Ediciรณn# 2 - Violencias patriarcales - ISSN: 2711-4872
Edición # 2 ISSN: 2711-4872 Publicación semestral Noviembre, 2020 Popayán, Cauca, Colombia Editora: Sara Cristina Tejada Calle 52N 11-150 Antigua Real Telefonos:(+57)3178231572 feministacida@gmail.com Equipo editorial Sara Tejada Mónica Quevedo Natalia Fernández Hormiga Daian Alexa Muñoz Lina Durán Diseño e ilustración Equipo editorial revista Ácida En colaboración con Aquelarre, laboratorio de diseño y comunicación visual. Este número en colaboración con Fundación Civita – Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso - MIAA
Atribución – No comercial – Compartir igual: Esta licencia permite a otros distribuir, remezclar, retocar, y crear a partir de tu obra de modo no comercial, siempre y cuando te den crédito y licencien sus nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.
Segunda ediciรณn
violencias patriarcales
En Ácida pensamos el lenguaje como una herramienta política e identitaria, las autoras hacen uso del lenguaje inclusivo y no sexista, al igual que no utilizan algunas mayúsculas en conceptos como Estado.
Buscanos en Instagram como @feministacida y en nuestro canal de youtube: Revista Ácida
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Ácida es una revista caucana de pensamiento feminista, pretende visibilizar las voces y lecturas que se están gestando desde el territorio sobre temas de interés para los derechos y las luchas de las mujeres. En este segundo número las autoras reflexionan las violencias ejercidas sobre los cuerpos de las mujeres y la comunicación, paz y verdad, transfeminicidios, culpa y capitalismo.
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contenido*
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Para las mujeres que denuncian y alzan su voz. !
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Lo quiero quemar todo!
Sumercé no tiene la culpa
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¿Para qué hablar de acoso y abuso en voz alta?
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Apuntes para un cubrimiento adecuado frente a un feminicidio
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Contínuum de violencias de género: verdades no expresadas
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Criminalidad estatal en la vida de las mujeres caucanas
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Transfeminicidios. Una reflexión para que ni una menos sea una realidad
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Distribución del poder o aumento de la violencia
Natalia Rodríguez Solano Diseñadora gráfica.
Para las mujeres * que denuncian y alzan su voz
Ustedes han roto el espejo de mi lugar íntimo. El Espejo donde veía las marcas de los maltratos y abuso que pasaron por mi cuerpo y espíritu. Han puesto una ventana en su lugar, cuando me pongo frente a la ventana, ustedes se paran, una por una frente a mí. La escucho Llora, lloro Le duele, me duele Recuerda, recuerdo Me reflejo Somos un mar de historias pasadas por el maltrato, el abuso, la violencia, pero somos el mismo mar que toma fuerza para ir contra la perversidad que ha querido romper nuestros espíritus.
Desde mi lugar íntimo
* ¡Lo quiero
Diana Granados Soler Activista feminista. Docente universitaria, integrante de la Corporación Ensayos para la promoción de la Cultura Política y del Colectivo Mujeres Diversas de Santander de Quilichao.
“Tengo todo el derecho a quemar y a romper” son algunas de las potentes palabras de Yesenia Zamudio en protesta por el feminicidio de su hija y la impunidad que ha atravesado su denuncia en México. Su rabia, indignación y contundente mensaje a la sociedad y al movimiento feminista para denunciar este caso, no solo nos muestra la persistencia de la violencia machista en el mundo si no el camino de la lucha social y la denuncia para llamar la atención sobre su existencia, sus causas, sus impactos y la sigilosa complicidad de las instituciones del estado y de parte de la sociedad frente a estas violencias sistemáticas.
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quemar todo!
