La alternativa verde
1
LA ALTERNATIVA VERDE
GRUPO “GAÏA”
La alternativa verde
2
IMPERATIVO ECOLÓGICO Actúa de manera que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de la auténtica vida humana sobre la Tierra; o, dicho en negativo, actúa de tal manera que los efectos de tu acción no sean destructivos para las posibilidades futuras de la vida. H. JONAS
GRUPO “GAÏA” Esther Herrería Román, 1º C Sonia Serna Conejo, 1º C Rosana Martínez Cueto, 1º C José Ignacio Eguizábal Aguado, 1º C COORDINACIÓN
Juan Carlos Granados Cascos Dep. Filosofía
I.E.S. “LEONARDO TORRES QUEVEDO”
La alternativa verde
3
LA ALTERNATIVA VERDE ÍNDICE
1.- INTRODUCCIÓN
2.- ACTITUDES TRADICIONALES FRENTE A LA NATURALEZA 2.1.- SACRALIZACIÓN 2.2.- INSTRUMENTALIZACIÓN 2.3.- ECOLOGISMO
3.- LA CONCEPCIÓN DE LA NATURALEZA EN LA CULTURA OCCIDENTAL 3.1.- PENSAMIENTO GRIEGO Y CRISTIANO 3.2.- EL PENSAMIENTO MODERNO 3.3.- EL PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO
4.- EL GIRO ECOLÓGICO: RAZONES DEL CAMBIO 4.1.- LA ECOLOGÍA COMO CIENCIA 4.2.- CRISIS ECOLÓGICA GLOBAL 4.3.- CRISIS DE LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS CLÁSICAS 4.4.- OTROS FACTORES QUE INFLUYEN EN EL CAMBIO
5.- EL PARADIGMA ECOLÓGICO 5.1.- PRINCIPALES POSTURAS ECOLÓGICAS 5.1.1.- MEDIOAMBIENTALISMO 5.1.2.- ECOLOGÍA PROFUNDA 5.2.- EL CAMBIO DE ACTITUD 5.2.1.- A NIVEL INSTITUCIONAL 5.2.2.- A NIVEL SOCIAL 5.3.3.- A NIVEL PERSONAL
6.- CONCLUSIONES
La alternativa verde
4
LA ALTERNATIVA VERDE (DEL “PARADIGMA TECNOLÓGICO” AL “PARADIGMA ECOLÓGICO”)
1.- INTRODUCCIÓN El termino ecología se usa constante en nuestra sociedad. Movimientos sociales, instituciones y organismos oficiales, ONG's…: incluso la publicidad, hacen uso de él constantemente. Dicho término fue creado en el siglo XIX para dar nombre a una disciplina científica de carácter biológico, cuyo objetivo es reflexionar sobre la influencia recíproca entre los seres vivientes y el ambiente físico. Sin perder este sentido, hoy en día ha ido adquiriendo uno nuevo. La preocupación por el medio ambiente ha dejado de ser una cuestión estrictamente científica, y se ha convertido en una preocupación social y política. El término ecología ha adquirido un matiz ideológico, y hace referencia a un variado panorama de ideas y actitudes que tienen en común la preocupación por el medio ambiente. Formas de pensar y actuar que van desde meros planteamientos conservacionistas hasta posturas mucho más radicales, y que han dado lugar a lo que conocemos como Ecologismo. Este cambio es para Antonio Campillo el preludio de otros más profundos “Me parece que durante la segunda mitad del siglo XX ha comenzado a producirse un cambio de “paradigma”, de “exísteme”, de “visión del mundo”, de “ideología dominante”, de “universo simbólico” o de “religión común”, según la terminología que cada cual estime más conveniente. En cualquier caso está teniendo lugar una profunda mutación intelectual, ligada a una no menos profunda de todas las relaciones sociales: mientras que la religión –o razón- tecnológica ha sido la ideología dominante durante toda la época moderna, y como tal ha servido de legitimación al desarrollo y expansión mundial de la sociedad capitalista, en las últimas décadas está surgiendo una nueva razón-ecológica, que muy probablemente llegará a convertirse en la ideología dominante de la llamada época postmoderna y de la naciente sociedad global”(1) Esa sensibilidad es, pues, nueva en nuestra cultura. Un cambio en la percepción de la naturaleza y una nueva forma de entender la relación con el medio están propiciando actitudes personales e institucionales donde su protección se convierte en un valor prioritario. Una sensibilidad que se opone a la tradicional razón tecnológica que justificó la explotación incontrolada de los recursos naturales.
2.- ACTITUDES TRADICIONALES FRENTE A LA NATURALEZA El hombre mantiene una relación necesaria con la naturaleza, ya que forma parte de ella y de ella obtiene lo que necesita para vivir. Pero a diferencia del animal, dicha relación está condicionada por la concepción que el ser humano tiene de sí mismo y de la propia naturaleza. En consecuencia han sido muchas y variadas las formas en que tal relación se ha entendido y concretado a lo largo de la historia, y sin pretender considerarlas todas,
La alternativa verde
5
vamos a hacer referencia a tres que según algunos autores (2) pueden considerarse como las más significativas: Sacralización, instrumentación y ecológica. La primera considera la naturaleza como la encarnación de fuerzas sobrenaturales; la segunda la convierte en un instrumento al servicio del hombre y la tercera plantea la relación a partir de criterios de armonía y respeto hacia lo natural. 2.1.- SACRALIZACIÓN Muchas culturas han tenido una percepción de la naturaleza como un espacio sagrado. Los bosques, ríos, montañas, animales, etc. aparecen como una materialización de fuerzas sobrenaturales, de espíritus o de dioses. De este modo, el hombre se siente subordinado a ella, obligado a respetarla y cuidarla. Las religiones animistas africanas ven al hombre como un ser más entre otros iguales, sumergido en una naturaleza de la que no pretende ser dueño. Los Dagaza dan culto a la corteza terrestre y no trabajan la tierra sin invocar antes su perdón. En Japón, se da culto a figuras animales y a árboles. Por ejemplo, en comunidades indígenas de Estados Unidos, la tierra es concebida para ellos como una madre a la que hay que respetar. Así, por ejemplo, los Meno mini, de la región de los Grandes Lagos, perfectamente al corriente de las técnicas agrícolas, se negaban a aplicarlas a la producción de su alimento porque consideraban que se hería a la madre tierra. 2.2- INSTRUMENTALIZACIÓN Otras culturas han considerado que el hombre es un ser especial, plenamente diferenciado del resto de la realidad. La relación con la naturaleza se plantea en términos de superioridad y dominio; y conciben a los otros seres como medios a su servicio, ya que no poseen un valor en sí mismos sino tan solo en función de los beneficios que nos reportan. El pensamiento judeocristiano sería un ejemplo de esta actitud. En la Biblia se puede leer “Y Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó; y los bendijo Dios, diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra, sometedla y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra”. (3) Esta actitud antropocéntrica es la que ha dominado en nuestra cultura. La naturaleza es concebida como una realidad desacralizada, como un mero objeto cuyo sentido es satisfacer las necesidades humanas. 2.3.- ECOLOGISMO La tercera forma de entender esta relación es aquella que, sin llegar a considerar a los elementos naturales como algo sagrado, propone su respeto y defensa, como ocurre por ejemplo en muchas culturas asiáticas. El hombre aparece como formando parte de un todo natural. No es el dueño y señor, sino que como ser capaz de conocimiento, reflexión y predicción debe ser un mero administrador y
La alternativa verde
6
guardián. La naturaleza tendría unos valores que todos estaríamos obligados a respetar y no se podría considerar como un simple objeto, sino como un sujeto de deberes y derechos. El hinduismo, por ejemplo, afirma la continuidad entre el hombre y las demás criaturas de la naturaleza. Tan sólo se considera sagrado a Dios. No hay gradación entre las distintas criaturas de la creación. Por lo tanto, no puede hacerse daño al resto de los seres vivos. Todas las vidas tienen el mismo valor y el mismo derecho a la existencia. El Jainismo, que es una de las religiones mas antiguas del mundo, defiende el respeto por todas las formas de vida incluso a los organismos microscópicos. La cultura China entiende por naturaleza lo que viene espontáneamente a la existencia. La naturaleza es a la vez condensación y disolución, concentración y expansión, Inc. y Nang. El hombre debe aprender a acomodarse a las relaciones y reglas inherentes a la naturaleza. La buena sociedad es la que adopta las reglas cósmicas.
