoreñismo de la anarquía. En el fondo, tienen el mismo espíritu rebelde. En mi tiempo, lo que más podían echarte encima era una bicicleta. Hoy te echan encima un tanque. ¿Cómo era un joven de tu tiempo? Bebían mucho más que ahora. Que conste, jamás me he echado un trago a mis 72 años. ¿Cuando tenías un micrófono en la mano, sentías que eso te daba poder? No. Sentía un compromiso tremendo con toda la humanidad. Mo voz llegó a escucharse por todo el planeta. Sentía responsabilidad y comencé a preocuparme por el lenguaje. Los locutores en los años cincuenta, sesenta y más- y todavía ahora- llegaban a convertirse en hombres verdaderamente famosos. ¿Te gustaba ese glamour? Sí, los locutores eran estrellas. Recuerdo en México, que Carlos Piquerin vivía en la casa contigua a la de María Félix. Estaba, socialmente, a su altura. ¿Pagaban bien en esa época? Se ganaba muchísima plata. Yo gané mucha plata y toda la boté. ¿Cómo la botaste? Con cuatro hijos y cinco mujeres, es muy fácil. Te olvidaste hablarme del glamour del estrellato mexicano… No lo viví como espectador. Lo viví como protagonista. Lo viví en una relación íntima de pareja con algunas de las estrellas más famosas de esa época. ¿Te relacionaste, sentimentalmente? Me relacioné con algunas de ellas. Amistosamente, con algunas de las más destacadas como María Félix. ¿Que tal María Félix? María tiene una anécdota que pocos conocen. Refleja a la verdadera María. Yo tenía una relación amorosa con una actriz de teatro que ese año fue nonimada al premio como la mejor actriz junto con María Félix. Ella se llamaba Mary Douglas. Era mi compañera de fórmula. Alguien le preguntó a María, delante de mí, su opinión sobre Mary Douglas, quien, al final, le ganó la competencia. Ella respondió: “Mary es una actriz que se merece ese premio. Yo solamente soy estrella de cine”. Esa es la María falsa, la de los desplantes. ¿Conociste a Agustín Lara? Sí. También a Pedro Vargas y a toda esa camadita que orbitaba alrededor de Agustín. Este era un hombre sencillo. Teníamos un amigo común: Juan García, quien era un ingeniero en sonido. A AGustín le interesaba mucho eso. ¿Crees que El Salvador te ha reconocido ese largo peregrinaje tuyo por la creación, por la radio, por la televisión, por muchísimos países? De plano que no. La mejor prueba de eso es que a los 72 años ni siquiera tengo una pensión del Seguro Social. Yo soy justo: el pueblo salvadoreño no me debe absolutamente nada. Si algo hice con mi talento artístico me lo pagaron. Si me gasté la plata es problema mío. El pueblo no tiene porqué venirme a mantener. Yo me labré ese destino y tengo que sufrir las

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consecuencias. ¿Desearías una ayuda? Me fascinaría. Vivo solo y, como dicen los mexicanos, duermo con la puerta abierta. Sin tranca para que cualquiera entre. Vives solo a tus 72 años. ¿Te acostumbras a la soledad? Lo más terrible de la vejez es la soledad. Perder capacidades físicas no importa. A lo que nunca te acostumbras es a la soledad. Por eso es tan importante el último amor: porque es la última posibilidad de compañía. ¿Cómo quieres que te recuerden, Leonardo? Pediría que en mi epitafio dijera: “aquí yace un gran hijo de puta”. Pero eso a lo salvadoreño: aquí entre más hijo de puta sos, más importante es la persona. ¿Cómo es el salvadoreño? Lo mejor descripción la hizo Roque Dalton. Es mejor ver al salvadoreño desde afuera. Cuando uno está metido en este estiercolero, no alcanza a ver. Sólo huele. ¿Como definirías al salvadoreño? Es un mito. Para empezar Atlacatl no podía llamarse así. En el lenguaje pipil no existía el sonido de la “tl”. Eso es un invento de los mexicanos o de algún salvadoreño ignorante. La propaganda del salvadoreño trabajador es pura propaganda. El salvadoreño lo único que es es esto: terriblemente pobre. Tiene que trabajar doble o triple jornada para comer. ¿Cómo cambiar eso? No tengo la fórmula. Tal vez debemos volver a las raíces indias. Los indios no eran tan hijos de puta como nosotros. Al salvadoreño lo dañó el mestizaje. ¿No es esa una forma muy dura para describir a tu propio pueblo? Lo que sucede es que aquí la palabra “hijo de puta” no tiene que ver nada con tu madre. Las madres son unas santas. Aquí tiene que ver con la condición moral. La condición moral de los indígenas no era tan jodida como la nuestra. No estaba contaminada. ¿Qué salió de la mezcla? La obstinada realidad salvadoreña. Un tipo violento, poco imaginativo, poco creativo. Tanto, que nunca se inventó un platillo. Lo único que hace es comer y comer. El único platillo que inventó sirve para designar el órgano genital femenino. ¿Existe una sobredosis de pesimismo en ti? No. Lo que existe es cansancio y nada más. ¿Entonces no hay pesimismo en ti? No, hay cansancio nada más. Conociste muchísimos personajes. ¿De quién te acuerdas cuando repasas tu profesión? De Miguel Ángel Asturias. A Miguel lo había conocido en Guatemala. Entonces, cuando apenas tenía un mes de trabajar en la radio, me pidieron, en El Salvador, que lo entrevistara. Yo no tenía fogueo en eso. Entonces le dije: “Fijate que me han dado este encargo. No sé ni qué carajos es una entrevista, pero tengo la obligación de entrevistarte. De eso depende que siga trabajando en radio. ¿Cómo carajos le hago?”. El me respondió: “solo haceme la pimera pregunta de cajón. Preguntame: ¿Cómo se siente don Miguel Ángel?. A mí dejame el resto”. Hagamos un ejercicio de acuerdo con los países donde viviste. ¿Lo mejor de Guatemala? Miguel Ángel Asturias. ¿Lo mejor de México? María Félix y Agustín Lara ¿Lo mejor de Panamá? Voy a decir algo que a la gente le va a caer muy mal,

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pero es la verdad. Lo mejor de Panamá es Manuel Antonio Noriega. ¿Eras norieguista en Panamá? Era mi amigo. ¿Trabajaste con Noriega? No. Nunca. ¿Viviste en Panamá cuando gobernaba? Sí. También conocí al general Omar Torrijos. Pero, de Noriega sí era amigo. ¿No lo ves como un hombre arbitrario, poco moral? Era un chero. Un tipo generoso. Se preocupaba por los amigos. No tenía nada de ínfulas. Para decirlo en mexicano: era todo corazón, el cabrón. ¿Lo mejor de Honduras? La mamá de Daniela y Paula ¿Lo mejor de los costarricenses? Todos. Conociste muchos políticos en muchos países. ¿Cuál te sorprendió más? Pepe Figueres, en Costa Rica. Era un tipo campechano que no tomaba la política muy en serio. Creo que Costa Rica es el único país donde un hombre salió presidente y después dijo que no aceptaría y lo amenazaron con mandarlo a la cárcel por desacato al mandato del pueblo. Los ticos tienen cosas muy lindas: es el único país donde he visto que, ante una amenaza de que mataran a un político contrario, sus opositores se fueron a la casa a vigilarlo para que nadie lo asesinara. Y entonces, los del otro bando, se fueron a cuidar al del partido contrario. ¿Por qué Centroamérica tan cerca y tan distante a la vez? Por la sangre india ¿Qué quisieras para tu país? Un hombre con las manos limpias. Alguien que no se vuelva soberbio con el poder ni lo contamine la corrupción. ¿Crees que el mayor problema de El Salvador es la corrupción? Sí. No sé si lo sacamos de los europeos o de los indígenas, aunque los mayas eran monopolistas. Querían los monopolios aunque fuese eliminando, físicamente, la competencia. Pero, venga de donde venga la corrupción, necesitamos un hombre con manos limpias. ¿Es difícil arreglar a los políticos? Algunos de los mejores gobernantes de América Latina no han sido políticos. ¿Le quitarías el poder a los políticos? Sí. Totalmente. ¿Y qué gobierno querrías? El de los mejores. El de los virtuosos. El de los connotados. ¿No sientes que El Salvador está muy cargado de odio? Sí, porque esto es un círculo vicioso. ¿Y esto es histórico y es producto de otros factores? Es histórico. Comienza con los cacicazgos. Los indios estaban estratificados. Después llegaron los españoles y las estratificaciones se volvieron más drásticas, más duras. El odio es un mecanismo de defensa. Pero, también entre el odio pueden existir amores increíbles. Gobierno de virtuosos