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La mayoría de informes sobre violencias de género a partir de las medidas de gestión del COVID- 19 muestran el aumento de las mismas en Colombia al punto que un sector del movimiento feminista hizo un llamado a declararnos en “emergencia nacional por los feminicidios”. Las cifras, más que datos neutrales o simples números, son cuerpos, historias, relaciones, vidas de mujeres, jóvenes y niñas y, al mismo tiempo, evidencian prácticas que reproducen asiduamente las violencias. Entonces, la lista de preguntas resulta amplia: ¿Qué hacer? ¿denunciar ante el aparato de (in)justicia? ¿movilizarnos? ¿escrachar? ¿pintar las paredes? ¿hacer comunicados o plantones? ¿tomarse las redes? ¿todas juntas o ninguna de las anteriores? Quiero pensar en las palabras de Yesenia y en las de miles que también
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han decidido sacar la voz de múltiples formas para denunciar y buscar una forma de justicia, una posibilidad de reparación, pero también de convocar la reflexión pública sobre el complejo nudo que teje y reteje las violencias hacia los cuerpos de las mujeres en toda su diversidad. En el mismo pronunciamiento con el que inicié este texto Yesenia afirmó “y la que quiera romper que rompa y la que quiera quemar que queme”, para interpelarnos sobre los múltiples significados que las violencias generan en quienes las experimentan y en sus seres queridos y por tanto la respuesta y la búsqueda de reparación no siempre es la misma y por tanto acompañarnos en las acciones que decidamos hacer también es una tarea del activismo y la movilización social y feminista.
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Desafíos tenemos muchos. Primero, desnaturalizar al agresor y al feminicida y hacer de estas preguntas discusiones cotidianas y públicas: ¿Quién viola? ¿Quién es el feminicida? ¿Quién es el agresor y por qué agrede? ¿Se puede transformar? ¿Qué respuestas tiene la sociedad para quién agrede? ¿Qué aspectos de las jerarquías de poder parecieran dar investidura a los agresores para violentar? El agresor no es un ser de otro planeta y pensar y discutir por qué agrede no lo exime de su responsabilidad, pero nos ayuda a analizar cómo se forma el nudo de las violencias y cómo se podría empezar a desatar. Segundo, debemos dejar de pensar y actuar como sí “género” fuera un “tema” del que se ocupan las mujeres o las personas LGBTBIQ+ o las políticas de “mujer y género”, de hecho la persistencia y el agravamiento de las violencias sobre los cuerpos y las vidas de las mujeres en toda su diversidad nos habla de factores de poder, de relaciones históricas a través de las cuales los lugares del género son predefinidos y se construyen en relaciones donde se naturaliza la dominación, la discriminación y la agresión. En tercer lugar, si género no es un tema sino como lo mencionaron varias feministas muy tempranamente es un “estructurante de las
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Canción Sin miedo de Vivir Quintana.
relaciones de poder”, “Ya nada me calla, las violencias basadas ya todo me sobra en el género no están Si tocan a una, aisladas de otras violencias, como lo sugirió respondemos todas” la feminista guatemalteca Lorena Cabnall: “defender los territorios de la minería sin defender las mujeres de la violencia sexual, es una incoherencia”. En este sentido el desafío es construir agendas del movimiento social y de la academia que estén atravesadas por los debates sobre el género, por la comprensión y la necesidad de acción sobre las violencias en función de su prevención, atención, sanción, seguimiento y reparación porque las experiencias de las violencias también ocurren y se reproducen al lado y adentro: en la cama, la casa, la comunidad, la universidad, la organización social, la fiesta familiar, el centro médico y en el aparato estatal y militar.
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Sumercé no tiene
* la culpa
Para la salud pública a nivel mundial, y de esto no escapa nuestro país, las violencias basadas en género son problemas que merecen intervenciones institucionales y comunitarias debido a sus afectaciones colectivas, no solo desde las consecuencias físicas o psicológicas individuales, sino que alrededor de este tipo de violencia estructural se generan miles de consecuencias sociales que impiden a la mujer optar por el nivel de vida deseado. El problema real es que desde lo institucional lo seguimos mirando desde los resultados y no desde la causa. En la normatividad, especialmente la Ley 1257 de 2008, se entiende la prevención solo como intervenciones que se realizan antes de que ocurra el evento violentador y no asumimos que las acciones de prevención deben ser transversales a todo antecedente, presencia y consecuencia de
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Jennyfer Paola Flórez Holguín Feminista y Activista Movimiento Nacional por la Salud Sexual y Reproductiva en Colombia.
