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Von Holck, piloto alemán nacido en Monterrey, N.L.

“El valor lo vence todo”.

OVIDIO

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Von Holck, piloto alemán nacido en Monterrey, N.L.

POR: CAP. ENRIQUE GUERRERO OSUNA

C

arl Friedich Erich Graf von Holck nació en Monterrey, N.L. México el 5 de febrero de 1886 siendo sus padres el vicecónsul alemán Carl Christian Nikolaus Graf von Holck y su madre Ella Helene Mathilde Burchard, según está asentado en el registro civil. Ahora bien, siendo sus padres alemanes, adquirió también la nacionalidad alemana (ius sanguinis). El derecho internacional señala que podía optar por la llamada “doble nacionalidad”, pero en ese entonces no existía mucho interés de su familia de seguir manteniendo la nacionalidad mexicana de su vástago. El artículo 30 de la Constitución de 1857, que era la vigente en 1886, no deja dudas al respecto de la obtención de la nacionalidad mexicana por nacimiento. En correspondencia, las leyes alemanas también debieron haberse aplicado. Eso explica por qué el joven Erich Franz Von Holck habiendo nacido en Monterrey era alemán. En 1889, cuando Erich tenía tres años, la familia Von Holck decidió regresar a Alemania. Por esta razón es que pienso que Erich no recibió mucha influencia mexicana. Ignoramos si es que siquiera aprendió algo de español. Para Erich el haber nacido en Monterrey fue un accidente diplomático que no tuvo mayor trascendencia. Su nombre vuelve a aparecer en el año de 1909 cuando formaba parte del equipo de salto ecuestre del Dragoner-Regiment König Carl I. Von Rumanien (1. HannoverSthep) Nr.9 del ejército alemán. Antes de ir a la guerra, Erich destacó por ser un jinete muy hábil logrando obtener varios premios en salto apareciendo en la lista de los cinco mejores jinetes alemanes. En 1911 fue campeón en su división. Sus compañeros de equipo decían de él: es una persona magnifica, silenciosa y humilde, tenía una mano extremadamente ligera y suave que le permitía controlar los caballos más salvajes. No tenemos muchos datos sobre cómo fue su juventud en Alemania, solo sabemos que aparte de sus andanzas como excelente jinete en 1914 se casó con Irmgard Hulsenbusch, y al año siguiente nació su hija Beatrice Christiane. En 1915, solicitó su cambio de especialidad para pasar de las filas de caballería al cuerpo de aviación alemán. Fue aceptado y de inmediato comenzó su adiestramiento formal como piloto. Al terminarlo, en agosto de ese año, fue asignado a la Feld Flieger Abteilung (FFA) 69, equivalente a un escuadrón de bombardeo con base en Ostende. Oficialmente la Primera Guerra Mundial se inició el 28 de julio de 1914. Para ese entonces ya existía lo que se llamaba “Deutsche Luftstreikräfte” o Cuerpo Aéreo Imperial y contaba con varios batallones aéreos equipados con aviones de observación, principalmente, las Compañías Aéreas de Campaña (Feld Flieger Abteilung) o FFA eran el equivalente a un escuadrón aéreo y consistían en seis aviones biplaza desarmados. Estas pequeñas unidades se establecieron como herramienta táctica de reconocimiento desde junio de 1911. Las principales misiones consistían en vuelo cortos de observación para ubicar tropas enemigas, regresar, aterrizar y reportarlas. La tripulación estaba integrada por un piloto y un observador. Iban desarmados, sin embargo, algunos observadores empezaron a llevar sus rifles y pistolas para dispararles a los aviones enemigos; rara vez se hacían daño. Curiosamente en 1913 se dio el caso acá en México en que dos aviones, uno al servicio de las fuerzas villistas y otro contratado por los huertistas volando cerca de la localidad de Naco, Sonora, al sur de la frontera, se toparon frente a frente intercambiando disparos desde ambas aeronaves sin lograr ninguno de ellos hacer blanco. Para marzo de 1915 el número de unidades FFA se había duplicado. La FFA 69 al mando del capitán Kurt Müeller y a la cual pertenecía Erich Von Holck fue reubicada a Macedonia en el Frente Oriental. Contaba con una dotación de trece pilotos, algunos de ellos recién incorporados como Manfred Von Richthofen y que volaban en calidad de observadores. Para ese entonces a los aviones ya se les estaba

dotando de ametralladoras que eran operadas por el observador. De hecho, en octubre de 1914 se dio lo que se considera el primer derribo de un avión en combate cuando un Voisin francés atacó a un Aviatik alemán, utilizando por primera vez una ametralladora Hotchkiss de 8mm. Fue durante estas operaciones que el Rittmeister Erich Von Holck tuvo un incidente en el cual se vio en la necesidad de efectuar un aterrizaje forzoso cayendo prisionero en Montenegro. Posteriormente fue liberado gracias a que les dijo a sus captores que era pariente de la casa real.