3.- LA CONCEPCIÓN OCCIDENTAL
DE
LA
NATURALEZA
EN
LA
CULTURA
Todo el mundo parece estar de acuerdo en que la crisis ecológica que vivimos actualmente es el resultado de la tradición técnica y científica occidental. La forma de pensar y los instrumentos que han hecho posible la explotación de la naturaleza y que nos han hecho llegar a la situación actual, tienen su origen y desarrollo dentro de nuestra cultura, aunque luego se hayan universalizado. Incluso las culturas que tradicionalmente han mantenido una relación de respeto frente al medio han dado prioridad a los intereses prácticos y han adoptado el modo de vida occidental. De modo que “para comprender plenamente la problemática ambiental de nuestro tiempo es menester remontarnos a las raíces del modelo cultural dominante en el mundo en que vivimos. Desde hace 500 años la mayor parte de las sociedades humanas coexisten bajo el influjo del modelo mejor conocido como “cultura occidental”. Este modelo cultural -hoy dominante en casi todo el mundo- se nutre fundamentalmente de 2 grandes fuentes: La filosofía griega por una parte y la teología judeocristiana por la otra” (4) 3.1.- PENSAMIENTO GRIEGO Y CRISTIANO Platón es sin duda uno de los filósofos más importantes e influyentes de la cultura Griega. Creía que el mundo en que vivimos es solamente una copia de la realidad verdadera que él situaba fuera del mundo visible, en lo que llamó Mundo de las Ideas. La naturaleza no es algo verdaderamente real, sino una materia eterna y caótica; que una inteligencia a la que Platón llama Demiurgo ha modelado según las Ideas. Así la naturaleza siempre nos decepcionará, porque es una sombra de la auténtica realidad. Esta desvalorización de la naturaleza encajará muy bien con la visión Cristiana y, por ésta y otras razones tendrán una gran influencia en la filosofía medieval. Muchos ven en el pensamiento judeocristiano el origen de los problemas ecológicos que padecemos. La versión bíblica de la creación deja claro que Dios ha creado el hombre a su imagen y semejanza, marcando su radical separación con el resto de los seres que son puestos al servicio del hombre. “No solamente el cristianismo, en oposición absoluta a la antigua cosmogonía pagana como a las religiones de Asia, instaura un nuevo dualismo fundamental entre el hombre y la naturaleza, sino que
La alternativa verde
7
insiste igualmente en el hecho de que la explotación de la naturaleza por el hombre, para satisfacer sus propias necesidades, resulta ser la voluntad de Dios” (5) Construido con los pilares del pensamiento platónico y cristiano y, a pesar de figuras importantes que defendieron una actitud distinta frente a la naturaleza como San Basilio, San Juan Crisóstomo y especialmente San Francisco de Asís, el pensamiento medieval no supone muchos cambios al respecto. Incluso como religión aliada al poder, persiguió cualquier forma de veneración o sacralización de los elementos de la naturaleza como formas de idolatría. “La consecuencia del desencantamiento o desacralización de la naturaleza por parte de una de las fuentes de nuestro modelo cultural es que ha permitido asumirla como un objeto de valor mercantil, sujeta a las poderosas fuerzas del mercado, ajena totalmente al mundo espiritual, y por ende, desprotegida y vulnerable”. (6) 3.2.- EL PENSAMIENTO MODERNO El surgimiento del pensamiento moderno consolidó esta forma de entender la naturaleza. A partir del siglo XVII, Descartes y Bacón sientan las bases del modelo de intervención en la naturaleza, que es el nuestro actual. Descartes, cuya filosofía influyó profundamente en la concepción moderna del mundo, desarrolla una visión mecanicista de la realidad en la que el hombre se separa totalmente de la naturaleza. El hombre es libre y la naturaleza, animales incluidos, una mera máquina que hemos de aprender a conocer para ponerla a nuestro servicio… “Pues estas nociones me han enseñado que es posible llegar a conocimientos muy útiles para la vida y que en lugar de la filosofía especulativa enseñada en las escuelas, es posible encontrar una práctica por medio de la cual, reconociendo la fuerza y las acciones del fuego, del agua, del aire, de los astros, de los cielos y de todos los demás cuerpos que nos rodean, tan distintamente como conocemos los oficios varios de nuestros artesanos, podríamos aprovecharlos del mismo modo en todos los usos apropiados, y de esta suerte convertirnos como en dueños y poseedores de la Naturaleza. Lo cual es muy de desear no sólo para intervención de una infinidad de artificios que nos permitirían gozar sin ningún trabajo de los frutos de la tierra y de todas las comodidades que hay en ella” (7) Parecidas pretensiones de dominio de la naturaleza también las defiende Bacón, quién en la Nueva Atlántida nos presenta un mundo sorprendentemente parecido al nuestro: lleno de inventos y desarrollos tecnológicos. La razón no es, tanto fuente de conocimiento como facultad técnica que nos permite dominar la naturaleza y ponerla a nuestro servicio. La aparición de la ciencia es vista por él como la gran oportunidad de dominar y someter la naturaleza a los intereses humanos. “El objeto de nuestra fundación es el conocimiento de las causas y el engrandecimiento de los límites de la mente humana para la realización de todas las cosas posibles” (8) Estos planteamientos calarán en la Ilustración y, asociados al desarrollo de la ciencia y a los avances técnicos propiciarán una progresiva industrialización e intervención sobre la naturaleza que es interpretada como progreso y como símbolo del poder humano. “La esencia de la
La alternativa verde
8