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los diferentes tipos de violencia basadas en género, porque este evento es susceptible siempre de empeorar. La prevención no solo se concentra en la educación como uno de los principales factores para evitar que se dé el evento violentador, un claro ejemplo es que la violencia contra las mujeres o hacia personas diversas no solo depende de un victimario, a veces la institución perpetúa la violencia y, acudiendo a la autocrítica, algunas organizaciones o liderazgos también hacemos ejercicios de revictimización desde lo discursivo. Es común que tengamos conductas y actitudes machistas que no asumamos o reconozcamos porque es difícil desaprender lo que una sociedad a diario nos dice que es “normal” o “común”. Esta columna tomó mayor forma cuando ayer, en una publicación de un fanpage feminista, me encontré una publicación que aseguraba: “si eliges quedarte con alguien que te hace daño no es porque lo ames, es porque no te amas a ti”. Al principio pensé en lo importante que es el tema del amor propio, pero por qué culpar a la víctima de NO AMARSE. Desde una mirada interseccional reconocemos que el famoso amor propio no surge espontáneamente; es
algo que no se puede construir sin las garantías para hacerlo, sin un Estado que satisfaga necesidades básicas y se cumpla un proceso de judicialización de los victimarios que no ponga en riesgo la vida.
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Culpar a la víctima por no tener herramientas para enfrentar la violencia es una acción perpetuadora de la misma y he aquí la importancia de la prevención: educación para todxs antes de que se dé, educación para todxs, para identificarla y actuar efectiva y tempranamente y educación para todxs, para no revictimizar. La prevención como una intervención que nos obliga a deconstruirnos en cada acción y en cada palabra frente a este tema.
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Para qué hablar
de acoso y abuso
en voz alta? *
Laura Chaves / Daniel Ordoñez / Laura Santos
El proyecto de MIAA (Mapa Interactivo, del Acoso y del Abuso)1, liderado por la Fundación CIVITA en Popayán, es una respuesta ante el silencio y normalización que existe en el espacio público y privado, de acciones, escenarios o prácticas recurrentes que no han sido enunciadas oficialmente bajo un término jurídico o académico, pero que bajo una mirada social, se expresa, se valida y se sufre. El mapa aparece como un recurso donde se ubican las denuncias de acoso / abuso / violencia, y se representa la conexión de los espacios y lugares de la ciudad.
1 MIAA es una estrategia de denuncia anónima de relatos de acoso / abuso / violencia que ocurren en la ciudad. Es un mapa virtual soportado a través de Google Maps, donde se registran los relatos que se obtienen por medio de un formulario virtual.
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Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso MIAA - Popayán
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Enfocamos nuestra atención en los momentos de diálogo presencial para la creación y socialización del proyecto2, no desconocemos la importancia del mapa virtual, pues en él convergen los esfuerzos para evidenciar las prácticas de acoso / abuso / violencia, sin embargo, creemos que la visibilización efectiva también se da en las acciones colectivas en el espacio público y en los talleres donde dichas prácticas se pueden explorar y reconocer. A través de estos espacios, surgieron las categorías en las que se ubican las prácticas de acoso/abuso/violencia en el formulario de denuncia y mapa virtual. Resaltamos que las definiciones dentro de las categorías, antes de ser estáticas, son alteradas por los diálogos suscitados en los talleres y socializaciones, se trata entonces de una narrativa flexible, orgánica e inestable, sensible al contexto actual del territorio y sus imaginarios de la realidad. Para ejemplificar esto, a partir del año 2019 y en adelante, se re-visitaron las definiciones construidas en los talleres participativos del 2018 vertidas en el acosario, con el fin de incluir otras voces y otras formas de enunciación, lo anterior permitió construir nuevas categorías narrativas que nos permiten saber más sobre las
2 Desde el inicio del proyecto le apostamos a una creación colectiva del mapa, esperando proyectar en él las diversas formas de violencia que se viven en Popayán y apoyar así las luchas que convergen en estos temas. Iniciamos con un ciclo de tres talleres participativos para la creación del primer formulario de denuncia, donde contamos con la compañía activa de ciclistas urbanas, comunidad universitaria y amigxs cercanos.
Teniendo en cuenta lo anterior, al ubicar dentro de un territorio (mapa) este tipo de narrativas, se tiende a cuestionar directamente el vínculo que existe entre el acto de violencia machista y el lugar. Sin embargo, es necesario mencionar que específicamente para este contenido, los repertorios de violencia no dependen en sí de algún aspecto ambiental ligado al escenario, la ciudad y su espacio público no son culpables y no propician estos actos, sino la necesidad de conquista, tanto del territorio - cuerpo, como del territorio - físico. Esta dialéctica se presenta directamente por la necesidad de reforzar las prácticas machistas en escenarios que se perciben vulnerados o perdidos, como por ejemplo las calles o la esfera pública, una pugna de poderes entre quienes dominan y son dominades.
