Fragmentos del ángel, de Marylena Cambarieri

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Fragmentos del ángel Marylena Cambarieri El Camarote Ediciones 1ª Edición: 2006 ISBN 987-22114-3-4


I Aquel hombre es un demoledor de la sombra del silencio. Tiene el costado oscuro disimulado por el รกngel.


II Escribo y rezo la escritura desde la rasgadura de la nostalgia. La mirada huye de mi refugio y busca la protección de la noche del árbol. Intuye su última metáfora el descalabro de la imagen el suicidio de la palabra. Plena de furia tierra mujer la protege de sus hijos. La única lágrima devora la ausencia confiesa la herida. Rezo un Dios que me libere del espanto. Rezo un Dios. Rezo un Dios que me sueña. Rezo un Dios que sueña que lo rezo. Rezo un Dios que sueña que lo rezo y me sueña. Dejo de soñar en el sueño de un Dios. Dejo de rezar un Dios que me sueña. Dejo de soñar un Dios que reza. Dejo de rezar. Dejo un Dios. Entierro mi corazón. Con una cruz disimulo su latido mientras la tarde se desmaya sobre la montaña.


III La noche vomita el dolor del mar sobre tu cuerpo. Ebria de cómplices se tira encima de tu ausencia. Una mujer baila vacía de vos. Ángeles sin alas desenfrenados te dibujan una esperanza. El sábado agoniza anclado a tu sed. La luna se abre de piernas para parir un domingo más. La fiesta es un embrión de tu coraza.


IV Aquieto mi coraz贸n. Vibro una melod铆a de silencios en mi cuerpo. Canto arpegios quietos de voces y sonidos. Abrazada a tu ausencia invoco una soledad plagada de vos. El amanecer le sonr铆e a tu recuerdo. La luna repliega su sexo hasta la pr贸xima noche.


V Confieso que no he estado. Presté una imagen fingí un cuerpo. Confieso que no he sido. Desde un rincón miré mi propia vida. Harto de ausencias mi corazón huyó dentro de mí. Impunemente lloró su única poesía. Parió algún desencanto. Gritó un duelo.


VI A medias viva. Muerta a medias. Vestida de verdades sobre mi piel sin ropas. Desnuda de mentiras sobre mis huesos sin piel. Sobre mis huesos. Sin piel. Sobre mi piel. Sin huesos. Sin mis huesos. Sin mi piel de huesos. Sin mĂ­. Sin mis huesos de piel. De piel y huesos. De piel. Muerta de piel. De pie. Muerta y de pie.


VII Soy aire. Me llevo movimientos sin raĂ­ces. Soy agua. Me inundo en superficies incompletas. Soy tierra. Me quiebro y no sostengo mi presencia. Soy fuego. Y en mi fuego reconstruyo mis cenizas.


VIII Somos aire. Y en el aire se perciben las presencias. Somos fuego. Y en el fuego se renuevan las pasiones. Somos tierra. Y en la tierra escondemos nuestros cuerpos. Somos agua. Y del agua resucitan nuestras vidas.


IX Luna mujer desarma su muerte sobre las manos de agua del r铆o. El pr贸ximo sol limpia la imagen de la noche. Luna mujer huye impunemnete.


X Vas tan solo que mi soledad te espanta. Quiero abrazarte pero 驴c贸mo se abraza una sombra?


XI Penetré la oscuridad de la noche del río. Atravesé la sequedad del árbol. Bebí la savia de la noche. Me mojé en la plenitud del agua. Amé la imagen del paisaje. El paisaje vibró sobre mí.


XIILes duele la muerte bajo el techo oscuro a mis muertos. Techo. Oscuro. Bajo y oscuro. Sin horizonte. Los transporto. Se me requiebra el alma. Muerta de muertos. Muertos. Muerta de ausencias. De ausencias. Muerta.


XIII El flaco zambulle las hilachas de su pobreza sobre la impunidad del río de la noche. Un tipo más pobre todavía le escupe en la cara su próximo destino. Lloran otros pobres una luna diferente.


XIV El hombre muere en su cama la cama vieja y solitaria en la noche irracional y oscura. Grita grita en la noche sin luna sin estrellas sin cielo. Nadie puede ver al hombre nadie lo ve nadie sabe que bebe su propia vida. Busca la luz con los ojos cerrados. El hombre muere en su cama y amanece con la soledad infinita muerto el dolor muerto el gemido evidente la muerte en su queja eterna y maldita.


XV La mujer abre sus piernas sus piernas rojas hĂşmedas en la noche limpia y serena. Grita grita en la noche de luna de fuerza y cielo. La mujer busca el aire respira respira respira puja y da a luz en la cama y amanece con un niĂąo en sus brazos. Vivo el dolor vivo el gemido evidente la vida en su forma eterna y bendita.


XVI Agotada de ausencias te invoco a gritos de amor a golpes de nostalgia. La luna impugnarรก mi herida hasta agotarla.


XVII Sospechen de mi muerte. Las lรกgrimas del รกngel devoran mi ausencia.


XVIII Maniquí. Pedazo de cuerpo. Plantáte. Eleváte. Se te despega el alma mujer de apariencias. Madera descarnada. Muerte del corazón.


XIX Locura. Lo cura con sabidurĂ­a mientras la sangre mueve esencias que ascienden y se separan.