modernidad, desde Descartes, no es otra cosa que la Ratio, que cabe definir como “razón Instrumental” del capitalismo con fines de mera rentabilidad económica, o como “mundo de la técnica” que vuelca la actividad de los hombres en la dominación de la tierra. Esta vocación que surge en el cartesianismo, se realiza con la ideología de la ilustración y su fe en el progreso. Existe así, una “complicidad ontológica irrevocable entre la subjetividad fundadora y el mecanicismo”, puesto que, frente al sujeto instituido en polo único y exclusivo de sentido y de valor, ya no cabría concebir la naturaleza de otro modo que no fuera el de un gigantesco depósito de objetos neutros, de materiales en bruto destinados al consumo de los hombres” (9) 3.3.- EL PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO Finalizando la Ilustración llegó la culminación definitiva de este modelo, favorecido por la revolución industrial con el afianzamiento de la tecnología y el desarrollo de las ciencias. “La fusión ciencia técnica, la Tecn.-ciencia, aparece en el siglo XIX para conferir a la humanidad poderes que, a juzgar por la mayor parte de las consecuencias ecológicas, escapan hoy en día a su control. Y escapan también a su control en nuestro contexto contemporáneo de “encumbramiento” de la economía, de una reducción hacia lo económico de todos los valores colectivos y de un triunfo del mercado que asigna a los hombres una finalidad única: la producción y el consumo, es decir, el desarrollo. Aclararemos que este desarrollo significa en realidad un dominio cada vez más grande sobre la tierra” (10). La revolución industrial aliada con el pensamiento ilustrado dio lugar a dos movimientos sociales, políticos y económicos: el capitalismo, y el comunismo, que serán determinantes en la intervención descontrolada sobre el medio... Con el pensamiento liberal y el capitalismo la naturaleza es reducida a un bien del que podemos apropiarnos y que resulta técnicamente explotable; un ámbito de recursos al servicio de los fines humanos. Lo económico adquiere un papel prioritario y el beneficio la única guía de la actividad. El Marxismo, concretado en el modelo estalinista, y más en general el soviético, fue también un modelo claramente productivista; compartió, con el modelo capitalista occidental, su culto a la ciencia y a la técnica. Como occidente, los países del este rápidamente se industrializaron teniendo como resultado terribles cicatrices sociales y ecológicas. El sentido utilitarista de ambas ideologías y los recursos científicos y técnicos de los que van a disponer incrementarán la capacidad de control, sometimiento y dominación de la naturaleza... El resultado es la grave situación ecológica en la que nos encontramos, de la que estamos tomando conciencia y ante la que se empiezan a tomar medidas.
4.- EL GIRO ECOLÓGICO: RAZONES DEL CAMBIO Según señalamos en la introducción, la forma de entender la realidad está sufriendo hoy un profundo proceso de transformación. Esta transformación se inscribe en el proceso histórico de transición del paradigma tecnológico al paradigma ecológico. Pero ¿qué está provocando este cambio? Para el profesor de Filosofía de la Universidad de Murcia, Antonio Campillo, tendría que ver con tres
La alternativa verde
9
cuestiones fundamentalmente: 1) con la constitución de la Ecología como disciplina científica, 2) con la crisis ecológica global y 3) con una crisis de las ideologías políticas clásicas. “El nacimiento de la Ecología como disciplina científica y la “crisis global” como acontecimiento histórico, han contribuido a desacreditar el paradigma tecnológico de la moderna sociedad capitalista y a reemplazarlo por el nuevo paradigma ecológico. Pero han sido sobre todo los nuevos movimientos sociales surgidos en los años sesenta y setenta (pacifismo, feminismo, ecologismo, etc.), los que han dado el principal impulso político e intelectual a este nuevo paradigma cultural”. (11) 4.1.- LA ECOLOGÍA COMO CIENCIA Como hemos visto, el pensamiento tradicional había abierto una profunda brecha entre el hombre y el resto de los elementos de la naturaleza; una brecha que, a partir del siglo XIX, la teoría de Darwin va a ayudar a cerrar. El evolucionismo rompe la gran división entre la naturaleza y la cultura, entre la necesidad y la libertad, entre la materia inerte y el espíritu racional. Con Darwin la historia de la especie humana se inscribe en la historia de las especies vivientes. La historia de la humanidad se “naturaliza”. El hombre deja de ser primo de los dioses y se descubre primo de las bestias. La naturaleza no le puede ser ajena porque forma parte de ella. La naturaleza es pensada como un todo evolutivo donde los seres vivos viven interactuando con el medio. Para estudiar esta relación surge una nueva ciencia a la que en 1869 el naturalista alemán Ernst Haeckel va dar el nombre de Ecología. Con esta nueva ciencia surgirá una reflexión más adecuada sobre la relación que, en general, los seres vivos y, en particular, el hombre mantiene con la naturaleza, que nos permitirá descubrir muchos aspectos desconocidos de dicha relación. 4.2.- CRISIS ECOLÓGICA GLOBAL Nuestra especie no sólo se extendió por todo el planeta, sino que ha llegado a convertirse en una auténtica fuerza capaz de provocar una nueva crisis ecológica de alcance global y una nueva extinción masiva de especies vivientes; todo ello, como consecuencia del vertiginoso desarrollo demográfico, económico, militar y tecnocientífico de las modernas sociedades. En el siglo XIX, con la llamada Revolución Industrial, se crean una serie de artefactos que multiplican la capacidad productiva del hombre, pero que va a tener graves consecuencias. La máquina de vapor mueve ferrocarriles, barcos, prensas, telares y otros muchos artefactos. Pero todas esas máquinas ya no son movidas por las energías renovables tradicionales, que se encuentran en la superficie terrestre, sino por unas nuevas fuentes de energía que se obtienen del subsuelo y que no son renovables: en el siglo XIX, el carbón; en el siglo XX, el petróleo y sus derivados. Después de la Segunda Guerra Mundial comienza la producción en cadena, el consumo de masas, el automóvil privado, la estabulación del ganado y la sustitución del pasto por grano y piensos animales, el expolio acelerado de los recursos pesqueros, mineros y forestales, la multiplicación de desechos contaminantes que se van arrojando al aire, al agua y al suelo. Hay que añadir la invención de la energía nuclear, con el
La alternativa verde 10