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prácticas violentas que no solo incluían el acosario (prácticas), sino también, el escenario (espacios/lugares) y violencias estructurales (racismo, patriarcado, capitalismo) que podrían atravesar el testimonio. En sumas, la configuración de “repertorios de violencia” propios del contexto payanés, conceptualizadas a través de quien habita la ciudad.
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Los mapas en general han permitido reconocer el territorio desde un plano cenital para resaltar lugares importantes del comercio y la movilidad. Estamos acostumbradas a una ciudad que se habita e interpreta desde lo visible y rastreable, y es por eso que el ejercicio de mapeo de violencias se enfrenta al reto de resaltar voces, no lugares; relatos, no cifras. La importancia de MIAA está en lo que hacemos con él, en cómo lo utilizamos para ser conscientes de los rostros que conviven en esta ciudad y construir a partir de ellos nuevos caminos y rutas de acción visibles.
Código QR página web
Código QR Formulario de denuncia
Palabras, dichos o expresiones verbales dirigidas a una persona para agredir su tranquilidad, basada en prejuicios étnico-raciales, de clase, género, orientación sexual, cuerpo y nacionalidad.
Exhibicionismo / Actos obscenos Exhibir públicamente partes íntimas del cuerpo con fines sexuales sin el consentimiento de otras personas, generando en ellas sensaciones de inseguridad, acoso, miedo y/o incomodidad.
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Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso MIAA - Popayán
categorías de acoso, abuso o violencia
Discriminación / acoso verbal
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* Apuntes para un cubrimiento adecuado frente al feminicidio
Recientemente, en medio de todas las transformaciones que afrontan las agendas temáticas en medios informativos, las noticias relacionadas con las diferentes violencias de género y el feminicidio, han conseguido el lugar que los medios les debían. Lo anterior ha enfrentado al periodismo con un conflicto que cada vez se traza con más precisión: cómo hacer un cubrimiento adecuado en torno al feminicidio y todas sus aristas. Por lo tanto, en medio de esta búsqueda, resulta algo osado plantear unos puntos clave, sin embargo, es un proceso necesario, basado
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Angie Lorena Ramírez Estudiante de Comunicación Social.
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en las experiencias que, como periodistas y lectores de diferentes medios, tenemos a diario a la hora de enfrentarnos a estas noticias. En lo que respecta al feminicidio, el Observatorio de Género y Medios en Colombia, destaca como los errores más frecuentes en el periodismo del país, el seguir usando expresiones como “crimen pasional” o relacionar el suceso como una consecuencia de celos o infidelidad, ya que, de esta forma, se justifican estos crímenes y se les atribuye la responsabilidad a las víctimas. Entre otros errores que podemos encontrar, está el de la construcción del título y el cuerpo de las noticias con palabras y elementos sensacionalistas. Así mismo, existe el error de intentar humanizar la víctima y terminar re victimizándola, ahondando en detalles de su vida personal a modo de amarillismo. Construir una noticia sobre feminicidio, es atender a la responsabilidad de informar sobre los crímenes, pero también el de generar análisis desde diferentes campos disciplinarios, para proponer soluciones y reflexiones frente al tema. Es importante entender la noticia en estos casos, más que como una pieza informativa, como una posibilidad de transformación social. Por lo anterior, es necesario tener en cuenta:
1. Instruirse constantemente sobre el lenguaje correcto frente a temas relacionados con los estudios de género.
2. La noticia debe dejar en evidencia, que toda la responsabilidad del crimen se le atribuye al feminicida. No es pertinente culpabilizar el entorno, ni las acciones de la víctima.
3. No cubrir la noticia como un crimen aisla-
do, es necesario plantear que es el resultado de una violencia sistemática contra las mujeres.
datos, para destacar cifras dentro del mismo, que expliquen mejor el feminicidio, como un grave problema social.
5. Hacer uso de expertos en diferentes campos, como fuentes principales dentro de la noticia.
6. Centrar la atención en aspectos como el
seguimiento judicial a casos de feminicidio y tentativas del mismo.