Dos dragones vuelan juntos

El primer piloto con el que voló Richthofen en la FFA 69 fue Georg Zeumer, pero como a este lo cambiaron a Francia se le reasignó a volar con Erich Von Holck. Entre los dos nació una gran y sólida amistad que se fue incrementando a medida que aumentaban las misiones, no fue ningún secreto que Richthofen admiraba a Von Holck como persona y no se diga como piloto, así se expresaba de él: “De su persona emanaba una extraña magia que era notoria entre sus compañeros”. En palabras de Richthofen: “Graf Von Holck era un piloto con una rara habilidad. Yo lo veía muy superior a nuestros enemigos. Hicimos muchos vuelos de reconocimiento quien sabe qué tan lejos nos adentramos en Rusia. Volando con él nunca tuve un sentimiento de inseguridad, al contrario, en el momento crítico siempre me daba apoyo. Cuando veía su expresión decidida me daba mucho valor”. Tanto a Richthofen como a Von Holck les tocó vivir la transición que estaba experimentando el empleo de la aviación en la guerra, ya que de ser meros observadores pasaron a ocupar un rol más activo y agresivo por medio del combate aéreo, toda una novedad. Ambos pilotos de inmediato solicitaron su conversión a los aviones de caza, los cuales ya estaban artillados con ametralladoras sincronizadas y, por supuesto, se les concedió, sin embargo, sus vidas siguieron otros derroteros. Ya en Francia, fueron asignados a unidades diferentes. No tenemos a la mano información sobre el desempeño de Von Holck como piloto de caza, contrario a Manfred Von Richthofen, de quien nos sobra material, aunque el destino les tenía reservada una última jugada juntos. Para tener una mejor visión: la expectativa de vida de un piloto al inicio de las hostilidades era de varias semanas, este número se vio drásticamente reducido en la primavera de 1917 (el sangriento abril) a tan solo unas horas. En abril de 1916, Erich Von Holck ya tenía más de cuarenta semanas volando. El 30 de abril de 1916 Von Richthofen trató de intervenir en un combate aéreo cuando a lo lejos en la distancia cerca de Verdun, vio a un Fokker alemán atacando a una formación de aviones franceses y le comentó a su observador: “Ese piloto es muy valiente”. Nos preguntamos si acaso no sería Oswald Boelcke. Nos hubiera gustado ir a ver más de cerca la acción, pero no había las condiciones adecuadas, el relato que sigue es del propio Richthofen según se lo contó a sus compañeros:

“Yo era un piloto nuevo y me encontraba en el área de Fort

Douaumont cuando de repente encontré una barrera de fuego de artillería. También observé como un avión Fokker alemán atacaba a un grupo de tres Caudrons franceses. Para mi mala suerte me encontré con un fuerte viento del oeste. En el transcurso de la pelea se fueron acercando a Verdun. Para mi horror vi que el atacante alemán se convirtió en el perseguido.

Los franceses fueron aumentando su número hasta poder contar diez aviones persiguiendo al Fokker. No podía ir en su auxilio. Estábamos demasiado lejos de los combatientes, aparte, mi avión tan pesado no podía vencer el viento tan fuerte. El Fokker se defendió desesperadamente, pero poco a poco lo fueron haciendo descender hasta los 2000 pies. El avión alemán inicio súbitamente una picada audaz y desapareció dentro de una gran nube cumulus. Respiré aliviado, ya que eso parecía su salvación. Cuando regresé a mi base reporté lo que había visto, pero fui informado que era mi antiguo camarada de escuadrón en el Frente Oriental, Von Holck, quien se había convertido en piloto de pelea justamente antes de la ofensiva de Verdun. Él se precipitó a tierra debido a que recibió un disparo en la cabeza. Su muerte me afectó grandemente porque no solo era un modelo de energía, sino que también era una persona de mucho carácter de los cuales hay muy pocos. He sentido mucho la muerte de Holck. Tres días antes le hice una visita y pasamos un buen rato juntos. Platicamos y me contó cuando estuvo preso en Montenegro. Es duro imaginar que aquel hombre tan sano y tan vigoroso no está más entre nosotros”.

El avión de Erich Von Holck cayó en un terreno desierto. Durante la noche su fiel ayudante, quien también había sido su caballerango, fue a rescatar su cuerpo. A los tres días Richthofen asistió a su funeral en el aeródromo de Sivry-Sur-Meuse. Posteriormente su cuerpo fue trasladado a Alemania y enterrado en la cripta familiar en Nienstedten.

Ninguna referencia a Monterrey. Rittmeister Carl Friedich Erich Franz Von Holck, oficial piloto de la Deutsche Luftstreikräfte, murió sirviendo a Alemania como, creyó que era su deber. “Post Nubila, Phoebus”.

Fotografías: treasurebunker.com/forums/index. php?/topic/3011-rittmeister-carl-friedrich-erich-graf-von-holck/ Epitafio de Erich Graf V. Holck Rittm. I. Drag. R. 9 + 5. 2. 1886 + 30. 4. 1916 Im Luftkampf bei Stena.

FUENTES

“Manfred Von Richthofen El Barón Rojo”, de J. Eduardo Caamaño. “Red Baron, the life and death of an ace” de Peter Kilouff. “Aces talk” de H.M. Sims. Efemérides Nuevoleonesas, 5 de febrero del 2018. “El Conde Von Holck, un regio con el Barón Rojo”. Revista Atisbo por Miguel Ángel Narro López 31 de marzo 2011. “They fought for the sky” de Quentin Reynolds 1973. “Fighter” A history of fighter aircraft por John Batchelor y Bryan Cooper. “In the footsteps of the Red Baron” por Mike O´connor y Norman Franks. “Chronicle of Aviation” publicada por Jacques Legrand.

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