consiguiente problema de la contaminación radiactiva, y los hallazgos de la ingeniería genética, que permiten modificar el genoma de plantas, animales y seres humanos y, cuyos efectos para la salud y para el medio ambiente pueden ser muy peligrosos. Poco a poco hemos ido tomando conciencia de que esos maravillosos artificios tecnocientíficos están provocando un expolio acelerado de los recursos naturales y una contaminación generalizada del conjunto de la biosfera, todo lo cual está comenzando a poner en grave peligro la salud de las generaciones actuales y la supervivencia de las generaciones futuras. 4.3.- CRISIS DE LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS CLÁSICAS. La tercera línea es la que conduce a las ideologías políticas clásicas (liberalismo, nacionalismo, marxismo) a los nuevos movimientos sociales (feminismo, pacifismo, ecologismo, etc.). El ecologismo es algo más que un movimiento social e intelectual; es un aglutinante de otros movimientos sociales contemporáneos, puesto que en torno a él se ha ido constituyendo una nueva forma de pensamiento. Marx creía que en la interacción entre la naturaleza y la sociedad se producía un progresivo dominio técnico de la naturaleza por parte del hombre. Según Antonio Campillo (12), en este punto, no hay diferencia entre el marxismo, el liberalismo y el nacionalismo, las tres grandes ideologías políticas de la moderna sociedad capitalista. Todas ellas comparten el dogma central de la religión tecnológica, la idea de que las sociedades han ido evolucionando del salvajismo a la civilización, y que esa evolución ha consistido en un creciente dominio técnico de la naturaleza por parte del hombre. Para algunos filósofos como Heidegger o Husserl, esto debe cambiar, el ser humano debe ser pensado en función de su pertenencia a la tierra y esta debe ser pensada en relación al hombre que la hace habitable. A. Gorz y H. Marcuse también se mostrarían especialmente críticos, en los años sesenta, con las ideologías dominantes. Este último resultó decisivo para la denuncia, tanto del sistema capitalista como del marxismo entonces vigente, proponiendo una tecnología respetuosa con la naturaleza y haciendo hincapié en valores como el feminismo, el pacifismo y la ecología. El modelo de las ideologías tradicionales a la hora de plantear la relación con el medio, no es aceptable. La ecología surge como una alternativa ideológica que recoge esa manera de sentir frente a los modelos tradicionales, para algunos, ya pasados e ineficaces para resolver los problemas, que ellos mismos han creado. 4.4.- OTROS FACTORES QUE INFLUYEN EN EL CAMBIO Junto a estos factores señalados por Antonio Campillo, creemos que hay otros que han sido también importantes en este cambio de actitud. Así nos parece que ha influido mucho la llamada de atención que a mediados del siglo XX hicieron una serie de científicos sobre los problemas medioambientales y los movimientos ecológicos que surgieron como consecuencia de ello. Del mismo modo, creemos que han sido determinantes en la sensibilización de la población los desastres ecológicos que se han ido produciendo y la importante labor de divulgación de los medios de comunicación. La ecología abandona el ámbito meramente científico y pasa a ser una preocupación social por diversas razones, pero una muy importante fue la acción divulgadora de diferentes miembros de la comunidad científica.
La alternativa verde 11
Fairfield Osborn publica en 1948 la obra “Nuestro planeta saqueado”, una obra pionera de la ecología, donde analiza las consecuencias catastróficas hacia las que necesariamente habría de llevar la malversación de los recursos naturales. En la misma línea W.L. Tomas publicó en 1956 “El papel del hombre en el cambio de la faz de la tierra”, donde reflexiona sobre el impacto creciente de la acción humana sobre el medio. Pero quizás la obra que más resonancia tuvo fue “La primavera silenciosa” publicada por la bióloga y escritora Rachel Carson en 1962, con un planteamiento propio de la ciencia-ficción. Presentaba un mundo en el que reflejaba la catastrófica realidad que podría derivarse del uso continuado del pesticida DDT. El éxito editorial de esta obra dio pie a una gran polémica y otros muchos autores se aliaron a su causa. El resultado fue que diferentes científicos publicaron obras de divulgación denunciando diferentes aspectos de la problemática relación con el medio. La consecuencia más evidente de esto fue una progresiva sensibilización de la opinión pública frente a un tipo de problemática: la ecológica, que nunca se había vivido como tal. Sensibilidad aún minoritaria pero que se concretaría a lo largo de los 60 y 70 en el surgimiento de numerosas organizaciones a favor de la protección del medio ambiente, las llamadas organizaciones ecologistas que , a su vez, pondrán en funcionamiento iniciativas con el mismo interés. Un hecho que también ha sido de importancia fundamental en la generalización de la sensibilidad ecológica entre la población mundial han sido los desastres ecológicos, de los que ningún continente se ha librado y que han puesto en evidencia la fragilidad del medio y la incapacidad del hombre para controlar su propia obra: el naufragio de superpetroleros como el Torrey Canyon en Inglaterra, El Epson Valdés en Alaska o el Prestigue en las costas gallegas; catástrofes industriales como los vertidos de mercurio en la bahía de Minamata en Japón o la explosión de la fábrica de pesticidas Unión Cardibe en Bhopal (India) acapararon la atención mundial en una época en que no existía una generalizada preocupación por los temas medioambientales. Pero si hay un tipo de catástrofe que de forma especial ha provocado el desencanto entre grandes sectores de la población frente a un “desarrollismo” ilimitado y ha abierto los ojos de los escépticos ante la problemática ecológica, han sido las catástrofes nucleares como la que se produjo el 26 de abril de 1986, en Chernóbil (Ucrania). Los científicos dieron credibilidad a la problemática ecológica, los grupos ecologistas alertaron a la sociedad y reivindicaron a los gobiernos soluciones a los problemas medioambientales; las catástrofes ecológicas sensibilizaron a la población, pero un importante papel en este cambio de actitud social, en la percepción de esta problemática lo han jugado los medios de comunicación. Los medios de comunicación han contribuido de una manera muy especial a la educación medioambiental. Gran importancia en el redescubrimiento de la naturaleza por parte de una sociedad cada vez más urbana y alejada de ella, la han tenido los programas de divulgación científica de carismáticos naturalistas. Gracias a su capacidad de comunicación e influencia social, sus trabajos han tenido una gran trascendencia. Así el oceanógrafo francés Jacques Cousteau, los
La alternativa verde 12
naturalistas ingleses, Gerald Durres y Richard Attenborough , el astrónomo americano Carl Sagán y en España el médico y naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, lograron despertar el interés y la preocupación por temas que prácticamente a nadie interesaban. Un último ejemplo de gran significación, en este mismo sentido, es el documental elaborado por el ex-vicepresidente americano Al Gore, “Una verdad incómoda”, que ha tenido una gran trascendencia en la sensibilización mundial sobre el calentamiento global.