7. Construir una narrativa que plantee soluciones constantes.
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4. Es importante apoyarse del periodismo de
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Como un apunte final, hay que priorizar la empatía con las víctimas, con sus familias y con quienes afrontan procesos de protección con las autoridades judiciales. En lo que a esto respecta, es necesario conocer las herramientas jurídicas, para destacar la responsabilidad de las autoridades y de las medidas estatales a tener en cuenta en torno al feminicidio. No dejar de lado, la noticia ni otros formatos periodísticos, como unos aliados para la prevención de todo tipo de violencias de género y como una forma de promover rutas de apoyo, de denuncia y de pedagogía en el concepto y la normatividad que encierra.
Agresiones que reiteradamente señalan rasgos físicos, psicológicos y/o comportamientos de una persona, con el fin de disminuir su autoestima, libertad para decidir y condicionar su relacionamiento con otros.
Manipulación emocional y social Vulnerar la estabilidad emocional de una persona, sacando provecho de un vínculo afectivo, relación de cercanía o relación de poder, con el fin de coaccionar en su entorno social, corporal, sexual y/o psicológico.
Exposición de la intimidad Obtener, con o sin conocimiento de la persona afectada, información de su vida privada y exponerla sin su consentimiento.
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Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso MIAA - Popayán
categorías de acoso, abuso o violencia
Maltrato psicológico
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Contínuum de violencias de género: verdades
no expresadas *
Las mujeres en Colombia han estado sistemáticamente cruzadas por prácticas de violencia en diferentes escenarios, como el espacio privado (doméstico) y el marco del conflicto armado. Esto es lo que en los últimos años se ha considerado como el contínuum de violencias contra las mujeres o violencias basadas en género. Violencias que no son producto accidental de la guerra o de las culturas, sino que, por el contrario, hacen parte de prácticas culturales legitimadas por la sociedad civil y de acciones estratégicas y deliberadas de los actores en conflicto; razón por la cual, a pesar de las denuncias y las investigaciones
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Salomé Gómez Corrales Grupo de Género – Comisión para el esclarecimiento de la Verdad.
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(Hayner, 2014, pp.61-62)
Una comisión de la verdad, más que descubrir nuevas verdades, rompe el silencio sobre las verdades ampliamente conocidas, pero no expresadas.
promovidas en las últimas décadas por el movimiento feminista, siguen siendo invisibilizadas, silenciadas y naturalizadas. Lo cierto es que ante una realidad como la que hemos vivido en Colombia, con más de cincuenta años de conflicto armado, ciertas formas de violencia reciben más atención que otras. Es así como, por décadas, las violencias de género han sido calificadas como un asunto de la esfera privada y de poco interés público; sin embargo, se hace urgente y necesario erradicar estas violencias como un paso fundamental para la construcción de la paz; la cual va más allá de la ausencia de la guerra, pues hasta que estas violencias sigan siendo legitimadas en el ámbito privado, no será suficiente su eliminación en el marco del conflicto armado. Para tratar de reparar las asimetrías histórico-sociales que padecen las mujeres y que se refuerzan en las guerras, en sociedades o en procesos de justicia transicional, las comisiones de la verdad se constituyen en un mecanismo idóneo para que la sociedad, en general, y las víctimas, en particular, puedan conocer las causas, los actores, las prácticas y los patrones de violencias en los periodos de conflicto armado. Hablar de verdad, justicia y reparación
Que las mujeres víctimas cuenten lo que padecieron en el marco del conflicto armado constituye un derecho de estas mujeres, cuando en un país como Colombia se han privilegiado las voces de los perpetradores y se han silenciado las de las víctimas. El compromiso de la Comisión de la Verdad de Colombia por analizar los patrones de las violencias basadas en género en el marco del conflicto armado y su contínuum en el ámbito privado es una forma de darle lugar a la sanación de las mujeres y las personas LGBTI, así como de pensar el futuro; de tal forma que no solo se satisfaga el derecho a la verdad, sino que se contribuya a promover mecanismos de afrontamiento y transformaciones sociales para la paz, la convivencia y la no repetición.
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con enfoque de género implica no solamente priorizar las múltiples formas de violencia en contra de las mujeres, sino también reconocer la discriminación histórica que han enfrentado en todas sus dimensiones para garantizar la no repetición de los hechos y para la reivindicación y la ampliación de sus derechos.
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Criminalidad estatal en la vida de las mujeres * caucanas.