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¿Cuál personaje salvadoreño es tu héroe? Un hombre sobre el que escribiría una novela. El ya murió. Fue mi compañero de aventuras y de andanzas. Se llama Pedro Espinoza. Era un loco genial. Tenía una creatividad increíble. ¿Cuéntame algo de él? Una vez conocimos, en México, a una mujer de la clase alta salvadoreña. Cuandos nos presentaron, ella nos dijo: “Soy fulana de tal. Mi tío es el presidente del banco tal. Mi primo es el dueño de tales y cuáles empresas. Nos contó el árbol genealógico y el de todas las riquezas de sus parientes. Cuando terminó, se volvió donde Pedro y le preguntó: ¿Usted de cuáles Espinoza es? Pedro se volvió y le dijo: “Soy huérfano de padre y madre”. ¿Por qué los salvadoreños siempre hurgan en el apellido de las personas? Porque si te lo preguntan en la clase alta y no sos de un apellido que pertenezca a ellos, entonces dirán que no tienes cabida ahí. ¿Fuiste muy bohemio? Sí pero no bebía licor. Lo que sí hacía era fumar, como dicen en Costa Rica, como una puta de cabanga, como una puta con melancolía o nostalgia. ¿Has hecho de todo en tu vida? Bueno hasta trafiqué drogas ¿Vendiste drogas? Te estoy hablando de hace muchos años. Tenía 12 años y pasaba marihuana de México a los Estados Unidos. ¿Y te pagaban bien por eso? No muy bien. Simplemente comía. ¿Y qué te dio por jalar mariguana? Fue una forma de comer. Estaba en una situación horrible y muerto de hambre en Mexicali, una ciudad fronteriza con Estados Unidos. Los traficantes se valían de los cipotes que andábamos en las calles como limosneros. ¿Y como lo hacías? Te daban un pequeño paquete para llevarlo a otro lado de la frontera. Entregabas el paquete en una dirección determinada a un fulano. Ese fulano te daba un plato de comida. Si cumplías, te daban, comías. Si no, te jodías. A veces te daban de propina un par de dólares. Yo aprovechaba esos dólares. Compraba chicles y dulces. Los pasaba a México y vendía los chicles y dulces al doble del precio. ¿Cómo ves la radio en El Salvador? Va para atrás. ¿Por qué? Se quedó atrasada, aunque quizá no va para atrás. ¿Y por qué la ves atrasada? Por falta de creatividad y de talento. ¿Qué le falta a la radio? Un poco de cariño. Copyright 2002 El Diario de Hoy - Derechos Reservados. vertice@elsalvador.com Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de su titular.

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Del 26 al 02 de octubre de 2004 Portada

A BOCA DE JARRO

Columna Cartas Tema de portada Entrevista Internacional Piedra de toque A boca de jarro Quiénes Somos Archivo

“Soy irreverente hasta cuando hablo con Dios” vertice@elsalvador.com

Todo un símbolo para la locución salvadoreña, Leonardo Heredia posee un bagaje envidiable y un sentido del humor único, a veces negro a veces blanco. Ha publicado “Charadas” un libro que trata la salvadoreñidad, la idiosincracia a través de la burla o la broma. Fundador de Radio Femenina, YSKL y la desaparecida Radio Reloj. Fue nombrado “Hijo Distinguido” por la Asamblea Legislativa, pero el título que cuelga de su pared: irreverente. 1) 1) ¿Qué es charada? Una broma o cosa no seria; la usan los chapines: “¡Esas son charadas, vos!”. 2) ¿Cuál es el salvadoreñismo que más nos caracteriza? El “hijueputa”. 3) ¿Cómo se caracteriza la bayuncada? Es lo más difícil de definir. Siempre he creído que el manejo de la palabra bayuncada es algo congénito entre el salvadoreño. Cuando un extranjero aprende a usar esta palabra, se puede decir que definitivamente conoce nuestra lengua. 4) ¿Por qué cree que nos dicen ‘el país de la sonrisa’? Por humor negro porque no creo que quien la inventó haya sido tan tonto para creerlo. 5) Si pudiera cambiar los símbolos patrios, ¿qué haría o cómo los mejoraría? Mejorarlos en absoluto; eso no tiene arreglo. Hay que botarlos y hacerlos de nuevo. Yo pondría al ‘torogoz’ porque es hermoso y canta “feyo”. 6) ¿Qué piensa de la legislación de las pupusas? Yo les diría a los diputados: ‘busquen qué hacer o en qué ocuparse. 7) ¿Participaría en las pupusíadas? Mi salvadoreñismo no llega a tal fanatismo. 8) ¿Qué otros platillos típicos cree que son dignos de legislar? Mejor que no sigan por ese camino porque al rato van a legislar la mierda y no vamos a tener

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qué comer en nuestro país. 9) ¿Qué juego prefiere? ¿‘tusquia’, ‘palo encebado’ o ‘ladrón librado’? Ladrón librado. 10) ¿Con quién le gustaría jugar escondelero? Hay muchas muchachitas con las que me gustaría jugar. 11) Si el ave nacional es el ‘torogoz’ ¿qué sería el chucho aguacatero? Sería la cabalgadura de Gerardo Barrios. 12) Complete las siguientes canciones: “Con dinero y sin dinero... como siempre lo que ellos quieren”. “... La que andaba con Angulo le dicen cara de... cucufate”. “Mis padres me dijeron ya no bailes rock and roll... ya estaba muy viejo cuando apareció el rock and roll, aunque mis padres no me habrían dicho nada... 13) ¿Que nombre escogería para una nieta? ¿Britney o Tenchis? Claudia. 14) ¿Locutor o disc-jockey? Es que son como contrapuestos, no es lo mismo. 15) ¿A quién escogería entre ‘La Choli’ o Aguilar Umaña? Aguilar Umaña. 16) Si usted fuera Presidente ¿cual sería la primera medida que tomaría? Reorganizar la Federación de Fútbol. 17) Si tuviera que eliminar un Ministerio ¿cuál sería? El de Medio Ambiente por inoperante. Es que estos ministerios surgen como aspectos culturales. Atentan contra la idiosincracia; esta es una cultura de suciedad. 18) Defina a Leonardo Heredia con una sola palabra Ya lo definió Laffitte en un titular, “Aquí yace un hijueputa”, en el sentido connotativo que le damos... 19) ¿Cuál es su mejor virtud? Me gustaría decir que “la irreverencia”, que doy el trato más irreverente (de tú a tú), incluso cuando hablo con Dios. 20) ¿Y la peor? Ser creyente... Creer en la gente todavía. 21) Complete los siguientes conceptos: Bolado: todo. Pat’e cheje: tarea. Tilinte: erección.

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22) ¿La Praviana o la Zona Rosa? La Zona Rosa por elitista. 23) ¿El Trovador o la Plaza del Mariachi? La gasolinera Shell del Bulevar de Los Héroes. Soy amigo de todos y cada uno de los músicos. Hasta fui presidente de su directiva. 24) ¿Qué es el perreo? Me da cólera. Es la manera más sucia del romanticismo. 25) ¿A quién pondría como técnico de la selecta? A Raúl Magaña. Porque es de los ex-futbolistas que tiene más dignidad y eso es lo que más falta. Copyright 2002 El Diario de Hoy - Derechos Reservados. vertice@elsalvador.com Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de su titular.

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Memorias de un aventurero: Leonardo Heredia Lunes, 08 de Octubre de 2012

Un perfil de Leonardo Heredia Por Nelson Rentería Qué relación tiene la Revolución Mexicana, Maximiliano Hernández Martínez, el premio Nobel de la literatura Miguel Ángel Asturias, los gigolós de Acapulco, María Félix, el crooner Frank Sinatra y otros personajes con el desarrollo de la radio en Centroamérica. SAN SALVADOR – La mejilla sur del volcán de San Salvador sirvió de telón aquella fresca tarde de setiembre para conversar con “la voz”. Acá, en este lugar, la frase del poeta Espino cobra vigencia una vez más, los ruidos de la caótica capital no violan la tranquilidad y serenidad del café jardín. El Sol tiene unas cuantas horas de recorrido antes de salir por la puerta trasera del poniente. Rodeado entre numerosas especies de plantas está Leonardo Heredia sentado cómodamente en una mesa y sillas de forja de color blanco. Su camisa roja, desabotonada hasta el pecho, resalta en el ecológico lugar. El hombre permanece en silencio, pero cuando habla sus cuerdas vocales retumban. Ironías de la vida, a sus 82 años de edad Leonardo Heredia tiene a sus espaldas al volcán dormitado, otrora temido por sus habitantes por su fuerza y su energía. Su pastosa y elegante voz ahora también reposa de los vaivenes de la vida, pero antaño, con ella cautivó a Centroamérica, ya que se le considera el padre de la radiodifusión moderna en la región. Heredia pide un café latte, dice que la fórmula del café americano es la peor de las basuras. Hecha la aclaración, él comenzó la conversación -que se prolongó por varias horas- con un chiste sobre la similitud que tiene la Roya y el SIDA con la llamada cogida (la corta) del café en las fincas de Costa Rica.