XX Palabras. Pal abras. Abras con pala esta tierra. Tierra de lombrices para tu pesca. Tierra de trabajo para tu camión. Enredadas. En red dadas. En red de cornalitos fritos para el mediodía. Red de familia con red enredada de pesca.. Palabras de abogados. Pal abras. Abras con pala esta tierra tierra de trabajo para tu nueva casa para pagar las palabras de algún abogado la red de palabras en red dadas. Dáme tu palabra: Prometéme que seguís pescando igual.


XXI La maté yo. En su tumba algunas palabras que se pretenden literarias exaltan su figura y olvidan que su esencia misma era tan extraña como la realidad de su inexistencia. Una tumba para nadie era su tumba. Ni siquiera fue un fantasma ni una fantasía. Simplemente no fue. Y a pesar de esta verdad tuvo ella también su propia muerte.


XXII Miro desde el balcón puerta ventana. Desde acá es desde un encierro y desde afuera es el aire. Respiro. Librepresa abro y cierro el ventabalcón puertaventana. Afuera pasan los demás. Acá estoy yo. ¿Qué espero en realidad? Más ventabalcones abiertos y otra vez el aire. Respiración. Lluvia. Encierro. Libertad.


XXIII Tu muerte es un cadรกver exquisito.


XXIV-

Una rosa muy abierta pierde hojas mientras alguien le roba un misterio.


XXV Mi muerte se puso de pie. Solemne y arbitraria. Injusta. Inviolable. -Te llevo solamente el corazón-me dijo-Me voy con él.¿No te das cuenta?-le pregunté desesperada. -Ignoro tu necesidad del corazón. Es mi rutina. Desde ese día espero el retorno de mi propia vida.


XXVI

Un cuerpo se abrió a la vida y destelló mil recuerdos negros y mil invitaciones. Se estrelló en el piso y se alucinaron mitos y leyendas tristes. Chocó contra la pared desangrándose en sangres de colores. Una palabra revivió mi voz. XXVII-Desde los techos los chicos miran la siesta del barrio. Nada interrumpe la muerte de la tarde.


XXVIII Chistidos de engendros burlones. Semillas de gestas milenarias. Inesperada necesidad de cambio. Imperiosa ins贸lita leve intenci贸n de sentir.


XXIX Desde el hueco de la caĂ­da suben las vidas que no caen. Imponentes anuncian otras muertes.


XXX Pedazos de persona. Desgarros y alguna herida.


XXXI Caen las dos primeras gotas de la próxima lluvia. Las siento sobre mi frente y se me encoge el desamparo. La puerta del patio. Mi ángel recluído. Retraído. Quieto de muerte en la nueva mañana. Entro a mi habitación. Cierro la ventana. El reloj. Mi dolor. El tuyo. Ignoráme, por favor. Esta vez no me hagas caso.


XXXII

Tu cuerpo es sangre cántaro memoria quiero tomarlo beber de tu ángel ser parte de vos de nostros entonces me llama me busca me atrae me invita Y cuando vivo en vos me toma y cuando descanso de nosotros me llora me reclama y cuando vuelvo a vos o a mí o a nosotros

el poema viene hasta mí y escribe mi cuerpo mi cuerpo es sangre cántaro memoria de mí de nosotros y del poema que nos escribe juntos.


XXXIII Nena, tocá el piano. Entre arpegios y melodías pasa la vida por tu ventana y el sol es de los demás,Nena. Nena, tocá el piano. Vos sí que sos inteligente y podés ser concertista. Nena, obediente y responsable machaca sobre las teclas “Nunca tuvo novio pobrecita” y le sale muy bien.


XXXIV Miro el mar. Una ola me devuelve tus formas. Vuelvo a mirar el mar. Desde la incontinencia de la vida se anuncian lunas que transforman tu cuerpo. Otra vez miro el mar. Revelo tu existencia en mi mirada.


XXXV Una estrella podría bajar hasta mí y con una tímida luz ovillaría mis deseos. Mis pies podrían hacer huecos en la arena. Me aproximo al mar. El agua nos descubre juntos. Poco después te vas limpio de mí vestido de una impecable soledad. Archivo el recuerdo de estar viva y con vos. Entierro mi corazón. Lo disimulo entre la arena y yo también me marcho.


XXXVI

Vos y yo sin ataduras y sin nudos. Vos y yo desatados y desnudos.


XXXVII

Encendéte. Fuegos te recorrerían hasta mí.


XXXVIII

El lunes devora la resaca del sexo sobre mis huesos desnudos.


XXXIX

Soy la piel de tu mirada.


XL

Feliz navidad. 多Feliz?


XLI

La ciudad muerde tus ojos. El viaje termina. El paisaje de la noche llora sobre el pr贸ximo caf茅.


XLII

Se anuncian soles: destruyen muertes ĂĄridas y sombrĂ­as. Mientras tanto la vida acaricia el ala de tu ĂĄngel.


Soy Marylena Cambarieri. Escribo. Siento la poesía. Necesito que la palabra me acompañe y me indique el camino posible. El agua y el aire me resultan tan necesarios como un poema o un cuento. Quiero ofrecerles mi palabra. Quiero seguir viviendo la poesía. mcambarieri@infovia.com.ar


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