Iniciaremos por plantear que, como Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, consideramos que aquellos delitos cometidos por agentes estatales, o por particulares (como los grupos paramilitares) que actúan en complicidad o por tolerancia (omisión) del Estado son crímenes de Estado. Algunos de las agresiones directas se desencadenan en asesinatos, exterminio, esclavitud, desaparición forzada, deportación o persecuciones contra cualquier población civil principalmente por motivos sociales, políticos, económicos, étnico – culturales o religiosos.
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“El Estado opresor es un macho violador”
Diana Pito Movimiento de Victimas de Crímenes de Estado – Capítulo Cauca.
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Para las mujeres caucanas, esta realidad de barbarie estatal agudizada por la guerra que continúa no ha estado ajena a las múltiples violencias que vivimos donde el Estado actúa de forma directa, en complicidad y con total tolerancia de la agresión hacia la vida de las mujeres; si bien se avanza en un marco normativo de prevención y protección, en el ejercicio de implementación y sanción, el país se encuentra lejos de brindar las garantías para que las mujeres cuenten con una vida digna y en libertad. Las principales violencias a las que de forma recurrente se enfrentan las mujeres en el departamento, están la violencia política, social y económica con impactos en agresiones físicas como muerte, desaparición, agresión psicológica, verbal en lo cotidiano y lo público, el empobrecimiento, entre otras. La carencia de políticas públicas reales y efectivas, así como la promoción de violencia institucional que no permite a las mujeres el acceso a la justicia, la participación efectiva en las decisiones institucionales, el acceso a los derechos fundamentales, son las que perpetúan y permiten que la violencia sea recurrente y se repita.
Igualmente cabe resaltar que en los casos documentados por parte de la Fundación Territorios por Vida Digna, para el banco de datos de derechos humanos y violencia política, se viene incrementando la agresión directa a las mujeres del Cauca, durante el año 2019 se registraron 42 casos donde mujeres de zonas rurales principalmente fueron amenazadas, detenidas, así como víctimas de lesiones físicas y asesinadas, donde el presunto responsable se registra como paramilitares, fuerza pública y grupos disidentes. En el año 2020 hasta 30 de junio se registran 36 casos con las siguientes victimizaciones: asesinato,
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Para el caso de mujeres sobrevivientes de crímenes de Estado está es una negación y vulneración histórica a la que se deben enfrentar; primero por su condición de víctimas de crímenes de Estado en una sociedad donde se ha legitimado la represión estatal y segundo por las condiciones de ser mujeres. De los casos que podemos nombrar se encuentran las madres de ejecuciones extrajudiciales, que el departamento del Cauca lleva décadas de denuncia de los hechos sin que aún existan avances en las investigaciones y sanciones de sus casos.
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desapariciones, atentados y amenazas, las mujeres afectadas realizaban acciones de liderazgo en sus territorios o tienen familiares que ejercen labor social. Como se evidencia en las cifras presentadas, se requiere de forma urgente un proceso de identificaciรณn a la continuidad de las violencias que permita encontrar elementos efectivos para la protecciรณn, asimismo, el compromiso y reconocimiento del Estado como agresor, que permita transformar su estructura de negaciรณn hacia la responsabilidad de la violencia a las mujeres donde se sancione a los responsables, se elimine los obstรกculos que permiten la impunidad en los casos de violencia hacia las mujeres.
Tocar cualquier parte del cuerpo de otra persona con carácter sexual, sin consentimiento o bajo coacción.
Violación de la privacidad Invadir, transgredir y/o controlar los espacios físicos o virtuales de una persona en el entorno social, corporal, sexual, económico y/o psicológico.
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categorías de acoso, abuso o violencia
Manoseo o rose
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TRANSFEMINICIDIOS. Una Reflexión para que el NI UNA MENOS * sea una realidad
Las mujeres transgénero en América latina tienen una expectativa de vida de 35 años, y muchas de ellas día a día enfrentan todo tipo de violencias, discriminación y exclusión, mientras otras han sido torturadas y asesinadas. La mayoría de estos hechos violentos hacia las mujeres transgénero, fácilmente van quedando en los baldíos de algún archivo sin doliente, no tienen lugar en los procesos e investigaciones judiciales y mucho menos han sido del interés de una sociedad sesgada de prejuicios, que finalmente ha buscado legitimar esas violencias.