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Es lúcido, jovial y sobre todo un buen contador de historias, anécdotas, fabulas, chistes y porque no, hasta de mentiras. Maneja a la perfección el arte de la conversación. Dedicó todos los santos días de su vida para ello. Como él mismo lo reconoce, aprendió a vivir del cuento. Hijo del desterrado Por extraño que parezca, su nacimiento tiene que ver con los sucesos de noviembre 1910 en México. Cuando desde los polos norte y sur llegaron aquellos hombres con sus grandes charras, botas o guaraches polvosos, bigotes espesos y municiones ceñidas en forma de equis al tórax. Sí, de aquellos hombres y mujeres que alzados en armas se hicieron del poder sobre sus caballos con la promesa: Tierra y Libertad. De cuando los nombres Francisco Madero, Francisco Villa y Emiliano Zapata sonaban con fuerza entre las multitudes pobres y campesinas. Esos hombres habían liderado la Revolución Mexicana, que destronó al dictador Porfirio Díaz y a sus colaboradores que gobernaron el Ombligo de la Luna por varios años. Por entonces, la clase pudiente la había pasado de fiesta con Porfirio Díaz, pero ahora las ideas expandidas por los revolucionarios no caían en gracia y ponían en riesgo su status. Entre los inconformes estaba Rafael Heredia, padre de Leonardo Heredia. “Por periodista vino a parar a El Salvador. Era una periodista reaccionario, de los partidarios de Porfirio Díaz, que estaba lógicamente contra la revolución mexicana que botó a Díaz, y tuvo que salir desterrado”, cuenta. Su padre, un hombre acomodado, tuvo que abandonar su primera familia en México. Rafael Heredia también era masón, del grado 33 de la Logia Masónica de El Salvador, el grado más alto que puede ostentarse. “Él fue el padrino religioso de Maximiliano Hernández Martínez. Él fue quien apadrinó a Martínez para que entrara en la masonería y además era su profesor de Teosofía”, dijo. Años después su ahijado, el General Martínez lo amenazó con castigarlo severamente, luego de que lo acusara de querer romper la ley a su favor. Rafael Heredia tuvo que exiliarse en Guatemala y pocos días antes de que presintiera su muerte -gracias a conocimientos teosóficos- llegó a El Salvador. Falleció en 1936. Su infancia En El Salvador, Rafael Heredia conoció y se casó con Zoila Paz Suárez. Procrearon a seis hijos. Leonardo Heredia fue el tercero de ellos. Nació de golpe en 1930, en el famoso barrio San Miguelito, en un hecho fortuito cuando su madre estaba de visita a una amiga. Para un hombre cuyo placer es hablar y contar sus fantásticas historias, no es habitual escucharlo evadir un tema. Asegura que no querer contar detalles sobre su infancia es un acto involuntario, ya que su avanzada edad no le permite recordar esos tristes episodios. “Mi infancia fue muy dura, muy fea. Mi madre se quedó viuda con seis hijos que mantener, que sacar adelante. Imagínate las penurias, el hambre que pasábamos”, comentó, mientras bebía un sorbo de café. Con esfuerzo estudió en el Liceo Salvadoreño, gracias a una beca otorgada por los contactos de su padre.

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Estudiar ahí era un martirio porque a la fuerza tenía que ser el mejor de clase, no por convicción sino por necesidad. Al ser el mejor de la clase, sus compañeros lo invitaban a su casa, le prestaban los libros y le daban de comer los alimentos que no tenía en su hogar. También las madres de sus compañeros le regalaban la ropa que sus amigos ya no utilizaban. Emigración A sus doce años se fue de la casa junto a su hermano, ilegales llegaron por tierra hasta los Estados Unidos. Fueron doce días de travesía, guiados por una pionera en el arte del coyotaje. Los dos hermanos llegaron hasta la ciudad de San Francisco. Por entonces, cruzar la frontera era millones de veces más simple. Aunque no sabe por qué emigró a los Estados Unidos, quedó maravillado por la ciudad de la bahía en plena Segunda Guerra Mundial. Llegó a vivir a la casa de una media hermana, hija de su padre en su primer matrimonio. En aquella ciudad completamente limpia y ordenada, niño Leonardo Heredia tuvo una responsabilidad social divertida, ya como estudiante le permitían dirigir el tráfico en la ciudad. Pero el sonido del silbido no era el único instrumento que percibió. En su estancia asistió al teatro sanfranciscano Golden Gate Theatre a conciertos del por entonces jovencito Frank Sinatra con la orquesta de Glenn Miller, de Benny Goodman y de Andrew Sister. “Mis primeros contactos con la música fueron escuchando a las grandes bandas de la época en vivo”, dijo. Toda aquella tranquilidad, las calles empinadas, el puente Golden Gate, los tranvías, la bahía de fondo y la música no bastaron para retener al inquieto Leonardo. “A mí no me gustó los Estados Unidos y yo quería regresar, pero como mi hermana no me mandaba de regreso, lo que hice fue robarme una bicicleta, me paseé frente a los policías y les alegue que me la había robado porque odiaba ese desgraciado país”, dijo sonriente. A la semana fue deportado al país, pero cuando llegó al Aeropuerto de Ilopango y se arrepintió y se dijo “¡Qué idiota! ¿Qué vine hacer a este infierno? A los seis meses agarré mis bártulos y me regresé a pie”. Pero no llegó a los Estados Unidos, se quedó en el país de dónde su padre había salido huyendo de la revolución, México. Universidad Durante un tiempo divagó por Chiapas, Veracruz, Oaxaca y el Distrito Federal. Durmió en basureros cuando trabajó en la central de abastos de la Merced, llevando canastos con los mandados de las señoras, por lo que recibía propinas y aprovechaba para robar una que otra fruta. “Ahí dormía entonces, en el basurero del mercado. Y en el mercado porque, yo no lo sabía entonces, pero la basura en el proceso de descomposición genera calor, es calentito dormir ahí”, narró sin perder la sonrisa. Pero iba y venía. A veces le entraba la nostalgia y regresaba a El Salvador para visitar a su madre. Así los días, El Salvador y México y viceversa. Una de esas giras vivió y “trabajó” en el Acapulco de los años cincuenta.

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“Hicimos contacto con los clavadistas de la Perla y con los gigolós de (las playas) Caleta y Caletilla, padrotes les dicen en México, que viven de atender a las viejas gringas y europeas que llegaban afanosas esperando tener una aventura con los latin lovers. Así que de padrote”, comentó Tuvo como mentor al Raffles mexicano, un astuto ladrón de los lujosos hoteles de las zonas turísticas de México. Cuenta que el Raffles era ingenioso y un maestro de los disfraces, que le enseñó hasta que debía de sentarse en la silla que daba la espalda a la pared, así nadie podría atacarle por atrás. También ofrecía los servicios de lancha para los turistas adinerados que llegaban a la costa con la esperanza de pescar un Marlín. En Sinaloa, también fue “adoptado” por la Rata, nada más y menos que la capo de la marihuana en la zona. La Rata lo había acogido por le recordaba a un hijo que había muerto. Universo de Mentiras Al mejor historia de los amigos de aventura Tom Swayer y Huckleberry Finn en el Sur de los Estados Unidos, Leonardo Heredia vivió sus innumerables anécdotas junto a su compinche Pedro Espinoza. Ambos viajeros timaron a decenas de personas, entre ellos militares, policías, mujeres, ingenieros, choferes. Las mentiras las contaban para lograr aventones en la carretera, salvar la vida en momentos en peligro, también para lograr comer. También eran buenos albureros. El juego consistía en hacer creer a los desprevenidos interlocutores que eran dos estudiantes salvadoreños, hijos de familias pudientes del país centroamericano, y que sus influencias podrían llevarles algún beneficio: el amor de una hermana ficticia, un camión nuevo, etcétera. Muchos caían en la trampa. “Vivíamos del puro cuento. Cuando sos vago aprendés a vivir del puro cuento, a veces tenés que inventarte unos cuentos que son dignos de Borges por una pinche taza de café, porque entretener a ese cliente significa que él pague la cuenta del café. Manejaba bien los cuentos”, dijo. Pedro Espinoza murió en los años noventas en Acapulco asesinado por un capo de la droga, luego de que le descubriera un romance con una de sus amantes. XEW En este punto de la conversación, el ocaso comienza a ser un protagonista fugaz de la velada, nuestros rostros ya no parecen tan claros a la luz natural, sobre el volcán las lucen de las antenas parpadean y una inmensa masa de gases de color grises amenazan con llover en algún punto de la capital. Leonardo Heredia extrae otro cigarrillo (a lo mejor el quinto) de su cajetilla marca Modern, lo lleva hasta sus labios, prende la lumbre y el tabaco comienza a crujir. Minutos antes contó que comenzó a fumar cuando vivía en San Francisco, durante la Segunda Guerra Mundial Obtenía los cigarrillos de los soldados que llegaban al hotel donde trabajaba su hermana, por entonces los cigarros escaseaban y eran más valiosos que el dinero… Aspira el cigarro, no hace completamente el golpe y comienza su historia de cómo llegó a la radiodifusión. Luego de su retorno de Acapulco, ingresó de aprendiz de reparador de radios en un taller de electrónica en el Distrito Federal. La astucia que había aprendido le sirvió para ascender pronto de aprendiz a jefe de taller, que era propiedad de un ex empleado de la tienda El Capitolio, concesionaria de RCA Victor. Por esos años la prestigiosa radio XEW la voz de América Latina, decidió renovar todo su equipo de estudio por medio RCA Victor, y exigió además una garantía de funcionamiento y mantenimiento. XEW comenzaría a transmitir durante 24 horas, una de las primeras radios en hacerlo.