5.- EL PARADIGMA ECOLÓGICO Según Antonio Campillo el error del paradigma tecnológico había sido el atribuir a la ciencia la capacidad para acceder a un saber absoluto e infalible acerca del mundo y la capacidad de dotar al hombre de un dominio completo y definitivo sobre la naturaleza, sin que se tomase conciencia de los riesgos que esto conllevaba (13). Riesgos sobre los que ya en el siglo pasado habían alertado filósofos y científicos como Einstein o Heisenberg, especialmente en relación a la energía nuclear. Conscientes de tales riesgos, el hombre actual trata de protegerse a sí mismo y a sus descendientes, llegando incluso a reconocer un valor moral y no exclusivamente económico y utilitario al resto de los elementos del planeta. “La tierra no es una mera fuente de recursos de la que podemos apropiarnos privadamente para nuestro beneficio inmediato y exclusivo, sino una morada común que nos ha sido legada por nuestros antepasados y que nosotros hemos de legar a nuestros descendientes” (14). El nuevo paradigma supone una nueva manera de vivir la relación con el medio. Por una parte, una nueva forma de entender la relación del hombre con la naturaleza y, por otra, una nueva manera distinta de concretar esta relación.
5.1.- PRINCIPALES POSTURAS ECOLÓGICAS Cuando hablamos de ecología no hablamos de una única forma de pensar, sino que hacemos referencia a sensibilidades e ideas muy distintas cuyo denominador común es la preocupación medioambiental. La ecología no se ha configurando uniformemente, sino que bajo este concepto se engloban formas de pensar y actuar muy diversas, que según el filósofo francés Luc Ferry, básicamente se podrían agrupar en dos corrientes claramente diferenciadas (15). Para él estas dos corrientes surgidas en la segunda mitad del siglo XX resumirían la gran diversidad de maneras en que se ha abordado el problema de las relaciones del hombre con la naturaleza. La primera es la MEDIOAMBIENTALISTA, es de tipo reformista y sería la menos dogmática y más humanista. Para ellos el hombre es el centro del planeta y sólo él debe ser considerado sujeto de derecho. La protección de la naturaleza sólo tiene interés porque es una forma de proteger al propio hombre. Para ellos, se trata meramente de corregir los excesos del sistema actual. La otra categoría del ecologismo es la ECOLOGÍA PROFUNDA. Es de tipo revolucionario y rompe con la concepción “antropocentrista” de la primera, ya que pasa a reconocer valor propio y derechos a ámbitos de la naturaleza no humanos. Aquí se pueden diferenciar dos nuevos tipos, una ecología biocéntrica, que da un significado
La alternativa verde 13
moral a los seres vivos y otra egocéntrica, que reivindica derechos no sólo para los animales, sino para el resto de la naturaleza. No se trata, para ellos, de mantener lo que hay, sino de proponer una revolución pacífica, pero racial, que conduzca hacia una nueva sociedad ecológica y solidaria. 5.1.1.- ECOLOGÍA SUPERFICIAL O MEDIOAMBIENTALISMO (SHALLOW ECOLOGY) Se basa en la visión antropocéntrica del mundo. Esta postura es sin duda la más banal, pero también la menos dogmática. Parte de la idea de que a partir de la naturaleza, una vez más, de lo que se trata, como siempre, es de proteger al hombre, incluso de sí mismo si se da el caso, cuando anda jugando a aprendiz de brujo. No se confiere en este caso un valor intrínseco al entorno. Sencillamente, se ha ido tomando conciencia de que a fuerza de destruir el entorno que le rodea, el hombre corre efectivamente el riesgo de poner su propia existencia en peligro y, cuanto menos, privarse de las condiciones para una buena vida sobre esta tierra. Así, a partir de una posición que cabría tachar de “humanista”, tan solo de un modo indirecto, se toma en consideración la naturaleza. La naturaleza, pues no es sujeto de derecho, su valor lo tiene por relación al hombre. Este tipo de ecología, también llamada “blanda”, se limita a denunciar e intentar corregir los desmanes del sistema vigente, pero sin cuestionarlo. La finalidad de la ecología es racionalizar la intervención humana de forma que se pueda garantizar la continuidad del modelo actual, posibilitar lo que se ha llamado un desarrollo sostenible. 5.1.2.- ECOLOGIA PROFUNDA (DEEP ECOLOGY) Para la ecología profunda la vida humana no es la única que posee valor, sino que el bienestar y florecimiento de la vida no humana sobre la tierra también es igualmente valioso. Para uno de sus fundadores, Arne Naess, hay que salir de la vía del antropocentrismo y tomar conciencia de la interrelación de todos los sistemas vivos en la Tierra, integrarnos con la exosfera. Esto involucra un cambio un radical de conciencia, pero podría hacer que nuestro comportamiento fuera más consistente con lo que la ciencia dice que es necesario para el bienestar de la vida en la Tierra. Dentro de esta corriente podemos encontrar posturas menos radicales (Biocéntricas) y otras más radicales (Ecocéntricas). La BIOCÉNTRICA da un paso hacia la atribución de un significado moral a determinados seres no humanos. Consiste en tomar en serio el principio “utilitarista”, según el cual no sólo hay que velar por el propio interés de los hombres, sino que de una forma más general hay que tender a disminuir al máximo la totalidad de los sufrimientos en el mundo, así como a aumentar todo lo posible la cantidad de bienestar. Desde esta perspectiva, muy presente en el mundo anglosajón, por servir de fundamento al amplio movimiento llamado de “liberación animal”, todos los seres capaces de gozar y sufrir deben ser considerados sujetos de derechos y tratados como tales. En tal sentido, según Luc Ferry, el punto de vista del antropocentrismo resulta ya seriamente tocado, puesto que los animales quedan incluidos en la esfera de las preocupaciones morales en igualdad de condiciones que los hombres.(16) La ECOCÉNTRICA va más allá. Parte de una concepción monista de la realidad donde todo queda inserto en un planeta concebido como totalidad orgánica viva (Gaïa). Sujetos de derechos no son sólo los hombres y los animales, sino la naturaleza como totalidad, incluidas sus formas vegetal y mineral. El ecosistema -la biosfera-
La alternativa verde 14