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Milo López Corporación Culturas Diversas
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En Colombia existen leyes como la la 581 de 2000, 731 de 2002, 1257 de 2008 y desde el año 2015 existe la ley 1761 Rosa Elvira Cely, que creó el tipo penal de feminicidio, con esta ley se dio un paso importante en el tema de garantía de derechos humanos para las mujeres. Pero desafortunadamente estas leyes reposan en el papel, pues las violencias hacia las mujeres nunca han cesado, la tregua nunca llegó y cada día las páginas de diarios publican alguna noticia relacionada con las violencias basadas en género.
¿Estas leyes incluyen y protegen a todas las mujeres, entendiendo que hay diversas formas de ser mujer y sentirse mujer? Las mujeres transgénero han sido invisibilizadas por la sociedad y la justicia, el Cisheteropatriarcado, el sistema binario y la transfobia han atravesado desde siempre sus cuerpos de manera violenta. Parece que muchos de esos cuerpos estuvieran condenados a la crueldad, la injusticia, y el olvido, imposibilitando que por lo menos exista un registro real de los incontables crímenes de odio. Aunque actualmente el transfeminici-
Las mujeres transgénero son resilientes y sororas, han aprendido a levantarse una y otra vez a pesar de las adversidades, hoy en Colombia hay miles de ellas que pese a los contextos violentos se han consolidado en procesos organizativos llenos de fortaleza para reivindicar sus derechos y transformar sus realidades, por eso es importante que las luchas trans atraviesen los espacios de las organizaciones, movimientos sociales y diferentes plataformas políticas tejiendo redes solidarias para así lograr la erradicación de las violencias sistemáticas y estructurales contra las mujeres, construyendo nuevos escenarios encaminados al respeto de la vida y la inclusión de las mujeres trans en todos los ámbitos sociales.
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dio como tipo penal no existe, se usa para describir el asesinato de mujeres transgénero porque el móvil dentro de estos crímenes de odio es la transfobia. Por lo tanto, el asesinato de una mujer trans es un feminicidio, aunque en muchos casos la institucionalidad no lo reconozca como tal.
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En palabras de Tatiana Mesías, mujer Trans de Popayán, “El hecho de nosotras ser mujeres con pene no nos diferencia, aquí encasillan que ser mujer es tener vagina. Nosotras no tenemos vagina, pero sentimos y nos identificamos como mujeres. Ese es el sentir, el pensar, el actuar, la esencia. Nosotras tenemos todo muy femenino, nosotras no vamos en contra del feminismo, simplemente somos mujeres y queremos que así nos acepten.” Tatiana en los registros de su memoria reconoce que en Popayán ha habido más de veinte asesinatos de mujeres trans, de los cuales algunos han quedado registrados solamente en los medios amarillistas o en los recuerdos de quienes han intentado pedir justicia. A Salome la empalaron, a la negra Nieves le cortaron las manos y le hicieron varias cortadas en diferentes partes del cuerpo hasta que murió desangrada, a Alicia la encontraron sin vida con el pene en la boca…
El compromiso es honrar la memoria de cada vida apagada por la violencia del patriarcado, desde la unión y la resistencia hasta que la consigna NI UNA MENOS sea una realidad.
Manipular social, económica y/o sexualmente a una persona, poniéndola en una situación de vulnerabilidad, amenazando con exponer su intimidad y/o coaccionar sus actos.
Agresión sexual no verbal Sexualizar una situación sin contacto físico a través de gestos, miradas, sonidos y acercamientos no consensuados, agrediendo la cotidianidad de una persona.
Agresión sexual verbal Sexualizar una situación a través de palabras y/o frases (piropos), sonidos lascivos no consensuados, transgrediendo la cotidianidad de una persona.
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categorías de acoso, abuso o violencia
Sextorsión
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Distribución del Poder * o incremento de la violencia
No me toques mal – La Muchacha
En el marco de la pandemia vimos aparecer frente a nuestros ojos al rey desnudo, como en el cuento de antaño, el rey se dio cuenta de algo que era evidente para todes, una verdad a todas luces, el sistema capitalista no solo es un sistema desigual sino que se asienta sobre el trabajo reproductivo que es, mayoritariamente, ejercido por mujeres, aunado a eso vimos como se recrudecía una “pandemia” que ya estaba consolidada antes de la del Covid 19 y era aquella en la que las mujeres eran asesinadas dentro y fuera del hogar. ¿cómo se conectan estos hechos? ¿la violencia de género es ahistórica?