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Entonces el dueño del taller donde trabajaba Heredia, lo designó para que estuviera de planta en los estudios XEW para darle mantenimiento al equipo. Ahí aprendió a imitar a los locutores de la emisora, mientras que los pasillos podía encontrarse con María Félix o Agustín Lara. Una vez pidió clausurar la transmisión de una de las repetidoras de XEW imitando a los locutores consagrados. Ese fue su debut en los micrófonos. La entrevista Leonardo Heredia pidió un café expresso. En el café jardín la luz artificial nos alumbra, el cielo está completamente oscuro. Hace un poco de frío, la mesa y sillas de forja están heladas. Una cajetilla de los cigarros Modern se extinguió y la segunda está sobre la mesa. Para entonces la historia sobre la mesa nos llevó de nuevo a El Salvador. Leonardo Heredia regresó al país en 1949 seducido por el poder que significaba ser amigo del presidente Oscar Osorio, a quien había conocido en el Distrito Federal. Sin embargo, comenzó a trabajar en un taller de electrónica en San Salvador, que estaba situado a unas cuadras de la radio YSAX, dirigida por el mexicano Antonio Castillo. “Oyendo la radio salvadoreña y al oír a los locutores, si estos desgraciados son locutores, yo soy el maestro de la locución y fui a pedir trabajo de locución y me lo dieron”, cuenta. Como no pudo ser de otra manera, el trabajo lo consiguió engañando a Antonio Castillo, haciéndole creer que se habían conocido en México, que tenían amigos en común y otros tantos cuentos que tenía muy afinados. Pese a la supuesta amistad que tenía con el jefe, Leonardo tenía que pasar una prueba de fuego para tener el trabajo remunerado. En aquellos días había llegado a San Salvador desde París, Francia, el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias a recibir un premio. Le encomendaron entrevistarlo, pero jamás en su vida había hecho una entrevista, o lo que es peor, no tenía la menor idea de qué se trataba una entrevista. El destino nuevamente jugó de su lado, Leonardo y Miguel se conocían de antes en una de las eternas vagancias. Se saludaron, y el afligido Leonardo le comentó su situación. Asturias le dijo que no se preocupara, le indicó a Heredia que solo hiciera la presentación, que le preguntara qué sentía de estar en El Salvador y que él haría el resto. La entrevista fue un éxito y obtuvo el trabajo. Ahí comenzó su amplia trayectoria en los medios de comunicación. Decepciones Fue director, fundador y productor de varias radios y televisoras en Centroamérica. Con sus conocimientos de electrónica hecho andar varios equipos. Fue maestro de varias generaciones de locutores de la región. “De las dos (Locución y electrónica) estoy totalmente decepcionado, si pudiera volver a empezar haría cualquier cosa, incluso a remendar zapatos, y no a la locución o la electrónica, porque a estas alturas de la vida y de la radio me he dado cuenta que he contribuido a una cochinada como es la radio”, expresó. Para él la radio hoy en día es un instrumento alienación, transculturización y casi de enriquecimiento ilícito. Señala que muchas personas que antes no tenían ni en dónde caer muerto, ahora son dueños de grandes corporaciones.

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Sus dardos son afilados contra renombrados personajes de radio, corporaciones, antiguos discípulos, entre otros. Se siente ajeno, rechaza inconscientemente los halagos que le dedican, cuando le llaman el Padre de la radio, El abuelo, El maestro o Papá Leo. Nieto del Jaguar Muchas personas lo recuerdan como el “hijueputa” y por la “charada en Ch” por unas producciones de audio que grabó y en la que describe la casi infinidad de formas, contextos y circunstancias en que se puede usar la palabra hijueputa de parte de los salvadoreños. Sin embargo, Leonardo Heredia quisiera que lo recordaran por su producción de los Nietos del Jaguar, una grabación de un guión del poeta y lingüista salvadoreño Pedro Geoffroy Rivas. “Es una verdadera obra de arte tecnológicamente hablando. Desde el punto del texto a Pedro le salió tan bien, tan maravillosamente, creo que de chiripa, que Pedro lo amplió y escribió el libro Los Nietos del Jaguar, pero el texto original era esa grabación”, dijo. Los Nietos del Jaguar se grabó en una grabadora que tenía unos cincuenta años de haber sido fabricada y que era propiedad del Servicio Informativo de la Embajada de los Estados Unidos. Dice que durante la grabación estaba a su lado el mismo Pedro Geoffroy Rivas corrigiéndolo con coscorrones por su mala pronunciación de palabras nahuas. “Pendejo”, le decía el poeta “no se pronuncia así”, y Leonardo le contestaba “come mierda, vos pronuncias bien porque sos indio”. Heredia se queja de que de esa producción apenas ha vendido 10 copias, pero del “hijueputa” ha vendido más de mil. Lamenta que a los salvadoreños no les guste valorar la cultura. “Me encantaría que me recordaran por los Nietos del Jaguar y no por el hijupueta salvadoreño”, dijo. El Salvador La noche ya había entrado de lleno, las mesas alrededor ya están vacías, los meseros del café jardín recogen las vajillas, la horripilante música de ambiente comienza a bajar de volumen, continúa haciendo frío. En la oscuridad cuesta encontrar el encendedor para los quemar el tabaco del cigarrillo. Al fondo, atrás de Leonardo Heredia, apenas se ve la silueta del volcán de San Salvador, decorado por cantidad de luces. Es hora de partir, de pagar la cuenta, varias rondas de café, no sin antes preguntar qué opinión le merece El Salvador: “Ese hijueputa pueblo es irredento, no vale la pena cagarse la vida en ese hijueputa país”, concluyó.

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OPINIÓN | DESDE ADENTRO Redacción 102nueve.com ||

agosto 15, 2017

Leonardo Heredia Pocas amistades disfruté en mi vida como la de Leonardo Heredia. Alberto Arene me lo presentó hace muchos años. Después de esa presentación, a los cinco minutos ambos estábamos riéndonos bajo sonoras carcajadas. Leonardo tenía una virtud: mezclaba con tanta rapidez e ingenio el humor salvadoreño con el costarricense que era imposible no reír junto a él. Al viejo, al amigo, al hombre, lo conocí tarde. Ya arrastraba los pies. Sus ojos estaban enfermos. Veía con dificultad. Pero algunas de las conversaciones que más he disfrutado en El Salvador fueron con él. Todavía recuerdo las tardes que llegaba a mi oficina, cruzaba la puerta y, simplemente, me decía:”diay huevón”. Después de eso el diálogo, las bromas, los chistes, las carcajadas y las anécdotas se volvían dados eternos. El debate, el humor, el repaso de la historia, eran espadas en él. Conocí buena parte de la vida de Leonardo Heredia. Desde sus irreverencias como el enorme locutor que fue de las principales radioemisoras en México, hasta sus escaramuzas y amores en Costa Rica. El viejo era sencillamente genial para contar historias de otros y las suyas. A veces pienso que Leonardo era eso: un notable contador de historias nacidas en la mejor voz de la locución profesional de El Salvador. La mejor prueba de eso es que fue el único salvadoreño que , sirvió como sensacional maestro de obras durante un concurso de Miss Universo. Leonardo, sin embargo, encaró momentos duros, difíciles. Sobre todo con la muerte de un hijo suyo. En ese momento sentí que se desvanecía. Que había perdido toda su capacidad de luchar en esta vida. Ese Leonardo Heredia me conmovió hasta los tobillos. Esa vez me sentí el ser humano más noble cuando le presté mi hombro para que llorara con toda la fuerza de padre que llevaba adentro. Aquella era un alma conmovida que parecía estallar de dolor y pena. Leonardo también amaba a sus hijas, quizá más de lo que ellas creían. Su vida lo llevó a un divorcio pero jamás, jamás, dejó de amar a sus enormes vástagos. Cada paso que daban, en cualquier campo, era para él un orgullo infinito. Sí señor: con todo y todo, era un enorme padre. Leonardo era también costarricense. Adoptó esa nacionalidad después de vivir en Costa Rica muchos años. En ese país se casó de nuevo con una mujer costarricense, una publicista de sólida carrera . Muchas veces, Leonardo fue más costarricense que