asume, según el citado Luc Ferry, un valor intrínseco muy superior al de esta especie, a fin de cuentas harto perniciosa, que es la especie humana. Esta forma de pensar no sólo tiende a convertirse en la ideología dominante de los movimientos ecologistas alternativos surgidos en Alemania y en Estados Unidos, sino que también es la que plantea en términos más radicales la necesaria revisión crítica de la causa del humanismo. Para los que piensan así, el antiguo “contrato social” de los pensadores políticos debe dar paso a un “contrato natural” en cuyo seno la totalidad del universo se convertiría en sujeto de derecho. (17) 5.2.- EL CAMBIO DE ACTITUD La consolidación del nuevo paradigma se evidencia especialmente en el incremento de la preocupación social por los problemas medioambientales y las acciones tomadas en consecuencia. Las iniciativas personales y colectivas, síntoma de la sensibilización que ha provocado esta problemática, son muchas y variadas pero vamos a tratar de resumirlas en tres bloques: Las que se han ido dando a nivel institucional, tanto a nivel internacional como a una escala más particular; las colectivas surgidas en el ámbito de la sociedad civil, que ha veces se han acabado institucionalizando; y aquellas que se reflejan en el ámbito de la actividad individual. 5.2.1.- A NIVEL INSTITUCIONAL La evidencia de los problemas medioambientales ha llevado a que a nivel administrativo se desarrollen iniciativas, cada vez más habituales, orientadas a tomar medidas para resolverlos. En los últimos cincuenta años se han firmado múltiples acuerdos, convenios y protocolos, ha habido conferencias y se han desarrollado legislaciones impulsadas tanto por los Estados como por otras instituciones públicas desde el ámbito local al internacional. A nivel internacional, por hacer referencia a las que tienen mayor repercusión planetaria, una de las primeras iniciativas tuvo lugar en 1968. La UNESCO celebró en París la Conferencia Internacional de la Biosfera, donde se plantea la necesidad de hacer compatibles el manejo de los recursos naturales con la conservación del Planeta. Pero especialmente importantes han sido las Cumbres de la Tierra que cada 10 años se vienen celebrando desde 1972, en que la ONU convoca por primera vez a todos los países para debatir sobre los problemas medioambientales a escala Planetaria. En 1972, tiene lugar en Estocolmo (Suecia) la primera de estas reuniones que sirvió para crear el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y aprobó un significativo documento: La Carta de la Tierra. Tras el fracaso de la conferencia de Nairobi (Kenia) en 1982. La siguiente, en 1992 sería un éxito. Reunidos en Río de Janeiro (Brasil) asistieron 172 países a la búsqueda de soluciones colectivas. En ella se desarrolla la llamada Agenda XXI, un documento que analiza los problemas medioambientales y sugiere soluciones que se deberían alcanzar en el siglo XXI (de ahí su nombre). Gracias a ella se difunde y populariza el concepto de desarrollo sostenible, entendiéndolo como aquel que permite satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las capacidades que tendrán las
La alternativa verde 15
futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades. En ella queda claro el consenso mundial para enfrentarse a la solución de esta problemática y los estados asumen el compromiso político de tomar medidas en tal sentido. Pero la cumbre de 2002, celebrada en Johannesburgo (Sudáfrica), puso en evidencia, a la hora de evaluar el cumplimiento de los compromisos adquiridos en ediciones anteriores, el generalizado incumplimiento de los acuerdos tomados. Se han celebrado otros muchos encuentros y se han ido alcanzando acuerdos. A este nivel, destacaremos: El Protocolo de Montreal de 1987, que plantea la supresión de la emisión de gases peligrosos para la capa de ozono; La Cumbre del El Cairo en 1994 que tiene como asunto central el problema de la superpoblación y la toma de medidas para enfrentarse a “La bomba de población”; La Cumbre sobre Cambio Climático de Kyoto en 1997 que acuerda reducir las emisiones de CO2 y establece un calendario de actuaciones; y, dejando fuera otros muchos ejemplos importantes, el Protocolo de Madrid que prohíbe la explotación de recursos mineros y petrolíferos en la Antártida. El problema radica en que estos acuerdos, a pesar de ser suscritos por un gran número de países, no siempre se cumplen. Todas estas iniciativas no servirían de nada si los diferentes países no establecen medidas legales que hagan efectivos los acuerdos internacionales; ya que una cosa es tener intención de cambiar las cosas y otra enfrentarse a los problemas reales y hacerlo efectivamente. Por ello, es importante que numerosas Constituciones, entre las que se encuentra la Española (Art. 45) proclamen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado y la obligatoriedad de los poderes públicos de protegerlo. Como también es importante que se creen Consejerías y Ministerios, como el de Medio Ambiente en 1996. Dicho Ministerio es el encargado de ejecutar las propuestas en materia de conservación de la naturaleza, desarrollo sostenible, impacto ambiental y ordenación de la flora y fauna, los hábitat y los ecosistemas naturales, así como de la colaboración con las Comunidades Autónomas para la realización de actuaciones que correspondan en estas materias; la gestión y custodia del dominio público marítimo terrestre y de todas las actuales competencias. Por último, que se promulguen leyes que hagan efectivos los planteamientos ecologistas. En el caso de España, son muchas las leyes (estatales, autonómicas y municipales) que concretan y regulan la relación con el medio ambiente. A la vez que, por pertenecer a la Unión Europea, se tiene la obligación de cumplir los reglamentos y directrices comunitarias en esta materia. 5.2.2.- A NIVEL SOCIAL A lo largo de los últimos años han ido surgiendo asociaciones, movimientos, cooperativas, etc., que al margen de la administración pública, han pretendido aunar fuerzas en la denuncia de los problemas medioambientales y en la toma de iniciativas para resolverlos. Surgidas en el seno de la sociedad civil pretenden estar al margen de la administración para poder desarrollar una actividad más autónoma y así ser ellos los que tengan la capacidad de influir sobre los poderes públicos. Mucho tiene que ver en la toma de conciencia ecológica, por parte de la sociedad en general y de las medidas institucionales, la labor de las organizaciones ecologistas aparecidas a partir de la década de los sesenta y que van a desarrollar una actitud militante a favor de la salvaguarda del entorno.
