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La Luz de los ojos y el paisaje iluminado de la visiรณn Alrededor de 1574 d. C.-1595 d. C. Fecha del contenido 1574 d. C.-1595 d. C. Idioma ร rabe
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NEO VENIENTEM DE LUMINE
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Gr.:L.: G.:O.:
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Es la falta de garantías, la que ofrece este mundo, lo que empuja ha empujado a muchos de nosotros, a desaparecer tras el anonimato de la existencia. Cuando se piensa en la muerte, se medita con dudas, pues la muerte supone para algunos, una duda natural en la existencia de la vida. El pensamiento auténtico por naturaleza, se adentra en la duda de la existencia de la nada, aquella que el desconocimiento de la muerte ofrece. Lo que supone el abismo mas allá de la existencia de la nada, y de la creación humana. Vislumbrando en el horizonte obscuro, luces y centinelas de cabelleras leonadas. En donde se entrecruzan, la firmeza y la verdad, con el sentimiento de la quimera. La mosca, la mosca siempre se interpone, siempre aparece en los momentos menos inoportunos para el hombre y más oportunos para el Dios de cada hombre. Pues es aquella que satisface a Dios, como el Ojo en la frente del sumo sacerdote, el
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que se perdió en las cavernas de la historia. Eternizado en el desconocimiento del entendimiento de la razón humana y de su propia existencia. Dios envió a la mosca. Se confunde el hombre con su vacilante vuelo y perturbador contacto con su piel. Vacila entre la luz de neón y la sombra de la iluminación, sus pensamientos que danzan entre lo artificial de lo que es y la verdad de la nada. Las tablas, las tablas que fueron cinceladas por la mano de un escultor príncipe de los hombres de la iluminación. En ellas se quiebran la razón y el equilibrio del espíritu, del alma, de la ingenuidad humana de un imperio en donde antes se ponía el Sol sobre las estrellas. Comienzo a subir montañas, y me da la impresión de no haberme movido del lugar donde se encadenan a los príncipes del conocimiento, condenados a ser lideres de un pueblo perdido entre el ostracismo del vicio y el delirio de la grandeza humana, confundido con la razón del ser.
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La iluminación, la iluminación natural de la existencia extraviada entre las sombras de la adoración a la no existencia divina, utilizada entre las materias esclavas del desplazamiento encadenado a las sombras del obscurantismo psíquico. La iluminación no elige esclavos, es el hombre el que escoge a Dios, y es Dios quien busca al hombre. Cuando de entre las sombras el ser escucha la llamada de la nada del espíritu, el nombre del nombre encadenado al alma de la existencia. Viaja la iluminación a través de un tiempo futuro, que se torna en pasado y que es el presente de un tiempo que viene corregido en errores y traiciones al propio equilibrio del mundo. No son espejos aquellos en los que mira la maldad del ser, no son espejos los desiertos del amanecer, de razones ni sin razones. Son reales las caballerías, las guerras y las contiendas. El amor y el sacrificio de la iluminación del cuerpo, del espíritu y el alma.
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Los eclipses susceptibles, entre las estrellas que caminan entre los hombres sumergidos en la obscuridad de la duda, del desconocimiento, del odio, ¡ellos! Son eclipses de los razonamientos humanos caminando entre príncipes universales del conocimiento y la iluminación. Las sombras del universo, son pasos temporales y puertas al conocimiento de la verdad. Pero en la iluminación no existen eclipses conscientes en el ser, ni en el conocimiento del alma. Sólo el espíritu creado y elegido para la iluminación, se eclipsa en el retiro del fin. Cuando el tiempo en su elección llega al final de su tiempo en el tiempo. Lo que es un Eclipse un paso al nacimiento en el estadio de una nueva era del ser. Mueres y sin embargo vives y vives sin el alma, aquella liberada por Dios. Acaricias entre tus manos aladas, la dulzura de la alabanza, desvelándose la verdad del misterio, -un misterio para la humanidad- de la existencia.
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Príncipes de la iluminación, condenados a ser líderes de un pueblo universal. Los que suben colinas desde las llanuras, y sin embargo, siguen en las llanuras, entre nosotros. Espejos… no son espejos, son alados sin plumas, son luces entre sombras, entre luces de neón. Existen máscaras y capítulos, que han sido escritos pensando en la conciencia moderna de pensadores cruzados de épocas antiguas. Pues es la mente tersa, inmóvil y satisfecha. Todo se compone entorno a tres vidas, entre las que una es extinta y renacida de entre las cenizas alquímicas, fundidas entre el espíritu y el alma con el universo infinito, y las otras perennes y pacientes, ambas preñadas de la justicia en su búsqueda por la verdad. Existen lecciones, lecciones que se dan a los alumnos, pues son alumnos, aquellos dispuestos a aprender y a recibir lecciones, de aquello que buscan. Tal vez, de vacío en vacio, sin observar los
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insignificantes detalles que dejamos olvidados en esos vacios, hilos del destino y la verdad. La lección amplía las visiones y alargan o acercan los caminos del saber. Todo depende del alumno y del maestro. Existen máscaras, ¡sí! La voz y el alma también. Existen rostros, existen caminos, existen fronteras, y en todos ellos aprendemos, por lo tanto ¡existimos! Nada es lo que parece, pues la nada es vida. Y solo nosotros somos conscientes de la medida del tiempo, y de lo que el conocimiento de ello conlleva. Habitamos entre mundos paralelos, herméticos, en mundos cuyas imágenes se representan pálidas, traslucidas y transparentes a los ojos de otros mundos. Habitamos un tiempo –para alguno usurpado- inconexo para la mayoría, prematuro. Las pistas para abordar los problemas de cada uno de los caminos inconexos, son y corresponden a cada uno de los mundos y a cada nada original de cada camino. Los cálculos realizados, 8
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corresponden a la iluminación natural de la vida, conectada al Iusnaturalismo legitimo del tiempo. El fluir de la nada emerge del tiempo, resurgiendo la vida tras la semilla sepultada entre las cenizas del hombre. ¿Quién soy…?.- Soy el que vive.
En España a 28 de Noviembre del 2016 H2OX7 Fernando de Monreal Clavijo
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Fernando de Monreal Clavijo
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