muchos. Obtuvo ese título y hasta la cédula de identidad costarricense por su propia voluntad. “Yo escogí ser tico y eso me llena de orgullo”, repetía siempre. Tal vez por eso, hace algunos años, tomé mi auto y me lo llevé a San José. Parecía niño que se reencontraba con sus primeros juguetes. Visitó a sus viejos amigos, verdaderas instituciones del desarrollo de la radio en Costa Rica. Entre ellos algunos otros salvadoreños que participaron de la radio y televisión de Costa Rica. Desde entonces me convencí, por el testimonio directo de algunos pioneros de la radio costarricense, que Leonardo Heredia también fue una verdadera institución en ese campo. Disfrutaba contando algunas historias de la radio costarricense. Cuando conocí a Leonardo y medí su enorme capacidad para comunicar hechos ( aparte de su pulida y educada voz), le pedí una entrevista para un diario salvadoreño en el que laboré mucho tiempo. Las respuestas a las preguntas no fueron más que un reflejo de su genialidad. Por ahí, en algún archivo, la tengo guardada. Eso sí: cuando le pregunté que de morir cómo quería que lo recordaran. Entonces se volvió, liberó una risa maliciosa, le brillaron sus ojos, le pidió oxígeno a sus pulmones y me dijo: “Aquí yace un hijo de puta”. Cuando escribí esa entrevista a Leonardo, pensé mil veces en titular con esa frase. Al final lo hice. Fue el título más irreverente que he escrito en mi vida. Pero así lo escribí en esas dos páginas centrales de la revista dominical que yo había creador. A las horas que nació la publicación, recibí llamadas telefónicas de amigos que siempre me dijeron que se me había ido la mano. No me arrepentí nunca de ese título: “Aquí yace un hijo de puta”. Tal vez fue lo que más me unió a Leonardo mientras vivió. Me duele su muerte. Tal vez algo pasa en mi vida: han comenzado a morir personas que quise, que respeté, almas buenas y nobles, gigantes en muchas artes y cosas.. La mejor prueba de eso es que mis últimas columnas periodísticas están tituladas con nombres y apellidos. Unos se van. Otros luchamos por sobrevivir. Pero nadie deja de pelearle a la muerte, el acto más democrático que conocemos los humanos. Me duele más no estar fuera de El Salvador y no asistir al sepelio de Leonardo. Así habría abrazado a sus hijas y recordarles cuánto las amó. Pero, sobre todo, me hubiese despedido del salvadoreño que más quiso, genuinamente, a Costa Rica. Tal vez eso debería hacer un costarricense que resida en El Salvador. Averiguen donde enterrarán a Leonardo Heredia. Lleguen hasta su ataúd y pónganle encima una bandera de El Salvador y otra de Costa Rica. El fue más salvadoreños que muchos. También más costarricense que nadie. Para Leonardo ningún camino fue intransitable. Ni siquiera la ceguera.


¡Hasta siempre, Leo Heredia! Esta semana despedimos a Leonardo Heredia, leyenda de la radiodifusión salvadoreña y comunicador de gran corazón. En su memoria reproducimos fragmentos de un par de artículos que escribimos sobre él. Descansa ya, amigo, en la paz del Señor... Por Mario González* Ago 18, 2017- 21:16 Nunca olvido uno de mis programas favoritos de la televisión de principios de los años 70: La Ruleta del Saber, que se transmitía las noches de martes en canal 4. Lo conducía un señor joven, elegante y estirado, de saco y corbata al estilo de los maestros de antes, de cabello rizado, enclenque, con lentes de grandes aros, con una voz que, aunque grave y elegante, no dejaba de ser juvenil y que rezumaba espontaneidad y seguridad. Era el tiempo en que los locutores tenían que poseer no solo una buena voz y dicción, sino también cultura general y, sobre todo, mucho tacto y respeto ceremonioso por las audiencias, algo que les falta a algunos ahora; era el tiempo en que la locución y el doblaje de películas era cosa de genios. De vez en cuando tuve el privilegio de departir con el tipo del saco y la corbata con la apariencia de profesor, que en realidad es una estrella de la palabra salvadoreña: Leonardo Heredia. Tenía guardados en su acervo todos los hechos más notables de la radio y la televisión de El Salvador y Centroamérica, los cuales no dudaba en compartir en una buena tertulia, que se convertía en una verdadera cátedra que disfrutábamos con avidez de escolares. Acompañados por otra figura del deporte local, el futbolista y periodista Memito Cañadas, pasábamos horas enteras hablando de la historia de El Salvador, la época de oro de la locución nacional y el mundo de la radio y la televisión. Para que lo sepan, jovencitos, Leonardo fue fundador de la legendaria Radio Femenina en febrero de 1966, la época del go-go, la Nueva Ola, las minifaldas y las melenas al estilo de Los Beatles. Hablábamos de las historias ocultas y la andanzas y malandanzas de las estrellas de la época, los golpes de Estado del 72 y del 79 y las dobles vidas de los personajes de la época y muchas anécdotas personales. Nuestras pláticas bogaban sobre los tiempos en que para ser DJ —como les dicen hoy— no bastaba con hacer mezclas y efectos con los vinilos y las consolas como ahora, sino verdaderas locuras creativas, hilarantes y lapidarias.


Pero Leo iba más allá: eran tales su elocuencia y naturalidad como declamador que se ponía al nivel de poetas o figuras de la radiodifusión latinoamericana. Nada perturbaba la paz de Leo. Aunque dijera malas palabras, no perdía la elegancia ni la compostura de caballero inglés a lo Sir David Niven o Sir Alec Guinness. Lo cortés no quita lo valiente, ni lo culto, agregaría yo. Todos los de esa época directamente o indirectamente hemos aprendido de él. Confieso que escuchándolo alguna vez me llegó la pasión por la poesía, la declamación y la radio. Aprendimos todavía más de sus vivencias, de sus anécdotas y de su ecuanimidad. Siempre en mi memoria resonará la frase “¡Es que es lindo El Salvador!” en la voz de Leo. En esta ruleta del saber y la vida y hasta en las malas palabras, Leo Heredia seguirá siendo nuestro maestro bien bañado y trajeado que nos culturizaba por la televisión, que nos invitaba a la buena lectura y la poesía, nuestro modelo para la declamación, el que nos inspiraba a personificar a la ecuanimidad misma y hasta contribuyó a afianzar nuestra vocación de comunicadores; con tanto en la matata de la vida y la experiencia, usted nos dio siempre una lección de humildad proverbial y nos prodigó amistad a raudales. Gracias por compartir su acervo y sus sueños a nosotros, los que fuimos sus alumnos al otro lado de la pantalla. Y, como usted bien dice, por ahora… se acabuche pata’e cuche… calabaza, calabaza, cada quien para su casa, y me monto en un potro para algún día contarles otro… La próxima tertulia será con los angelitos… ¡Hasta entonces, amigo! *Editor Subjefe de El Diario de Hoy.


"Después de dejar nuestra vida y salud, recibimos una pinche placa nada más" A sus 81 años, Leonardo Heredia, uno de los mayores referentes en la radio y televisión salvadoreña recordó gratas anécdotas que le dejó su profesión; pero al mismo tiempo recrimina el costo que debió pagar y sobre todo, la manera cómo terminó su carrera. 02 DE MARZO DE 2012 16:32 | por Otto Morán

Leonardo Heredia. Foto de DLP/Carmen Rodríguez

Haber entregado los mejores años de su vida y parte de su salud al trabajo en la radio y televisión en El Salvador es algo que para Leonardo Heredia le trae emociones encontradas. Siendo uno de los locutores radiales y presentador televisivo de mayor trayectoria en El Salvador, su profesión le dio triunfos, pero al final no le dio los frutos -ni reconocimientos- que esperaba.


Pese a ello, Heredia recuerda con entusiasmo algunos de los episodios más memorables de su carrera tras los micrófonos y las cámaras. Desde su punto de vista ¿cómo es la historia de la radio en El Salvador? Es una historia que debe ser muy alegre, muy musical para todos los radioescuchas pero no para los que la hicimos. Y lo digo por una sencilla razón, después de dejar nuestra vida y salud, recibimos una pinche placa nada más. ¿Cuándo y cómo empezó su trabajo? Yo empecé en 1948, tengo en este mundo 64 años, mucho más edad de la que tienen la mayor parte de las emisoras de radio exceptuando Radio Nacional. Esto es más de una generación, a estas alturas cuando los cipotes me dicen que soy el padre de la locución yo les digo, ¡no... yo soy el abuelo! Esta experiencia en los medios de comunicación le dejó momentos inolvidables imagino... Sí, si... yo tengo un montonal de anécdotas, recuerdo que cuando presenté a la Lucha Villla en el canal cuatro hace mucho años le dije "fijate que aquí todo el mundo te quiere mucho y yo quisiera que en algún momento el programa, así como quien no quiere la cosa, como si te sale espontáneamente, me dieras un beso para que yo me convierta en un símbolo del hombre salvadoreño, porque a través mío estarías besando a todos los hombres de El Salvador". Dicho y hecho, la mujer me agarró y me pegó una amontonada que me tiró hasta el suelo y me besó en la boca y me hizo de todo, afortunadamente cortaron cámaras en ese momento, el programa si ya no me acuerdo, pero sí que fue especial -ríe-. Otra cosa que me llenó de muchísima satisfacción, y por cierto más incluso que el homenaje de la Asamblea Legislativa y de la misma ASDER fue el de Facundo Cabral. Pues justamente en la última presentación de Cabral, al terminar cerraron el espectáculo y mencionó a García Márquez allá en Colombia que era uno de sus amigos, mencionó a Mario Vargas Llosa en su estadía en el Perú y nos vamos de El Salvador y nos llevamos el recuerdo de Leonardo Heredia nuestro gran amigo, yo exploté de alegría al escuchar eso. Qué me importaba a mi ser amigo de Fidel Sánchez Hernández, Arturo Armando Molina -ambos ex presidentes de El Salvador-, Manuel Antonio Noriega en Panamá, Oscar Arias en Costa Rica, con quienes éramos grandes cheradas. Hay cosas que no se pueden grabar en mármol, ese tipo de gratificaciones son las que no olvido.