La alternativa verde 16
Si tratamos de encontrar precedentes los podemos encontrar en el siglo XIX. A finales de siglo, empiezan a surgir numerosas organizaciones y plataformas, especialmente en Inglaterra al ser el lugar más industrializado y por ello más contaminado del continente, donde la preocupación por una degradación medioambiental –cada vez más rápida- provoca la pronta aparición de numerosas organizaciones de tipo o inspiración ecologista. Unas, de origen obrero y de carácter ambientalista, en demanda de mejores condiciones de vida en los insalubres entornos industriales, y otras de carácter más aristocrático y conservacionista, que pretenden la protección y cuidado de ámbitos relacionados con la flora y la fauna. .La “Sociedad Zoológica de Londres” se crea en 1830 y, en 1865 la “Sociedad para la preservación de los comunales, los espacios abiertos y los senderos”. Sin embargo, no es Gran Bretaña el único país que empieza ya desde épocas muy tempranas a mostrar preocupación y respeto por sus entornos naturales, sino que otros países siguen su estela en este ejemplo, como es el caso de Francia, que funda la “Sociedad francesa para la protección de la naturaleza” (1854), o el caso de los Estados Unidos, que es pionero en todo el mundo en la protección, y delimitación de los llamados espacios o reservas de la naturaleza. Un claro ejemplo es la fundación del “Parque Nacional de Yellowstone” (1872) y posteriormente el “Sierra Club” (1892) con mas de 500.000 afiliados y que es la organización medioambiental más antigua de todo el país. Pero el surgimiento de los movimientos ecologistas en el sentido actual. Donde la preocupación por los problemas medioambientales no es puntual sino general, no tiene lugar hasta mediados del siglo XX. En los años 60, en estados Unidos, la oposición a la guerra de Vietnam, generó un movimiento contestatario que tomó como bandera, entre otros temas, el ecologismo. Las acciones de protesta ecológica, debidas en un primer momento a iniciativas de pequeños grupos no organizados, acaba dando lugar en 1969 a una asociación “Los amigos de la Tierra” (Friends of the Herat: FOE) que es el punto de partida de este movimiento. En los setenta surgirán numerosas plataformas, organizaciones y movimientos, de distinta orientación, pero que coinciden en la necesidad de denunciar la problemática medioambiental y en proponer la búsqueda de soluciones a dicho problema. Entre estas asociaciones que se crean destacarán los llamados partidos verdes y las ONG's ecologistas. Entre ellas vamos a destacar dos: Greenpeace y WWFADENA. Destaca el caso de la asociación Greenpeace. Es una asociación ecologista fundada en Canadá en 1971, independiente, política y económicamente, de tipo no gubernamental, y que se autofinancia a través de las cuotas de socios u aportaciones individuales, pero nunca de gobiernos, asociaciones, o partidos políticos, así como la venta de productos comerciales con las referencias o diseños del grupo ecologista. Su objetivo militante es defender y proteger el medio ambiente, realizando campañas de conciencia, protección medioambiental (contra el cambio climático, protección de reservas naturales, lucha contra la contaminación, el agujero de la capa de ozono, y limitar el uso de armas nucleares) o actos directos de intento de boicot de empresas o instituciones que tratan de perjudicar al medio ambiente. WWF-ADENA es la sección española de una de las mayores organizaciones dedicadas a la conservación y protección de la naturaleza que hay actualmente en el mundo. La organización internacional, WWF- World Wide Fund for Nature (Fondo
La alternativa verde 17
Mundial para la Naturaleza) es la mayor organización de conservación y mantenimiento de la naturaleza y el medio ambiente de todo el mundo, basando su trabajo en la lucha contra la degradación medioambiental y la protección de los espacios naturales. Nace a partir de un pequeño núcleo de defensores de la naturaleza el 11 de septiembre de 1961, formada por miembros de diversos estratos sociales, adoptando el logotipo del oso panda (en peligro de extinción); por lo que desde ese momento el logotipo del oso panda como animal protegido y en peligro, se ha convertido en uno de los principales símbolos de conservación y protección del medio ambiente. Sus actividades se basan en la creación y sostenimiento de áreas y reservas naturales protegidas, conservación de especies naturales, conciencia sobre temas ecologistas, y lucha por la aplicación real de las políticas medioambientales. Destaca por ser de las pocas organizaciones que asienta su funcionamiento en un constante trabajo de campo, muchas veces con la población indígena local de la zona, en las tareas de cuidado medioambiental. Son muchas las organizaciones ecologistas existentes, de hecho sólo en España existen más de cien y tienen una gran importancia denunciando comportamientos de los propios Estados o de grandes y potentes empresas en acciones poco ecológicas. Esta actitud no sólo podemos observarla socialmente en las organizaciones estrictamente ecologistas, sino en muchas otras organizaciones, empresas e instituciones. De gran relevancia ha sido la iniciativa de un grupo de educadores, economistas e industriales que en 1968 fundan el Club de Roma y promovieron un estudio que fue publicado en 1972. Elaborado por un grupo de científicos Los límites del Crecimiento se ha convertido en un documento clave, especialmente tras ser actualizado en 1991 con otro denominado Más allá de los límites del Crecimiento. Una nueva manera de entender la relación con el medio la podemos ver significativamente ejemplificada en la Iglesia Católica. Los movimientos ecologistas han culpado al pensamiento judeocristiano de la percepción utilitarista del medio y del desastre ecológico en su incitación al hombre a dominar la tierra, parece que la actitud de la Iglesia no es la misma. Hoy mantiene claramente una postura de preservación de los valores medioambientales. El Papa Juan XXIII fue el primero en manifestar preocupaciones medioambientales ante el desarrollo incontrolado de los sesenta, lo mismo que luego lo haría Pablo VI. Pero es sin duda Juan Pablo II el que avanza en este camino de una moral ecológica cristiana, simbolizada en el nombramiento de San Francisco de Asís como patrono de los ecologistas (18). Lo último ha sido considerar pecado las agresiones al medio ambiente.