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Quiero caminarme la selva entera Sin miedo a la oscuridad Devórame tus carreteras Juntar en mi grito El grito de mir muertas Para tumbarte la guerra
Sara Tejada Politóloga y Fotógrafa Editora de Ácida
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¿estaremos las mujeres siempre en desventaja frente a los hombres? ¿serán los cuerpos feminizados un territorio destinado a recibir la violencia? Asistimos a una época en donde la concentración del poder y la riqueza es ejercida de manera aplastante, el gobierno nacional apuesta por políticas en las que lo común pasa por el lente empresarial y no por el cuidado de la vida; las mujeres que nos ubicamos históricamente en los sectores de cuidado, sectores informales y ocupamos los índices más altos de desempleo, llevamos la peor parte en la distribución de la precaria riqueza colectiva. Aunado a eso la necesidad de ubicarnos en los trabajos reproductivos y de pensar estos por fuera de lo público, lo visible y lo debatible invisibiliza la tarea de sostenimiento de relaciones económicas y de desigualdad que se viven en los hogares. La vinculación de lo privado y lo público, mejor, el rompimiento de la frontera entre lo privado y lo público, y el establecimiento de una nueva ética en donde el cuidado de la vida esté en el centro, implica pensar que no existe posibilidad de redistribución domestica del poder y de los cuidados si no hay una redistribución de lo público y que no existe un cese de violencia contra las mujeres sino hay una distribución de poder. La violencia sobre los cuerpos de las mujeres es un problema de distribución de poder y de recursos, económicos, simbólicos, de autonomía, luchar en contra de la violencia es luchar en contra de una concentración del
La política de lo común, saber cuidar nuestra vida porque depende y se rodea de sentido en tanto y en cuanto se relacione con el otro en términos de igualdad y paridad.
ORGANIZARSE PARA DISTRUBUIRLO TODO, ORGANIZARSE PARA DEJAR DE MORIR INDIVIDUAL Y COLECTIVAMENTE
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poder desigual, la pregunta es ¿cómo? ¿buscando reconocimiento o redistribución? el reconocimiento nos plantea como nuestro interés político primordial ser y vernos en igualdad con los hombres ¿con qué hombres? ¿qué igualdad? En Caliban y La Bruja y Revolución en Punto Cero la pensadora Italiana Silvia Federici sostiene que fue imprescindible para el establecimiento del capitalismo la caza de brujas, al tiempo, los campesinos, obreros, artesanos fueron despojados de sus tierras y obligados a vender su fuerza de trabajo, la caza de brujas no solamente representa el mayor feminicidio de la historia sino el inicio del despojo de la tierra común, de lo colectivo como imperativo para lo sobrevivencia individual.
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Agresión física y psicológica de carácter sexual que no es consensuada, tomando ventaja de un vínculo afectivo, relación de cercanía o de poder, coaccionando la capacidad de decisión y acción de la otra persona. Mapa Interactivo del Acoso y el Abuso MIAA - Popayán
categorías de acoso, abuso o violencia
Abuso sexual
Violación sexual Agresión física y psicológica de carácter sexual no consensuada (incluyendo situaciones donde las personas no tienen un estado de conciencia para otorgar el consentimiento), violenta y de sometimiento, donde se presenta cualquier tipo de penetración.
Desaparición forzada Acto violento de privación de la libertad de una persona, con el objetivo de acosar, abusar o asesinar, sin que se vuelva a saber nada de ella.
Asesinar a razón de controlar, corregir y/o castigar a los cuerpos leídos como femeninos o que transgreden los binarismos de género.
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Feminicidio
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Riverside Texture en el cuerpo del texto y la carátula.
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¿tienes un escrito ácido para compartir con nosotRes? Ácida quiere conocer tus letras, escribenos alcorreo feministacida@gmail.com nuestra línea editorial tiene como temas principales: la defensa de los derechos de las mujeres y los feminismos, la extensión no debe superar las 500 palabras. Popayán, Noviembre 2020
ME VOLVÍ FEMINISTA CON MI PROPIA HISTORIA ESTA INDIGNACIÓN SE HIZO COLECTIVA CON TODAS ESTAS GARRAS DEFENDEREMOS LA VIDA Natu Ral High