Pero, tal y como mencionó al principio, en su reflexión trajo a la memoria decepciones también, cuénteme sobre ellas... De las decepciones...-suspiro-, yo he compartido con algunos de mis amigos que me sienta mal que no haya sabido administrar mis dineros. Pero también que es una vergüenza para la industria de la radiodifusión nacional en El Salvador, que un hombre que entregó toda su vida a la radio, al llegar a los ochenta y tantos años no tenga un pinche radito de transistores siquiera para oir radio y viva alejado de este mundo. Esto es una verguenza, ¿es acaso este es el destino que le depara a quienes entregan su vida a la industria de la cual muchos se han hecho millonarios?, ésta es mi mayor decepción. Acepto también que es vergonzoso de mi parte que no me haya provisto de un radio antes, pero es más vergonzoso para la industria de la radio. Y si tiene que hacer una reflexión sobre esta profesión, ¿qué diría? Que no vale la pena trabajar en esta cochinada si cuando llegas a viejo no vas a tener si siquiera un pinche radito de transistores del tamaño de esta grabadora con la que me entrevistas. ¿Qué ha sido de su vida fuera de los medios de comunicación? Hoy día yo vivo ya retirado de esos trajines, por ratos disfruto oir radio, me gusta como se está haciendo radio en la actualidad, me siento contento de no estar ya dentro porque hoy manejan una tecnología tan avanzada que no la alcanzo siquiera a entender. Hoy me siento contento de que no me toca estar lidiando con internet y con facebook y con otro tanto de cosas más. ¿Cómo evalúa la producción en radio hoy día? Hay como una ironía, una contradicción, a más tecnología menos calidad. O más bien dicho en buen salvadoreño, la gente se vuelve como más huevona, porque como allí está la computadora, ¿para qué me mato siendo creativo?. Creativamente, la tecnología redujo mucho al trabajo de la radiodifusión, antes trabajábamos con las uñas y con todo el corazón. Hoy se trabaja nada más con las uñas, es más, hay que cortarselas para manejar los teclados o el mouse, y eso es todo lo que se necesita. (35) Comentarios Ismael Sosa 2014-08-31 23:33:09


Que pena me da oir esta historia, pero mas pena me da oir algunos de los comentarios. La pobreza de El Salvador se refleja en la historia y en los comentarios. Gracias a Dios vivo en un pais (Australia) donde al desempleado se le paga y cuando estas viejo recibes pension, hayas o no trabajado. Muchos salvadorenos reciben pensiones aqui para que puedan vivir y morir dignamente. El problema no es la gente, el problema es el sistema cruel, inhumano y corrupto que vive El Salvador (Y muchos paises del tercer mundo)...habran sus ojos y miren la realidad global...imitin a las democracias que aun cuidan de los mas necesitados, por lo menos en su mayoria...Please think about the future of your children...is nothing to do with being a poor country...is more to do with being a selfish culture...God Bless you Leonardo, all the best from a friend in Australia. martha s 2012-04-20 17:08:49 como le digo sr.leonardo megustaria tener la oportunidad de comunicarme con ud.porque laverdad.es que mepreocupa.que ud ,dise que la soledad.esalgo.muy triste.bueno.ai.esta mi.correo.me.dara mucho.gusto servirle.en algo.vendisiones. martha melara 2012-04-19 20:36:42 hola sr.heredia.que pena que ud tenga un consepto tan feo.de nosotros los savadorenos pero fijese.que no se puedegeneralisar.que somos pobres y biolentos y que el salvador.esta lleno de violensia pues esverdad pero no podemos generalisar no todos somos violentos ni todos odiamos porque no enves de ablar negativo mejor tratemos de aconsejar alas personas aque canbien de manera de ser enpesando,a ablar en unaforma correcta sin desir esas expresiones.tangroseras.que de nada nos sirve antes peor de mostramos que en elfondo.estamos con amargura y vasios por dentro.y eso,la violensia.el odio.solo se quitara.cuando respetemos al projimo.y sobretodo.que hay un DIOS.que mira todo.y cualquier momento.nosda la paga.yo quisiera poder comunicarme con ud.sr.leonardo Rafael 2012-03-12 16:16:04 Su trabajo le redituò un sueldo como todo trabajador, cada quien se prepara para cuando nuestra vida laboral llega al final ò sea cuando nos vence la edad y si uno es responsable se prepara para cuando llegue ese dìa, ademàs se supone que le descontaban de su sueldo para cuando llegara el momento de jubilarse, si ud. fuè irresponsable y no se preparò lo siento por ud. pero a nadie en ningùn trabajo le dan reconocimientos especiales por trabajos desarrollados durante su vida laboral, ojalà que al menos haya disfrutado de su trabajo mientras lo desarrolló. JIMMY PAGE 2012-03-07 15:36:16 jajajajjajajjaja pues que se espera de una cultura salvadoren`a penso que le darian una checke de miles de dolares, si los salvadoren`os no quieren su propia raza entre ellos mismo se comen la mayoria son asi pobre sen`or quisas no tiene dinero


y penso que le darian algo por sus ano`s que dio asu profecion pero recivio una pinche placa de 10 dolares que eso es lo que cuesta. ASESORIA RADIAL 2012-03-07 08:01:24 a DON LEONARDO: deberías pedirle una asesoría a don "tony casacas" para que te de la fórmula como hacerse de más de una radito, no sólo en El Salvador sino en Nicaragua y demás países, porque ese cipote sí que nos salió buxo. Woody Allen 2012-03-05 07:25:02 Es mucho más elegante actuar como Woody Allen en los Oscars, que no asiste a recoger su premio, por estar en contra de la Academia, que ir a recoger la pinche placa y luego hablar mal de ella, no les parece? Lagarto Juancho 2012-03-04 03:33:32 El tipico salvadoreño lloron que quiere que todo sea de a grapas y que le den todo. Si no tiene un pinche radio es por que no se lo compro de joven. Y hoy anda de lloron. pepe 2012-03-03 18:48:43 pero si despilfarro su dinero y no se preparo para el futuro, entonces que espera? Si utilizo su juventud para darse los gustazos y codearse con todos esos que el menciona y no guardo su pension y ahora en su vejez estar solo, sin dinero y amargado, los hechso me dicen que el se lo busco. roco 2012-03-03 17:37:41 Bueno y que de gratis o AD HONOREM trabajo maitro? si ese era su trabajo y le pagaban que espera? mejor dele gracias a Dios por haber iniciado asi de bien cuando no habia tanta competencia y que le dieron la oportunidad habiendo tanto profesional el dia de hoy desempleado, si espera una estatua o una pension vitalicia de $1000 esta perdido, no si puedo sacar mis conclusiones al ver el tipo de amigos que tenias a ellos pedile ayuda mejor. PUNTO Y COMA (• ;) 2012-03-03 16:43:23 Igual a trabajar como conductor o cobrador de buses, éstos no reciben NI siquiera para una PLACA dental, mucho menos para un su radito. Pinche placa. 2012-03-03 15:34:03 Heredia . El que nace para maceta no va a pasar del corredor, estoy a punto de jubilarme con 2 carreras universitarias mas de 12 años en universidades estudiando y 20 dando clase a jóvenes , con trabajos en las 2 carreras usando mi cerebro no solo hablando muchas veces pajas ..... asi que si tu te fuiste por la vida loca en tu vida laboral este es tu premio , una pinche placa. para un pinche salvadoreño. Yo


no espero placas solo espero que la afp a la que cotizo no me vaya a robar mis ahorros, y si asi fuera tengo una carrera que la puedo ejercer y producir hasta que me muera, y nunca voy a esperar que me den placas. Creo que la edad te esta haciendo hacer berrinches. Ejemplo de lo que no debe hacerse 2012-03-03 14:04:12 A todos los jóvenes locutores y presentadores, si sus empleadores no los tienen en planilla y solo los tienen por horas, sin pagarles afp, ni isss, pues simplemente ahorren por su cuenta y pongan un negocito, DESDE YA, para que les alcance para pagarse un seguro médico privado. Ya tenemos dos claros ejemplos: Michelle Sobenes, que no tenía seguro social y el Sr. Heredia, que aparentemente no tiene pensión del INPEP ni del ISSS Y QUE QUERES HOMBRE? 2012-03-03 13:24:59 QUE TE DEN MEDALLAS DE HONOR Y UN BUSTO EN ALGUN PARQUE Y UN SUELDO DE DIPUTADO POR HABER SOLO ESTADO SENTADO HABLANDO POR LA RADIO..ENTONCES TE HUBIESES DEDICADO A OTRA COSA El antipatriota sincero 2012-03-03 13:15:59 Un cosejo para todo aquel que tenga algun talento, jamás se queden en este desgraciado país, vayanse al extranjero porque en otras partes valoran mas el talento de las personas. Pero si tienen talento para políticos o religiosos u otras alimañas similares, aquí en El Salvador está su futuro.