5.2.3.- A NIVEL PERSONAL Aunque el problema del medio ambiente se ha querido ver como responsabilidad de los políticos y de las grandes empresas, cada día hay más conciencia de que esto también es un problema de todos y que nuestra manera de actuar también es importante. Se ha producido un cambio de actitud y a nivel personal hemos ido adquiriendo múltiples comportamientos ecológicos en la vida cotidiana que repercuten, finalmente, a escala global. La clave está en una actuación sensata, racional y generosa. Este ámbito está muy bien reflejado en el libro “Planeta frito” de Sergio Burlat Barreiro (19), quién
La alternativa verde 18
piensa que cada vez son más las personas preocupadas por el cambio climático y que desean contribuir a la mejora del medio ambiente. Pero sólo un pequeño porcentaje sabe por dónde empezar. Actuar es posible y existen acciones simples y sencillas, cambios que podemos llevar a cabo para mejorar las condiciones ambientales y, al mismo tiempo, aumentar nuestra calidad de vida y la de quienes nos rodean. “Planeta frito” propone pasar de la preocupación a la acción. De forma práctica nos ofrece consejos e ideas fácilmente realizables sobre temas tan diversos como la alimentación, el hogar, las prendas de vestir, la jardinería, nuestro consumo, el transporte, el tiempo de ocio o las acciones colectivas: un conjunto de hábitos que podemos incorporar a nuestra vida cotidiana para hacerla más simple y saludable, además de brindar ventajas y beneficios al planeta. Se trata de hacer efectivo y eficaz el principio ecológico de “Piensa globalmente, actúa localmente”, que es una forma de tomar conciencia de la importancia de las acciones individuales. En vez de justificarnos diciendo que los que más daño hacen al Planeta son los que menos hacen para resolver el problema, cada vez más gente toma conciencia de que somos parte de una sociedad consumista y que estos hábitos son los que han provocado un desequilibrio en el funcionamiento de la naturaleza. Por lo tanto está convencida que es preciso cambiar esos hábitos. “Esto es simplemente así: Si todos (o la mayoría) lo hacemos, se conseguirán cambios trascendentales; si no lo hacemos no. Por ello, resulta imperioso revertir las actuales costumbres, excesivamente dañinas para nuestro planeta, y cambiarlas por hábitos mas beneficiosos para todos, una cuestión que no pueden decidir los gobiernos (aunque si pueden apoyar, secundar, defender..., o todo lo contrario), ya que es algo que tenemos que hacer cada uno de los ciudadanos si es que no queremos freírnos junto a nuestro planeta” (20)
6.- CONCLUSIONES Mayoritariamente conscientes del uso depredador, desmedido y contaminante que hemos hecho de los recursos naturales, parece que ha llegado el momento, no sólo de entonar el mea culpa, sino de intentar recobrar la armonía perdida. Aunque sólo sea por la cuenta que nos trae. La prioridad de esta empresa ya la destacó en 1984 el filósofo P. Feyerabend, para el que el principal problema actual, junto a la paz entre los seres humanos, lo constituye la paz entre los humanos y todo el conjunto de la Naturaleza. (21) Pero los tiempos de transición no son fáciles; y menos los acuerdos. A la hora de encontrar culpables no hay problemas. Para los ciudadanos son las grandes empresas y multinacionales que explotan los recursos, los transforman y transportan con el valor prioritario de la rentabilidad; para el Tercer Mundo los países industrializados, y para éstos los países atrasados que intentan acceder al mundo del consumo sin tomar medidas medioambientales ni importarles los costes ecológicos de su “irresponsable” carrera hacia el Primer Mundo. Para algunas sensibilidades religiosas o ecológicas, la arrogante concepción judeocristiana del hombre como dueño y señor de la creación. Y así, podríamos seguir en un largo etcétera de culpabilidades. Quizás este ha sido el motivo de que muchas de las llamadas a la solidaridad colectiva hayan caído en saco roto. Nadie parece sentirse especialmente más responsable que el otro a la hora de tomar iniciativas o hacer esfuerzos, al menos mientras los otros se escudan en distintas razones para no hacerlo. El resultado es que estamos a medio camino entre dos formas de entender la relación con la naturaleza. Es como si aún tuviésemos un pie en el paradigma
La alternativa verde 19
tecnológico y otro en el ecológico. Por una parte hemos tomado conciencia de que las ideologías tradicionales nos han llevado a una situación insostenible, pero mantenemos una relación con el medio que poco difiere de la que ellos sustentaron. Científicos, filósofos y pensadores en general, reprochan el deterioro del medio ambiente y reclaman la protección de la naturaleza como exigencia inexcusable, pero las medidas reales en tal sentido siguen siendo muy limitadas y, a todas luces, insuficientes, aunque poco a poco se va avanzando. Es indudable que a lo largo de los últimos años ha cambiado la percepción y la valoración de la naturaleza, así como la forma de entender y relacionarse con el medio. Hemos visto que desde la esfera particular al ámbito internacional las iniciativas ecológicamente responsables cada vez son más y esto hace que miremos con optimismo hacia el futuro. Pero para que esto sea realmente eficaz habrá que crear las condiciones reales que hagan efectiva la declaración de intenciones expresada en la “Carta de la Tierra” aprobada en Estocolmo y ratificada en Río de Janeiro en 1992, “con el objetivo de establecer una alianza mundial nueva y equitativa mediante la creación de nuevos niveles de cooperación entre los Estados, los sectores claves de la sociedad y las personas: Procurando alcanzar acuerdos internacionales en que se proteja la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial; reconociendo la naturaleza integral e interdependiente de la Tierra, nuestro hogar” (22).
CITAS (1).- CAMPILLO, Antonio: “Filosofía y Ecología”. p.1 (Texto leído en noviembre de 2000 en el curso de actualización científica: Ciencia tecnología y sociedad, organizado por la Sociedad de Filosofía de la Región de Murcia). www.ub.es/prometheus21/artículos/campillo.pdf (2).- RODRIGUEZ, Ana Mª, MOUGAN, Carlos y MARTÏN, Luis: “Materiales didácticos: Filosofía” M.E.C. Dep. de Información, Documentación, Edición y Difusión. Madrid 1992, pp.74 y ss. (3).- “Sagrada Biblia”. ED, B.A.C; Madrid 1973. Génesis 1.1 (4).- SANGRONIS PADRÓN, Joel: “Ecología y Judeocristianismo”, p.1 http://es.geocites.com/sucellus23/958.htm (5).- BERARD, Pierre: “Cristianismo y Naturaleza”, p. 4 http://es.geocites.com/sucellus23/952.htm (6).- SANGRONIS PADRÓN, Joel: Op.Cit., p. 2 (7).- DESCARTES, Rene: “El Discurso del Método” Al. Ed. Madrid 1982, pp.117-118 (8).- BACON, F.: “La nueva Atlántida” en “Utopías del Renacimiento”; Ed F.C.E. México 1984. p.263 (9).- FERRY, Luc: “El nuevo Orden Ecológico”; Tusquet Editores; Barcelona 1994; p. 94 (10).- BERARD, Pierre. Op. Cit, p.7 (11).- CAMPILLO, Antonio: Op.Cit. p.12 (12).- Ibíd. p.20 (13).- Ibíd. p.21 y ss. (14). - Ibid. p. 29
La alternativa verde 20
(15). - FERRY, Luc: Op. Cit... P.27 (16).- Ver Ibíd. p.28 (17).- Ver Ibíd. p.28-29 (18).- Ver más en IBÁÑEZ MÉNDEZ, Inés: “Medio Ambiente: Enfoque éticoreligioso” NOMADAS.2. (Revista crítica de ciencias sociales y jurídicas), http://www.ucm.es/info/nomadas/2/iimendez.htm (19).- BULAT, Sergio: “Planeta frito”; Ed. Urano; Barcelona 2007 (20).- Ibíd. p.20 (21).- Citado en RODRÍGUEZ, Ana Mª y otros. Op.Cit p.73 (22).- “Carta de la Tierra” elaborada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en la Cumbre de Estocolmo en 1972 y ratificada en la Cumbre de Río en 1992. Introducción a los 27 artículos de que consta.
¿Sabe la flor de su belleza
o de su grandeza la montaña?
¿Conoce la tempestad su fuerza o la vida su fragilidad?
Ser la conciencia del planeta nos hace responsables de su destino