antonio 2012-03-03 12:52:49 Y para que quiere ya pisto. Ud. jodiò mas que la mayoria de nosotros, tuvo su sueldo, sus amistades,sus viajes,etc. y nosotros, la mayoria de los salvadoreños, nada de eso. No se lamente, asi estamos todos, Los viejos se les olvidan a todos, HIJOS; MUJER, ya no se diga el estado. Cuidese.-Mire a Aniceto, Chocolates, Medina Funes, Chele Avila,por decir algunos.netourbe 2012-03-03 12:52:20 No es el primero que siente en carne propia la ingratitud del estado y de las empresas comerciales, por una sencilla razón son entes sin sentimientos ni corazón. Utilizan todo tu talento, tus ilusiones, tu esfuerzo, tu creatividad y después te quedas relegado. Si tuviste un poco de visión, te aseguraste, te jubilaste. ¿con cuánto de pensión?, con lo que en ese momento a lo mejor era un buen salario, pero que no tiene aumentos, ni otras prerrogativas como la actualización de acuerdo con el costo de vida. La mayor riqueza de los ilusos o idealistas, utópicos es la satisfacción de servir y ser útil hasta el último hálito de vida. Si Leonardo, fuiste grande, tienes lo que hiciste de tu vida, tienes la admiración de muchos salvadoreños que recordamos tu "voz de seda", que nos diste el disfrute a través de


la radio y de la televisión. No hay que esperar nada a cambio, las recompensas te las dimos con nuestros aplausos, nuestra admiración hiciste un excelente trabajo y ¡hasta te pagaban!... Rajoy Estoy 2012-03-03 11:55:51 Es la ley de la vida Hermano, o es que tenes ideología socialista, crees en desorden y te imaginas todos somos ARTISTAS. No es posible eso. Lenca 2012-03-03 11:49:37 Es la sociedad que hemos permitido que se construya, la derecha es la ha estado en los gobiernos por muchos años y los ultimos 20 de ARENA profundizaron mas las desigualdades, nadie a trabajado sobre el tema social para que cuando estemos viejos tengamos siquiera una vida digna!!!!! joaquin 2012-03-03 11:12:49 hemos reido tantas veces con su grabacion de "el hijue puta" esta en you tube, si tan solo le hubieran dado un centavo por cada pirateada de su grabacion, usted seria millonario... para las nuevas generaciones les recomiendo que lo escuchen, escribio historia don leonardo, sientase feliz... karen 2012-03-03 11:09:47 hay por favor si en todo trabajo ud puede pasar anos y al final le diran solamente GRACIAS!, le pregunto, que no le pagan su sueldo mensual? que no le cotizaban con el ISSS? que no le descontaban del INPEP o AFP??? Porque los locutres se creen que son mas especiales que el salvadoreno comun para que le den mas que una placa??? Tololo 2012-03-03 10:27:19 Con todo respeto Sr. Leonaldo dejeme decirle que a todos nos pasa lo mismo, dejamos nuestra vida y tantas cosas valiosas a nuestros empleos pero eso nadie lo puede cambiar. Ademas tengo entendido que a cambio de su trabajo por la radio le pagaban pues ese pago era el cambio por todo lo que sacrificaba. Asi no pasa a todos..... Para eso nos pagan......algunos mal a otros bien... fran 2012-03-03 10:19:19 Una de las tragedias de estos países es desperdiciar estos pilares de la cultura, ¿adonde se mira reflejada la experiencia de Heredia? ¿es respetado? ¿se aprovechan sus conocimientos? qué tristeza... jose alejandro orellana h 2012-03-03 10:16:54 mis respetos al maestro de la radio difusion y claro nos deja una gran experiencia hasta para expresar ya que algunos ni podemos pronunciar las palabras correctas y


otros hasta se mofean de lo que hablan,y otro punto importante es que ya deberian de dar mas espacios en las frecuencias como dice el amigo hay que hacer de la radio mas participativa y que no subasten las frecuencias.yo me acuerdo de las dos radios ya desaperecidas la radio señorial y la radio teatro,fueron pioneras de la radio en el pais.saludos. Herman Duarte 2012-03-03 10:03:00 '''...recibimos una pinche placa nada más"' Me parece que también recibía un salario por trabajar. Miguel 2012-03-03 09:48:22 No se cual es el llanto.... era su profesión y recibía un salario por eso; los que trabajan en los medios creen que se les debe rendir pleitesía y eso no es así. Todos dedicamos nuestra vida a un trabajo, agradezcamos lo que tenemos un trabajo que no es tan ingrato ni tan pesado. Mastropiero 2012-03-03 09:34:11 El trabajó en tiempos del pcn y arena... ¿que le reclame a ellos que ni un pinche placa le dieron nunca.... FANTOMAS 2012-03-03 09:07:24 ANIMO DON LEONARDO, USTED ES EL MAESTRO DE LOS QUE DICEN SER LOCUTORES, USTED SIEMPRE SERA LEONARDO HEREDIA EL ICONO DE LA RADIODIFUSION. LA VIDA ES ASI DON LEONARDO 2012-03-03 09:05:09 DON LEONARDO, LAMENTABLEMENTE A SU EDAD YA SE DIO CUENTA QUE LA VIDA ES ASI, EN SU CASO Y EN TODOS LOS CASOS DE LA GENTE TRABAJADORA ES ASI Y LA VIDA SE REPITE, UNO DEJA SU JUVENTUS, SE ENFERMA, DEJA A LA FAMILIA, ETC Y CUANDO NO SERVIMOS SOLAMENTE NOS DICEN ADIOS, SIENTACE AFORTUNADO QUE LE DIERON UNA PLAQUITA, A ESE MERCANTILISMO HEMOS LLEGADO, A LA BORACIDAD DE LAS EMPRESAS, A LO QUE TODOS LOS GOBIERNOS DE ESTE PAIS LE HAN APOSTADO DESDE HACE 20 AÑOS, AL CUIDO EXTREMO DE LAS EMPRESAS CAPITALISTAS DEL PAIS, HAN SERVIDO A LAS CUPULAS SOLAMENTE Y NINGUN GOBIERNO HA VISTO LO SOCIAL LO MAS IMPORTANTE DE TODOS LOS PAISES LA GENTE, A ESTA SOLO LA VOLTEAN A VER EN TIEMPOS DE ELECCIONES UNICAMENTE, CUANDO VAMOS A DESPERTAR pinche placa??? 2012-03-03 08:56:39 pense que este senor era salvadoreno y no mexicano!!! asi se ayuda a perdir cada dia mas un poco de nuestra identidad, escuchando palabras raras a nuestro idioma a cada rato!!!


Pensión? 2012-03-03 08:50:43 pero y este sr. nunca cotizó al ISSS para tener una pensión de jubilación? Ahorros? Inversiones? Negocios? Fco 2012-03-03 08:20:46 Las subastas de frecuencia, estan diseñadas para que quien se apropie de ellas, sea solo el que pueda pagar mas, es decir solo aquel que tiene el capital disponible o la confianza de un banco que lo financie. Lo mismo pasa con las concesiones de sitios de generación renovable, al final se apropian de ellos solo los que pueden pagar mas. Mario 2012-03-03 08:12:22 EL SEÑOR HEREDIA TIENE RAZON. MEJOR SE HUBIERA HECHO POLITICO COMO FUNES Y YA TENDRIA MILLONES EN SU CUENTA BANCARIA. Lector 2012-03-03 08:01:24 Don leonardo, una de las glorias de la radiodifusión Salvadoreña, igual que Francisco medina Funes,Francisco Aguilar Umaña, etc. primero somos semillas, despues hierba verde, que servimos de pasto, despues maleza. Así pasa en todos los ámbitos, cuantos se benefician del talento ajeno, ese es su talento. En las empresas unos trabajamos y a otros nombran Gerentes, cosas del destino. Un respetuoso saludo. Leonardo un Hombre que dejo Huella en Radio América 2012-03-03 07:34:30 Leonardo un Hombre que dejo Huella en Radio América, La Voz de Irma Elena(La chelita), Bueno Radio deverian de existir mas comunitarias y mas participativas y no ser subastadas la frecuencias.


Después de mi retiro de Radio 9.80, me dediqué a los estudios –que nunca concluíen la Facultad de Derecho en la recién fundada Universidad Rafael Landívar y a mi pequeño trabajo en televisión. Poco tiempo después surgió Radio 5.60, también con formato 100% juvenil y con todo el apoyo de Canal 3. Llegó 1965 y Antonio Mourra († 1990) me llamó para ser parte del nuevo formato de Radio Emperador, como programador y disc jockey, junto a talentos como Carlos “Chaly” Barrios . Tono, como le llamábamos sus amigos, me dio todos los discos que la radio tenía para ir a escucharlos a mi casa. Además, me extendió “carta blanca” para retirar en las discotecas locales lo que considerara adecuado. Para producción de viñetas e identificaciones fue contratado Mario “Conejo” Hernández(†), maestro de quien muchos aprendimos las bases de la grabación musical y publicitaria. Para nuestra sorpresa, se nos informó que la dirección la asumiría un salvadoreño. ¿Su nombre? Leonardo Heredia. Cuando conocí a Leo, además de admirar su excelente voz, me dí cuenta de su profundo conocimiento de la producción y las técnicas de grabación. Siendo yo más de 10 años menor que él, no me gané su respeto sino hasta que me vió grabar y editar en directo, sin el uso del “splicing tape”. El 31 de Octubre, desde sus estudios en la 6a. Avenida 2-80 Zona 1, la Emperador cerró a media noche su programación habitual. Ahí entramos todos en acción: ajustes de muebles, limpieza general, mantenimiento técnico y yo con los discos, racks y guías de transmisión. Así, el Lunes 1 de Noviembre de 1965 salió a las 06:00 la nueva Radio Emperador, identificándonos como “La emisora de la Nueva Ola” y utilizando frases después célebres como: “¡Aquí está su disco!” y “Con ustedes….el último 45 de….” (para referirnos al más reciente lanzamiento del artista). En sólo tres semanas llegamos al primer lugar.

6a. Av. 2-80 Zona 1 en 2010 Una vez más, Dios puso en mi camino algo totalmente inesperado: Leonardo decidió regresar a El Salvador a inicios de 1966 y me hizo una oferta que cambió mi futuro y mi sitio de residencia. ¿Tienes datos que aportar? Envíanos tus comentarios


Tierra Guanaca

“Luego de dejar nuestra vida en la radiodifusión, sólo recibimos una pinche placa”, Leonardo Heredia, el abuelo de la locución nacional Por Redacción Martes 8 Octubre

Conversar con Leonardo Heredia, el abuelo de la locución salvadoreña es escuchar mucho resentimiento enfocado al olvido que la misma radiodifusión lo tiene en el tiempo injustamente. Reconoce que no administró bien su dinero, pero no comparte que tanta gente sea millonaria a costillas de la radiodifusión que él inició y que lo tengan abandonado, totalmente alejado del ambiente radial y sin tan siquiera un pinche radio en sus manos.

En www.esalmundotv.com es un honor compartir esta producción a manera de homenaje, respeto y para conocimiento de que, en El Salvador, sí tuvimos a locutores que derrochaban todo su talento natural, agradecemos a Leonardo Heredia por dejar una herencia a los salvadoreños que están dentro y fuera del país.


1. Charada en Ché

2. El cuento del Juancho 3. El Hijueputa 4. El Chambre 5. Toponímicos 6. Es lindo El Salvador 7. Así Somos El maestro Heredia, inició como locutor en 1948, la historia del hombre es muy amplia, el tiempo con él no se siente, se va entre el humo del cigarrillo, el café caliente y de buena calidad, más la riquísima “semita” que siempre anda cargando envuelta en bolsa plástica en su morralito. Compartir esos gratos momentos con el abuelo Heredia es volver a entrar al mundo en el que los locutores eran ejemplares, desde el momento en que estaban detrás de un micrófono sabían que eran maestros porque movían al público.

Leonardo Heredia cediendo la entrevista a esalmundotv Según Heredia, la historia de la radio debe ser alegre y llena de música para los oyentes, mas no para el que fue locutor, “al retirarnos, luego de dejar nuestra vida en la radiodifusión, solo recibimos una pinche placa, la verdad no vale la pena trabajar en esta cochinada, si al final no te queda nada, más cuando trabajas inocentemente”.

Es normal leer sus líneas, escuchar sus palabras o ver sus ojos que transmiten su expresión en las distintas entrevistas a diferentes medios entorno a algunos


homenajes que recibió, el hombre reconoce a su memorable amigo, Facundo Cabral, “otra cosa que me llenó de muchísima satisfacción, y por cierto más incluso que el homenaje de la Asamblea Legislativa y de la misma ASDER fue el de Facundo Cabral. Pues justamente en la última presentación de Cabral, al terminar cerraron el espectáculo y mencionó a García Márquez allá en Colombia que era uno de sus amigos, mencionó a Mario Vargas Llosa en su estadía en el Perú y nos vamos de El Salvador y nos llevamos el recuerdo de Leonardo Heredia nuestro gran amigo, yo exploté de alegría al escuchar eso.

Qué me importaba a mí ser amigo de Fidel Sánchez Hernández, Arturo Armando Molina -ambos ex presidentes de El Salvador-, Manuel Antonio Noriega en Panamá, Oscar Arias en Costa Rica, con quienes éramos grandes cheradas. Hay cosas que no se pueden grabar en mármol, ese tipo de gratificaciones son las que no olvido”.

Heredia, agregó que la tecnología hizo “huevón” al locutor, “la computadora terminó con la creatividad, debería ser mejor porque esa máquina te hace las cosas mas fáciles, pero a veces somos tan pendejos que no logramos entrar a ese mundo, y los que entran solo pasan metidos en el Facebook y redes sociales, les sobra tiempo”. En 1981, Leonardo Heredia, trabajó una grata producción, lanzando al mundo las mil y una formas de la intensión de la palabra “hijue´puta”. El disco se titula: CHARADAS, y de ese material se desprenden: Charadas en ché, El cuento del Juancho, Hijueputa, El chambre, Toponímicos, Es lindo El Salvador, Pobrecito El Salvador y Así somos.


El Hijue´puta, por Leonardo Heredia.

El subdesarrollo de El Salvador no se limita al aspecto económico, industrial y agrícola. Comprende también la cultura y la educación. Su reducido léxico le obliga a usar la misma palabra con distintas acepciones. Por ejemplo la palabra “puta”, o, el “hijue´puta”.

– “Hijue´puta”, puede ser una frase de cariño. La madre, refiriéndose a su propio hijo dice: “¡Es que es lindo el hijue´putía!”. -De admiración: “¡Ese es clase de hijue´puta!”. -De desprecio: “Se cree un gran hijue´puta y no es más que un hijue´putía, hombre”. -De apremio: “Dale, hijue´puta”. -De reproche a uno mismo, como, al cometer un error, se dice: “¡Ay, si seré hijue´puta!”. -Sirve para designar a una persona cuyo nombre se ignora. “¡Mira, ¿quién era el hijue´puta que iba contigo?!”. Pregunta que bien puede tener como


respuesta: “¡El hijue´puta de mi hijo!”. – Se emplea en sustitución del pronombre: nosotros. “¡Los cinco hijue´putas que íbamos pa´l puerto, cuando de repente, un hijue´puta cuilio que nos para y…!” -Se usa también como un cordial saludo: “¡Hola hijue´puta. ¿Que te habías hecho?!”. “¡Nada, hijue´puta!”. -Denota alegría: “¡Hijue´puta. Simacito le doy al gordo!”. – O de susto: “¡Puta. Simacito le doy al otro carro!”. El ser cierta clase de hijue´puta es garantía de honorabilidad. Por eso decimos: “¡Yo no soy esa clase de hijue´puta!”. -También la cantidad y calidad, pueden ser garantes de una promesa: “¡No me vayás a enganchar!”. “¡Nó´ombre. No soy tan hijue´puta como para eso!”. -Es cuestión de tonalidades, de modulación, de intención al decir la frase. Y también existe un “¡HIJUE´PUTA!”, dicho en una forma muy especial, por el que cualquier hijue´puta guanaco, se parte la madre con el más hijue´puta. El “hijue´puta” de insulto, suele magnificarse con alguna cifra, que no solo pretende incluir en la puteada a toda la ascendencia del que recibe el insulto, sino, hacerla más grande en dimensión de tiempo, y más sonora. Entonces, el salvadoreño suele decir: “¡hijue´sesenta y nueve mil ochocientos noventa y cuatro putas!”. Cuando no se dispone de tiempo para recordar a tantas generaciones, se abrevia diciendo: “¡Hijue´la gran puta!”. Entre más “hijue´puta”, más importante es una persona. “¿Con quién arreglaste el asunto, vos?”. “¡Achís, yo hablé con el mero hijue´putón!”. El siguiente diálogo, entre dos salvadoreños que se encuentran en una cafetería en el momento en que entra una muchacha, ilustra mejor como es que las diferencias en el tono, el ritmo y el volumen, cambian diametralmente la acepción de la palabra. -”¡Mirá hijue´puta. Que buena esa puta que va entrando!”. -”¡No jodas hijue´puta, si esa puta no es puta!”.


-”¡A la gran puta!. Y si no es puta con esa cara´puta que tiene. Entonces, ¿que putas es, pues, hijue´puta!?”. El “hijue´puta” acompaña al salvadoreño, incluso, en los momentos de consternación:

“¡A la gran puta. ¿Así es que se murió, no?”.

A todo mundo se le perdona ser “hijue´puta”. Solamente se le pide, no abusar. “¡No seas tan hijue´puta. Si no te cuesta nada. Hacéme el cachete!”. Como el salvadoreño acepta, de plano, su condición de “hijue´puta”; cuando lo insultan, lo único que hace es regatear la cantidad: -”¡Vos no sos más que un hijue´puta!”. -”¡Achís. Más hijue´puta serás vos, cabrón!” El “hijue´puta” de desprecio: “¡No es más que un pobre hijue´puta!”. Bueno, aquí no se trata de agotar todas las acepciones, pero, cualquier hijue´puta guanaco bien nacido, con seguridad que puede agregar, cuando menos, un par de puteadas más.


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